Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Oremos.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar
siempre el bien y gozar de su consuelo.
#491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María "llena de gracia" por Dios (Lc 1, 28) había sido
redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa
Pío IX:
«... la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer
instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de
Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803).
492 Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su
concepción" (LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la manera más sublime en atención a los méritos
de su Hijo" (LG 53). El Padre la ha "bendecido [...] con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo" (Ef 1,
3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha "elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e
inmaculada en su presencia, en el amor" (cf. Ef 1, 4).
493 Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" (Panaghia), la celebran "como inmune de
toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56). Por la gracia de Dios,
María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.
MAGNIFICAT
(Lc 1, 46-55)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su
esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es
santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.
María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el
Hijo, y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho madre de Dios.
Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos; tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a
nuestros enemigos. Manda a tus siervos el socorro del cielo.
Meditación silenciosa
00HS 8 DE diciembre
Oh Dios, que por la Inmaculada Virgen, preparasteis digna morada a vuestro Hijo; os suplicamos que, así como a
ella la preservasteis de toda mancha en previsión de la muerte del mismo Hijo, nos concedáis también que, por
medio de su intercesión, lleguemos a vuestra presencia puros de todo pecado. Por el mismo Jesucristo, nuestro
señor. Amén.
Bendita sea la santa e inmaculada Concepción de la gloriosa Virgen María, Madre de Dios.
Avemaría.
Oh María, que entrasteis en el mundo sin mancha de culpa, obtenedme de Dios que pueda yo salir de él sin
pecado.
Avemaría.
Oh Virgen María, que nunca estuvisteis afeada con la mancha del pecado original, ni de ningún pecado
actual, os encomiendo y confío la pureza de mi corazón.
Avemaría.
Por vuestra Inmaculada Concepción, oh María, haced puro mi cuerpo y santa el alma mía.
Avemaría.
Oh María, concebida sin pecado, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos.
Avemaría.
Meditación silenciosa
01hs “Aquí estoy, yo vengo para hacer, Dios, tu voluntad” (Heb 10,7).
El texto concluye con una referencia que envuelve todo en el silencio de un nuevo Génesis porque el “hágase” (v38) de
María no es “cumpliré” sino un “suceda” la acción divina que el Angel le anunció y sus consecuencias.
Meditamos en silencio…………
Cantamos….Oh Santísima
Oh Santísima, oh Purísima,