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Bitcoins
Bitcoins
Moneda digital que opera gracias a una red mundial de pagos usuario a usuario
totalmente descentralizada
No necesita de Bancos u otras instituciones financieras que jueguen como
intermediarios
Los Bitcoin se almacenan en los “wallets”, que son carteras digitales que puedes
tener en tu teléfono o computadora, o en wallets externos (pendrive)
Las transacciones generalmente son anónimas, y se puede transferir desde
cualquier parte del mundo si se tiene conexión a Internet
Su programación es de código abierto, cualquiera puede verlo
Su total se limita a 21 millones
Las transacciones, a través del número de wallet y no del nombre de la persona,
se registran en el llamado “ledger” (libro de contabilidad) que se almacena de
forma descentralizada en toda la red y todas las personas con acceso a Internet
pueden acceder a él. Existen miles de copias, lo que hace imposible hackearlo.
Nodos: actores dentro de la red que se encargan de guardar y procesar ese libro,
y con él todas las transacciones. Dan seguridad de que la red sea descentralizada
porque mientras se pueden atacar algunos, no es posible atacarlos todos al
mismo tiempo. Se encuentran repartidos por todo el mundo. Si un nodo descubre
un intento de fraude, no procesará la transacción.
Mineros: responsables de la puesta en circulación de nuevos bitcoin y también
de la validación de las transacciones. La minería de bitcoin ofrece recompensas
a cambio de mantener segura la red a través de la inversión de capacidad
computacional. Además, estos deben asegurar que todos los participantes estén
sincronizados a través de la prueba de trabajo: una vez que los nodos han
verificado que una transacción es correcta, esta se envía a los mineros para que
la incluyan en un bloque. Cada bloque hace referencia a uno anterior y asi
sucesivamente hasta ir conformando la “blockchain”. Es decir, las transacciones
se almacenan en bloques. Para garantizar la seguridad de esa transacción que se
incluye en un bloque, los mineros deben descifrar ese bloque a través de
problemas matemáticos muy complejos. Cuando el bloque es descifrado y
transmitido a la red, el dinero es transmitido de un usuario a otro. Muchos
mineros pueden estar trabajando en descifrar un bloque al mismo tiempo, pero
sólo uno de ellos lo hace primero y recibe su recompensa. A medida que más
personas han entrado en el negocio de minar bitcoins se ha hecho más difícil
descifrar los códigos.
Una pequeña parte de los 21 millones de bitcoins contenidos en el protocolo es
minada cada día y pagada a los mineros que hayan resolvido las tareas como
recompensa. La recompensa de bitcoin comenzó con 50 pero se reduce a la
mitad cada 4 años (halving) para que las unidades puedan ser escasas. Después
del último halving en 2140 se dice que los mineros serán pagados únicamente a
través de las comisiones de transacción que paguen los usuarios.
Ventajas: bajas tasas de transacción, no se necesita interferencia de instituciones
bancarias, se puede transferir desde cualquier país con una conexión a Internet,
se puede transferir cualquier cantidad a cualquier persona.
Desventajas: se ha prestado para el mercado ilegal (tráfico de drogas o de
personas por ejemplo), tiene considerables fluctuaciones de precios porque aún
se encuentra en un proceso de monetización y crecimiento, muchas personas lo
usan como medio especulativo.
Existen plataformas de cambio de criptomonedas donde se pueden transferir
dólares por ejemplo a cambio de bitcoins.
BITCOINS, EL
‘SUPERVILLANO’
VIRTUAL DEL MEDIO
AMBIENTE
¿Cómo algo que no existe físicamente puede contaminar
la atmósfera? Un estudio revela que el consumo de
energía y residuos derivados del uso de bitcoins genera
unas emisiones de CO2 equivalentes a las de la ciudad de
Las Vegas.
Artículo
Ramón Oliver
13
FEB
2020
Si para algunos ya fue todo un acto de fe aceptar que una moneda virtual
sirviera para realizar transacciones económicas reales y funcionara a
todos los efectos como dinero «de verdad», esperen a ver su cara cuando
se enteren de que los bitcoins contaminan la atmósfera. Y no lo hacen
metafóricamente, sino como lo haría en cuestión de segundos un
fumador que se encendiera un puro en el interior de un ascensor.
Concretamente, según un grupo interdisciplinar de investigadores de la
Universidad Técnica de Munich (TUM) y del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), el uso de bitcoins genera unas emisiones de
CO 2 equivalentes a las de la ciudad de Las Vegas.
La pregunta es obvia. ¿Cómo es posible que algo que no existe más que
en forma de intrincados códigos de lenguaje de programación pueda
generar CO 2 si, que se sepa, la facultad de contaminar era hasta ahora
potestad exclusiva de entidades reales? No hablamos de combustibles
fósiles, ni de residuos químicos industriales, ni de vertidos tóxicos
altamente contaminantes… Algo que carece de materia no solo no parece
acreditar los requisitos para dañar el medio ambiente sino que, de hecho,
se diría que está en las antípodas de ser una amenaza.
