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CAPITULO I EL ESTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO DE BIENESTAR Y LAS POLITICAS SOCIALES: DEFINICIONES, METODOLOGIA, TEMAS DE INVESTIGACION ELofsa DEL Pino M." Josera Rusio LARA I. INTRODUCCION: PROPOSITOS, ALCANCE Y OPORTUNIDAD DE ESTE LIBRO El Estado de Bienestar es uno de los logros mas significativos de los Estados modernos por su capacidad de proteger a los ciudadanos contra la pobreza cuando se encuentran en situaciones de riesgo —tales como la enfermedad, el desempleo, la vejez, la nifiez o la ignorancia— y de contri- buir a corregir las fracturas sociales. El Estado de Bienestar, surgido en Europa en el Ultimo cuarto del siglo xix, sigue estando presente en los paises més desarrollados al mismo tiempo que parecen consolidarse siste- mas de proteccién social en otros lugares del planeta. Sin embargo, su alcance en términos econémicos y sus implicaciones sociales y politicas han sido objeto de numerosas criticas que han [legado a poner en cues- tidn su existencia en las ultimas décadas, Ademés, la crisis financiera que se inicié en 2007 ha afiadido nuevas presiones al sistema de proteccién social de la mayoria de los paises. we Therborn (1983) entiende que existe un Estado de Bienestar cuando la mayoria de las actividades del Estado se dedican a promover el bienestar social (y no a otras funciones que también son centrales en los Estados, como la defensa interior y exterior, Ia garantia del libre comercio, la mo- vilidad de ciudadanos y de mercancias o la administracién de justicia). Si se obvia que, de entender en sentido estricto la expresién «mayoria de actividades», resultarfa dificil encontrar un listado amplio de Estados de 27 28 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LA ENCRUCHADA Bienestar, la de Therborn es una aproximacién interesante, puesto que indica una de Jas xazones de Ja importancia del estudio del Estado de Bienestar en los Estados desarrollados contemporaneos, al poner el énfa- sis en que la mayor parte de sus recursos, 0 al menos una parte sustantiva de ellos, se destina a promover el bienestar de los ciudadanos. Desde principios de los afios setenta y, particularmente, en. Jos ochenta del siglo Xx comienza a generalizarse la jdea de que el Estado de Bienes- tar estaba abocado a la crisis, La critica mas contundente provino de las corrientes neoliberales (véase HAYEK, 1982) y neoconservadoras (CRO- o zee et al., 1975). Segtin sus postulados, el Estado debe limitarse a la pro- vy vision de la seguridad colectiva frente al exterior, a la preservacion del orden y de Ja ley (las normas que regulan la propiedad. privada o los con- tratos, esencialmente), asi como ala provision de aquellos bienes publicos ue el mercado no puede proporcionar de forma eficiente (por ejemplo, Ja seguridad interior). En todo caso, el Estado podria jntervenir como ‘iltima red de proteccin social, y de forma residual, cuando los otros i actoxes y mecanismos fallen. Desde este punto de vista, los Estados de \ Bienestar son demasiado catos, jneficaces e ingobernables y, en lugar de i ser mecanismos para luchar contra Jos fallos del mercado, impiden el cre- cimiento econdmico, ademas de minar Ja independencia personal y colec- tiva (HAYEK, 1982), ‘A pesar de la reperousi6n prictica que tuvieron las ideas de quienes lo cuestionan (véase la revision de KING y Ross, 2010), dela globalizacién de 7 la economia o de los importantes cambios sociodemograficos, que segan |i muchos aconsejan su transformacién, la investigacion comparativa ha puesto de manifiesto la dificultad de reformar y de recortar el Estado de Bienestar (PIERSON, 1994; EspING-ANDERSEN, 1996). Uno de Jos principa- el Estado de Bienestar ha sido, sin duda, el hecho de que sus ciudadanos consideran mayoritariamente que Jas politicas sociales, como la sanidad o jas pensiones, son centrales para mantener su bienestar y creen, ademas, que esas politicas deben ser prioritarias sobre otras (SvALLEoRS, 2010). B aprecio que Ja ciudadanta siente por el Estado de Bienestar hace que Jas seformas sean objeto de conflicts sociales de maxima. importancia. Solo a dos de Bienestar se encuentran en proceso de reformas complejas que in- tentan reorganizar y reestructurar Jos arreglos de politica social existentes, pero para ello los politicos han tenido pecesariamente que utilizar estrate- gias orientadas @ esquivar la resistencia ciudadana. En definitiva, bien sea por su impacto en las condiciones de vida de las personas y la sociedad, por su relevancia en cuanto a que hoy en dia es una parte esencial y significativa de la actividad y de los presupuestos de jos Estados desarrollados, o por su jmportancia debido a ja centralidad que tienen en el debate politico actual, el Estado de Bienestar y Jas politi- Jes obstculos encontrados por los gobiernos que han pretendido recortar © partir de los afios noventa se ha podido constatar realmente que los Esta- » "| BL ESTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 29 cag sociales han seducido a numerosos investigadores, siendo un objeto ‘de estudio especialmente interesante para los cientificos sociales de dife- 4 rentes disciplinas. _» En elcaso de Espafia, académicos de distintas disciplinas han abordado 4 el estudio del Estado de Bienestar. Existe una gran cantidad de trabajos F publicados en diferentes idiomas que analizan pormenorizadamente dis- tintos aspectos del Estado de Bienestar espafiol (en la ultima década, véan- # se, entre los libros en castellano, por ejemplo, ADELANFADO, 2000; GONzZA- ‘LEZ-TEMPRANO, 2003; GALLEGO, GOMA y SUBIRATS, 2003; NAVARRO, 2004; ‘RODRIGUEZ-CABRERO, 2004; RODRIGUEZ-CABRERO et. al., 2005; GONZA- pz ¥ REQUENA, 2005; Espmna, 2007; PaTxor ¥ VitAs1 FARRE, 2007; Mo- ‘BNO, 2009; ALonso, GarciA y ALEMAN, 2011; GALLEGO y SuBIRATS, 2011, MorENO, 2013; MoRENO-FUENTES y DEL PINO, 2015, entre otros). Se ‘carece, sin embargo, de