Está en la página 1de 10

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/276409903

Análisis de riesgos hidrológicos bajo cambio climático. Aplicación a la ciudad


de Trujillo (Perú)

Conference Paper · October 2013

CITATIONS READS

0 680

6 authors, including:

Eduardo Garcia Cristina Prieto


Universidad de Colima Imperial College London
8 PUBLICATIONS 66 CITATIONS 46 PUBLICATIONS 1,128 CITATIONS

SEE PROFILE SEE PROFILE

César Álvarez Fernando J. Mendez


Universidad de Cantabria Universidad de Cantabria
86 PUBLICATIONS 914 CITATIONS 203 PUBLICATIONS 7,248 CITATIONS

SEE PROFILE SEE PROFILE

All content following this page was uploaded by Cristina Prieto on 17 May 2015.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


III Jornadas de Ingeniería del Agua
La protección contra los riesgos hídricos
© Marcombo S.A., Barcelona, ISBN XXX‐X‐XXX‐XXXXX‐X

Análisis de riesgos hidrológicos bajo cambio climático.


Aplicación a la ciudad de Trujillo (Perú)
Eduardo García Alonso1, Cristina Prieto2, César Álvarez3,
Fernando Méndez4, Óscar Aguilar5, Íñigo Losada6
*Instituto de Hidráulica Ambiental “IH Cantabria”, Universidad de Cantabria

1. INTRODUCCIÓN
Dentro de la iniciativa de “Ciudades Emergentes y Sostenibles” promovida por el Banco Inter‐Americano
de Desarrollo (BID) [1], se están evaluando los riesgos por fenómenos naturales en varias ciudades de
Latinoamérica y Caribe, incluyendo el efecto del cambio climático. Entre ellas, con casi un millón de
habitantes y un importante crecimiento en las últimas décadas, Trujillo al norte de Perú fue una de las
primeras seleccionadas [2]. El estudio realizado por IH Cantabria incluyó el análisis combinado de los
fenómenos de erosión e inundación costera, inundación por tsunami e inundación por desbordamiento
de ríos y quebradas. Este artículo se centrará en el apartado de riesgos hidrológicos, concretamente en
cómo integrar la parte de vulnerabilidad con la de peligrosidad para evaluar los riesgos asociados a las
inundaciones de forma global.
Determinada la peligrosidad para diferentes eventos y probabilidades de ocurrencia, en situación actual
y bajo escenarios de cambio climático, y caracterizada la vulnerabilidad de la zona de estudio, se
combinaron los dos tipos de información para confeccionar mapas de riesgo e indicadores agregados.
Obteniéndose el número de personas afectadas, fallecidas o heridas de gravedad, los daños económicos
directos y la pérdida de bienestar asociada a inundaciones. En última instancia se propuso una batería
de medidas estructurales y de gestión para reducir los problemas detectados y promover un crecimiento
más sostenible de la ciudad en el futuro.

