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UNIDAD 1: LA ESCUELA EN EL CONTEXTO DE LA MODERNIDAD Y EN

LA CRISIS DE LA MODERNIDAD.

Contexto histórico-político del surgimiento del sistema educativo. La constitución


del magisterio como categoría social.

El surgimiento del sistema educativo y la constitución del magisterio como categoría


social están fuertemente influenciados por el contexto histórico-político en el que se
desarrollaron.

En primer lugar, cabe destacar que el surgimiento del sistema educativo moderno está
estrechamente ligado a los procesos de industrialización y urbanización que tuvieron
lugar principalmente en Europa y América del Norte durante los siglos XVIII y XIX.
Estos procesos generaron una creciente demanda de mano de obra calificada y una
mayor necesidad de formar ciudadanos capaces de adaptarse a los nuevos
requerimientos de la sociedad industrial.

En este sentido, el surgimiento del sistema educativo puede entenderse como una
respuesta a la necesidad de formar una fuerza laboral competente y disciplinada, así
como también de promover valores y comportamientos considerados deseables por la
élite dominante. En este sentido, la educación se convierte en un instrumento de control
y reproducción social.

En cuanto a la constitución del magisterio como categoría social, su surgimiento está


estrechamente ligado a la creación de las escuelas y la profesionalización de la
enseñanza. Durante el siglo XIX, se establecen las primeras escuelas públicas como
instituciones estatales encargadas de la educación de masas.

Este proceso implica la necesidad de contar con profesionales capacitados para la tarea
de enseñanza, lo que da lugar a la creación de escuelas normales y a la formación de
maestros. El magisterio se consolida como una categoría social en sí misma, con
características y roles específicos dentro de la sociedad.

Es importante destacar que la constitución del magisterio como categoría social también
estuvo marcada por una serie de luchas y reivindicaciones por parte de los maestros, en
busca de mejores condiciones laborales y reconocimiento de su labor. Estas luchas
sindicales y gremiales han sido importantes en la conformación de los derechos y
beneficios que hoy tienen los docentes.

En resumen, el surgimiento del sistema educativo y la constitución del magisterio como


categoría social están vinculados al contexto histórico-político de la industrialización y
urbanización, así como a los procesos de creación de escuelas públicas y
profesionalización de la enseñanza. Estos procesos han sido determinantes en la
formación de la educación moderna y en la consolidación del magisterio como un actor
social reconocido.
Las funciones de la escuela en el contexto de la modernidad. La actividad escolar y
las articulaciones sociales estructurales.

Según la bibliografía obligatoria, en el contexto de la modernidad, la escuela cumple


varias funciones importantes. A continuación, se desarrollan las principales funciones
de la escuela en este contexto:

1. Socialización: La escuela es una institución que desempeña un papel fundamental en


la socialización de los individuos. A través de la educación formal, se transmiten
valores, normas y pautas de comportamiento consideradas deseables por la sociedad. La
escuela tiene la responsabilidad de formar ciudadanos comprometidos y participativos.

2. Transmisión de conocimientos: La escuela se encarga de la transmisión de


conocimientos y saberes acumulados por la humanidad a lo largo de la historia. A través
de los contenidos curriculares, se enseñan disciplinas como matemáticas, lengua,
ciencias sociales y naturales, entre otras. La escuela tiene como objetivo brindar a los
estudiantes las herramientas necesarias para comprender y participar activamente en la
sociedad moderna.

3. Formación de habilidades y competencias: Además de la transmisión de


conocimientos, la escuela tiene la responsabilidad de formar habilidades y competencias
necesarias para desempeñarse en el mundo laboral y en la vida cotidiana. Estas
habilidades incluyen la capacidad de resolver problemas, comunicarse eficientemente,
trabajar en equipo, utilizar diferentes tecnologías, entre otras.

4. Igualdad de oportunidades: En el contexto de la modernidad, la escuela juega un


papel importante en la promoción de la igualdad de oportunidades. A través de la
educación, se busca brindar a todos los individuos las mismas posibilidades de acceder a
los conocimientos y recursos necesarios para su desarrollo personal y social. La escuela
debe garantizar el acceso equitativo y la calidad educativa para todos.

En cuanto a las articulaciones sociales estructurales, la actividad escolar se desarrolla en


el marco de diferentes contextos e instituciones que inciden en su funcionamiento.
Algunas de estas articulaciones son:

1. Familia: La familia es una de las principalas instancias en la socialización de los


individuos y tiene una influencia directa en la actividad escolar. La relación entre la
escuela y la familia es fundamental para garantizar el éxito educativo de los estudiantes.

