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Los músculos de la cara, también llamados músculos de la expresión facial son un grupo de alrededor de 20
músculos planos que se ubican bajo la cara y piel cabelluda. La mayoría de ellos se originan desde los huesos o
estructuras fibrosas del cráneo y se insertan en la piel.
A diferencia de los otros músculos esqueléticos, en la anatomía del rostro los músculos no están cubiertos por
fascia (a excepción del músculo buccinador). Estos músculos están ubicados alrededor de aberturas naturales de
la cara, como la boca, ojos, nariz y oídos; o extendidos alrededor del cráneo y el cuello. Así entonces, podemos
categorizarlos en los siguientes grupos:
MÚSCULOS DE LA BOCA
Los músculos de la boca, o el grupo bucolabial, es un amplio grupo muscular que forma un componente
funcional que controla la forma y movimientos de la boca y los labios. Existen 11 músculos en este grupo y sus
funciones incluyen:
Elevación y eversión del labio superior: elevador del labio superior, elevador del labio superior y del ala
de la nariz, risorio, elevador del ángulo de la boca (canino), cigomático mayor y cigomático menor.
Descenso y eversión del labio inferior: depresor del labio inferior, depresor del ángulo de la boca,
mentoniano.
Cierre de los labios: orbicular de la boca.
Compresión de la mejilla: buccinador.
La mayoría de los músculos de la boca están conectados entre sí mediante una estructura central en la cual se
insertan sus fibras. Esta estructura se denomina modiolo, está ubicada en los ángulos de la boca y está
principalmente formada por fibras del buccinador, orbicular de la boca, depresor del ángulo de la boca y el
cigomático mayor.
El orbicular de la boca es un músculo circular que rodea la boca y conforma la mayor parte de los labios. Consta
de dos partes: una porción central llamada labial y una periférica denominada marginal. El límite entre ambas
porciones corresponde, en superficie, al límite entre la parte roja del labio y la piel que lo rodea. Ambas
porciones se originan a partir del modiolo, que es una estructura fibromuscular ubicada en los ángulos de la
boca donde numerosos músculos convergen. Desde el modiolo, las fibras del músculo orbicular de la boca se
expanden hacia medial para ocupar el área peribucal.
La porción marginal se ubica en la periferia y se dirige hacia medial de la periferia labial para insertarse en la
dermis de la región labial de la cara. En la línea media, algunas de las fibras superiores se entremezclan con las
del lado opuesto, dando origen al filtrum de la boca, específicamente del labio superior.
La porción labial se extiende entre los modiolos de ambas comisuras de la boca. Algunas de las fibras se
enroscan sobre sí mismas dando origen al borde del bermellón, que es el límite entre el bermellón (parte más
roja del labio) y la piel adyacente.
El orbicular de la boca está inervado por los ramos bucal y marginal mandibular del nervio facial (VII par
craneal). Su principal fuente de irrigación son las arterias labiales superior e inferior, ramas de la arteria facial,
con algunas contribuciones provenientes de las arterias mentoniana (de la arteria alveolar inferior, rama de la
arteria maxilar), infraorbitaria (de la arteria maxilar) y facial transversa (de la arteria temporal superficial).
La función del músculo orbicular de la boca es dar movimiento a los labios. Una
contracción bilateral del músculo acerca los labios entre sí y cierra la boca. Una
contracción aislada de ciertas partes del músculo puede producir diferentes
movimientos en los labios como proyectarlos hacia adelante, producir arrugas en
su superficie, entre otros. A través de estas acciones, el orbicular de la boca
colabora con el habla y ayuda a producir numerosas expresiones faciales.
MÚSCULO BUCCINADOR
El músculo buccinador conforma la base muscular de la mejilla, ocupando el espacio entre el maxilar y la
mandíbula. Se compone de tres partes: una superior, una inferior y otra posterior.
La parte superior se origina desde el proceso alveolar del maxilar a la altura de los tres últimos molares.
La parte inferior se origina del proceso alveolar de la mandíbula a la altura de los tres últimos molares.
La parte posterior se origina a partir del rafe pterigomandibular.