trabajos sistematicos en espafiol que se interesen a ‘la vez pot las transformaciones del Estado de Bienestar y por una perspec- iva comparativa, a diferencia de lo que ocurre en otras lenguas (como ex- { cepcién podrian citarse MUNoz-BUSTILLO, 2000; MULAS-GRANADOS, 2010 y, en inglés, GUILLEN y LEON, 2011, que trata el caso espafiol situandolo en ‘el contexto europeo, véase también Forssa, 2014), ‘En este libro se busca entender cémo se han transformado el Estado de _ Bicnestar y jas politicas sociales en las Ultimas décadas, Desde la segunda tmitad de los afios noventa del siglo xx, muchos pafses europeos empezaron ‘reformar con cierta profundidad sus sistemas de proteccién social. En otros mis rezagados, como los del sur de Europa, la crisis que comenzé en 2007 ha actuado como desencadenante de los cambios mas importantes: (Hemmruck, 2015A; Vauouan-Wutrengan, 2015), Como veremos en los nuevos capitulos sobre Jos paises del Este europeo, América Latina, Asia y \frica que incluye esta edicién, en otras zonas del planeta, los procesos de mocratizacién, demodernizacidn politica, econdmica y social han propi- §ciado el desarrollo y, a veces, la consolidacién de los sistemas de proteccién ial. Desde un punto de vista sectorial, se analizan las politicas, tradicio- lmente consideradas como del Ambito social (en concreto: sanidad, pen- ionies, politicas de lucha contra la pobreza, de atencidn a los dependientes, ‘amilia y género, de proteccién por desempleo y los servicios sociales se incluyen en esta edicién). Asimismo, se analizan otros sectores que, 10 la educacién, las politicas activas de empleo o la politica fiscal, no elen ser atendidos cn los textos sobre e! Estado de Bienestar, pero que, sin argo, resultan muy relevantes para entender el aicance de los intentos ‘onseguir un mayor bienestar social, Se esta interesado en identificar cudles son los desencadenantes de las formaciones en los sistemas de proteccién social (los cambios socio- Ogrficos o las presiones internacionales, por ejemplo) y de qué ma- a tales presiones son recibidas por parte del régimen de bienestar o el ‘de politica especifico para producir finalmente un tipo u otro de E 30 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LA ENCRUCUADA, reforma. En este sentido, se analizaran diferentes dimensiones de los sis- temas de proteccién social como: Jas caracteristicas institucionales, el contenido de las politicas sociales, los actores predominantes, di tipo de presiones y desafios a los que se enfrentan, sus transformaciones recien- tes, asi como sus resultados. Fin este capitulo se presentan jos conceptos y los enfoques analiticos utilizados en el libro y se adelantan algunas conclusiones sobre las trans- formaciones de Jos sistemas de proteccién social y Jas politicas sectoriales estudiadas, En el siguiente epigrafe se realiza una aproximacién al con- cepto de Estado de Bienestar y a a tipologta de los regimenes o mundos de bienestar de Esping-Andersen que permite entender Ja diversidad de este fenémeno. Ademas, con el objetivo ‘de acotar el aleance del Bstado de Bienestar y sus implicaciones se presentan las preguntas de investigacion mas usuales alrededor del mismo y se reflexiona sobre las ventajas que posee la perspectiva comparada para yesponderlas. En el tercer epigrafe se discute sobre la naturaleza jnterdisciplinar y el interés en el que se cen- tran las distintas materias que se ocupan de su anilisis. A continuacion, se explican los problemas conceptuales y jnetodolégicos del analisis com- parado del cambio en el Estado de Bienestar. En el quinto epigrafe se presentan algunos de los principales debates alrededor del objeto de estu- dio. Finalmente, se oftece una panordmica del resto del libro y de Jas aportaciones de cada capitulo. ji, ELESTADO DE BIENESTAR Y LAS POLITICAS SOCIALES: DEFINICIONES Y PREGUNTAS DE INVESTIGACION Aunque, como se vers mas adelante, la definicion y tipologia de Es- ping-Andersen sobre los tres «mundos» 0 «regimenes» del bienestar no estd exenta de criticas, sigue siendo la ms utilizada por los investigado- | yes para entender el aicance del Estado de Bienestar. Partiendo de Mar- | shall, Esping-Andersen (1990; 41) sostiene que Ja ciudadania social y la | concesién de derechos sociales son los elementos basicos del Estado de Bienestar, La ciudadania ha evolucionado histéricamente alrededor de | ‘una serie de derechos interdependientes. A medida que los derechos ci- viles comenzaron a cristalizar en el siglo XVH, se hizo evidente la necesi- | dad de que estos debian salvaguardarse a través de los derechos politi- j cos, que finalmente fueron conquistados en el siglo xvi. Sin embargo, - jos derechos politicos solo podrian hacerse efectivos una vez que Se Ba- santizara, a través de los derechos sociales, cierta seguridad y recursos economicos adecuados (MARSHALL, 1950; Hicks y EsPING-ANDERSEN, 2005: 510). En opinién de Esping-Andersen (1990: 41), silos derechos sociales s¢: consideran inviolables y la concesién de los mismos depende de la ciuda- 4 EL ESTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 31 danfa social y no del comportamiento individual, esto supone una des- mercantilizacién del estatus de los individuos (es decir, su supervivencia y su bienestar no se supeditan totalmente a su participacién en el mercado laboral, sino que seran parcialmente independientes del mercado, de la caridad o del apoyo familiar), Ademis, el concepto de ciudadania social repercute en [4 estratificacién social, pues el estatus de un individuo como ciudadano compite con su estatus o su posicién de clase, de forma que el Estado de Bienestar puede reconfigurar el orden de clases sociales exis~ tente (ESPING-ANDERSEN, 1990: 41), Et estudio pionero de Titmuss (1958, 1970) puso de manifiesto fa ne- cesidad de una perspectiva comparada para tratar de arrojar luz sobre el contexto y las razones del surgimiento y evolucién posterior del Estado