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PROVINCIA DE BUENOS AIRES

DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN


DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Y TÉCNICA Nº 149
LENGUA Y LITERATURA I PROFESORA: CRISTINA SÁNCHEZ
APELLIDO Y NOMBRES: FÁTIMA SOLEDAD GONZÁLEZ

PROPUESTA DE ACTIVIDADES: clase 10

1. Los siguientes textos pertenecen al formato libro álbum. Deseo que los
conozcan o reconozcan para recorrer juntos. Seleccionar uno de ellos para
explicar por qué se clasifican como libro álbum (podrán consultar el marco
teórico en material adjunto y el que se encuentra enunciado en la clase
correspondiente)
2. ¿Qué propuestas de divulgación sobre este formato realizarían como
Bibliotecarios, mediadores de lecturas considerando a los posibles
destinatarios?

1. El libro negro de los colores fue escrito e ilustrado por Menena Cottin y Rosana
Faría. Este libro álbum es en donde el texto y la imagen funcionan de manera
inseparable construyendo una historia. Es por este motivo que se considera al
ilustrador como autor. Los lectores de estos libros buscan sentido a las historias
teniendo en cuenta dos códigos articulados: el lenguaje visual y el verbal.

Se trata de una historia que nos involucra de manera progresiva, se presentan


primero animales y frutas (pollitos, fresas, sandías) para luego introducir
situaciones que se van complejizando (el cielo que se nubla, el arcoíris que sale)
hasta explicitar el modo de estar en el mundo de Tomás. La descripción de los
colores se va tornando más compleja a medida que avanza el texto, hasta que
llega un punto en la historia en la que ya no es posible discriminar los sentidos
aludidos por el relato.
Las ilustraciones dominan el espacio visual y están en diálogo constante con el
texto verbal, en una interconexión de códigos. Tanto es así, que la historia no
puede ser comprendida sin recurrir a las imágenes que complejizan el relato,
agregando sentidos. Este libro ofrece contrapuntos en los que la imagen narra lo
no dicho por la palabra o la palabra dice lo dejado a un lado por la imagen. La
significación se construye en cada uno de los lenguajes y en el diálogo entre ellos.
Así, el libro se transforma en un objeto estético en el que se conjugan ilustración,
texto, diseño y edición.
Tomás, el protagonista, no puede ver los colores. El texto no solo convoca a
lectores activos, capaces de poner en juego múltiples sentidos en la lectura; sino
que enriquece la experiencia, evocando situaciones cotidianas multisensoriales
que implican conocer el mundo accionando sobre este. El uso del tiempo verbal
presente invita al lector a actualizar el recuerdo de experiencias vividas o a
imaginarlas, de modo de co-construir un relato compartido por los lectores,
independientemente del uso de la visión.
El libro negro de los colores constituye una invitación a recrear experiencias
cotidianas, ancladas en la percepción y realizadas con el cuerpo desde una
exploración activa del mundo, como son: oler chocolate, pisar hojas secas y
saborear un helado de limón o sostener una cometa. Las autoras recurren
constantemente a experiencias sinestésicas, en las que sensaciones propias de
una modalidad sensorial inducen experiencias perceptivas concurrentes en
modalidades diferentes.
Todos sus elementos son relevantes ya que contribuyen a dar sentido a la historia.
La diagramación, el formato, la tipografía, la selección de los colores, las
guardas, el relato.
Al abrir un libro álbum se entra en contacto con un relato posible y con un modo
diferente de contarlo. El libro álbum postula características innovadoras frente al
destinatario. No es fácil adoptar los usuales criterios de clasificación por edades
con estos libros. Las ideas habituales sobre qué es leer se cuestionan en este
género. La lectura de la imagen por parte de un niño que aún no accedió a la
comprensión del código escrito, le permite, gracias al juego propuesto por la
imagen, anticipar o contradecir el sentido que transmite el texto. Estos libros
confirman que el niño puede leer a través de las imágenes que observa, antes de
leer convencionalmente.

2. El libro álbum evidencia la fuerza experimental de los procedimientos formales, lo


plástico y lo literario, pero también en su diseño y construcción como objeto, ya
que provoca que la lectura trascienda lo meramente temático y argumental, hacia
una lectura ligada al juego con las formas y el lenguaje. Este género híbrido va
más allá de la noción didáctica dirigida a niños o/a jóvenes lectores; rompe con las
limitaciones que se ejercen sobre los autores e ilustradores en su creación.

Propondría como futura bibliotecaria, la realización de talleres destinada a los


docentes para que tomen contacto y conozcan las características singulares de
estos soportes textuales, lo que permitirá que los docentes hagan uso efectivo en
sus prácticas lectoras diarias con los niños a su cargo.

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