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MANUAL
DE

EXPLOSIVOS
POR

D. SEVERO GÓMEZ NÚÑEZ


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comandante de artillería

EX-DIPUTADO Á CORTES

SEGUNDA EDICIÓN
(Contiene las Conferencias dadas por el Autor sobre esta materia
en el Centro del Ejército y de la Armada).

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MADRID
IMPRENTA DE EDUARDO ARIAS

San Lorenzo, núm. 5.

1907
OBRAS DEL MISMO AUTOR

En venta en las principales librerías.

Pesetas.

La Guerra Hispano-Americana:

Barcos, cañones y fusiles (con grabados y


planos) 3
El bloqueo y la defensa de las cosías (con
grabados planos)
y 4
La Habana. Influencia de las plazas de

guerra (con grabados y planos) 5


Santiago de Cuba (con grabados y planos). 5
Puerto-Rico y Filipinas (con grabados y
planos) 6
El cañón de dinamita (con planos y
dibujos). .
2
La catástrofe del «Maine* (con
planos y gra¬
bados) I
La acción de Peralejo (con retratos y planos). I*
.
Memorias de un Comandante
i'5°

AGOTADAS

Ferrocarriles y telégrafos del Tren de Sitio.


Empleo del hierro en la fortificación.
Aplicaciones de la electricidad á la artillería.
El cañón neumático.
Los explosivos de constitución química.
Las pólvoras sin humo.
Comentarios al «Reglamento de Voluntarios de la Isla
de Cuba.'» (En colaboración.)
Cartilla del fusil Mauser. (En
colaboración.)
Estudios geográficos y estadísticos de la Isla de Cuba,
con
mapas y grabados. (En colaboración con el Ca¬
pitán de la Guardia Civil D. Facundo Cañada.)
El bandolerismo en Cuba.
(En colaboración.)
Tren automóvil para
transportes militares.
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MANUAL
DE

EXPLOSIVOS
POR

D. SEVERO GÓMEZ NÚÑEZ


comandante de artillería

EX-DIPUTADO Á CORTES

SEGUNDA EDICIÓN
(Contiene las Conferencias dadas por el Autor sobre esta materia
en el Centro del Ejército y de la Armada).

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MADRID
EMPRENTA DE EDUARDO ARIAS

San Lorenzo, niím. 5.

1907
Es propiedad del Autor.
Queda hecho el depósito
que marca la ley.

ÍNDICE

PRIMERA PARTE

Páginas.

Introducción i

Capítulo primero. — Generalidades.


Clasificación.—Fuerza.—Presión, trabajo y potencial.—
Sensibilidad.—Mezclas con materia inerte.—Principios
prácticos 7
Capítulo II. — Pólvoras.
Pólvoras negras y pardas.—Pólvoras nitradas.—Pólvoras
cloratadas 21

Capítulo III. —
Nitroglicerina.
Teoría. —
Propiedades. — Fabricación 33
Capítulo IV. — Dinamitas.
Clasificación. — Dinamitas de base inerte absorbente. — Di¬
namitas de base activa absorbente.—Gelatinas explosi¬
vas. —
Explosivos sin llama. — Fabricación 56
Capítulo V.—Nitrocelulosa.
Generalidades.—Algodón-pólvora.—Variedades.—Sistemas
de nitrificación. — Método de M. Vieille. — Su represen¬
tación gráfica 86
VI manual de explosivos

Páginas.

Capítulo VI. — Fabricación del algodón-pól¬


vora.

Elección del algodón.—Examen y ensayo de la materia


prima. Determinación de las grasas, materias solubles

y cenizas. — Poder absorbente.—Condiciones que ha de


reunir para la fabricación de pólvoras sin humo 94

Capítulo VII. — Detalles de la fabricación del


algodón-pólvora.
Métodos de nitración.—Turbinaje.— Lavados.— Pulpación.
—Prensado.—Algodón-pólvora granulado en discos y en
,

blocs. —
Algodón-pólvora gelatinizado. — Algodón colo¬
dión.— Celuloide 104

Capítulo VIII. —
Explosivos pícricos.
Fenol. — Acido pícrico. — Preparación. — Propiedades. —
Fuerza. —
Usos.—Explosivos á base de ácido pícrico. —

Picratos 132

Capítulo IX.—Explosivos por reacción.—Ex¬


plosivos de seguridad.
Explosivos Sprengel.—Explosivos Favier. — Plancastita.—
Explosivos varios * 1 SO

Capítulo X. — Pólvoras sin humo.


Origen de la pólvora sin huino. — Su clasificación. — Prime¬
ras materias de fabricación.—Gelatinización y amasado
delalgodón-pólvora.—Laminado.—Corte y graneo.— Se¬
cado.—Pólvoras de caza.—Pólvoras sin humo españolas. 173

Capítulo XI. —
Explosivos varios.
Mezclas pirotécnicas.—Fulminatos.—Explosivos especiales. *208

Capítulo XII. — Análisis de los explosivos.


Análisis de las dinamitas. Análisis del algodón-pólvora y

de las pólvoras sin humo. —Análisis de las pólvoras ordi¬


narias.—Otros análisis 227
índice vii

Páginas.

Capítulo XIII. — Fuerza de los explosivos.

Factores que en la potencia de los explosivos.


intervienen

Métodos para determinarla.—Fórmulas de Sarrau y
Vieille.—Aparatos para medir la fuerza rompedora de los
explosivos. — Pruebas de la dinamita. — Medida de las
presiones. 319

SEGUNDA PARTE

Capítulo primero. — Aplicaciones civiles de


los explosivos.
Explosivos generalmente usados en el extranjero.— Explo¬
sivos usados España.— Explosivos cuyo uso se reco¬
en

mienda.—Explosivos de seguridad. — Explosivos autigri-


sú.— Conferencia del ingeniero de minas Sr. Hauser,'
acerca del
grisú. — Propiedades explosivas del grisú y
del polvo de carbón.—Reconocimiento de minas grisuto-
sas.—Grisúmetros.—Delación del grisú por los ratones.—
Precauciones contra explosiones de grisú. — Auxilios en

caso de explosión. — Salvamento. Barrenos de mina.—


Herramientas del minero. — Dirección y dimensiones de


los barrenos.—Descripción de los cartuchos, cebos y me¬
chas. —
Carga y atraque. —Máquinas perforadoras de ba¬
rrenos. —
Explosores eléctricos.— Trabajo en túneles.—
Trabajo en canteras. —Trabajo en minas. — Aplicaciones
á la agricultura.—Tala de bosques y roturaciones de te¬
rrenos conremoción profunda. —Cañones y cohetes gra-

nífugos.—Aplicaciones hidráulicas.—Clavado de pilotes.


—Voladura de grandes rocas subacuáticas. — Señales ma¬
rítimas contra la niebla. — Diferentes clases de dinamitas

y explosivos de mina 347


viii manual de explosivos

Páginas.

Capítulo II. —
Aplicaciones militares de los
explosivos.
Enseñanzas de la guerra ruso-japonesa.—Petardos regla¬
mentarios en Alemania. — Petardos reglamentarios en
Francia. — Petardos de picrinita de nuestra fábrica de
Granada.— Descripción de las pruebas realizadas. —Me¬
moria del coronel de caballería Sr. Palanca. — Modo de
dar fuego.— Mecha lenta Bickford.— Mecha rápida.— De¬
tonador.— Cargas simples.—Cargas múltiples. — Petardos

reglamentarios para caballería é infantería. —Destrucción


de un muro.— Tala de árboles. —
Destrucción de empali¬
zadas.— Inutilización de carruajes.—Idem de una vía
férrea. — Idem de una locomotora.—Idem de una placa
giratoria. — Idem de un disco de señales. — Idem de una

grúa. —Idem de un puente.—Destrucción de una línea


telegráfica. —Idem de pilotes debajo del agua.—Idem de
cañones de artillería.—Idem de proyectiles.—Aplicación
de la picrinita á la de los torpedos marítimos y
carga
terrestres.— Empleo de otros explosivos.— Descarga de
bombas explosivas.—Pesca con explosivos.
—Aplicación
de los explosivos á los motores 460
INTRODUCCIÓN

El éxito obtenido por la primera edición de este

Manual, agotada tiempo, ha demostrado su


en poco

utilidad, animándome á publicar la presente segunda


edición corregida y aumentada.

Comprende, por tanto, esta segunda edición, todas


las materias que abarcaba la primera adicionadas
convenientemente, y dos nuevos capítulos, uno dedi¬
cado á las aplicaciones civiles de los explosivos, y otro
que encierra las aplicaciones de índole militar.
En el
primero de dichos.capítulos, he resumido
los detalles de adaptación práctica de los explosivos
á la minería, á la agricultura y en general á las

obras públicas, y el segundo, contiene los conoci¬


mientos necesarios para el uso de los explosivos en
la guerra, que ha adquirido gran importancia, sobre
la que ya tenía, meroed á la adopción del ácido pí-

crico como base de compuestos de gran estabilidad,

que pueden manejarse con entera seguridad y que


aminoran los riesgos en la manipulación. De ello es

ejemplo la reciente campaña ruso-japonesa, en que


el imperio del sol naciente hizo verdadero derroche

de los explosivos con asombroso resultado.


2 MANUAL DE EXPLOSIVOS

En lo relativo á las aplicaciones civiles lie pro¬


curado aportar datos, no tan sólo referentes á las
distintas clases de explosivos, sino de la forma de

trabajar con ellos, en la apertura de túneles, en la


explotación de canteras y minas, en la voladura de
rocas
subacuáticas, clavado de pilotes, y en toda cla¬
se de obras, estendiéndome
en la descripción de las

operaciones de abrir, cargar, cebar, atacar y dar


fuego á los barrenos, intercalando prudentes conse¬
jos y reglas para evitar desgracias, sin omitir tam¬
poco el extender la explicación á extremos poco co¬
nocidos basta la fecha en nuestria patria, cual los
cañones y cohetes granífugos, que en otras naciones se

emplean con eficacia contra las tormentas y que entre


nosotros han empezado á ensayarse, prévio acuerdo

de la Dirección general de Agricultura y la Sección


de Artillería del Ministerio de la Guerra, habiendo
sido ya comprobados sus efectos útiles en la Granja

Agrícola de la Azucarera de Madrid, enclavada en


La Poveda, explotación digna de ser protegida pol¬

los gobiernos por la asiduidad y celo con que atiende


al mejoramiento de los procedimientos agrícolas, de¬

dicando á ellos capital y esfuerzo.


Insertamos asimismo datos de la aplicación de
los explosivos á las señales marítimas en las costas,

en casos de
niebla, servicio á cargo del distinguido
Cuerpo de Ingenieros de caminos, que tiene bajo su
dirección los faros y semáforos, é indicamos el futu-
INTRODUCCIÓN 3

ro, acaso el próximo, empleo, de este elemento como


medio de fuerza industrial.

Respecto á los usos militares, da á conocer este


Manual, como cosa reciente, lapicrinita, explosivo
á base de ácido pícrieo, que produce nuestra Fábrica
de pólvoras y explosivos de Granada, compuesto de¬
rivado de la nitración del fenol, que ofrece completa
seguridad en la conservación, transporte y manejo,
condiciones indispensables para ser empleado en las
operaciones de campaña las tropas avanzadas
por
de caballería, por las patrullas de infantería y por
las baterías de artillería de campaña en la demoli¬
ción rápida de material de toda clase de obstáculos,
y
así como por los
parques de Ingenieros en las mi¬
nas y voladuras de más
importancia.
Tanto en la parte teórica como en la práctica, con¬
tiene en consecuencia este Manual datos bastantes

para dar exacto conocimiento de los explosivos, de


su
constitución, fabricación, pruebas, análisis y apli¬
caciones, sin omitir las combinaciones pirotécnicas
destinadas á los fuegos de artificio.
En él encontrará el lector todo el Curso de explo¬

sivos, explicado por mí, hace dos años, en el Centro


del Ejército y Armada, y más recientemente en la
Escuela de Equitación Militar, completando con los
adelantos que de día en día van surgiendo en este
ramo de la ciencia, que si en no lejana época apare¬
cía sólo como instrumento de destrucción y muerte,
4 MANUAL DE EXPLOSIVOS

hoy ofrece docilidad y garantía suficiente para auxi¬


liar al genio del hombre en toda clase de obras de
utilidad social y en toda suerte de trabajos.
Resultados son estos, que se han conseguido á

expensas de grandes estudios y de prolijos ensayos


químicos, y también á impulsos de una reglamen¬
tación legislativa rigurosa, adecuada al objeto, y

que por cierto se echa de menos en nuestra patria,


haciéndose cada vez más indispensable. Esta legis¬
lación debe comprender, no tan sólo cuanto tenga
relación con la composición y precio de los explosi¬

vos, para regularizar su fabricación y venta, sino


las condiciones de seguridad en su uso, transporte y

almacenaje.
Algo se ha hecho en este sentido por el ilustre y
competente Ministro que fué de Agricultura señor
Allendesalazar, quien atendiendo á una interpela¬
ción hecha por mí en el Congreso, á raíz de la catás¬
trofe ocurrida en las minas de La Reunión, dictó la
real orden de 12 de Noviembre de 1904, publicada
en el núm. 324 de la
Gaceta, y que forma parte de
las materias de este libro (1), recomendando algu¬
nas composiciones explosivas, antigrissou, ó de baja
temperatura de combustión, y posteriormente ha
sido encomendado un estudio más completo á una
comisión de Ingenieros de minas, que creemos ha

(1) Aplicaciones civiles de los explosivos.


INTRODUCCIÓN 5

realizado en el extran¬
investigaciones interesantes
jero; pareciéndonos excelente la orientación
pero,
que se inicia, insistimos en que debe llevarse con
actividad y con amplitud bastante, para que com¬

prenda la reforma de la legislación, no sólo en lo que


á policía minera atañe, sino en vista de cuantas apli¬
caciones tengan los explosivos, incluyendo las dedi¬

cadas á la pirotecnia, pues raro es el mes que no se

registra alguna voladura, siempre seguido de muer¬


te. En esos siniestros, predomina el abandono, la im¬

prudencia temeraria, ó el afán de lucro, como oríge¬


nes de voladuras y desgracias, ya en los talleres ó

bien en las minas, y es urgente que nuestros obreros

y el público en general, obtengan aquí las condicio¬


nes de seguridad personal que en otros países van

inherentes al trabajo humano.


Por lo mismo, hemos dado al capítulo titulado,
Aplicaciones civiles de los explosivos, toda la extensión
que requiere el detalle del trabajo en los túneles y
galerías, canteras y minas, atendiendo á la seguridad
personal de los mineros, sin perder de vista la forma
económica de llevar las' obras, no gastando más can¬
tidad de explosivo que el que realmente se necesite
para obtener determinados efectos útiles.

Severo Gómez Núñez.

Madrid, Enero 1007.


PRIMERA PARTE

CAPÍTULO PRIMERO

Generalidades.

Clasificación.—Fuerza.—Presión, trabajo y potencial.—Sensibilidad.


Mezclas con materia inerte.—Principios prácticos.

El Teniente Coronel de la Artillería inglesa,


J. P. Cundill, inspector de explosivos, divide aqué¬
llos en ocho clases (1):

I Pólvoras negras ordinarias.


II Pólvoras nitradas ( diferentes de las pólvoras
negras ordinarias).
III Pólvoras cloratadas.
IV Dinamitas (compuestos nitrados á base de ni¬
troglicerina).
Y Pyroxilos (compuestos nitrados que no contie¬
nen nitroglicerina, cual el algodón-pólvora,

etcétera).
VI Pólvoras pícricas y picratos (á base de ácido
pícrico ó picratos).

(1) Complemento de este libro, será la traducción del Diccionario


de explosivos, del sabio Teniente Coronel Cundill.
8 MANUAL DE EXPLOSIVOS

YII Explosivos de tipo Sprengel (obtenidos por la


mezcla de agente combustible con
un
un

agente oxidante—en el momento de la ex¬

plosión ó algo antes, — siendo inexplosivo


sí solo cada uno de los elementos de la
por
mezcla
)>
VIII Explosivos diversos.

FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS.

La fuerza de los
explosivos, ó sea su efecto y ma¬
nera de actuar, depende del objeto á que se desti¬
nen, y varía, por lo tanto, según el resultado que se
quiera conseguir.
En este
punto, la Química lia llegado á producir
maravillas, que no otronombre cabe dar á la docili¬
dad que los nuevos productos explosivos obede¬
con

cen al
pensamiento del que los aplica, eligiendo
aquel más conforme al trabajo mecánico ó balístico
que se trate de producir. Así se explica que, com¬
puestos que contienen almacenada en sus partícu¬
las enorme cantidad de fuerza, se puedan usar en
condiciones de exacta medida de efectos
y de com¬
pleta seguridad en el manejo, siempre que éste lo
realicen experimentadas y prudentes.
manos

El conocimiento de la fuerza de los


explosivos no
conduce tan sólo á facilitar su
empleo, sino que tam¬
bién lleva en sí la economía en el uso.
Entre dos explosivos de igual precio, uno más
fuerte ó de más poder que otro, debe
elegirse aquel
GENERALIDADES 9

que sea adecuado al trabajo que se quiera obtener.


Es decir, que hay que acomodar la fuerza al objetivo,
y en eso estriba la principal economía: ó en otras pa¬
labras, la economía se mide por el resultado, por el
provecho, por la ganancia.
No es, pues, en absoluto, la fuerza el mérito prin¬
cipal de un explosivo. A veces tiene una importancia
secundaria al lado del inodo de actuar, siempre dato
valioso.
Si tenemos dos explosivos, uno de ellos capaz de
producir poderoso y violento esfuerzo sobre pequeña
superficie, y el otro de acción más moderada y soste¬
nida sobre mayor extensión ó masa, desde luego se
comprende que los dos son útiles, pero que cada uno
debe ser aplicado á su clase de trabajo. El primero
puede producir gran fuerza instantánea y tormento¬
sa, en tanto que el otro puede dar mayor rendimien¬
to. Por ejemplo, si se trata de obtener efectos en roca

dura y deseamos ejercer gran fuerza sobre pequeña

superficie, se conseguirá economía, aplicando el ex¬


plosivo de más alto grado de poder, ó núm. 1 (1),
mas si se
trabaja sobre materiales blandos, ese ex¬
plosivo núm. 1 dará efecto intenso, pero demasiado
local ó limitado en su acción, y podráobtenerse mayor
rendimiento, remover más masa, por medio de un
explosivo más bajo ó de menos poder, tal como el nú¬
mero 2.

(1) La clasificación de los explosivos por los números 1, 2 y 3 se


admite para graduar su poder.
10 MANUAL DE EXPLOSIVOS

No se mira, en estos casos, tan principalmente el


precio del explosivo, el trabajo que se busque
como
ó la forma en
quiere obtener los productos.
que se

Hay que adaptar, según esto, el explosivo al traba¬


jo, sin mirar las pequeñas diferencias en el precio.
Casi no es necesario indicar, después de lo dicho,

que cuando se apliquen los explosivos á buscar efec¬


tos balísticos, deben alambicarse aún más esas ca¬

racterísticas de la acción, porque en un espacio ce¬

rrado, el mecanismo de la explosión es doble: consiste


al principio, en el desarrollo de una presión que tien¬
de á romper la envuelta; después, una vez iniciada
la abertura, escape ó rotura, empieza el trabajo de

proyección, y en este particular se ha llegado á re¬


sultados prodigiosos, por medio de variaciones de
forma y de combinaciones químicas, hasta venir á
parar á las pólvoras sin humo, sean de base de al¬
godón-pólvora ó de éste mezclado con nitroglicerina,
que participan á la vez de las propiedades de los ex¬
plosivos poderosos ó fuertes y de los explosivos ba¬
lísticos,

PRESIÓN, TRABAJO Y POTENCIAL.

La termoq.uímica permite medir exactamente la


presión, el trabajoy el potencial de un explosivo: la
presión depende del volumen y de la temperatura de
los vapores y gases producidos; el trabajo varía con
el calor desarrollado por las reacciones químicas que

constituyen la explosión ó descomposición de la ma-


GENERALIDADES 11

teria; el potencial es el trabajo máximo desarrollado


en esta descomposición.
Y en esta medida de y trabajo, es
presiones
donde mejor se comprenden las diferencias
y razonan
enormes que hay en la aplicación de uno ó de otro

explosivo para obtener determinado efecto; por ejem¬


plo: un cartucho de algodón-pólvora comprimido,
tipo ordinariamente usado en las minas de carbón
inglesas, ó sea de 16 pulgadas de largo por 2 de
diámetro, da un producto de 2 yardas cúbicas de
carbón, pudiendo almacenarse igual energía con me¬
nos trabajo en el cartucho de un explosivo núm. 8,

que sólo tiene 8 pulgadas de largo y 1 de diámetro;


para alojar al primero, necesita el minero hacer un
barreno de 2 pulgadas de calibre, y el segundo sólo
reclama calibre de una pulgada, economizándose

trabajo y tiempo y, por lo tanto, dinero (time is money).


En cuanto al potencial, ó sea el máximo trabajo,
concédesele gran dependencia de la colocación del
explosivo en la cámara de combustión (barreno, ca¬
ñón, etc.). Supongamos dos barrenos de 1 pulgada de
diámetro y 6 piés de profundidad cada uno: el pri¬
mero se carga con
algodón-pólvora hasta 4 piés y 2
de atacadura, y el segundo con 3 1/3 piés de explosi¬
vo núm. 3 y 3V2 pi®s de atacadura; la explosión

producirá mucho mejores resultados con el segundo


que con el primero, obtenidos en gran parte por la

mejor localización del explosivo en la cámara de


combustión, relativamente á la manera de descom¬
ponerse la materia.
12 MANUAL DE EXPLOSIVOS

La fuerza inferior ó haciaabajo (doivnivard for¬


cé) producida porlos explosivos, es admirable, y á
sus expensas se logran beneficiosos resultados en la

minería, sobre todo, cuando se aplican barrenos ata¬


cados y se toma en consideración la relación que
ha de existir entre la atacadura, el espacio que debe

ocupar el explosivo en la cámara de combustión y la


naturaleza misma del explosivo, de la que depende
su
descomposición: así, cuando se trata de remover
grandes masas de rocas, cual sucede en los trabajos
de túneles y desmontes para dar paso á las vías fé¬
rreas, el minero práctico, conoce la ventaja de con¬
centrar las cargas en el fondo de los barrenos, gra¬

duando la resistencia de la atacadura en vista de la


textura y dureza de la masa que se quiere desplazar,
prefiriéndose los explosivos núm. 1 ó núm. 2 (grados
de fuerza), según la dureza del material.
El potencial ó trabajo máximo de un explosivo se
mide por la fórmula

P — 425 C,

en lacual, P designa el potencial en kilográmetros,


y C las calorías desarrolladas en la descomposición
química del explosivo.
No todo ese trabajo resulta utilizable en la prác¬
tica, porque una cantidad considerable de él, es ab¬
sorbida por el medio ambiente, variando esta frac¬
ción ó módulo del 14 al 33 por 100 del potencial, de
modo que no basta el conocimiento del calor produ-
GENERALIDADES 13

cido por las respectivas descomposiciones para com¬


parar la potencia teórica de los explosivos, puesto
que mucho de él se pierde á causa de la lentitud re¬
lativa de la acción, sino que es necesario conocer:
1.° La composición química y la fórmula de su
descomposición.
2.° El calor desarrollado durante la descompo¬
sición.
3.° La naturaleza y el volumen de los gases y va¬
pores producidos por la descomposición.
4.° La rapidez (duración) de la reacción quí¬
mica.
El análisis químico da la composición: cuando se
trate de una puede reconocer¬
combustión completa,
se con anterioridad, y muy aproximadamente, la na¬

turaleza de los productos de la descomposición/ mas


si el explosivo no contiene oxígeno suficiente para
que la combustión sea completa, la fórmula de des¬
composición resulta complicada y variable, según el
método que se emplee para realizar la descomposi¬
ción, ó sea para dar fuego. Hay que buscar, segxín
esto, el medio de que la explosión é inflamación se
efectúen en condiciones parecidas á las de uso prác¬
tico y encontrar el resultado final de la reacción ó
reacciones producidas. Conocida la fórmula, la ter-
moquímica proporciona medios de determinar la can¬
tidad de calor desarrollado, y como, de otra parte,

hay leyes conocidas para medir el volumen y la di¬


latación délos gases (refiérense á temperaturas or¬
dinarias, pero se consideran exactas á grandes tem-
14 MANUAL DE EXPLOSIVOS

peraturas para los gases llamados permanentes), no


hay dificultad para la investigación.
La cantidad de calor desprendido durante la reac¬
ción, se determina por el conocimiento del estado
inicial y el estado final del sistema.
Otro dato importantísimo es la rapidez de la re¬
acción química. Una cantidad de pólvora extendida
en forma de
reguero, puede quemarse impunemente;
lo mismo sucede si se la humedece lo
necesario; mas
si se quema reunida, ó en vez de humedecida está

seca, ó encerrada en un vaso cerrado/podría dar lu¬


gar á serios perjuicios, y, sin embargo, los produc¬
tos de la combustión no diferirán grandemente en
uno ú otro caso; lo varía el tiempo
que es la forma
y
en
que la reacción se realiza. En la gelatina explo¬
siva se observa fácilmente la influencia de la
rapi¬
dez de la reacción, dependiente del estado físico del
explosivo; así se nota que los efectos, cuando aquél
está congelado, son mayores que cuando no lo está.
La rapidez en la reacción da
lugar á explosivos
lentos y á explosivos fuertes ó
rápidos. Todos son
útiles: si, por ejemplo, se trata de
romper simplemen¬
te las rocas
para abrir un túnel, son preferibles los
explosivos instantáneos; pero si se quiere sacar
grandes bloques de piedra, se procura usar explo¬
sivos lentos, porque los explosivos
rápidos ó muy
fuertes desmenuzan demasiado el material. Para
abrir un
pozo á través de
mina de carbón, pue¬
una
de convenir la dinamita;
pero si ha de obtenerse el
trabajo de la mina sin desmenuzar el carbón, hay
GENERALIDADES 15

que acudir á la pólvora negra, ó, en general, á ex¬


plosivos más lentos. Algo análogo ocurre en los usos
militares: para la carga de proyección de los caño¬
nes, son adecuados los explosivos lentos, que dan
presiones progresivas y moderadas, en tanto que
para la carga interior de los proyectiles, requiéren-
se explosivos más vivos, fuertes ó
enérgicos, aunque
todos entran dentro del mismo tecnicismo de fabri¬
cación, empleo y peritaje que estudian, preparan y
usan los artilleros.

SENSIBILIDAD.

La sensibilidad de explosivo, ó sea su mayor


un

ó menor facilidad de hacer


explosión , varía según el
medio de que se haga uso para provocarla: existen,
por ejemplo, explosivos que soportan elevadas tem¬
peraturas, y que el más leve choque ó frotamiento
puede hacerles explotar; y, viceversa, otros son más
inertes al choque y más sensibles al calor. En la sen¬
sibilidad juega importante papel el estado físico, que
puede alterarse por compresión, entre otros medios.
Hay explosivos que á temperatura ordinaria son
inertes, y calentados, se vuelven muy sensibles. Por
ejemplo, la dinamita y el algodón-pólvora, si se ca¬
lientan, hacen explosión al más ligero choque, y al
contrario, la dinamita y la nitroglicerina congeladas,
son, hasta cierto punto, insensibles al choque (1).

(1) Otro tanto ocurre con la cclluloide, mezcla de algodón nitrado


y alcanfor, que se emplea hoy mucho en artículos de comercio, y
16 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Como
regla general, puede decirse que la sensi¬
bilidad de los explosivos varía en razón inversa de
la temperatura necesaria para obtener la descompo¬
sición del calor específico, y en razón directa del
calor desarrollado por la descomposición.

MEZCLAS CON SUBSTANCIAS INERTES.

Para hacer menos sensibles algunos explosivos


y asegurar su empleo práctico, se ha recurrido al
medio de mezclarlos con substancias no explosivas,

inertes, entre cuya masa quede contenida y distri¬


buida la materia explosiva, aislando unas de otras
sus moléculas. También así se consigue que explosi¬
vos muy fuertes se conviertan en más lentos.
De aquí han nacido las dinamitas, mezcla de ni¬
troglicerina con una arcilla especial (kieselguhr).
"Supongamos — dice el Mayor Gundill — que uu
panal de miel asemeja una mezcla de explosivo con
una materia inerte. Si la miel de las celdillas repre¬
senta el explosivo y las paredes de cera la substan¬
cia inerte, será difícil provocar la explosión de la
mezcla por los medios ordinarios.

„Pero, en el caso contrario, es decir, si la miel


representa la materia inerte y la cera la explosiva,
tendremos algo análogo á lo que sucede con la dina¬
mita ordiuaria, en que cada molécula de kieselguhr
absorbe el líquido y queda más ó menos rodeada de

que, calentada hasta el reblandecimiento de la materia, hace explo¬


sión si se la golpea con un martillo.
GENERALIDADES

una
película continua de nitroglicerina. Si la conti¬
nuidad de la membrana disminuye, la explosibilidad.
disminuye asimismo. De aquí que una mezcla de
kieselguhr, con débil proporción de nitroglicerina, es
apenas explosiva, porque todo el líquido queda absor¬
bido por las partículas
porosas del kieselguhr, y no
existe membrana exterior de nitroglicerina. Mas si
substituimos la substancia porosa por otra materia
no
absorbente, como fragmentos ó polvo de vidrio,
mica, etc., cada fragmento quedará recubierto de una
membrana de explosivo, y con pequeña cantidad de
éste se podrá constituir una mezcla muy explosiva.
La adición de una pequeña cantidad de alcanfor

(ó de ciertos hidrocarburos) á la gelatina detonante


ó al algodón-pólvora comprimido, disminuye consi¬
derablemente la sensibilidad de estas substancias,

pero la misma adición al algodón-pólvora sin compri¬


mir no da ese resultado, sin duda á causa de la eva¬

poración ulterior del alcanfor,,.

PRINCIPIOS PRÁCTICOS.

Así para los usos militares como en los civiles de


minería y obras, es cosa importante
los explosi¬
que
vos sean poco voluminosos, estola fuerza
es, que
esté concentrada ó acumulada en poco volumen. En
el cañón y en el fusil, y en
las demás aplicaciones
militares, desde luego se comprende lo conveniente
que resulta que las cargas ocupen poco espacio y
que pesen lo menos posible, á igualdad de potencial.
2
18 MANUAL DE EXPLOSIVOS

En la minería, también se traduce la reducción del


volumen de los explosivos en economía, porque, á
medida que la densidad del explosivo sea más pe¬
queña, su volumen será mayor, y los barrenos que
hayan de abrirse para aplicarlos tendrán mayores
dimensiones para un mismo efecto, y costarán más.
Otra la de seguridad en el transpor¬
condición, es
te y empleo para que soporten el choque, la frotación,

las variaciones atmosféricas, conservando la estabi¬


lidadquímica, ó sea no alterándose su composición y
permaneciendo inertes, es decir, que no sean pro¬
pensos á ocasionar explosiones peligrosas.
La estabilidad, principalmente en los explosivos

que se pliquen á la guerra, es imprescindible, por¬

que hay que contar con el almacenaje largo á que


han de estar sometidos los acopios de tiempode
paz, así de cargas comode cartuchos metálicos, y
precaver la contingencia de que puedan sufrir gran¬
des variaciones atmosféricas sin alterarse. No es ad¬
misible que los explosivos dejen desprender ácidos
ó vapores corrosivos durante el almacenaje, que da¬
rían lugar á la inflamación de otros productos que
se hallasen bajo el mismo techo.
La fabricación de los exploxivos tiene que ser, se¬
gún esto, esmeradísima y uniforme, porque una pe¬
queña cantidad de impurezas, es posible que dé lugar
á leve explosión espontánea inicial, que origine es¬

pantosas catástrofes. Hay que procurar á la vez, que


los productos de la explosión no den gases veneno¬
sos ó nocivos á la salad, y, lo mismo en las aplicacio-
GENERALIDADES 19

nes militares que en las mineras, se busca la reduc¬


ción del calor y supresión del humo y de la llama.
Los explosivos en uso son casi todos sólidos, por¬
que los líquidos, ó que exudan líquido, además de
transportarse con mayores dificultades, resultan en
alto grado peligrosos al verterse quedar entre las
y
pequeñas oquedades de las imposibilitándose
rocas,
también su empleo en las masas que presenten grie¬
tas. Para los usos militares, se ha tratado de aplicar¬

los á la carga de los proyectiles, por la facilidad de


encerrar en éstos, en compartimientos
separados, dos
substancias inertes por sí, que se combinasen du¬
rante la trayectoria y dieran formado el explosivo al

llegar al blanco. El problema está casi abandonado,


porque encierra más inconvenientes que ventajas.
Primeras materias.—Numerosas son hoy las ma¬
terias que se toman para formar explosivos.
Hubo un largo tiempo, en que el azufre, el sali¬
tre y el carbón hicieron el gasto; después se aplica¬
ron otros nitratos distintos del de potasa, entre ellos
los de sosa, amoniaco y barita; luego vinieron los
fulminatos y compuestos de mercurio y de clorato de
potasa, y ahora se aplican diversos radicales, que va¬
mos á clasificar
para familiarizar al lector con ellos.

