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C2dulceG Helleiner
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Control de Lectura 2:
Una nación, una moneda: monedas
territoriales y el estado-nación
Autor: Helleiner.
Profesor:
Gerardo García Muñoz.
Alumna:
Dulce Irasema García Castellanos
Matricula: 2142006051
Fecha de entrega: 30 de mayo de 2020
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Los Estados nacionales se han vuelto parte de un orden global fundamentalmente
interconectado, marcado por intensas pautas de intercambio, así como por
modelos definidos de poder, jerarquía y desigualdad, pero esto ya había sucedido
en algún punto de la historia y tuvo algunas consecuencias que irónicamente nos
llevaron al Estado-Nación actual del que queremos escapar.
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los cambios que pudieran darse en el mercado, es decir, paridades ante otras
monedas del mundo debido a la acuñación del sentimiento nacionalista.
Pareciera que está naciendo un monopolio monetario que trae consigo: conexión
nacionalismo-dinero, intereses gubernamentales y el símbolo que representaría.
Sin embargo, el monopolio que se estaba generando no fue bien visto, ya que el
poder no podía estar en un solo organismo para evitar problemas de señoreaje
(emisión de monedas sin considerar las consecuencias económicas) por lo que se
tuvieron que establecer leyes que evitaran las prácticas de emisión de dinero sin
control.
Sin embargo, en los últimos treinta años varias tendencias han cuestionado la idea
de que cada Estado debe tener su propia “moneda territorial” (monedas que son
homogéneas y exclusivas dentro de los límites de un Estado dado). Esto no
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implica necesariamente una crisis del sistema estatal sino más bien un desafío a
la legitimidad de los Estados que se sustenta sobre la reivindicación de que al
controla monedas exclusivas representan a naciones concretas y los intereses
nacionales relacionados; la Unión Europea representa el principal caso de
abandono del dogma de soberanía absoluta. Las monedas territoriales no se
desarrollaron a mayor escala hasta el siglo XIX, una vez que el sistema estatal
“Westfaliano” ya estaba vigente (Helleiner, 1996). Sin embargo, simbólicamente
las monedas (incluyendo los símbolos del sistema monetario y los billetes) fueron
importantes para establecer la legitimidad del Estado central antes de siglo XIX.
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El tercero y último cambio es que en los últimos años han aparecido una serie de
usos para las “monedas locales”, formas de dinero simbólico y vales, que
sustituyen a la moneda nacional corriente. A menudo estos usos son el resultado
de experimentos en comunidades locales (por ejemplo, Ithaca, en el estado de
New York, y Montpelier, en el estado de Vermont, en Estados Unidos) y de
cooperativas de consumidores o vales emitidos por empresas para adquirir su
productos o sus servicios.
Conclusión:
Cabe mencionar que se han impuesto barreras para que el Estado no emita
monedas, tal es el caso de Banxico que es el encargado de garantizar el poder
adquisitivo de la moneda y promover el sano desarrollo del sistema financiero.