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EDUCAR LA MIRADA...

Y EL OIDO
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ARTICULO DE J. CONTRERAS

La diferencia tiende a catalogarse como problema, deficiencia, carencia o dificultad. Pero en la escuela
uno no es igual o desigual; uno es quien es. El autor echa en falta otra mirada y la escucha para
descubrir en la diferencia, no una limitación, sino una posibilidad. La preocupación educativa es
mantener abierta la sensibilidad hacia la singularidad del otro para poder percibir su posibilidad, su
fuerza, porque es de ahí de donde tiene que extraer cada uno su posibilidad de una vida digna. Percibir
la fuerza del otro es la tarea educativa más importante, porque al hacerlo.

El artículo versa sobre la relación entre igualdad y diversidad desde una concepción basada en los
aspectos que el autor destaca en función a su experiencia. Es una aproximación que se fundamenta en
conceptos que se va nutriendose de la relación con las sensaciones que se obtiene en el aprendizaje de
lo diario, de lo cotidiano y que se transforma en pensamiento reflexivo para contribuir de esta forma al
debate.

El autor manifiesta la necesidad de romper con tópicos que expresan concepciones que se alimentan
desde el discurso oficial de igualdad educativa. No existen dos seres iguales, por lo tanto la educación
como proceso de aprendizaje tiene evitar en la medida de lo posible cualquier tentación de intentar
homogeneizar las conductas educativas.

Tiene que poner en valor la cultura de lo diferente, el valor de lo diverso como principio, como un
valor en si mismo no para normalizar al individuo en estereotipos aceptados o impuestos, no para
integrarlo en la medida que pierda su identidad, sino para aprender tod@s desde el respeto a lo
diferente, a lo diverso que permita contribuir entre todos a crear una educación basada en principios
democráticos y participativos, una educación donde lo diferente no sea un problema al que hay que
dar solución.

En este sentido sino somos capaces de superar la diferencia como un valor que expresa un alejamiento
de la norma y que no se identifique con consideraciones negativas, estaremos estableciendo parámetros
para concebir al otro, al diferente como un individuo o sujeto distinto que tiene que integrarse
perdiendo su identidad. Estaremos etiquetando, creando categorías o grupos que posteriormente
identificaremos a través de los diagnósticos sociales para intervenir sobre ellos no con la voluntad de
conocer y comprender su realidad, sino para en el mejor de los supuestos, identificar y evitar que estas
se consoliden y aumenten. Estaremos estableciendo un orden institucional en la escuela obsesionado
por adaptar el proceso educativo a criterios de igualdad y homogeneidad.

Pero ante la mirada del miedo está la mirada crítica que intenta descubrir en la diversidad una
verdadera fuente de riqueza educativa fruto de una sociedad diversa, diferente, plural y dinámica. De
que cada uno y cada una pueda ser quien es con completa dignidad.

CONCEPTO DE IGUALDAD: la igualdad no existe, no existen dos seres iguales, por lo tanto aquellos
procesos educativos que basan el desarrollo de su práctica en la igualdad están forjando una relación
educativa errónea y afectando de forma inadecuada a la relación educativa y formativa. “la educación
no es un problema de igualdad sino de lo adecuado para cada uno/a”.
CONCEPTO DE DIVERSIDAD: la diversidad, según el autor, es lo que existe en cualquier centro
educativo, independientemente de si existen o no personas con discapacidades, problemas sociales, etc.
por lo tanto, para él, la diversidad es algo positivo y enriquece más que perjudica. El autor critica la
concepción de la atención a lo “diverso” cuando se intenta romper la atención a la singularidad. “la
integración como filosofía significa una valoración de las diferencias humanas. No se trata de eliminar
las diferencias, sino de aceptar su existencia como distintos modos de ser el individuo dentro de un
contexto social, que puede ofrecer a cada uno de sus miembros las mejores condiciones de sus
capacidades, poniendo a su alcance los mismos beneficios y oportunidades”. Por ello, cualquier atención
a la diversidad donde se intente segregar por cualquier razón (social, étnica, retraso del aprendizaje,
etc.) se concibe en una atención errónea, ya que parte del principio de que la diversidad es un problema
y todas las propuestas educativas que nazcan de ahí serán más segregadoras que integradoras.

CONCEPTO DE DIFERENTE: explícitamente viene delimitado en su concepción de diversidad y de


igualdad. La sociedad propone como patrón de “normalidad” a individuos que no poseen ningún tipo de
“problemática”, en el sentido de pertenecer a una clase social aceptada, no poseer deficiencias, etc. El
concepto de “normalidad” del que se parte es un artificio, algo creado por la misma sociedad y carente
de certeza, no es real.

A partir de esta concepción arbitraria, el que se salga de la norma y no responda a los patrones
establecidos es el “distinto”, el ”diferente”.

CONCEPTO DE DIAGNÓSTICO Y ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD: el autor critica el diagnóstico como que es


la visión institucional de una escuela donde el concepto de diferencia y deficiencia lo sitúan en
individuos que no responden a parámetros normales. Para ellos establecen categorías, grupos, etc. así
por ejemplo, estarían por un lado los superdotados y en otros extremo los “deficientes”, entre ellos
todas las gamas. Para ellos se establecen métodos específicos para iniciar los “procesos de socialización”
(lo cual no es integración en modo alguno).

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