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Resumen del Principito

A León Werth
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor.
Tengo una excusa importante: esta persona mayor es el mejor amigo que
tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor puede
comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa:
esta persona mayor vive en Francia pasando hambre y frio. Tiene mucha
necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no son suficientes, quiero
decir este libro al niño que fue alguna vez esta persona mayor. Todas las
personas mayores fueron antes niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan.)
Corrijo entonces mi dedicatoria:
A León Werth

Introducción
El principito es un excelente relato escrito por Antoine de Saint-Expéry,
hombre nacido el 29 de junio de 1900 en Lyon, Francia, Bajo el seno de una
familia aristocrática. Sólo vivió cuarenta y cuatro años, los suficientes para
poner a volar su imaginación. Desde niño le decían Rey, porque reinaba en
un mundo de fantasía
La primera publicación de este cuento perfectamente narrado por Antoine
se llevó a cabo en 1943, de modo que su fantasía es muy contemporánea;
sin embargo, es una obra universal y una joya de la literatura.
De más sería decir que fue escrita para niños, pero su contenido sobrepasa
las expectativas del autor, porque es aclamada, lo mismo por jóvenes como
por adultos quizá aquellos que crecieron con ella; de modo que es una
lectura familiar.
El principito es una obra para todos aquellos que, al igual que el autor,
desean hacer un viaje a las estrellas, aunque sea solo con el pensamiento.
Resumen de su historia
La historia comienza con el aviador contando que, cuando era niño, dibujó
una boa comiéndose un elefante, pero los adultos pensaban que había
dibujado un sombrero. Cuando el aviador intentó corregirlos, los adultos le
dijeron que dejase de dibujar y se dedicase a algo más productivo, algo que
hace que el aviador se lamente de la falta de imaginación de los adultos.

De adulto, el aviador, que ahora es piloto, sufre un incidente cuando su


avión se avería en el desierto del Sáhara, lejos de todo contacto humano.
Mientras intenta arreglar su avión, aparece un niño que el aviador apoda
como el principito. El niño le pide al aviador que le dibuje un cordero y
éste, en su lugar, le enseña su antiguo dibujo de la boa devorando al
elefante. Para su sorpresa, el principito entiende el dibujo a la perfección y
el aviador decide entonces dibujarle el cordero. Sin embargo, al verse
incapaz de dibujarlo, dibuja en su lugar una caja y le dice al principito que el
cordero está en el interior de la misma, que sólo debe usar su imaginación,
y el principito acepta el dibujo.

Los días pasan y el aviador sigue intentando reparar su avión, sin éxito.
Mientras tanto, el principito le cuenta la historia de cómo llegó a la
Tierra. Según cuenta, él procede de un pequeño planeta, el Asteroide B-
612, que es poco más grande que una casa y tiene tres pequeños volcanes,
uno de ellos inactivo, y gran variedad de plantas. Se pasa el día limpiando
los volcanes y quitando algunas semillas de malas hierbas, como las
semillas de los árboles baobabs.

El principito confiesa que quería un cordero para que se comiera los


baobabs, y entonces el aviador comenta que el cordero también podría
comerse una rosa con espinas.

El principito, entonces, le cuenta al aviador que en su planeta hay una


misteriosa rosa que un día empezó a crecer en su asteroide, y que la quiere
tanto que la cuida y protege con un biombo y una cúpula de cristal para que
no le pase nada. Con el paso de los días, según cuenta, empezó a sentir
que la rosa se estaba aprovechando de él, por lo que el principito decidió
abandonar su planeta y explorar el universo.

La rosa, entonces, se disculpó con él, pero le animó igualmente a seguir con
su viaje para conocer otros lugares, y el principito se puso en marcha.
El principito cuenta que visitó otros seis planetas, todos ellos habitados por
adultos estrechos de miras:

En el primer planeta conoció a un rey sin súbditos que sólo quería que
alguien obedeciera ciegamente sus órdenes.

En el segundo planeta conoció a un hombre muy vanidoso que miraba


mucho por su aspecto y se creía la persona más admirada del universo, a
pesar de encontrarse solo en su desolado planeta.

En el tercer planeta conoció a un borracho que bebía para olvidar la


vergüenza de ser un borracho.

En el cuarto planeta se encontró con un hombre de negocios que contaba


las estrellas y afirmaba que él era el dueño de todas y cada una de ellas,
por lo que las contaba constantemente para cerciorarse de que estaban
todas.