2. Estado: La educación es responsabilidad del Estado y este tiene un rol central en la


regulación, financiamiento y supervisión de las instituciones educativas. El Estado
establece políticas y normativas que inciden en el funcionamiento de la escuela y en la
calidad de la educación.

3. Sociedad: La escuela se encuentra inserta en un contexto social más amplio, con sus
propios valores, normas y dinámicas. La escuela refleja y reproduce los valores y
prácticas culturales de la sociedad en la que se inserta.
En resumen, la escuela en el contexto de la modernidad cumple funciones de
socialización, transmisión de conocimientos, formación de habilidades y promoción de
la igualdad de oportunidades. La actividad escolar se encuentra articulada con diferentes
instancias, como la familia, el Estado y la sociedad, que influyen en su funcionamiento.
UNIDAD 2: LA PEDAGOGÍA Y LAS CONCEPCIONES DE LA EDUCACIÓN.

Corrientes pedagógicas de fines del siglo XIX y del siglo XX: el normalismo,
escolanovismo, tecnicismo.

Las corrientes pedagógicas de fines del siglo XIX y del siglo XX han dejado huellas en
la educación moderna. A partir de la bibliografía mencionada, se pueden destacar las
siguientes corrientes:

1. Normalismo: El normalismo es una corriente pedagógica que se desarrolló a fines


del siglo XIX y principios del siglo XX, principalmente en Europa y América Latina.
Esta corriente se basaba en la formación de maestros en las escuelas normales, las
cuales tenían como objetivo transmitir conocimientos y técnicas pedagógicas a los
futuros docentes.

El normalismo promovía una pedagogía basada en la disciplina, el rigor y la


memorización de contenidos. Se enfocaba en la formación de ciudadanos obedientes,
disciplinados y morales. La escuela era concebida como un espacio de transmisión de
conocimientos y valores considerados importantes para la sociedad.

2. Escolanovismo: El escolanovismo es una corriente pedagógica que surge a principios


del siglo XX, principalmente en Europa y Estados Unidos. Esta corriente propugnaba
una renovación de la educación basada en principios como la libertad, la creatividad y el
respeto por los intereses y necesidades individuales de los estudiantes.

El escolanovismo enfatizaba el aprendizaje activo, la participación de los estudiantes en


la construcción de su conocimiento y la importancia del juego y la experimentación. La
escuela debía adaptarse a los intereses y ritmos de aprendizaje de cada estudiante,
favoreciendo su desarrollo integral.

3. Tecnicismo: El tecnicismo es una corriente pedagógica que emerge a mediados del


siglo XX, en un contexto de creciente tecnificación y especialización de la sociedad.
Esta corriente pone el énfasis en el desarrollo de habilidades y competencias técnicas,
orientando la educación hacia la preparación para el mundo laboral.

El tecnicismo considera que el objetivo principal de la educación es el desarrollo de


habilidades y conocimientos prácticos que permitan a los estudiantes insertarse
eficientemente en el mundo laboral. Se busca una formación orientada a la adquisición
de competencias técnicas específicas y el desarrollo de habilidades aplicables en el
ámbito laboral.

Estas corrientes pedagógicas han influido en la forma en que la educación se ha


concebido y desarrollado en la modernidad. Cada una de ellas tiene sus propias
características y enfoques, pero todas han dejado su legado en la forma en que se han
pensado y diseñado los procesos educativos.
Pedagogía Latinoamericana de resistencia y pedagogos latinoamericanos: Paulo
Freire. Recuperación del valor político de la educación.

La pedagogía latinoamericana de resistencia es una corriente pedagógica que se ha


desarrollado en América Latina y ha sido influenciada en gran medida por la obra de
Paulo Freire. Freire fue un reconocido pedagogo brasileño que planteó una visión de la
educación como instrumento de liberación y transformación social.

En su libro "Pedagogía del oprimido", Freire critica lo que él llama la concepción


bancaria de la educación, donde el docente deposita conocimientos en los estudiantes
quienes son pasivos receptores. Freire plantea en cambio una pedagogía basada en la
dialogicidad, donde el proceso educativo se construye de manera participativa y crítica.
Según Freire, la educación debe estar vinculada a la realidad y a las problemáticas
sociales de los estudiantes, fomentando su conciencia crítica y su capacidad para actuar
en favor de la transformación de la realidad.