1.° Los éteres nítricos (nitroglicerina, nitromanni-


ta, etc.).
2.° Los derivados nítricos de los hidratos de carbo¬
no
(algodón, madera, celulosas, etc.).
3.° Los derivados nitrados provenientes de la serie
aromática ( ácido pícrico, picratos, etc.).
20 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Todos ellos pueden emplearse solos ó mezclados


con materias inertes, para atenuar los efectos, ó bien
unidos á un agente oxidante para acelerarlos, facili¬
tando la combustión, y también mezclados entre sí,
cual sucede en la balistita de Nobel, que es una mez¬
cla de nitroglicerina y nitrocelulosa.

Máximas y consejos.—Ü7 objetó de los ex¬


plosivos es hacer explosión. No se olvide eso nunca cuan¬
do se trata de su manejo. Frecuentemente se asegura
que un explosivo está exento de peligro en todas las
circunstancias: no bay que fiarse. Un explosivo, es
una fiera, y el domador
que abuse de su paciencia,
muere en sus garras. No
se debe, pues, forzarla á
que muerda. Las experiencias que se hagan con los

explosivos, deben ser arregladas á los principios de


la ciencia, sin cometer temeridades inútiles. Es más
sabio estudiar las instrucciones para el uso de un
explosivo, antes de accidente, que
que ocurra un
consultarlas después de ocurrido para averiguar en
qué consistió, alguna razón tendrán las instrucciones
cuando se escriben: en cambio, las causas de las ca¬
tástrofes casi siempre quedan en el misterio.
Nunca se debe hacer uso del sentido del gusto
para examinar explosivos. Algunos de ellos, cual la
nitroglicerina y el nitrobenzol, podrían producir con¬
secuencias desagradables. También se debe evitar,
en tanto que sea posible, tocar con los dedos los ex¬

plosivos no empaquetados.
PÓLVORAS 21

CAPITULO II.

Pólvoras.

Pólvoras negras y pardas. — Pólvoras nitradas.— Pólvoras cloratadas.

PÓLVORAS NEGRAS Y PARDAS.

Siguiendo la clasificación que figura al principio


del auteriorcapítulo, trataremos primero de las pól¬
voras
negras ordinarias, y al hacerlo, cumpliremos
tan sólo un deber histórico, puesto que, en realidad,
ni en los usos militares ni en las aplicaciones civiles
tienen hoy gran valor esas pólvoras, llamadas á des¬
aparecer en absoluto, muy en breve, para dejar paso
á los explosivos y pólvoras de constitución quí¬
mica (1).

(I) Se da generalmente el nombre de explosivo, á los compuestos


que tienen la propiedad de la combustión rápida, y se conocen con
el nombre de pólvoras, aquéllos que producen combustión más lenta.
Comparando la forma de combustión con los efectos , puede for¬
marse la clasificación que sigue:
l.° Combustión normal ó lenta: Presión moderada.
•2.° Combustión acelerada ó explosión de primer orden : Presión
considerable.
3.° Combustión instantánea, detonación ó explosión de segundo
orden. Por efecto de una detonación inicial (cebo fulminante), el
22 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Por eso mismo trataremos ligeramente de esta


clase de pólvoras composición ha va¬
negras, cuya
riado poco, quedando casi circunscrita á la antigua
fórmula práctica de seis, as y as, ó 75 de salitre, 12*5
de azufre y 12'5 de carbón, algo alterada en los últi¬
mos años para la pólvora de guerra á 75 de salitre, 10

de azufre y 1; '2Í5 de carbón.


Cuando se trata de usos militares, la fabricación
exige gran cuidado y variaciones de forma en el
graneo, llegando á las pólvoras prismáticas de grano
grueso, obtenido por presión hidráulica, y á las pól¬
voras pardas cuyo color procede del carbón especial
que en ellas se emplea.
He ahí la novedad de más monta en esta clase de
pólvoras cuya base principal es el salitre, la intro¬
ducción del carbón pardo, más rico en hidrógeno que
el carbón negro. Ese aumento de hidrógeno, dismi¬

nuye la cantidad de gases, mas hay que lijarse en


que, en cambio, aumenta la temperatura de combus¬
tión. Los efectos con estas pólvoras son más regula¬
res
y las presiones más moderadas, resultados obte¬
nidos en parte por el mayor esmero en la fabricación
'

y más homogeneidad en los granos, obtenidos á pre¬


sión hidráulica. No así en las pólvoras de mina, de¬
dicadas á trabajos en que no se necesita tanta pre-

explosivo se convierte en gases con una velocidad enorme, que pro¬


duce el máximo efecto.
El papel que ejerce el cebo en los dos últimos casos, es el principal

origen de la explosión; en cambio en el primero, no hace más que


iniciarla.
23

cisión y regularidad las explosiones, lo que per¬


en
mite abaratar la por el procedi¬
fabricación, tanto
miento, como por los ingredientes; así que en las pól¬
voras de mina, se empleaba una porción de salitre

menor que en las de guerra, cargando más


la mano
en la proporción de carbón,
lo que producía econo¬
mía, y estas pólvoras pobres en salitre, resultaban,
sin embargo, equivalentes, cuando no superiores, á
las pólvoras de composición normal, para el uso á

que se dedicaban.
Las pólvoras de caza suelen clasificarse en fina,
superfina y extrafina; clasificación que se refiere al
número dé granos que entran en kilogramo, que es:
Fina 15.000 á 80.000 granos.
Superfina 30.000 á 60.000 ,,
Extrafina 60.000 á 80.000 „

De la densidad y de otras propiedades de las


pólvoras ordinarias, nos ocuparemes cuando trate¬
mos del análisis de los explosivos.

Tanto por 100 de salitre, azufre y carbón.

NOMENCLATURA. Salitre. Azufre. Carbón.

ESPAÑA.

De cañón 75 12'5 12'5


antigua
78 9 13
De fusil
De 6 á 10 mm 74 10 16

Cúbica de 9 á 11 mm. de lado. 74 10 16


Prismática de 1 y 7 canales. 74 10 16
Prismática 77'017 2'680 18'110
parda
24 MANUAL DE EXPLOSIVOS

NOMENCLATURA Salitre. Azufre. Carbón.

FRANCIA.

De cañón antigua 75 12'5 12'5


De artillería, grano grueso. 75 10 15
De fusil Ft (4usil Grass 1874). 77 8 15
De caza 78 10 12
De mina 62 20 18

ALEMANIA.

De guerra antigua 74 10 16
De caza 75'8 9'7 14 '5
De mina 62'2 18'4 19'4
Parda de guerra Dun- 1 A.. 78 2 20
neberg | B.. 76 4 20

AUSTRIA.

De guerra 74 10 16
De caza 75'8 9 '7 14 '5
De mina 62'2 18'4 19'4

ITALIA.

De artillería 75 10 15
RUSIA.

De artillería 75 10 15

SUIZA.

De artillería 76 10 14

PORTUGAL.

De artillería 75 '7 10' 7 13'6

ESTADOS-UNIDOS.

De artillería. 76 10 14
Negra paralelepipédica 75 10 .15
Negra Pebble esférica 75'30 12'71 11 '99
Prismática parda Dupont... 81 3 16
PÓLVORAS 25

NOMENCLATURA Salitre. Azufre. Carbón.

INGLATERRA. *

De artillería antigua 75 10 15
Pebble de Waltham Abbey.. 74'76 10'07 15'17
Waltham Abbey grano fino. 73'91 10'02 16'07
Waltham Abbey R. L. G... 75'10 10'27 14'63
Waltham Abbey R. F. G.... 75'18 9'93 14 '89

PÓLVORAS NITRADAS.

Difieren poco de las pólvoras que acabamos de


describir: la esencial variación suele consistir en la
substitución del nitrato de potasa (salitre) por otro
nitrato.
El más usado,
es el nitrato de sosa (salitre de

Chile), contiene 56'47 por 100 de oxígeno, y el


que
nitrato de amoniaco, que encierra un 60 por 100, en
tanto que el nitrato de potasa sólo posee el 47'48

por 100 y el de barita 36'78 por 100.


De la más alta proporción de oxígeno que pro¬

porciona la descomposición de los nitratos de sosa y


de amoniaco, se pretendió sacar gran partido, porque
el máximo efecto de los explosivos se creía que de¬

pendía de que la combustión fuese completa, y para


eso, es necesario que en la descomposición haya oxí¬
geno bastante. Ya veremos, al tratar de explicar,
más adelante, la manera de actuar de los modernos
explosivos químicos, que esa teoría no puede tomarse
en absoluto,
porque la potencia de estos nuevos cora-
26 MANUAL DE EXPLOSIVOS

puestos, depende más de la agrupación de las molé¬


culas que de la perfectibilidad de la combustión, ó
sea del tanto por ciento de oxígeno. La pólvora ne¬

gra ordinaria, contiene oxígeno bastante para que¬


mar todos los elementos combustibles, y el fulminato

de mercurio, deja, por el contrario, considerable


residuo de mercurio, y, sin embargo, la potencia de
este último, es más de 300 veces mayor que la de la

pólvora ordinaria.
Es claro que no iban descaminados los que pre¬
tendían adelantar, substituyendo el nitrato de potasa
por otno nitrato más rico en oxígeno, cual los de sosa
y amoniaco; pero, aparte de la aparición dé los ex¬
plosivos químicos, que representa en la materia una
completa revolución, ante la cual todos los demás
quedan por debajo, tropezaron con el inconveniente
de que esos dos nitratos son muy higroscópicos, y la

pólvora preparada con ellos, en condiciones ordina¬


rias, pronto absorbía el agua del aire ambiente y se
hacía inservible. En climas secos y cálidos, y dispo¬
niendo de medios para poder preparar la pólvora

poco tiempo antes de usarla, tiene cuenta emplear el


nitrato de sosa, que es más barato que el de potasa,

y que según Berthelot, da un tercio más de fuerza


que aquél. De aquí que se haya aplicado mucho el
nitrato de sosa en la confección de pólvoras de mina.
El nitrato de sosa puro, no es muy delicuescente,
mas el que se encuentra en el comercio
contiene otras
sales ávidas por el agua, que es difícil eliminar por
procedimientos económicos. Ha sido, 110 obstante,
PÓLVORAS 27

empleado en gran escala en la fabricación de las


pólvoras negras ordinarias, porque basta disolverlo
en caliente con el cloruro de potasio, para transfor¬

marlo en nitrato de potasa, que queda en suspensión,


en tanto que el cloruro de sodio se deposita (1).
Con el nitrato de barita, el único resultado que se
consigue es obtener una pólvora de combustión len¬
ta, efecto análogo al que se logra variando la consti¬
tución física de la pólvora ordinaria de nitrato de
potasa, bien por transformaciones en la forma de los
granos, ó por el empleo del carbón pardo y de la
compresión.
A pesar de esos inconvenientes, han subsistido
algunas fórmulas de pólvoras, en que los nitratos de
amoniaco y de barita aparecen reemplazando al ni¬
trato de potasa.
De entre ellas sobresale la pólvora ideada por el
doctor Hebler, propagador é iniciador del fusil de
pequeño calibre, cuya composición era:

Salitre 62'4
Carbón * 12'7
Azufre 9
Nitrato de amoniaco 15'9

100

La dificultad de aplicar el nitrato de barita, por


la excesiva lentitud que da á la pólvora, trató de

(1) La reacción esNa0.Az03 + KCL = KOAzO5+KCL,


28 MANUAL DE EXPLOSIVOS

subsanarla Nobel adicionando una materia vivifican¬


te, gracias á la cual pudiera aumentarse la velocidad
de combustión basta el límite que se quisiera (1).
De aquí las dos fórmulas siguientes:
Núm. 1.—Nitrato de barita 45
Carbón 5
Picrato de amoniaco 20

Núm. 2.—Nitrato de barita 87 por 100


Fósforo amorfo 5 „ „

Carbón 1'08 ,,

PÓLVORAS OLORATADAS.

El número de explosivos que tienen por base el


clorato de potasa, es considerable (2).
Reconocen por fundamento la violencia de los
efectos que proporciona el clorato, y tienen el grave
inconveniente de que los explosivos de esta base son
muy sensibles, y, por lo tanto, muy peligrosos.
Se ba tratado también de disminuir la sensibili¬
dad de los explosivos de clorato de potasa, y por
tanto, de bacer menos peligroso su manejo, adicio¬
nándoles alguna substancia apropiada, ó por proce¬
dimientos mecánicos especiales.

Más adelante hemos de ver que también con ese mismo objeto
(1)
se han formado explosivos combinando los nitratos de barita y de
potasa con la nitroglicerina, cual sucede con la sebaslina, la [orcilci
y la pólvora Schulze.

(•2) El clorato de potasa produce calor durante la descomposición


en vez de absorberlo, lo que aumenta la energía, pero es muy ines¬

table.
PÓLVORAS 29

"El clorato de potasa — dice el doctor Dupré —


por lo facilita la composición de explosivos po¬
que
derosos, ofrece grandes tentaciones á los inventores
de nuevos explosivos, que han realizado múltiples
ensayos para aplicarlo en la práctica, con muy poco
éxito, por dos causas: 1.°, porque es muy inestable,
y se descompone en un gran número de circunstan¬
cias por influencias químicas y mecánicas relativa¬
mente insignificantes. Todas las mezclas de clorato

se hallan sujetas á lo
que se llama inflamación espon¬
tánea y á hacer explosión en presencia de diversas
substancias, y más aun las que son ácidas ó pueden
dejar desprender ácidos: las mezclas en que entra el
clorato hacen fácilmente explosión por acción del

choque, y sobre todo, cuando hay choque y frota¬


miento á la vez, caso que puede presentarse fácil¬
mente en de los barrenos de mina. Además,
la carga
la sensibilidad al choque y al frotamiento, aumentan
con el
tiempo de almacenaje, principalmente si el ex¬
plosivo ha estado alternativamente expuesto á la ac¬
ción del calor y de la humedad, circunstancia esta
última que puede ser debida á que el clorato crista¬
liza en cristales finos en la superficie de la mezcla.,,
"Laoperación de mezclar composiciones clorata-
das—dice Eisslor—presenta grandes peligros y exi¬
ge tomar muchas precauciones. Estos compuestos
hacen explosión por choque violento, y frecuente¬
mente por simple frotamiento: están también expues¬

tos á la explosión espontánea sin que se pueda deter¬


minar la causa inicial de la inflamación.
30 MANUAL DE EXPLOSIVOS

„ Muchas personas han sufrido error acerca de la


inocuidad (1) de estos productos por experiencias
hechas con pólvoras recién fabricadas. pos fabrican¬

tes, buscan la prueba de esa inocuidad golpeando el


explosivo con un martillo, cortándolo, etc.; pero
cuando se exponen estas pólvoras á la acción del
aire y absorben humedad durante una noche de es¬
carcha y luego se secan pronto, el menor frotamien¬
to ó el choque bastarán para provocar la inespe¬
menor

rada explosión. Para colocar el cartucho en el barre¬

no, el minero necesitará dar algunos golpes ó ejercer

alguna presión; tan peligrosa es la presión como los


golpes, porque con ella se produce frotamiento.,,
Esos graves inconvenientes, indujeron áBerthe-
lot á declarar, el poder que se obtiene con las
que
pólvoras de clorato, no compensa los peligros que en
sí llevan en la fabricación y en la manipulación, y
por lo-cual sólo ofrece alguna ventaja el emplearlas
como cebo (2).
De todos los compuestos de clorato ensayados en

(1) Cualidad de lo que no es nocivo.


(2) El clorato de potasa empleado como cebo, se usa casi siempre
asociado al fulminato de mercario y al sulfuro de antimonio.

Fórmula española; Clorato de potasa 52


para cebos de' Sulfuro deautimonio 35
guerra..' ' Fulminato de mercurio 13
100

Fórmula inglesa. Clorato de potasa. 6 partes.


para cebos de! Sulfuro de antimonio 4

minas Fulminato de mercurio 6


PÓLVORAS 31

Inglaterra, sólo uno, la asfalina, ha sido autorizado.


Su composición es:

Bisulfato de potasa
Nitrato de potasa ó sosa. .. .
[ 4 á 27
Salvado ó aserrín de madera . 42 á 32

Clorato de 54 á 41
potasa
.

Ha de añadírsele glicerina ó un hidrocarburo de


la serie aromática, con lo cual se verifican las reac¬
ciones siguientes:

1.a Inflamación del clorato de potasa.


2.a Desprendimiento de ácido nítrico por la acción
del bisulfato de potasa sobre el nitrato efe sosa.
8.a Formación de la nitroglicerina.
4.a Descomposición y explosión de la nitroglicerina.

Como se vé, este compuesto se sale de la esfera


de las pólvoras para entrar en la clase de los explo¬
sivos por reacción, de los que á su tiempo tratare¬
mos. Tiene, por otra parte, el inconveniente en mi¬
nería, de que es muy poco denso, y por lo tanto, su
excesivo volumen exige barrenos muy grandes, lo
que causa de abandonar la fabricación.
ha sido
En ciertos casos, se ha propuesto conservar se

paradamente las substancias que entran en las mez¬


clas de clorato hasta el momento de su empleo; pero
estos explosivos entran en la naturaleza de los de la
clase VII de la clasificación del Mayor Cundill.
(Explosivos de tipo Sprengel.)
32 MANUAL DE EXPLOSIVOS

También se ba intentado asociar el clorato con

el picrato de potasa en la proporción que sigue:


Picrato 502
Clorato 498

Y aunque sea adelantar ideas, como últimos es¬


fuerzos realizados en favor de las pólvoras ordina¬
rias, se conocen las fórmulas que siguen:

Picrato de potasa.. 9 (en peso).


Para cañón
Nitrato 80 „ V

Picrato 23 „ V

Para fusil Nitrato 69 „ ))

Carbón 3 , »
«
Picrato de amoniaco. 48
Pólvora Designolle.* Nitrato de barita. . .. 52
Picrato de amoniaco, 25
Pólvora Brugere... i Nitrato de barita. .. .
67
Azufre 8
NITROGLICERINA 33

CAPITULO III.

Nitroglicerina.

Teoría.—Propiedades.—Fabricación.

TEORÍA.

La clase IV de la clasificación del Mayor Cun¬


did, que nos sirve de base, se contrae á las dinami¬
tas', ó sea los compuestos nitrados en que el principal
agente explosivo es la nitroglicerina, uno de los más
poderosos que se conocen, y que entra también en
la mayor la
parte de las gelatinas explosivas, como
gelatina-dinamita (dinamita-goma) la gelignita,
y
substancias formadas por algodón-pólvora disuelto
en
nitroglicerina, con adición, en variadas proporcio¬
nes, de pulpa de madera y salitre, que actúan como
absorbente. De tal modo andan boy ligadas las subs¬
tancias explosivas entre sí para amoldarse á los di¬
versos usos militares é industriales, que tampoco es
extraño ver aplicada en gran escala la nitroglicerina
en la manufactura de pólvoras sin humo, entre ellas,
las tan conocidas cordita y balistita.
La nitroglicerina, nitroglicerol ó glicerol trinítri-
co, fué descubierta por Sobrero el año 1847. En una
3
34

carta que escribía á M. Pelouse le decía: "Cuando


el glicerol se echa en una mezcla de ácido sulfúrico
de 1'84 (peso específico) y ácido nítrico de 1'5

(peso específico), la cual ha sido refrescada per una


mezcla frigorífica, se forma un líquido oleaginoso.
Este líquido aceitoso , es lo que hoy llamamos nitro¬

glicerina ], la cual no tuvo verdadera aplicación, hasta


que en 1863 Alfredo Nobel estableció en Stockolmo
la primera fábrica en gran escala; pero algunos acci¬

dentes que en el uso del explosivo ocurrieron, dieron

lugar á que no se generalizase.


Entonces, Nobel concibió la idea (1866) de hacer
que el líquido fuese absorbido por una tierra porosa,
y se produjo una nueva materia, á la que se dió el
nombre de dinamita, la que pronto se generalizó de
un modo prodigioso.
El principal avance en la fabricación de la ni¬
troglicerina, se debe á Mowbray, á quien st atribuye
el empleo del aire comprimido para hacer más eficaz
la agitación de los líquidos durante la nitración. Al¬
gunos años después (1872), MM. Vouges y Boutnny
propusieron preparar la nitroglicerina mezclando
primero el ácido sulfúrico con la glicerina, y des¬
pués el ácido sulfo-glicérico, así formado, con una
mixtura de ácido nítrico y ácido sulfúrico. Las pro¬
porciones eran:

Glicerina 100

Ácido nítrico... 280

Ácido sulfúrico. 600


NITROGLICERINA 35

Aseguraban que, de ese modo, la temperatura de


las mezclas no pasaba de 10 á 15° C. Mas ese proce¬
dimiento requiere un período de veinticuatro horas
para la completa nitración, y resulta peligroso dejar
tanto tiempo en contacto la nitroglicerina con la

mezcla de ácidos, inconveniente que destruye las

ventajas de la pequeña temperatura. El sistema


Boutnny estuvo en práctica algún tiempo en Pem-
breyBurrows (Wales), y se abandonó á consecuen¬
cia de una gran explosión.
La nitroglicerina se fabrica hoy, generalmente,
echando glicerina sobre una mezcla de ácido nítrico
y ácido sulfúrico.
El ácido sulfúrico, no ejerce otro papel en la reac¬
ción .que el de absorber el agua que produce la des¬

composición, dejando que el ácido nítrico se manten¬


ga en la pureza ó concentración necesaria. Es, pues,
absolutamente indispensable la presencia del ácido

sulfúrico, porque además evita que se disuelvan en


el agua los nitratos de glicerina menos concentrados
que pudieran formarse, los que se perderían en las
fases siguientes del proceso de fabricación, cual los
lavados, á los que se sujeta el nitro-compuesto y que
tienen por objeto separar el exceso de ácido, cuya

presencia en la nitroglicerina sería muy peligrosa.


La fórmula de descomposición y formación de la

nitroglicerina, es por lo tanto:


Ácido
Jílicerina. nítrico. Nitroglicerina. Agua.
C3H803 + 3 HN03 = C3H5(N02)305 + 3 H20
36 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Según otras investigaciones más recientes, la ni¬


troglicerina se considera como un éter nítrico del
glicerol ó glicerina, representado por la fórmula
(NO s) 3 -f
C3H803 + 3 HNO == C3H5 227 3 H2 O.
92

En la fabricación en gran escala, se emplea una


mezcla de tres partes en peso de ácido nítrico por
cinco partes de ácido sulfúrico.
Según la ecuación anterior, 1 libra de glicerina
dará 2'47 libras de nitroglicerina

pero en la práctica el rendimiento sólo alcanca de 2


á 2'25 libras: la pérdida se debe á la formación de
los nitratos poco concentrados ó subnitratos, que se
disuelven en el agua y se expulsan en los lavados, y
acaso, en parte, á la presencia en la glicerina de una

pequeña cantidad de agua ó de otra materia no ni-


trificable.

PROPIEDADES DE LA NITROGLICERINA.

La nitroglicerina es un líquido denso, aceitoso, de


peso específico 1'6 á 15° C., y que parece incoloro
cuando está pura. El producto comercial, tiene un co¬
lor amarillo de paja, que varía mucho según la pu¬
reza de las primeras materias que entran en la fabri¬

cación. Es insoluble en el agua; cristaliza á — 20° C.,

pero esta propiedad varía mucho en los diferentes ti¬


pos que se expenden; pequeñas impurezas pueden
NITROGLICERINA 37

impedir ó detener la cristalización. La nitroglicerina


sólida ó cristalizada se funde á 10° C., mas necesita
estar algún tiempo á esta temperatura an¬
expuesta
tes específico, cuando está soli¬
de fundirse. El peso
dificada, es 17735 á + 10° C.; disminuye V12 de su
volumen al solidificarse. Su calor específico, según
Beckerheim, es 0'4248 entre las temperaturas de
9'5 á 9'8° G. Tiene sabor dulce y produce en el hom¬
bre aplanamiento, cefalalgia y vértigos.
Es soluble en éter, cloroformo, bencina, ácido

acético, nitrobencina, en 1775 partes de espíritu de


methylo, muy aproximadamente insoluble en el agua
y absolutamente insoluble en el bisulfito de carbono.
Ya hemos dicho que sufórmula está representa¬
da por G3H5 (N03)3. La cifra 227 indica su peso
molecular. Cuando está pura, puede conservarse lar¬
go tiempo, sin que se descomponga. (JBerthelot con¬
servó un ejemplar durante diez años, y Mr. Gr. M'R,o-
bert, de la fábrica de Ardeer, durante nueve años,
sin dar señales de descomposición); mas si contiene
la más leve traza de ácido libre, la descomposición
se produce pronto. Esta se manifiesta por la forma¬
ción de una ligera mancha verde en los compuestos
gelatinosos ó por un anillo verde sobre la superficie
de la nitroglicerina líquida.
Los rayos del sol son causa frecuente de explo¬

sión; un cubo ó balde conteniendo un poco de agua


que había servido para el lavado de nitroglicerina
dejado al sol como experiencia, explotó con fuerza
considerable.
38 MANUAL DE EXPLOSIVOS

El tanto por ciento de composición de la nitrogli¬


cerina es, según análisis de Beckerheim:
Teórica
Análisis. según C3H5 (N03)3

Carbono 15'62 15'86 por 100.


Hidrógeno 2'40 2'20 , „
Nitrógeno .. 17'90 18'50 „ „

Oxígeno 64'08 63'44 „ „

Sauer y Adon, por el procedimiento Dumas, ob¬


tienen 18?35 á 10'40 por 100 de nitrógeno, y el P. Gre-
rald Sanford encontró 18'46 por 100, usando el ni-
trómetro Lunge.
La fórmula de descomposición producida por la
explosión, es:
\

2C3H6(N03)3=6C02 + 5H20 + 6N4-0.

La cual contiene 3'52 por 100 de oxígeno sobre


el necesario para la combustión completa: 100 gra¬
mos se convierten por explosión en

Acido carbónico (CO)2 18'15 por 100


Agua 19'83 „ „
Oxígeno 3'52 „ „
Nitrógeno 18'50 „ ,,

El volumen de gases producidos á 0o y 760 mm,,


calculado según la fórmula anterior, es 714 cm.3 por
lkg., contando el agua como gas. La descomposi¬
ción es diferente si la nitroglicerina se quema en
39
NITROGLICERINA

forma de Kieselguhr dinamita), y si


dinamita (v. g.,
los gases se desarrollan de modo que puedan esca¬
par libremente bajo una presión próximamente igual
á la de la atmósfera. En estas condiciones Sarrau y

Vieilly obtuvieron para 100 volúmenes de gas:


NO 48'2 por 100
CO 35'9 „ „

12'7
co2 „ „

1'6
H „ „

1'3
N , „

0'3
ch4 „ „

Las antedichas condiciones, son semejantes á las


que tienen las cargas de mina que explotan á baja
presión. Algún otro químico ha encontrado, además,
entre los productos de la explosión, monóxido de
carbono y óxido nitroso, cuya formación se atribuye
al uso de un detonador ó cebo demasiado débil.
La nitroglicerina explota muy violentamente por
concusión Puede quemarse en un vaso
ó cho ]ue.
abierto, perocalienta á unos 250° O., hace ex¬
si se
plosión. El profesor Munroe calcula el punto de infla¬
mación de 203 á 205° C. usando el aparato Horsley.
El calor de formación de la nitroglicerina, deducido
del calor de combustión por M. Longninine, es 432
calorías por 1 g., y el de combustión 1.576 calorías
por 1 g. En el caso de nitroglicerina, el calor de
combustión total y el de descomposición completa
son intercambiables, á causa de contener un exceso
de oxígeno.
40 MANUAL DE EXPLOSIVOS

FABRICACIÓN.

Ya hemos dicho que la nitroglicerina se fabrica


añadiendo gradualmente glicerina á una mezcla de
ácidos nítrico y sulfúrico de gran fuerza. La mezcla
de ácidos se dispone en un depósito de plomo, refri¬
gerado continuamente por medio de una corrriente
de agua que pasa serpentín situado en el in¬
por un
terior del expresado depósito: la glicerina se va
vertiendo desde el exterior en forma de chorro muy
fino.
La fabricación comprende tres partes: 1.a Nitra-
ción.—2.a Separación. Y 8.a Lavado.
Nitración.—Condición esencial de la nitración es
que la fuerza y composición de los ácidos sea la debi¬
da. Cuanto más concentrado y puro sea el ácido nítrico
que se emplee, más rápida y completa será la reac¬
ción y menor el peligro, porque la nitroglicerina se
formará más uniforme y prontamente, pudiendo en
seguida ser separada. El rendimiento obtenido de¬
pende más de la fuerza de los ácidos que se empleen
que de la cantidad de glicerina sometida al trata¬
miento. Es, pues, indispensable para obtener buena

nitroglicerina, que los ácidos sean muy puros y con¬


centrados (1). En todos los aparatos que se han idea-

(1) La producción de ácidos de las condiciones necesarias para


la fabricación de explosivos, es de gran importancia. Si en nuestra
patria pueden conseguirse de la industria particular, á ella podrán
acudir las fábricas de pólvoras y explosivos de Artillería. De no ser
NITROGLICERINA 41

do para el más gran¬


fabricar nitroglicerina, se pone
de cuidado en entrada acci¬
evitar que haya alguna
dental de agua en la carga de ácidos y glicerina
dentro del convertidor. La presencia de agua aumen¬
taría el trabajo y el tiempo de la reacción y daría
productos de inferior calidad, pudiendo también dar
lugar, si es excesiva, á que la mezcla se inflame poí¬
no poder contrarrestarse el calor desarrollado por
los medios usuales de refrigeración. Generalmente
sólo se produce una descomposición señalada por el
desprendimiento (nubes) de vapores nitrosos. Las
señales de inflamación pueden detenerse por medio
de vigorosa agitación de la mezcla; pero si persisten,
lo mejor es echar fuera del nitrador ó cubeta su con¬
tenido tan pronto como se pueda, agitando constan¬
temente al mismo tiempo el líquido, para evitar la

separación de la nitroglicerina.
La cantidad de agua contenida en la glicerina se
determina por su peso específico, según indica la si-
siguiente tabla:

así, habría que montarla como anexo á las fábricas nacionales, del
mismo modo que el éter y demás primeras materias. De todas suertes,
las fábricas nacionales es menester que dispongan de aparatos para
rectificar los ácidos. Para más datos de fabricación y rectificación,
pueden consultarse el Memorial des Poudrcs el Salpelres y los proce¬
dimientos de Nobel para rectificar los ácidos del comercio, de los que
más adelante nos ocuparemos,
42 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Peso Agua Peso Agua


Grados por cada en gramos Grados por cada
en gramos
litro del 100 partes de un litro del 100 partes
de un
de de areómetro de
de areómetro
glicerina. Beaumé. glicerina. glicerina. Beaumé. glicerina.

31 '2 1236'2 28'6 10'5


1264'0 )!

31'0 0'5 1235'0 28'5 11'0


1262'5
30'9 l'O 1233'5 28'4 11'5
1261'2
30'8 1 '5 1232'2 28'3 12'0
126(T0
30'7 2'0 1230'7 28'2 12'5
1258'5
1257'2 30'6 2'5 1229'5 28'0 13'0
30'4 3'0 1228'0 27'8 13'5
1256'0
30'3 3'5 1227'0 27 '7 14'0
1254'5
1253'3 30'2 4'0 1225'5 27'6 14'5
30'1 4'5 1224'2 27'4 15'0
1252'0
1250'5 SO'O 5'0 1223'0 27'3 15; 5
29'9 5'5 1221'7 27 '2 16'0
1249'0
29'8 6'0 1220'2 27 '0 16'5
1248'0
29'7 6'5 1219'0 26 '9 17 '0
1246'5
1245'5 29'6 7 '0 1217'7 26'8 17 '5
29'3 7'5 1216'5 26'7 18'0
1244'0
29'2 8'0 1215'0 26 '5 18'5
1242'7
29'0 8'5 1213'7 26'4 19'0
1241'2
1240'0 28'9 9'0 1212'5 26'3 19 '5
28'8 9'5 1211'2 26'2 20'0
1239'0
28'7 ÍO'O 1210'0 26'0 20'5
1237'5

La glicerina del comercio suele contener de 2 á


6 por 100 de agua. En estado líquido á 60° F., tiene
un peso específico de l7261, y mezclada con nitrato
de plata, oxalato de amoniaco ó acetato de plomo, no
debe dar ningún precipitado.
Se falsifica mucho la glicerina con azúcar ó dex-
trina. Para denunciar la presencia del azúcar, basta
diluir en 50 cm.3 de cloroformo 100 g. de glicerina,
NITROGLICERINA 43

y como el azúcar es insoluble en el cloroformo, si


existe, caerá al fondo en forma de precipitado cris¬
talino. Para denunciar la dextrina, hiérvanse algu¬
nas gotas de glicerina en 4 cm.3 de agua, añádanse
algunas gotas de molybdato de amoniaco ligeramen¬
te acidizado con ácido nítrico, y la más leve traza de

dextrina, si la hay, dará lugar á una coloración azul.


