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“Desde mi terraza en Almagro, tierra liberada, en puntas de pie entre dos macetas, agito mi mano linguida hacia los balcones de los contrafrentes y te saludo, oh pueblo monto- nero”, declama ella en las primeras lincas del libro, Lega desde el mundo de los blogs y de los droits de Fhomme “de donde la desterraron aunque siempre est volviendo- para contamos sus suefios, sus pesadillas, sus temicas, para hhablarnos de hijs, cumpas y militontos, de personajes adora- bles y otros malvados de pelicula, y de Argentina y de Site, Jas abuelas que la criaron cuando sus padres desaparecieron. 1a Princesa Montonera anduvo por el mundo y hoy regres con los puiios llenos de verdades. O no. “Vol y soy ficcio- nes’, aclara sin hacerlo. Y nos deja esto: un librazo, honesto, divertido, escrito con las tripas aunque lo disimule con una pluma maravillosa y delicada. il | || il olrssero! 143547 Int g &. a Mariana Eva Perez DIARIO DE UNA PRINCESA MONTONERA —110% Verdad— Dongiiromes ge Diario de una Princesa Montonera —110% Verdad— * Mariana Eva Perez ee Diario de uma Princesa Montonera Saludo Desde mi terraza en Almagro, tierra liberada, en puntas de pie entre dos macetas, agito mi mano languida hacia los balcones de los contrafrentes y te saludo, oh pueblo montonero. Del otto lado del mar quedaron el francés, el frio, las flores verdes, Extraiié mi casa, mi castillo de cuento de princesas. Du- ante dos meses vivi en: amplio departamento en el XVI&me de Paris; espaciosas viviendas sociales, todo sol, todo luz, en Zurich y en Utrecht; buhardilla en Bruselas; sétano en Lieja; casa centenaria en la campifia francesa, con establo, huerta y gallinero; piso antiguo con ventanales al canal en Kreuzberg, Berlin. Y por primera vee, jpremio para la huérfanal, no hay lugar como el hogar. En Almagro es verano y hay mosquitos —y si esto fuera un testi- monio también habria cucarachas, pero es ficcién-. La tierra se cubrié de pasto, la pasionaria explota, tropical, el jazmin chino ‘repé por el cable de fibra éptica hasta la terraza y tengo la plan- ta de marihuana més grande que vi en mi vida. Jota organiza asados y salidas,llena las alacenas y se reencuentra con su tambor. Yo sigo con jet-lag. Deambulo por la casa sin horarios, perdida. Pero con el cambio de estacién me siento florecer de golpe, sour 2 coup. Teléfono ‘Ya me llamé Gema. Desde que me echaron de ***, me llama ‘cada tanto, No tengo confianza para decirle que no me gusta hablar por teléfono y que los dite de homme ya no son més lo mio, A ella también la echaron, en su caso de “**, y también le dijeron cosas muy feas que no se le dicen a una huérfana. Eso 10s une un poco. Come ne cuenta fait pas quoi de una ley para los hijis, algo de una reunién con la compafiera diputada hiji y sus asesores. Yo digo mmmh y aj4 mientras arranco yuyos. Me propone una reuni6n, me invita una cerveza. Lo de la cerveza no suena mal. Un poco le admiro las ganas de rosquear, otro tanto me agobia. Pero eso no se lo digo. Me dejo melonear como si me dejara chamuyar en una fiesta. Me gusta. Qué putita. Pesadilla en francés se dice cauchemar Suefio que participo de un focus group en una consuleora, Es tuna casa antigua acondicionada como oficina con mucho dur- lock y alfombras. Hay una mesa larga. A mi derecha esté sen- tada Juli, a mi izquierda Argentina. Enfrente, el empleado que toma la encuesta: joven, traje oscuro, corbata, algo siniestro en su prolijidad. Pan ale participar habja que traer un informe del bance. ‘Argentina habia decidido que fuera de Ja cuenta en la que se deposita Ia pensién del abuclo, tan miserable. Pezo yo no fui, 0 fui estaba cerrado, No tenemos el informe. Argentina pro- mete que lo traemos mafiana. Hay otros papeles que tampoco estan en regla, pero ella ruega y nos admiten. -10- Diario de uma Princesa Montonera Todos los encuestados somos familiares de desaparecidos. Las preguntas son apenas una excusa para el video que proyectan cuando terminamos: una publicidad de un curso de superacién personal para victimas del terrorismo de Estado. Argentina va de acé para alli como una ardillita, sonriéndole a todos con esa sonrisa servil que camufla su muchisima astucia, echéndome miradas de complicidad con sus ojos brillantes y chiquitos. Yo estoy con ella, juego en su equipo, soy su preferi- da, ella es la més viva de todos y todo va a salirnos bien. A ella no la engafian con ese video, ella no compra nada, ella quiere cobrar por nuestra participacién, agradecerle al tipo de traje y corbata con toda clase de reverencias y genuflexiones y si te he visto no me acuerdo. De pronto, gritos, corridas. En alguna parte de la casa-oficina cesté escondida Patricia. Es empleada de la consultora o tiene que responder Ia encuesta 0 presentar un informe del banco. No sé. Estd en falta y la estén buscando para llevarsela. La busco por habitaciones semivactas, por los bahos. Me acompatia Jora, que de a ratos también es Martin. La llamo: ;Patricia! Patricia! Y también como le decfa Martin: ;Pary! ;Paty! La Paty que busco tiene mi edad, pero es mi mamé, esté abi, viva y oculta, pero esti desaparecida, y todo esto es un suefio y en el suciio pienso que es la primera vez que la llamo Paty, que leestoy hablando, aunque sea en esta pesadilla, y que eso es mds que nada. La busco sabiendo que es mejor no encontrarla y que siga escondida, pero la busco porque necesito verla, aunque sea en suefios. Salimos a la vereda. Estamos en la calle Cuba, en la puerta de mi escuela primaria, enfrente de la plaza Belgrano. Ahora sé que Argentina también esté perdida o en Ja clandestinidad. Estoy ee ‘Mariana Eva Perez sola con Jota, que ya no es para nada Martin. No sabemos qué hacer, adénde ir. Desde Juramento viene caminando la abuela. Cirujea. Carga bolsas de nylon y su sonrisa es mds extraviada {que nunca, Pero en sus ojos esté ese brillo, Me hace una sefa, la sigo, esperamos la luz verde del seméforo, cruzamos a la plaza. ‘Me explica algo, me tranquiliza pero no mucho, me manda de nuevo al banco. Estoy sola y atravieso cuadras y cuadras de un microcentro que se parece a la zona de Rogier, en Bruselas: desierto, sin carteles, gis. No encuentro el banco, no encuentzo a nadie y estoy muy lejos de casa. Me despcr pensando que pesadil en fanoés se dice cauchemar. Blog temético Tengo blog nuevo: Diario de una Princesa Montonera. El te- mita éste de los desaparecidos et tout ga viajé de polizén en las crénicas europeas, me boicoreé el plan de escribir sobre la escri- tura y hasta logré colarse entre los dichos de mi abuelo, al que no le gustaba hablar de esto. Me cansé de luchar: hay cosas que quieren ser contadas, como mis escalofriantes entrevistas con el penitenciario Fragote o el almuerzo con Mirtha Legrand. El deber testimonial me lama. Primo Levi, jallé vamos! Engagée Miento cuando digo que los droits de l'homme no son més lo mio y en la formulacién de esa frase que quiere ser provocati- va estd la mentiray porque justamente los Droits de Homme s. son lo mio ahora. He devenido (ino puedo parar de frafiolear!) 