La pedagogía latinoamericana de resistencia se basa en el reconocimiento de las


desigualdades sociales y busca empoderar a los sectores más vulnerables de la sociedad
a través de la educación. Esta corriente pedagógica recupera el valor político de la
educación, entendiendo que ésta puede ser una herramienta para la transformación
social y la construcción de una sociedad más justa.

Además de Paulo Freire, existen otros pedagogos latinoamericanos que también han
contribuido a la pedagogía de resistencia en la región. Susana Gvirtz, Silvina Grinberg y
Vanina Abregú, en su obra "¿Para qué sirve la escuela?", plantean la importancia de
repensar el rol de la escuela y de la educación en el contexto latinoamericano. Proponen
una mirada crítica hacia los mecanismos de exclusión y discriminación presentes en el
sistema educativo, y promueven la reflexión sobre cómo la escuela puede ser una
herramienta de transformación social.

En conclusión, la pedagogía latinoamericana de resistencia, inspirada en la obra de


Paulo Freire y otros pedagogos latinoamericanos, busca recuperar el valor político de la
educación y promover la participación activa de los estudiantes en la construcción de su
proceso educativo. Busca empoderar a los sectores más vulnerables de la sociedad a
través de la educación, fomentando la conciencia crítica y la capacidad de acción para
transformar la realidad socio-política.
UNIDAD 3: PEDAGOGÍA Y TRABAJO DOCENTE.

Recuperación de la práctica pedagógica como eje central de la tarea docente.


Reflexión en y para la práctica. Dimensión política de la enseñanza.

La recuperación de la práctica pedagógica como eje central de la tarea docente es un


aspecto fundamental que se aborda en los escritos de Paulo Freire y en la ponencia de
Enrique Antelo. Freire plantea la importancia de reflexionar sobre la práctica
pedagógica y desarrollar una conciencia crítica hacia nuestra labor como docentes.

En su obra "Pedagogía del oprimido", Freire destaca la necesidad de que los educadores
reflexionen sobre su práctica y adopten una postura crítica frente a las estructuras y
prácticas educativas que reproducen la opresión. Propone que el diálogo y la
colaboración entre docentes y estudiantes son fundamentales para construir un proceso
educativo transformador.

En "Pedagogía de la autonomía", Freire hace hincapié en la importancia de la reflexión


en y para la práctica. Para él, los docentes deben ser agentes reflexivos y buscar
constantemente mejorar su práctica, pero también deben involucrar a los estudiantes en
un proceso de construcción y reconstrucción del conocimiento a través del diálogo y la
participación activa.

En las "Cartas a quien pretende enseñar", Freire aborda la dimensión política de la


enseñanza. Destaca que la práctica pedagógica es un acto político, ya que no se puede
ser neutrales ante las condiciones de opresión y desigualdad social. Los docentes deben
tomar conciencia de la realidad social, comprender las dinámicas de poder y buscar
formas de transformación a través de la educación.

En la ponencia de Enrique Antelo sobre "Variaciones sobre la autoridad", se reflexiona


sobre el concepto de autoridad en la práctica pedagógica. Se plantea la importancia de
una autoridad basada en la escucha y el respeto mutuo, rompiendo con la idea de una
autoridad basada en el autoritarismo y la imposición.

En definitiva, la recuperación de la práctica pedagógica como eje central de la tarea


docente implica reflexionar, cuestionar y transformar constantemente nuestra labor
educativa. La dimensión política de la enseñanza implica tomar conciencia de las
desigualdades y promover cambios en la sociedad a través de la educación. La reflexión
en y para la práctica nos permite reconocer nuestras fortalezas y debilidades como
docentes y buscar constantemente mejorar nuestro desempeño.

La relación pedagógica: homogeneización/ respeto por las diferencias,


disciplinamiento/ diálogo, autoritarismo/ autoridad, heteronomía/ autonomía.

En la relación pedagógica, se pueden observar diferentes aspectos que podrían estar


presentes, algunos de ellos son la homogeneización o el respeto por las diferencias, el
disciplinamiento o el diálogo, el autoritarismo o la autoridad, y la heteronomía o la
autonomía.
Desde el enfoque de Paulo Freire, en su obra "Pedagogía del oprimido", plantea la
importancia de superar la homogeneización en el proceso educativo. Freire busca
romper con los modelos educativos que buscan uniformar el pensamiento y la acción de
los estudiantes, y propone en cambio respetar y valorar las diferencias individuales y
culturales. Para él, la educación debe fomentar la diversidad y la pluralidad de voces,
promoviendo el diálogo y la participación de todos los actores involucrados.