El ácido sulfúrico que se emplee en la fabricación
de la nitroglicerina, debe tener 1'840 á l'843de den¬
sidad, no contener más de O'l por 100 de arsénico
y ninguna señal de ácido nitroso. Es preferible me¬
dir su peso específico con el densímetro, graduado
desde l'800á2'000, que usar el areómetro Beau-

mé, el cual no es tan exacto. La densidad deberá


tomarse á 15° C.
la fuerza del ácido sulfúrico se
Para determinar

puede seguir elprocedimiento siguiente: Verter 2'45


gramos de ácido en un frasco de Erlenmeyer; este
peso corresponde á un volumen de 1'33 cm.:l si la
densidad es 1'84. Añadir agua y después una gota
de solución dosificar por medio
phenol-phtaleína y
de la solución normal á 50 por 100 de sosa cáustica.
Se emplea una bureta de 100 cm.3 Si se han tomado
exactamente 2'45 g. de ácido sulfúrico, la lectura
de la bureta indicará la proporción exacta.
En caso contrario, se obtendrá por una sencilla
proporción. Supongamos, que se han pesado 2'444
gramos.
2'441 2'45
44 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Para denunciar la presencia de ácido nítrico en


el ácido sulfúrico, basta introducir un cristal de sul¬
fato de hierro en el ácido, y ver si se forma colora¬
ción roja alrededor de dicho cristal.
El arsénico puede determinarse del siguiente
modo: diluyanse 50 g. de ácido sulfúrico en 150
gramos de agua, hágase pasar á través de la mezcla
una corriente de gas hidrosulfúrico durante una
hora. El ácido debe estar contenido en un frasco ce¬
rrado con corcho y permanecer en reposo durante
otras cuatro horas, y después se filtra. En el filtro,

donde se ha recogido el precipitado, se vierten 15


centímetros cúbicos de bisulfito de carbono para di¬
solver el sulfuro; después de seco se pesa el precipi¬

tado, que es sulfito de arsénico (As2 S3).

100 As2 S3 = 60'9S As.

posi¬
El ácido nítrico debe estar, en tanto que sea

ble, libre de peróxido de ázoe y de cloro, y tener


1'525 á 1' 530 de peso específico.
Da buenos resultados industriales el ácido nítri¬
co del siguiente análisis:

Acido nítrico 95'98 por 100.


Peróxido de ázoe 1'03 —

Densidad, 1'625.

Hay que determinar analíticamente, para cada


partida de ácido, la proporción de ácido nítrico (mo-
45
NITROGLICERINA

no-hydratado) y de peróxido de ázoe, porque la den¬


sidad no puede dar indicaciones suficientemente
exactas. una muestra de elevada den¬
Por ejemplo,
sidad, pero conteniendo en solución 3 á 4 por 100 de
peróxido de ázoe, no dará resultados favorables.
La dosificación del ácido nítrico se efectúa rápi¬
da y seguramente por medio de una solución al 10

por 100 de sosa cáustica (NaOII) en phenol-phtaleí-


na. Se pesa un irasco de 100 era.3, en el que previa¬
mente se echa un poco de agua destilada; en seguida,

con una pipeta, se agrega 1 cm.3 del ácido nítrico

que se trate de examinar, y se pesa de nuevo para


obtener el peso del ácido. Después se agrega agua
hasta obtener un volumen total de 100 cm.3 á 15° C.,

agitándolo cuidadosamente. Tomar 10 cm.3 con ayu¬


da de la pipeta y echarlos en un pequeño frasco de
Erlenmeyer. Dosificar por medio de la solución á Vio-
de sosa cáustica.
El peróxido de ázoe, se puede dosificar con ayuda
de una disolución titulada de permanganato de po¬
tasa. Se toma un pequeño frasco cónico, que conten¬
ga 10 cm.3 de agua. Sele agrega con la bureta 10 á
16 cm.3 de la solución,y después 2 cm.3 del ácido

nítrico que se quiere analizar. Se agita con precau¬


ción al mismo tiempo que se agrega la solución de
permanganato, hasta que la descoloración cesa y
aparece el matiz rosa pálido, característico del reac¬
tivo.
Supongamos una solución de permanganato que
contenga 3716 g. por litro. Cada centímetro cúbico
46 MANUAL DE EXPLOSIVOS

de ella encerrará O70046 g. de peróxido de ázoe


(Na2 04). Si 1752 es la densidad del ácido nítrico,
2 cm.3 pesarán 3704 g. Esta densidad puede deter¬
minarse con el hidrómetro, ó bien puede simplemente

pesarse los 2 cm.3 de ácido.


Suponiendo que ha habido que agregar 20 cen¬
tímetros cúbicos de la solución, contendrán, según
lo anterior, 0'0046 x 20 = 0'092 g. de peróxido de
J , , 0'092xl00 Qmo
ázoe, los que corresponderán a yqjq =o702
por 100 Na2 04.
Libres todo lo más posible de impurezas los áci¬
dos nítrico y sulfúrico, se procede á la mezcla de tres
partes en peso del primero de 17525 á 17530 de den¬
sidad y cinco partes del segundo, densidad 17840 á
(mono-bydra-
15° C.., conteniendo 97 por 100 de ácido

tado). Cada carboe ó garrafón de ácido, debe tenerse


almacenado con una etiqueta que indique el peso
exacto que contiene. Una vez mezclados los ácidos, se
echan en unrecipiente y que por medio de un eleva¬
dor de líquidos se conducen al taller de nitración. El

elevador, sólido receptáculo de fundición, es deforma


oval ó cilindrica, con fondo redondeado. En su tapa
superior tiene un agujero por donde pasan dos tubos,
uno para el líquido y otro para el aire comprimido,
que hace de fuerza motriz. La presión necesaria de¬

pende de la distancia que el líquido tenga que re¬


correr basta llegar al nitrificador.

La mezcla de ácidos debe enfriarse antes de pa¬


sar al nitrificador. Con este objeto se conduce á un
47
NITROGLICERINA

depósito de plomo, de capacidad suficiente para cua¬


tro ó cinco cargas, colocado en un entramado á 2
Ó2'50m. por lo menos sobre el taller de nitrifica-
ción. En este taller hay otro depósito también de
plomo de dimensiones más pequeñas, en el cual está
marcado con un trazo el nivel del líquido necesario
para una operación ó carga. Así se puede hacer
llegar al nitrificador, después de cada operación, la
cantidad de ácidos (mezcla) conveniente para la si¬

guiente.
El nitrificador es una cuba de plomo, de 1'25 me¬
tros de diámetro en la base y un poco menos en la
cabeza, cuyas dimensiones dependen de la cantidad
de que se quiera fabricar de cada vez,
nitroglicerina
en la inteligencia que los líquidos (ácidos glicerina)

sólo deben ocupar los 2/3 de su capacidad: general¬


mente, cada operación comprende 800 kg. de mezcla
de ácidos (de los cuales son 300 kg. de ácido nítrico

y 500 de ácido sulfúrico), y 112 kg. de glicerina.


Por lo regular, el nitrificador se establece en una

plataforma, sobre un armazón de madera, en la cual


se coloca el obrero que ha de vigilar la operación.

La glicerina se dispone en un recipiente fijo á uno


de ios muros del taller, el cual lleva un tubo de ni¬
vel graduado que proporciona el medio de saber en
cada instante la cantidad de ella que ha pasado al
nitrificador.
La operación empieza por introducir en el nitri¬
ficador la mezcla de ácidos. En seguida se hace cir¬
cular el agua fría por el serpentín y se inyecta en el
48 MANUAL DE EXPLOSIVOS

nitrificador airecomprimido á presión moderada que


agita la masa y asegurala perfecta mezcla de los
ácidos. La nitración no puede empezarse en tanto
que los termómetros marquen más de 18°. Cuando
la temperatura ha descendido al grado deseado, se
abre un poco la llave que da acceso á la glicerina de
modo que entre muy lentamente. Al propio tiempo
se da entrada al aire comprimido á completa presión,

que produce viva agitación en la masa lígnida. Esta

presión no puede ser inferior á 20 kg. para 800 kilo¬


gramos de carga de ácidos y 120 kg. de glicerina.
La operación dura media hora, pero es necesario

que la circulación del agua fría y del aire comprimi¬


do continúen durante diez minutos más.
De la parte superior del nitrificador, arranca una
chimenea de evacuación A (fig. 1.a) que comunica
con la atmósfera y enla cual hay un ventanillo W
que permite seguir la operación. El aparato contiene
tres ó más serpentines de plomo, concéntricos, de

diámetro no inferior á 25 mm., destinados á sostener


la baja temperatura necesaria, mediante una corrien¬
te constante de agua fría que se hace pasar por ellos.
La agitación permanente de la masa líquida se con¬

sigue inyectando aire á 30 kg. de presión, el cual va


por los tubos E que llegan hasta el fondo del aparato
y que están provistos de pequeños taladros, dis¬
tantes entre sí 25 mm. La entrada de los ácidos se

efectúa por el tubo C, que no menos de


puede tener
50 mm. de diámetro interior. La glicerina entra por
el tubo 6r, que termina en un embudo de pequeño
NITROGLICERINA 49

diámetro; frecuentemente se emplea un inyector para


introducirla. Dos termómetros T van colocados de
modo quepueden indicar la temperatura de la masa
líquida en el
fondo del nitri-
ficador y en la
parte superior.
Ya hemos
dicho que la gli-
cerina está con-
tenida en un

depósito fijo á
uno de los mu¬

ros del taller,


desde donde un

tubo, provisto
de llave, esta¬ Fig. i.a
blece la comu¬ A Conducto central para la salida de los humos.
B Entrada y salida de agua para la refrigera¬
nicación con el ción.

tubo G-. C Entrada de la mezcla de ácidos.


E Entrada del aire comprimido.
Durante la G Entrada de la glicerina.
T Termómetros.
nitración, no ¡V Ventana de observación.

hay que perder


de vista ni un momento los siguientes puntos esen¬
ciales:
1.° Las temperaturas indicadas por los dos ter¬
mómetros.
2.° El color de los vapores nitrosos, que se obser¬
vará por el ventanillo W.
3.° La presión del aire comprimido á la entrada.
50 MANUAL DE EXPLOSIVOS

4.° El tubo de nivel que indica la cantidad de


glicerina que ha entrado en el aparato.
La podrá elevarse en ningún ins¬
temperatura no
tante por encima de 25°. Si traspasase este límite,

hay que detener inmediamente la entrada de gli¬


cerina y aumentar la presión del aire, hasta que des¬
cienda, y que, de otra parte, los humos que pasen
por delante del ventanillo TE no tengan color rojo.
Terminada la nitración, la evacuación de la carga
del nitrificador se efectúa por unallave inferior, de
grandes dimensiones,de asperón, revestida de plomo.
Las canalizaciones deben estar dispuestas de tal
manera, que la carga pueda ser dirigida al taller de
separación ó bien á un depósito especial (en caso de
descomposición) que debe tener de 3 á 4 m. de lado y
muchos pies de profundidad, el cual se instalará
cerca del taller de nitración.
Este taller debe construirse de tabla, y lasque
formen el suelo es preciso que queden perfectamen¬
te ensambladas, sin presentar ninguna solución de
continuidad. Ha de lavarse y limpiarse el piso muy
cuidadosamente, evitando en absoluto que haya en
él arena ni piedrecillas, que deben quitarse sin pér¬
dida de momento. Un balde de madera y una es¬
ponja sirven para recoger en seguida los líquidos que
por descuido se derramen. Conviene consignar en un

registro especial, las horas en que empieza y conclu¬


ye cada operación, así como las temperaturas, las
cargas, etc.
Según Edward Liebert, la adición á la mezcla
NITROGLICERINA 51

acida de sulfato ó de nitrato de amoniaco, destruye


el ácido nitroso formado, conforme á la ecuación,

(NH4)2 S04 + 2 HN03 = H2S04 + 2 N2 + 4 H2 O.


Los conductos dedicados á transportar la nitro¬
glicerina, deben ser de caoutchou, ó mejor de madera
forrados de plomo, y aislados por medio de cajas de
madera de corta longitud, de suerte que puedan le¬
vantarse para examinar los tubos, que además lian
de lavarse frecuentemente para

quitar el sulfato de plomo que


se forme. Este sulfato siempre
contiene nitroglicerina, que po¬
dría llegar á constituir un de¬
pósito peligroso, originario de
explosiones.
Si la naturaleza del explo¬
sivo que se quiere obtener sólo
reclama pequeña cantidad de
nitroglicerina, 10 por 100 por
ejemplo, pueden limitarse las
cargas de glicerina de 25 á 50
kilogramos. El aparato de di¬ JV Ventanas de observación.
N Llave para la evacuación.
mensiones reducidas está re¬
P Entrada y salida de agua.
T Termómetro.
presentado en la figura 2.a Se P' Entrada de la glicerina.
le puede colocar en el taller de

separación, y proceder en éste á la nitrificación, se¬


paración, lavado, etc., para lo cual deberá colocarse
á nivel más alto que el aparato separador.
52 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Separación.—La nitroglicerina mezclada con los


ácidos, pasa por tuberías ó canalizaciones al taller de
separación, situado á nivel más bajo que el de nitra-
ción. En este taller hay un gran tanque recubierto de
plomo, provisto de cubierta de madera, sobre la cual
se encuentra una chimenea de evacuación, que tiene

Fig. 3.a

A Entrada de aire comprimido.

^ | Entrada y salida de la nitroglicerina


L Ventana inferior.
]V Ventana lateral.
S Salida de ácidos al separador secundario.
T Llave.
P Cuba de lavado.
VV Entrada de agua.

una ventana destinada á examinar el color de los va¬

pores que se escapan. El conducto por donde llega la


nitroglicerina, desemboca cerca del techo dei taller y
vierte su contenido en el tanque por el tuboír (fig. 3.a)
El tanque debe tener capacidad bastante para que la
carga sólo ocupe sus dos tercios. Una ventana late-
NITROGLICERINA 53

ral W permite seguir la operación, que dura de me¬


dia á una hora. El tubo A que reposa en el fondo, sir¬
ve
para dar entrada al aire comprimido, cuyo empleo
es necesario cuando la elevación de la temperatura

llega á ser considerable. Un depósito de seguridad,


en comunicación con el tanque, facilita inundar in¬
mediatamente la carga, en caso de que la operación
tome peligro. Deben seguirse con gran aten¬
cariz de
ción las indicaciones del termómetro, dispuesto sobre
la cubierta del tanque de manera que su cubeta que¬

de sumergida en el centro de la capa de nitrogliceri¬


na. Esta sobrenada, porque su densidad es 17 6, mien¬
tras que la de la mezcla ácida es 1;7, pues está for¬
mada al llegar á este punto por 11 por 100 de HN 03,
67 por 100 de H2 S04 y 22 por 100 de agua.
Cuando se advierte que la mezcla de líquidos
ácidos ha quedado separada en el fondo del tanque
merced á su mayor densidad, se abre la llave infe¬
rior y por el tubo S sale hacia un segundo tanque,
donde se efectúa nueva separación. La nitroglicerina
que ha pasado por el tubo N á la cuba de plomo P,
de reducidas dimensiones, se lava allí en tres ó cua¬
tro veces su volumen de agua, adicionada con 1.500
gramos de carbonato de sosa, destinado á neutralizar
el ácido que todavía contenga. El tubo de plomo A,

cuya extremidad inferior está doblemente recurvada,


introduce en la masa aire comprimido destinado á

producir la agitación de la mezcla líquida. Termina¬


do este lavado, la nitroglicerina se vierte en cubos
de caoutchou, y pasa á los talleres de filtración. Las
54 MANUAL DE EXPLOSIVOS

aguas de lavado pueden recogerse para recuperar


la nitroglicerina que pueden contener.
Filtración y lavado.—El taller de filtración debe
ser de dimensiones mucho
mayores que los de nitra-
ción y separación, porque
en él habrán de tratarse
simultáneamente cinco ó
seis cargas.
La nitroglicerina entra
por el tubo S en una cuba
de madera forrada interior¬
mente plomo (fig. á*),
de

provista de la tapa L1 la
que atraviesa un tubo que
llega hasta el fondo, dende
se recurva, para dar en¬
trada al aire comprimido.
La cuba se llena de agua
hasta la mitad de su altu¬

ra. Una vez introducida la


Fig. 4.a
carga de nitroglicerina que
W Cuba de lavado. se va á filtrar, se da paso
IVP Entrada de agua.
L Tapa. al aire comprimido duran¬
S Entrada para la nitroglicerina
A te 15 á 30'. Entonces se
B
I
i Tanques-filtros.
C ) evacúa el agua que ha ser¬
Bv Cubo de caoutchou.
vido para el lavado y se
reemplaza por otra fresca, repitiéndose esta opera¬
ción de lavado cuatro ó cinco veces sucesivas. Des¬

pués se abre la llave inferior de la cuba y la nitro-


55
NITROGLICERINA

glicerina cae en bordes su¬


el tanque A, sobre cuyos
periores se apoya un bastidor con fondo de franela,
á través de la cual se efectúa una primera filtración
del líquido, el cual pasa en seguida á los tanques B

y C, provistos de filtros análogos; finalmente, la ni¬


troglicerina se recibe en cubos jB2 de caoutchou vul
canizado (vulcanita).
En este estado se recoge una muestra de lá nitro¬
glicerina y se analiza en el laboratorio. Si el análisis
no es favorable, caso muy frecuente, la carga debe
ser lavada de nuevo, durante una hora, y á veces
más tiempo, según las indicaciones del químico. En
el de una carga rebelde, es mejor proceder á
caso

muchos lavados con pequeña cantidad de agua du¬


rante corto tiempo que emplear lavados de larga du¬
ración con mucha agua. La aplicación del aire com¬
primido será de gran utilidad porque expulsará los
éteres nítricos que el líquido aprisiona. Como en este
taller puede ocurrir que se traten cinco ó seis cargas
á la vez, convendrá tener muchas series de filtros,

porque sino, una carga rebelde podría detener todo


el taller, y, por lo tanto, toda la fábrica.
56 MANUAL DE EXPLOSIVOS

CAPITULO IV.

Dinamitas.

Clasificación.—Dinamitas de base inerte absorbente. — Dinamitas de


base aetiva absorbente.—Gelatinas explosivas. — Explosivos sin
llama.— Fabricación.

CLASIFICACIÓN.

Refiérese, que la dinamita fué descubierta por


Nobel por casualidad (1). Este sabio inventor alma¬
cenaba la nitroglicerina en botes de hoja de lata co¬
locados en cajas rellenas de kieselguhr (tierra de

infusorios), y vino á notar, que por consecuencia de


los derrames sobre esta tierra, llegaba á embeberse
de nitroglicerina y tomaba consistencia pastosa. El

poder absorbente del kieselguhr es muy grande, y


la nitroglicerina absorbida conserva bien todas sus

propiedades, puesto que siendo esta tierra una cal¬


cárea siliciosa, compuesta de muy pequeñas con¬
chas, en las cavidades de éstas se aloja el líquido
aceitoso explosivo, quedando allí retenido por capi-

(1) Hay quienes atribuyen la invención de asociar la nitrogliceri¬


na con una tierra porosa á Schell, en las minas de Grund, cerca de

Klausthal-am-Harz.
dinamitas 57

laridad, de modo que no pierde sus propiedades ex¬


plosivas, y encambio, se consigue que no ofrezca
tanto peligro en el manejo.
Esta fué la primera clase de dinamita que se co¬

noció, mas, andando el tiempo, ideáronse nuevas


combinaciones, en que la materia absorbente es á su
vez parte activa en el fenómeno de la explosión.
Existen, pues, actualmente, dos grandes grupos
de dinamitas.
1.° Dinamitas de base inerte.
2.° Dinamitas de base activa.
En las primeras, el absorbente es químicamente
inerte y permanece inalterable después de la explo¬
sión, como un residuo de ella. En las segundas, el
absorbente toma parte en la explosión y modifica la
fuerza y la naturaleza de los gases resultantes de la

descomposición de la nitroglicerina.
Particularizando, puede decirse, que el papel de
los absorbentes activos, consiste en disminuir la ra¬

pidez de la explosión de la nitroglicerina, y trans¬


formar su acción eminentemente rompedora en pro¬

gresiva.

dinamitas de base inerte absorbente.

Las dinamitas Nobel, se componen de 30 á 75 por


100 de nitroglicerina y 70 á 25 por 100 de absor¬
bente.
La clase más usual, y que generalmente se toma
58 MANUAL DE EXPLOSIVOS

como
tipo de comparación para medir los efectos, es
la que contiene 75 por 100 de nitroglicerina y 25 por
100 de kieselguhr. Es una especie de pasta blanda,
de color amarillo rojizo, untosa al tacto, sin olor,
con densidad de 1'40 á 1 '50.
Al contacto de la llama ó de un cuerpo en igni¬
ción , arde sin hacer explosión, como la pólvora suel¬
ta, porque no basta la acción del fuego para provo¬
carla, sino que se necesita que vaya acompañada la
temperatura fuerza. La fuerza, por sí sola,
de una
tampoco es bastante para producir la explosión. Por
manera que la dinamita puede arder sin detonar, y

puede recibir el choque entre dos trozos de madera,


por ejemplo, sin hacer tampoco explosión. En el pri¬
mer caso falta la fuerza y en el segundo falta el ca¬

lor. Para producir la explosión será, según esto, ne¬


cesaria la detonación de una cápsula de fulminato
de mercurio, ó bien someterla bruscamente á una tem¬

peratura elevada, ó inferirla un choque violento, ca¬


paz de producir calor.
La influencia que ejerce el absorbente, según su

clase, puede comprenderse con el siguiente ejemplo


que figura en el Tratado de los altos explosivos de
M. Eissler (1). Si, por ejemplo — dice, —extendemos
una capa delgada de nitroglicerina sobre un yunque

ó sobre una plancha metálica y producimos un cho¬


que encima de ella, tendrá lugar la explosión. Si co¬
locamos varias planchas superpuestas y sobre cada

(1) The Modern hiyh explosives.


59
DINAMITAS

una extendemos la capa de nitroglicerina, al produ¬


cir un choque sobre la plancha de arriba, harán ex¬
plosión las otras capas de nitroglicerina que están
debajo. Reemplazando la nitroglicerina por pólvora
negra, al dar fuego á la primera capa, explotará ella
sola, sin comunicarse la explosión á las otras. Supon¬
gamos que en vez de planchas metálicas, colocamos
la nitroglicerina entre placas de caoutchouc, made¬
ra, paño, cuero ú otra materia compresible, entonces
la explosión no se producirá,- á menos que el choque
sea muy violento, es decir, que el efecto del choque

se atenúa á virtud del almohadillado que forman esas

materias interpuestas, y la nitroglicerina resiste sin


explotar: pues del mismo modo actúa el absorbente
en la dinamita, sirviendo de almohadillado para pro¬
teger la nitroglicerina contra el choque, pero si la
fuerza bastante para anular el efecto del almoha¬
es

dillado, el choque llega á la nitroglicerina y se pro¬


duce la explosión. De manera que el absorbente hace

la nitroglicerina menos sensible al choque, y por con¬


secuencia, se necesitará más fuerza para hacerla ex¬
plotar en la forma de dinamita, sin que por eso deje
de ser igual en uno y otro caso el fenómeno de la
descomposición del explosivo, desarrollándose los
mismos efectos con corta diferencia.
Si se toma una dinamita de 50 por 100 de kiesel-
guhr y 50 por 100 de nitroglicerina, y otra de 50 de
arena fina y 50 de nitroglicerina, la primera resulta¬
rá seca, y para hacer explosión necesitará una cáp¬
sula de fulminato de mercurio de triple fuerza; la
60 MANUAL DE EXPLOSIVOS

otra estará suelta y húmeda y hará explosión tan fá¬


cilmente como la nitroglicerina sola.
El efecto seráparecido, pero se viene en conse¬
cuencia, la dinamita seca ofrece más seguridad,
que
es de más difícil detonación
que la dinamita grasa ó
húmeda. Compréndese de aquí, que una dinamita
ofrecerá más ó menos seguridad, según la proporción
de nitroglicerina, y que esta proporción
debe fijarse
según el poder absorbente de la materia inerte.
Este dato, depende de la substancia que se em¬

plee, y es tan esencial, que algunas pueden ser mez¬


cladas con 75 por 100 de nitroglicerina y otras con
sólo 2 por 100. El grado de seguridad de una dina¬
mita puede apreciarse por su apariencia: si es grasa

y deja exudar nitroglicerina, será de peligroso ma¬

nejo, sucediendo lo contrario si es seca.


También conviene saber si una dinamita bien car¬

gada de nitroglicerina, pero sin exudación aparente,


es
peligrosa. A este objeto, hay que advertir que
toda mezcla á saturación. esto es, sin apariencia de
espacios vacíos, debe exudar, y si no hay exudación,
es porque existen
vacíos, y por tanto, la saturación
no es
completa. En este caso, es menos compacta la
materia y más compresible, y por lo tanto da mayor

seguridad. Con 80 por 100 de nitroglicerina el kiesel-


guhr queda saturado, y la dinamita que resulta es
tan peligrosa como la nitroglicerina sola, mientras

que con 75 por 100 queda relativamente insensible


á la temperatura ordinaria. El peligro depende de la

exudación, basta tal punto, que una dinamita que


DINAMITAS 61

exude nitroglicerina es más peligrosa que la nitro¬


glicerina misma y por de contado menos adecuada
para el transporte.
La nitroglicerina y sus compuestos, explotan tan¬
to más fácilmente, cuanto mayor es la temperatura.

La dinamita se congela á 4'5o, y permanece helada


aun cuando la temperatura se eleve después muy
por encima de ésta, hasta tal extremo, que para vol¬
verla al estado primitivo hay que colocarla en vasi¬
jas de estaño, de doble pared, por las cuales circula
agua á 55°. Nunca se debe deshelar la dinamita ca¬
lentándola en sartenes ó calderetas ni acercándola al
fuego, porque eso acarrearla graves accidentes. Es
siempre imprudente deshelar la dinamita.
Cuando está helada, aparece como una masa dura
y su detonación exige cápsulas de fulminato de L'5
gramos, en tanto que en estado normal basta con

cápsulas de O75 g. Por lo general, la congelación va


acompañada de exudación, y por tanto, puede dar
lugar á sensibles accidentes producidos por choque.
Es muy peligroso cortar con un cuchillo un cartucho

helado, y también ofrece peligro al atacar los barre¬


nos. No debe, pues, emplearse la dinamita helada ni

bajo el punto de vista del peligro ni en el del efecto


útil.
La dinamita crece en sensibilidad á medida que
aumenta la temperatura; no debe exponerse nunca á
los rayos del sol en lospaíses cálidos, porque el calor
la hace muy sensible á la fricción y además porque la
luz solar descompone todos los compuestos nítricos.
62 MANUAL DE EXPLOSIVOS

El aumento de temperatura, también es causa de


exudación: así dinamita que está seca de 10 á
una

12° C. exuda á 20 ó 25°. Es propiedad muy impor¬

tante en la dinamita la de permanecer seca aunque


la temperatura suba á 35 ó 40°. Esto se consigue en
las nitrogelatinas que más adelante describiremos.
La temperatura de explosión de la dinamita
es de 182°.
La chispa eléctrica provoca la inflamación de la
dinamita, pero sin explosión, por lo menos al aire
libre.

Hay que procurar no almacenarla en locales hú¬


medos, origen de exudaciones; toda dinamita
que son
húmeda es peligrosa.
Cuando la nitroglicerina que ha entrado en la
composición de la dinamita está libre de ácidos, la
dinamita resultante se conserva indefinidamente sin
alterarse. Con objeto de asegurar su neutralidad, se
agrega frecuentemente á la mezcla el 1 por 100 de
carbonato de sosa. Si la descomposición empieza, se

propaga muy rápidamente y puede producirse la ex¬

plosión espontánea, sobre todo cuando la dinamita se


halla contenida en envuelta resistente.
La influencia de la envuelta es de notar. Una di¬
namita explota más fácilmente cuando está herméti¬
camente encerrada y cuando se la somete á una com¬

presión. Estas dos condiciones aumentan su sensibi¬


lidad de tal modo, que si se coloca en un tubo de hie¬
rro cerrado con tuercas en los extremos, bastará apli¬

carle una mecha de llama para producir la explosión,


DINAMITAS 63

porquelos primeros gases comprimirán la parte no


quemada, dando la fuerza complementaria del calor
para ocasionarla.
Colocando delgada de nitroglicerina so¬
una capa

bre un dándole un golpe de martillo, hará


yunque y
explosión solamente la parte qu9 recibió el choque
directamente, lo que depende de que la materia no
se halla contenida y comprimida bajo una envuelta,

por lo cual no sufren todas sus partes la influencia


del choque como la porción que explotó: por esto mis¬
mo la explosión de una pequeña cantidad de nitrogli¬

cerina en una carga de din-amita, no determina la


explosión total; en este caso el absorbente hace las
veces de muelle para amortiguar el choque.

De lo que procede, resulta, que no se debe jamás


embalar los cartuchos de dinamita en cajas muy
fuertes ni herméticamente cerradas.
La clase de envuelta de los cartuchos de dinami¬
ta requiere atención predilecta.
Un insuficiente para producir
golpe puede ser
la explosión de una carga de dinamita encerrada en
cartucho de papel ó de madera y pudiera bastar para

producirla si la envuelta fuese metálica por efecto de


la naturaleza brusca de las vibraciones del metal.

Golóquese un cartucho de dinamita en el fondo de un


hueco taladrado en un madero, cúbrase con 7 ú 8
centímetros de pólvora negra, dése fuego y no hará
explosión; pero repítase el ensayo colocando la dina¬
mita en un receptáculo de hierro en vez del de ma¬

dera, y la explosión será inmediata. Si se da un gol-


64 MANUAL DE EXPLOSIVOS

pe sobre un saco de cuero lleno de nitroglicerina, no


explotará, pero si se encierra en un bote de hoja de
lata, aquélla tendrá lugar. Por eso es peligroso trans¬
portar la nitroglicerina en envases metálicos. Al
contrario, la dinamita puede transportarse sin riesgo
en
cajas de madera, merced á su forma sólida.
M. Mowbray, cita un caso muy instructivo de ex¬

plosión por vibración. Un minero había colocado bajo


un rail,
y en contacto con él, á 400 pies próximamen¬
te del frente de ataque del Hoosac Túnel (E.
U.), una
caja conteniendo cuatro libras de nitroglicexdna. A
las seis detonaciones consecutivas de barrenos den¬
tro del túnel, la caja hizo explosión. Esta fué debida
indudablemente á las vibraciones del rail, y como el
efecto de estas vibraciones no es suficiente
para pro¬
ducir calor, desde luego hay que atribuir la explosión
al choque transmitido. Es probable que si la nitro¬
glicerina hubiera estado contenida en una caja de
madera ó de papel no hubiese hecho explosión.
En cuanto al kieselguhr, para ser de buena cali¬
dad debe absorber cuatro veces su peso de nitrogli¬
cerina y formar una pasta muy seca. ¡Su color debe
ser rosa
pálido, rojo pardo ó blanco. Estará exento
de pequeñas piedrecillas, cuarzo, etc., apareciendo
suave al tacto. El examen
microscópico debe denun¬
ciar las diatomas en cantidad considerable.
El análisis de una buena muestra de kieselguhr,
después de desecado, dió:
Sílice 94'30
Magnesia 2'10
DINAMITAS 65

Óxido de hierro y aluminio 1'30


Materias orgánicas 0'40
Humedad 1'90

Puede reemplazarse el kieselgulir por otra mate¬


ria absorbente, siendo las principales dinamitas de¬
rivadas que se conocen, las siguientes:
Dinamita roja.

Nitroglicerina 66 á 68 por 100


Trípoli 34 á 32 „ „
Dinamita negra.

Nitroglicerina 45 por 100


Mezcla de coke pulverizado y arena. 55 „

Dinamita blanca de Paulilles.

Nitroglicerina 70 á 75 por 100


Tierra siliciosa natural 30 á 35 „ „

También pueden mezclarse con el absorbente


principal otras varias materias, cual sucede en las
dinamitas de Vonges, que fabrica el Cfobierno fran¬
cés, cuya composición es:

Número 1.

Nitroglicerina 75 por 100


Randanita 20'80 „ „

Sílice de Vierzon 3'80 „ „

Subcarbonato de magnesia 0'40 „ „


66 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Número 2.

Nitroglicerina 50 por 100


Sílice de Vierzon 48 „

Creta de Meudon 1'50 „ „

Ocre rojo 0'50 „ „

Número 3.

Nitroglicerina 30 por 100


Sílice de Launois 60 „

Escorias de altos hornos 40 „ „

Carbonato de cal 1 „ „

Ocre amarillo 5 ., „

Especial.
Nitroglicerina 90 por 100
Randanita 1 „ „

Subcarbonato de magnesia 1 „ ,.

Sílice especial 8 „ „

DINAMITAS DE BASE ACTIVA ABSORBENTE.