2. DESCRIPCIÓN HIDROLÓGICA Y CÁLCULO DE PELIGROSIDAD.

La Provincia de Trujillo se encuentra en una llanura costera (1% de pendiente) a una altitud de 34 m. Los
barrios más al norte, Laredo, El Porvenir y El Milagro, están a una cota superior a los 100 m y las zonas
costeras como Salaverry, Las Delicias, Buenos Aires y Huanchaco, a unos 3 m; el resto de los barrios,
incluyendo el centro histórico, se sitúan en altitudes intermedias.
El único río importante en la zona de estudio es el Moche (Imagen izquierda de la figura 1), al sur de la
ciudad, que con una pendiente media del 4% drena una cuenca de 1864 km2 hasta Quirihuaca, donde se
dispone de un punto de aforo. El resto de las zonas reciben quebradas de escasa cuenca, pero que
esporádicamente pueden producir caudales elevados. Se han identificado 8 quebradas principales
(Imagen derecha de la figura 1): 7 pertenecen a El Milagro y Huanchaco y 1 en la parte alta de la ciudad
de Trujillo. Las primeras son La Cumbre (queb1), El León (queb2, queb3), Río Seco (unión de La Cumbre y
El León), La Encantada (queb4, queb5 y queb6) y San Carlos (queb 7); y la última la quebrada de San
Ildefonso.
La zona de estudio presenta un clima árido con escasas precipitaciones anuales y muy ligadas al
fenómeno de El Niño, motivo por el cual la cantidad de eventos para calibrar modelos hidrológicos es
muy escasa; por otra parte, hay que considerar que la hidrología de zonas áridas es una de las ramas
más jóvenes y complejas de de esta ciencia. Teniendo esto en cuenta, en la tabla 1 se resume la
metodología seguida para obtener los caudales, niveles y velocidades a partir de los datos del clima
presente y las proyecciones de cambio climático, en los distintos períodos de retorno (10, 25, 50, y 100
años), para cada uno de los sectores en que se dividió la zona de estudio. Se trata de el Sector norte,
Huanchaco (quebradas 1 a 7); Sector sur, Río Moche y zonas adyacentes; y el Sector centro, la ciudad de
Trujillo, incluyendo el barranco de San Ildefonso que vierte en la zona de El Porvenir.

SECTOR FACTORES DE RIESGO MODELO HIDROLÓGICO MODELO DE FLUJO

Norte Barrancos (incluyen lluvia local). Método racional modificado SRH‐2D

Centro Barrancos, lluvia local en la zona urbana Método racional modificado RFSM‐EDA, SRH‐2D

Sur Desbordamiento del río Moche Análisis de extremos de la serie histórica de aforos SRH‐2D

Tabla 1. Esquema metodológico para el cálculo de variables hidrológicas e hidráulicas.

La peligrosidad en la zona de estudio se obtuvo empleando técnicas de “downscaling” estadístico para


las proyecciones de cambio climático y modelos 2D de flujo para el cálculo de calados y velocidades.
Para determinar los caudales de diseño de las quebradas, todas de cuenca inferior a 100 km2 y no
instrumentadas, se propuso un método racional modificado que incluye las pérdidas en cauce como un
factor que minora el coeficiente de escorrentía del método racional estándar. Para el modelado del flujo
de las quebradas en zonas de baja densidad urbana se empleó el modelo SRH‐2D (Bureau of
Reclamation de EEUU [3]) y para la zona central de Trujillo el RFSM‐EDA‐2D (elaborado conjuntamente
por HR Wallingford e IH Cantabria).

Figura 1. Cuenca del río Moche(izquierda) y quebradas identificadas en la zona de estudio (derecha).

3. VULNERABILIDAD Y RIESGOS HIDROLÓGICOS


El cálculo de la peligrosidad junto con las características socioeconómicas y los usos del suelo permite
obtener los daños asociados a sucesos extremos, entendidos como las consecuencias de las
inundaciones en vidas humanas y pérdidas económicas. A continuación, se destacan los rasgos de
vulnerabilidad relevantes para el cálculo de riesgos hidrológicos y se cuantifican los daños asociados.