En el quinto planeta conoció a un farolero que encendía y apagaba su faro


continuamente, sin descanso, a la hora del amanecer y del anochecer, algo
que tendría lógica de no ser porque en su planeta los días pasaban en un
minuto.

En el sexto planeta conoció a un geógrafo que se pasaba los días


investigando una teoría suya, teoría que decía que, en realidad, nunca
había explorado el mundo que tanto decía conocer.

El geógrafo le pide al principito que describa su casa y éste le habló de la


rosa, pero el geógrafo le explicó que él no registraba cosas efímeras como
las plantas. El geógrafo, además, es el que le recomienda al principito visitar
el séptimo planeta, la Tierra.

Cuando llegó a la Tierra, el principito aterrizó en el desierto y creyó que


el planeta estaba deshabitado, pero luego conoció a una serpiente
amarilla que le dijo que tenía el poder de ayudar a las personas a regresar
al lugar de donde vinieron.

Luego encontró una flor que le dijo que llevaba años sin ver personas por
allí, por lo que decidió subir a una montaña, la más alta que había visto en
su vida, para ver toda la Tierra, pero se encontró con una panorámica del
desolado desierto. El principito llamó y gritó, y le respondió su eco, por lo
que creyó que eran otras personas burlándose de él.

Siguió buscando y encontró un jardín de rosas que le hizo desanimarse,


porque pensaba que su rosa era la única del universo y comprobó que no
era así, que había cientos de rosas. Entonces se sintió desdichado,
pensando que en su pequeño asteroide sólo había tres volcanes y una flor
que parecía ser más común de lo que imaginaba. Sumido en la tristeza, el
principito se echó a llorar y eso atrajo la atención de un zorro que
quería ser domesticado y estaba buscando humanos.

El zorro le explicó al principito que su rosa sí era única y especial en el


universo, porque él la quería. Le contó que, en cierto sentido, el principito
había domesticado a la rosa y por eso ahora se sentía responsable de ella y
de su bienestar; el principito, entonces, decidió domesticar también al zorro,
con el que forjó una bonita amistad, aunque a la larga tuvieron que separar
sus caminos y eso le hizo sentirse triste de nuevo. Sin embargo, le dejó una
importante lección: "lo esencial es invisible a los ojos".

Más tarde, el principito conoció a un guardagujas que le explicó que las


personas viajaban constantemente de un lugar a otro en los trenes, porque
nunca estaban satisfechas del lugar en el que se encontraban ni sabían lo
que buscaban, a diferencia de los niños.

Luego conoció a un vendedor que vendía una píldora que eliminaba la sed
y, por ende, ahorraba a las personas cincuenta y tres minutos a la semana
al no tener que beber, pero el principito pensó que, si tuviera ese tiempo, lo
dedicaría a buscar agua.

Ocho días han pasado y el aviador sigue sin poder arreglar su avión. Ya no
le queda agua y la sed comienza a ser un problema, por lo que, en busca de
agua, pasa las horas caminando por el desierto junto al principito y se les
hace de noche. Se sientan a descansar y hablan sobre lo hermoso que es el
desierto, a lo que el principito dice que el desierto es tan hermoso porque
esconde un pozo de agua en alguna parte. El aviador lo compara con una
casa que esconde tesoros en algún rincón y dice que, ya sea una casa, un
desierto o una estrella, lo que realmente buscamos no siempre está a la
vista.

Estas palabras emocionan al principito, ya que le recordaban a las


enseñanzas de su amigo el zorro. Agotado, el principito cae rendido y
duerme, mientras el aviador lo lleva en brazos y sigue caminando en busca
de agua. Al amanecer encuentra por fin un pozo que, misteriosamente,
se encuentra en muy buen estado para estar en mitad del desierto.
El aviador saca agua para el principito y él la bebe como si fuera un regalo,
alegando que las personas no saben lo que buscan cuando, en realidad,
aquello que buscan puede estar en una rosa o en un poco de agua, y por
eso se debe buscar con el corazón, no con los ojos. El principito le pide
al aviador que le dibuje un bozal para su cordero y le contó que, al día
siguiente, cumpliría un año en la Tierra. El aviador entonces repara en que
el principito estaba buscando el lugar en el que aterrizó para volver a su
hogar. Luego, el principito le pide al aviador que regrese a ese lugar al día
siguiente, al atardecer.

Al día siguiente, mientras el aviador se dirige adonde le dijo el niño,


descubre que el principito está hablando con una serpiente sobre cómo
volver a casa.