Ha sido muy discutida la conveniencia de los


absorbentes activos, principalmente por Mowbray,
quien, fundado en la rapidez de la explosión de la

nitroglicerina, dice: "Querer aumentar el efecto de


la nitroglicerina añadiéndole substancias
químicas,
tales como el nitrato de potasa ó sosa, el clorato de
potasa, etc., ó bien una materia carbonácea, ele¬
mentos todos que
exigen cierto tiempo para trans¬
formarse en
gases, es tan absurdo como si se qui-
67

siera aumentar la velocidad de una corriente eléc¬


trica agregándole la de una locomotora;,, pero es lo
cierto que esa teoría no ha sido comprobada por los

hechos, que vienen á demostrar que la fuerza del


explosivo y hasta su modo de actuar y la naturaleza
de los gases emitidos, aumentan ó varían considera¬
blemente por la adición de algunos absorbentes es¬

peciales.
A este propósito dice el doctor Charles F. Chand-

ler: "Cuando la pólvora negra hace explosión en con¬


diciones ordinarias, su efecto es lento y progresivo,

y produce temperatura mucho más baja que la de la

explosión de la nitroglicerina. Pero si la explosión


de la pólvora negra se determina por la de la nitro¬

glicerina, aquélla se realiza instantáneamente. La


pólvora se convierte en detonante y produce mayor
temperatura, más gases, y por lo tanto más fuerza
que cuando detona sola. Por lo cual, la fuerza des¬
arrollada por una mezcla de pólvora y de nitroglice¬
rina, igual á la suma de las fuerzas producidas pol¬
es
los dos explosivos.

Según experiencias de Bunsen y Schishkoff, de


la pólvora negra únicamente se aprovecha el 32 por
100 de su peso; es decir, que la explosión sólo trans¬
forma en gases una tercera parte de ella, producién¬
dose ácido carbónico, óxido de carbono, ázoe y vapor
de agua, y el resto es un compuesto de cuerpos sóli•
dos que se pierden, cual el sulfato, carbonato, sul¬
furo é hiposulfito de potasa y nitrato nodescompues¬
to. Estos cuerpos, que son sólidos á la temperatura
68 MANUAL DE EXPLOSIVOS

del rojo blanco, conviértense en gases á más altas


temperaturas, cual la desarrollada por la explosión
de la nitroglicerina, y por lo tanto, el efecto resulta
mayor.

GELATINAS EXPLOSIVAS.

Entre losexplosivos á que esta nueva teoría dió


lugar, son los más importantes la gelatina explosiva,
dinamita-goma ó gelatina-goma y la nitro-gelatina.
La dinamita-goma fué patentada por Nobel en

1871, y se obtiene poniendo en maceración 7 á 10


por 100 de nitrocelulosa soluble (menos nitrada que
el algodón-pólvora) en 90 á 93 por 100 de nitrogli¬

cerina; la nitrocelulosa se disuelve y se forma un


compuesto por combinación, en el cual el oxígeno
contenido en Ja nitroglicerina compensa la falta de

oxígeno bastante de la nitrocelulosa.


Resulta así un
cuerpo gelatinoso, transparente y
elástico de 1'50 á 1?55 de densidad.
Demás estará decir, que antes de la mezcla de la
nitroglicerina con la nitrocelulosa, hay que asegu¬
rarse de
que los dos explosivos son puros, sin seña¬
les de acidez, debiendo someterse aisladamente al
ensayo de resistencia al calor.
Los explosivos de este género más conocidos,
son : la gelignita
y la dinamita gelatina, además de la
dinamita-goma, y su análisis, según P. Gerald San-
ford, es:
DINAMITAS 69

Dinamita- Dinamita-
Gelignita. gelatina. goma.

Nitroglicerina 60'514 71'128 92'94


Nitrocelulosa 4'888 7'632 7'06
Harina de madera. 7'178 4'258
Azotato de potasio. 27'420 16'720
Agua
Agua. „ 0'261

La más potente y más cara de las tres, es la di¬


namita-goma.
El análisis de una buena gelatina explosiva dió
las siguientes clases de nitrocelulosa:
Nit.rocelulosa soluble 99'118
0'640
Algodón-pólvora
Algodón no nitrado.. 0'240

Este ejemplar tenía 11'64 por 100 de Na y O7 25


por 100 de cenizas.
Agregando á la dinamita-goma pequeña cantidad
de bencina, ó mejor de alcanfor, resulta un produc¬
to insensible al frotamiento, al choque de una bala á
corta distancia, etc.; pero no por eso disminuye la
potencia del explosivo, si bien necesita para detonar
un cebo inicial de fulminato seis veces mayor que
el que exige la dinamita ordinaria. Puede hacerse
uso con ventaja, de un cebo especial, formado de
cuatro partes de hidrocelulosa nitrada y seis de ni¬
trocelulosa y nitroglicerina, al que se da fuego me¬
diante una pequeña dosis de fulminato. La cantidad
de alcanfor varía de 1 á 4 por 100, y el producto re-
70 MANUAL DE EXPLOSIVOS

resulta insensible á las detonaciones por influencia,


cualidad que le hace muy recomendable para los usos
militares. Sin embargo de ello, no está muy genera¬
lizado á de exigir esos cebos especiales, que
causa

no siempre
logran producir la explosión.
La dinamita-goma es inalterable al agua, que
sólo produce la disolución de la nitroglicerina en la
superficie, la que toma un color blanquecino. Arde
al aire libre, sin hacer explosión, cuando se opera
sobre pequeñas cantidades. Calentada lentamente,
detona á 204°. Según Berthelot, su fuerza es á la de
la dinamita como 19 á 14; y según el capitán Hess,
como 78 á 56. Entre 1
y 4o se congela y se hace más
peligrosa, y á los 30° C. queda casi fluida y pierde
su principal
mérito.
La composición de la gelatina de guerra es:

Gelatina explosiva . . 96 por 100


Alcanfor 4 „ „

NITROGEL ATINAS.

Con el nombre de ni tro gelatinas, se conocen los


explosivos en que á la nitroglicerina y nitrocelulosa
se mezclan otras materias.
El ideó esta combinación fué Sir
primero que
Fred. Abel, quien sacó patente en Inglaterra el 24
de Diciembre de 1867 para un
explosivo que llamó
glyoxilina, de fácil fabricación y de empleo práctico
las minas. Es fulmicotón
en un
ligeramente nitrado
y después impregnado de nitroglicerina.
DINAMITAS 71

Por el mismo tiempo, M. Trauzl había ideado en


Austria la absorción directa de la nitroglicerina
mediante un fulmicotón hecho pastoso por adición
de 15 por 100 de agua; pero el producto no reunía
condiciones prácticas.
En 18G8 patentó en Inglaterra Mr. Clark un pro¬

ducto análogo, con el nombre de glicero-pyroxilina,

que preparaba nitrificando simultáneamente la gli-


cerina y la nitrocelulosa, para lo cual trataba por
una mezcla, en proporciones convenientes de ácido

sulfúrico y nítrico, las fibras vegetales impregnadas


de glicerina.
El primero que preparó la nitrogelatina en con¬

diciones industriales fué M. Ditraar, el año 1869,


bautizando al explosivo con el nombre de duadna. La
dualina -de Charlottenbourg (Suecia), tiene la si¬
guiente composición:

Nitroglicerina 50
Nitrocelulosa de madera 30
Nitrato de potasa 20

En 1872, el sueco Beckman, patentó la sebastina,


compuesta de nitroglicerina, nitrocelulosa, de una
pólvora ternaria y de otros diversos ingredientes; y
por último, en 1876, M. Nobel dió á las nitrogelati-
nas su forma actual, gelatinizando la nitroglicerina

por medio de una nitrocelulosa soluble, y aglomeran


do en pasta el producto obtenido, mediante adición
de harina de madera y salitre finamente pulverizado.
72 MANUAL DE EXPLOSIVOS

La
proporción de estos elementos es variable. En
Inglaterra guardan la siguiente:
N.° 1. N.° 2.

Nitroglicerina gelatinizada 65 45
Mezcla seca 35 55

Nitroglicerina gelatinizada.
Nitroglicerina 97'50
Nitrocelulosa soluble 2'50

Mezcla seca.

Nitrato de potasa 75
Harina de madera 24
Carbonato de sosa 1

Las nitrogelatinas son preferibles á las dinami¬


tas, porqueresisten mejor el calor y la humedad,
tienen plasticidad y exudan más difícilmente la ni¬
troglicerina. Su efecto explosivo, á dosis iguales, es
mayor que el de la dinamita. Tienen el inconve¬
niente de que el detonador de fulminato no
produce
siempre la explosión completa, sino que frecuente¬
mente hay dispersión de materia.

EXPLOSIVOS SIN LLAMA.

Las dinamitas y
nitrogelatinas ofrecen el mismo
inconveniente que la pólvora ordinaria
para el tra¬
bajo en ciertas minas, ó sea la elevada temperatura
DINAMITAS 73

y la llama, que producen la inflamación del grisou,


ocasionando terribles accidentes.
De aquíque se haya puesto gran empeño en in¬
ventar explosivos de baja temperatura de combus¬
tión yexplosivos sin llama, cosa que actualmente
se en las aplicaciones á las armas
persigue también
de guerra, después de haber suprimido ya el humo.
Aguzando el entendimiento, se han conseguido gran¬
des adelantos en esta materia. Fundándose en la
temperatura relativamente pequeña á que se produ¬
ce ladescomposición del nitrato de amoniaco, se en¬
sayó substituir por él los de potasa y sosa, que solían
entrar en la composición de las nitrogelatinas. Se lo¬

graron así explosivos de poca llama pero de menor


fuerza. Consiguiéronse satisfactorios resultados, mez¬
clando á las dinamitas ó nitrogelatinas, sales que re¬
tienen en combinación una parte de su agua de cris¬
talización, agua que se separa á temperatura poco
elevada, cual son los sulfatos de sosa, magnesia, alú¬
mina y hierro; los fosfatos de sosa y de magnesia;
el carbonato de sosa; el bórax; el alumbre y otras.
Entre ellas, parece ser de las mejores el carbonato de
sosa á 10 equivalentes de agua, y el sulfato de mag¬

nesia á 7 equivalentes de agua. En 1887 patentó


M. Muller de Cologne, las grisoutitas, mezcla de la3
dinamitas ordinarias con 50 por 100 de su peso de

alguna de las sales enumeradas. La grisoutita al


carbonato de sosa, contiene próximamente el 30 por
100 de agua, y la grisoutita al carbonato de magne¬

sia el 25 por 100; pero si es cierto que estos explosi-


74 MANUAL DE EXPLOSIVOS

vos dan poca llama, también lo es que su rendimien¬


to útil es
muy escaso, y si se pretende aumentarlo
dándoles mayor proporción de nitroglicerina, reapa¬
rece de nuevo el inconveniente de la llama.
La Comisión francesa de
explosivos, hizo que es¬
tudiase especialmente este asunto una subcomisión,
presidida por Mr. Mallard, que realizó experiencias
con las materias
siguientes: fulmicotones de guerra
y de mina, dinamita núra. 1, dinamita al amoniaco,
gelatina explosiva, explosivo Favier, hellhofita, pól¬
vora
pyroxilada de Moulin Blanc, pólvora pyroxila-
da de Wetteren, tonita, grisoutita y bellita.
Como consecuencia de ese estudio, declaróla Co¬
misión, en cuenta de 5 de Julio de 1888, que los ex¬
plosivos más recomendables, bajo el punto de vista
de la seguridad, son las mezclas binarias del nitra¬
to de amoniaco con un
agente tal como la dinamita,
el fulmicotón y la nitrobencina.
Este último explosivo, de base de nitrobencina,
se conoce con el nombre de bellita
(1).
En otra cuenta de la misma
Comisión, de 8 de

(1) Patente de Carlos Lamm, 1886. Se fabrica en Rcetebro, cerca


de Stockolm. Se compone de:

Nitrato (amoniaco, potasa, sosa ó barita) 4 á 5


Hidrocarburo fuertemente nitrado (binitro-
benciua y trinitronaftalina) 1

Según la Comisión, este es el explosivo que da menos llama. Para


t

fabricarlo se reducen á polvo las dos substancias


las mezcla ín¬
y se
timamente tonel giratorio, que puede calentarse á vapor has¬
en uu

ta 100°. Entre 90 y 100° se funde el hidrocarburo y envuelve


comple-
o
DINAMITAS 75

Noviembre de 1888, se recomiendan las mezclas si¬


guientes:
1.a Dinamita 20 por 100 y nitrato de amoniaco 80
por 100.
2.a Fulmicotón 15 por 100 y nitrato de amoniaco 85
por 100.
3.a Mononitronaftalina 9'15 por 100 y nitrato de
amoniaco 90'85 por 100.
4.a Nitrato cupro-amoniaco 20 por 100 y nitrato de
amoniaco 80 por 100.
5.a Bellita.

Las cuatro primeras constituyen explosivos muy


débiles. La bellita resulta más ventajosa.
á obtener seguridad completa, si
Puede llegarse
á la vez aplican los explosivos de poca llama
que se
se emplean cartuchos al agua Setle, ó los tacos de se¬

guridad Chalón. En los dos casos, el explosivo resul¬


ta ó por una materia apaga-fuegos,
envuelto por agua,
que detiene las llamas y las partículas incandescen¬
tes, antes que éstas sean proyectadas por la detona¬
ción fuera del barreno.

tamente las partículas de nitrato, que se encuentran así protegidas


contra la humedad. Antes de enfriarse completamente, se la puede
moldear en cartuchos.
Después de enfriada la masa, queda solidificada y se puede rom¬
per con martillo sin ningún peligro, ó emplearla en estado de pol¬
,

vo, si se prefiere. Explota al aire libre lo mismo que en las minas atra¬
cadas, en cartuchos comprimidos, por sim¬
estado pulverulento ó en
ple aplicación de un detonador de medio gramo de fulminato. Puede
ser fabricada, manipulada y transportada sin peligro, porque no de¬

tona por choque ni frotamiento, ni al contacto del fuego ó llama.


76 MANUAL DE EXPLOSIVOS

FABRICACIÓN.

Después de elegido el absorbente, de las condi¬


ciones que ya hemos señalado,
hay que proceder á
su
calcinación, para lo cual se le coloca en un horno
de reverbero, extendiéndolo sobre el suelo del mis¬
mo en
capa de 8 á 10 cm. de espesor, la que se re¬
mueve con un
hurgón de hierro, La temperatura
debe elevarse al rojo, con objeto de que se quemen
las materias orgánicas que la tierra absorbente lleve
mezcladas. Según el grado de humedad de ésta
y la
cantidad de materias orgánicas que encierre, así
hay
que prolongar más ó menos la duración de la calci¬
nación del absorbente, dándola por terminada, cuan¬
do sólo contiene 0'5 por
100 de agua y de impure¬
zas. En
seguida sufre una trituración entre dos ci¬
lindros de hierro que giran en sentido inverso con
pequeña velocidad, y debajo de ellos hay un tamiz
de malla estrecha, en el que cae.
Después se le alma¬
cena en sacos en
lugar seco.
La nitroglicerina ha de estar pura y libre de
agua. Se la mezcla con el absorbente en depósitos de
plomo de 0'50 m. de profundidad y de 0;65 á 1 m. de
lado. Cuando el poder absorbente es
muy grande, la
dinamita obtenida resultará muy seca y
con tenden¬
cia á desmigajarse; para evitarlo se le agrega
un 1
por 100 de sulfato de bario. Vertida la nitrogliceri¬
na sobre el absorbente bien
tamizado, se remueve
hasta que resulte una pasta seca, pulverulenta y de
DINAMITAS 77

color uniforme, en cuyo estado se la empaqueta en


cartuchos, operación que se efectúa en casetas en¬
terradas, rodeadas de montículos, y que no conten¬
gan más que un solo aparato cada una. Estos consis¬
ten en un cilindro de bronce del diámetro del cartu¬
cho que se quiere construir, dentro del cual entra un
atacador, también de bronce. Una vez efectuada la
compresión de la dinamita, se envuelven los cartu¬
chos en papel pergamino, y de diez en diez minutos
se transportan los que baya hechos al taller de em¬

balaje, donde se les coloca en cajas de cartón de á


cinco libras, que á su vez se van empacando en ca¬
jones de madera forrados de caoutchouc, cujeas ta¬
pas se fijan con clavos de bronce ó de zinc. A las ca¬
jas se les pone una etiqueta que indique el peso y la
calidad de la dinamita que contienen.
Mientras se tenga almacenada la dinamita, hay
que cerciorarse frecuentemente de que no ha sufrido
descomposición, sometiendo algunas muestras al en¬
sayo do resistencia al calor. Otra prueba necesaria
consiste en cortar un trozo de cartucho de una pul¬
gada de longitud, el que'se coloca dentro de una
campana de cristal, juntamente con un vaso de agua.
Al cabo de muchos días y aun de muchas semanas,
no deben presentarse trazas de exudación si la dina¬
mita es buena.
La fabricación de las gelatinas explosivas requie¬
re
aparatos más complicados.
Ante todo, ha de tenerse gran cuidado de que la
nitrocelulosa que se emplee no contenga algodón-pól-
78

vora, poique no siendo soluble, subsistiría después


en el
explosivo obtenido. Tampoco debe contener al
godón no nitrado en cantidad mayor de O'5 por 100.
La proporción de ázoe no será nunca inferior al 11

por 100. No ha de contener arena, ni substancias aná¬


logas, y la cantidad do cenizas y residuos no debe
pasar de 0'25 por 100.
Como la nitrocelulosa se conserva húmeda en al¬
macenes, y para aplicarla á la fabricación de las ge¬
latinas explosivas no debe tener ni señales siquiera
de humedad, hay que empezar por
secarla, lo que se
realiza en una estufa á 40° de temperatura durante
una hora, computándose la humedad perdida por la
disminución de peso. La humedad inicial suele ser
de 20 á 30 por 100. Por desecaciones sucesivas se

llega á conseguir que no tenga más del 0'25 á 0'50


por 100.
El local
destinado á la peligrosa operación del
secado, debe construirse todo de madera, de doble
pared, rellenando el hueco con ceniza ó materia
poco conductora. El techo estará recubierto de fiel¬
tro. El algodón se coloca* sobre telas metálicas de

alambre de bronce ó cobre, en capas de 5 cm. de es¬


pesor, y así dispuesto, se le somete á la acción de
una corriente de aire caliente. De vez en cuando se

le da vuelta con la mano con


objeto de que todo él
reciba por igual la acción del calor. El local se calien¬
ta al agua y hay que tener cuidado de que los tubos
no presenten ninguna superficie libre dentro del ta
11er, porque de lo contrario, las partículas de algo lón
DINAMITAS 79

que se desprenden cada vez que se remueve la masa,


se depositarán sobre ellos, calentándose y adquirien¬
do extremada sensibilidad explosiva. Por la misma
razón hay que cuidar que el piso esté siempre muy
limpio barrido diariamente con gran esmero; sacu¬
y
dir el polvo de los rebordes de las ventanas con un

cepillo, y arrancar suavemente los depósitos que se


formen en los ángulos, etc. El suelo debe recubrirse
de linoleum, para amortiguar los choques eventuales,

y los obreros dejarán su calzado en un local anexo á la


entrada, poniéndose alpargatas ó zapatones de fieltro
y cuidando de no llevar al interior tierra ni chinas.
Un termómetro avisador automático, embebido en
el algodón-pólvora, señalará su temperatura, y otro,
colocado en el centro del taller, indicará la del am¬
biente, que no podrá exceder de 40°. Importa mucho
vigilar el taller esté perfectamente ventilado.
que
Concluido el secado, si el algodón no presenta
suficiente grado de finura, hay que someterle á un
tamizado, cuidando de que no absorba humedad du¬
rante esta operación, para lo cual se hace fuera del

contacto del aire. La nitrocelulosa se coloca en se¬

guida en recipientes forrados de zinc ó en sacos de


caoutchouc.
La mezcla de la nitrocelulosa con la nitrogliceri¬

na pura y libre de humedad, se efectúa en depósitos


de doble pared forrados de plomo, sosteniendo la
temperatura sin pasar de 40 á 50°, subiendo algo
más si se hace difícil la disolución por causa de la
humedad contenida en la nitrocelulosa ó por otro mo-
80 MANUAL DE EXPLOSIVOS

tivo, pero en este caso con gran prudencia. Se re¬


mueve la masa con una pala de madera durante me¬
dia hora á fin de producir la gelatinización. La tem¬
peratura se obtiene haciendo circular agua caliente
por el espacio queda á virtud de la doble pared.
que
Si la temperatura que se desea conseguir es de 40°,
la del agua será de 60°, y si de 50° habrá
que em¬
plear agua á 80°, datos que variarán, sin embargo,
con el clima
y las circunstancias de la fabrica. No
puede efectuarse en frío la gelatinización sin añadir
un
disolvente, cual el acetono, el éter acético, el al¬
cohol methylico ó el ethylico; estos líquidos, á ex¬

cepción del acetono y del alcohol methylico, son de


elevado precio, pero permiten obtener productos
como la cordita, menos sensibles á la percusión
que
las gelatinas ordinarias y cuyo punto de congelación
es más
bajo. Varios recipientes pueden funcionar en
el mismo taller, ligados entre sí por una distribución
de agua caliente, dispuesta de manera,
que pueda
cortarse instantáneamente la circulación
y reempla¬
zarla por la de agua fría en el momento en
que se vea
que la temperatura de la mezcla sube con exceso del
límite señalado. El mejor medio de asegurar la cons¬
tancia de la temperatura, consiste en tomar el agua
caliente de un depósito de gran capacidad de 1'75 á
2 m. de profundidad, colocado en el exterior del ta¬
ller y alimentado automáticamente, el cual se calien¬
ta á vapor. Un termómetro flotante sobre la
superfi¬
cie del líquido, señalará permanentemente la
tempe¬
ratura. Concluida la disolución de la nitrocelulosa,
81

presentará la gelatina un aspecto semitransparente y


se conduce la masa
á la mezcladora, \ \\ j\\
'
aparato construido \4 w/fl W
todo de bronce du- VA \ j y\
ro ó bronce fosfo- YV \\
roso, pues liaj- que Y ñ % (1
tener en cuen ta que V| Wj'ÉL-
siempre deberá a

evitarse el contac-
'ij|^«^g|jjp5
to de toda pieza de \á0~- '> MÉfa í
hierro con la pasta. 11 \i
El tratado de
los nitroexplosivos /
ford, recomienda Pi^ ga
la amasadora de Mezcladora Warren and Pfleiderer,
MM. Warren y H. B. Aparato de mano para
miento.
cambiar el movi-
Pfleiderer, figuras L. Palanca para sacar la mezcla de la artesa.
8.a y 9.a Se compone de una artesa ó pilón, dentro
del cual se mueven en sentido in-
verso ejes, con velocidades
dos
que están en la relación de una á
dos. Sobre estos ejes van monta¬
das unas paletas especiales, que
pasan muy cerca del fondo de la
artesa en cada rotación y que ase¬

guran la perfecta mezcla de la


pasta.
T7i i i T\r íurm i ,
FiS- 9,a
Mecanismo y vista
i—'1 cip£ir£ltO CÍ6 JXl.. iu ÍA/0 U61 tSj de las paletas mezcladoras.
MANUAL DE EXPLOSIVOS

qne Sandford describe, tomándolo del Journal of Ule


Society of chemical Ivduatry, 1890, está representado
en las
figuras 10.a y 11.a

Fig. io.a
Mezcladora M'Roberts.

En el cnrso de este
amasaje, es cuando se agre¬
ga la harina de madera ó el salitre, si se trata de fa¬
bricar la gelignita ó la gelatina-dinamita. En
Ingla¬
terra la harina de madera del
pino, del ála¬
se saca

mo, chopo, tilo, abedul ó haya. Se obtiene del modo


siguiente: quitadas del árbol la corteza y las raíces,
se sierra el tronco en
tablas, de las cuales se arran¬
can los nudos, y en seguida se las somete á un apa-
DINAMITAS 83

rato que las rompe en trozos, cuya longitud no exce¬


da de una pulgada; estos trozos se trituran y des¬
menuzan haciéndolos
pasar entre dos cilin¬
dros dentados, y des¬

pués se les echa en


cubas que contienen
una solución de bisul¬
fito de sosa y ácido
sulfúrico muy diluido:
sometidos á la ebu¬
llición, bajouna pre¬
sión de 90 libras por Corte horizontal
de la mezcladora M'Roberts.
pulgada cuadrada
(6'325 kg. por cm.2) durante diez ó doce horas, se
saca el producto y se lava y blanquea. El rendimien¬

to suele ser de 45 por 100 para el abedul y 40 para

el pino. El análisis de algunas harinas de las más


usadas, da la siguiente composición:
íAbedul. Haya. Tilo. Pino. Álamo.
Celulosa 55'52 45'47 59'03 56'99 62'77
Resina 1'14 0'4L 3'93 0'97 1 '37
Extracto acuoso. 2'65 2'47 3'56 1'26 2'88
Agua 12'48 12'57 ÍO'IO 13'S7 12' 10
Principio leñoso. 28'21 39'14 29'32 26'91 20'88
Después de agregar las cantidades marcadas de
harina de madera y de salitre, se amasa el conjun¬
to durante media' hora por lo menos. La amasadora

puede moverse á mano ó por medio de correas, á 20


84 MANUAL DE EXPLOSIVOS

ó 30 vueltas por
minuto, y los cojinetes deben en¬
grasarse con esmero y examinarse minuciosamenre,
para que no quede entre ellos ni la más leve porción
de explosivo. Terminada la incorporación sin que
ya se note ninguna partícula de harina ni de salitre
en la masa, se pone ésta en cajas
de madera para
transportarla al taller de encartuchar.
Consiste el aparato destinado á esta delicada
operación (fig. 12.en un cono de bronce ó de la¬

Fig. 12.a
Aparato para cargar cartuchos de gelatina explosiva.

tón, en el que se mueve una hélice montada sobre


un
eje. Los cojinetes en que gira están fuera, de
modo que no puedan hallarse en contacto con la
ge¬
latina, la cual se 6cha dentro del cono por un embu¬
do superior, de manera
que al dar vueltas al manu¬
brio la hélice va llevando la
gelatina hacia la punta
del cono, cuyo diámetro varía según el del cartucho
que se desea obtener; de este modo se forma una
especie de longaniza, que se va cortando en trozos
de la longitud conveniente
por medio de una plan¬
tilla de madera dura. Los cartuchos se envuelven
DINAMITAS 85

en papel pergamino y se les coloca en cajas de car¬


tón, que se embalan en cajas de madera forradas de
caoutcliouc y perfectamente cerradas con tornillos ó
clavos de latón ó zinc.
Antes de cerrarlas, es necesario retener las mues¬
tras destinadas á las pruebas de resistenciaal calor,
de licuefacción y de exudación. Conviene guardar
en almacenes un cartucho de cada caja que se venda,

para acreditar las condiciones de su contenido en


caso de accidente ó averia.
La prueba de licuefacción, tiene por objeto asegu¬
rarse deque la gelatina puede aguantar, sin licuarse
una temperatura elevada, por ejemplo, la que existe
en las bodegas á bordo de los buques de vapor. Se
practica cortando de un cartucho de dinamita un ci¬
lindro de igual diámetro que altura, el que, sujeto
con unas pinzas, se coloca sobre un papel y se le

expone á una temperatura de 30 á 40°, durante cien¬


to cuarenta y seis horas, sin que por ello deba dismi¬

nuir la altura del más de 6 mi¬


pequeño cilindro en
límetros; además, sus dos bases han de permanecer
perfectamente limpias, sin que ninguna señal de ni
troglicerina se delate sobre el papel.
El ensayo de exudación, consiste en congelar y
deshelar tres veces consecutivas una muestra de ge¬

latina, sin que exude nitroglicerina.


86 MANUAL DE EXPLOSIVOS

CAPÍTULO V.

Nitrocelulosa.

Generalidades. —Algodón-pólvora.—Variedades. — Sistemas


de nitrificacion.—Método de M. Vieille.—Su representación
gráfica.

La acción de la mezcla sulfonítrica sobre la


des¬
trina, la goma arábiga, los almidones, el algodón y
la celulosa de
madera, da lugar á productos explo¬
sivos.
De todos ellos, el más conocido y que mayor apli¬
cación ha adquirido, así en los usos militares como
en la minería, es la celulosa nítrica, nombre sinóni¬
mo de los de
algodón-pólvora, pólvora-algodón, ful¬
micotón, y en general, de los pyroxilos, que compren¬
de la V clase de la clasificación del Teniente Coro¬
nel Cundill.
También entran esta
en
agrupación los colodio¬
nes
fotográficos, la celuloide, la seda artificial y otros
cuerpos que tienen por base la celulosa nítrica.
Actualmente, el algodón-pólvora se aplica mucho
en Marina para la carga de los
torpedos y en Arti¬
llería para la de petardos
y proyectiles de ruptu¬
ra, que son lanzados por lo3 cañones; pero su más
87
N IT ROCE LULOS A

grande desarrollo arranca de emplearse como primera


materia para fabricar las pólvoras sin humo, que tanto
éxito suponen en el arte de la guerra, y las dinami¬
tas-gomas y las grisoutinas, que tan grande adelanto
producen en la minería.

VARIEDADES DE LA CELULOSA NÍTRICA.

Cada una de las múltiples aplicaciones requiere


una clase especial de nitrocelulosa. Todas ellas se
obtienen tratando el algodón por la mezcla sulfo-
nítrica, y obedecen á la fórmula general

C!4 H40 O20 + n A z O3 H = n (H2 O) +


C24 R4Ü — n (Az02)a O20.

En esta fórmula, n puede tener losvalores 1, 2,


3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, y según éstos sean, se llega
á la clasificación que sigue:
éalcoh. Soélueetbaecn-slr eteaeln¬rl dgiseslaotilnn-z vers. démebásisl.
Séoetl}nbprólvos-í.t,j'l"sceoluobnmi>ltar. pólvo¬ coldin. fria-1(Llddoaiscaeió¬n disolnveeajcrtiónn elas.
acé- algu¬ y cohol.
tico ventes
( et r | Se
i 1 '

Algodó-n ra

Algodó-n ra

Algodnes ^et>
Los
sobre
na

cm.3

ázoedesarold
77

Volumen
7? 77

p.
77 77
77
77

de

Ipor
bdióxeido
214 203 190 178 162 146 128 108

dCeluendocsaaítri. ecanítri. enaítri.c octníri.a heptaníric. hexanítric. pentaíric. teraníic. triníca dinítrca monítrica pura
11 10

9

8

7

6

5

4

3

2

1

0

89

Es imposible obtener en la práctica, aisladamen¬


te, nitrocelulosa de una de estas clases. La nitración,
siempre da mezclas de nitrocelulosas de varios gra¬
dos (dos ó más variedades vecinas), así que bajo el
aspecto industrial, no se clasifican los productos
obtenidos con endecanítrica,
los nombres de celulosa
decanítrica, etc., sino con los de algodón-pólvora pro¬
piamente dicho, en el que la proporción de ázoe se
aproxima más al máximum teórico, y se encuentra
por lo tanto comprendida entre 200 y 210 cm.3 por
gramo; en colodiones superiores, en los cuales la pro¬
porción de ázoe varía entre 195 y 180 ctn.3; en colo¬
diones inferiores, cuya proporción de ázoe varía entre
170 y 180 ctn.3, y en algodones friables ó de débil ni-
trificación.
El algodón-pólvora propiamente dicho, es teóri¬
camente insoluble en el éter sulfúrico alcoholizado,
pero en realidad contiene siempre algunos productos
mencs dejan también resi¬
nitrados. Los colodiones
duos insolubles, que denuncian la presencia dé algo¬
dón no atacado, sea de los friables ó de otra clase
más nitrada.
Para clasificar un algodón nitrado no basta, por

lo tanto, conocer la proporción de ázce que contiene,


sino su grado de solubilidad en el éter alcohol. Los
diferentes colodiones solubles, se distinguen además
por la mayor ó menor viscosidad de la disolución ob¬
tenida. Esta propiedad tiene mucha importancia en el
empleo de los colodiones, así que daremos á conocer
más adelante el procedimiento para determinarla.
™!
90 MANUAL DE EXPLOSIVOS

En cuanto al método de nitrificación y á los re¬


sultados obtenidos, parécenos conveniente describir
el resumen de los estudios realizados por Vieille, el
año 1S83 (1).

MÉTODO DE M. VIEILLE.

