Está en la página 1de 5

CRISTO VIENE PRONTO: MARANATHA: AP. 22:12. HECHOS 10:1-11.

2 PEDRO 3:4; 8-9

“DIOS ES FIEL, SIEMPRE ES FIEL”


CUÁNTO CONOCEMOS A DIOS ?
SALMOS 9:10/JEREMIAS 9:23-24

Texto Bíblico:
Deuteronomio 7:9
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones
Isaías 55:10-11
“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la
tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así
será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero,
y será prosperada en aquello para que la envié”.

INTRODUCCIÒN:

En las escrituras hay numerosos pasajes donde se ilustra la Fidelidad de Dios.

.-Hace más de cuatro mil años, el Señor dijo en Génesis 8:22 “Mientras la tierra
permanezca, no cesarán la cementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y
el día y la noche”. Hasta ahora, cada año que ha pasado, proporciona un nuevo testimonio
del cumplimiento de dicha promesa por parte de Dios.
.-En Génesis 15:13-16 “Entonces Jehová dijo a Abraham: Ten por cierto que tu
descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos
años… y en la cuarta generación volverán acá”. Los siglos siguieron su curso y todo se
cumplió cabalmente tal como lo reseña, el siguiente pasaje en Èxodo:
Éxodo 12:41 “ Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes
de Jehová salieron de la tierra de Egipto”
.-Por medio de Isaías, el Señor declaró: “He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un
hijo, y llamará su nombre Emanuel” (Isaìas 7:14). De nuevo pasaron siglos, y “cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (Gálatas. 4:4)

Dios es veraz. La promesa de Su Palabra, es segura y verdad.


Números 23:19
“Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Él dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?”
Ante todo este cuadro de uno de sus atributos perfectos de Dios, recordemos un pasaje ya
conocido y para los que no, en el evangelio de Juan, el Palabra declara:

Juan 3:16 “porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que
todo aquel que crea en ÈL, no se pierda mas tenga vida eterna, porque no envió a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino que el mundo sea salvo por ÈL”..”el que en
ÈL cree, no es condenado, pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído
en el Unigénito Hijo de Dios”; y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más a las tinieblas porque sus obras eran malas”…
Y más adelante en Juan 3:36
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.

Pablo, el apóstol, en la carta a los romanos, capítulo 6, versículo 23:


“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro”.

.-Amigos que nos visitan, valoremos, apreciemos, y seamos agradecidos y fieles a Dios, por
su amor a nosotros pecadores, inmerecidos de Su gracia y misericordia, al enviar a Su Hijo
a la cruz para librarnos de ser esclavos del pecado. Es un regalo “por gracia”, no por obras.
.-Imaginemos esta escena: donde nuestro Señor Jesùs, es golpeado, escupido, maltratado, y
clavado en esa cruz.
.-Los clavos que traspasaron sus manos y pies, debieron ser los nuestros en su lugar.
.-En el libro de Isaías, escrito aproximadamente 700 años antes de Jesucristo, en el capìtulo
53 versículos 4 al 6, nos revela al profetizar: “Ciertamente llevó ÈL nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5
Mas ÈL herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre ÈL, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en ÈL, el
pecado de todos nosotros”.
.- Jesùs tomò nuestro lugar para recibir el castigo que merecíamos. Fuimos rescatados de
ser esclavos del pecado. Nos perdonò. Y todo fue por amor. (1 Juan 3:16) “En esto
conocemos el amor: en que Él puso Su vida por nosotros”… (1 Juan 4:10) “En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a
nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados”
Leamos:
1 Corintios 15:3-4
“3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por
nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer
día, conforme a las Escrituras”.
Jonh Stott escribió en su libro La Cruz de Cristo: “Por amor a nosotros Dios decidió
que Cristo fuese hecho pecado con nuestros pecados. El Dios que se negó a tomar
en cuenta contra nosotros nuestros pecados se los atribuyò, en cambio, a Cristo…
Màs todavía. Cristo se hizo pecado por nosotros con el fin de que nosotros fuèsemos
hechos justicia de Dios en ÈL. En otras palabras, nuestros pecados fueron
imputados a un Cristo que no tenía pecado, con el fin de que nosotros los pecadores,
al ser unidos a èl, recibiésemos como un don gratuito una posición de justicia
delante de Dios”.

.-Hoy, es “dìa de salvación”. Un tiempo propicio para el arrepentimiento y volverse a Dios,


nuestro creador. (2 Corintios 6:2)
.-La decisión que tomes HOY, repercutirá en los “hilos de la eternidad”.
.-Son “buenas noticias” a todo aquel que ha estado de espaldas a Dios. Eso es el “evangelio
de Cristo”. Y no hay otra salida. Jesús dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
.-Cristo te ama. No importa en la condición moral que te encuentres. ÈL vino a buscar a los
“enfermos”. A las “ovejas perdidas”. ÈL es el “buen pastor”.
Martin Lutero, escribió a un monje atormentado por sus pecados: “Aprende a
conocer a Cristo, y a èl crucificado (Y resucitado). Aprende a cantarle y decirle:
Señor Jesùs, tù eres mi justicia, yo soy tu pecado. Tù tomaste sobre ti lo que era
mìo; pero pusiste sobre mi lo que era tuyo. Te hiciste lo que tù no eras, para que yo
llegase a ser lo que no era”.