En cuanto al disciplinamiento y el diálogo, Freire también aborda esta cuestión en su


obra. Critica el modelo pedagógico que se basa en el autoritarismo y el control externo,
en el cual los docentes imponen su autoridad y los estudiantes son considerados como
sujetos pasivos. Freire propone una pedagogía basada en el diálogo, en la escucha
mutua y en la construcción colectiva del conocimiento. En lugar de disciplinar a los
estudiantes, busca formar individuos críticos y reflexivos a través del diálogo
pedagógico.

En relación al autoritarismo y la autoridad, la ponencia de Enrique Antelo "Variaciones


sobre la autoridad" también ofrece una reflexión importante. Antelo destaca la
necesidad de construir una autoridad basada en el respeto mutuo y el afecto, en la cual
tanto docentes como estudiantes sean reconocidos como sujetos plenos de derechos y
responsabilidades. La autoridad, según Antelo, no debe basarse en el control y la
imposición, sino en la confianza y el reconocimiento de la dignidad de los demás.

Por último, la heteronomía y la autonomía son conceptos abordados en la obra


"Pedagogía de la autonomía" de Freire. El autor plantea la importancia de promover la
autonomía de los estudiantes, es decir, que sean sujetos activos en su propio proceso de
aprendizaje. Freire considera que la educación debe fomentar la capacidad de pensar de
manera crítica y reflexiva, y de asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje. En
contraposición, la heteronomía se refiere a una educación donde los estudiantes
dependen de la dirección y el control externo, sin tener la posibilidad de tomar
decisiones y desarrollar su propio pensamiento.

En resumen, en la relación pedagógica, es fundamental promover el respeto por las


diferencias, fomentar el diálogo en lugar del disciplinamiento, construir una autoridad
basada en el respeto mutuo y la confianza, y promover la autonomía de los estudiantes
en lugar de la heteronomía. Estos elementos están presentes en los escritos de Paulo
Freire y también se abordan en la ponencia de Enrique Antelo, y nos invitan a
reflexionar y transformar nuestra práctica

El saber como mediación en las relaciones docente/ alumnos y alumnas.

El concepto del saber como mediación en las relaciones docente\/alumnos y alumnas es


un elemento central que se aborda en la obra de Paulo Freire.

En su libro "Pedagogía del oprimido", Freire plantea que el saber es un elemento clave
en la relación pedagógica. Sin embargo, este saber no debe ser concebido de manera
autoritaria, sino como una mediación que promueva la construcción conjunta del
conocimiento. Freire critica la idea de que el docente es el único poseedor del saber y
que su función es simplemente transmitirlo a los alumnos y alumnas. En cambio,
propone una pedagogía liberadora en la que tanto docentes como estudiantes sean
considerados como sujetos que aprenden y enseñan al mismo tiempo.

Para Freire, el saber no es algo estático y cerrado, sino que se construye en un proceso
dialógico entre docentes y estudiantes. La mediación del saber implica que ambos
actores están involucrados en la producción y la interpretación del conocimiento, a
través de un diálogo constante y una participación activa. Los docentes deben facilitar el
proceso de construcción del conocimiento, pero también deben estar abiertos a aprender
de sus estudiantes y a reconocer la diversidad de saberes y experiencias que cada uno
aporta.

En este sentido, Freire también destaca la importancia de superar la visión bancaria de


la educación, en la cual el docente deposita conocimientos en los estudiantes y estos
deben aceptar pasivamente lo que se les ofrece. En cambio, propone una pedagogía
basada en la problematización y la reflexión crítica, en la que se cuestionen los saberes
preestablecidos y se promueva la construcción de nuevos conocimientos a través del
diálogo y la acción transformadora.

En resumen, el saber como mediación en las relaciones docente\/alumnos y alumnas


implica reconocer que el conocimiento no es propiedad exclusiva de los docentes, sino
que se construye de manera conjunta a través del diálogo y la participación activa.
Freire nos invita a dejar de lado la visión autoritaria y bancaria de la educación, y a
adoptar una pedagogía liberadora que promueva la reflexión crítica y la transformación
social.
UNIDAD N°4: LA EDUCACIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN DE LAS
SUBJETIVIDADES.

La educación como práctica social, productora, reproductora y transformadora


del sujeto social.