En experiencias de 1883, siguió M. Vieille


sus

dos procedimientos distintos de nitrificación. En uno


de ellos, hizo uso de mezclas formadas sólo por ácido
nítrico y agua, y en el otro les agregaba proporciones
variables de ácido sulfúrico. Con esta última mezcla,
ó sea la dd ácido sulfúrico monohi Iratado
(HO, SO3),
ácido nítricomonohidratado(AzO5, HO) y agua(HO),
pueden obtenerse combinaciones, que es
numerosas
fácil agrupar en forma gráfica: variando las pro¬
porciones de dos de estos elementos y dejando fijo
el tercero, cada mezcla se encontrará definida por
dos números, y es, por lo tanto fácil, tomar uno
de ellos por abscisa y el otro por ordenada en un
sistema rectangular, lo que nos dará representada
cada mezcla por un punto. Las mezclas distintas que
den origen á los mismos productos quedarán así

agrupadas por zonas, cuyo conocimiento facilitará en


la práctica la obtención de una celulosa nítrica de-

(1)A los que deseen detalles más completos de este asunto, les
recomendamos lean las experiencias realizadas en la fábrica de

pólvoras d'Angouleme, publicadas en el Memorial des puudres el


salpelres.
91
NITROCELULOSA

terminada, bien sea bien obtenida por ácidos nuevos,


la queresulte del aprovechamiento de los ácidos ya
usados, provenientes de otra nitrificación anterior.
En todas las experiencias M. Yieille hizo uso de
ácido sulfúrico de 1'832 de densidad, correspondien¬
te, según las .tablas especiales, áun grado aeromé-
trico de 65'5° Beaumé con 8 por 100 de agua próxi¬
mamente, y de ácido nítrico á i '316 de densidad, que
se supone desembarazado de toda traza de vapores

nitrosos, debiendo marcar 34'6° Beaumé y contener


50 por 100 de agua.
Partiendo de estas cifras obtuvo la siguiente
tabla:
i

Proporción de las mezclas

dNúemero exp¬ riencas.


las
a cido
snlfútico nítrico
lio, SO3 AzO\ HO
AcHo
Agua
HO
dAperzo¬ole doub¬cto tenido. OBSERVACIONES

100 IM'1 21 '7 195'9


1
2 15'5 24'3 190' L
11

19'5 28'2 184'6


3 11

4 22'9 3L'7 185'5


11

26 34'8 182'81 No
5 ?? se determi¬
6 11
27'8 36'5 164 1 nó la solubi¬
30 38'6 166*7 lidad.
7 11

8 32'4 41*1 166 í


11
35'4 44'1 141 '2
9 11
39 47 '6 143'5
10 55

11 41 d 9' S 133*2
11

12 43'3 51 '9 132'7


11

Aplicando el sistema de representación adoptado,


esta tabla se traduce gráficamente en la figura 13.a
92 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Ea ella, todos los puntos representativos de las


12 mezclas, se encuentran sobre una misma línea
recta ab, puesto que ellos han sido formados por un
mismo ácido nítrico á 34 '6o Beaumé. Esta línea recta
tiena 45° deinclinación, conteniendo el ácido elegido
igual proporción de agua que el ácido monohidra-
tado; parte del
punto a corres¬
pondiente al
8 por 100 de
agua, cantidad
que es precisa¬
mente la apor¬
tada por las 100
partes de ácido
W ¡3 5 73 so is ic ¿i ¡5"
sulfúrico á las
cuales han sido

Fig. 13.a relacionadas


las proporcio-
nes de los otros componentes en todas las mezclas.
Fuera de esta línea, existen infinidad de
puntos
correspondientes á las mezclas cuya acción sobre el
algodón no ha sido estudiada por M. Vieille. Em¬
pleando en concurrencia con el ácido sulfúrico á
65*5° Beaumé ácidos nítricos de
mayores gradua¬
ciones, obtendrán mezclas representadas por pun¬
se
tos que vendrán á colocarse sobre las líneas ac, ad,
etcétera, partiendo del mismo punto a y más ó menos
inclinadas, según la proporción de agua que conten¬
ga el ácido empleado. En la práctica el límite será
93
NITROCELULOSA

la línea af, correspondiente al ácido á 48° Beaumé,


que es el más fuerte que se obtiene en fabricación co¬
rriente, y que todavía contiene 10 por 100 de agua.
Este estudio tiene, según vamos á ver, gran im¬
portancia bajo el punto de vista iudustrial.
04 MANUAL DE EXPLOSIVOS

.
CAPÍTULO VI.

Fabricación del algodón-pólvora.


Elección del Rigodón. - Examen y ensayo de la materia prima.—De¬
terminación de las grasas, materias solubles y cenizas.— Poder
absorbente.—Condiciones que ha de reunir para la fabricación de
pólvoras sin humo.

Una de las cosas más esenciales para


la fabrica¬
ción del algodón-pólvora la elección del algodón.
es
Conviene mucho que su poder absorbente sea muy
grande, porque de lo contrario se saturará parcial¬
mente, la nitración será incompleta y por exposición
ulterior al aire se
descompondrá con gran facilidad.
Paraconseguir buenos resultados es preciso que
el algodón se halle absolutamente despojado de acei¬

tes, grasas ó de cualquiera otra substancia protectriz,


que no sólo disminuiría su poder absorbente, sino
que favorecería la descomposición. No debe tener
tampoco nudos, trenzas, mazorcas, películas, granos,
etcétera (1).
Por regla general, se aplican á la fabricación de
la piroxilina los despojos del hilado de las fábricas

(I) Charles E. Munroe.—The Journal of Ihe American Chemical So-


ciely.
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 95

de tejidos, porque esta primera materia es de bajo


precio, y además la forma en que se obtiene facilita
las manipulaciones. De otra parte, á causa de la com¬

pacidad de este algodón ya trabajado, la cantidad de


aire que con él pasa al baño nítrico es menor que la

que llevaría otro algodón que no* hubiese sido some¬


tido á la manufactura, pero también se comprende
que esta clase de algodón lleva anexas ciertas canti¬
dades de aceites, grasas y substancias diversas, que

hay que eliminar antes de la nitraeión.


El examen y ensayo del algodón destinado á la

fabricación del fulmicotón, comprende, por consi¬


guiente, varias operaciones que vamos á describir.
1 a Examen visual.—Para determinar el color, el

grado de limpieza, la presencia de nudos, mazorcas


y cuerpos extraños y la longitud y resistencia de las
fibras.
2.a Olor. — Que denuncia por lo general la pre¬
sencia de aceites y grasas.
3.a Humeilad.—Se determinará secando á 100° G.
un pese conocido de algodón, hasta obtener pesadas
constantes.

4.a Materias solubles en el éter de petróleo.—Se em •


plea un éter de petróleo que hierva de 50 á 80° C. y
se somete á su acción, en un aparato Soxhlet, un peso
conocido del algodón que se quiere probar, llevando
la operación hasta el agotamiento, esto es, hasta la
extracción completa de las grasas que pueda conte¬
ner la muestra de algodón, lo que se conocerá al ob¬

tener peso constante.


96 MANUAL DE EXPLOSIVOS

La de
proceder es como sigue: Colócase
manera

la muestra de
algodón, cuyo peso varía de 1 á 1'5
gramos, en un cestillo de hilo de vidrio, el cual se
introduce en el aparato de extracción Soxhlet. Des¬
pués de diez agotamientos sucesivos, se retira el ces¬
tillo y se pesa. Se le vuelve á colocar en el extractor
y se procede á cinco agotamientos. Esta ope¬
nuevos
ración se repite hasta obtener un
peso constante.
La capacidad del extractor es de 40 cm.3
para cada
agotamiento.
El éter de petróleo disuelve todas las materias
grasas, así las que por su naturaleza contiene el al¬
godón, como las que recogiera en los tratamientos á
que haya sido sometido.
5.a Materias solubles en la sosa cáustica.—Un peso
conocido del algodón que se ensaya, se agota por
ebullición, durante ocho horas, en una solución alca¬
lina que contenga 17'305 g. de sosa cáustica por litro
de agua (35 libras por 200 galones). Esta solución es
precisamente la que se emplea para blanquear el algo¬
dón la fabricación de la
en
piroxilina. Al cabo de las
ocho horas se decanta el líquido, se filtra el algodón,
se lava con
agua hirviendo hasta que las aguas del
lavado sean neutras
y finalmente se seca y se pesa.
6.a Cenizas.—Para determinarlas se pesa 1 á 175
gramos de algodón, que se coloca en un crisol de pla¬
tino también pesado. Se recubre entonces el
algodón
con una capa de parafina fundida, la que se inflama,
y cuando la combustión ha concluido se calcinan los
residuos hasta obtener un peso constante.
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 97

7.a Poder absorbente con relación al agua. — Se


toma una cantidad determinada de algodón y se echa
en agua destilada. Se anota el instante en que toca
el algodón á la superficie del líquido y aquel en que
se sumerge absorbido el agua por
después de haber
capilaridad. El algodón destinado á la fabricación de
pólvoras sin humo, debe sumergirse á los dos minu¬
tos. Estos ensayos han de hacerse, no sólo con el al¬

godón tal como llega á la fábrica, sino después del


tratamiento por el éter de petróleo, después de la
desecación y aun de la ebullición con la sosa cáusti¬
ca. En todos los casos se debe operar sobre algodón
seco. El diámetro del recipiente suele variar de 8
á 15 cm. y la temperatura del agua de 20 á 25°. Es¬
tas diferencias no alteran los resultados, ni tampoco *

la forma y dimensión que se haya dado al escanti¬


llón que se ensaya. Lo esencial es servirse de agua
destilada, cuya superficie esté completamente limpia.
El tiempo que tarda el algodón en sumergirse

hasta el fondo de la vasija, varía con cada muestra


de un mismo producto. Por el contrario, el tiempo
necesario para la imbibición completa, es decir, el
tiempo que tarda la substancia en atravesar la su¬
perficie libre del liquido, es sensiblemente constan¬
te para una clase determinada de algodón. El he¬

cho de que el algodón, una vez empapado de agua,


permanezca algunas veces en la superficie del líqui¬
do, es debido á que alguna burbuja de aire se aloje
entre su masa ó á que una parte del escantillón no
haya absorbido el agua. Este último caso es fácil de
98 MANUAL DE EXPLOSIVOS

descubrir, porque la parte de algodón no absorben¬


te permanece opaca,mientras que el resto queda
transparente. En general, cuando la absorción no
empieza á producirse desde el principio del contac¬
to, no se realizará ya del todo, así que algunas mues¬
tras pueden mantenerse veinticuatro horas sobre la

superficie del agua sin retener la menor señal de


humedad.
Nos parece útil insertar los resultados de los en¬
sayos hechos Munroe sobre cinco algodones di¬
por
ferentes destinados á la fabricación del fulmicotón,
que completarán la enseñanza en este importante
asunto.

Algodón núm. 1.—Color ligeramente amarillento.


Exento de nudos y de películas. Hilos bastante lar¬
gos y un poco enmarañados. No contiene materias
extrañas. Fibra muy sólida. Ligero olor á aceite.

Algodón núm. 2.—Color ligeramente amarillento,


y en todo lo demás muy semejante al núm. 1. Muy
poco olor á aceite.
Algodón núm. 3.—Color amarillento. Hilos bas¬
tante largos y menos enmarañados que los de los

números 1 y 2. Fibra sólida. Olor á aceite muy


marcado.
Algodón núm. 4.—Color blanco. En parte com¬
puesto de hilos bastante largos y de fibras aisladas.
Esta muestra había sufrido, sin duda, un tratamiento

especial. Exento de nudos y de películas. Algunas


manchas do herrumbre. Muy ligero olor á aceite.
Algodón núm. 5.—Blanco. Exclusivamente com-
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 99

puesto de libras aisladas, de 3 mm. de longitud. Esta


muestra también había sufrido un tratamiento espe¬

cial. Exento de nudos y de películas. Algunas man¬


chas negras. Muy ligero olor á nafta.
Las dosis de humedad, cenizas, materias solu¬
bles en el éter do petróleo y en la sosa cáustica para
estos cinco escantillones, fueron:

Soluble
Soluble
Escan¬ en éter de
Humedad enla eosa. Cenizas.
petróleo. c—(a+b)
tillones.
fflj (b) (')

1 4'93 0'97 9' 16 3'26 0'86

2 4'79 0'49 10'36 5'08 0'75

5 '17 1 '20 9'26 2'80 0'80


3

4 4'36 0'53 13'69 8'SO 0'6l

4'G9 0'09 7'33 2'80 0'40


5

El aspecto de la ceniza y del extracto alcalino es


muy digno de notarse.
En los escantillones 1, 2 y 3, la ceniza obtenida
era de un verde muy claro. La parte verde era solu¬
ble en el agua y el residuo insoluble de color amari¬
llo. La ceniza de los escantillones números 4 y 5 era
de color rojizo. En estos dos casos, la coloración pa¬
rece encontraba en estado
debida al hierro, que se
ferroso en primeros escantillones y en estado
los tres

fé rrico en los dos últimos. Los escantillones 4 y 5 ha¬


bían sido blanqueados con cloro, lo que explica el
grado de oxidación del hierio.
100 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Poco tiempo después del agotamiento


por la sosa,
ellíquido alcalino, que al principio era incoloro, to¬
maba un tinte pardo rojizo que
aumentaba en inten¬
sidad durante muchas horas.
El grado de absorción del agua, se resume en el
siguiente cuadro:

Después Después
del Después de la
Escan¬ Antes del agotamiento del desecación
por el eter agotamiento para dosar
tillones. tratamiento. de peurtleo. por la sosa. 1h humedad.

min. sed¬ min. sed¬ min. min. seg.


seg.
2
1 eo eo 1 oo

2
2 n

1
2 co 00 co
1 40
3 50
3 co oo „ 30 00

3 15 „ 10 3
co
'

4 5 15 „
3 4
1 15 „ 45 ? 7
H

45
„ 45 4
6 co
„ 45 „ io
20

43
"

í -
;

Otros ensayos realizados sobre 18 escantillones


empleados en la industria de pólvoras sin humo, die¬
ron los resultados que siguen:
Humedad Varió de S'38 á
8'40°/0
Parte soluble en el éter del T.
, Varió de 0 00 á 7 70°/o
petróleo ) 0
FABRICACIÓN DE ALGDDÓN-PÓL VORA 101

Parte soluble en la sosal Varió


.,
_ .. n..n ,
de 3'53 á 5'3o °/n
caustica ) u
Cenizas Variaron de 0'05 á l'70°/0
Duración de la imbibición v
.
TT
Vario de
., ..
1 segundo
, ,
a 24
después del agotamien- , ,
, horas y aun mas.
to por la sosa '
El precio de los desechos de las fábricas de hi¬
lados suele variar mucho, entre 250 y 625 francos
la tonelada. En Alemania se exige que el algodón
para la fabricación del fulmicotón destinado á las
pólvoras sin humo sea tal que, echado en agua, se
sumerja del todo en dos minutos: que uua vez nitra¬
do no se tratado por el éter, no
descomponga, y que
contenga materias grasas, y
más de 0'9 por 100 de
además, que sólo contenga ligeras señales de cloro,
cal, magnesia, hierro, ácido sulfúrico y ácido fosfó¬
rico. Si las materias grasas son abundantes, se le
hierve á presión en la disolución de sosa, se lava
después, se blanquea por el cloro, se vuelve á lavar,
se trata por el ácido sulfúrico ó el ácido clorhídrico,

se le vuelve á lavar, se turbina y por íin se seca,

pasando á la máquina de cardar.


El secado se efectúa por medio de aire caliente,
en secaderos apropiados, hasta que la humedad se

reduzca á O75 por 100: si contiene humedad cuando


se trata por la mezcla sulfonítrica, habrá lugar á la

formación de productos de bajo grado de nitrifica-


ción. La dosis de humedad inicial suele ser de 10

por 100.
En la fábrica de Waltham Abbey, el secado se
102 MANUAL DE EXPLOSIVOS

hace en una cámara especial calentada á 180°. Los


secadores más generalizados suelen consistir en ci¬
lindros de doble envuelta de l?75x0'50 m. de
diámetro con circulación exterior de vapor. La ope¬
ración suele durar cinco horas y se facilita hacien¬
do pasar á través de la de abajo arriba, una
masa,
corriente de aire comprimido. Después se toma una
muestra de este algodón y se coloca en un tubo ca¬

lentado á 100° durante una hora ú hora y media. La


pérdida de peso indicará la humedad que conservaba
al ponerlo en el tubo. Terminado el secado, se em¬

paca el algodón en cajas herméticas de hierro galva¬


nizado, de las que pasa á la nitración.
Este sistema de confrontación del grado de hu¬
medad puede realizarse de un modo muy práctico,
instalando en el laboratorio de la fábrica una estufa
de cobre de grandes dimensiones, provista de varios
compartimentos, cada uno de los cuales sea capaz de
contener un puñado de algodón.
La parte inferior de estos
compartimentos fórma¬
la una
placa móvil, de cobre, que lleva un númei'o,
el cual corresponde á un cilindro de desecación, los

que también están numerados.


En cada uno de estos compartimentos se coloca
un escantillón de algodón procedente del cilindro
desecador que le corresponda.
La estufa se podrá calentar fácilmente, con ayu¬
da de un delgado tuvo de vapor tomado de la calde¬
ra de la fábrica, ó por otro procedimiento de los
usuales.
.FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 103

Es importantísimo cuanto se refiere á la pureza


de las primeras materias tratándose de una fabrica¬
ción sometida á un extraordinario, y en la
rigorismo
cual los errores más insignificantes producen gran
cúmulo de obstáculos que harían imposible llegar á
obtener cuerpos de una constitución química deter¬
minada.
Por eso lo que atañe á la exactitud de los datos,
á lafijación de los elementos constitutivos del pro¬
blema, necesita mirarse con tanto y tan excepcional
interés.

v
MANUAL DE EXPLOSIVOS

CAPITULO VII

Detalles de la fabricación del


algodón-
pólvora.
Métodos de nitración.—Turbinnje.—Lavados.— Pulpación.— Prensa¬
do.— Algodón-pólvora granulado, en discos y en blocs. — Algo¬
dón-pólvora gelatinizado.—Algodón colodion.—Celuloide.

Antes de nitrificarlo, y después de


haber sido
purificado el algodón, se somete al cardado, el cual

Fig. n.a
Máquina cardadora.

se efectúa en una
máquina cardadora (fig. 11.*) que
lo deja esponjoso ybien dispuesto para recibir la
acción de la mezcla sulfonítrica.
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 105

En la fábrica de Waltham Abbey, qne fué diri¬


gida largo tiempo por Sir Frederich Abel, el algo¬
dón pasa por una gaillotiua que lo corta en trozos
se

de 0*05 de longitud, y se seca por medio de una


m.

serie de telas sin fin, animadas de movimiento muy


lento y dispuestas de modo que el algodón caiga de
cada una Estas telas se apoyan
de ellas á la inferior.
sobre cilindros horizontales calentados á vapor, y en
la cámara de desecación se hace circular aire ca¬
liente, de modo que la temperatura se mantenga
á 180° F. (82°). La velocidad de rotación de las telas
es 2 m. por minuto, y tienen 42 m. de longitud, de
modo que minutos, recibiéndose
la operación dura 21
el algodón la parte inferior y acondicionán¬
seco por
dolo en pequeñas cajas de estaño, en que se transpor¬
tan á una máquina refrigeradora.

Los procedimientos de nitración difieren poco.

Describiremos algunos de ellos.


Método de Stowmarket. — La nitración se hace con
ácidos concentrados. La densidad del ácido nítrico
no puede ser inferior
á 1752, y ha de estar, en cuan¬
to sea posible, exento de peróxido de ázoe. El ácido

sulfúrico debe tener 1?84 de densidad á 15° y con¬


tener próximamente 97 por 100 de inonohidrato. La

mezcla es de una parte de ácido nítrico por tres de


ácido sulfúrico. El rendimiento teórico es de 1'8 de
algodón-pólvora por 1 en peso de algodón empleado;
pero en la práctica se considera bueno un rendi¬
miento de 1'6.
La nitración se efectúa en depósitos de hierro
106 MANUAL DE EXPLOSIVOS

fundido (fig. 12.^), colocados en filas y refrigerados


exteriormente con agua
corriente; su capacidad es
de 12 galones (54'45
litros), y en ellos se introduce
el algodón por porciones de 1 libra (454 g.), remo¬
viéndole cuidadosamente durante tres minutos por
medio de una varilla de hierro, después de lo cual

a
Fig. 12.

Depósitos nitradores.

se saca
y se coloca sobre una parrilla de hierro, si¬
tuada sobre el depósito, hacia atrás, donde se prensa
ligeramente por medio de una placa accionada por
una
palanca, de modo que escurra el exceso de áci¬
dos y quede tan sólo impregnado en ellos en canti¬
dad que no pase de nueve veces su peso. Se le intro¬
duce entonces en jarras de asperón (fig. 13.&), colo¬
cadas por series en un gran baño de madera, de un

pie de profundidad, por el cual circula constante¬


mente una corriente de agua que debe mantener la
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 107

temperatura por debajo de 18 á 19°. Las temperatu¬


ras superiores á esas, además del peligro que repre¬
sentan, favorecerían la formación de productos de
inferior nitrificaoión. Las
jarras han de estar tapa¬
das para evitar la absor¬
ción de la humedad de la
atmósfera y la introduc¬
ción accidental de agua,

que daría lugar á notable


producción de calor al Fig. 13.a
ponerse en contacto con
los ácidos. En estas ja¬ Jarra de asperón.

rras se tiene el algodón


durante cuarenta y ocho horas, al cabo de las cuales
quedará terminada la nitración sin que reste ningu¬
na partícula por nitrificar.
Método de Waltham Abbey.—La nitración se efec¬
túa con 220 libras (100 kg.) de mezcla ácida, pre¬
viamente refrigerada, la que se mantiene durante la
operación á 70° E. (15'5o). El algodÓD se sumerge
en esta mezcla ácida por porciones de 1 i/jJ libra
(680 g.) durante cinco ó seis minutos. Después de
cada imbibición se agregan 14 libras (6'450 kg.) de
mezcla ácida para reemplazar la que se lleva impreg¬
nada la materia. La reacción se prolonga después
durante veinticuatro horas en jarras de asperón.
Método Da Bouchet.—La mezcla ácida se compo¬
nede tres volúmenes de ácido nítrico á l'5C0y 7 de
ácido sulfúrico inglés (Pelouze y Maurey). En 2 li-
108 MANUAL DE EXPLOSIVOS

tros de esta mezcla, se echan 200 g. de algodón que


se mantiene en imbibición durante una hora. Se saca

y se prensa y se lava en agua corriente durante dos


horas. Se prensa de nuevo y se trata por una legía
de cenizas de madera durante veinticuatro horas,

para eliminar el resto de ácidos. Se lava de nuevo


para expulsar el álcali que quede y se vuelve á
prensar, secándolo en grandes telas atravesadas por
una corriente de aire caliente á 60°. El rendimiento
es de 165 por 100 partes de algodón seco, y el precio
suele ser de 7 francos el kilogramo.
Según Melsens, la compresión de materias im¬
pregnadas de ácidos presenta el inconveniente de
hacer muy difíciles los lavados ulteriores.
Método Selwig y Lange.—La nitración efectuada
así pequeñas porciones, es indudable que debe per¬
en

judicar mucho á la homogeneidad de los productos,


porque resulta imposible que todas las reacciones se
verifiquen en igualdad de circunstancias por especial
cuidado que se tenga, y aun cuando la batición que

después sufren los productos reunidos en gran can¬


tidad en el Poacher, tienda á darles homogeneidad,
nunca se
podrá desterrar el delecto de estar unas
porciones más nitradas que otras, lo que, tratándose
de la fabricación de pólvoras hin humo, no debe ser
conveniente. De aquí que se haya pensado en proce¬
der sobre porciones continuadas y más considerables
de algodón, para lo cual se ha recurrido á los apara¬
tos nitradores centrífugos que hoy han tomado in¬
cremento.
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 109

Tur linaje.—Para extraer el exceso de ácido que


impregna el algodón, se hace uso de un hidro-extrac-
tor (fig. 14.a) que gira de 1.000 á 1.500 vueltas por

minuto; la materia se apelotona y el líquido sale mer-

Fig. 14.a

Turbina hidro-extractor.

ced á una dobla envuelta. Debe extraerse con cui¬


dado la nitrocelulosa, porque han ocurrido explosio¬
nes espontáneas, principalmente en tiempo caliente.
operaciones de nitración,
Actualmente, las tres
digestión y turbinado constituyen una sola, efec¬
tuándose en turbinas especiales. Así se hace en las
fábricas alemanas, inglesas y americanas, empleán¬
dose también este sistema en nuestra fábrica de Gra¬

nada, la que llega al límite de la perfección gracias


al celo de su Director, Coronel Aranáz, ilustre arti¬

llero, que ha introducido notables modificaciones en


los evitar los .trasiegos, anular los
aparatos para
nitrosos sobre los operarios y
efectos de los vapores
aumentar la homogeneidad de los productos y el

aprovechamiento de los ácidos sobrantes. Eohada la


110 MANUAL DE EXPLOSIVOS

mezcla ácida en la turbina/se adiciona el algodón


proporcional, se embebe merced á cucharas de alumi¬
nio y se da un movimiento de rotación lento
(8 á 10
vueltas por minuto), durante 25 ó 30 minutos, tiem
po necesario para la nitración, pasados los cuales se
acelera el movimiento á 700 vueltas
para expulsar
los ácidos en exceso
(durante 1 minuto). Los vapo¬
res, extraídos por ventiladores, á las torres de
pasan
condensación. Los ácidos á depósitos destinados á
recibirlos. El algodón nitrado se extrae automática¬
mente y pasa á los lavados
y operaciones necesarias.
Después se procede al lavado en tanques (fig. 15.a)
de madera, sobre el cual cae incesantemente una cas¬

Fig. i5tt

cada de agua. El algodón ha de penetrar en el baño,


siguiendo la dirección del agua vertida por la cas¬
cada, á fin de que se sumerja rápidamente por efecto
de la depresión que aquélla causa en el nivel del
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 111

baño al caer desde cierta altura. Es necesaria esta


inmersión rápida, porque como el algodón contiene
un gran exceso de ácidos concentrados, la produc¬
ción de calor considerable que desarrollan al contac
to con el agua, de explosión.
daría lugar á peligro
De próximo á la fábrica
aquí la conveniencia de que
baya un canal ó río, en el que pueden disponerse en
una plataforma flotante, una serie de depósitos con
el fondo yparedes agujereados, siempre sumergidos
en corriente, en los cuales sufre el lavado el
el agua
algodón, removiéndolo sin cesar con una pértiga de
madera. Terminada la operación, sufre un segundo
turbinado y luego un nuevo lavado.
Concluida esta operación, se le hierve con gran
cantidad de agua, en calderas de hierro, calentadas
á vapor si se quiere, á fin de eliminar las impurezas

que perjudicarían á la estabilidad. Proceden esas im¬


purezas de la nitración de las grasas y resinas que
el algodón contiene en sus fibras. La ebullición se
efectúa varias veces vaciando el agua, hasta que,
sometida la nitrocelulosa al papel tornasol, no da se¬
ñales de acidez.

Palpación y lavado.— Abel fué el primero que ideó


reducir á pulpa la nitrocelulosa. Para la pulpación se
hace uso de máquinas análogas á las que sirven en
la fabricación del papel. Se componen (fig. 16.a) de
un tanque de chapade hierro ó de madera forrado de
plomo, de dos á tres pies de profundidad y de forma
oblonga. Una rueda armada de cuchillas de acero
gira por encima de una superficie inclinada, cuya
112 MANUAL DE EXPLOSIVOS

parte superior termina en una curva de roble muy só¬


lida, concéntrica y muy cercana á la periferia de la
rueda y provista también de cuchillas de acero. El
algodón llega por el plano inclinado y sufre un picado
entre las cuchillas de la rueda y las del bloc de roble,

Fig. 16.
Máquina cortadora Hollander.

cayendo después en el baño lleno de agua, adquirien¬


do toda la masa un movimiento incesante de rotación.
Para evitar las proyecciones de materia la rueda va
recubierta. Su velocidad es de 100 á 150 vueltas
por
minuto. La carga de este aparato llamado Hollander
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 113

es de 100 kg. en la fábrica de Stowmarket y la ope¬


ración dura cuatro horas, al cabo de las cuales el
algodón-pólvora queda picado en pequeños trozos y
se
pasa á otro aparato lavador denominado Poaclier
( fig. 17.a), formado por una rueda de paletas que
imprime un movimiento de agitación constante á la
masa, á la que se adiciona bastante cantidad de
agua, que se renueva muchas veces, pudiendo va¬
riarse sin que se salga el algodón, merced á un doble
fondo de tela metálica. Cada Poacher contiene 500
kilogramos de algodón, lo que permite dar homoge¬
neidad á los productos de varias nitraciones.

Fig. 17.
Máquina lavadora Poacher.

Cuando se presume que el lavado es suficiente,


se saca una muestra de fulmicotón, destinada á sufrir
la prueba de calor. El algodón aparece en suspensión
en ebagua en forma de papilla muy fluida, y para
extraer esta muestra se hace uso de un tamiz fino,
de grandes dimensiones, sobre el cual no tarda en
depositarse cantidad suficiente, á la cual se le extrae
s
114 MANUAL DE EXPLOSIVOS

el líquido, primero por presión, después por deseca¬


ción ,colocándole entre dos hojas de papel de filtro,
dentro de las cuales se le
presión en una
somete á
prensa durante ocho minutos; en seguida
de mano
se le frota entre los dedos para reducirle
á partí¬
culas muy tenues, y queda en estado de sufrir la

prueba de calor, según se explicará en el capítulo


correspondiente. Si el resultado de esta prueba es
favorable, se da por terminado el lavado, se detiene
la máquina y se deja salir el agua , hasta
que escurra
la mayor parte, esprimiendo el líquido con ayuda de
una pala de madera. Algunas
veces se agrega 2 por
100 de carbonato de sosa, pero en general es innece¬
sario si el lavado se ha hecho cuidadosamente.
Prensado.—Al salir del Poacher la materia tiene
el aspecto de una pasta sólida, que se puede moldear
bajo la presión de los dedos y que contiene de 28 á
30 por 100 de agua, que se extrae sometiéndola á la
acción de una prensa, después de lo cual se embala
el producto en cajas de 2 Va libras.
Las prensas pueden darle la forma de blocs ó

discos, que con frecuencia se embeben en agua has¬


ta que absorben el
25 por 100. La apreciación exacta
de la dosis de humedad es necesaria si se desea
conocer el peso del fulmicotón húmedo, que es pre¬
ciso prensar para obtener un bloc de peso dado. Para
evaluar esta dosis, es suficiente colocar una muestra
en una estufa á 100° y dejarla durante tres ho¬
secar
ras. La pérdida de peso indicará la humedad.
Granulado, en discos y en blocs.—Es práctica fre-
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 115

cuente granular el algodón-pólvora, sea para su em¬


pleo sólo ó para la fabricación de pólvoras sin humo.
Abel practica esta operación del modo que sigue: al
sacarlo del Poacher, se turbina el algodón-pólvora,
alejándole tan sólo con 83 por 100 de agua, después
sufre un cribado que le reduce á pedazos de peque¬
ñas dimensiones. La granulación se efectúa en turbi¬
nas de madera ó de giran á moderada ve¬
cuero que

locidad; en el curso de la operación se rocía la ma¬


teria de vez en cuando y después se seca.
Gelatinizado.—También se puede conservar el al¬
godón-pólvora líquido, en disolución en acetono ó en
ácido acético. Así constituye una especie de gelatina
que se reduce á hojas delgadas, las que, una vez se¬
cas, se pueden cortar según se quiera.
En la fábrica de Waltham Abbey, los hidro-ex-
tractores giran á 1.200 vueltas por minuto, durando
cinco minutos cada operación eliminando en ella
y
10 V2 libras (4?880 kg.) de ácidos. En seguida se le

somete al lavado, después de lo cual se turbina de

nuevo. Entonces pasa á la ebullición, durante ocho

horas, que se practica en cubas de madera calenta¬


das al vapor. Se procede luego á un tercer turbinado
durante tres minutos y se vuelve á hervir otras ocho
horas. Después se hace la pulpación en el Poacher
por cargas de 1.500 galones (6.810 litros) que equi¬
valen á 915 kg. de algodón; transcurridas seis horas
de tratamiento en el Poacher, se agregan 500 galones

(2.270 litros) de agua, 500 galones de agua de cal, 9


libras (4'100 kg.) de blanco de España y 9 galones
116 MANUAL DE EXPLOSIVOS

(4'100 libras) de solución de sosa cáustica. El líqui¬


do lechoso, es aspirado por una bomba neumática

que le conduce á un depósito distribuidor del que

parten tubos flexibles que le llevan á las máquinas


de moldear. En el interior de este depósito giran unas
paletas que agitan el líquido para mantener la ho¬
mogeneidad de la masa. (Fig. 18.a)

Fig. 18.a

Depósito mezclador Waltham Abbey.

El moldeo se efectúa bajo presión de 34 libras


por pulgada cuadrada (27320 kg. x cm.'2). El fondo
de los moldes es de tela metálica para retener la

pulpa. Al salir del molde, el algodón habrá perdido


parte del agua que contenía, y su consistencia per¬
mite manipularlo, aunque siempre debe hacerse con

precaución. Después pasa á la prensa, situada en un


taller aislado, en la cual se le somete á una presión
de 5 á 6 toneladas por pulgada cuadrada (790 á 950
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 117

kilogramos x cm.2 ) que le reduce á un tercio de su


volumen inicial. El prensado dura minuto y medio
y de él salen discos compactos con densidad supe¬
rior á 1, ofreciendo resistencia á la presión de los
dedos. Las matrices de la prensa están perforadas
para dar salida á los gases que puedan formarse á
consecuencia de la elevación de temperatura. Las
planchas ó los discos de algodón-pólvora se sumer¬
gen en una disolución de sosa ó ácido fénico, y se
embalan en cajas de madera forradas de metal.
Algodón colodion. — Ya hemos dicho al tratar de
las zonas de nitrificación de los algodones, que con
el nombre de colodiones se conocen los productos me¬
nos nitrados que los algodones-pólvora, y que por lo

tanto tienen propiedades explosivas más reducidas.

