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Quién Destruyó El Pastizal
Quién Destruyó El Pastizal
Mi madre me vió llegar y se dio cuenta que mi rostro mostraba gran susto y
preocupación, me preguntó qué me había pasado y entre lágrimas le conté
todo lo que había visto durante el pastoreo de las alpacas; no entendía nada y
no sabía quienes eran aquellos monstruos que dañaban y mataban todo lo que
yo conocía, mi mente se nublaba cada vez más y mi corazón sentía gran pena.
Me sentía muy triste con el pasar de los días y mi mente no dejaba de pensar
en cómo ayudar a que esto termine, mis padres se dieron cuenta de lo que me
estaba pasando y una mañana ellos se acercaron hacia mi cuarto tratando de
animarme, pero todos los intentos eran en vano. De repente se les ocurrió una
gran idea, me dijeron que dentro de dos días habría una gran reunión con
todos los campesinos del pueblo y que el alcalde estaría presente, me
prometieron llevar a aquella reunión y así poder expresar mi gran preocupación
y tristeza por la explotación minera.
Cuando por fin llegó el día de la reunión me sentía muy ansioso y la verdad no
tenía ni idea de cómo hablar ante tanta gente, estaba nervioso, pero una gran
fuerza brotaba de mi interior, porque tenía la esperanza de que sería
escuchado por todos y quizá se dieran cuenta que aún estamos a tiempo de
salvar nuestro hogar. Ya estábamos todos reunidos y mi momento de hablar
había llegado, les expresé todo lo que había visto y la realidad de cómo es
explotado nuestro territorio además que la explotación minera terminaría con la
fertilidad de nuestras tierras, la vida de nuestros animales y aún la nuestra
estaría en peligro, también le dije que todo el oro del mundo jamás podría
compensar todo el daño provocado y nuestros recuerdos de bellos pastizales
quedarían en el olvido.
Desde aquel día todo el pueblo reflexionó y comenzamos a luchar en contra de
la explotación minera y en contra de la destrucción de nuestra naturaleza.
Hoy en día después de muchos años y con mucha dificultad hemos ganado la
batalla contra el gran monstro minero. A pesar de haber logrado el objetivo nos
quedan las cicatrices en nuestras tierras, pero esto es impulso para enseñar y
concientizar a otros pueblos de nuestro país que la explotación minera nos
destruye día a día.
FIN