de Bienestar, Titmuss demuestra que éste evoluciona de forma distinta en Gran Bretafia, en los pafses nérdicos yen Estados Unidos, donde el siste- ma €s menos generoso, la obtencién de prestaciones sociales est someti- da a condiciones y el papel de! mercado en el bienestar es mas relevante. : E ahi que distinguiesé entre tres modelos de politica social: el modelo ‘i bienestar residual, el modelo de Jogro personal-rendimiento laboral yel modelo institucional redistributivo (T TIMuss, 1974: 145-146), A partir de las aportaciones de Marshall y Titmuss, una de Jas principa- les contribuciones de Esping-Andersen es que la combinacién de distintos factores politicos y econémicos en las sociedades capitalistas condujeron al desarrollo de tres tipos de regimenes de bienestar que reflejan una ideologia diferente en relacién con Ia estratificacién social, la desmercantilizacién y el equilibrio entre tres fuentes de provision del bienestar: el mercado, la fa- milia y el Estado, Estos tres «regimenes delbienestar» tienen diferentes consecuencias en términos sociales, econdmicos y politicos (EspinG-AN- DERSEN, 1990: 47; EMMENEGGER, KvisT, MARX y PETERSEN, 2015) (véase ‘Tabla 1.1). —- En el régimen liberal, el Estado tiene un papel residual en la provisién de! bienestar y predominan las prestaciones sociales modestas en sucuantia, que se obtienen si sees elegible por cumplirestrictos criterios que reflejan el grado de penuria o necesidad, Esta situacién obliga a los ciudadanos a ser mas dependientes del mercado (existe un bajo nivel de desmercantilizacién) que en los otros regimenes y explicitamente se les anima por medio de incentivos a acudir a él para solucionar sus problemas relacionados con la cobertura de los tiesgos. — En el modelo conservadoy (también tlamado por fa literatura cientifica corporativista, continental o bismarckiano), el principio basico es el de asegurar los riesgos. La posibilidad de hacerlo depende del estatus laboral, en concreto de la participacién en el mercado laboral, por lo que el propio sistema tiende a perpetuar las diferencias de estatus. La familia Y, en especial, el varén, como sustentador principal, y la mujer, como 32 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LA ENCRUCIADA ama de casa, son los principales encargados del bienestar. EI nivel de desmercantilizacion es moderado. _— Finalmente, el régimen socialdemécrata se caracteriza por que Ja desmercantilizacion y la universalizacion de los derechos sociales se extienden a todos los ciudadanos, Se trata de un régimen generoso, con buenos resultados en cuanto ala redistribucién dela riqueza y Jareduccién de la pobreza. Igualmente se hace un esfuerzo activo de desfamilizacion y en la cooperacién para la busqueda de un nuevo empleo para los desempleados (Hicks y EsPING-ANDERSEN, 2005). , TABLA L.1 Modelos de Estado de Bienestar e Indicadores de Politica de Bienestar Liberal Conservador Hlomentos del | (Francia, Italia, nena onlldein Régimen Espafia, Alemania, | “Reino Unido, | | (Paises nérdicos) e Impactos ‘Austria, Belgica, | a ee iaty Nuova Japon y Portugal) Yolanda) cone a, Ocupacional Selectivo Universal Papel del mercado : | en el bienestar Bajo ‘alle! Bajo Poblacién objetivo | (Hombre) empleado | ‘Los pobres poole Grado de : : desmercantilizacién Medio suajo Alto Grado de | ; desfamilizacion Bajo Bajo Alto Grado de : ; se atin Bajo Medio Alto Redistribueién Bajo Bajo Alto én a : : saree ella Medio Bajo Alto FUunnts: Hitxs y Espinc-ANDERSEN, 2005: 513. La observacién de los aspectos del Estado'de Bienestar que han inte- ‘sesado a los investigadores es otra forma de aproximarnos al alcance del fendémeno. Dos han sido los conjuntos de preguntas principales de inves- tigacion alrededor de los Estados de Bienestar y acerca de las politicas sociales en los tiltimos cuarenta afios (véase PirxsoN, 2001¢; AMENTA, - 2003; Hicks y EspiNc-ANDERSBN, 2005; Hacker, 2006). Un primer gru- po de trabajos se ha interesado por el Estado de Bienestar como un fené- LST ETT IL ESTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 33 meno a explicar. Por ejemplo, Flora (1986) investig6 sobre las causas del © Gesatrollo del Estado de Bienestar y Heclo (1974) estudié las razones que ~~ habia. detras de las diferencias entre las politicas de proteccion por desem- =. pleo y pensiones en Suecia y en Reino Unido. Desde al menos los afios © gesenta, cientificos de distintas disciplinas han intentado contestar a pre- guntas tales como ,cudles son Jos determinantes politicos, econdmicos 0 © sociales que estan en cl origen y desarrollo del Estado de Bienestar? 0 gpot qué surge el estado de Bienestar on algunos lugares?, ,qué factores explican la existencia de distintos regimenes de hienestar o el diferente alcance de determinadas politicas sociales en diversos lugares o perfodos © de tiempo? A partir de los afios ochenta, cuando se empieza a hablar de Ja crisis del Estado de Bienestar, surgen preguntas como por ejemplo {por Gué a pesar de que el envejecimiento de Ja poblacién, a ctisis econdmica 0 la pertencncia europea‘afectan de forma parecida a distintas socieda- des, las politicas sociales son diferentes en cada lugar? En el contexto de Ja crisis econdmica que comenzd en 2007, muchos investigadores estan. jnteresados en saber hasta qué punto la crisis cambiaré la fisionomia de Jos sistemas de proteccién social. Elsegundo grupo de ‘estudios se ha interesado por hasta qué punto Jos Estados de Bienestar y las politicas sociales pueden explicar distintas cir- _cunstancias sociales, politicas o econémicas. Ademés de los académicos dediversas disciplinas, también se han sentido atraidos por esta perspec” tiva los responsables publicos que trabajan en el sector de Tas politica sociales 0 en otros sectores de politica publica, como la econémica, los cuales se han interrogado por cuestiones como jhasta qué punto el Esta- So de Bienestar 0 las politicas sociales son capaces de prevenir la desi- gualdad o Ja pobreza? 