Este producto, ha tomado considerable desarrollo,

que hace muy importante su fabricación para apli¬


carlo á las gelatinas explosivas y á las pólvoras sin
humo (1), así cómo para la preparación del colodion
usado en fotografía y en cirugía, y últimamente para
la fabricación de la celuloide.
Dependiendo del grado de nitración, para obte¬
ner colodiones hay que aplicar mezclas sulfonítricas
,

más débiles que para fabricar algodón-pólvora. La


mezcla usada tiene 1'712 de densidad y se compone
de 66 por 100 de ácido sulfúrico (d = 1'84) y 34

(1) En cuanto á la fabricación de pólvoras sin humo, véase el


capítulo correspondiente que más adelante insertamos, donde se
describe la adoptada en Rusia con el nombre de pyrocolodion.
118 MANUAL DE EXPLOSIVOS

por 100 de ácido nítrico (d = 1'368). Algunos auto¬


res
preconizan el empleo de ácidos más débiles y aún
del nitrato de potasa ó de sosa en substitución del
ácido nítrico, procedimientos poco extendidos, por¬
que dan productos de nitración inferior.
La imbibición del algodón, no debe durar más de
cinco minutos, y la temperatura de la mezcla ácida
no excederá de 18 á 19°. Terminada
la operación, se
sigue la nitración en las jarras, igual que dijimos al
tratar del algodón-pólvora, durante cuarenta y ocho
horas, tiempo que algunos creen puede reducirse á
veinticuatro. El tratamiento subsiguiente es igual al
del fulmicotón (1).
El producto obtenido debe ser soluble en el éter-
alcohol y en la nitroglicerina, y contener alta pro¬
porción de ázoe; la insolubilidad indicará la presen¬
cia del algodón-pólvora si la cantidad de ázoe es

grande, y de productos poco nitrados ó no nitrados


si es
pequeña.
La dosis de ázoe en varios colodiones analiza¬
dos es:

Alemanes 11'64 11 '48 11^49 por 100.


Stowmarket 12'57 12'60 11'22 „

Walsrode 11'61 12'07 11 '99


Favershan 12'14 11'70 11'70 „

(1) Para evitar la resistencia á la nitración


de las fibras, se ha re¬
currido á reducir el algodón á polvo impalpable, mirificándolo en
esa forma.
M. France, autor de ese procedimiento, emplea una mezcla for-
.FABRICACIÓN DEL ALGODÓN-PÓLVORA 119

El análisis de la primera de estas muestras dió:


Algodón-colodion 99'118 I
Algodón-pólvora insolu- ) Azoe, 11 '64 por 100.
ble 0'64 \
Algodón no nitrado 0'240
Cenizas totales 0'25

Aplicaciones. El colodion seco, se pega fuerte¬



mente á la piel propio por su contractibilidad
y es
para unir los bordes de las heridas, formando sobre
ellas una membrana adherente, que las preserva del
aire y de la humedad.
Se obtiene una materia perfectamente plástica,

preparando una disolución de 2 partes de trementina


de Venecia, 2 de aceite de ricino y 2 de cera blanca
en 6 partes de éter, la que se mezcla con otra diso¬

lución de 8 partes de colodion seco en 125 partes de


éter y 8 de alcohol.
Se aplica asimismo el colodion , para conservar
ciertas substancias corrosivas; con este fin se pre¬

para el collodium corrosivum por el protocloruro de


mercurio, y el collodium cantaridal por la tintura de
cantáridas etérica.
Sirve para preservar de la oxidación los objetos
de plata sin quitarles su aspecto, para lo cual se les
calienta ligeramente y se les recubre de una delgada

mada por 8 partes de ácido nítrico á 42° B. y 12 de acido sulfúrico


á 6(1° B. Dura la operación quince minutos, y la temperatura debe
andar entre 10 y 38°, á ser posible cercana á 33°.
120 MANUAL DE EXPLOSIVOS

capa de colodion líquido. Se aplica también en Amé¬


rica á la confección de dentaduras
artificiales. Con
él se ha
conseguido reproducir letras impresas, visi¬
bles por transparencia. Se usa
para fabricar bailones
de gran ligereza; al efecto se humecta
completamen¬
te de colodion líquido el interior de un globo de vi¬
drio; alevaporarse el éter, queda una membrana
adherida á la pared, que
puede levantarse rápida¬
mente, consiguiéndose bailones de 100 centímetros
cúbicos que sólo pesan 0'03 g.
En farmacia se aplica
el colodion á recubrir
pildoras de mal sabor. Con un
barniz de colodion
puede protegerse contra la hu¬
medad los granos de las
pólvoras higrométricas.
Nobel ha obtenido patente
para aplicar el algo¬
dón nitrado en substitución del caoutcliouc:
para ello
le somete á la acción de un disolvente no
volátil, ó
ligeramente volátil, tal como la nitronaftalina, la di-
nitrobencina, el nitrotolueno ó sus homólogos.
Los
productos obtenidos presentan una consistencia
que
puede variar desde la dureza de la ebonita á la plas¬
ticidad de la gelatina.
Celuloide.— Es la celuloide una variedad del al¬
godón nitrado, vecina de la celulosa octonítrica, á
la que se
agrega alcanfor para hacerla insensible al
choque. La incorporación del alcanfor puede hacerse
comprimiendo fuertemente las dos substancias des¬
pués de mezcladas ó empleando un disolvente, al¬
cohol ó éter, que elimina
se por evaporación. Gene¬
ralmente se
siguen los dos procedimientos á la vez.
Los hermanos Hyaatt, de Newark
(E. U.), fueron
FABRICACIÓN DEL ALGODÓN-PÓLVORA 121

los primeros fabricaron la celuloide. Este pro¬


que
ducto suele tener, por término medio, 1'35 de den¬
sidad, aunque varía con la compresión y con los ele
mentos que la componen. Se ablanda cuando se la

sumerge en agua caliente, y en este estado puede


moldearse. En estado normal debe considerarse como

no
explosiva, inflamable. Se trabaja fá¬
pero es muy
cilmente como el marfil y sirve para confeccionar in¬
numerables objetos, pudiendo colorearse á voluntad,
darle aspecto marmóreo, etc.
Calentada á 150°, adquiere gran plasticidad; pero
debe procurarse no obligarla á convertirse en explo¬
sivo bajo la acción del choque, siendo también en
extremo peligrosa
en caso de incendio, á consecuen¬
cia de la elevación de la temperatura y de la evapo¬
ración del alcanfor. Puede también detonar al ser

comprimida si está caliente, habiendo ocurrido algu¬


nos accidentes en las
prensas de las fábricas. Man¬
tenida en una estufa á 135°,
tarda en descompo¬
no
nerse, y se ha comprobado
á esa temperatura,
que
dada en vaso cerrado con densidad de carga de 0'40,

concluye por detonar, desarrollando presiones de


3.000 kg. Es, pues, una materia que reclama precau¬
ciones en su fabricación.

Respecto á los métodos de obtenerla, ha publi¬


cado interesantes datos M. Pield, de New-York, en
el Journal ofthe American Chemical Society.
Se empieza por elegir el algodón, cuyas fibras se
sabe que son pequeños tubos cerrados por un extre¬
mo, por manera que su diámetro y el espesor de las
122 MANUAL DE EXPLOSIVOS

paredes modificarán la marcha de la nitración; así


que si á la mezcla sulfonítrica fibras de
se someten
lino, en las cuales los tubos son de más pequeño diá¬
metro y sus paredes más gruesas, se observa que el

producto será espeso y glutinoso, en tanto que las


fibras de algodón dan un líquido más fluido á igual¬
dad de circunstancias. Si el lino se nitrifica á tem¬
peratura más elevada qu.e el algodón, la fluidez del
producto será igual.
Entre las diversas clases de lino, el de Nueva Ze¬
landa es el que produce nitrocelulosas más solubles.
La variedad de algodón denominada Memphis Star,
muy conocida en América, crece en las regiones mon¬
tañosas; sus fibras son muy suaves, blandas y elás¬
ticas, de color blanco crema, finas y transparentes,

y da productos perfectamente solubles.


M. Mowbray, ha encontrado que si se trata de ni-
trificar un papel procedente de tela de algodón ex¬

clusivamente, cuyo espesor sea menor de V5oo


pulgada (V200 mm.), la operación dura veinte minu¬
tos por causa de la resistencia que ofrece la superfi¬

cie, siendo ésta sola la que se nitrifica si el espesor


del papel es mayor, y propone saturar la fibra con
disolución de nitrato de sosa, que se deja secar len¬
tamente, con objeto de que la recristalización de la
sal en el seno de la fibra ó su introducción por osmo¬
sis, provoquen la apertura de las fibras y favorezcan
la nitración. Guando se opera á alta temperatura no
es necesario ese recurso.

MM, Dietz y Wayne, preconizan la nitración del


FABRICACIÓN DEL ALGODÓN-PÓLVORA 123

ramio, aseverando que los productos obtenidos, de


composición homogénea, exigen menos cantidad de
disolvente que el algodón nitrado, cosa que no se
comprueba en las experiencias de M. Eield.
Ha de ponerse mucho cuidado en que la ñbra que
se emplee esté exenta de cloro, porque la neutrali¬
zación del producto sería muy difícil.
Para la nitración hay que tener en cuenta, que la
composición de la mezcla varía con la materia que
se quiere nitrificar y
con la temperatura á la que se
desee operar. En la industria se emplean tres fór¬
mulas: la primera se aplica preferentemente á la fa¬
bricación de la celuloide, la segunda se refiere al
tratamiento á alta temperatura, y la tercera para

operar á baja temperatura; esta presenta la ventaja


de poder tratar de 5 á 10 libras de algodón (2'270

kilogramos) en cada operación.


La mezcla que se usa en las fábricas de celuloi¬

de, es:

Acido sulfúrico . 66 partes en peso.


Acido nítrico 17 .,

Agua 17 „

Temperatura 30° „
Duración de la inmersión 20 á 30 minutos.

La celulosa se emplea en forma de papel de V500


de pulgada de espesor (V200 mm-) y 611 propor¬
ción de Vioo 611 Peso d® mezcla ácida. Da productos
insolubles en los éteres compuestos.
124 MANUAL DE EXPLOSIVOS

La segunda fórmula se compone de


Acido nítrico 8 libras (3*682 kg.) . d — 1 '435
Acido sulfúrico 153/¿ (7'150 » „ ).d— 1'830

Tiempo de inmersión. 45 minutos.

En ella se tratan 14 onzas de algodón de cada


vez á temperatura aproximada de 60°, obtenida por
la mezcla de los ácidos. Da productos poco salubles
en el alcohol metílico exento de acetono, y muy so¬
lubles en los éteres compuestos anhidros, los aceto-
nos ylos aldehidas.
La tabla que sigue, debida á Mr. D. Field, indi¬
ca las grandes variaciones en la duración de la in¬

mersión en relación con el tiempo y con la tempera¬


tura, durante catorce días de trabajo, de ellos cuatro
lluviosos. Según ella, los días de lluvia son desfa-
vorobles, lo que obedece indudablemente á que el
algodón absorbe la humedad del aire, debilitándose
la mezcla ácida en el instante de la inmersión. Lo
más importante que de esa tabla se deduce, es que
la nitración á alta temperatura da resultados dese¬
mejantes en cada operación.
La fórmula usada es la que acabamos de especi¬
ficar, la sola variación de que la densidad del
con
ácido nítrico era algo menor. El producto obtenido
difiere tan sólo del que se logra con ácido nítrico
de 1'43 de densidad, en que es soluble en el alcohol
metílico.
La producción de nitrocelulosa fué de 30 á 35 li¬
bras cada día.
3
0 2

.nóic
10
10
10

rendimto.
¬unimsiD

Tanto
ciento
de

5 8
0
7
20 16

15
31
otnemuA 18

por

.amixáM
62° 62 62 63
62
62 64 62
60 60
60
60 58 60

Tempratu. C.Grados .aminíM

.sotuniM
57° 60
60 60

20
58 58

40
62

35
60

10
50 58

25
58

50
58

20
50

40
50

40

1 4
1 1
4 2 2 1 2 1

.saroH

tiempo" .sotuniM 20 20 45
20 15 35 20 35
20 10
10 10
50 56

.saroH

hno3 '249 1'4249 1'42 6 '420 1'42 422 1'42 6 '422 1'4271 1'4271 '425 '425 1'4257 1'4257
densiad álcoidoss.
1
1' 1
1
1 1

de
h2so< '838 '837 '837 '837 1'837 1'8391 '835 1'835 '824 1'83 '832 '822 1'8378 1'837
1 1 1 L
1 1 1 1

tidemepol
estado 1
2 3 4 5 6 7
8 9claro. Parccillamerno.t
Lluvios Lluvios Parcilment id Nublado Lluvios Nublado
Claro Claro Nublado Claro Nublado Claro Idem 10 11 12
18
14
126 MANUAL DE EXPLOSIVOS

La Celluloid
Manufacturing Company, así como la
Xilonite Manufacturing Company, tratan la celulosa
bajo forma de papel en hojas de 2/,00o ^ 3/iooo Pu'"
gada de espesor ( 2/400 á 3/400 mm.).
La primera de las citadas fábricas, lo corta en pe¬

queños cuadrados de 25 mm. de lado, y la segunda


lo emplea en bandas largas y del mismo ancho, lo

que es menos ventajoso. Los cuadraditos de papel, se


introducen en la mezcla acida por medio ele un tubo
que gira sobre sí mismo, y por consecuencia de la
rotación resultan proyectados en el liquido. La Xilo¬
nite Company, introduce las bandas en un cilindro
lleno de mezcla ácida, ayudando con un largo tene¬
dor. Terminada la nitración, pasa al lavado sin tur-
binarlo antes, lo que es causa de que se pierda bue¬
na cantidad de ácidos.
Otras fábricas siguen el procedimiento, ya des-
cripto, de nitrificar en vasijas de asperón por porcio¬
nes de á libra.
Debe tenerse cuidado en
invierno, de que la tem¬
peratura del taller se mantenga á 21°, para asegurar
la homogeneidad del producto obtenido.
La pacenté de Mowbray, somete la nitrocelulosa,

después de lavada, á la prensa, y en seguida, toda¬


vía húmeda, le adiciona el alcanfor. Las proporcio¬
nes habitualmente
empleadas son de dos partes de
nitrocelulosa por una de alcanfor, efectuándose la

incorporación y empaste como sigue:


Se disuelve el alcanfor en la menor cantidad po¬
sible de alcohol, pudiendo también emplearse otros
^FABRICACIÓN DEL ALGODÓN PÓLVORA 127

disolventes, cual el éter, el espíritu de madera, et


cétera, y con esta disolución se rocía la nitrocelu-
losa; después se la recubre de otra nueva capa de
nitrocelulosa, que se rocía de nuevo con la disolu¬
ción de alcanfor, continuando alternando las capas.
Luego pasa la materia así dispuesta, entre dos cilin¬
dros de hierro, que la trabajan en frío durante una
hora; en seguida durante otra hora, entre
se pasa,
dos cilindros al vapor. Se
calentados moderadamente
separa entonces la capa que queda rodeando á los
cilindros, se prensa de nuevo y se corta en trozos de
0'70x0'30 m. y O'Ol in. de espesor aproximada¬
mente. Estos trozos, se superponen y se someten á
una presión hidráulica considerable durante veinti¬
cuatro horas á 70° de temperatura. La masa obteni¬

da, se corta otra vez en bandas del espesor que se


desee y se colocan en una cámara mantenida á 30 ó
40° durante dos semanas, hasta la completa deseca¬
ción. De allí sale lista la celuloide, para transformar¬
se en objetos diversos por moldeo, torneado, labra
do, etc.
Según el procedimiento de Trebouillet et Besan-
cele, la celulosa se trata en forma de papel, de algo¬
dón ó de tela. La mezcla sulfonítrica se compone de
8 partes de ácido sulfúrico (d — 1J83) y 2 de ácido
nítrico concentrado, conteniendo ácido nitroso. Pri¬
mero se le da una imbibición en mezcla ácida que
haya servido ya, y después otra en mezcla de ácidos
nuevos. Se prensa y se lava bien con agua. Al fin
del lavado se agrega un poco de amoníaco ó de sosa
128 MANUAL DE EXPLOSIVOS

cáustica para eliminar toda señal de ácidos. Así dis¬


puesta, se le 40 á 50 partes de alcanfor por
agregan
100 de nitrocelulosa. Comiénzase por mezclar ínti¬

mamente las dos substancias; después se moldea el

producto á presión alta y elevada temperatura; en


seguida se le deja evaporar al aire libre, y se acaba
de desecar por medio del cloruro de calcio ó del áci¬
do sulfúrico.
Peligros de la fabricación de nitrocelulosa.—Menos
peligros que la délos demás explosivos nitrados pre¬
senta la fabricación de la nitrocelulosa, porque to¬

das las operaciones, excepto la nitración y la com¬

presión, se hacen en presencia de gran cantidad de


agua, lo que reduce mucho las probabilidades de ex¬
plosión.
Entre lasprecauciones más útiles, debe citarse
el que el algodón que se emplee esté libre de impu
rezas resinosas y
solubles, de cuya eliminación nos
hemos ocupado ampliamente en el capítulo VI. El

peligro principal no está en la nitración misma, sino


en el turbinado y
lavado subsiguiente. Deberá vigi¬
larse extremadamente, que el algodón turbinado se

ponga inmediatamente en contacto con una gran can¬


tidad de agua, porque si esta cantidad fuese pequeña
se correría el
riesgo de que se presente la descom¬
posición espontánea, que una vez iniciada es difícil
detener. La elevación de temperatura favorece ex¬
traordinariamente esta descomposición, y hay, por
tanto que redoblar la prudencia si el tiempo es cáli¬
do y húmedo. Este peligro se anuncia, lo mismo en
FABRICACIÓN DE ALGODÓN-PÓLVORA 129

el turbinado que en el lavado, por la formación de


humos rojos. En este caso precisa trasladar, en se¬
guida, el algodón al Poacher, donde se encontrará en
contacto con gran cantidad de agua.

La estabilidad del algodón-pólvora depende de la


eliminación perfecta de los ácidos.
La desecación de la nitrocelulosa no está exenta
de peligros. La temperatura á que se verifique, nunca
debe pasar de 40°, y los termómetros, que estarán en
contacto con la materia, deberán consultarse cons¬

tantemente: No basta esto, sino que es necesario

instalar un termómetro-avisador automático eléctri¬


co, que denuncie el exceso de temperatura. Ha de
tenerse en cuenta que si el algodón-pólvora se man¬
tiene á temperatura de 80 á 100°, se descompone len¬
tamente y puede concluir por inflamarse.
Es esencial que los tubos ó las estufas que sirvan
para la calefacción de la cámara desecadora, no que¬
den al descubierto, porque sobre ellos se depositaría
el
algodón nitrado en forma de polvo fino, que cons¬
tituiría
un
grave peligro de inflamación.
Las precauciones que habrán de tomarse serán

muy minuciosas: el piso del taller se recubrirá de


linoleum ó de caoutchouc.
Posee el algodón-pólvora la propiedad de electri¬
zarse
la influencia del aire caliente. A fin de ase¬
por
gurar la evacuación del fluido eléctrico, M. Reid

aconseja el empleo exclusivo del latón para la confec¬


ción de los pisos, tabiques, soportes y planchas reves¬
tidas de tela, sobre las cuales se dispone el algodón.
9
130 MANUAL DE EXPLOSIVOS

comprensión del algodón en blocs, discos, et¬


La

cétera, lleva en sí considerable riesgo. Mr. O. Gutt-


mann, en un interesante trabajo sobre Los peligros
en la manufactura de explosivos (Journal Soc. Cliem.

Id., núm. 3, volumen XI, 1892), dice: "La compre¬


sión del algodón-pólvora en cartuchos, ofrece más pe¬

ligro que la de la pólvora ordinaria, porque desarró¬


llase calor, y el algodón-pólvora calentado es más
sensible que la pólvora negra.,, Al sacar el algodón
de las turbinas debe sufrir un minucioso cribado que
le despoje de los clavos, fósforos (1) y cualquier otro
objeto extraño que lleve. Las prensas ya se sabe que
han de ser siempre hidráulicas. Los pistones deben
funcionar siempre perfectamente ajustados. Si sedes-
gastan, su posición cesará de ser normal y podrán
resultar rozamientos fuertes muy peligrosos. Se re¬
comienda para su construcción, un acero especial
fabricado por Krupp. Mr. Guttmanu prefiere el hie¬
rro fundido endurecido.
operarios que trabajan en la manipnlación de
Los
las prensas, deben protegerse por todos los medios
imaginables. En Waltham Abbey, se les provee de un
vestido cuerdas resistentes, que
especial formado por
á la vez de conservar algún
elasticidad les preserve
tanto. Mr. Guttman aconseja construir una cámara

apartada de 0'30 m., compuesta de do3 tabiques de


planchas de 0'C5 m. de espesor, rellenos de ceniza.
La entrada se cierra con una puerta resistente y la

(1) En estos talleres no deben entrar jamás fósforos ni fumadores.


FABRICACIÓN DEL ALGODÓN PÓLVORA 131

vigilancia se efectuará por un tubo cónico que atra¬


viese las planchas, observándose así la marcha de la
prensa des le un lugar seguro. El techo del taller de
prensas, debe tener una de sus vertientes de cristal,
para poder ofrecer una línea de menor resistencia
que, en caso de explosión, guíe las materias proyec¬
tadas.
132 MANUAL DE EXPLOSIVOS

CAPÍTULO VIII.

Explosivos pícricos.

Fenol. — Acido pícrico. — Preparación. — Propiedades. — Fuerza.


Usos.—Explosivos á base de ácido pícrico.—Picratos.

El ácido pícrico, tenía gran aplicación


que ya
industrial por sus facultades colorantes, las ha ad¬
quirido mucho más extensas en la fabricación de ex¬
plosivos, principalmente á partir de su uso para la
carga interior de los proyectiles de la artillería grue¬
sa, de gran poder destructor. De él vamos á ocupar¬
nos con alguna extensión por el porvenir que repre¬

senta en la manufactura de explosivos.


Son sinónimos del ácido pícrico, el trinitrofenol,
ácido carboazóico y amargo de Welter. Fué descu¬
bierto en 1788 por Hausmann, quien lo obtuvo ata¬
cando el el ácido nítrico. Welter lo ob¬
índigo por
tiene haciendo actuar el ácido azoico sobre la seda.
Laurent estableció que el ácido pícrico era el fenol
trinitrado.
Los fenoles se derivan de los hidrocarburos de
la serie aromática, por la substitución de tres áto-
RXPLOSIVOS PÍORICOS 133

mos de hidrógeno por tres de oxidrilo (peróxido ní¬


trico) (1).
El fenol ordinario, alcohol fénico, benzonol, ácido

fénico, ácido carbólico ó hidrato de fenilo, se obtiene


destilando el alquitrán de gas; recogiendo la parte
que destila entre 160 y 190°, se obtiene la creosota
del comercio. Si se disolución muy con¬
agrega una
centrada de potasa cáustica, se obtiene el fenato de
potasio. Disolviéndolo en agua, se separa en dos ca¬
pas, de las cuales la inferior es la solución de fenato.
Se decanta y se le agrega ácido clorhídrico, que se¬

para el fenol bajo forma de aceite. Se lava con agua


y se purifica por muchas destilaciones sobre el clo¬
ruro de calcio, recogiendo los productos que destilan
hacia 183°, los que cristalizan por enfriamiento.
El fenol es, pues, un cuerpo sólido que cristaliza
en agujas incoloras. Expuesto al aire se enrojece
(formación de fenoquinona). Se funde á 41°. Es poco
soluble en el agua, pero la menor traza de humedad
lo licúa. Es soluble en el alcohol y en el éter. Se usa

(1) Esta substitución puede hacerse una ó varias veces, dando lu¬
gar á fenoles monovalentes ó polivalentes. Los fenoles monovalentes
principales son:
C6H5, OH fenol bencínieo (feuol ordinario).
C7 H7, O H fenol cresilico (cresilol).

C9Hn, OH timol, etc.


Los fenoles divalentes:

C6H4(OH)2 pirocatechina, resorciua, hidroquinona, etc.


Los fenoles trivalentes:
C6H3 (OH)3 ácido pirogálico, piroglucina (Isómero del ácido pi-
rogálico), etc.
134 MANUAL DE EXPLOSIVOS

mucho como desinfectante y como materia prima en


pícrico y de los picratos.
la fabricación del ácido

Preparación.—Obedece lá preparación del ácido


pícrico á la fórmula

C6H5. 0H-f-3Az03H = C<5H2(Az02)30H + 3H20

Tiene su fabricación gran desarrollo industrial y


se efectúa en dos fases: con objeto de evitar la vio¬
lencia peligrosa de la reacción entre el ácido fénico
y el ácido nítrico, se empieza por formar el ácido
sulfo-conjugado del fenol, ó sea el fenol sulfúrico ó
ácido sulfo-carbónico, que ya puede ser tratado por el
ácido nítrico, que se destruye después por el ácido
azoico

C6H4(S03H)0H -f- 3Az03H = C6H2(AZ02)30H q-


S 04H2 + 3H20

Se calienta á 100°, en retortas sobre baños de


arena, partes iguales de de ácido sulfúrico;
fenol y
de vez en cuando se echa en
toma una gota, que se

agua fría; la reacción se da por terminada cuando la


gota se disuelve completamente. Se deja enfriar y se
agrega dos veces el peso de agua; este líquido resul¬
tante se vierte en un exceso de ácido nítrico ordina¬
rio (tres partes). Despréndesen algunos vapores ni¬
trosos; después se le calienta basta que los vapores
rojos desaparecen. Se pone á enfriar y el ácido pícri¬
co cristaliza. Se dejan escurrir los cristales y se les

lava con agua. Repitiendo los lavados al agua ca-


EXPLOSIVOS PÍCRICOS 135

líente y hasta disolución, y las cristalizaciones, se


aumenta la pureza.
Con objeto de obtener ácido pícrico completamen¬
te puro, se le satura por una sal de potasio ó de sodio,
que le transforma en picrato de potasa ó de sosa; se
prensa para despojarla de impurezas, se lava después
y se descompone la sal por el ácido sulfúrico, produ¬
ciéndose el ácido pícrico estado de pureza.
en
Propiedades.—Es un cuerpo sólido, que se presen¬
ta en cristales de un bello color amarillo. Su sabor
es extremadamente amargo (picros). Enrojece el tor¬
nasol. Tienen gran estabilidad á la temperatura or¬
dinaria, lo que le bace muy á propósito para los usos
militares. Es poco soluble en el agua.
Cien partes de agua disuelven:
A 5o 0'603 partes de ácido pícrico
A 15° 1'160 „ „

A 20° 1 '230 „ „

A 22° l'SOO „ „ ,

A 26° 1'370 „

A 77° 3'840 „ „

Ebullición 5 „ „

Es soluble en el alcohol y en el éter. Su poder


colorante es tal, que permite teñir la seda y la lana
sin necesidad de mordiente.
Se funde á 122'5o, dando un aceite amarillo que
cristaliza por enfriamiento. Si se calienta con cuida
do se sublima sin descomponerse. Calentado brusca¬
mente á 300u deflagra, y si es en vaso cerrado bace
136 MANUAL DE EXPLOSIVOS

explosión con arreglo á la fórmula

2CBH2(AzOs)3OH = 3COs-f-8CC>4-C-b3H2-i-3Az2

ó bien

2C6Hí(Az02)30H = C0í + H20+HC0+2Hi4-3Az2


Se ve por ellas, que este cuerpo está muy lejos de
contener la cantidad de oxígeno necesaria para pro¬
ducir substancias al máximum de oxidación.
Al aire libre arde sin hacer explosión.
Si el ácido
pícrico contiene óxidos, al calentarlo
se formarán picratos, que
liarán explosión y produ¬
cirán la del ácido pícrico puro. Es, por lo tanto, de
gran importancia no fundir nunca el ácido pícrico en
vasijas metálicas atacables.
En el Bulletin de la Societé Chimiqúe
(tomo XLIX,
página 956, 1888) ha publicado Berthelot sus obser¬
vaciones acerca de los distintos modos de descompo¬
sición explosiva del ácido pícrico. Dice el ilustre sa¬
bio francés, que el ácido pícrico en cantidad algo con¬

siderable, colocado sobre un luego moderado en una


cápsula ó en una vasija abierta, se funde, después
emite vapores rojos que se inflaman al contacto del
aire y del fuego, quemándose con llama fuliginosa,
sin dar lugar á explosión. Si el líquido así encendido
se vierte encima de una
superficie fría, no tarda en
apagarse. Si se calienta con precaución muy peque¬
ña cantidad, en un tubo cerrado por un
tapón, puede
volatilizarse sin descomposición aparente.
De todo esto se deduce que el ácido pícrico es
EXPLOSIVOS PÍCEICOS 137

mucho menos explosivo que los éteres nítricos, tales


como la nitroglicerina y el algodón-pólvora, y menos
todavía que los compuestos nitrados y el fulminato
de mercurio.
No obstante, sería grave error creer que el ácido
pícrico no puede hacer explosión por simple calenta¬
miento. Este cuerpo, sometido á alta temperatura, se
descompone desprendimiento de calor, oxidándo¬
con
se á expensas de los
vapores nitrosos que entran en
su composición. Berthelot ha establecido que siempre

que una reacción desarrolla calor, la velocidad de la


reacción crece con la condensación de la materia para
una misma temperatura y con la temperatura para
un mismo estado de condensación. Este último cre¬
cimiento se siguiendo una ley determinada,
efectúa
dada por una función potencial 'de la temperatura,

que tiende á hacer la reacción explosiva. Si se opera


en vaso cerrado, el calor desarrollado por la reacción

contribuye asimismo á incrementar la elevación de


temperatura, y, por consecuencia, los fenómenos ex¬
plosivos se aceleran.
Conforme á estosprincipios, puede provocarse la
detonación del ácido pícrico á la presión ordiuaria y
en vaso abierto, si se vierte bruscamente en el es¬

pacio anular de un tubo que haya sido puesto antes á


elevada temperatura, y cuya superficie sea tal, que la
introducción de pequeña cantidad de materia explo¬
siva nomodifique sensiblemente la temperatura.
Paracomprobarlo se toma un tubo de vidrio de
25 á 30 mm. de diámetro, cerrado por uno de sus
188

extremos; se le calienta sobre la llama de un mechero


de gas hasta que la temperatura sea la del rojo visi¬
ble, sin llegar á la fusión ni á la deformación del
cristal. Entonces arrojan dentro del tubo dos ó
se

tres cristales de ácido


pícrico, cuyo peso no exceda
de algunos miligramos, el cual, al contacto con el
vidrio candente, detonará con vivacidad antes de
tener tiempo de convertirse en vapor, producien¬
do llama blanca muy viva y característica. Ber-
thelot ha tenido cuidado de hacer la experiencia
en una atmósfera de ázoe para más claridad, produ¬

ciéndose algunos copos de carbono. El fenómeno se


obtiene también en atmósfera de aire, pero entonces
el carbono no
aparece como residuo porque se quema.
Si la dosis de ácido pícrico es más considerable,
sin pasar de algunos centigramos, el fondo del tubo
puede enfriarse lo suficiente al contacto con el explo¬
sivo para que la detonación no tenga lugar en segui¬

da; pero el ácido pícrico se reduce á vapores y bien


pronto se produce la explosión con llama, que llena
gran parte de la extensión del tubo. Esta explosión es
menos súbita que la detonación localizada del expe¬

rimento anterior, y parece dar lugar á mayor residuo


de carbono. Igual resultado se obtiene operando sólo
con
algunos miligramos de materia si el fondo del
tubo está recubierto de carbón proveniente de una

primera explosión.
Cuando se opera sobre un decigramo de ácido
pícrico, en un tubo calentado al rojo, la acción es más
lenta aún; sin embargo, el ácido no tarda en prender
139

y deflagrar con vivacidad, desarrollando abundante


humo y llama roja, que envuelve cada partícula suce¬
sivamente proyectada. Al mismo tiempo los vapores

producidos se inflaman en la boca del tubo al contac¬


to con el aire ambiente.
Por último, si se aumenta la dosis de ácido pícri-
co, se descompone con humo espeso y volatilización
parcial, pero sin deflagrar.
En general, puede decirse que la tendencia á la
detonación crece á medida que aumenta la dosis de
oxígeno, y que la descomposición de los compuestos
nitrados depende principalmente de la temperatura
inicial. Puede verificarse estadescomposición sin
detonación ni deflagración, cuando el medio ambiente
ofrezca masa bastante para absorber el calor de for¬
mación á medida que se vaya produciendo. Sin em¬
bargo, un nitrado, cual el ácido pícrico,
compuesto
quemado al aire, acabará por calentar las paredes del
recipiente que lo contenga, hasta el grado de tempe¬
ratura suficiente para que la deflagración empiece, lo

que podría dar lugar á que creciese más la tempera¬


tura y concluyera por producirse la detonación. Sería

bastante que ésta se inicie en un punto aislado para


que, propagándose por influencia la onda explosiva,
toda la masa hiciese explosión.
El ácidopícrico detona violentamente bajo la
influencia de una fuerte cápsula de fulminato de
mercurio,. tomando entonces acción rompedora. Si
está muy comprimido ó fundido, es más refractario
al choque, pero aún detona por influencia de la ex-
140 MANUAL DE EXPLOSIVOS

plosión del mismo ácido pícrico en polvo ó por la del


algodón-pólvora seco.
La fuerza explosiva del ácido pícrico, se apro¬
xima á la de los explosivos más violentos que se
conocen.