3.1 Vulnerabilidad hidrológica en la zona de estudio


Se considera que las variables socioeconómicas más importantes para el cálculo de los daños por
inundación son 1) densidad de población, 2) clasificación de viviendas por tipología estructural y 3) nivel
de percepción de riesgo y eficiencia de los sistemas de alerta temprana.
La población de Trujillo se concentra principalmente en los núcleos urbanos, destacando el Distrito de
Trujillo, seguido por La Esperanza y El Porvenir, todos con más de 170.000 habitantes y; en una segunda
categoría, Víctor Larco Herrera, Huanchaco y Florencia de Mora, todos en torno a 50.000 habitantes. La
densidad de población es uno de los factores clave de la vulnerabilidad; no obstante, una alta densidad
no implica una vulnerabilidad alta. La población puede estar más o menos expuesta a la peligrosidad en
función de la tipología y estructura de los edificios, así como de otras variables asociadas a la capacidad
de evacuación temprana de la zona afectada. La variable que recoge las tipologías estructurales se ha
abordado a partir de los datos disponibles, agrupando los barrios de la zona de estudio en tres
categorías predominantes: A) edificios de hormigón bien cimentados con más de una altura; B)
viviendas de adobe o ladrillo con moderada resistencia y una altura; y C) estructuras de madera,
plásticos, chapas u otros materiales de baja resistencia. A cada una de estas se le ha aplicado un
coeficiente de exposición de habitantes o usuarios al peligro de una inundación súbita o con escaso
margen de respuesta. Se ha considerado, basándose en datos empíricos de catástrofes en otros lugares,
que la A presenta un factor de exposición de un 10%, 1 de cada 10 personas presentes en un edificio de
este tipo, o en las cercanías, podría verse expuesto a un riesgo potencial; el resto se consideran a salvo
por razones circunstanciales. En B, la posibilidad de trasladarse a zonas seguras se reduce a un 35%,
algunas viviendas pueden sufrir daños y no siempre existe una zona elevada cercana. En el caso de la
categoría C, el grado de exposición se eleva al 70%, debido tanto a la baja resistencia de los materiales
como a la menor probabilidad de encontrar un refugio seguro cercano.
Finalmente, cabe considerar el carácter dinámico de la presencia de población, aplicando a la población
en condiciones normales un criterio de redistribución espacial asociado a eventos extremos. En el caso
de que exista un sistema de alerta temprana, con mecanismos de evacuación y el tiempo necesario para
aplicarlos, se puede llegar a niveles de exposición cercanos a cero. Sin embargo, en Trujillo el nivel de
percepción del riesgo de inundaciones es bajo, fruto de la poca probabilidad de lluvias, donde las
tormentas extremas son muy difíciles de predecir y los tiempos de concentración de los barrancos muy
cortos. Por esta razón, los sistemas de alerta temprana sólo tendrán una eficiencia moderada. De ahí
que se haya asumido que la población expuesta es la censada afectada por el factor reductor por
tipología de edificios, sin otra reducción por evacuación o alerta temprana.
Este modelo asume, que las acciones individuales no coordinadas y no planificadas ante una avenida no
permiten salvar a una proporción significativa de la población expuesta, más bien la redistribuyen
dentro del área afectada. Podría ser el caso de alguien que, pudiendo salvarse de la inundación
quedándose, por ejemplo, en un piso alto en su lugar de trabajo, decide tomar su vehículo para
comprobar el estado de su vivienda, e incurre en un riesgo inducido por su propia respuesta activa.