Las tres partes del músculo buccinador convergen hacia el ángulo de la boca y ocupan el espacio entre el
maxilar y la mandíbula. En el ángulo de la boca, las fibras del buccinador se interdigitan con las de otros
músculos faciales como el orbicular de la boca, risorio, depresor del ángulo de la boca y el cigomático mayor,
conformando así el modiolo.
El músculo buccinador está inervado por los ramos bucales del nervio facial (VII par craneal) y su irrigación
proviene principalmente de la arteria bucal, rama de la arteria maxilar, con contribuciones de la arteria facial.
MÚSCULO MENTONIANO
El músculo mentoniano es un corto músculo cónico ubicado en la región mentoniana. Se origina de la cara
anterior del cuerpo de la mandíbula y se hace superficial mientras desciende para insertarse en el mentón a nivel
del surco mentolabial.
La inervación del músculo mentoniano proviene del ramo marginal mandibular del nervio facial (VII par
craneal). Está irrigado por la rama labial inferior de la arteria facial y la rama mentoniana de la arteria alveolar
inferior.
La acción del músculo mentoniano consiste en descender y evertir
la base del labio inferior. Debido a la inserción del músculo,
durante su contracción, también se generan arrugas en la piel del
mentón. Estos movimientos contribuyen con varias acciones de la
vida diaria como beber utilizando un vaso, y también con
expresiones faciales como la tristeza, el desprecio y la duda.
MÚSCULO RISORIO
El risorio es un músculo de anatomía altamente variable perteneciente al grupo bucolabial. Se origina de
numerosos puntos entre los que pueden incluirse la fascia parotídea, la fascia del masetero, las fibras del
platisma y ocasionalmente el arco cigomático. Las fibras del músculo risorio convergen hacia medial y
horizontalmente hacia los ángulos de la boca, donde se mezclan con otros músculos faciales para crear el
modiolo.
La inervación del risorio proviene del ramo bucal del
nervio facial (VII par craneal) y su irrigación de la rama
labial superior de la arteria facial.
El término risorio proviene de su acción, ya que esta
consiste en traccionar los ángulos de la boca en sentido
lateral y superior, provocando el gesto de la sonrisa.
MÚSCULOS DE LA NARIZ
El grupo de músculos de la nariz incluye a los músculos nasal y prócer. Estos músculos asisten en la creación de
expresiones faciales, pero también están involucrados en la respiración.
MUSCULO NASAL
El nasal es un pequeño músculo localizado a cada lado del dorso de la nariz. De acuerdo a su origen, está
constituido por dos porciones: una porción alar y otra transversa.
La porción alar se ubica en el ala de la nariz, se origina de la cara anterior del maxilar sobre la fosa incisiva,
medial a la porción transversa. Se extiende superior y anteriormente para insertarse en la piel del ala nasal, por
encima del pilar lateral del cartílago alar mayor.
La porción transversa se ubica en el área del dorso de la
nariz. Se origina superior y lateralmente a la fosa incisiva,
lateralmente a la porción alar. Desde aquí sus fibras se
dirigen superior y lateralmente para insertarse en el dorso de
la nariz, interdigitándose con su homónimo contralateral
sobre el puente de la nariz.
La inervación del músculo nasal proviene del ramo bucal del
nervio facial (VII par craneal) y está irrigado por las ramas
labial superior, septal y nasal lateral de la arteria facial, así como por la rama infraorbitaria de la arteria maxilar.
La función del músculo nasal consiste en comprimir la abertura nasal con su porción transversa y dilatar las
narinas con su porción alar. Estas acciones son notorias durante la realización de ciertas expresiones faciales
como las usadas para comunicar la ira, pero también para facilitar la respiración profunda.
MÚSCULO PRÓCER
El prócer es un pequeño músculo piramidal que ocupa la región de la glabela (entre las cejas). Se origina del
dorso de los huesos nasales y de la parte superior del cartílago nasal, extendiéndose a modo de abanico para
insertarse en la piel de la región de la glabela y de los extremos mediales de las cejas.
Este músculo recibe su inervación desde los ramos temporal, cigomático o bucal del nervio facial (VII par
craneal).