EXPLOSIVOS Á BASE DE ÁCIDO PÍCRICO.

Las aplicacioues del ácido pícrico en gran esca¬


la, para los usos militares, débense al tan nombrado
químico francés M. Turpín, quien primeramente ideó
emplearlo pulverizado y comprimido en cartuchos,
pudiendo añadírsele goma arábiga, aceites densos ó
colodion, para constituir una pasta.
Melinita y Lyddita.—Después ideó Turpín apli¬
carlo fundido, en cuyo estado se obtiene una materia

explosiva muy poco sensible al choque, y esto y no


otra cosa son las tan renombradas melinita francesa
y lyddita inglesa, sirven para la carga interior
que
de los proyectiles-torpedos de gran poder rompedor

que emplea la artillería. Se compone, pues, de ácido


pícrico fundido, de 1'6 de densidad. La fusión se
verifica á 122'5° en una vasija esmaltada sumergida
en baño de aceite, teniendo cuidado de regular la

temperatura por medio de un termómetro. El ácido


fundido se vierte dentro de los proyectiles previa¬
mente calentados, con ayuda de un embudo, cuya
parte estrecha sirve de mandril dejar
para el cen¬
en
tro de la masa, al solidificarse, el lugar que ha de

ocupar el cebo de fulminato. La espoleta suele ser de


EXPLOSIVOS PÍCRICOS 141

percusión, que en el acto del choque da fuego á un


tuétano, que tiempo á
lo transmite al cabo de cierto
la cápsula de fulminato, alojada enmedio de una
pequeña cantidad de ácido pícrico pulverizado, cuya
detonación provoca la del ácido pícrico fundido. De
modo que el proyectil penetra en el obstáculo y des¬
pués revienta en numerosos trozos.
La melinitci sirve también para los petardos y car¬
tuchos de ruptura, con destino á las tropas encarga¬
das de la destrucción de puentes, vías férreas , etc.
Si el ácido pícrico se funde en recipientes metá¬

licos, se forman picratos cuya estabilidad es mucho


menor. El ácido pícrico debe enrojecer el papel tor¬

nasol; si aparece neutro ó alcalino, sería señal de


que contiene picratos.
Los principales explosivos á base de ácido pí¬

crico, además de la melinita y la lyddita, son los si¬


guientes :
Emmensita.—Fué inventada por el doctor ame¬
ricano Mr. Emmens, á quien tuvimos el honor de
conocer personalmente en New-York, hace catorce
años, cuando empezaba á invento, que
propagar su
titulaba ácido Emmens.
Definía este ácido Mr. Emmens como un nuevo
nitrato derivado del coaltar (alquitrán de bulla) ó
de aceites extraídos del coaltar, siendo su fórmula
general la de.los hidrocarburos y su tipo la creosota.
Preparaba el ácido Emmens disolviendo en el
ácido nítrico fumante á temperatura de 50 á 60°
Beaumé el ácido pícrico en exceso. La operación se
142 MANUAL DE EXPLOSIVOS

efectúa .sin peligro, manteniendo baja la temperatu¬


ra. De esta disolución se obtienen por evaporación

finos cristales romboidales de color amarillo fuerte.


Si la evaporación continúa, se forman cristales de
color amarillo pálido, y por fin deposítase un cuerpo
de color pardo brillante.
Según Mr. Emmens, su ácido obedece á la fórmu¬
la C6 H2 (Az O3)3 O, que parece ser la del ácido pícri-
co reducido, ó á la de un cuerpo intermedio entre el

trinitrofenol (ácido pícrico) y el trinitrocresol. Como


el ácido pícrico, cristaliza en el sistema prismático;
aunque los prismas son más largos y más lustrosos,
es menos soluble que el ácido pícrico y los dos lo

son en el agua y en el alcohol. Por el calor da vapores

rojos. Tiene igual densidad que el ácido pícrico,


igual sabor amargo y color amarillo, de tal poder,
que se distingue en una solución que contenga una
diezmilésima.
A este ácido le llama Emmens elemento combus
tibie, y como no tiene oxígeno suficiente para la com¬
bustión completa, le agrega un nitrato, que quede ser
el de amoníaco, al que llama elemento oxidante, y de
la unión de los dos resulta la Emmensita.

reglamentaria en Austria para la


Ecrcisita.—Es

carga de los proyectiles rompedores, para los petar¬


dos y para los cartuchos de ruptura. Tiene por base
el ácido pícrico, arde al contacto de una llama y

posee gran estabilidad.


presencia de un cuerpo oxidante, ó que le
En

proporcione oxígeno, la combustión se hace más viva


EXPLOSIVOS PÍCRICOS 143

y puede convertirse en detonación. Contiene un ex¬


ceso de carbono. En el interior de los proyectiles la
materia pulverulenta se solidifica. Su potencial es
mayor que la de la dinamita.
Lenita.— Es una mezcla de 48 partes de ácido
pícrico y 52 de algodón-pólvora colodion.
Oxonüa.—Se compone de 54 partes de ácido ní¬
trico (1'5) y 46 de ácido pícrico fundido.
Dienita. Mezcla de ácido pícrico con 10 á 30 por

100 de nitroluol en polvo.


Heraklina (Dickerhoff). — Es una pólvora de mi¬
na, que se compone de:

Acido pícrico 500


Nitrato de potasa 500
Agua hirviendo 36.000
Se hace absorber la solución 15 kg. de ase¬
por
rrín de madera; se seca y se mezcla esta pólvora
con nitrato de potasa, de sosa y azufre en distintas
proporciones.
Pólvora verde. —
Ensayada en Francia para la
carga de proyectiles, y que se compone de:
Ácido pícrico 14
Nitrato de potasa . 4
Ferrocianuro de potasio 3
Pólvora Borlinetto:

Ácido pícrico 10
Nitrato de sosa 10
Bicromato de potasa 8'3
144 MANUAL DE EXPLOSIVOS

En la guerraruso-japonesa, han hecho éstos gran


aplicación de cartuchos arrojadizos, llenos de un ex¬
plosivo que por todas las referencias, no era otro que
el ácido pícrico. Ellos le llamaban Scliimose y les dio
resultados considerables sobre las tropas rusas.

PICRATOS.

Se emplean mucho en la fabricación de explosi¬


vos, los picratos alcalinos, principalmente los de po¬
tasa
amoníaco. Se les obtiene fácilmente saturando
y
las soluciones acuosas del ácido pícrico por una sal

soluble alcalina. Se evapora la solución y los crista¬


les que se depositan se lavan con agua pura.
Picrato de potasa.—Se compone de:

Acido pícrico 458 partes.


Carbonato de potasa 138 „

Cristaliza agujas ó prismas orto-rómbicos ama¬


en

rillos, reflejos metálicos, es poco soluble en el


con

agua, la que tiñe fuertemente de amarillo. A 15° se


disuelve el 0'38 por 100 en 100 partes de agua, y á

temperatura de ebullición, el 7 por 100. Es casi inso-


luble en el alcohol.
Este
picrato es muy explosivo: deflagra con mu¬
cha fuerza al aire libre al aproximarle un cuerpo en

ignición, detona fuertemente por el choque vio¬


y
lento. El residuo de la explosión, es carbono.
Picrato de potasa nitrado. — Mézclase con el nitra¬
to de potasa á fin de darle el oxígeno que le falta
EXPLOSIVOS PICHICOS 145

para la combustión completa, la que se obtiene por


Picrato de potasa . 504 partes.
Nitrato de ídem 496 „

1.000

De esa clase son las pólvoras Dessignoles, á saber:

0
d 1 a
o
¡o
a
w
O
.5*

gLirócn libre. ptñeón calibre.


T3 d
O)
P, Fusiles. d .9
f-4 fl 5
o o H s o

Picrato de 9 9'6 55 28'6 22'9 50 16'4


potasa..
Nitrato de 80 79 '7 45 65'0 69'4 50 74'4
potasa..
Carbón de madera. 11 10'7 15
6'4 7' 7 9'2

100 100 100 100 100 100 100

Estas materias se trituran durante seis horas, por


medio de pilones, con 14 por 100 de agua; la mezcla
se somete á la prensahidráulica, que la transforma
en
galleta susceptible de granearse. Los granos para
fusil tienen 2 mm. de diámetro; los de cañón son de
forma irregular. La fabricación ofrece igual peligro
que la de la pólvora negra.
Son muy rompedoras estas pólvoras; pero pueden
ser muy ventajosas para la carga de torpedos, aunque
su fuerza, si bien es superior á la de la pólvora negra,
no llega á la del algodón-pólvora ni á la de la dinamita.
10
146 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Picrato de potasa cloratado. —Es de muy peligro¬


so manejo y se compone de
Picrato de potasa, 267
Clorato de potasa. 265'7

Picrato de sosa. — Se satura un kilogramo de áci¬


do pícrico por 231
g. de carbonato de sosa. Es más
soluble en el agua que el picrato de potasa. Crista¬
liza agujas amarillas y presenta propiedades ex¬
en

plosivas un poco menores que el picrato de potasa.


Mezclado con los cloratos ó nitratos de pólvoras se¬
mejantes á las descritas.
Picrato de amoníaco (1). — Se obtiene saturando
una solución de ácido pícrico por una corriente de

gas amoníaco. Será suficiente calentar el amonía&o


líquido en un matraz de cuello recurvado, cuya ex¬
tremidad inferior entre en la solución de ácido pí¬
crico caliente. Cuando empiezan á desprenderse va¬

pores amoniacales, la saturación estará terminada y


se
deja enfriar; el picrato de amoníaco cristaliza
lentamente en agujas amarillas anaranjada sentrela-
zadas. Puede hacerse uso del carbonato de amoníaco.
picrato de amoníaco es bastante soluble en
El
el agua y poco en el alcohol. En contacto con un
cuerpo en ignición arde al aire libre, lentamente,
como una resina, desprendiendo humos negros de
carbono. No detona por choque violento de martillo.

(1) Además de estas pólvoras pícricas y de las ya relacionadas,


véanse las que anticipamos en la página 3-2 de este Manual.
EXPLOSIVOS PICHICOS 147

Picrato de amoniaco nitrado. — La combustión


completa del picrato de amoníaco se consigue adi¬
cionándole un cuerpo oxidante.

Picrato de amoníaco, 432


Nitrato de potasa... 568

1.000

Esta mezcla, detona parcialmente por choque vio¬


lento ó por frotamientomuy vivo. Al aire libre
arde, y en vasocerrado detona con violencia. Pue¬
de emplearse en la carga de los proyectiles y ha sido
estudiada por M. Lamber, quien, una vez seco y

pulverizado el picrato, lo mezcla con salitre en seco


por medio de una serie de 50 tamizados. Se humecta
luego al 6 por 100 y le deja reposar muchos días y
después lo comprime, empasta y granea. Se han hecho
experiencias con pólvoras de picrato de amoníaco en
cañones de 9 y 15 cm., que dieron velocidades igua¬
les ó superiores y presiones más reducidas que las
de la pólvora negra; pero son más sensibles á la hu¬
medad que ésta. y además, para obtener presiones

bajas con las pólvoras á base de picrato, tienen


que contener determinadas dosis de humedad, y son,
por tanto, necesarios procedimientos de conservación

que permitan asegurar, que esta dosis de humedad,


persiste en el explosivo cuando se le va á emplear.
Mezcla de picrato y de nitrato de amoníaco. — Es
más potente que los picratos de potasa y de sosa; no
da más que productos gaseosos en la combustión, y

puede servir como pólvora sin humo, ,pero tiene el


148 MANUAL DE EXPLOSIVOS

inconveniente de que el nitrato de amoniaco es muy


higroscópico.
Picrato de amoniaco cloratado:

Picrato de amoniaco 738


Clorato de potasa.. .
970

Rs de manejo peligroso, pues detona por choque


y por fricción.
Pólvora Bruyere:
Picrato de amoniaco 54

Nitrato de 46
potasa.. .

la pólvora negra. Si se
Se fabrica y granea como
calienta precaución no se altera hasta 150°.
con

Sometida largo tiempo á la acción del agua, se des¬


compone y da picrato de potasa y nitrato de amonia¬
co delicuescente.
Tiene más potencia que la pólvora negra y produ¬
ce menos humo: su fabricación no ofrece dificultades.

OTEOS FENOLES NITRADOS.

Además de los ya
dichos, pueden servir para
la fabricación de pólvoras explosivas, otros fenoles
nitrados complejos, cual los cloronitrofenoles, los
bromonitrofenoles, los iodonitrofenoles, los nitro-
amidofenoles, los cloronitroamidofenoles, el diazo-
nitrofenol, el diazodinitrofenol y el diazonitroclo-
rofenol.
EXPLOSIVOS PÍCjRICOS 149

Al grupo de los nitroamidofenoles, pertenece el


dinitroamidofenol ó ácido picrámico, que ha servido
á Mr. Turpín, para preparar explosivos de la siguien¬
te composición:
Acido 30 á 50
picrámico..
Salitre 70 á 50
potásico...
Picromato de sosa 25 á 53

Nitrato de 75 á 47
potasa.

el ácido picrámico, se disuelve el


Para preparar
ácido pícrico alcohol frío, sé le agrega directa¬
en
mente, con exceso, sulfhidrato de amoniaco y se eva¬
pora al baño María. Se le trata luego por el agua
hirviendo y se descompone por el ácido nítrico el pi-
cromato de amoníaco.
picrámico se deposita, al cabo de algún
El ácido

tiempo, bajo forma de tabletas ó agujas de color rojo


granate, muy brillantes.
Según los nitrofenoles se prestan á infini¬
se ve,
tas combinaciones, que han de irse perfeccionando,

aplicables á la industria de explosivos, pudiendo


citar por último en este orden de ideas, la resorcina,
la nitroresorcina, la trinitroresorcina (ácido oxípi-

crico), los oxipicratos, la floroglucina y la trinitro-


íloroglucina.
Préstanse, además, los picratos á bellas combina¬
ciones de uso conveniente en los fuegos de artificio.

Las describimos en el capítulo dedicado á Piro¬


tecnia.
150 MANUAL DE EXPLOSIVOS

CAPITULO IX.

Explosivos por reacción.—Explosivos


de seguridad.

Explosivos Sprengel. — Explosivos Favier. — Plancastita. — Explo¬


sivos varios.

EXPLOSIVOS SPEENGEL.

El Dr.Sprengel dió á conocer, hacia el año 1870,


numerosas y notables experiencias sobre explosivos,
consistiendo su carácter especial, en la preparación
del explosivo en el momento en que se va á usar,
mediante la unión de dos substancias, que, tomadas

aisladamente, no sean explosivas y que por lo tan¬


to, puedan manejarse sin peligro alguno.
El principio fundamental de estos explosivos, ra¬
dica en la mezcla del ácido nítrico con substancias
combustibles. Esta mezcla no se hace basta el mo¬

mento de emplearla, y por lo regular se eligen como


materias combustibles los hidrocarburos nitrados de
la serie aromática, cual la naftalina, la bencina, et¬
cétera.
Las mezclas más usadas suelen ser las de base
de bencina, pues se prestan á dar el explosivo sóli-
EXPLOSIVOS POR REACCIÓN 151

do, para lo cual se emplea la binitrobencina (cuerpo


cristalizado) ó el explosivo en estado líquido, apli¬
cando la nitrobencina, que lo es.
La formación de estos explosivos no obedece á
combinación química, sino á simple disolución, la
que da lugar á un descenso de temperatura.
Hellhofita. — Es una mezcla de binitrobencina y
ácido nítrico fumante rojo. Las proporciones son de
una de binitrobencina por una y media á dos veces
su peso de ácido nítrico. Resulta un líquido rojo par¬
do que desprende vapores ácidos. Ha sido propuesto

para emplearlo en los proyectiles torpedos, poniendo


en su interior las dos materias separadas y efectuán¬

dose su mezcla durante la trayectoria, idea ya com¬

pletamente abandonada.
Este explosivo ofrece la gran ventaja, de que re¬
siste á los choques y sólo detona por efecto de un

gran quebrantamiento molecular, cual el provocado


por un abundante cebo de fulminato de mercurio, un
gramo por lo menos. Calentada la hellhofita al me¬
chero de una lámpara de Bunsen, arde lentamente
con humo espeso, pero sin explosión.

Las dos fórmulas usuales, según se emplee la bi-


nitro ó la nitrobencina, son:

281 Binitrobencina.. 400


Nitrobencina. .

719 Acido nítrico.'.... 600


Acido nítrico,
1.000 1.000

La hellhofita no se hiela, pero sólo puede conser¬


varse en envueltas impermeables, porque el agua
152 MANUAL DE EXPLOSIVOS

separa los dos elementos d-e la mezcla: si, en efecto,


se le agregacierta cantidad de agua, el ácido se di¬
luye y la binitrobencina se separa en cristales blan¬
cos que
pueden recogerse y emplearse de nuevo.
Para usarla en las minas en estado líquido, se in¬
troduce en cartuchos de plomo, cuya boca se cierra
con un
tapón á rosca, á través del cual pasa la me¬
cha, que termina en el fulminato. También se han
empleado tubos de cartón barnizados, tapando todas
las salidas con silicato de sosa:
pero tanto este pro¬
cedimiento como el de los tubos de
plomo, presentan
defectos; los ácidos los atacan á la larga, y si para
evitarlo se emplean de vidrio, córrese otro riesgo
mayor, el de la rotura.
Así que, por más que la hellliofita tenga mucha

energía y la propiedad inestimable de no dar fuego


al grisou, siempre que su combustión sea completa,
la condición de tener que ser preparada en el mo¬
mento en á emplear representa graves con¬
que se va
trariedades; el ácido tiene que conservarse y trans¬
portarse en vasos herméticamente cerrados, difíciles
de manejar, y las manipulaciones son pesadas y pe¬
ligrosas.
Hellhofita ghur. — Se trató, al igual de lo efec¬
tuado desde hace tiempo con la nitroglicerina, de
preparar la hellhofita sólida absorbida por el kiesel-
ghur, que se manufacturaba llenando los cartuchos
con la sílice de infusorios
y echando sobre ella el
líquido, cuya absorción quedaba efectuada al cabo
de una hora. Se hace entonces penetrar hasta el cen-
EXPLOSIVOS POR .REACCIÓN 153

tro del cartucho un tubito de plomo destinado á re¬


cibir el cebo detonante de fulminato, cerrando el
cartucho con la atadura usual. Mas el explosivo así
formado, pierde fuerza, porque la sílice se escorifica
con la gran
temperatura desarrollada por la explo¬
sión yabsorbe gran cantidad del calor producido,
disminuyendo en parte la energía (1).
Kinetita y roburita.—Pueden considerarse como
variedades de la hellhofita.
La kinetita se compone de nitrobencina gelati-
nizada con una nitrocelulosa soluble y mezclada con
nitratos ó cloratos y con sulfuro de antimonio. Es un
producto plástico, que resiste bien á la humedad y
que suele tener la composición siguiente:

Nitrobencina 16 á 21
Nitrocelulosa.... v 3/¿ á 1
Clorato ó nitrato álcali 78 á 82 7-2
Sulfuro de antimonio lá 3

La roburita, es una mezcla de nitrobencina clo-


ratada con un nitrato alcalino. Para producir su ex¬
plosión se necesita un gran quebrantamiento mo¬
lecular , como en todos los explosivos por reacción.
La explosión produce ácido clorhídrico que, mez¬
clado con los gases, es nocivo.

(1) Ñolas sobre los explosivos de conslitución química, por Severo


Gómez Núñez. (Memorial de Artillería.)
154 MANUAL DE EXPLOSIVOS

EXPLOSIVOS FAVIER.

Seexpenden muchas clases de pólvora Favier,


explosivo bastante generalizado en Francia. Se com¬
ponen todas de una mezcla de nitrato de amoníaco y
de derivados nitrados de la naftalina: algunas veces
llevan también nitrato de sosa (1).
El nitrato de sosa empleado es el llamado de Chi¬

le, que contiene 95 á 96 por 100 de nitrato puro.


El nitrato de amoniaco puede prepararse:
1.° ..Por doble descomposición entre el nitrato de
sosa y
el sulfato de amoníaco.
2.° Por la acción del ácido carbónico sobre una

disolución de nitrato de sosa en


agua amoniacal.
3.° Por saturación directa de las aguas amonia¬
cales por los ácidos nítricos débiles, provenientes de
la fabricación del algodón-pólvora, de la nitroglice¬
rina ó de otros explosivos nitrados.
Este último procedimiento ofrece la gran ventaja
del aprovechamiento de los ácidos débiles sobrantes
de otras industrias similares; pero caso de no con¬
tarse con este recurso son más convenientes los mé¬
todos primero y segundo.
Cuando se opera con el sulfato de amoníaco y el
nitrato de sodio, es preciso enfriar mucho las solu-

(1) Hay una buena fábrica en Saint-Denis, á cargo de M. Barthe-


lemy, director de la «Societé Franyaise des Poudres de Súreté».
EXPLOSIVOS POR REACCIÓN 155

ciones. A la temperatura de —15° la totalidad del


sulfato de sodio se deposita y no queda más que ni¬
trato de amoníaco en la solución.
Por el procedimiento segundo, el ácido carbónico
transforma el sodio del nitrato en bicarbonato casi

insoluble, que se separa por filtración; las aguas en¬


cierran principalmente nitrato de amoníaco, que se

purifica por una serie de cristalizaciones.


Si se emplea el tercer procedimiento, se intro¬
duce primero el ácido débil en vasos de gres de 200
litros y se añade en seguida, poco á poco, la disolu¬
ción de amoníaco. El vaso de gres se sumerge en
una cuba de madera, enla que circula agua fría.
Convieue evitar todo lo posible, la elevación de tem¬
peratura, que se traduce en pérdida de amoníaco. Se
agrega luego al líquido una pequeña cantidad de so¬
lución de hidrato de bario, para eliminar la escasa
porción de ácido sulfúrico que generalmente contiene
el ácido nítrico empleado.
deja reposar durante la noche, se decanta y el
Se

líquido decantado se evapora en calderas de hierro


esmaltado, de doble fondo, calentadas á vapor. Se
alimenta la caldera á medida que se evapora el agua,
con
líquidos nuevos ó con las aguas madres de una
operación precedente, hasta que marque 35 á 36° B.
Se echa entonces la disolución caliente en artesas de
fundición esmaltada, y se agrega una pequeña canti¬
dad de amoníaco, á fin de los cristales se depo¬
que
siten en un medio alcalino; para evitar la formación
de gruesos cristales se agita el líquido de tiempo en
156 MANUAL DE EXPLOSIVOS

tiempo. Cuando ha terminado la cristalización, se


decanta el agua madre, que se vuelve á aprovechar,
y se pasan los cristales al secadero, del que salen
con 2 por 100 de humedad y pueden emplearse ya en
la fabricación de la pólvora Favier.
El otro elemento, la nitronaftalina, puede em¬
plearse mono,bi y trinitrada, según el uso á que el
explosivo destine.
se
Para preparar la mononitronaftalina C10 H7.
Az O* se empieza por pasar por las muelas Grus-

son, usuales en las antiguas fábricas de pólvora, du¬


rante un cuarto de hora, una mezcla de

Nitrato de sosa ;.. . . 44'5


Naftalina refinada 55'5

Cuando las materias están suficientemente mez¬

cladas, se introduce poco en la mezcla ácida,


poco á
residuo de la fabricación de la binitronaftalina, en la
proporción de 60 kg. de mezcla ácida por 54 kg. de
mezcla de nitrato y naftalina. El ácido debe estar
contenido en un depósito de gres de 200 litros, pro¬
visto de uniones hidráulicas y de dos tubos, uno para
inyectar aire comprimido que remueva la mezcla y
otro para el desprendimiento de los vapores nitrosos.

Se acondicionan muchos de estos depósitos ó jarras


de gres de modo que los vapores vayan á una chime¬
nea común, La introducción de los 54 kg. de mezcla

en el ácido dura
próximamente tres horas. Si la tem¬
peratura de la masa se eleva por encima de 50°, se
lanza aire comprimido á través del líquido, lo que le
EXPLOSIVOS POR REACCIÓN 157

eníría rápidamente. Se deja digerir el todo durante


diezdías, agitándolo cuatro ó cinco veces por día; se
decanta, se lava la ñitronaftalina y se la esprime ó
se la seca á temperatura moderada.
La binitronaftalina C10 H° (Az O"2)2 se prepara
poniendo en una jarra de gres de 200 litros, 78 kilo¬
gramos de ácido sulfúrico á 86° B. y 36 kg. de mo-
nonitronaftalina. Cuando la disolución es completa,
se
agregan ácido nítrico á 40°,
al líquido 30 kg. de
por pequeña porción de cada vez, efectuándose esta
adición en diez horas; la temperatura no debe pasar
de 50 á 55°. Se agita frecuentemente durante diez
días, se decanta, se esprime, se lava y se seca.
Para preparar la trinitronaftalina C!0 H5 (Az
O2)3 se pasa por las muelas la mezcla siguiente:
Nitrato de sosa... .
79

Mononitronaftalina 12

Binitronaftalina.. .
9

Una vez que la-mezcla es bien íntima, se toman 25


kilogramos y se introducen en un exceso de ácido sul¬
fúrico á 60° B., previamente calentado á 90°. Duran¬
te la introducción, que no dura más que dos minutos,
se inyecta aire comprimido para activar la reacción;
la temperatura seeleva hasta 120° y la reacción se
acaba por sí misma á la media hora. Se inyecta en

tonces aire para desalojar por completo los vapores

nitrosos y se agrega á la masa 80 litros de agua para


disolver el bisulfato de sosa formado por la acción
del ácido sulfúrico sobre el nitrato de sosa.
158 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Se extrae con sifón el líquido ácido, y se lava


muchas veces la trinitronaftalina al agua caliente,
después se esprime y se seca.
Fabricación. — La fabricación de los
explosivos
Fabier comprende, la del explosivo y el encartucha¬
do, que es bastante complejo, pues, según se ve en
la figura 19, el cartucho se com¬
pone de tres partes: 1.°, envuelta
exterior de papel parafinado, que
está representada por una línea
negra sobre la figura; 2.°, cuerpo
del cartucho C, formado de pólvo¬
ra Fabier
comprimida; 3.°, detona¬
dor central P, formado de explosi¬
vo Favier en
polvo, que recibe la
detonación del cebo del fulminato
y le transmite al explosivo com¬
primido. El encartuchado se hace
con
máquinas especiales.
La mezcla explosiva de nitrato
de amoníaco y nitrato de sosa con
la nitronaftalina, se ejecuta en mo¬
linos Grusson, como en la fabrica¬
Fig. 19.a ción de la nitronaftalina, sino que
Corte de un cartucho
de
son más ligeros, pues en vez de
pólvora Favier.
C Explosivo comprimido.
pesar las muelas 5.500 kg. sólo pe¬
P Explosivo en polvo.
B Mecha y
san
1.300, y van provistas de una
cebo.
solera especial, que permite calen¬
tar la materia sometida al molido. Este calentado no

tiene interés más que para las pólvoras á base de mo-


EXPLOSIVOS POR REACCIÓN 159

nonitronatalina, que se reblandecen antes de los 40°,


pero carece de ventaja para las fabricaciones actual¬
mente implantadas en Francia á base de bi ó trini-
tronaftalina, cuyo punto de fusión es más alto.
La carga, al dosaje que se elija, es de 35 kg. La
trituración dura una hora, comprendida carga y
descai'ga. El trabajo de la materia por las muelas, se
hace tanto mejor, cuanto menos cuerpos fusibles á

baja temperatura tiene la carga. La materia molida


se orea durante veinticuatro horas y, después de
rota á mano , pasa al graneador, que es un tonel
ordinario con tela de 2'5 muí. A 30 vueltas de velo¬
cidad da en diez horas 1.000 kg. de materia. Un ta¬
mizado separa el polvo del grano. El tamiz tiene
O7 55 mm. El rendimiento es de 40 por 100.
El secado, se hace á vapor á 60 ó 70°; pero basta
con 40°, para que en siete ú ocho horas la materia
quede con 0'2 á 074 por 100 de humedad.
tiene en las pólvoras
El tanto por ciento de agua,
de nitrato de amoníaco una importancia capital. Es
suficiente 1 por 100 de humedad para hacer muy di¬
fícil la detonación franca de la pólvora Favier con
los cebos empleados normalmente. Así que todos los
talleres tienen que estar calentados, para que, al em¬

pacar los productos, no pasen de O72 por 100 de hu


medad. El empacado se hace en cajas de zinc, provis¬
tas de una abertura cuadrada de O714 mm. de lado y
recubierta de placa también de zinc, que se suel¬
una

da sobre la caja con la aleación Darcet, por medio de


un soldador hueco calentado á circulación de vapor.
160 MANUAL DE EXPLOSIVOS

La pólvora Favier así preparada tiene el aspecto


de una materia amarilla; sus constantes físicas son,
por término medio, las que siguen:
Densidad gravimétrica 0'650

real 1 '400
Granos en gramo 1.200
Humedad por ciento 0'2

El se hace en un taller
encartuchado especial,
donde, movimientos automáticos, se pesa y pasa á
por
la prensa la porción de cada pesada, de la cual salen
los cartuchos envueltos en papel parafinado, que los

preserva de la humedad.
El peso de los cartuchos varía desde 50 á 300 gra -
mos. El color delpapel exterior del cartucho cambia
segúu la naturaleza del explosivo, y se empacan en
cajas de cartón que contiene cada una 2;500 kg., las
cuales, por medio de otra máquina especial, se pasan
después de llenas por un baño de parafina.
La composición de los principales explosivos Fa¬

vier es:

1.—Pólvora Favier nú¬ Nitrato de amoníaco.. 88


mero 1 A Binitronaftalina 12

Nitrato de amoníaco.. 67
2.—Pólvora Favier nú¬
Nitrato de sosa 18
mero IB
Mononitronaftalina... 15

Nitrato de amoníaco.. 44
3.—Pólvora Favier nú¬
Nitrato de sosa 37'5
mero 2
Mononitronaftalina.. . 18'5
EXPLOSIVOS POR REACCIÓN 161

4.—Pólvora Favier nú- ( Nitrato de sosa 75


mero 3 Mononitronaftalina ... 25

Nitrato de amoníaco... 92
5.—Grisounita-roca...
Binitronaftalina 8

Nitrato de amoníaco.. . 95'5


6.—Grisounita-couché.
Trinitronaftalina 4'5

Las cuatro primeras composiciones, decre¬


van
ciendo en fuerza, desde la primera, aproxima
que se
á la dinamita núm. 1 al 75 por 100 de nitroglicerina,
hasta la cuarta, que se asemeja á las dinamitas dé¬
biles y á la buena pólvora negra. Las 5 y 6 se dedi¬
can á los
trabajos de las minas grisutosas.
Propiedades de los explosivos Favier.—Son estos
explosivos, sinóuimos de las nitramitas y amonitas.
Las composiciones 1 á 4 exigen para detonar cebos
de 1 g. de fulminato de mercurio. La cantidad de
cebo varía con la compresión de la materia; así el

explosivo núm. 1, dotado por compresión de una den¬


sidad igual á 1, necesita detonador de 0'75 g. de

fulminato; pero si se le da densidad de 1725, nece¬


sitará ya detonador de 2 g. de fulminato.
Son insensibles al choque. El explosivo 1 A, por

ejemplo, que es el más potente, no detona por el cho¬


que de un peso de 4 kg. que caiga desde 4 m. de al¬
tura. Por consiguiente, su transporte no ofrece peli¬

gro alguno, lo que representa gran ventaja sobre las


dinamitas. Son asimismo insensibles á los cambios
de temperatura, de difícil inflamación y no vene¬
nosos.