.-Sé valiente y depende de Cristo. Está escrito en Juan 15:5 …” separados de mí, nada
podéis hacer”
.-Ven a Cristo. Consagra tu vida a ÈL. Sòlo en ÈL, hay una esperanza viva. Y esta es la
vida eterna a su lado, donde podràs contemplar Su Hermosura, Esplendor, Majestad y Su
gloria.
.- En Juan 17:3, nuestro Señor dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.
.- Y en Juan 11:25: también nos revela: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mi, aunque estè muerto, vivirà”.
.- No esperes màs. HOY, es la oportunidad para que confieses con tus labios que Jesùs, es
tu Señor y Salvador”, te arrepientas de tus pecados y creas en tu corazón lo que ÈL hizo por
ti en la cruz, y seas salvo. (Romanos 10:9)
- Una morada celestial nos espera: Juan 14:1-3

ILUSTRACIÒN DE NUESTRA VERDADERA MORADA CELESTIAL

Después de cuarenta años de fiel servicio al Señor como misionero en África, Henry Morrison y su
esposa regresaban a Nueva York. Cuando el barco se acercaba al muelle, Henry le dijo a su esposa:
“Mira esa multitud. No se han olvidado de nosotros”. Sin embargo, desconocido para Henry, el
barco también transportaba al presidente Teddy Roosevelt, que regresaba de un gran viaje de caza
en África. Roosevelt bajó del bote, con gran fanfarria, mientras la gente aplaudía, las banderas
ondeaban, las bandas tocaban, y los periodistas esperaban sus comentarios. Henry y su esposa se
marcharon lentamente sin ser notados. Hicieron un alto a un taxi que los llevó al apartamento de un
dormitorio que había sido provisto por la junta de la misión.

Durante las siguientes semanas, Henry intentó sin éxito dejar atrás el incidente. Se hundía de forma
más profunda en la depresión cuando, una noche, le dijo a su esposa: “Todo esto está mal. Este
hombre regresa de un viaje de caza y todos organizan una gran fiesta. Damos nuestras vidas en un
servicio fiel a Dios durante todos estos años, pero a nadie parece importarle”. Su esposa le advirtió
que no debería sentirse así. Henry respondió: “Lo sé, pero no puedo evitarlo. Simplemente no está
bien”. Su esposa entonces le dijo: “Henry, debes decirle esto al Señor y resolver esto ahora. Serás
inútil en tu ministerio hasta que lo hagas”.

Henry Morrison luego fue a su habitación, se arrodilló y, recordando a Habacuc, comenzó a


derramar su corazón al Señor. «Señor, conoces nuestra situación y lo que me preocupa. Con mucho
gusto te servimos fielmente durante años sin quejarnos. Pero ahora Dios, simplemente no puedo
quitarme este incidente de la cabeza…».

Después de unos diez minutos de oración ferviente, Henry regresó a la sala de estar con una mirada
pacífica en su rostro. Su esposa señaló: «Parece que has resuelto el problema. ¿Qué pasó?». Henry
respondió: «El Señor lo resolvió por mí. Le conté lo amargado que estaba porque el Presidente
recibió este tremendo recibimiento a casa, pero nadie se encontró con nosotros cuando volvimos a
casa. Cuando terminé, pareció como si el Señor pusiera su mano sobre mi hombro, y simplemente
dijera: “¡Pero Henry, todavía no has llegado a casa!»

Quieres llegar a casa, salvo por el puro afecto del Padre de las luces!
Quieres vivir en la eternidad al lado del Padre Celestial, o alejado de ÈL?

Cuatro años después del hundimiento del Titanic (14-04-1912), un joven escocés llamado Aguilla
Webb, se puso de pie en una reunión en Hamilton, Canadá, y dio el siguiente testimonio:

“Soy un sobreviviente del Titanic. Cuando estaba a la deriva solo en un mástil esa noche
horrible, la marea trajo al Sr. John Harper (Pastor Bautista Britànico), cerca de mí.
‘Hombre’, me dijo, ‘¿eres salvo?’ ‘No’, dije ‘No lo soy’. Él respondió: ‘Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo’. Las olas lo llevaron lejos; pero, por extraño que parezca, lo trajeron
de vuelta un poco más tarde, y él me dijo: ‘¿Eres salvo ahora?’ ‘No’, le dije, ‘no puedo decir
aún con certeza que lo soy’. Volvió a decirme: ‘Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo’, y
poco después él se hundió; y allí, solo en la noche, en medio de un inmenso mar alrededor de
mí, creí. Soy el último convertido por la predicación de John Harper”.

También podría gustarte