Su irrigación proviene de las ramas angular y nasal lateral de la
arteria facial. El prócer deprime los extremos mediales de las cejas y
genera arrugas en la piel de la glabela. Esto crea una expresión
facial compatible con las emociones de ira y tristeza, expresiones
que también se generan durante la exposición a luz brillante u otros
factores irritantes oculares.
CORRELACIONES CLÍNICAS
La incapacidad de mover los músculos faciales es un síntoma característico de la parálisis del nervio facial. Es
posible diferenciar clínicamente entre una lesión periférica y una lesión central.
En las lesiones periféricas los músculos faciales están completamente paralizados en el lado afectado. Al
intentar cerrar los párpados, el ojo del paciente rota superiormente exponiendo la esclera (fenómeno de
Bell).
En las lesiones centrales, el paciente puede arrugar la frente a ambos lados.
La razón de esto es que los ramos motores de los músculos de la frente derivan tanto de los núcleos faciales
ipsilaterales como los contralaterales. En ambos tipos de parálisis facial el habla, la masticación y las
expresiones faciales se ven severamente afectadas. Dependiendo de la localización de la lesión, los pacientes
pueden sufrir además sintomatología asociada al gusto, audición, secreción de lágrimas o de saliva.
Existe un gran número de causas asociadas a la parálisis del nervio facial entre las cuales están la inflamación
(por ejemplo, infección por herpes zoster), accidentes cerebrovasculares, fractura de la porción petrosa del
músculo temporal y tumores (por ejemplo el schwannoma vestibular), sin embargo, en la mayoría de los casos
no se puede encontrar una causa definida. En estos casos hablamos de parálisis de Bell, o parálisis facial
idiopática. Los estudios recientes sugieren que las infecciones con el virus Herpes simplex tipo I y otros virus
menos dañinos podrían estar detrás de este tipo de parálisis facial.
PARÁLISIS FACIAL DE BELL
La parálisis facial fue descrita hace más de 2000 años por Hipócrates y recibió su nombre de Sir Charles Bell en
1829. Un cirujano escocés del siglo XIX quien fue el primero en describir la afección, como un síndrome que
consistía en parálisis facial completa posterior a un trauma en la zona del agujero estilo mastoideo, el cual
denominó “parálisis de Bell”.
Este síndrome se caracteriza por una parálisis que involucra el VII par craneal o facial y que puede ser completa
o parcial y se presenta en forma unilateral. Se manifiesta en forma abrupta y se diagnostica por disminución o
ausencia de movilidad de los músculos inervados por el nervio facial, el cual es mixto con un predominio por la
actividad motora y una pequeña función sensitiva.
El nervio facial es un nervio mixto; quiere decir que posee fibras eferentes o motoras destinadas a la motricidad
de los músculos de la cara, son aquellos que presentan una inserción cutánea responsables de la mímica gestual.
También tiene una misión importante en la función lacrimal y mantiene el control del músculo estapedio muy
importante a la hora de realizarse el reflejo estapedial.
Es también nervio aferente encargado de recibir inervación sensitiva de los 2/3 anteriores de la lengua, la
sensibilidad del dorso de la oreja y el conducto auditivo externo, y forma parte del parasimpático craneal
(glándulas lagrimales, glándulas sudoríparas de la cara, glándulas salivales sublingual y submaxilar, la arteria
auditiva y sus ramas y los vasos de las mucosas del paladar nasofaríngeo y fosas nasales).
SIGNOS Y SINTOMAS
Los signos y síntomas de la parálisis de Bell suceden de inicio abrupto y pueden incluir los siguientes:
Aparición rápida de debilidad leve a parálisis total en un lado del rostro, que puede ocurrir en una
cuestión de horas o días,
Parálisis facial y dificultad para hacer, expresiones faciales, como cerrar un ojo o sonreír, sialorrea, dolor
alrededor de la mandíbula o dentro o detrás de la oreja del lado afectado,
Aumento de sensibilidad al sonido en el lado afectado, dolor de cabeza, disminución en la capacidad de
saborear, cambios en la cantidad de lágrimas y saliva
ETIOLOGÍA
Aunque no están claros los motivos por los cuales sucede la parálisis de Bell, a menudo se relaciona con la
exposición a una infección viral. Los virus asociados con la parálisis de Bell incluyen a aquellos que causan lo
siguiente:
El diagnóstico de una parálisis facial se basa en la existencia de hallazgos en tres aspectos: clínico, topográfico
y eléctrico.
