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Leyes de Newton

Primera Ley de Newton: Ley de la inercia

“Todo cuerpo permanece en su estado de reposo o de movimiento


rectilíneo uniforme a menos que otros cuerpos actúen sobre él”.

La primera Ley de Newton expresa que, si sobre un cuerpo no actúa ninguna


fuerza, este seguirá estando quieto, es decir, con velocidad cero, o bien seguirá
moviéndose a velocidad constante en línea recta, un movimiento que adoptó cuando
una fuerza anterior actuó sobre él.

Un cuerpo con masa por sí solo no puede cambiar su estado inicial. Necesita una
fuerza externa que actúe sobre él.

Ahora bien, quizás con lo de movimiento rectilíneo uniforme, la cosa no está tan
clara. Y es que esta ley dice que, si un cuerpo está en movimiento a velocidad
constante, seguirá moviéndose así hasta el infinito, a no ser que una fuerza actúe
sobre él.

Por lo tanto, podría parecer que cuando, por ejemplo, disparamos un arma, la bala
tendría que estar toda la eternidad moviéndose, ¿verdad? Nadie la detiene ni choca
contra nada. Pero aquí estamos olvidando que sí que hay una fuerza que actúa
sobre ella, ralentizándola: la fricción del aire.

Por ello, es imposible reproducir exactamente esta ley. Incluso en el vacío espacial
hay partículas y polvo cósmico que frenan el movimiento de los cuerpos.

Segunda Ley de Newton: ley de la fuerza

“La fuerza que actúa sobre un cuerpo es directamente proporcional a


su aceleración”.

Esta ley se encarga de cuantificar el concepto de fuerza. La aceleración que


adquiere un cuerpo es proporcional a la fuerza neta aplicada sobre el mismo. La
constante de proporcionalidad es la masa del cuerpo (que puede ser o no ser
constante). Entender la fuerza como la causa del cambio de movimiento y la
proporcionalidad entre la fuerza impresa y el cambio de la velocidad de un cuerpo es
la esencia de esta segunda ley.

Siempre que estas fuerzas aplicadas no se anulen (si empujamos un coche con una
fuerza concreta y alguien lo empuja por el otro lado con la misma fuerza, no se
moverá), el cuerpo B se acelerará en la dirección de la fuerza mayoritaria.

Aquí entra, pues, el concepto de aceleración. Y es que cuando aplicamos una


fuerza sobre un cuerpo, este siempre se acelera. La aceleración será mayor
cuanto más alta sea la fuerza aplicada, pero cuanto mayor sea la masa del cuerpo a
mover, menor será la aceleración resultante.

Pensémoslo así: si estás moviendo un carro de la compra, ¿cuándo se acelerará


más? ¿Cuando pese mucho y hagas poca fuerza? ¿Cuando pese poco y hagas
poca fuerza? ¿Cuando pese mucho y hagas mucha fuerza? ¿O cuando pese poco y
hagas mucha fuerza? Evidentemente, la respuesta correcta es la última.
De esta ley deriva una de las fórmulas más importantes de la dinámica, la cual dice
que la fuerza es igual a la masa por la aceleración. F = m · a. Si no hay fuerza, no
hay aceleración.

Un claro ejemplo es conducir un coche. El motor hace una fuerza determinada y,


dependiendo de la masa del coche (si solo va el conductor, si van todos los
pasajeros o si, además de los pasajeros, el maletero está lleno), la aceleración
resultante será mayor o menor. Pero mientras se aplique la misma fuerza y la masa
no cambie, la aceleración será la misma, lo que se traducirá en una velocidad cada
vez mayor.

Tercera Ley de Newton: ley de acción y reacción

“Cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, este segundo ejerce
sobre el primero una fuerza igual pero en sentido opuesto”.

También conocida como Principio de acción y reacción, la Tercera Ley de Newton


dice que si un cuerpo A ejerce una fuerza determinada sobre un cuerpo B,
este cuerpo B ejercerá exactamente la misma fuerza que A pero en sentido
contrario.

Esta tercera ley de Newton es completamente original (pues las dos primeras ya
habían sido propuestas de otra manera por Galileo, Hooke y Huygens) y hace de las
leyes de la mecánica un conjunto lógico y completo. Expone que por cada fuerza
que actúa sobre un cuerpo, este realiza una fuerza de igual intensidad, pero de
sentido contrario sobre el cuerpo que la produjo.

Para cada acción, existe una reacción igual y opuesta. Esta afirmación, que también
tiene connotaciones filosóficas, es uno de los enunciados más importantes de la
historia de la física.

Esta ley la vemos, por ejemplo, cuando queremos saltar. Y es que para hacerlo, nos
aprovechamos de la tercera Ley de Newton. Cuando saltamos, ¿hacia dónde
hacemos la fuerza? Hacia el suelo. Es gracias a la reacción del suelo (cuerpo B) que
nos impulsamos hacia arriba, pues se genera una fuerza igual que la que hemos
hecho hacia abajo pero, por la ley de acción y reacción, vamos después hacia arriba.

Lo mismo sucede cuando se lanza una pelota contra una pared, que sale rebotada
con la misma fuerza (siempre se pierde un poco ya que en el impacto absorbe
fuerza) con la que la hemos tirado, pero en sentido opuesto.

Todos los movimientos que realice el ser humano son estudiados por la fisioterapia,
esta se encarga de recuperar el miembro que ha estado en constante movimiento
con agentes físicos que son los elementos principales del área de la física.

El calor, el frió, el ultrasonido, corriente eléctrica, el agua y los campos


electromagnéticos. Además de tener en común que los agentes físicos aplicados en
la fisioterapia son los elementos principales de la física, así como los movimientos
por las 3 leyes de Newton, que son aplicadas en la fisioterapia para establecer un
paciente por su masa y fuerza, para así aplicar los agentes indicados para
estabilizar al ser humano a su vida cotidiana.
Isaac Newton propuso la relación entre fuerza y movimiento, enunciada como:
«leyes del movimiento», que permanecen hasta hoy, siendo la base de la mecánica
y la biomecánica, a las cuales se integran el movimiento corporal humano.

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