La educación, según Paulo Freire, es una práctica social que tiene el poder de producir,
reproducir y transformar al sujeto social. En sus diferentes obras, Freire explora la
relación entre educación y sociedad, y sostiene que la educación no es un proceso
neutro, sino que está intrínsecamente ligada a las estructuras sociales y a la construcción
de identidades.

Desde esta perspectiva, la educación no se limita a la transmisión de conocimientos y


habilidades, sino que también implica la formación de sujetos sociales con conciencia
crítica y capacidad de transformar su realidad. Freire argumenta que la educación puede
ser una herramienta de liberación o de opresión, dependiendo de las posturas
pedagógicas y de los objetivos que se busquen.

En su libro "Pedagogía de la autonomía", Freire sostiene que la educación debe


promover la autonomía de los sujetos, es decir, su capacidad de pensar de forma crítica,
tomar decisiones informadas y participar activamente en la transformación social.
Según Freire, la educación emancipadora no busca imponer un único pensamiento o una
única forma de actuar, sino que fomenta el diálogo, la diversidad de opiniones y la
construcción colectiva del conocimiento.

En "Cartas a quien pretende enseñar", Freire aborda la relación entre educador y


educando, y destaca la importancia de establecer un vínculo de respeto y confianza.
Freire propone que el papel del educador no debe ser el de un líder autoritario, sino el de
un facilitador del aprendizaje, que reconoce y valora los conocimientos y experiencias
previas de los estudiantes. La educación, para Freire, es un proceso en el que tanto el
educador como el educando se enriquecen mutuamente.

En cuanto a "El grito manso", Freire aborda la necesidad de una educación liberadora
que rompa con el silencio y la sumisión. Freire critica la educación bancaria, en la que
los estudiantes son receptores pasivos de información, y propone una pedagogía del
diálogo y la participación, en la que los sujetos puedan expresar sus ideas, cuestionar su
realidad y participar activamente en la construcción de soluciones.

En resumen, para Freire, la educación es una práctica social que tiene el poder de
producir, reproducir y transformar a los sujetos sociales. Es una herramienta que puede
ser utilizada para la opresión o para la liberación. Freire aboga por una educación
emancipadora, que promueva la autonomía, el diálogo y la participación de los sujetos
en la construcción de su propio conocimiento y en la transformación de su realidad.

La educación como derecho fundamental.


Según la bibliografía de Paulo Freire, la educación ocupa un lugar central como un
derecho fundamental para todas las personas. Freire sostiene que la educación no debe
ser concebida como un privilegio o una mercancía, sino como un derecho al que todas
las personas tienen acceso y que les permite desarrollarse plenamente como seres
humanos.

En su obra "Pedagogía de la autonomía", Freire afirma que la educación es un derecho


humano innegable, que no puede ser negado ni restringido por ninguna razón. Es
responsabilidad de los gobiernos y de la sociedad en su conjunto garantizar el acceso a
una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todas las personas, sin distinción
de género, raza, condición socioeconómica u otra categoría.

Freire argumenta que la educación como derecho fundamental no se limita a la mera


transmisión de conocimientos, sino que implica también la formación de sujetos críticos
y conscientes de su realidad. La educación debe promover la reflexión, la participación
ciudadana y la capacidad de transformar la sociedad de manera activa y responsable.

En su libro "Cartas a quien pretende enseñar", Freire aborda la necesidad de una


educación que promueva la construcción de ciudadanía y la ampliación de horizontes.
Para él, la educación como derecho fundamental implica que los estudiantes desarrollen
su pleno potencial y adquieran habilidades y conocimientos necesarios para su
desarrollo personal y social. Además, destaca la importancia de una educación que
valore y fomente la diversidad, la igualdad de oportunidades y el respeto por los
derechos humanos.

En cuanto a "El grito manso", Freire critica la falta de acceso a la educación y la


discriminación que sufren muchos grupos sociales marginados. Para él, la educación
como derecho fundamental implica la eliminación de todas las barreras que limitan el
acceso y la participación de las personas en la educación, como la pobreza, la
discriminación o la exclusión social.

En síntesis, según Paulo Freire, la educación es un derecho fundamental que debe ser
garantizado para todas las personas. No solo implica el acceso a la transmisión de
conocimientos, sino también el desarrollo de habilidades, la formación de sujetos
críticos y la promoción de la participación ciudadana. La educación como derecho
fundamental implica eliminar barreras y asegurar la igualdad de oportunidades para
todos, sin importar su condición social, género, raza u otra categoría.

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