3.2 Riesgos de pérdida de vidas humanas


La combinación de la peligrosidad y la exposición permite obtener el riesgo de pérdida de vidas
humanas, número de víctimas mortales por unidad de superficie. Las zonas más castigadas son las más
pobladas y con edificación más vulnerable.
Juntando ambos resultados, se llegó a que la zona central de Trujillo, desde la zona más alta de El
Porvenir hasta Buenos Aires en la costa, se ve afectada por una reducida capacidad de evacuación de las
aguas pluviales que se generan en la ciudad y la pequeña cuenca tributaria de la quebrada de San
Ildefonso. Estas inundaciones no son graves, alcanzan las zonas con mayor densidad urbana con bajos
calados y velocidades, las afecciones serán: daños materiales en sótanos y bajos comerciales y de
viviendas, interrupción del tráfico, alteración de la actividad comercial y, en caso más extremo, arrastre
de vehículos. Como zona más conflictiva, en eventos extremos, puede señalarse El Porvenir, donde el
flujo de la quebrada puede producir daños concentrados, e incluso arrastre de personas.
En los escenarios futuros de crecimiento de la ciudad, es probable que se sigan ocupando las zonas
altas, en concreto los conos de deyección de las quebradas. Es necesario reservar corredores fluviales
para el paso esporádico del agua, evitando la edificación. Dada la baja probabilidad de ocurrencia de
episodios de lluvia en la región, los corredores pueden ser utilizados durante la mayor parte del tiempo
como zonas de paseo, deportivas, parques o parcelas agrícolas, pero no construir viviendas en ellos.
Las quebradas León, La Cumbre y Río Seco, en el sector norte drenan 300 km2 de territorios
montañosos, luego sus caudales extremos son más elevados que en la ciudad de Trujillo. Los puntos
críticos son El Milagro y Huanchaco. Al igual que en el sector del Moche, la carretera Panamericana
Norte puede verse afectada por una crecida de los barrancos. Mención especial merece la potencial
inundación del sector norte del aeropuerto, que podría perder operatividad en momentos específicos.
Combinando los resultados de 25 y 100 años, se llegó a un promedio en el tiempo y en el espacio de 0.3
personas/año, que se incrementaba a 0.34 y 0.36 víctimas para los escenarios de cambio climático.
Introduciendo la población total del área de estudio, unos 900.000 habitantes, la probabilidad media de
fallecimiento por inundación en el área metropolitana es de entre 0.3 y 0.4 personas/año/millón de
habitantes. Teniendo en cuenta que un valor de riesgo tolerable se sitúa en torno a 1
fallecido/año/millón de habitantes (viajar en tren tiene 0.5 y en avión 0.1 personas/año/millón de
habitantes, respectivamente), los riesgos hidrológicos de muerte de personas en Trujillo son bajos. Por
sectores, los resultados revelaban que El Porvenir, Florencio de Mora y Huanchaco son los que más
probabilidades tienen de sufrir víctimas mortales en caso de un evento extremo. En la figura 2 se
presenta a modo de ejemplo el mapa de peligrosidad correspondiente a la avenida de 100 años de
periodo de retorno y clima actual.

Figura 2. Mapa de peligrosidad potencial de vidas humanas para la avenida de 100 años y clima actual.
3.3 Cálculo de personas afectadas por inundaciones
Para determinar el número de personas afectadas, se asumió una densidad espacial de población
homogénea por zonas o barrios de la ciudad, y se cruzó esta información con las manchas de inundación
correspondientes a las avenidas tipo seleccionadas, con y sin cambio climático. Una persona se ve
afectada por un evento extremo si llega a cubrir más de 10 cm en la zona urbana donde reside. Los
resultados mostraron que, ante un evento extremo, Trujillo tiene un nivel de exposición moderado a las
inundaciones, entre 1 y 2% de la población total, asumiendo una población de un millón habitantes. En
sentido sicológico o percibido, la extensión de las zonas potencialmente inundables hace que un
porcentaje relevante de la población se encuentre bajo el efecto de esta amenaza.

3.4 Cálculo de daños económicos directos.


Para calcular la pérdida de valor económico de los activos expuestos a inundaciones, las viviendas se
clasificaron en 6 categorías (Figura 3), atendiendo a los materiales de construcción y a los servicios de
abastecimiento y saneamiento. A partir del valor estimado del equipamiento, y aplicando una corrección
por densidad de edificación y otra por número de niveles de cada tipo de vivienda, se obtuvo un coste
unitario máximo de pérdidas ($/m2). Por otra parte, se construyeron curvas de daño empíricas basadas
en la literatura para calcular la proporción de daños para cada nivel de agua, respecto al daño máximo
posible. En las viviendas más precarias (tipos 5 y 6), 1.5 m de agua producen una pérdida del 80% del
valor total; a medida que la vivienda es más sólida, esta proporción decrecía a un 70% (tipo 4 y 3), un
60% (tipo 2) y un 30% para viviendas de hormigón en varias plantas (tipo 1). La ec. 1 permite obtener la
proporción de daños intermedios, calados inferiores a 1.5 m, en cada tipo de vivienda, en ella, hmax es
el calado de daño máximo, estimado en 1.5 m, el parámetro K depende del tipo de vivienda.

