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José Fernando de Abascal y Sousa

Militar y administrador colonial español que fue virrey del Perú desde
1806 hasta 1816, periodo en que le correspondió reprimir las
sublevaciones independentistas iniciadas en torno a 1810. Abascal
convirtió Lima en el núcleo de la resistencia realista; desde ella ocupó
el Alto Perú, sofocó los levantamientos en Chile y Ecuador y
reorganizó la flota del Pacífico.
José Fernando de Abascal desarrolló buena parte de su carrera militar
en las Américas. Estuvo destinado primeramente en Puerto Rico y en
Argentina; allí formó parte de la expedición al Río de la Plata que,
bajo el mando del general y primer virrey rioplatense Pedro de
Cevallos, tomó la Colonia del Sacramento. Pasó luego a Santo
Domingo y a Cuba, donde en 1796 defendió la ciudad de La Habana
frente a los ingleses.
Destinado más tarde a México, en 1799 desempeñó de manera
sucesiva los cargos de comandante general e intendente de Nueva
Galicia y presidente de la Real Audiencia de Guadalajara. La presión
británica sobre las colonias hispanas aconsejó que, en 1804, fuera
nombrado virrey del Río de la Plata, pero su designación quedó
revocada al ser nombrado virrey del Perú, destino del que no pudo
tomar posesión hasta 1806, ya que fue apresado por un navío inglés
cuando regresaba a España.
Desde su cargo de virrey del Perú, José Fernando de Abascal fue un
decidido oponente de la emancipación de Hispanoamérica. A su
llegada a Lima, las colonias españolas peligraban más que nunca a
causa de las ambiciones del Reino Unido y de las ansias
independentistas. Cuando en torno a 1810 estallaron las
sublevaciones, Abascal reorganizó el Ejército, incrementando la
oficialidad española, y convirtió el virreinato en el centro de la
contrarrevolución: ocupó el Alto Perú, liquidó las sublevaciones de
Chile y Quito, abortó las intentonas en el propio Perú y obstaculizó los
avances de los rioplatenses hacia el norte. Incorporó además a su
virreinato las provincias de Córdoba, Potosí, La Paz y Charcas, así
como la capitanía y la Real Audiencia de Quito. Los nuevos conatos
revolucionarios en Cuzco, Tacna y Arequipa, espoleados por las
medidas liberales introducidas por la Constitución aprobada en las
Cortes de Cádiz, fueron igualmente reprimidos.
José Fernando de Abascal introdujo en el virreinato algunas reformas
de orden político. A pesar de que era un realista convencido, trató de
americanizar la administración colonial española con la fundación de
un partido criollo y del llamado Regimiento de Voluntarios
Distinguidos de la Concordia, que integraban por igual criollos,
mestizos e indígenas. Abolió la Inquisición en el virreinato y
promovió diversas iniciativas sociales y culturales: fundó el Colegio
Médico y el Colegio de Abogados del Perú, creó numerosas escuelas-
taller e inauguró la Escuela de Medicina de América y la Real Escuela
de Pintura de Lima. En 1816 pidió ser relevado, y le sustituyó su
colaborador Joaquín de la Pezuela. De regreso a España recibió el
grado de capitán general y fue nombrado miembro del Supremo
Consejo y Cámara de Guerra.

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