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INTRODUCCIÓN

En este breve ensayo estaré analizando la obra “El principito”, escrita por el autor
francés, Antoine De Saint-Exupéry, la cual el mismo dedicó a su mejor amigo León
Werth (cuando era niño). El propósito de este análisis no es más que el dar a conocer mi
punto de vista de dicha obra, y la manera en la que esta ha cambiado mi manera de ver
muchas cosas a partir del día que inicié su lectura y hasta que la concluí. He de destacar,
con anticipación, que esta ha sido una de las mejores obras que he tenido el placer de
leer en toda mi vida.

DESARROLLO
La obra inicia con el autor, Antoine, en una situación algo incómoda y deprimente, en la
que se ha sentido inspirado para hacer un dibujo a partir de la lectura de un libro sobre
La Selva Virgen, en el cual mencionan como una serpiente podría ser capaz de comerse
a un elefante de un solo bocado. Nuestro autor, inspirado por tal dato y por su ferviente
amor por el arte, decide dibujar aquella situación como se la imaginaba en el momento,
dibujo el cual, orgulloso, mostraba a los adultos a su alrededor, los cuales parecían no
ver lo que nuestro autor veía (un elefante dentro de una boa), sino que veían un simple
sombrero. Es a partir de aquí cuando nuestro autor descubre la poca capacidad que
tienen los adultos para ver más allá de las superficies, y, dejándose guiar por los
consejos dados por aquellos adultos, decide abandonar el arte y centrarse en estudios de
geografía, historia, cálculo y gramática.
Con el paso del tiempo, Antoine se convierte en piloto, no es sino hasta que un día su
avión falla y cae en el desierto, a varias millas del lugar poblado más cercano, que
conoce a un joven de rubios cabellos que insistía con una petición… “¡Píntame un
cordero!”. Este jovencito era extraño, diferente a todo lo que nuestro autor había
conocido, no respondía preguntas, pero nunca se rendía hasta que las suyas fuesen
contestadas; contaba historias de otros planetas; era muy risueño; y nunca dejaba de
pensar en su rosa, la cual decía que había sido la causa de que abandonase su planeta,
porque ella nunca daba las gracias y era exigente.
A partir de este encuentro, nuestro autor es trasladado a un mundo de aventuras, a través
de su imaginación, con cada historia del principito, ya fuera sobre su planeta, B 612;
sobre su Rosa; sobre los Baobabs; sobre los asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330,
los cuales visitó antes de llegar a la tierra; o sobre lo mucho que amaba las puestas de
sol, en lo cual aseguró que un día avistó 43 puestas de sol, afirmando que en su planeta
era muy fácil lograrlo, ya que es tan pequeño que bastaba con mover la silla unos
centímetros para volver a verla. Con cada nueva historia el principito aprendía una
nueva lección, y nuestro autor, que atentamente escuchaba cada una de ellas a medida
que se encariñaba con ese niño insistente de pelos dorados, recordaba su infancia, su
sueño, y lo hermosa que es la vida vista desde el punto de vista de un niño.
CONCLUSIÓN
Es una lastima que el Principito tuviera que marcharse de la tierra. Sin embargo, no lo
hizo dejándonos sin nada, sino que nos dejó una valiosa lección, la cual creo
fervientemente que es el propósito de la obra: “Debemos pensar como niños, para poder
ver más allá de lo que la superficie nos sugiere”. Esta obra, en conjunto con su hermoso
mensaje, ha cambiado mi vida para bien, aún no dejo de pensar en la ironía del borracho
que bebía para olvidar que le avergonzaba leer; de la avaricia del contador que quería
poseer todas las estrellas; de la vanidad del vanidoso que sólo se sentía bien consigo
mismo si lo alababan; de la soledad del rey que estuvo dispuesto a darle un cargo al
principito para tener a alguien a quien gobernar, del cansancio del farolero que no tenía
más que unos segundos para descansar antes de volver a encender o apagar el farol; ni
de la pobreza mental del geógrafo, que estaba indudablemente preso en su idea de que
era un simple geógrafo, y que por tanto no podía explorar por sí mismo. Y, por
supuesto, no me olvidaré de la sonrisa que puse con cada ocasión en la que el principito
se decía “Las personas mayores son extrañas”.

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