Figura 3. Clases de viviendas obtenidas a nivel de manzanas

Grupo Precio ($/m2) Dmax (%) k


6‐5 143.95 80% 1.609
4‐3 160.23 70% 1.204
2 204.87 60% 0.916
1 575.18 30% 0.357
Tabla 2. Valores de los parámetros para el cálculo de caños económicos

-k·h
dolar dolar h max
Daño Precio ( 2 )·D max ·(1 - e ) ec.[1]
m2 m
El precio de la vivienda se estableció en 300 $/m2 para el parque existente y en 480‐590. $/m2 para las
nuevas construcciones (datos del Servicio de estudios BBVA, 2007 [4] y el II Estudio “El Mercado de
Edificaciones Urbanas en la provincia de Trujillo” de la cámara peruana de la construcción). Aplicando la
ecuación 1, se determinó el daño producido, en función del nivel máximo que genera una avenida, en
cada tipo de vivienda. Combinándolo con la distribución de tipos de vivienda y la delimitación de zonas
inundadas asociadas a cada escenario, se llegó a una estimación de las pérdidas económicas por tipo de
vivienda y totales en Trujillo. Las pérdidas totales, asociadas a una inundación extrema se situaron entre
10 y 21 millones de dólares (de 2012). La diferencia entre la situación actual y los escenarios con cambio
climático no es muy importante, con un aumento máximo del 10%. La distribución porcentual de las
pérdidas por tipos de viviendas para las avenidas se situaba entre el 20‐34%, los daños económicos se
repartían de forma bastante homogénea entre todas las categorías de vivienda, aunque con predominio
de afección a la tipología de vivienda 1, correspondiente a las personas de mayor renta.

3.4 Estimación de la pérdida de bienestar por inundaciones


Las pérdidas económicas estimadas no tienen en cuenta todas las dimensiones sociales de los daños. La
distribución de la renta entre la población es desigual, por lo que una misma pérdida económica
representa una proporción diferente de la renta disponible de cada familia según su nivel de riqueza.
Esto se ha tratado de reflejar mediante una corrección aplicada a los daños económicos, tal que el valor
relativo de un dólar disminuya con el nivel de ingresos. Para hacer este cálculo se han adoptado varias
hipótesis: 1) Existe correspondencia entre el nivel de renta y las tipologías de viviendas empleadas. Las 6
categorías de viviendas se corresponden con sendos intervalos de renta; 2) La renta de los individuos se
distribuye según una distribución de Pareto; 3) Para cada uno de los escalones de renta se calcula la
utilidad marginal del consumo (U) asumiendo una función de la forma U=log(C) [5] y 4) El índice de
desigualdad de Gini en Trujillo se asume el mismo que para la totalidad de Perú: 48 sobre 100 [6].
Aplicando un factor de bienestar a los daños económicos, obtenidos en el epígrafe anterior, se llegó a un
nuevo reparto de los daños recibidos, como pérdidas de bienestar. Estos factores de conversión (tabla 3)
igualan la utilidad de una unidad monetaria entre segmentos de población de distinto poder adquisitivo.
Las personas más desfavorecidas tienen una pérdida de poder adquisitivo del 60%, aunque sólo aportan
el 40% de pérdidas materiales.