El principito le explica entonces lo que ocurre al aviador y se despide de él,


contándole que parecerá que ha muerto pero que lo que sucede en realidad
es que su cuerpo es demasiado pesado para llevarlo consigo y por eso lo
dejará atrás.

También le pide que no le vea marcharse para no ponerse nervioso, pero el


aviador se niega a dejar ir al principito. Éste lo consuela diciéndole que mire
a las estrellas y recuerde su risa, para que parezca que todas las estrellas
ríen con él. Entonces, el principito se aleja y deja que la serpiente lo
muerda, y cae sin hacer ruido.

A la mañana siguiente, el aviador busca el cuerpo del principito, sin éxito. La


historia termina con un paisaje del lugar en el que se encontraban el aviador
y el principito cuando la serpiente mordió a este último.

El aviador pide entonces que, si alguna persona visita ese lugar y se


encuentra con un niño de cabellos dorados que no responde a lo que se le
pregunta, se lo notifiquen tan pronto como sea posible.
Resumen de cada uno de los personajes

El Aviador
Un adulto que no se encuentra cómodo con sus contemporáneos, y prefiere
recorrer el mundo en su avión, alejándose así del contacto con las personas
mayores.

El Principito
El único morador de un pequeño asteroide, cuyo más grande placer
consiste en observar las puestas de sol, cuidar su árbol baobab y limpiar los
cráteres de dos diminutos volcanes. Su rutinaria existencia se ve
interrumpida con la llegada y florecimiento de la Flor, que llega a amarlo,
pero a la que inicialmente no comprende.

La Flor
Una rosa de gran belleza y personalidad encantadora, aunque bastante
orgullosa y algo egoísta, desea que el Principito se dedique solamente a
ella.

El rey
Personaje deseoso de poder, no importa sobre qué o sobre quienes. Define
su relación con las personas y con las cosas como relaciones de poder, en
las cuales el permanece en la cúspide, aunque el único resultado visible es
la total soledad.

El vanidoso
Personaje hambriento de reconocimiento y aclamaciones, aún cuando estas
son vacías. No le importa si la admiración que le profesen los demás sea
sincera o no, lo importante para él es oír los aplausos y las alabanzas,
vengan de donde vengan. El único resultado es que, acabado el sonido del
último aplauso, el vanidoso se queda solo y tan hambriento de admiración
como al principio.

El bebedor
Este personaje bebe para olvidar que tiene vergüenza de beber. Acaso
simboliza al ser humano entregado al vicio, por haber renunciado a ser
dueño de sí mismo, acaso por temor.
El hombre de negocios
Personaje dedicado a realizar sumas, restas y cálculos sobre las estrellas,
obteniendo así un beneficio económico, aunque descuidando su salud y su
vida afectiva.

El farolero
Se dedica a encender las estrellas. Si bien cumple una función útil para los
otros, sus actos carecen de reflexión, pues los ejecuta por el puro deber de
cumplirlos. El solo cumple un deber, y aunque aparentemente es bueno o
útil, sus actos carecen de trascendencia, incluso para él mismo.

El geógrafo
Un erudito que ha dedicado su existencia al conocimiento, sin importarle su
aplicación práctica. Acaso representa al tecnólatra radical, aquel que ha
endiosado a la ciencia y a la técnica, sin reflexionar que el conocimiento no
es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr otros objetivos
verdaderamente humanos.

El zorro
Animal contradictorio, es un personaje tanto o más interesante que el
Principito. Aparece como un ser despreocupado y acaso egoísta, pero
consciente de su capacidad de amar. Al conocer al Principito, decide dejar
su naturaleza primitiva o salvaje (y solitaria) para convertirse en un amigo
del Principito; o por usar sus propios términos, se deja “domesticar”. Es
autor de la memorable frase “Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es
invisible a los ojos”.

La serpiente
El personaje más ambiguo de la historia. Es el único que puede hacer que
el Principito vuelva a su mundo, pero a costa de un sacrificio terrible. Sus
actos parecen estar más allá del bien y del mal, y se expresa de manera
enigmática.

El guardavía
Personaje cuyo trabajo consiste en regular el transporte de pasajeros en los
trenes.

El comerciante
Es un vendedor de píldoras para suprimir la sed, las que ofrece como algo
útil, pues supuestamente ahorran el tiempo que se desperdicia en el acto de
beber.
Resumen de todos los capítulos

Capítulo I
La historia inicia con los recuerdos del Aviador, personaje desde cuyo punto
de vista se narra la acción. Se trata de un personaje que desde niño ha
sentido que no encaja con el mundo formal y pragmático que han creado los
adultos. Sus puntos de vista son distintos: donde el veía un elefante dentro
de una serpiente, los demás veían un sombrero.