0 por qué distintos paises (con diferentes 0 simi- Jares politicas sociales) presentan. distintas tasas de fecundidad o ‘desempleo? o en st. caso, jen qué medida, distintos regimenes de bienestar arrojan resultados diferentes en materia de crecimiento econdmico, cali- dad de vida ¢ incluso de felicidad de sus ciudadanos? Tl, NATURALEZA DISCIPLINAR Y DIMENSIONES DEL ESTUDIO COMPARADO DEL ESTADO DE BIENESTAR Para algunos cientfficos Ja politica social es una disciplina por derecho _ propio, como jo demuestra el hecho de que, al menos en ciertos paises, se haya alcanzado algin grado de institucionalizacion a través de la crea- Giga de fagultades y carretas especificas. Para otros, se trata més bien de “in campo wobjeto de investigacién que puede sor abordado por distintas ‘disciplinas como la Sociologia, fa Ciencia Politica, !a Historia, la Econo- ania, el Derecho o la Filosofia (SPICKER, 1995; CLASEN, 2004). Desde este ‘altimo punto de vista, las politicas sociales y el Estado de Bienestar se 4 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN 1A ENCRUCUADA enefician de una aproximacién multidisciplinar, aunque en diferentes momentos del tiempo y alrededor de distintos debates hayan predomina- do unas u otras disciplinas. Debe destacarse, no obstante, que con inde- pendencia de la disciplina casi siempre ha predominado el analisis com- parado entre paises, tipos de sistemas de bienestar, politicas o entre diferentés ctapas. Ademas, un comin denominador de todas estas disci- plinas es el interés, implicito explicito, que suscita el cambio del Estado de Bienestar. La Filosofia social se pregunta, desde-un punto de vista mas normati- vo, sobre qué tipo de sociedad deseamos y compara Jos Estados de Bienes- tar reales con un ideal de justicia social, Por su parte, la Fconomia, por ejemplo, se interroga sobre qué modelo de Estado de Bienestar es mAs eficaz, comparando varios de ellos 0 qué programas son mas redistributi- ‘vos o producen un mayor bienestar agregado, Especificamente, de forma reciente, la Economia Politica se ocupa de cémo pueden afectar los pro- gramas sociales a la relacién entre capital y trabajo (HALL y SOSKICE, 2001). Las aproximaciones desde cualquiera de estas disciplinas y mas frecuentemente desde 1a Sociologia, incluyen, ademas, la perspectiva de género (SKOCPOL, 1992) 0 se jnteresan por la relacién entre la raza y la etnia, por un lado, y la politica social, por otro (ALRSINA, GLAESER Y SACERDGTE, 2001), entre otros muchos asuntos. En concreto, durante los afios sesenta y setenta, los socidlogos y los economistas dominaban el debate sobre los determinantes del cambio cn cl Estado de Bienestar. Las variables explicativas que utilizaron giraron alrededor de la teorfa de la modernizaci6n, Ja alianza de clases o el cam- bio demografico. A partir de los afios ochenta y noventa, sin embargo, el enfoque politolégico comparado ha predominado en el debate sobre las transformaciones del Estado de Bienestar (VAN KERSBERGEN y BECKER, 7002), estudiandose las instituciones, fos actores sociales, los puntos de ‘veto o los partidos politicos como factores explicativos del aleance y del tipo de cambio, asi como, sobre todo, las opciones y limites que, en distin- tos contextos de bonanza o crisis, tienen los responsables piblicos para proceder a Ja reforma y, en particular, a la retirada o recorte de los prin- Cipales programas y politicas sociales (CLASEN, 2004: 93). ‘Como explica Clasen (2004), la preocupacién por el discfio y Ja imple- smentacién de las politicas sociales, y por la manera en que impactan en el bienestar, ha hecho que tales politicas se hayan conyertido en una parte de jos estudios de Politicas Piblicas (policy studies y policy analysis) y,en conereto, de Politicas Pablicas Comparadas, enmarcada, a su vez, 0. la Ciencia Politica. Desde este prisma y utilizando la propuesta de Heiden- heimer, Heclo y Adams (1990) y Harrop (1992; 5) respecto a Jas razones principales para empronder la comparaci6n de politicas pitblicas, la Polt- tica Social Comparada tendria como finalidades: a) guiar el disefio hacia mejores politicas sociales; ) entender mejor como operan las institucio- EL ESTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 35 nes gubernamentales y los procesos politicos cuando se enfrentan a pro- blemas concretos de politica social; c) comprender mejor los diferentes enfoques de resolucién de problemas de politica social, que deben consis- tir cada vez més, debido a la interdependencia creciente, en estrategias de politica ptiblica transfronterizas; d) identificar algunas de las condiciones bajo Jas‘cuales las politicas tienen éxito o fracasan. También dentro de la Ciencia Politica, la Ciencia dela Administracién se encarga del estudio de modelos alternativos de prestacién de servicios y de las formas en que se organiza su provision —lo que implica, por ejemplo, el estudio de las organizaciones piiblicas y su relacién con el sector privado— y de los empleados piiblicos —tanto de los altos funcio- narios y su influencia en la configuracién de las politicas sociales, como de los llamados «funcionarios de ventanilla (street-level bureaucracy), por ejemplo, los trabajadores sociales, y su papel en la implementacién de tales politicas—, Finalmente, Mitchell identifica cinco enfoques para comparar los sis- temas del bienestar (Mrrcuett, 1992) que pueden ayudar a comprender mejor los distintos aspectos que han sido los focos de interés de Jos ana- listas de politicas: 1) comparacién de las politicas piiblicas; 2) compara- cién de los insumos o recursos que se emplean en la provision del bienes- tar; 3) comparacién de la produccién o de los diferentes tipos de reglas y estructuras, que puede implicar el andlisis de la participacién de otros actores como la familia y el mercado en la produccién del bienestar; 4) comparacién del funcionamiento detallado de las prestaciones