1 Diario de una Princesa Montonera Princesa de su JetSet Francéfono. Cet la clase. Luchés por la verdad y la justicia y al mismo tiempo acumulés millas. La 7 brecha idiomatica te obliga a ser més reservada, casi misteriosa, pero también te quita matices y te hace més combativa. Ade- mids en el Réseau soy la mds joven y el papel de la militonta precoz siempre me salié bien, Después de cada encuentro del Réseau en Bruselas 0 Lieja, cada dos afios, queda algo como una resaca de entusiasmo que en junos meses se diluye, hasta que empezamos con los preparati- vos para la siguiente reunién. Pero esto es distinto. Los mails van y vienen todos los dias. Wadad y Nassera agitan mds que ‘nunca para crear la asociacién civil y yo estoy a punto de poner en contacto a Béatrice con los salvadorefios que buscan nifios desaparecidos /a-bas. Ah, si, nifios desaparecidos en medios ru- rales, eso también te manejo. Intimo sentimiento de venganza: tomd, Nene, tomé, vos y to- dos en *, que crefan que me desterraban de la escena derecho- humanistica mundial y sélo me expulsaban, para mi bien, de lo gue empezaba a ser el vip del ghetto portefio. Intimo sentimiento de venganza, pero también auténtico su- bidén militonto. Ou activist, on peus dive, Activist me encanta, engage también. J'adore le fangais! Argentina A veces hablo como ella. Digo dios mio, digo qué lindas tenés las plantas. Empieza a no joderme, a doler menos, a gustarme. ‘Me gusta pensarla como en los 80, de gran charla con vecinos © parientes, en Olivos o en Cérdoba, sentada en un muito, tun cantero 0 un escalén, en un jardin o en la vereda, pucho “13+ Mariana Eva Perez fen mano, la camisa azul de mangas cortas, la esclava de plata amarillenta y el reloj auromatico, malla de metal, cuadrante verde, encontrado en el piso del Pumper Nic y guardado répida y sigilosamente. Mas tarde, ya en casa, me lo mostrarla y diria: lo encontré en el piso. Robar es pecado. Como el onanismo. Cuando yo tenia diez afios se hizo evangélica. Pero siguié ha- blando mal de todos como antes de recibir a Jesucristo como su salvador. Sépanlo, lectores, sépanlo de entrada los que la cono- cieron, Hablaba mal de vos, Adela, porque te enganchabas con tipos casados; de vos, Carlos, porque no tenias trabajo; a vos, Susana, te imitaba el tono de voz, entre gangosa y mosquita muerta, y la cara como de estar un poco oliendo mierda; tenia acusasiones de corrupeién, nepotismo y megalomania, claro que no con estas palabras, para todos en ***. Con otros, habla- ba mal de mi. Preferiria eludir la alegoria fécil, pero lo cierto es que se lamaba Argentina. Pura Argentina, Cordobesa, cabecita negra como le decfa la suegra que era una gallega analfabera, pero tan ingrata que ni siquiera fue peronista -aunque a Evita la querfa porque les puso el teléfono-. Se llamaba Argentina y nacié en el campo, terminé la primaria de grande y también grande se casé, tuvo puesto en la feria municipal, almacén en Caseros y restordn en Barrio Norte, era bajita y gil, clientes y empleados la amaban y le decfan la ardillita. Tavo un solo hijo, le dio todos los gustos, lo mandé a una escuela privada y a piano. Se lo llevaron y le de- jaron una nicta chiquita y un marido viejo y enfermo, Con las sucesivas ctisis perdié todo. Cuidé chicos, vendié Tupper, Ts y Amodil, cociné pata afuera y hasta para un perro. Recuperd alguna sensacién de-dignidad en ***, aunque las dos sabfamos que habfa mucha pose en eso, mucha viveza de é&a que tuvo “4 Diario de una Princesa Montonera para sobrevivir, porque ahi también cocinaba y hacfa unos pe- sos, y al mismo tiempo lo de la Dignidad, si, las dos cosas. No podfa dejar de hablar de mi y yo no puedo dejar de hablar de ella. Le dediqué una obra de teatro y no fue suficiente. Estoy tan Ilena de Argentina como vacia de mi padre. Ven? Seria mejor bautizarla Juana o Petrona y evitar la tenta- cién de la metéfora. Proverbio chino ‘Si quieres ser feliz durante una hora, emborrachate. Si quieres ser feliz durante tes dias, edsate. Si quieres ser feliz durante ocho dias, mata un cerdo y cémetelo, Pero si quieres ser feliz durante toda tu vida, convitrtete en jardinero, En la lista de la felicidad china, escribir sobre el temita no figura. Dios No sé cémo serd el dios al que Béatrice, todavia, tiene ganas de pedirle algo, después del asesinato de toda su familia, después de la desaparicin de sus tres hijos, después del genocidio en Ruanda. A mi la fe en dios me abandoné en la pubertad. Cuando era chica, la flashé con La Biblia para los Niris y decidi tomar la primera comunién. Me confesaba con el Padre Horacio, el pa- “15 ‘Mariana Eva Perce troco de la Redonda. Tenia tanto miedo de Jestis como del dia- blo. Sabia, por Site, que los judios no crefan (no crefamos?) que fuera el mesias. Yo, zcrefa o no? No estaba segura. Me daba impresién verlo siempre en la cruz, con la corona de espinas, los clavos y el agujero en el costado, 0 como m{nimo con el corazén al aire y prendido fuego. Si me gustaban las canciones de la misa de nifios y fantaseaba con la idea de ser scout como Jose, aunque Argentina no me dejaba ir de campamento por- que le daba miedo, no sé de qué. Después nos mudamos lejos de la iglesia, Argentina se hizo evangélica y el abuelo empez6 la Gira por los Hospitales Portefios 1988-1989. Me confesé una vez en la Castrense sin saber que castrense quiere decir de los milicos. Hice la cola detrés de mi nueva vecinita Ana Carolina, que ademés de la Castrense me hizo conocer los Pin y Pon. Me Ilegé el turno, abri la puerta del confesionario y me arrodillé delante del cura, los codos en sus rodillas, como hacfamos to- dos los chicos en la Redonda con el Padre Horacio. Enseguida me di cuenta de mi error, cuando le vi la cara de sorpresa y sus- to, Era un cura joven, con mucho pelo. negro. No me eché del confesionario pero, para abreviat, propuso un multiple choice de pecados que arrancé mal. CURA: ;Desobedecés a tus paps? PRINCESITA MONTONERA: No tengo a mis papés. Estén desaparecidos. Me despaché con un Padrenuestro y un Avemarfa. Nunca més tuve ganas de ir a misa. Poco después, Site me conté Ia historia de un pogrom que su- frieton sus antepasados, 0 sea los mios, con especial énfasis en. una imagen sanguinaria en la que aparecen una embarazada, tun cuchillo y un almohadén de plumas y que por una decisién “16- Diario de wna Princesa Montonera estética no voy a reproducis, y entonces, de trigica que soy; me asumi judfa. Digo ai dios quiere por culpa de la avila Argentina que se mete donde no la llaman. Dios no existe, obvio que no. Pero Béatrice me esctibe: que Diew te bénise, solamente porque me acordé de los salvadoreiios y mandé un par de mails. Me suena excesivo, aunque no me puedo dar el lujo de rechazar bendi- ciones. Las huérfanas arrancamos el partido con maldén. Que me bendiga entonces el dios de Béatrice, que me bendigan to- dos, Jehova de los Ejércitos, la Difunta Correa, Ganesha, Santa Juana de Arco, el I-Ching, Gilda, el Buda del dinero, que me bendigan todos y cada uno, que me ayuden a escribir hasta quedarme vacia y limpia y nueva. Esma Saskia, mi amiga de Utrecht, esté en Buenos Aires y se queda en ‘casa. Hoy la acompafé a la puerta del Hospital Naval a tomarse el 15. Vaa la Esma, a la visita guiada ~es historiadora—. Yo no ‘voy mas. Fui tres veces, la dtima con Jota. Hacfa poco tiempo que salfamos. La Esma todavia no estaba abierta al puiblico to- dos los dias. Arreglé una visita para unos amigos y lo invité. Tal vvez podés hacer una nota, le dije. Se tomé unos dias y contesté que s{, muy serio, con esa seriedad desconcertante que tenia al principio. Recorrimos el sétano, el Dorado, los Jorges, legamos a Capucha. PRINCESA MONTONERA: ;Querés seguir con la visita guiada normal o pasar a la biogréfica? JOTA: La biogrdfica. (Se separan del grupo que se ditige al camarote de Norma Arros- “ye ‘Mariana Eva Perea tito y ella le muestra a él el cuartucho donde su madre esperé el momento del parto. El ala del recho que da hacia Avenida del Libertador cae abruptamente y deja poco espacio para estar de pie. Es noviembre, como entonees, y hace mucho calor.) PRINCESA MONTONERA: Deberian poner el nombre de mi vieja en la puerta, porque ésta es su pieza. No es la pieza de las embarazadas. Cuando la trajeron, la pieza de las emba- razadas no existia mds. Por eso la pusieron acd. En este lugar guardaban escobas, trapos, cosas de limpicza. El camarore de ‘Norma Arrostito dice que era de ella, okay, yo quiero que pon- gan una estrella con el nombre de mi mamd en esta puerta, como en un camarin de Hollywood. (Joca no le festejael chiste. La envuelve en un abrazo intermina- ble. Pasa por detrés de ella la visita guiada, se oyen explicaciones sobre la Pecera. Ella suspira e intenta zafarse, él se las ingenia para seguir abrazndola y ademés acariciarle el corazén. El gru- po vuclve a pasar rumbo a Capuchita. Ella propone seguir, Su- ben la escalera que va a Capuchita, ella antetileima, Jota al final Jota aprovecha y le toca el culo, Ella ¢s feliz. En la escalera que va de Capucha a Capuchita.) Princesas Las princesas guerrlleras nos llamamos todas igual: Victoria, Clarisa, Marfa, Eva, Marfa Eva. Hay nombres muy montos aunque sin referencia directa a ninguna médrtir: Paula, Danicla, Mariana, Lucfa o Lucila, Julia o Juliana. Las nifias perras serin. Clarisa aunque también Victoria. El nombre ‘Tania me parece un hallazgo, es perro y fantasioso al mismo tiempo. También esté el clisico recurso de ponerle a la nifia el nombre de guerra ee Diario de una Princera Montonera de la madre, 0 pasar al femenino el nombre del padre: festin y seguro de retiro para nuestros psicoanalistas. Es muy dificil anonimizar un grupo de hijis. Todas se llaman igual. Se pueden lanzar sus nombres al aire y que caigan en cualquier lado. Maria sera Clarisa Clarisa sera Paula Paula sera Eva Eva sera Victoria. Y habré una hiji con nombre de abuela. Gema, por ejemplo, Todas Princesas Guerrilleras hijas de la revolucién y la derrota. ‘Antigonas y Hamlets, todo en uno, en una. \ Nifias que saben coser y saben bordar pero la parte de abrir Ja puerta para ir a jugar te la deben porque se hicieron responsables por todo demasiado pronto por lo que recordaban y por lo que habfan olvidado O cursed spite! Princesas del cuento equivocado. : Princesas cuando Disney no hablaba de princesas. i Princesas de la época de Bambi en el cine Los Angeles Bambi y su madre asesinada, Después fue Annie tomorrow tomorrow. Para Andreita del Boca llegaron tarde habria sido espectacular llorar con ella. pero no, la referente en dictadura era Lorena Paola oie Mariana Eva Perez gorda boba y feliz. Dulces como Heidi sufridas como la Cenicienta liicidas como Jane Eyre ‘morales como las chicas de Louisa-May Alcott. Me acuerdo de una huérfana Alcott, Rose Campbell. Vivia con el tio paterno del grupo familiar Campbell-Campbell. El tio Alec era guapo y piola. En los cuentos de princesas guertilleras, el to Alec también esté desaparecido. Crecieron las princesas. Son mayores que Andreita, que Annie, que Rose, que sus madres. Son mayores que Antigona y que Hamlet seguro. Sobrevivieron. Ya se tifien el pelo y se ponen cremas. Y siguen siendo princesitas huérfanas dela revolucién y la derrora en dl exilio eterno de la infancia. Tiemblan los villanos del ghetto, que los hay La casa de Gema y Mateo es igual a la mia. No ésta, la otra, Ja que compré con la indemnizacion, la que estd embargada, Enorme, antigua, de techos altos, las mismas puertas sin termi- nar de liar, los mismos muebles viejos, esto tltimo literalmente, ee Diario de una Princera Montoners Gema y Mateo me compraron cl aparador y cl dressoire cuando me mudé con Jota. Asi somos los hijis, fans del pasado. Nos gus- ran los mercados de pulgas y los remaces y venimos sosteniendo Ja industria del mosaico calcérco desde fines de los 90. Eleva- mos el precio de los PH en los grandes centros urbanos. De verdad, Hay una investigacién del Conicet sobre este tema. Sa- bemos lo que quiere decir banderola, celosfa, postigo. El que no vive en obra es porque lo cagé el arquitecto. ;Vieron lo que cuenta Félix Bruzzone en Los Topos acerca de los albaitiles que le usurpan la casa? Es tal cual. A Gema y Mateo los cagaron con la planta alta. Para subir ala terraza hay que pasar un entrepi- so que es apenas mas que un andamio. Pero jugarse la vida vale la pena: Gema y Mateo son duefios de todo el ciclo de San Telmo, bajo el que crece una desfachatada cantidad de plantas de faso, Conozco a casi toda la fiesta. Todos hijis. Estin Las Chicas, como dice Gema: Carla, Lucia y Victoria. Ya en los comienzos de H.IJ.O.S eran re amigas. Andaban siempre juntas, cuchi- cheaban y se tentaban en las asambleas, se iban de vacaciones a Cuba, se ponfan de novias con otros hijis. Eran hijis pero eran minitas. ¢Cémo hacian? Tenfan un look entre hippie y rollinga pero sin exagerar: pelo largo con raya al medio, jeans oxford, algin pafiuelo con hilos plateados al cuello. Yo me habia com- prado un pancalén de vestir para ir a entrevistas de trabajo en bancos y me habfa cortado el pelo como un varén. Hoy, ten- {go puestas unas babuchas negras, remera rayada blanca y gris, chaleco de duvet verde, alpargatas negras con pintitas blancas. Estoy fumada, y me divierte estar fumada y disfrazada con gen- te que me conocié militonta y careta. Estoy con Jota, hay cum- bia, choripén, es verano, es una terraza en San Telmo, somos casi todos huérfanos pero bailamos. Es la felicidad, la epifania. -2- Bailo casi toda la noche con Las Chicas, aunque hace mil que no las veo, aunque nunca fuimos amigas. Me encanta ser de las, minitas que bailan, es realmente mi lugar en el mundo. Cada tanto le bailo a Jota aunque en realidad bailo para él todo el tiempo. Excepto durante un rato larguisimo en el que converso con Mateo. Es la primera ver que hablamos. No lo conocf en H.LJ.O.S. aunque estuvimos al mismo tiempo —en realidad yo casi no estuve-. Conoco bien la historia de Mateo, su paso por Campo de Mayo, el reencuentro con su abuela, pero no lo conocfa a él y sin conocerlo ya lo quiero. Me pasa con todos los hijis. Pero Mateo ademas convida de su cosecha hasta el despropésito, y habla de arte y de si mismo como artista con una sinceridad que me conmueve. Aunque no entiendo