Tipo Vivienda Factor bienestar


6‐5 1.609
4‐3 1.204
2 0.916
1 0.357

Tabla 3. Factores de bienestar

3.5 Balance global de riesgos hidrológicos en Trujillo


Los riesgos hidrológicos se han evaluado atendiendo a cuatro dimensiones: 1) Pérdida de vidas; 2)
Número de personas afectadas por inundaciones; 3) Daños económicos; y 4) Pérdida de bienestar.
Desde la perspectiva de daños humanos, Trujillo es un municipio relativamente seguro, con riesgos de
fallecimiento por inundaciones dentro de lo aceptable. Sin embargo, es mayor el número de personas
que se ven expuestas a inundaciones con cierta frecuencia, con la reducción de calidad de vida que
conlleva y merma de actividades. Por otra parte, los daños materiales debidos a las inundaciones en la
ciudad no son cuantiosos, aunque los efectos indirectos pueden ser más importantes. Finalmente, la
pérdida de bienestar afecta mayoritariamente a las personas más humildes, mientras que en las zonas
de renta alta las pérdidas por inundaciones no suponen un deterioro importante de la calidad de vida.

4. MEDIDAS DE ADAPTACIÓN A LOS RIESGOS HIDROLÓGICOS


Evaluados los riesgos hidrológicos, cabe valorar y plantear actuaciones y medidas para eliminarlos o
reducirlos. Las soluciones propuestas se han dividido en estructurales y no estructurales, y se comentan
brevemente a continuación.
Con respecto a las medidas estructurales, en las riberas del río Moche, estas soluciones comprenden la
tanto la construcción de una protección en los Polígonos industriales I y II y en las áreas residenciales
denominadas I y III en la zona Colón; como el análisis de la estabilidad del puente de la carretera
Panamericana sobre el río Moche.
En cuanto a la ciudad de Trujillo, se sugiere por un lado el descabezamiento y entrega al río Moche de la
Quebrada de San Ildefonso en su punto de vertido, en el sector norte; y por otro lado, el diseño y
ejecución de una red de aguas pluviales en el centro urbano de Trujillo. Esto último conlleva una red de
colectores‐interceptores principales, una de drenes o colectores secundarios con imbornales que viertan
a los principales, zonas de detención o almacenamiento temporal y la obra de entrega a un cauce
principal o al mar.
En tercer lugar, atendiendo al sector norte, en la parte norte de El Milagro se propone definir un espacio
sin edificaciones para el corredor fluvial y aislarlo, mediante un muro o mota, de la zona construida en
las inmediaciones del cauce de aguas altas de la quebrada La Cumbre. Al sur de El Milagro, se
recomienda construir un sistema de drenaje urbano para evacuar una avenida de 25 años. Dicho
sistema debe incorporar las aguas captadas al cauce de la quebrada, que deberá mantenerse expedito
en una anchura definida como corredor fluvial, donde no se permitirán asentamientos. También se
propone la revisión y adaptación frente a inundaciones del tramo de la Panamericana situado a lo largo
del municipio de El Milagro, comprobándose la estabilidad de la carretera frente a una crecida de las
quebradas que rodean el núcleo de El Milagro, se considera suficiente verificar la capacidad y estado de
conservación de las obras de drenaje transversales, en caso de que se decida concentrar el flujo en una
vía de intenso desagüe, será necesario crear una obra de paso por debajo de la carretera. Centrándonos
en Huanchaco, la afección al aeropuerto de una inundación extrema es importante. Se recomienda
desviar las quebradas que generan el problema hacia el oeste, de forma que encuentren el río Seco
antes de llegar a la pista del aeropuerto. Esto supone una mota o contención de unos 600‐800 m de
longitud, cuya viabilidad, tipología y cotas deben ser analizadas en un estudio de detalle.
El núcleo urbano de Huanchaco presenta un riesgo de inundación alto, con potencial pérdida de vidas
humanas y cuantiosos daños económicos. La urbanización de los territorios aledaños y de las zonas
altas, entre ellas El Milagro, pueden agravar aún más la peligrosidad de esta ciudad costera. El río Seco,
una vez alcanza el núcleo urbano, experimenta una severa constricción del cauce, unida a una
modificación brusca de su alineación, con una curva y contracurva de prácticamente 90º. Se
recomiendan liberar espacio urbano para dar cabida al río, permitiendo que se expanda sin aumentar su
calado, como corresponde a un tramo de desembocadura. A falta de un estudio detallado, se estima
que la anchura mínima que se debe fijar para el lecho de avenidas en el tramo final del río Seco es del
orden de 80‐100 m, lo que con una velocidad de 2 m/s y un calado de 2 m permitiría evacuar un caudal
punta del orden de 300‐400 m3/s. Si se optara por incrementar el calado, y por tanto la velocidad, por
encima de estos valores, las tensiones tangenciales en el fondo inducirían una movilización de
materiales, con socavación de márgenes, acumulación en otras zonas y aumento de la peligrosidad
potencial. Por condicionantes topográficos, la zona de ensanchamiento del cauce debe estar en su
margen derecha. Finalmente, otra de las acciones recomendadas consiste en facilitar la entrada en el
mar de la quebrada, minimizando la pérdida de carga local y por tanto el nivel aguas arriba. En la figura
4 se puede ver, a modo de ejemplo, el mapa de calados y velocidades en el sector norte, para la avenida
de 100 años y régimen transitorio.
Por último, las medidas no estructurales consisten en la delimitación y ejecución de un deslinde del
dominio público hidráulico en las zonas potencialmente afectadas por cauces y quebradas, la revisión de
la legislación y ordenanzas de urbanismo con criterios de riesgos de inundación, la información a la
población potencialmente afectada por eventos de inundación, la puesta en marcha de un sistema de
previsión de inundaciones y el fomento de los seguros frente a riesgos naturales.