y servi- cios, ¢s decir, de las fuentes de financiacién y de los medios de suministro de los mismos; y 5) comparacién de los resultados c impactos de las polf- ticas o quienes se benefician de cllas. IV. COMO ESTAN CAMBIANDO LAS POLITICAS SOCIALES Y EL ESTADO DE BIENESTAR Muchos de los problemas del anélisis comparado de las politicas so- ciales y del Estado de Bienestar son communes a cualquier investigacién social comparativa, Se pueden citar, por ejemplo, las dificultades relacio- nadas con la generacién de datos que sean comparables, la identificacion © la formulacién de conceptos apropiados que puedan ser aplicables y tiles en los distintos paises’ comparados, o que sean lo suficientemente sensibles como para captar las diferencias histéricas o culturales, Bajo lo que sc ha dado en lamar «el problema de ia variable depen- dicnte» (GREEN-PEDERSEN, 2004, 2007; CLASEN y SticEL, 2007), en los liltimos afios se ha teflexionado sobre las dificultades conceptuales y me- todolégicas que sc plantcan especificamente en la investigacién compara- da respecto a la transformacién del Estado de Bicnestar y las politicas 36 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LA, ENCRUCUADA. sociales, y, on concreto, sobre; qué dimensiones cambian, como estimar el alcance y la direcoi6n del cambio, qué indicadores pueden medirlo mejor, e, incluso, cual es el nivel de andlisis adecuado para captarlo. Una primera forma de delimitar el cambio seria distinguir entre la evolucién natural del sistema y el cambio deliberado 0 reforma. Este uulti- mo puede entenderse en, el sentido de «hacer algo» con Jos programas del bicnestar, y, también, en el de no hacerlo, por ejemplo, dejando que jas prestaciones sociales que reciben ciertos ‘peneficiarios pierdan poder ad- Guisitivo (BAUER ef al., 2012). Aungue cl principal interés de este libro se contra en el cambio ‘deliberado, también se reficjan otros cambios sufti- dos por el Estado de Bienestar relacionados con decisiones de «no hacer» {véase, por ejemplo, BIANCULLI, JENNE'y JORDANA; 2012). En los capitu- Jos dedicados ala pobreza o al regimen de biencstar mediterraneo se pue- den observar ambas aproximaciones. : La investigacion actual no duda en. considera cambios en Jas politicas sociales de muy distinta naturaleza. El catalogo de reformas emprens idas ‘en cualquiera de los sistemas de proteccion se ha hecho mas variado de- bido a diversas tazones como la necesidad de atender a colectivos especi- ficos, personalizar los servicios o simplemente tratar de evitar el castigo electoral mediante reformas més sutiles. En casi todos los sectores de po- {itica social analizados en. este libro se podré observat, por ejemplo, que os intentos de recorte del gasto de los afios ochenta han dejado paso a reformas mas complejas. ‘Una de las conclusiones del fibro es que los cambios pueden afectar a diferentes dimensiones de las pollti fa estructura de las prestaciones (forma de cAlculo, nivel y duracién, pot ejemplo de tas pensiones o de la proteccién por desempleo); 2 los criterios de elegibilidad (los requisitos para que los ciudadanos tengan derecho.a servicios 0 4 prestaciones, ha- ciéndolos mas estrictos, como puede observarse en Jas teformas de las pensiones 0 la proteccion por desempleo); al establecimiento de nuevos deberes (como el de buscar activamente un empleo o realizar un trabajo social); la reconceptualizacion de los beneficiarios de las prestaciones (como el considerar empleables a colectivos que antes NO jo eran, por ejemplo, los discapacitados 0 los mayores); al tipo, cantidad y calidad profesional de jas personas que prestan el servicio, 0 a modificaciones Sreanizativas menores, uw otras mas importantes como el traspaso de Ia titularidad de Ja politica a otro nivel de gobierno o su gestion a una orga nizacion privada o al tercer sector, quedandose el Estado solo con las competencias reguladoras, tal y como se vera enlos capitulos dedicados | ala politica sanitaria o a Jas pensiones. Fn cuanto a la clase de cambio que puede producirse en. la politica, Hall (1993: 278 y 279) distingue tres tipos: a) el cambio de primer orden que aplicado al Estado de Bienestar consistiria en una utilizacion distinta de Jos instrumentos de politica cxistentes (por ejemplo, elevar las contri- EL FSTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 37 buciones o reducir las prestaciones); b) de segundo orden implica modifi- “car tales instrumentos, sin que supongan un cambio en la naturaleza del xégimen de bienestar (como fa introduccion de nuevas reglas de calculo para la pensién); ¢) de tercer orden, que modifica los instrumentos de politica e introduce una nueva légica del bienestar (por ejemplo, haciendo que un derecho o-servicio deje de ser universal). Mientras que los cambios de primer y segundo orden se pueden considerar como parte de la activi- dad normal en la elaboracién de las politicas, los de tercer orden implican ‘un cambio sustancial o, segiin la propia terminologia de Hall, un cambio aparadigmatico». Precisamente esta es Ja secuencia descrita en el caso del ‘égimen de bienestar conscrvador, que se expone en el siguiente capitulo de este libro. : Pierson (2001) explica que el tipo de reforma perseguide en cada ré- gimen és distinto: los. liberals tienden mas a la” Te-mercantilizacion (re- commodification) 0 grado en que un individuo pasa a ser mas dependien- te de mercado, los nérdicos se inclinan por Ja _confencion del gasto (casi-contatiiment) y \os continentales se ditigen a la recalibracién (recali- bration), bien a través de Ta racionalizacién de Tos programas publicos para que sigan pudiendo satisfacer los viejos objetivos del bienestar, 0 bien- mediante la wormalizaciéit dé los programas con Ja finalidad de ali- nearlos con las éatactetisticas del nuevo entorno econémico y social. In- clisoen cada sector de politica tende a predominar tii tipo otro de reforma (mercado de trabajo; pensiones