Sin embargo, gracias a un estudio de los citados investigadores,
publicado en junio pasado, ahora sabemos que esto en realidad no es así.
La explicación la encontramos en el hecho de que, si bien, tal como el
sentido común nos hacía sospechar, los bitcoins no pueden contaminar
por sí mismos, sí lo hace el consumo de energía y recursos que lleva
aparejado su uso. Para ser exactos –siempre de acuerdo a las
estimaciones de los estudiosos del TUM y del MIT–, el uso de bitcoins
genera una huella de carbono de entre 22 y 22.9 megatoneladas anuales,
lo que sitúa a esta criptomoneda como el gran supervillano virtual del
medio ambiente.
Las operaciones con bitcoins representan
el 0,2% del consumo mundial de
electricidad
La llamada ‘minería’ de los bitcoins –el conjunto de procesos
informáticos necesarios para validar las transacciones y generar
nuevos bloques– es la responsable del desmadre climático de esta
moneda virtual. El estudio estima que estas operaciones representan el
0,2 % del consumo mundial de electricidad. Para llegar a esta chocante
conclusión, sus autores han cruzado una serie de datos públicos, como
los procedentes de la oferta pública inicial (IPO) de las principales
compañías de hardware especializado en la extracción de bitcoins.
Otro factor que se ha tenido en cuenta es la localización geográfica de
los grandes focos de operaciones de minería bitcoin a través del
seguimiento de sus direcciones IP. El hecho de que un altísimo
porcentaje de estos mineros se concentre en Asia, región del planeta en
la que la producción de energía está fundamentalmente basada en el
carbono, permite concluir que el auge de las criptomonedas está
provocando un exceso de emisiones que no estaba contemplado en
ningún protocolo.
Los propios investigadores reconocen que su estudio está apoyado en
meras aproximaciones y que resulta difícil –por no decir imposible–
aventurar el efecto real que para el cambio climático representa el uso de
las criptomonedas. Sobre el fenómeno todavía gravitan oscuros
nubarrones de desconocimiento y escepticismo, alimentados por su casi
inexistente regulación. Burbuja para unos, realidad de crecimiento
exponencial para otros, es difícil predecir cuál puede ser su evolución en
los próximos años. En todo caso, el trabajo de estos investigadores sirve
para poner encima de la mesa posibles derivas perversas de un
crecimiento indiscriminado de las criptomonedas, y ya se apuntan
soluciones alternativas como la creación de granjas de minería bitcoin de
energía sostenible. ( Una energía sostenible es una energía que se puede utilizar
sin comprometer a las generaciones futuras en satisfacer sus necesidades. También
se puede definir como una energía cuya fuente no se agota con su uso (o se agota a
un ratio insignificante. Se consideran energías sostenibles todas
las energías renovables (eólica, solar, hidráulica, geotérmica, olamotriz o la biomasa).
También entra en el concepto de energía sostenible una disciplina como la eficiencia
energética)
Dicen que cuando el norteamericano John Thompson inventó en 1919 el
subfusil Thompson –la ametralladora de característico tambor redondo
de las películas de gánsteres– quedó horrorizado al descubrir que en
poco tiempo su niña bonita se acabaría convirtiendo en el arma
predilecta del crimen organizado de la época. Tal vez el amable
empresario había concebido inicialmente su subfusil automático para
usos filantrópicos o de jardinería.
Del mismo modo, más allá de su rigor científico, las advertencias del
TUM/MIT sirven para crear conciencia colectiva de los posibles efectos
secundarios de la digitalización. Para llamar la atención de quienes
piensan que los desarrollos virtuales son por completo ajenos al mundo
físico y no tienen consecuencias más allá de los entornos informatizados.
Para desarmar esa falsa sensación de impunidad y juego permanente,
inocuo para el ser humano, en el que lo único que se requiere en caso de
voz de alarma es hacer clic sobre el icono de apagado.
https://ethic.es/2020/02/bitcoins-el-supervillano-virtual-del-medio-ambiente/
22 febrero 2021
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
Este índice funciona con base en un modelo que asume que las
máquinas utilizadas para minar en el mundo funcionan con
distintos niveles de eficiencia.
La fiebre del oro electrónico: cuáles son los mejores lugares del
mundo para "minar" bitcoins (y por qué)
"Este proceso está completado en un 88%", apunta, lo que en
la práctica significa que cada vez se hace más difícil seguir
minando.
Sin embargo, en la medida que el precio siga disparándose, es
probable que el consumo energético también aumente.
El CEO de Tesla y SpaceX tuiteó –el lunes por la noche– que habló
con los mineros de bitcoin en América del Norte y que «se
comprometieron a publicar el uso renovable actual y planificado».
Musk agregó que estos mineros pedirán a sus rivales globales que lo
hagan también, un desarrollo que calificó de «potencialmente
prometedor».