mucho lo que dice. Sigue la cumbia, siguen llegando hijis, Hega Ernesto y por fin nos conocemos las caras. El afio pasado nos peleamos por mail a propésito de un homenaje a Paty, una baldosa en Boe- do, me invitaron sélo a la colocacién y no cuando la hicie- ron, yo, su hija, cual publico invitado, escindalo. Le refregué a Emnesto todo mi prontuario militonto, Cuando Gema me conté que no es un advenedizo militante barrial sino Hiji y uno de los que tienen problemas con esa ley y tenemos que juntarnos y bla bla bla, me dio mucha vergiienza. Pero hoy no me da vergiienza nada. Cumplimos con el saludo oficial: abrazo prolongado, sobamiento de espalda, la hiji mujer le apoya un poco las tetas al hiji varén pero no pasa nada por- que somos como hermanos. De repente no puedo més con el temita y le pido a Jota que volvamos. Imposible. Vinimos en el bélido y hay que esperar que Jota retina la tropa dispersa de sus facultades mentales. Necesito aunque sea un recreo. Bajo a Diario de wna Princesa Montonera para encerrarme unos minutos en el bafio, pero me intercep- ta Gema. Estamos solas, no tengo escapatoria. Me empieza a hablar otra vez de esa ley y ahora si presto atencién. jEs la ley 25914! Estés confundida, Gema, no es una ley para todos los hijis. Abro la boca para explicarle y la informacién sale como un vémito. No tenia idea de que todo esto esta- ba en mi cerebro. Sé un montén, soy una especialista. 0 no? {Existié de verdad la 25914, la milité, tuve reuniones y hasta fui a un congreso en El Salvador para hablar de eso 0 estoy inventando? Gema me dice que estén organizando una reunién con todos los hijis que tienen problemas con la ley (“Problemas con la ley”, qué western, pienso), que si ¢s una ley de hijis tenemos que entrar todos. No me convence, no quiero saber nada con indemnizaciones que me paga el Es- tado y me embarga Gustavo, pero le digo que si, que cuerite conmigo, que estoy adentro, que vamos a juntarnos a pensar esa ley 0 alguna otra, que me cansé de estar escondida debajo de la alfombra. Eso dije y me sorprendi, porque no lo sabia, El Nene Lo cuento por puro deber de memoria, porque me parece de muy poco vuelo meraférico. Sofié que me paraba delante del Nene y le decfa: hola, hijo de pura. Pienso en el Nene, en el Nene hoy, con su tos de fumador, su habito de beber en horas de trabajo y su puesto encumbrado en ++, y casi me alegro de que Jose tenga eternamente veinticinco afios. Que esté desaparecido por intentar reengancharse como tun boludo en 1978. Que no haya devenido triste forocopia del militante politico, un operador profesional, un canalla que apa- -23 Mariana Eva Petez ratea hasta los velorios. Siempre un montonero guapo, joven y mértir y nunca un claudicante ni un traidor. Hola, hijo de puta. Volvi y soy ficciones. X26 Picana, golpes, pentotal, colgado. Eso decfa un libro que en- contré en casa a los ocho o nueve afios. Tapa en blanco y negro, foto de un cochecito quemado, en los huesos de su armazén metilico, de fondo una pared con agujeros de bala. En el medio de un capitulo sin titulo, por sorpresa, a traicién, secuestrarian a Patricia J* R*.¥ un par de paginas después, a ella, hasta el momento, no la habian torturado fisicamente. Su marido si habla sido brutalmente torturado durante dias, con picana, golpes, pen- total, colgado. Su marido es mi pap, Jose 0 Josecito —no José, José es el abuelo-. El nene del que Argentina habla todo el tiempo, bueno, bueni- ro, amoroso, lindo, rubio, muy distinto de las tres fotos que es- én bajo el vidrio del aparador: 1) la foto carnet de los afiches de 2) otra donde tiene bigotes y parece més morocho, 3) una en colores, con el pelo un poco més largo, en la jugueteria (la tiktima). Esas foros me dan un poco de miedo. No parecen de la misma persona. De Josecito, en cambio, hay lindas fotos colo- readas: muchas cabezas de Josecito bebé, Josecito disfrazado de mandarin, Josecito en bici, Josecito en la Primera Comunién. De él me cuentan muchas cosas divertidas. Somos parecidos. El es travieso, aplicado y enamoradizo. Tenemos los mismos padres y nos llevamos igual: bien con Argentina y mal con José. Somos como hermanos. Pero también es mi pap4, me cambia los pafales y me da el postrecito. Picana, golpes, pentoral, col- Pare Diario de una Princesa Montonera gado. No sé qué significa pentotal, no sé qué significa picana, no entiendo cémo puede ser colgada una persona. Hay otra imagen, otra lectura clandestina o fancasfa o pesadilla: tuna forma de tortura que es poner los pies del prisionero den- tro de tachos con cemento. Quizas lef algo sobre unos cuerpos cencontrados en tachos de cemento en el canal de San Fernando, en el boletin de *** que trae Site. Me pregunto sia Jose también le hicieron eso, Siento su dolor en mi cuerpo, siento la picana aunque no sepa qué ¢s y siento los pies que se rompen cuando endurece el cemento. No tengo palabras para decitlo, no se lo puedo decir a nadie, pero lo siento, Pasan los afios. Soy adolescente y encuentro una foro de Jose que nunca habia visto. Un grupo de egresados con uniforme rodean a una profesora sentada en un escritorio. Cada alumno sostiene una galletita Criollita y la profesora, el paquete. Y en esa foto, sonriendo con la boca cerrada, estoy yo. Mi versién masculina, Mi hermano. Mi gemelo perdido. Perdido, si. Por- que ahora mi tinico hermano es R*, el bebé que nacié en la Esma y que Tengo Que Encontrar. ¥ no sé quién es mi padre. ‘No sé cémo pasé, en qué momento dejaron de decirme algo las anécdoras de Argentina (el cuete que le puso bajo la silla a la abucla gallega, la carta de amor que le escribié a la compafieri- ta, los eximenes de teoria y solfeo, el cuchuflito para el asma, uunay otra ver, el cuete, la carta, eoriay solfeo, el cuchuflito, una y otra vez), en qué momento su Jose se me volvié un extrafio. ‘Mastas 0 Anibal. Ni siquiera otra identidad, jotras dos identi- dades! No sé quién sos, Matias o Anibal. Es 1995 y te escribo: i imagen de vos se compone de miles de vidrios fragmentados hoy escribiria vidrios estallados y que no compongan nada~, Sélo te conozco en la tortura, en el dolor de imaginar que te +25 ‘Mariana Eva Perez rorturaron. Picana golpes pentotal colgado, escribo. Las aristas de los vidrios que forman tu imagen siempre terminan clavadas fen mi carne, eseribo, martir, una joven San Pantaleén de los 90, de pelo corto como mi hermano 0 como mi padre, hondamen- te hiji antes de H.IJ.0.S. Hoy Macri encargé para la guardia metropolitana quinientas pistolas’Taser X26, “was armas para inmovilizar a presuntos de- lincuentes con descargas eléctricas”. Las aristas de los vidrios etc. Siempre segiin el mismo libro ‘A Paty la habrian secuestrado por practicar natacién y tenis, pero sobre todo por federada de ping-pong. ‘Argentina volvié de la muerte Esté como cuando yo era adolescente, setenta afios bien lleva- dos. Su vuelta me sorprende y me alegra. La extrafiaba. Me quedo sola en In casa donde Argentina vive ahora. En- cuentro sobre una mesa unos libros de los evangélicos. Biblias y otros textos también en papel de biblia, encuadernados en ‘cuero y con los bordes de las hojas dorados. Libros de distintos tamatios, apilados prolijamente sobre una mesa. Las fajas dicen los precios, que son exhorbitantes y ridfculos, como 72.353 120.862, sin signo peso. No sé si los compré o los esta por comprar, o me va.a decir que. ella se los regalaron y voy a tener {que hacer de cuenta que le creo. Agarco los libros sin ningiin respeto y me voy a buscar a Arge tina. Ya se me pasé la alegria, ya volvié el quilombo, -26- Dicrio de una Princesa Montonera Homenaje a lo pavo ‘Hay un homenaje a los desaparecidos que pasaron por una co- Ionia de vacaciones de la cole. Paty veraneé ahi una vez, cuando tenia siete afios: raz6n suficiente para que graben su nombre en una baldosa y la homenajeen. 