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Tribunal Constitucional y Poder Judicial
Tribunal Constitucional y Poder Judicial
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
constitucional, es decir, como supremo intérprete de la Constitución, cuida que las leyes, los
órganos del Estado y los particulares, no vulneren lo dispuesto por ella. Interviene para
particular.
conforme a ley.
previstos en los artículos 200 y 202, inciso 3), de la Constitución. Se pueden distinguir siete
procesos constitucionales:
2. Proceso de Amparo.
4. Proceso de Cumplimiento.
5. Proceso de Inconstitucionalidad.
6. Proceso Competencial.
de la Constitución respecto a las leyes o normas con rango de Ley, en el caso del
resto de normas de rango inferior a la ley, en el caso del proceso de acción popular. En
que la Constitución y las leyes orgánicas atribuyen a los poderes del Estado, los órganos
Un elemental examen del membrete cosa juzgada constitucional nos lleva a considerar la
en la medida en que entra en colisión con los postulados acogidos en la Constitución, aparece
sentencia sea inconstitucional. Simplemente no podemos hacerlo, todos los ejemplos que se
nos presentan hacen referencia, más bien, a la existencia de una eventual afectación
sentencia o, eventualmente, en sus efectos, pero jamás en la autoridad que ésta ha recibido.
Como todas las hipótesis de agravio a la Constitución están referidas a situaciones anteriores
considerar que ésta puede ser inconstitucional, es decir, ya en el nombre si su negación se torna
un fracaso.
La sentencia bajo análisis afirma que para que una decisión adquiera la calidad de cosa juzgada,
Constitución haya hecho el TC y también sus precedentes vinculantes.10 ¿Y saben por qué es
así? Porque las interpretaciones y los precedentes vinculantes del TC “constituyen parámetros
de validez y legitimidad constitucionales de las sentencias y resoluciones que dicten los demás
órganos constitucionales”.
En consecuencia, de ahora en adelante todas las sentencias expedidas por los jueces adscritos
al Poder Judicial, son capitis diminutio.11 Así, por ejemplo, si se expiden en un proceso
ordinario, el cual por organización competencial no es revisado por el TC, sólo producirá cosa
Y esto debido a que, para su desgracia, dicha sentencia no recibió ni recibirá un examen de
validez y legitimidad que, como acabamos de aprender, sólo puede ser dado por el TC.
DOCENTE: ROCIO MUÑOZ CASTILLO 4
En este contexto no va a ser extraño que alguna vez un litigante perdedor decida, varios años
después que fue derrotado, pedirle al TC, sea en un proceso competencial o, por qué no, en un
proceso de amparo, que anule la sentencia añeja debido a que ésta ha transgredido un
precedente que el TC impuso. Claro, algún ingenuo podría cuestionar el ejemplo y decir que
tal situación no se puede presentar en tanto el plazo prescriptorio para intentar el amparo ya
venció. Sin embargo, tal alegato no sería más que una leguleyada, si se le compara con el
apartarse de un precedente dictado por el TC. Por otro lado, si se alegara que la sentencia tiene
ya algunos años de firmeza en su haber, tal cuestionamiento será también otra tinterillada dado
agravio profundo que ha sido proferido al derecho peruano cuando la sentencia de marras no
Abandonamos el tema de la cosa juzgada describiendo las consecuencias que respecto de ella
escrúpulo en anular sentencias que habían quedado firmes y que, habiendo resuelto el fondo,
habían recibido la autoridad de la cosa juzgada desde hace varios años. Esa autoridad, esencial
para la existencia del Poder Judicial, como lo hemos expresado, no las salvó de su destrucción
porque para el TC mucho más importante que reconocer y promover la autoridad de la cosa