Capítulo II
Ya de adulto, el Aviador prefiere dar largos vuelos en avión antes que la
compañía de sus contemporáneos. Durante uno de estos vuelos, su avión
sufre un desperfecto y se ve obligado a descender en el desierto del
Sahara, en el cual se encuentra con el Principito. El Principito es un niño
que aparenta ocho años de edad, rubio y vestido con ropas propias de su
rango. En cuanto traba amistad con el Aviador, le pide que le pinte un
cordero. Dudando de sus cualidades como dibujante, el Aviador dibuja el
elefante dentro de la serpiente de su niñez, el cual es reconocido por el
Principito, quien insiste en que le haga el dibujo de un cordero. Tras algunos
vanos intentos, el Aviador dibuja una caja con agujeros, indicándole al
Principito que el cordero se encuentra dentro. El Principito aprueba el dibujo
y se queda con él.

Capítulo III
Durante el tiempo que tarda el Aviador en reparar su avión, recibe las visitas
del Principito, quien le revela que proviene de otro planeta, al que describe
como muy pequeño

Capítulo IV
El planeta del Principito es identificado por el Aviador como el asteroide B
612. Precisa que este dato está dirigido a las personas mayores, quienes
entienden las cosas a partir de las cifras. Con la mención al número del
asteroide, el Aviador considera que cumple con demostrar la verdad de su
existencia.

Capítulo V
El Principito le cuenta al Aviador que en su planeta crecen unos baobabs,
árbol que en la Tierra alcanza proporciones descomunales, pero que en el
planeta del Principito no son sino meros arbustos. El Principito revela así
para qué necesita al cordero: para que se coma las hojas de los baobabs y
estos no acaben con su planeta.

Capítulo VI
El Aviador recuerda otros aspectos de la personalidad del Principito, entre
ellos, su soledad, su melancolía y su gusto por ver puestas de sol, sobre
todo cuando se siente triste.

Capítulo VII
El Principito manifiesta su preocupación respecto a lo que comen los
corderos. Sobre todo, desea saber si además de arbustos, pueden comer
flores. El Aviador responde con fastidio ante estas preguntas, dado que se
encuentra ocupado en la tarea de reparar su avión. El Principito entonces le
recrimina por ser como las personas mayores, por su carencia de interés en
el destino de las flores y su relación con los corderos. La ira del Principito
culmina en llanto.

Capítulo VIII
El Principito le revela al Aviador que a en su planeta existía una flor muy
especial, muy hermosa, pero a la vez vanidosa y orgullosa. La flor despierta
el ingenuo amor del Principito, pero al mismo tiempo, lo confunde. El amor
del Principito hacia la flor se llena de dudas.
Capítulo IX
El Principito decide dejar su planeta, y decide aprovechar el vuelo de una
bandada de pájaros para dejar su mundo. Antes de irse, limpia los volcanes,
poda los baobabs y se despide de la flor, la cual le dice que lo ama y le pide
disculpas por no haberse hecho entender, al tiempo que le recrimina al
Principito haber sido tan tonto como ella. La flor apura al Principito para que
parta sin que la vea llorar.

Capítulo X
El Principito inicia un periplo por otros asteroides. El primero que visita está
habitado por un rey, quien aparenta ostentar un gran poder pero que al
mismo tiempo evidencia carecer de súbditos para ejercerlo. Le pide al
Principito que se quede con él, pero el Principito decide continuar su viaje.

Capítulo XI
El segundo planeta que visita el Principito estaba habitado por un vanidoso,
cuyo único deseo es que lo aclamen y lo admiren. El Principito, antes de
dejarlo, le pregunta para qué le sirve que lo admiren, sin obtener respuesta.

Capítulo XII
El siguiente planeta visitado por el Principito estaba habitado por un
bebedor, un ebrio que bebe para olvidar que tiene vergüenza de beber, lo
cual deja al Principito perplejo.