2Es Verdad o es Hipérbole? Lo dejo a tu criterio, lector. El evento no sélo no me convence: me enoja. ;Qué clase de homenaje es uno tan indiscriminado y arbitrario? Ademés que- da pasando Lujén y es domingo; para Ja vuelta hay domingzzo gatantizado, Pero Site y Soli quieren ir y hay que llevarlas. Hace mucho calor, el bélido no tiene aire acondicionado y tiltima- mente se para. Me encomiendo a la buena suerte ~desventajas del ateismo~ cuando subimos a la autopista. Llegamos temprano. Nadie previé que los padres de los desapa- recidos tienen todos més de ochensa afios y no hay ni una silla. Gestiono una, Site no se quiere sentar, lo de siempre. Para dis- traerme, presto arencién al dato de que la baldosa fue hecha por cierto grupo de vecinos memoriosos de Almagro. Tiaco de no prestar arencidn a nada mis. Nia la semblanza lavada de la ge- neracién de los 70, ni al aurobombo de la institucién homena- jeante-homengjeada, ni a la lectura de los nombres, ni mucho menos al gtito (spor qué hay que gritar?) treinta-mil-compa- feros-detenidos-desaparecidos-presentes-ahora-y-siempre. No contesto, ni siquiera murmuro. Como en los casamientos por iglesia, me mantengo en hosco silencio aunque me sé la liturgia de memoria. Cuando se termina, me acerco a una de las vecinas de Almagro. Le cuento que hace mucho que quiero marcar de alguna manera nuestra titima casa. Le pregunto con quién hay que contactarse “27 ‘Mariana Eva Perea para poner una baldosa en Palermo. Me responde que ellos pue- den encargarse. Se ve que no son tan estrictos con zonas, subzo- nas y reas como los milicos. Me cuenta que muy pronto van a hacer varias baldosas juntas en un centro cultural del barrio, que si quiero puedo participar. Yeah. Aguante Almagro. ‘Me subo al bélido diciéndome a mi misma lo bueno que va a ser marcat ese otro lugar que si me hace sentido (como decia Martin en su frafiol intelectual). Pero no estoy contenta. Ape- nas tengo cierta sensacién de deber cumplido y todavia queda todo por hacer. En el viaje de vuelta, quiero parar a comprar conejo en esca- beche en la ruta, quiero pasar por la catedral, quiero cualquier cosa, Jota no me entiende, maneja nervioso porque el bélido es lento, y nos peleamos. Atrés van Site y Soli, incSmodas. Hace- je en silencio. Llegamos a casa y seguimos peleando. Hasta que Jota entiende que coda esta bola, el conejo, la catedral, el silencio, la hosti- lidad, es tristeza. Las ligrimas tardan horas en salir, como si vinieran de muy lejos. Para colmo, es domingo. La Princesa Montonera cumplié con todo lo que indica el protocol En la nifiez, reverencié de palabra a sus nobles padres ausentes, mientras intimamente y con culpa temia su regreso. En la adolescencia, lloré su suerte desdichada y odié alos milicos. Alos veinte, se abocé a la btisqueda de compaiieros de militan- cia, de cautiverio, amigos, ex novios. Se encontré con los que estaban en Buenos Aires y se carteé con los exiliados. oe Diario de xa Princesa Montonera Aprendié a decir nombre de guerra sin que sonara a delito, a ponerle incluso una entonacién amorosa. Fue al Equipo Argentino de Antropologia Forense, se enamoré de M. como todas, y se sacé sangre para identificar los restos de sus padres. Conocié los pasillos de Comodoro Py y tuvo trato con aboga- dos, jueces y secretatios. Declaré como testigo y presenté un escrito por derecho propio y sin patrocinio legal, jqué inocente! Dos veces le salié al encuentro al penitenciario Fragote, dos ve- ces cara a cara con ese reptil de ojos verdes y lengua seca a cuyo alrededor bajaba la temperatura, ya les contaré. Fue a tantos homenajes a los compafierosdetenidosdesapareci- dosyasesinados que ya no puede contarlos. Grité Presente cada vex que los oradores se lo requirieron y escuché con asombro y desagrado el primer Ahora y siempre, hoy otto clésico. En momentos de arrebato kizchnerista temprano, hizo la V de la victoria, Conocié a Kirchner y le conté que habia Horado con su dis- curso de asuncién, cuando reivindicé a los desaparecidos y los puso a refundar la patria, a la altura de los préceres y los inmi- grantes. Espero no arrepentirme, lo amenazé casi, porque ella siempre fue chiicara ante el poder. Te prometo que no te vas a arrepentir, le contesté Kirchner. Tiene una foto que registra se preciso instante, donde se miran con ojos de enamorados. Oh, instante sagrado en la vida de la princesa de la izquierda peronista. Climax de fe en la politica, orgasmo de credulidad, ao Mariana Eva Perea -30 Diario de una Princexa Montonera ‘Todas cosas de los veintipico. Entonces, ;cémo puede ser que de pronto, a punto de cum- plir los miticos treinta y tres, tenga pendiente encontrarse con tun compaftero del padre, sacarse sangre de nuevo en el EAB darse una vueltita por el juicio a los milicos de la Esma, asistir ana reunién de hijis, reunirse con los vecinos memoriosos de Almagro...? jReunirse con los vecinos memoriosos de Almagro! La Princesa Montonera interrumpe el relato de sus aventu- ras pasadas y fucuras y corre al Teléfono, lo cual indica que se trata de una verdadera emergencia. Se comunica con la veci- na Viviana y le pide perdén, le cuenta que habia corrido otro compromiso, que lo tenfa presente hasta esta tarde, pero que después jse olvidé! Miré lo que son las resistencias, comenta, sujeto y objeto de estudio al mismo tiempo. En cualquier mo- mento empieza a hablar de si misma en tercera persona como “dl familiar”. Puedo llegar en quince minutos, zhasta qué hora se quedan? Ya se van, pero acordaron hacer la baldosa de Paty y Jose junto con otras de Almagro a fin de mes. Alli estard la Princesa Montonera, desempefiando su cargo con lealtad y patriotrismo. Para no olvidarme, lo escribo en el blog, que es como peditle a un grupo de desconocidos que me hagan acordar. eo Refresco de: princesa montonera para: vecinos de almagro ‘fecha: 5 de febrero 20:07 casunto: baldosa Hola, Viviana. {Qué tal? (Yo mal. Para chequear la direccién de Gurruchaga tuve que buscar la carpeta amarilla que dice en el lomo: Pasricia 9 José - milisancia y desaparicin. Te imaginards los fantasmas que salieron disparados de entre sus pdginas. Lo bueno de tener todo tan clasficado es que una nunca se encuentra com es- tas cosas sin querer, por ejemplo buscando una foto de la primaria, de pronto, pafate, un habeas corpis rechiazado,) La diteccién de la tltima casa donde vivi con mis viejos, y de donde'nos