Prueba de schirmer: Es una prueba que determina si el ojo produce suficientes lágrimas para mantenerlo
húmedo.
El profesional colocara la punta de una tira especial de papel dentro del párpado inferior de cada ojo. Ambos
ojos se examinan al mismo tiempo. Antes del examen, se aplicarán gotas oftálmicas anestésicas con el fin de
evitar el lagrimeo de los ojos, debido a la irritación causada por las tiras de papel. El procedimiento exacto
puede variar. La mayoría de las veces, los ojos se cierran durante 5 minutos. Después de 5 minutos, el médico
retira el papel y mide qué tanto del papel está húmedo.
Sialometría: Es el test de velocidad de flujo salival (VFS) o sialometría, es un procedimiento destinado a medir
la cantidad de saliva que produce una persona en un tiempo determinado.
Para realizarse el test, a los pacientes con boca seca se les deben hacer las siguientes indicaciones previas: no
deben fumar, no cepillarse los dientes, ni consumir alimentos durante una hora previa a la toma de muestra. Una
de las técnicas más usadas – la de Sreebny con modificación de Fox – consiste en depositar la saliva durante 5
minutos en un tubo estéril previamente rotulado después de 5 minutos de un estado de relajación previa y sin
hablar. Debe ser realizada con al menos una hora de ayuno y siempre a la misma hora.
El paciente mastica una parafina y antes de que la primera porción de saliva sea tragada, se comienza a
cronometrar y se mantiene la masticación durante 5 minutos. La saliva es recolectada en intervalos cortos
durante el periodo de masticación. La medida no debe incluir la espuma, debe esperar que esta sedimente, el
resultado se expresa en ml/min.
Reflejo estapedial: El reflejo estapedial RE es la contracción refleja del músculo del estribo en respuesta a un
sonido de alta intensidad. Este reflejo, por definición, es de carácter involuntario.
El RE tiene carácter bilateral, de forma que cuando el estímulo sonoro intenso alcanza a uno de los oídos se
produce la contracción refleja del músculo del estribo en ambos oídos. El paciente tiene colocado a un lado el
auricular adaptado a uno de sus oídos, y del otro extremo de la diadema la sonda del admitanciómetro que se
inserta en el conducto auditivo externo con la ayuda de la oliva plástica adaptadora.
Antes de iniciarse la prueba, el paciente debe ser advertido de los pormenores de la misma y su actitud frente a
ellos; se le debe indicar que no se mueva y que evite tragar saliva, ya que estos tienen influencia en la apertura
tubárica y pueden alterar los resultados. Se le indicará que, secuencialmente, oirá varios sonidos fuertes por
cada uno de sus oídos: primero por el oído en el que tiene instalada la sonda y posteriormente en el oído
cubierto por el auricular.
Gustometría: Hay dos tipos de gustometría, química y eléctrica que estudian el gusto aplicando los cuatro
sabores básicos sobre la superficie de la lengua.
El estudio requiere del uso de diferentes estímulos gustativos que se aplican sobre la superficie de la lengua:
Cuando el estímulo utilizado durante el estudio es una sustancia (generalmente se utilizan soluciones con los
cuatro sabores básicos como son: dulce, salado, ácido y amargo) hablamos de gustometría química.
Cuando el estímulo utilizado durante el estudio es una pequeña corriente galvánica emitida por un pequeño
electrodo, hablamos de electrogustometría.
En la gustometría eléctrica se aplican pequeños electrodos sobre diferentes áreas de la superficie de la lengua
que emiten estímulos galvánicos de intensidad y frecuencia creciente. Al paciente se le pedirá que indique
cuándo comienza a detectar el estímulo y cuándo reconoce un gusto metálico característico (semejante al gusto
ácido) producido por la propia corriente.
ELECTRODIAGNÓSTICO: son las pruebas consideradas como más fiables para determinar de forma
objetiva el grado de lesión neuronal, emitir un pronóstico adecuado y considerar la posibilidad de modificar el
tratamiento instaurado.