y sanidad; politicas de familia y conciliacion, respectivamente). Bi cambio también puede ser diferente en cuanto a su ritmo. Se consi- dera que un cambio es incremental si consiste en. pequefias modificacio- nes, poco transformadoras por si solas —lentas en sus efectos—, aunque Ja suma de ellas a Jo largo del tiempo conduzca a que la politica cambic de forma sustancial, como se podra observar en los capitulos dedicados a la proteccién por desempleo o a Jas pensioncs de jubilacién. El cambio radical, sin embargo, se produce mediante reformas transformadoras, con efectos rapidos, Como es facil imaginar, con los primeros es mds facil lo- grar el consenso y tienden a ser mas pacificos, Los gobiernos pueden pre- ferirlos por ser menos arriesgados electoralmente. En los tltimos afios se‘ha discutido ampliamente acerca de qué aspec- tos del bienestar deben tenerse en cuenta para estimar el alcance di las teformas, El debate ha girado sobre si lo que tiene que tomarse en consi- deracion son los cambios que se producen en !as politicas en si o Jos efec- tos que estos cambios tienen sobre los ciudadanos (el capitulo dedicado a educacién introduce especialmente esta perspectiva del impacto de las polfticas), Mientras que ol fijarso en los policy outputs es'criticado por ~ quicnes sostienen que los cambios en las politicas son solo importantes si afectan a la vida de los receptores de las prestaciones y servicios, la afir- macién de que solo se produce reforma. cuando se ven afectados los dere- (sy aw ce M4 o€ nee (260 le che, & 38 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LA ENCRUCUADA chos ciudadanos es criticada por ser demasiado estrecha. En opinion de Green-Pedersen (2004), si, por ejemplo, se quiere analizar cual es la in- * fluencia de Jas variables electorales sobre el cambio, a priori parece una definicion més adecuada aquella que se preocupa por el efecto de los cambios en la vida de los ciudadanos; sin embargo, la pretensién guber- namental de cambiar aspectos relativos a como gestionar los programas de pensiones o de desempleo, aunque no suponga una modificacién de jos derechos, puede ser suficiente para desencadenar la actuacién de ac- tores o instituciones con intereses en juego. En cuanto a les efectos sobre los ciudadanos como se observa a lolargo de todos Jos capitulos del libro, las yeformas realizadas desde mitad de los afios noventa incluyen cambios que han tendido a proieger mejor a diver- sos colectivos escasamente cubiertos por el sistema como los trabajadores con trayectorias laborales incompletas, las mujeres las personas en situa- cién de dependencia, Sin embargo, también se han producido cambios que tiencn como consecuencia Ja reduccién de derechos o de prestaciones en relacién con Ja situacién inmediatamente anterior a ese cambio. En cuanto a los indicadores mas apropiados para medir el cambio, el indicador de las variaciones en cl gasto sigue siendo ampliamente utiliza- do porque los datos de gasto social son faciles de encontrar y, en cual- quier pais, cubren los principales programas. Sin embargo, en los ultimos aiios los investigadores se han vuelto especialmente cuidadosos y sus ana- isis mas sofisticados (véase KITTEL y OBINGER, 2003), La utilizacion del IIamado esfuerzo en bienestar (gasto social como porcentaje del PIB) ha sido repetidamente criticada. (ESPING-ANDERSEN, 1990; ALBER, 1996; CLAYTON y PONTUSSON, 1998; CASTLES, 2009; SIEGEL, 2007): Las conclu- siones acerca de la limitada propensin al recorte de los programas de bienestar se vieron reforzadas durante afios debido 2 la identificacion de este con la reduccién del gasto social (GRrBEN-PEDERSEN, 2004). Una vez constatado que ¢l gasto social no se habia modificado de forma significa- tiva sino que incluso habia aumentado, se concluia que los recortes no se habian producido. El trabajo de Castles (2004) puede ilustrar este proble- — ma. Analizé los 21 paises de Ja OCDE, entre 1980 y 1998, y concluyd que él gasto social se habla mantenido constante o se habia incrementado, en general. Sin embargo, al descender un nivel de andlisis y revisar las tasas de cobertura o duracién de las prestaciones, observd que se producian recortes en algunos programas y expansion en otros. Hfectivamente, se ha puesto de manifiesto la estrecha dependencia que existe entre el gasto social en algunos programas como el desempleo y la | situaci6n econémica (por ejemplo, el gasto en desempleo crece porque hay mas parados y no porque las prestaciones sean mas generosas). Algu- nos, por ejemplo, proponen que los gastos en desempleo se analicen man- . teniendo constante el niimero de receptores (SmoEx, 2007). Green-Peder- - sen (2004) recuerda también el hecho de que un elevado gasto publico BL ESTUDIO COMPARADO DB LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 39 puede ser indicador de ineficiencia mas que de generosidad del Estado de Bienestar, o que determinados cambios no puedan ser captados por este indicador sino solo una vez que haya transcurrido el tiempo, o que mas gasto no significa ms redistribucién. Clayton y Pontusson (1998) plantean el uso de indicadores alternati- ‘yos o complementarios al gasto, por ejemplo, relacionados con la forma en que se organiza el sector publico, la prestacidn de servicios, el desa- srollo del empleo publico o la (in)equidad o (in)seguridad en el empleo, ‘De hecho, estos autores consideran que si se hubiera hecho uso de este tipo de indicadores, las conclusiones de autores como Pietson sobre la limitada capacidad de recorte que tuvieron los gobiernos de Thatcher y Reagan en los afios setenta y ochenta podrian ser puestas en duda. En este libro, la importancia del uso de estos indicadores se pone especial- + mente de manifiesto en el capitulo-dedicado al régimen liberal, donde se “ explica que precisamente cl énfasis on ¢l gasto social deja escapar mati- ces interesantes sobre el alcance del Estado de Bienestar en