secuestraron a mi mamé y ami (porque a mi también ‘me levaron en wn Taunus sin chapa, no sé si sabias, hasta hace ‘poco no me hacia cargo, pero st, No se extila ponerlo en la baldosa, ano? Algo como: “De agué también se levaron a la hija de quince ‘meses, horas mds tarde la dejaron con la familia paterna, pero igual la secuestraron y la tuvieron en algin lado todas esas horas”. Esa baldosa habria que ponerla en la vereda del Castillo de Alma- ‘gro, para que sea Ia propia Princesa Montonera quien ejercite la ‘memoria como un misculo todos los dias, para que se recuerde y reconozca ex detenida y sobreviviente, categorias a las que siempre se creyé ajens, la muy negadora), es Gusruchaga 2259 3° 20. Como ayer me preguntaste el nombre de pila de mi papa (por- que -el apellido sf lo sabtas, ay, Vivi, me hiciste acordar a la mi- litonsa que fui, lo digo com todo respeto por 1 milizancia actual, quiads a voi no te hace mal acordarte apellidos de casada de las desaparecidas), te refresco todos los datos: -32- ™ Rasmus eh nl cistieacsKametaicdaaicemNainLessis Diario de wna Princera Montonera José M* P* R* Patricia J* R* Fecha de secuestro: 6 de octubre de 1978 A mi papé lo secuestraron en su jugueterfa (me gusta decir ju- gueteria aunque vendia més articulos de cotillén que juguetes, me gusta evocar los juguetes, que el lector se pregunte adinde fueron a parar esos jugsuetes robades por los milicos, qué nifos jugaron con los, y nada de esto pasa si escribo que lo secuestraron en su comer- cio de articulos de cosillin) en Martinez, el mistno dia, mismo procedimiento, mismo grupo de tareas. (Yo digo procedimiento 1) digo grupo de tareas con toda naturalidad, también digo orga y ‘ahi Jota se re.) ¢Necesitan alguna informacién més? (Yo sf, yo toda, no se me pasa, necesito saber que les hicieron, dinde, cudndo, no tanto guié- nes, ellos no me importan, pero mis vigjos sf, cada cosa que les pas, todo, aungue'sea terrible, aunque no duerma Nunca Més, (porque si no lo sé, si nadie lo sabe, estén san pero tan solos en su ‘no-muerte,) Uw anRaz0 ¥ GRACIAS, P M Gustavo no es mi hermano Hubo un error en los anilisis genéticos y Gustavo no es mi her ‘mano. Sies un nifio desaparecido, pero me lo asignaron por erroz. Fisicamente es Gustavo: su cara, su altura, su pelo, las manos y los pies grandes, un poco excedido de peso pero no demasiado. Como en el suefio soy una militonta veinteafiera inclaudicable, ‘aunque no sea mi hermano lo acompafio en el complejo proce- ep so de Asumir Su Identidae. No hace mucho que a que exh areca conforme con -o resignado a~ ser mi hermano. Pero Jhon tiene que volver a analzarse, no ests seguro, da vuelas, siente culpa. Estoy con un grupo de personas en la calle y me llama por te léfono el abogado de Gustavo, uno que le pusieron los milicos. Me alejo para hablar ylo amenazo, no sé con qué palabras, pero sin dejar de ser amable y hasta cinica. Cuelgo muy satisfecha con mi performance. Gusto tiene que ir un casamiento. Lo paso a buscar Se puso tun traje que le queda bien y le disimula la gordura. Estarfa lin- do si no fuera por la cara de perdido. Tiene una bolsa de nylon en la mano. La abre y me muestra una peluca, casi idéntica ast. pelo, pero.con un jopo oxigenado. Me parece de un mal gusto incomprensible que lleve esa peluca al casamiento, pero tengo tanta delicadeza y paciencia que le sugiero como quien no quie- re la cosa que no la va a necesitar. No me hace caso y la lleva. “Mientras caminamos, en un descuido, le tiro la bolsa por abi Hoy me di cuenta No sé sia los milicos de Ja Esma se los esté juzgando también por el caso de Paty, Imagino que no. Pero no estoy segura. El juicio oral empezé mientras estabamos de viaje y después volvi- ‘mos y los amigos y los asados y las plantas y Site que se cayé... La revelacién me golpea. Yo; la esméloga més joven, otrora niffa precoz de los derechos hisimanos, no sélo no querello por mi madre sino que ni siquiera sé si estd incluida en este proceso. “34- | i esac a f Diario de wna Princesa Montonera Hospital Estoy en la filmacién de un documental. El lugar parece el bafio de un hotel de lujo, mucho mérmol, mucha ostentacién. Es un hospital. No hay paredes ni puertas, apenas columnas. Las salas son lofts con pocas camas. Las luces son naranjas, como de antorchas. ‘Terminan de filmar al abuelo. Me acerco a su cama. Lo veo ‘como tantas veces en tantas camas de hospitales, la sibana do- blada sobre la colcha, despeinado, venido a menos, pero limpio. Su cabeza con los pocos pelos blancos, sus manos arrugadas y grandes que mf todavia me parecen fuertes. Lo saludo pero no me contesta. No sé si no me reconoce o no puede hablar. Me acuesto en sti cama. Me gusta estar con él aunque no me hable, aunque no sepa si me reconoce. Paso a otra de las salas sin paredes y Ilego a la cama de Argen- tina. La encuentro despierta. Me saluda normalmente, como si no estuviera internada, como si no le pasara nada, pero ¢s evidente que no se puede levantar y hasta pareciera que no se pucde mover. Me sorprendo de encontrarla consciente, més: charlatana. Si hubiera sabido, habria venido a verte antes, le digo, No hubiera dejado pasar cuatro aiios. A partir de ahora voy a venir dos o tres veces por semana, le prometo. Me cuenta que estuvo reuniéndose con los evangtlicos, me imagino que habrén ido a visitarla. También me pide un ani- malito que le haga compasifa. Antes de irme me acuesto un rato en su cama. La despedida no es ttiste, nos vemos muy pronto. Salgo y voy a la casa de unos amigos. Les cuento que estoy buscando un animalito para mi abuela pero no un gato, porque los gatos no le gustan. Una chica -35- Mariana Bva Perez me dice que tiene un animalito muy especial para dar. Es un mamifero, de piel parecida a la de los gatos egipcios, pero con una cara muy graciosa y expresiva, casi sonriente, y los dientes grandes y cuadrados como Tororo. Muerde pero jugando, no dduele. Lo levanto por las axilas y me lo llevo, decidida a volver ya mismo al hospital para regalrselo a Argentina, Pero ya ne puedo llegar, me pierdo, aparezco en un puente que cruza dl Riachuelo y en el que hay una feria artesanal, es de noche y la luz del alumbrado piiblico es intensamente naranja. Sigo con el animalito a cuestas, agutado pot las axilas. Por momen- tos me muerde mds firerte y ya no me cae tan simpético. Primera reuni6n de hijis, tema indemnizaciones Dieciséis afios después de la sancién de la ley 24411 Eso, Definime tabi. Parece un dato trivial pero no lo es Hoy fui a la calle Scalabrini Ortiz. a comprar hilo de algodén. para tejer almohadones. Comodoro Py es el fin del mundo Por lo menos de esta parte del mundo que es Buenos Aires. De un lado. del café del noveno piso se ve la Torre de los In- gleses (me informa la produccién que no se llama més asi, 1a Fuerza Aeréa la sacé tan barata en el juicio a las juntas. que hasta Je ponen su nombre a las plazas). Del otro lado se ve -36" : i: 4 j Diario de una Princesa Montonera el rfo. Desde el café del noveno piso de Comodoro Py, el ro siempre es la muerte. ‘Vengo a acteditarme para presenciar el juicio de la Esma. Por qué parte? Por