Aun así, no permiten detectar lesiones antes del tercer día ya que, al ser imposible la evaluación directa del
nervio en su trayecto intratemporal, la afectación neural sigue un trayecto evolutivo en sentido distal
descendente que puede llegar a tardar hasta 3 días en hacer posible la positividad de dichas pruebas
diagnósticas; sólo se estimulan las fibras neuropráxicas, y no nos permite distinguir entre axonotmesis y
neurotmesis.
Las más usadas son la prueba de la máxima excitabilidad, electroneuronografía, electromiografía y reflejo
palpebral, siendo sus resultados anormales durante días o semanas. Las pruebas eléctricas no son buenas para
monitorizar la remielinización.
EVALUACIÓN FISIOTERAPÉUTICA
Sensibilidad: aunque solo un tercio de los pacientes se quejan de trastornos del gusto, el 80% de ellos muestran
una disminución del sentido del gusto. A veces se encuentra una hipoestesia térmica en los dos tercios anteriores
de la lengua en el cuales se ven afectado el gusto dulce, salado y amargo, lo que indica lesión de la cuerda del
tímpano.
Aproximadamente la mitad de los pacientes con parálisis de Bell pueden referir parestesia de la cara e incluso
pinchazos y dolor de oído, que puede extenderse a la región mastoidea e incluso a la región occipital y la
mandíbula; a veces son síntomas prodrómicos de la parálisis y la preceden dos o tres días. Estas molestias
suelen estar relacionadas con la gravedad de la parálisis facial, de forma que en la parálisis facial de pronóstico
favorable no suelen presentar dolor o este es leve.
Fuerza muscular: se realiza con el paciente en posición sentada o en supina. La gravedad no es un factor a
tener en cuenta en el proceso de evaluación de los músculos de la cara. El nervio facial inerva los músculos de
la mímica que son el orbicular de los ojos, los cigomáticos tanto el mayor como el menor, el risorio, Platisma,
Elevador del labio superior y del ala de la nariz, depresor del ángulo de la boca, y el depresor del labio inferior.
Los músculos masticadores como los temporales, maseteros, pterigoideo interno y externo, estos músculos son
inervados por el V par craneal o trigémino; el elevador del parpado superior lo inerva el motor ocular.
Los músculos son evaluados de 0 a 4. La gravedad solo tiene una acción mínima sobre los músculos cutáneos:
0: Ninguna movilidad de la porción de piel observada a simple vista o con luz rasante sobre la terminación
cutánea profunda del musculo.
2: El paciente es capaz de realizar el movimiento cinco veces, con una amplitud completa, pero de forma
asincrónica con el lado sano.
3: El paciente es capaz de realizar el movimiento entre ocho y diez veces, con una amplitud completa, pero de
forma asincrónica con el lado sano.
4: El paciente es capaz de realizar el movimiento de forma sincrónica y simétrica; el movimiento está integrado
en la mímica voluntaria.
La estrategia de tratamiento está basada en un enfrentamiento sistemático de acuerdo con las características
semiológicas y electromiográficas de cada paciente, lo que permite agruparlos de acuerdo a la reversibilidad y
severidad de su patología. La rehabilitación especializada es parte fundamental de un tratamiento adecuado y
ésta comienza con una evaluación inicial de la simetría en reposo, los movimientos voluntarios e involuntarios,
la continencia ocular y el impacto sicológico.
El Programa de rehabilitación kinésica de la sonrisa post cirugía de reanimación dinámica de la parálisis facial,
tiene como objetivo principal recuperar la simetría de la sonrisa, además de disminuir el edema facial, evitar las
adherencias de cicatrices, lograr la apertura y lateralización mandibular normal, reeducar la musculatura
transpuesta (en el caso de transposición nerviosa potenciar la activación de la musculatura reinervada),
reeducación postural y disminución del dolor de la zona dadora en caso de transposición nerviosa.
Tratamiento térmico
Acupuntura
Electroterapia
Drenaje linfático manual
Estiramiento
Facilitación neuromuscular propioceptiva
Estimulación sensorial
Mímicas (ejercicios activos)
Vendaje neuromuscular
Reeducación muscular frente al espejo.