los paises anglosajones, De la misma manera, en el capitulo dedicado a educacién ‘se pone explicitamente de manifiesto cémo la importancia del gasto es solo relativa, siendo la estrategia de gasto (el cémo se gasta) més rele- vante para explicar los resullados de esta politica, Finalmente, la discu- sién sobre el gasto justifica el estudio de le politica fiscal, tal y como se hace en el ultimo capitulo de este libro, Por tiltimo, no hay duda de que Ja investigacién comparativa se ha be- neficiado del desarrollo de las bases de datos internacionales, La Union Buropea ha actualizado en 2015 sus indicadores relativos a politicas socia- es para facilitar el seguimiento de la Estrategia 2020 con datos de Eurostat (Social Protection Committee, 2015), La llamada SOCX (Social Expendi- ture Database) de la OCDE u otras bases de diferentes organismos interna- clonales como la OJT 9 CEPAL, permiten comparar el contenido de las politicas y medir su impacto. Como han puesto de manifiesto De Deken y Kittel (2007) y Siegel (2007), cuando se trata de comparar entre regiones del: mundo, estas fuentes pueden presentar problemas derivados, por ejem- plo, de la dificultad de claborar definiciones consensuadas de los progra~ mas sociales en cada pais a lo largo del tiempo. A ellos habria que afiadir el = alcance limitado de estas u otras bases; especialmente por lo que se refiere ~_a pafses en desarrollo, lo que hace que muchas veces sea dificil encontrar informacién comparable entre paises de distintos continentes. _ .%. LOS SEIS TEMAS PRINCIPALES ALREDEDOR DEL CAMBIO EN EL ESTADO DE BIENESTAR El anilisis de las transformaciones del Estado de Bienestar o los siste- __ Mas de proteccidn social se ha centrado en distintas dimensiones que TOT 40 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LA ENCRUCHADA abarcan desde !a bisqueda de categorias que sean capaces de capturar la vatiabilidad del modo en que s¢ organiza el bienestar en distintos lugares y su cambio a lo Jargo del tiempo, hasta el planteamiento del futuro de ‘este modelo de Estado, De ellos se trata a continuacion. 1, LA VIGENCIA DE LOS REGIMENES DE, BIENESTAR EN OTROS LUGARES DEL PLANETA. SU CAPACIDAD PARA EXPLICAR EL CAMBIO Bl intento de categorizar los diferentes sistemas de bienestar ha sido una actividad principal de la investigacion comparada. Sin duda, los tres mundos del bienestar capitalista de Esping-Andersen (1 990:19) han sido centrales para comprender que «no todos los Estados del Bienestar son del mismo tipo», sino que cada uno de ellos se estructura segiin «su pro- pia y diferente logica de organizaci6n, estratificacion e integracién so- ciab> y que sus «origenes se deben a distintas fuerzas histricas y siguen unas trayectorias de desarrollo cualitativamente diferentes». Esta tipolo- gia ha sido objeto de diferentes criticas (ARTS y GELISSEN, 2002: 138 ss). De ellas interesan aqui tres especialmente, Por un Jado, se ha criticado su vigencia pues desde que Esping-Andersen presentara los «tres mundos del bienestam han pasado veinticinco afios (véase el mondgrafico del Journal of European Social Policy editado por Emmenegger, Kvist, Marx y Petersen en 2015, para conmemorar este aniversatio). Sin embargo, el jeciente trabajo de Ferragina, Seelib-Kaiser y Spreckelsen (2015) ha com- probado que contindan siendo una herramienta analitica potente para predecit los resultados en términos de desigualdad y pobreza. Ademas, se objeta que, al igual que otras tipologias existentes, es demasiado determi- nista y sirve para explicar mejor la divergencia (se espera que cada régi- men siga su propia senda) que ja convergencia, que a veces se produce entre los regimenes (LEIBFIED y Mav, 2008), tal y como se discutira mas adelante al hablar de la globalizacion. Por otro lado, algunos investigadores ctitican que la clasificacion tri- partita posée un alcance limitado para dar cuenta de algunos paises con sistemas de bienestar no incluidos en ella. Se dice, por ejemplo, que los tipos no parecen exhaustivos, ni exclusivos; que adolecen de problemas metodoldgicos, pues de haberse utilizado otros indicadores, la clasifica- cién de algunos paises cambiaria; asimismo, que no captura_ elimportan- te papel desempefiado por jas familias y las mujeres en la provision del ienestar, fruto de la particular division del trabajo entre sexos (ORLOFF, 1993). También se observa que la clasificacién se centra excesivamente en Jas transferencias y no en los servicios, o en otras herramientas propias de Ja politica fiscal, ouya importaneia es esencial (JENSEN, 2008). Asimismo, se mantiene que la relevancia concedida en la tipologia a la «desmercan- tilizacin» como el principal propésito de los Estados de Bienestar’ deja EL ESTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 41 fuera otros objetivos de éste, por ejemplo, lograr una. amplia participa- cion en el mercado de trabajo, lo que daria lugar a otra tipologia (LEtp- FRIED y MAU, 2008-2009), En este sentido, Kasza (2002) se quoja de que el uso de la tipologia puede limitar los resultados de la. investigacién, al ‘rear una ilusiOn sobre su alcance. Por tiltimo, como revela el analisis de politicas especfficas, en ocasiones, los distintos grupos de familias de pai- ses No se corresponden con los que forman parte de cada uno de los regi- menes (segtin veremos en algunos de los capitulos de este libro). Respecto a las tipologias que se proponen, en algunos casos son alter- troducen un tipo adicional pata reflejar la situacién de paises como Espa- fia, a los cuales inicialmente Esping-Andersen (mas tarde sf, véase la abla 1.1) no incluia entre los Estados que podian pertenecer a alguno de sus tipos. La inclusion del tipo mediterraneo (0 de los paises del sur, vease FERRERA, 1996; BoNoLI, 1997; CasTLES y OBINGER, 2008; Latin Rim, véase LEIBFRIED, 1992) reflejaria caracteristicas como la impronta catoli- ‘ca, su desarrollo tardio, asi como el fuerte papel