la querella, ;acaso no se me nota en la cara? Do- cumento de identidad, por favor. Pregunto si el caso de Patri- cia J* R* esté incluido en este proceso. No. Los marinos estan. siendo juzgados por delitos del 76 y 77, me informan, asi est instruida la causa, as{ nos la remitieron. Un flaco de nuestra edad, pelado y con anteojos, también se acredita. Cuando le reguntan si es por la querella o por la defensa, responde que ninguna de las dos, que es un ciudadano interesado. ;Alertal ;Es ‘cumpa, es malo, es periodista? Cémo saber. No tiene morral, ni ctuz, nada que permita identificarlo de una mirada. Encuentro a D., una de las sobrevivientes que escribieron el libro Ete infierno. Como a casi todos los presentes, hace mucho que no la veo. A las dos nos movie el mismo impulso inespera- do de avistar a los marinos. Nos sorprende estar ahi, Hay otros sobrevivientes esperando para entrar, algunos hijis ‘con los que no tengo onda, el ciudadano interesado que’final- mente eligié sentarse con los buenos, la hija de una Madre de Plaza de Mayo que se llama igual que la madre fallecida y usa su pafiuelo, y una mujer que habla mucho, con vor, muy fuerte, Y que parece set una militonta full. time de todo, los derechos humanos, los chicos de las villas y los perros abandonados. Pasamos a fa sala donde hace un frio polar. Saco el tejido que empecé anoche, previsora. Técnica: crochet. Argentina me ense- 46 los puntos (inedio punto, cadena, vareta, media vareta, vareta doble, triple, excétera). Pero ella no sabja hacer nada. No tenfa imaginacién, Tres puntos cadena para subir, tres puntos vareta que pican en el mismo punto lo aprendi sola, en las revistas. op También aprend que tejer salva y sana. Al lado de D. se sienta el ciudadsno, que le saca conversacién. La quiero advertir: miré que no es cumpa, miré que artiba dijo ser “un ciudadano intere- sado”, Jota me frena, Esta mina no se come ninguna, me dice, y es cierto, si pudo engafiar a los marinos para que la consideraran recuperada, bien puede defenderse sola de un simple ciudadano. ‘Me siento atris de ella. Tres puntos vareta que pican en el mismo punto y cierran juntos, tres puntos cadena, tres puntos vareta due pican en el mismo punto y cierran juntos. Entran los mari- nos. Cavallo, Astiz, Acosta. Astiz est igual, pero muy desalifiado, sin saco y con el cuello de la camisa cortido debajo del puléver porque ellos tienen el privilegio del abrigo si hace frfo en la salas Paty pasé sus tiltimos dias de embarazo en ese cuartito bajo un calor imposible-. Cavallo est4 muy lookeado: traje beige, el pelo entrecano bien peinado, anteojos que le dan un aire intelectual. * También Acosta esti de traje, y el morocho de al lado, ése es Ma- iano, gno?, le pregunto aD. Schelles, se llama, pero a mi —que sme gustaba escuchar las charlas de las Tias de la Esma en casa de Michi que después se convirtieron en Eee infierno- me sale de- cirle Mariano con una extrafia familiaridad. El y Acosta vieron a Paty. Fueron responsables de su secuestro en la Esma. Se sientan, yaestin sentados, ya no voy a ver de ellos més que sus nucas y las ‘miro, miro esas nucas como si tuvieran algo escrito, algo crucial que tengo que descifrar. No dicen nada. ‘Tres puntos vareta que pican en el mismo punto y cierran juntos, tres puntos cadena. La mujer que hablaba tanto y tan fuerte estd sentada al lado del ciudadano y emprende un andlisis minucioso del lenguaje cbr poral de cada acusado y cada abogado defensor. Viene siempre, cuenta, Viene y los mira. No puede parar de hablar, como yo no puedo parar de tejet. Hasta que cuenta que un dia todos se 38- cae aan Diario de una Princesa Mentonera dieron vuelta para mirarla al mismo tiempo. Una loquita, le su- surro a Jota, Rememoro mi época de toma de denuncias en***, cuando un comentario como ése me hacfa soltar la birome y empezar a decir aj4 a todo hasta que el pobre loquito terminaba su exposicién y se iba por donde habia venido. En un momento de silencio dela loquita, el ciudadano le cuen- taaD. su historia, ;Es hiji! Me pregunto si no seré apenas un poco menos paranoica que la loquita, que ahora que empez6 la Jecrura de la acusacién anota en un bloc, todo, sin respiro. D. se para, ya los vi, me dice, me da un beso y se va. Yo tejo algu- nas hileras més, mientras me pregunto cémo serian los cuentos de Rodolfo Walsh que robaron de su casa al dia siguiente de matatlo y que ya nadie podré leer. Guardo el tejido y antes de irme, vuelvo a observar esas nucas que no dicen nada, Manda TEMITA al 2020 y particips del fabuloso sorteo LUNA SEMANA CON LA PRINCESA MONTONERA" sand y acompafiala durante siete dias en cl programa que cambié el veranr £1 Show del Temita El really de todos 7 todas. Humor, compromiso y sensualidad de la mano de nues- tra anfitriona, que no se priva de nada a la hora de luchar por la Memoria, la Verdat y la Justicia. Cada dia un acontecimiento Xinico e irepetible relacionado con El Temita: audiencias orales, hhomenajes, muestras de sangre, proyectos de ley, atencién 2 familiares de la tercera edad y militontismo en genefal. Una vida 100% atravesada por el rerrorismo de Estado. Vivi vos también esta vuelta 2 1998! Mandé TEMITA al 2020 y ‘cumpl tu fantasia, Maintenans, en francais! -39- 1998 6 definicién de militonta Empecé a trabajar en **, Estaba tan embalada que hasta dejé | facultad un cuatrimestre. Le pasaba la mitad de mi sueldo a Argentina, me compraba la ropa en el Yagmour de la vuelta de casa y de coger ni hablar. ‘Una de detectives En Comodoro Py habfa un doble de Herno, un amigo de Jota. Lo miramos tanto que se dio cuenta, 0 tal vex él también nos miraba. Esa noche, en el blog, el lector Jony me dijo que me habia visto en Comodoro Py. (En *, el Nene no me permitia tener internet en mi oficina porque, decfa, estés todo el dfa en el /g6-gle/. No hubo manera de hacerle entender que de eso se trataba mi trabajo, o peor, silo entendia, Al fondo de un pasillo frio y oscuro —sé que es dificil de creer, pero lo juro, sefior juez—, se encontraba la tinica computadora con internet a la que podia acceder, turndndome con compafieros que chongueaban por msn. Un argumento a favor de més y mejores politicas piblicas y no tanto voluntaris- mo de los familiares, y tengo otros.) Entré al gogle y en instantes deduje que el Falso Herno y el misterioso lector Jony eran la misma persona: un joven director de cine que hizo una peli sobre la Esma, qué casualidad. (Me cxeerfan si les digo que, con acceso a fuentes documentales en poder del Estado, encontrar a los nifios desaparecidos no es mucho ms complicado que esto?) Todo gugleo. Me qued6 cl habito, A Jora lo guglié la misma noche que lo conoci. A Gustavo lo gugleo periédicamente y = 40- Dierio de sna Princesa Montonera sé que él a mf también. Me da bronca darle material con mi Diario, pero la fama me tira, ay. Referentes Mi preferido era Hércules Poirot, seguido por el Padre Brown. Creo que en el Nunca mds se habla de una tortura que se llama el teléfono, cuinta razn Otro vicio que me quedé de ** es la fobia al cubo, producto de los afios de toma de denuncias telefnicas. Hombres y