Capítulo XIII
El Principito visita luego un planeta habitado por un hombre de negocios,
quien trafica con las estrellas: las cuenta, las registra, en fin, las posee. El
Principito le increpa que eso no es de ninguna utilidad para las estrellas,
dejando al hombre de negocios desconcertado.
Capítulo XIV
El siguiente planeta estaba habitado por un farolero y su farol, el cual
encendía y apagaba velozmente, puesto que su planeta giraba con mucha
rapidez. El Principito lo deja con cierto pesar, pues le simpatiza este hombre
que cumple su deber sin cuestionarlo, y al mismo tiempo, lamenta perderse
las sucesivas puestas de sol que se producían en aquel mundo.

Capítulo XV
El sexto planeta estaba habitado por un geógrafo, rodeado de mapas y
libros. Confunde al Principito con un explorador, y le pide noticias y detalles
de su mundo. Al hablarle de la flor, el geógrafo le informa que las flores son
efímeras, es decir, están destinadas a desaparecer, lo cual despierta
remordimientos en el Principito, por haberla dejado sola.

Capítulo XVI
El Principito llega por fin a la Tierra, planeta del cual se destacan su gran
cantidad de habitantes y el actuar sincronizado de los faroleros de todo el
mundo, ocupados en encender y apagar los faroles de todos los
continentes.

Capítulo XVII
Se hacen algunas precisiones sobre la cantidad de habitantes de la Tierra,
que en realidad pueden caber todos en una isla. El Principito se pregunta
por la gente, dado que ha caído en África, donde se encuentra con una
serpiente que habla en enigmas, aclarándole al Principito que a pesar de su
apariencia, es más poderosa que el dedo de un rey y que puede ayudarlo a
volver a su planeta.

Capítulo XVIII
El Principito encuentra una flor solitaria, a la que pregunta por los hombres.
La flor, en toda su vida, no ha visto más que seis o siete, y considera que
los hombres viven molestos por no tener raíces.

Capítulo XIX
El Principito escala una gran montaña, y descubre el eco, que lo lleva a
reflexionar acerca de la falta de originalidad de los hombres.

Capítulo XX
Principito llega al fin a un camino, junto a un jardín lleno de rosas. Descubre
entonces que la flor que dejó en su planeta no era una flor única, sino una
más de las tantas rosas que existen. Esto lo entristece mucho.

Capítulo XXI
Al fin, conoce a un zorro, quien también está en búsqueda de un amigo, un
ser al cual “domesticar”, es decir, alguien con quien formar un vínculo de
amistad. Ambos llegan a ser amigos, y en este proceso, el Principito
descubrirá lo que realmente hacía especial a su flor. El zorro y el Principito
se separan, luego de que el zorro le revela su secreto: sólo se ve bien con
el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.

Capítulo XXII
Siguiendo su camino, el Principito se encuentra con un guardavía, quien le
explica su trabajo, consistente en agrupar pasajeros y embarcarlos en
trenes. El guardavía ignora los motivos que llevan a la gente a movilizarse
de un lugar a otro tan rápidamente.

Capítulo XXIII
El Principito conoce a un comerciante, un vendedor de píldoras que evitan
la sed. Esto proporciona tiempo extra que, desde el punto de vista del
Principito, bien podría emplearse en dirigirse a una fuente para beber.

Capítulo XXIV
El Aviador, quien no ha podido reparar su avión, dice al Principito que si no
consiguen agua, morirán de sed. El Principito replica que es bueno haber
tenido un amigo, aún si se va a morir. Ambos empiezan a buscar un pozo.
El Principito se queda dormido pensando en su flor, mientras el Aviador
decide llevarlo en sus brazos, hasta que logran encontrar un pozo.

Capítulo XXV
El Principito y el Aviador satisfacen su sed, al tiempo que conversan sobre
lo extraños que son los hombres. El Principito ríe al ver los dibujos que ha
hecho el Aviador, y recuerda que está por cumplirse un año desde su
llegada a la Tierra. El Aviador deja al Principito, pues debe reparar su avión.

Capítulo XXVI
Al día siguiente, el Aviador regresa con el Principito, quien se encuentra
muy triste debido al paso que va a dar. Le recuerda al Aviador que debe
mirar las estrellas, porque el vivirá en una de ellas, con su flor. Le dice
además que el podrá oír su risa en todas las estrellas. El Aviador deja al
Principito en el suelo, para ser mordido por la serpiente y morir
instantáneamente.

Capítulo XXVII
Pasados los años, el Aviador descubre que el Principito ha olvidado un
bozal dibujado para el cordero, de modo que es posible que en algún
descuido, el cordero se pueda soltar y comerse la flor. El Aviador mantiene
la esperanza de volver a ver al Principito, pidiendo al lector que le avise si
alguna vez vuelve a la Tierra

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