de la familia en Ja provi- sién del bienestar en paises como Italia, Grecia, Portugal y Espafia (véase el capftulo de Moreno y Mari-Klose en este volumen). Aunque Esping- ‘Andersen incluye a Australia y Nueva Zelanda entre los paises con un régimen liberal (Tabla 1.1), otros como Castles y Mitchel (1993) conside- ran que estos paises de las Antipodas tienen un enfoque mas inclusivo en términos de cobertura respecto a los paises que tradicionalmente se clasi- fican en el régimen liberal, puesto que en ellos la seguridad en el empleo yel control salarial tienen especial importancia para perseguir la redistri- -bucion. Algunos investigadores se preguntan si distintos paises cuyos Esta- dos realizan un esfuerzo significativo en la provision del bienestar y que no fueron incluidos por Esping-Andersen en su tipologia podrian enca- _jar en ella. Se trata de paises de otras partes del planeta, como algunos ‘del mundo islamico, Africa, América Latina, India y las economias al- tamente industrializadas del Este asidtico —Corea del Sur, Taiwan, Sin- gapur o Hong-Kong— (reouérdese que Bsping-Andersen incorpora Ja~ pon al régimen. corporativista). Asi, Gough (2004: 15) ha intentado teconceptualizar el paradigma de los regimenes de bienestar del Norte " para intentar comprender la naturaleza y diversidad de las politicas del Sur. Gough (2004) plantea que debe tenerse en cuenta que Jos Estados de Bienestar son solo una de las familias de regimenes de bienestar en un tmindo donde existen otras. Distingue ademds entre los denominados regimenes de seguridad informal y los regimenes de inseguridad, En los regimenes de Estado de Bienestar predomina la economia capitalista y la democracia liberal; ademds, el papel del Estado en la provision es muy ‘importante (aunque desigual en funcién de que se trate del régimen con- nativas a la de Esping-Andersen, mientras que er otros simplemente in- i 42 LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LA ENCRUCHJADA, servador, liberal, socialdemécrata o mediterraneo). En el régimen de se- guridad informal (WooD, 2004), la divisién del trabajo no es solo de tipo capitalista, las familias utilizan estrategias diversas para su superviven- cia y siguen desempefiando un papel importante en Ja provision del bienestar, ya que el Estado es débil y las relaciones son frecuentemente clientelares. Dentro de este régimen, Barrientos (2004) identifica los re- gimenes liberales-informales de bienestar en América Latina y Gough (2004) define los sistemas productivos en el Este asiatico, en donde, a pesar de que el Estado est principalmente orientado al crecimiento, las politicas sociales estén subordinadas a tal propésito (HoLLpay, 2005: 148), con la excepcidn reciente de algunos paises como Japon, Corea del Sur y Taiwan, que han extendido su sanidad o las pensiones de jubila- cién a sectores no productivos (HWANG, 2011; PENG y Wona, 2010). Finalmente, los regimenes de inseguridad, especialmente on el Africa subsahariana (BEVAN, 2004), se caracterizan por un modelo de capita- lismo predatorio y un Estado que frecuentemente es corrupto o inexis- tente, 2, FACTORES EXPLICATIVOS DEL SURGIMIENTO Y DEL CAMBIO La identificacién de los factores explicativos del surgimicnto y evolu- cién del Estado de Bienestar ha sido uno de los temas que ha suscitado | mas interés por parte de los cientificos sociales. La investigacién compa- rativa se ha interesado especialmente por la capacidad de estos factores para explicar los cambios que tienen lugar en los distintos regimenes y en las diferentes politicas y sobre su poder explicativo a lo largo de todas Jas fases por las que ha atravesado el Estado de Bienestar (GREEN-PEDERSEN y HAVERLAND, 2002). Desde su surgimiento a finales del siglo xix en Alemania, el Estado | de Bienestar ha pasado por una fase de desarrollo y consolidacién, la. jlamada Edad de Oro del capitalismo entre 1940 y 1970 y una compleja etapa de crisis a partir de los afios setenta. Por lo que se refiere a Jas tiltimas décadas, tal y como veremos en los distintos capitulos del libro, desde los afios ochenta comienza a aparecer en el debate politico de las democracias occidentales la idea de recorte o retirada (retrenchment) del _ Estado de.Bienestar. Tras décadas de crecimiento, la vehemencia de los discursos de Ifderes tan influyentes como M. Thatcher y R. Reagan so- bre los supuestos negativos efectos sociales y econdmicos del Big Gover- nment, hizo pensar que la hora del desmantelamiento del Estado de Bienestar habia llegado. ‘Sin embargo, tras analizar la reforma del bienestar en Reino Unido y:, Estados Unidos durante la década anterior, Pierson (1994) demostré que] a pesar de los intentos de reducir el Estado de Bienestar, el recorte efec- {BL ESTUDIO COMPARADO DE LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO... 43 tuado no habia sido tan significativo en las politicas sociales. Se argumen~ {6 incluso que determinadas politicas, como la de pensiones 0 desempieo, ‘o regimenes de bienestar, como el conservador, eran casi imposibles de reformar, estaban «congelados» (ESPING-ANDERSEN, 1996). Ya a finales de la década de los noventa, sin embargo, algunas investigaciones empe- garon a advertir de la necesidad de revisar ciertos aspectos metodol6gicos en relacién a como se habia medido ef cambio (ALBER, 1996; CLAYTON y © PonTUSSON, 1998), y a partir de la década de 2000, los datos demostra- ~ ban que las reformas restrictivas no eran tan imposibles de implantar como parecia (SEBLEIB-IKAISER, 2008). Para algunos autores (por ejemplo, EsPING-ANDERSEN, 1996 y otros), jos factores que sirvieron para explicar el surgimiento y expansién del Estado de Bienestar entre 1890 y 1973 —en particular, los de tipo socioc- ~ eondmico y los relacionados con los actores sociales y partidos politicos, asi como las institucionces—, siguen siendo utiles para dar cuenta tanto de “

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