mujeres, sobre todo mujeres, llamaban con la fantasia de protagonizar tuna pelicula de suspenso, hablaban en clave, pedian reserva, mientras yo, aburtida y/o indignada, trataba de obtener datos conctetos, objetivos, no conjeturas ni alucinaciones. Hombres ¥ mujeres, sobre todo mujeres, que después de callar durante veinte afios, todavia esperaban que una les estuviera agradecida, ‘Mujeres, sobre todo mujeres, que no tenian el coraje de encarar al chico o a la chica en cuestién, ya mayor de edad, para decitle lo que sabjan. Preferian hacer un lamadito andnimo y terceri- zar la responsabilidad en las familias victimas. Las odiaba. A Jas que Ilamaban en 1999, en 2003, en 2005, para contar que un dia de 1976 Fulano y Mengana habfan trai- do a su casa un bebé, un hijo, decfan, pero ella nunca estuvo embarazada. A las que gozaban al detallar cudl de los dos no podia. A las mamds de los compaferitos de la primatia, a las ccufiadas, a las vecinas resentidas y a las amantes despechadas. A todas ésas que se comunicaban después de la novela, te pre- guntaban si estabas grabando o tenias identificador de llamada, o4- ‘Mariana Eva Perez decias que no, lo cual era incomprobable, te empezaban a ha- blar con vor trémula y te cortaban de pronto, asustadas de su propia audacia, en Ja mitad de una pregunta. Dias después vol- vian a llamar para saber qué habfas hecho con la pobre infor- macién que te habfan dado y cuando explicabas que no podias, revelar el curso de la investigacién, se enojaban. DENUNCIANTE 1: Llamaba para averiguar qué habfan he- ‘cho con los datos que les pasé sobre Gustavo Gonzalez. Hace como un mes que llamé y todavia no pasa nada. Ya les dije gue el padre era de la Fuerza Aérea, estaba en la pesada, tenia armas, documentos falsos. Era golpeador y tomaba. Lo de la madre me lo conté él, pasado de copas. Que era una chica muy linda, muy blanquita, estudiante de medicina, que la mataron. El nene nacié en el Hospital Naval. Tiene muchas dudas, pre gunta, pero le niegan todo. Es muy distinto de los padres. Es muy alto, mide como dos metros, y rubio, tipo aleman, no tipo judio. Ella es muy mala. Cuando subié Alfonsin, ella se fue a San Luis con el nene. Gustavo estd mal, muy triste, No digas. El alegrdn que le va a dar cuando vaya a buscarlo una cextrafiay le haga saber que hay denuncias anénimas sobre él Afios después: DENUNCIANTE 2: Era una sefiora de San Luis, separada, con un nene. La tuye con cama mds de un afo. El nene tam- bién vivia con nosotros, comia-con mis-chicos, todo. Ella se lamaba Dora Jufré y el nene Gustavo. 1 PRINCESA MILITONTA: Este caso ya estd resuelto, | DENUNCIANTE 2: Eso qué quiere decit? 4 PRINCESA MILITONTA (instivucional): Que el joven ya | recuperé su identidad. q | | DENUNCIANTE 2: Aaah... (;Decepcionada!) = Diario de wna Princesa Montonene PRINCESA MILITONTA: De hecho, es mi hermano. Yo soy Ja hermana de Gustavo. M es mi nombre. Mucho gusto. DENUNCIANTE 2: Aaah... (Extasiada y aterrorizada por partes iguales.) PRINCESA MILITONTA: ;Le puedo hacer una pregunta? DENUNCIANTE 2: (Silencio.) PRINCESA MILITONTA: :Dora conocia el origen de Gustavo? DENUNCIANTE 2: Bueno, ells vvia con miedo de que selo quiten. PRINCESA MILITONTA: ;Pero alguna vex mencioné que fuera hijo de desaparecidos? 2 oma DENUNCIANTE 2: Asi, con todas las letras, no. Pero el mari- do, el ex, era de la Fuerza Aérea. Me conté que él lo habia trafdo del Hospital Acrondutico. Porque ellos no podfan tener, creo que era ella la que no podfa quedar embarazada. PRINCESA MILITONTA: A mf me gustaria, si usted esté de acuerdo, pedirle sus datos y pasdrselos a mi hermano para que pueda conversar con usted. DENUNCIANTE 2: Yo pensé que esto se podia hacer dé for- ‘ma anénima. PRINCESA MILITONTA: Puede hacer una denuncia anéni- ma, st. Pero dado que el joven ya esté localizado, no scrvirfa para nada. En cambio si usted habla con él, si le cuenta todo esto que me esté contando, que Dora conocfa st origen, eso si seria ayudarlo. Porque ella le dice que no sabfa de dénde venia y le cree. DENUNCIANTE 2: (Silencio.) PRINCESA MILITONTA: Hace toda la diferencia si ella sabta © no sabfa. Si sabia, se lo robé, es culpable. Mire, ella estuvo presa y ya cumplié la condena. No se trata de eso. Se trata -B- Mariana Eva Perez de que Gustavo pueda cortar el vinculo con Ja persona que lo robé, que lo aparté de su familia, DENUNCIANTE 2 (con desgano): Bueno, sf, t¢ dejo mis da- tos, aunque no sé, si él la quiere. PRINCESA MILITONTA: La quiere porque le cree que no sabja nada, DENUNCIANTE 2: Ni se debe acordar de mf. ;Cudntos afios tiene ahora? PRINCESA MILITONTA: Veintisiete. DENUNCIANTE 2: En esa época tenia siete, ocho... Querido R* Si R* ~porque quizds entonces todavia cra R*- tenia ocho afios, yo tenfa nueve. A esa edad, le escribf la primera carta, que Site ‘muy répidamence llevé a *** y al poco tiempo salié publicada en el diario La Razén, Fue el comienzo de mi rutilance carrera. DENUNCIANTE 2 debia leer otro diario. Una pena. Encadenada No eran dos, ni cientos, sino diez mil denuncias las que se me venfan encima desde todos los estantes. Odiaba las campafias en la tele que organizaba el Nene y que me tenian encadenada al teléfono durante dias. La pila de dentuncias crecta sin que quedara tiempo para leerlas. Las campafias activaban un nuevo cholulismo: la audiencia querfa formar parte del reality show por la identidad. Era obvio que la informacién era falopa en un 99%, pero camuflado entre la basura podia estar mi hermano, cl de Juli, el hijo del Nene. ¥ no habia manera de saber. “44 1 cs ace aca cus Dizrio de una Princesa Montonena Villana DENUNCIANTE 1, amparada en el anonimato, como suele decitse, no se privé de contar por teléfono que: El dia que Gonzdlez y su compinche en Ia represién el Colo —que ya se habfa robado otro recién nacido con todo éxito se llevaron al bebé, no podian hacer que pare de llorat. Se les ocurtié que DENUNCIANTE 1, que estaba amamantando a su hija en ese entonces, le diera un poco la teta antes de seguir viaje rambo a las profundidades del noroeste bonaerense. Dos hombres que transportan un bebé, un bebé que acaba de ser separado de su madre, que llora y no se calma con nada, un bebé que todavia es mi hermano, que es R*, que no es Gusta- vo todavia. Una ubre, lo prenden de una ubre, una ubte que no pregunta, que no se escandaliza. Ese es para mi el nticleo de la sordider de Ja denuncia. Una mujer le da la teta aun bebé de cinco dfas que no es suyo, que es de otra madre, que pasard a otras manos, y no le importa. A tragar mentiras de ahora en més, bebé. Total, no sos més que un bebé. No sabés nada, no entendés nada. Esta leche te da lo mismo que cual- quier otra. Sos un mufiequito, una pelusita, una cosita. Lindo y sano. ;Cémo berreds! Qué pulmones! Y cémo te prendés a la teta, Sano y lindo. Y veintitin afios después, Gustavo esté muy mal, muy triste, pregunta pero le niegan todo, amparada pot cl anonimato y por teléfono. DENUNCIANTE 1, que le dio la teta y le oculté su historia durante veintiin atios, me parece ms perversa que Videla 45"

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