Figura 4. Calados y velocidades máximos la avenida de 100 años en el sector norte. Régimen transitorio.

5. CONCLUSIONES
Este artículo tiene por objetivo analizar los riesgos de inundación asociados a ríos, quebradas y lluvias
extremas en la Provincia de Trujillo, perteneciente al Departamento de La Libertad, en la costa norte de
Perú. Para determinar la profundidad y velocidad máximas del agua, asociadas a distintas
probabilidades de ocurrencia de sucesos extremos, se aplicaron modelos numéricos de flujo 2D en tres
sectores diferenciados: sector norte (zona del El Milagro y Huanchaco), sector centro (ciudad de Trujillo
y barrios periféricos) y sector sur (río Moche y riberas en sentido amplio).
Se realizó también un estudio exhaustivo de vulnerabilidad, con el objetivo de conocer la distribución
de la población y las tipologías de edificación, entre otras variables. Combinando los resultados de
peligrosidad y de vulnerabilidad, se han obtenido los riesgos en cuatro aspectos: pérdida de vidas
humanas, personas afectadas, daños económicos y pérdida de bienestar.
Finalmente, se propone un conjunto de medidas de gestión, orientadas a modificar estructuras
organizativas, el marco legal y los mecanismos económicos para reducir el impacto de las catástrofes. Se
considera que estas acciones, que no requieren inversiones cuantiosas pero que implican a numerosos
agentes sociales, públicos y privados, son claves a la hora de reducir los riesgos futuros.

6. REFERENCIAS
[1] Guía metodológica Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles. 1ª Ed. 2012. BID.
[2] Plan de Acción Trujillo Sostenible. BID y Alcaldía Provincial de Trujillo, marzo 2011.
[3] www.usbr.gov/pmts/sediment/model/srh2d/index.html
[4] www.bbwaresearch.com/KETD/ketd/esp/index.jsp
[5] Pearce, D. and Ulph, D. 1995. A Social Discount Rate for the United Kingdom. CSERGE Working Paper 95‐
01. Centre for Social and Economic Research on the Global Environment, University of East Anglia, UK.
[6] datos.bancomundial.org/indicador/SI.POV.GINI

View publication stats

También podría gustarte