Está en la página 1de 3

DISCURSO

Aún estamos de pie, aún estamos de pie el pueblo que ha sido afectado por la crisis de transcendencia
histórica en Colombia, que ha estado asediado a la ciudad de Ibagué, la misma ciudad que nos ha
cobijado desde nuestro nacimiento hasta el presente de nuestros días, Ibagué la cuidad que creció en un
viaje conjunto a lo largo de los años. Donde cada rincón de esta urbe ha sido moldeado por las historias y
vivencias de quienes la habitan. La esencia misma de Ibagué se encontraba entrelazada con la de sus
ciudadanos que juntos que habían forjado un lazo indisoluble, convirtiendo a la ciudad en un hogar que ha
visto florecer a generaciones enteras y ha sido el testigo silencioso de sus alegrías y desafíos. Pero ha sido
abrumada por una oscuridad que no hemos podido detener, y esos recuerdos de la infancia parecen
destinados a convertirse en meras historias para las generaciones venideras. Sueños que nunca
experimentarán, y alegrías que nunca sentirán al recorrer las cálidas calles de nuestra Ibagué, donde
nuestras huellas se entrelazaban con risas en el parque y de las huellas de lágrimas que alguna vez
recorrieron por nuestros rostros, No vivirán la emoción de ir a la tienda por los mandados de nuestros
padres, ni la aventura de escabullirse de noche para disfrutar de las impresionantes vistas al contemplar
desde el majestuoso cerro de la Martinica. Aquella ciudad que en su momento nos brindó un abrazo
cálido, ya no es la misma.

Las familias del ahora que están siendo influenciadas por el terror de la nueva Ibagué, las madres
derramando lágrimas de preocupación. Por el aumento de la tasa de homicidios del 17% que actualmente
permanece, están preguntándose a sí mismas si sus hijos serán las próximas víctimas de este acto de
violencia. Que la nueva Ibagué este obligando a nuestros hijos al permanecer en casa por las estadísticas
del secuestro infantil, 4 menores son arrebatados de su familia diariamente, les pregunto ahora ¿esta era
nuestra Ibagué? que nuestros hijos vivan llenos de incertidumbre, que los adultos y jóvenes experimentan
una constante angustia debido al desempleo que afecta diariamente. El hecho de que el 30% de nuestra
población no tenga esperanzas alguna de lograr sus metas laborales y personales esto es una carga
emocional y económica que pesa sobre todos nosotros, El consumo en los hogares ha decrecido en estos
meses, la capacidad de adquisición que tenemos es limitada, los factores que han influido como el alto
costo de vida, que el 11% de nuestras familias está luchando contra la precaria calidad de los alimentos, lo
que los lleva a preguntarse si tendrán suficiente para comer cada día. Además, debemos considerar a los
36,000 niños, niñas y adolescentes que están excluidos del programa PAE, enfrentando una situación
verdaderamente desgarradora marcada por la desnutrición. Y a esta crítica se le suma por la falta de
servicios de salud que nos esta abordando, esto se traduce a las largas esperas para recibir la atención más
básica, un trato inhumano por parte de algunos prestadores de servicios de salud y la escasez de
medicamentos. Todo esto nos lleva a plantearnos seriamente la idea de cambiar nuestra percepción de
Ibagué. En especialmente desgarrador que es de pensar de los 8,000 jóvenes que se ven privados de
oportunidades académicas que les abrirían las puertas a un futuro más prometedor.
El futuro que nos depara está teñido por la pobreza, una pobreza que se manifiesta en la escasez de
oportunidades. Aunque actualmente Ibagué ostenta uno de los porcentajes de pobreza más bajos, no es
motivo de celebración. Más de 70,000 familias se encuentran en una situación de pobreza extrema, lo que
significa que no pueden acceder a los beneficios mínimos necesarios para llevar una vida digna. Sus
ingresos son insuficientes incluso para cubrir el consumo de las 2,100 calorías diarias básicas lo que está
reflejando una situación crítica en nuestra comunidad. Pero la pobreza que padecemos no se queda
únicamente en números; penetra en el núcleo de nuestra identidad como ciudadanos y seres humanos.
Como miembros activos de esta sociedad, tenemos la responsabilidad de mantenernos firmes frente a esta
desafiante realidad. Debemos luchar no solo por nuestra propia mejora, sino también por el bienestar de
quienes representan el futuro de nuestra comunidad. Ibagué es una sola entidad, es una familia unida. Es
de vital importancia que nos unamos para abordar las alarmantes tasas de pobreza. Podemos contribuir de
diversas maneras: donando alimentos a organizaciones benéficas, brindando educación y oportunidades a
jóvenes desfavorecidos, participando en programas de salud comunitaria o apoyando iniciativas que
fomenten la empleabilidad. Al unirnos, podemos hacer la diferencia en la falta de atención médica
adecuada en la salud pública y proporcionar asistencia a quienes más lo necesitan.

Juntos, tenemos el poder de cambiar las desgarradoras estadísticas de altos índices de homicidios en
nuestra ciudad. Es el momento de la acción. Trabajemos juntos para construir un futuro más prometedor y
seguro para todos nosotros, lleno de oportunidades y bienestar. La transformación comienza con nosotros.
Aun estamos de pie para la mejora de nuestra Ibagué
BIBLIOGRAFIA

 https://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/especiales/469009-ibague-regreso-niveles-de-pobreza-
extrema-de-hace-25-anos
 https://elcronista.co/opinion/hambre-cero-una-mision-obligatoria-en-ibague
 https://repository.unad.edu.co/jspui/bitstream/10596/41396/1/gl28her447.pdf
 https://www.elolfato.com/cifras-de-seguridad-en-ibague

También podría gustarte