11
162 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Sinembargo, presentan algunos inconvenientes


con relación á las dinamitas. Su consistencia y
rigi¬
dez les impide amoldarse en los barrenos como la

dinamita; su densidad, inferior á la de la dinamita,


reclama barrenos de más volumen para producir el
mismo efecto: por último, son muy sensibles á la
acción del agua; una proporción de 1 por 100 de hu¬
medad basta para hacer muy difícil su detonación.
La insensibilidad de los explosivos Favier á la

helada, los hace aptos para la ruptura de los monto¬


nes de hielo, que se producen en los ríos los invier¬

nos
rigurosos.
Bellita.—Se compone de:

m — dinitrobencina. 26

Nitrato de amoníaco 74

La dinitrobencina tiene propiedades tóxicas que


restringen el uso de este explosivo.
Securita.—Es una combinación de nitrato de amo¬

níaco con binitro ó trinitrobencina ó con binitro ó


trinitronaftalina.
JRomita.—Se forma de nitrato de amoníaco, para-
fina ó naftalina y clorato de potasa. Se expende en
paquetes separados, uno que contiene el clorato de
potasa y otro el nitrato parafinado, los cuales se mez¬
clan á mano en el momento en que va á emplearse.
Detona más fácilmente que los explosivos Favier,
merced al clorato de potasa. Una vez mezcladas las
materias, debe consumirse en seguida, porque se
descompone y se inflama espontáneamente al cabo de
EXPLOSIVOS POR REACCIÓN 163

de algunos días. Es menos sensible á la humedad que


los explosivos Favier, y su poteucia equivale á la de
la dinamita.
Rack-á-Rock.—Se forma de cartuchos de clorato
de potasa comprimido, que deben mojarse antes de
su empleo, en determinados líquidos inexplosivos

por sí mismos, tales como el aceite pesado de alqui¬


trán de hulla, el sulfuro de carbono solo ó con azu¬
fre en
disolución, los derivados nitrados de los car¬
buros aromáticos, etc.
El
mejor Rack-á-Rock, es una mezcla de clorato
de potasa con nitrobencina, en la proporción de cinco
partes de clorato por una de nitrobencina, con la cual
el carbono se quema por completo en el estado de
ácido carbónico. Si no es incon-vemiente la presencia
de gas óxido de carbono, se puede poner una parte
de nitrobencina por tres de clorato.
Puede reemplazarse la nitrobencina por una mez¬
cla de nitrobencina y de tolueno.
Cabe también emplear el producto de la nitración
del aceite pesado de hulla, con una mezcla de nitro-
bencina, nitrotolueno, ácido pícrico, etc.
Su potencia es análoga á la de la dinamita al 75
por 100, pero no es tan fácil su uso, que está poco
extendido.
En general, los explosivos en que entra el clora¬
tode potasa son poco potentes, porque este clorato
encierra sólo el 39 por 100 de oxigeno, el resto está
constituido por un cuerpo inerte, el cloruro de pota¬
sio, que disminuye el poder de la mezcla.
164 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Plancastita.—Se conocen con este nombre dife¬


rentes mezclas propuestas por M. Turpín. En ellas, el
cuerpo comburente, el ácido liipoazóico, que por
es
su cualidad de
permanecer líquido basta 26° es más
manejable, pudiendo ser mezclado con compuestos
combustibles líquidos en el momento de su empleo,
cual el sulfuro de carbono, la nitrobencina, el nitro-
tolueno, el petróleo, el éter, etc.
Cada líquido, separadamente, es inexplosivo. La
mezcla no pudiendo usarse sola
detona fácilmente,
ó absorbida por una substancia inerte, al igual que la

dinamita. Al aire libre arde produciendo gran clari¬


dad, por cuya razón se ha pretendido usarla para
señales de noche en la telegrafía de campaña.
Debe no olvidarse, que el ácido hipoazóico es
muy volátil y sus vapores son peligrosos para la res¬
piración.
Bajo el punto de vista de la sensibilidad , presen¬
tan las plancastitas mucha diferencia, según sea su

composición.
Por ejemplo, la plancastita al sulfuro de carbono,
formada de 10 volúmenes de sulfuro de carbono y 15
volúmenes de ácido hipoazóico, es muy sensible al

choque, y en cambio la formada por 10 volúmenes


de sulfuro de carbono y 5 de ácido hipoazóico, no de¬
tona por el choque de 6 kg. cayendo de 4 m. de al¬

tura.

La plancastita más enérgica, está formada por 10


volúmenes de nitrotolueno y 12 volúmenes de ácido
hipoazóico. Es más potente que la dinamita y de gran
EXPLOSIVOS POR REACCIÓN 165

facultad rompedora, pero las propiedades corrosivas


del ácido hipoazóico y su extrema volatilidad, se
oponen á su empleo en las minas y en la guerra.

EXPLOSIVOS DE SEGURIDAD.

Aun cuando los explosivos Favier ofrecen ya


condiciones de seguridad que no reúnen las dinami¬
tas, ha sido necesario buscar nuevas combinaciones
que den mayor garantía, principalmente para los tra¬
bajos en las minas grisutosas.
Se caracterizan estos explosivos por la tempera¬
tura pocoelevada que producen en la detonación,
menor que que corresponde á la inflamación prác¬
la
tica del gas grisou.
En el capítulo IVT hemos dado algunos datos acer¬

ca de estos compuestos, al tratar de los explosivos

sin llama, los que completaremos en este.


Grisoutita:

Nitroglicerina 44 por 100


Celulosa 12 ,,

Sulfato de magnesio cristalizado. 44 „

Se fabrican grisou titas al kiesselghur, substitu¬


yendo éste á la celulosa, que son entonces verdade¬
ras dinamitas diluidas por el sulfato de magnesio.

Cuando detona al aire libre, da 2.029° de tempe¬


ratura, pero en vaso cerrado sólo llega á 1.295° por la
deshidratación del sulfato. Produce óxido de carbono.
166 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Wetterdinamita.—Es una dinamita mezclada con

carbonato de sosa
cristalizado, en partes iguales, de
modo que el tanto por ciento de nitroglicerina es de
36 á 87.
Tienen el inconveniente de ser menos potentes y
más propensas á la helada
y á la exudación.
Grisoutina al nitrato de amoníaco.—La fabricada
en Paulilles, marca M, es una mezcla de
Nitrato de amoníaco 80 por 100
Dinamita ghur al 75 por 100. 20 .,

La grisoutina B es una dinamita-goma, que con¬


tiene:

Nitrato de amoníaco. 88 partes.


2 por 100 de algodón
octonítrico.
Nitrogelatina 12
98 por 100 de nitro¬
glicerina.

Estos dosexplosivos, contienen exceso de oxíge¬


no, y por lo tanto, satisfacen alas prescripciones de
la ley francesa.
Su temperatura de detonación está comprendida
entre 1.450 y 1.500°: con una mezcla de 70 partes de

nitrato de amoníaco y 30 partes de nitrogelatina al


2 por 100 de algodón
octonítrico, se obtiene un ex¬
plosivo notablemente enérgico, cuya temperatura de
detonación es de 1.815°.

Dinamita-gelatina al amoníaco.—Ha sido estudia¬


da por M. Iíenrotte, y se compone de
POR REACCION 167
EXPLOSIVOS

27'3 por 100


Nitroglicerina
Algodón colodion
Nifrato de amoníaco 72'0

Su temperatura de detonación es 1.800°.


La preparación de estos productos es análoga á
la de la estabilidad resul¬
dinamita ordinaria, pero su
ta aún menor que las de las dinamitas adicionadas

de sales cristalizadas, porque el nitrato de amoníaco


absorbe mucho la humedad atmosférica y puede dar

origen á una fuerte exudación de nitroglicerina: son


también propensos á helarse, como todos los explosi¬
vos de base de nitroglicerina.
Explosivos de algodón-pólvora y nitrato de amonía¬
co.—Se emplea el algodón-pólvora en estado de hu¬
medad, conteniendo el 30 á 35 por 100 de agua, y el
nitrato de amoníaco con 100 de agua;
1 l/.2 á 2 1/2 por
éste se tritura en muelas ligeras de 0'75 de diáme¬
tro y 500 kg. de peso, á la velocidad de 10 vueltas

por minuto, y después se pasa por un tamiz de 2 mm.


Determinada la cantidad de agua del algodón-
pólvora y del nitrato de amoníaco, se les pesa y se
forman cargas de 10 kg., conteniendo en peso secos:
Núm. 1. Num. 2.

Nitrato de amoníaco 90'5 80


9'5 20
Algodón-pólvora....
El explosivo núm. 1, es destinado á los trabajos
en roca; el núm. 2, á los trabajos en capa ó materia
blanda (couché).
168 MANUAL DE EXPLOSIVOS

El algodón-pólvora empleado da 170 á 180 centí¬


metros cúbicos de ázoe por gramo, que corresponde
á un
algodón octonítrico. A las de 10 líg.
cargas se les
adiciona agua basta obtener 7 á 7 1/2 Por
100 de hu¬
medad con el núm. 1 y 15 por 100 para el núm. 2. Se
tritura en muelas ligeras durante tres cuartos de
hora,
carga y descarga comprendida, y se termina por una
compresión, que se obtiene moviendo lentamente las
muelas á mano. La materia asípreparada, se somete
á un
primer tamices de 12 mm.; en seguida
graneo en
se seca veinticuatro horas; durante el secado se con¬
vierten los pedazos en terrones; éstos se rompen
haciéndoles pasar entre dos cilindros de madera
y
se tamizan á diámetros de 3 mm.
y de 0'65 mm. La
materia, formada por granos, comprendidos entre
esas dos dimensiones, se seca de nuevo durante seis
á siete horas, y se conserva en un lugar seco hasta
el momento en que se va á prensar.
El polvo separado el tamizado de O7 65 milí¬
por
metros, se repasa en seco por las muelas durante
cinco minutos y otra vez se pasa
por el tamiz de
O7 65 mm., poseerá entonces una densidad
gravimé-
trica de 07530 á 07570 para el
núm. 1, y de 07440 á
07470 el núm. 2. Este polvo se
emplea como detona¬
dor pulverulento en la confección de cartuchos.
Los granos comprendidos entre 0765 mm.
y 3 mi¬
límetros, tienen las cualidades físicas siguientes:
Número 1. Número 2.

Densidad real 1'520 1'425


Idem gravimétrica. 0'520-0'540 0'43E-0'460
EXPLOSIVOS POE EEACCIÓN 169

Se comprimen con máquinas especiales, como los


explosivos Favier, en cartuchos de 50 ó de 100 gra¬
mos. La envuelta de los cartuchos suele ser de papel

pergamino, que se parafina, acondicionándose des¬


pués en cajas de zinc, que se sueldan con soldadura
Darcet. No deben sacarse de la caja hasta el mo¬
mento de usarlos, pues si se humedece la materia

resulta insensible al cebo ordinario. No explotan en

capa delgada por el choque del martillo, y pueden ser


atravesados por un hierro candente, sin detonar. A
la acción de la llama, el explosivo núra. 1 se hincha

y ennegrece, pero no arde; el núm. 2 se inflama y


arde lentitud extrema, dejando poco residuo.
con

El núm. 1 detona bien con cebo de 1'5 g. de

fulminato, y el núm. 2 con 1 g.¡ y también, aunque


menos seguramente, con cebos de 0'75 g. La tem¬
peratura de detonación es 1.530° para el núm. 1, y
1.930° para el núm. 2.
La potencia del núm. 1 es 75 por 100 de la dina¬
mita núm. 1, y la del núm. 2?88 por 100.
Todos estos explosivos de baja temperatura de

detonación, sólo producen su efecto con fuerte atra¬


que de los barrenos.
Explosivos por yuxtaposición al nitrato de amonia¬
co.—En éstos, al nitrato de amoníaco se agrega una
materia que no es explosiva por sí misma. Sólo su
mezcla con un cuerpo que la proporcione oxígeno
puede hacerla explosiva, de modo que ofrecen mucha
seguridad.
Wesfalita.—Mezcla de nitrato de amoníaco y de
170 MANUAL DE EXPLOSIVOS

resina. Se disuelve en 3 1/a partes de alcohol, 6 i/i


partes de í-esina, y vierte sobre 90
la disolución se
partes de nitrato mezcla íntima¬
de amoníaco y se
mente. El producto se deseca, se pulveriza de nuevo

y se pone en cartuchos, previas las precauciones


contra la humedad, que exige el nitrato de amoníaco.

G-risounitas Fabier:
i

Ndúmero orden. NOMBRE DEL EXPLOSIVO


Nditreao amonic. tronaf- talina. Trainft-o talina. dCrloeoru amonic.
iDin
1 Antigrisou Favier núm. 1. 88 12 ?)

2 —

núm. 2. 81'5 ll'l 7'4

3 — —
núm. 3. 82 5 13

4 Grisounita-roca 92 8 ?) »

5 Grisounita-couché 95'5 >5


4'5 r>

Los tres primeros se en Alemania, y los


fabrican
otros dos en Francia. Su
preparación es parecida á
la de los explosivos Favier, pero el encartuchado
exige máquinas especiales llamadas boudineuse, pues
ya se comprende que tiene que hacerse en polvo á
causa de no
poderse comprimir un producto tan rico
en nitrato de amoníaco, sin riesgo de detonación.
La temperatura de detonación de la grisounita-roca
es 1.875°
y la de la grisounita-couché 1.445°.
Estos explosivos, excepción del antigrisou nú-
EXPLOSIVOS POB BEACCIÓN 171

mero 1, contienenexceso de nitrato de amoníaco, que


evita que se forme óxido de carbono, gas muy per¬
judicial: tienen el inconveniente de la kigroscopici-
dad, pero esta es común á todo3 los explosivos de
seguridad: los explosivos Favier ofrecen la ventaja
de la gran seguridad en la fabricación y en la ma¬

nipulación, que anula todo peligro.


La siguiente tabla, da á conocer las característi¬
cas
principales de los explosivos empleados en las
minas grisoutosas:
LO

H
O"
2.a
la
de

o-
o
en

óxi- combus¬ simple cota¬ Son incombust¬


OBSERVACIN áloreplraotdivsuctss detonació cvearsadoos. cporondtiuects tóxico, cognatiese ncombousil descponartie. ósimple
Los

37 ddcgaoerbosn, sqquueman
tibyle
Solo8ó7.
i
ment . Gases
80
45
Idem. Gases
61
bles.
Idem. Idem. Idem. Idem. Idem.
ICO
58
74
75

3O. EL-a. =>


V

s
3 <a
Ocrq ro

154'037 3G0'162 3 0'9 0 185'460 25 '195 413'C O 240' 0 30 '90 290' 0 34O'0CO

Tempratu detonació.
vaso
En

cerado. 1.295° 2.139


áinfer(ior ináferio
2.040 1.420 1.8C0 2.900 1.4 5 1.875 1.530 1.930

liabirree 2.0 9° 2.139 2.040 1.420 1.80 2.900 1.4 5 1.875 1.530 1.930
de

Al

DELEXPLOSIV álGriascoeluutosaa. FA1natignvrúsierour. 2idnúm.. 3idnú.m. 7Dd1ina0pa2meoitlr dameoníc 7D1in0apa5mo.itlra Griscoouunthaé Grisroounctaa E1Axplngloús¬—mi.v dón-aapmolnvíoclr. 2EAxplngloús.¬—miv dón-aapmolvnoílrc.
CLASE
Idem Idem
nitrao
PÓLVORAS SIN HUMO 178

CAPITULO X.

Pólvoras sin humo.

Origen de la pólvora sin humo.—Su clasificación.—Primeras materias


de fabricación.—Gelatinización y amasado del algodón-pólvora.—
Laminado.—Corte y graneo. —Secado.—Pólvoras de caza.—Pólvo¬
ras sin humo españolas.

pólvora sin humo, el fusil de pequeño calibre


La

y el empleo de los proyectiles cargados con explosi¬


vos de gran poder, son tres descubrimientos impor¬

tantísimos que han revolucionado las condiciones de


la guerra moderna. Su aplicación es hoy general en
los ejércitos de todos los pueblos civilizados.
El humo de la pólvora entorpece las maniobras

y denuncia las posiciones en el campo de batalla; así,


que desde el descubrimiento del algodón-pólvora, se
trató de aplicarlo á las armas para evitar esos in¬
convenientes; presencia de dificultades, que
mas en
durante muchos años se creyeron insuperables, se
renunció á tal idea y se procuró aminorar el defecto
perfeccionando las antiguas pólvoras negras. Siendo
el azufre el principal origen del humo, y no creyén¬
dose que era factible suprimirlo por completo en la
composición de la pólvora, se aminoró su dosis. La
pólvora chocolate fué el primer paso en ese sentido.
174 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Pensóse también substituir el nitrato de potasa


por
el nitrato de amoníaco, pero con
poco éxito, á causa
de la bigroscopicidad. Se recurrió á los picratos y se
esforzaron las inteligencias en busca de soluciones,
entre ellas la dada
por el capitán Scbultze, que con¬
sistía en la nitración de la pulpa de
madera, de la que
resultaba una pólvora aplicable á las armas de
caza,
pero demasiado rompedora para las armas de guerra,
llegando á resolverse el problema en 1884, época en
que Mr. Vieille discurrió modificar totalmente la
estructura y el funcionamiento del algodón-pólvora,
mediante disolución y compresión, dando origen á
su

un nuevoproducto explosivo, aplicable á las armas


de guerra de pequeño
calibre, que pronto se extendió
á las de artillería de los calibres
mayores. Algunos
años después, Mr. Nobel
imaginó combinar las pro¬
piedades del algodón-pólvora con las de la nitrogli¬
cerina, produciendo la gelatinización del primero me¬
diante la incorporación de la segunda.
Clasificación.—Nacieron de aquí, dos grandes gru¬
pos de pólvoras sin humo :
1.° Las de base de
algodón-pólvora puro.
2.° Las formadas por algodón pólvora y nitrogli¬
cerina.
Primeras materias.—Las primeras materias que
entran en la
composición de las pólvoras sin humo
son: el
algodón-pólvora y la nitroglicerina de una
parte, y los disolventes orgánicos déla otra, siendo
los más usados entre éstos, el éter
(56° B.) mezclado
con alcohol, el acetato de etilo
y el acetono.
PÓLVORAS SIN HUMO 175

En las pólvoras de caza se emplean también los


nitratos de potasa y de barita y el bicromato de
amoníaco.
Cuanto á la nitroglicerina 3' al algodón-pólvora,
ya hemos descripto en los capítulos III y VI de este
libro la manera de fabricarlos, insistiendo ahora en
que el mejor método de nitración del algodón para
aplicarlo á las pólvoras sin humo, es el de Selwig et
Lange, operando en máquina centrífuga (fig. 20y
el recientemente patentado por la Sociedad Nobel de
Viena, que hace la nitración en el vacío y obliga á
los ácidos á penetrar rápidamente hasta el corazón
de las fibras del algodón. Estos adelantos son de

gran interés para la fabricación de pólvoras sin humo,


en las cuales debe procurarse que la nitrocelulosa

empleada posea el mayor grado posible de homoge¬


neidad.
La preparación de los disolventes, suele ser in¬
dustria separada de las fábricas de pólvora, por más
que algunas, no sólo posean como anexo la fabrica¬
ción de ácidos, sino la de nitratos, éter y acetono,
que se hace por la destilación seca del acetato de
calcio, obtenido como accesorio de la destilación
seca de las maderas. Los tratados de Química, y el

Memorial des poudres et Salpetres, dan minuciosos


detalles de estas primeras materias auxiliares en la
fabricación de la pólvora, que no son de este lugar.
Fabricación. Comprende la fabricación de las

pólvoras sin humo, cuatro partes, contando de ante¬


mano con las primeras materias antes dichas:
176 MANUAL DE EXPLOSIVOS

'

ívp

Fig. 20.a
Nitrador centrífugo Selwig et Lange.

a Tubo de evacuación de ácidos. i Llave para vaciar el líquido arras¬


c Entrada de ácidos regulada por trado.
la llave h. Tubo de evacuación de vapores
d Algodón. nitrosos,
e Eje vertical de la centrífuga. w Boca de carga.
f Chimenea que va al aspirador.
PÓLVORAS SIN HUMO 177

1.a Gelatinización y amasado del algodón-pól¬


vora.

'2.a Laminado.
3.a Corte ó moldeo.
4.a Secado.
Gelatinización.—El algodón-pólvora destinado á la
gelatinización, debe estar tan dividido y seco, como
sea posible, antes de mezclarlo con el disolvente. Se
seca en locales
especiales, calentándolo durante un
día á 40°. Cuando se emplea el éter á 56° B., puede
usarse algodón-pólvora rociado con alcohol puro, que

acelera el secado.

La composición del disolvente, varía según el

grado de nitración del algodón-pólvora. El algodón


al máximum de nitración sólo es soluble en el aceto-
no: la celulosa decanítrica es insoluble en el éter y
en el alcohol puros, pero se disuelve en una mezcla
de éter á 56° B., así como en el éter acético. Iguales
disolventes sirven para las nitrocelulosas ennea y
octonítricas. Los tres disolventes más usados son,
pues, el éter á 56°, el acetono y el acetato de etilo.
La máquina mezcladora y amasadora generalizada
en las fábricas de pólvora sin humo, es la de Warren
etPfleiderer, de Cannstatt (Wurtemberg), que ya
hemos dado á conocer en el capítulo IV (pág. 81).
Las fabricas de pólvora francesas emplean la amasa¬
dora ideada por M. Claudel-Page (fig. 21.a) En todas
es muy esencial que la gelatinización se efectúe en
vasos
cerrados, porque los disolventes son muy volá¬
tiles: primero se introduce en el aparato el algodón-
12
178 MANUAL DE EXPLOSIVOS

pólvora, se cierra y se hace entrar la cantidad nece¬


saria de disolvente para obtener una pasta de me¬
diana consistencia: al cabo de las
de algunas vueltas
paletas, la nitrocelulosa se encuentra repartida en

Fig. 21.a

Mezcladora-amasadora Claudel Page.

toda la masay empieza á disolverse. El tiempo nece¬


sario para la gelatinización varía según el disolvente
y el grado de nitración del algodón; suele durar, ge¬
neralmente, de seis á ocho horas. Esta operación no
es
peligrosa para las combinaciones en que no entra
la nitroglicerina. Se construyen amasadoras de do¬
ble envuelta que permiten calentar ó enfriar, según

convenga, la materia.
Cuando el disolvente empleado es el éter á 56°,
no es necesario operar con algodón - pólvora seco.
PÓLVORAS SIN HUMO 179

Este, después de lavado y oreado, contiene 30 por


100 de agua, y si sobre él, á tal grado de humedad,

se hace actuar una corriente de alcohol tan finamente


dividido como
posible, arrastrará el agua sin ac¬
sea

tuar sensiblemente sobre elalgodón-pólvora, de suer¬


te, que al cabo de poco tiempo, toda el agua quede
eliminada y el algodón-pólvora estará impregnado
de alcohol. En tal estado se orea la materia, con lo
cual se
la mayor parte del alcohol y se
evapora
introduce en la máquina mezcladora: un análisis li¬
gero, dará á conocer la proporción de alcohol que
lleva. Entonces se introduce en el mezclador la canti¬
dad de éter á 56° B., necesario para dar con el alcohol
contenido en el algodón-pólvora la mezcla disolvente
usual. Tal procedimiento de eliminación del agua,

presenta sobre la desecación, grandes ventajas prác¬


ticas; la manipulación del algodón-pólvora seco es
peligrosa exige precauciones especiales: las par¬
y
tículas ténues que se desprenden del algodón-pólvo¬
ra
seco, forman depósitos pulverulentos de extrema¬
da sensibilidad explosiva, así que el secado de esta
materia ha originado numerosos accidentes: todos
esos
peligros desaparecen con el secado al alcohol,
sin que por ello aumente mucho el dispendio, porque
en
realidad, sólo se gasta el alcohol que entra en la
mezcla disolvente, pues, el que se emplea en ro¬
ciar la materia, se recoge, rectifica y vuelve á ser¬

vir, mediante un aparato en que esta operación


constituya un verdadero ciclo. Con ese procedimien¬
to, los peligros de fabricación desaparecen por com-
180 MANUAL DE EXPLOSIVOS

pleto, lo cualno es pequeña ventaja de las pólvoras


de nitrocelulosa sobre las que contienen nitroglice¬
rina y sobre las antiguas pólvoras negras.
En Caulille (Limbourg belga), se introducen pri¬

mero en la amasadora unos cuantos litros de disol¬

vente, después se agregan algunos kilogramos de al¬


godón-pólvora y se hace girar un poco las hélices,
luego se añade más algodón-pólvora, después disol¬
vente, y, por último, algodón-pólvora. En total 20 ki¬
logramos de algodón-pólvora y 11 de disolvente.
La forma después de disuelto y
pasta que se
amasado el algodón-pólvora, no es explosiva, pero
es muy inflamable, y por lo tanto deben, tomarse

precauciones grandes contra el fuego.


Laminado.—La pasta que produce la amasadora,

pasa al laminado, que tiene por objeto aumentar la


densidad del producto, darle uniformidad y princi¬

piar la eliminación del disolvente. Esa operación se


ejecuta de dos modos distintos: por medio de pren¬
sa hidráulica ó con un laminador. Las prensas ade¬
cuadas á este trabajo, son de M. Morane, de París,
y los laminadores más usuales los construye Pried
Krupp de Grusonwerk (fig. 2.2.R) y también Warren
etPfleiderer, y se componen de dos cilindros hori¬
zontales de fundición endurecida, colocados uno al
lado de otro, y un situado debajo del
tercer cilindro
anterior, todos ellos huecos. Los cilindros van calen¬
tados á vapor y pueden aproximarse ó separarse más
ó menos sobre sus cojinetes. Este tren de cilindros, es
el desbastador y desde él pasan á otro afinador, for-
PÓLVORAS SIN HUMO 181

mado por dos cilindros huecos por los que circula


agua caliente. Los cilindros están provistos de llaves
y tubos para la circulación de vapor de agua y de

agua fría.

Fig. 22.a

Laminador desbastador.

A Tolva por donde entra la pasta. E Contrapeso de la regleta F.


B Eje del agitador. G Tablero para recibir la lámina.
Cilindros laminadores.

Merced á la fuerte tensión de los laminadores,


lasampollas desaparecen, y la compresión, ayudada
por el calor, aumenta la acción del disolvente que
aún contiene la nitrocelulosa, de manera que la ma-
182 MANUAL DE EXPLOSIVOS

teria resulta homogénea y transparente, de una


consistencia análoga á la del caucho.
Las láminas salen el espesor que se quiere,
con

regulando previamente la distancia entre los cilin¬


dros; también pueden reunirse varias láminas
pero
de un pequeño y uniforme, y obtener,
espesor muy
por su laminado, otras, perfectamente homogéneas,
de diversos gruesos, convenientes para las distintas
clases de pólvora; en la pólvora de caza se lamina
á O'l mm., en la de fusil á 0'3 y para la de cañón
de campaña á O77.
La temperatura de los cilindros laminadores no
debe pasar de 60°; una temperatura más elevada po¬
dría ejercer perjudicial influencia sobre la conserva¬
ción del algodón-pólvora, y produciría el endureci¬
miento superficial de las láminas, que dificultaría
la fácil eliminación del disolvente aprisionado eii el
centro de la masa.

El sistema de laminadores es más barato y


rápi¬
do que el de éstas se obtienen pro¬
prensas, pero con
ductos más densos y uniformes y se pierde menos
disolvente. En Francia, para las pólvoras de guerra,
en que los defectos de
compacidad producen irregula¬
ridades en las presiones, se da preferencia al sistema
de prensas hidráulicas, aunque poniendo mucho es¬
mero en el
trabajo pueden obtenerse análogos resul
tados con los laminadores. El laminado debe hacerse
con mucha lentitud.
Corte y graneo. — Al salir la pólvora en forma de
hojas del laminador, pasan éstas á una máquina que
183

las corta en bandas, las cuales á su vez se trocean en


cuadraditos ó en discos pequeños, pudiendo también

reducirse á granos, según la clase y dimensiones de


la de pólvora que se quiera obtener.

Máquina cortadora.

na Cuchillas circulares montadas y Cuchillas laterales,


sobre los ejes bb. g Peine.
e Cilindro que guía la lámina.
184 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Lasmáquinas cortadoras se componen de una


serie de cuchillascirculares, montadas paralelamen¬
te en un mismo eje rotatorio
(fig. 23.a)] estas cortan
las hojas en bandas estrechas y largas que
pasan por
debajo de otra cuchilla circular, que las reduce á me¬
nudos cuadraditos. Construyen, entre otros, estas
máquinas, en Francia M. Morane, y en Alemania
Bolle et Jordán, de Berlín, y M. Emst Schiess de
Dusseldorf-Oberbilk.
Secado.—Al salir del corte y graneo, la pólvora
contiene aún pequeña cantidad de disolvente, que se
expulsa secándola durante tres ó cuatro días á 40° 0.
La operación tiene
gran importancia, porque si que¬
da disolvente la
en
pólvora, se volatilizará lenta¬
mente en los almacenes, alterándose la constitución
del producto, que se volverá más poroso, y, por tanto,
más rompedor, variando las presiones y velocidades
que sirvieron de norma para el cálculo y dosificación
de la pólvora.
La desecaciónse hace en
estufas, y mejor en el
vacío, en los aparatos ideados por M. Passburg, de
Berlín, con los cuales se disminuyen considerable¬
mente los
riesgos de explosión, siempre que la cá¬
mara de vacío sea bastante
amplia en relación con
la cantidad de explosivo. Con el
vacío, se obtiene
también la ventaja de que los cuerpos volátiles, al¬
cohol, éter, acetono, agua, etc., se eliminan más rá¬
pidamente, lo que evita el tener la pólvora mucho
tiempo á esa temperatura de 40°, que produce, á la
larga, descomposición lenta. Con este método, es po-
PÓLVORAS SIN HUMO 185

sible asimismo recoger el disolvente volátil


empleado
en la
fabricación, basta el punto de que, en una pól¬
vora obtenida
por el acetato de etylo, por ejemplo,
se
recogen 20 litros de acetato por cada 10 kg., que
es 1a. carga normal del aparato. La operación dura
tres horas y cada estufa puede secar en veinticuatro
horas 500 kg. de pólvora, recuperando 140 litros de
éter acético. Una vez seca la
pólvora, sufre un pavón
de grafito y algunas veces se colorea con anilina.
En algunas pólvoras, no se
elimin^ del todo el
disolvente, sino que se les deja una parte de él, á fin
de disminuir su naturaleza rompedora, lo que se pue¬
de obtoner igualmente agregando un poco de alcohol
al acetono; pero en las de guerra, es indudable que
hay que ir á la eliminación absoluta del disolvente,
porque sino, su volatización lenta, aumentará la vi¬
vacidad.
Con objeto de disminuir las presiones, se ha idea¬
do agregar á la nitrocelulosa, algunas materias car-
bonáceas, cual la resina, la pez negra, etc.
Pólvoras coloidales.—Se preparan otras pólvoras
llamadas coloidales, en las que no entra la nitroglice¬
rina. Están formadas por el coloide (algodón-pólvora,
y un disolvente cualquiera), asociado á una propor¬
ción variable de uu nitrato metálico ó de una mezcla
de nitratos. Presentan ciertas ventajas de inflama¬
bilidad, que compensan los inconvenientes de ser
inferiores en fuerza al fulmicotón puro y de producir
algún humo. La mezcla de los nitratos se hace en la
máquina amasadora, la cual, en unión del laminado,
186 MANUAL DE EXPLOSIVOS

asegura suficientemente la homogeneidad del pro¬


ducto.
La pólvora llamada B. N., para cañones de grue¬
so calibre, pertenece á este tipo; su composición es:

Algodón-pólvora.. 70
Nitrato de bario.. 20

de potasio 10

También ha
propuesto asociar al algodón-pól-
se

va nitropentaeritrita, que se asegura regulariza


la
la combustión, resultando una pólvora á propósito

para las grandes piezas, dotada de estabilidad ma¬


yor que las de piróxilo.

PÓLVORAS FORMADAS CON ALGODÓN-PÓLVORA


Y NITROGLICERINA.

Se derivan de la
dinamita-goma, que ya hemos
descrito capítulo IV, de la que se diferencian
en el
en que la proporción del algodón-pólvora es mayor,

lo que las hace menos sensibles á los choques brus¬


cos
y adaptables á las armas de guerra, en las que
la descomposición del explosivo tiene que ser por

deflagración simple y no por detonación.


Estas pólvoras se fabrican de manera parecida á
las de fulmicotón puro.
Las principales clases que se conocen , más
y que
usa el
ejército inglés son, la balistita filita
y debida
á Nobel, y la cordita, que pertenece á MM. Abel y
Deivar.
PÓLVORAS SIN HUMO 187

Balistita.—Su composición es:

Algodón colodion 50

Nitroglicerina 50

Para aumentarla estabilidad de esta pólvora, se


la incorpora algunas vecesel 1 por 100 de una ma¬
teria orgánica, por ejemplo, la anilina. La unión de
tan fuerte cantidad de algodón-pólvora á la nitrogli¬

cerina, ofrece dificultades; 8 á 10 por 100 de algodón-


pólvora bastan para solidificar la nitroglicerina en la
dinamita-goma, así que existía el temor de que con
proporciones más considerables de algodón-pólvora,
la mezcla fuese incompleta, quedando nitroglicerina

libre, lo cual constituiría grave peligro.


Al principio, la fabricación de estas pólvoras se
bacía empezando por efectuar la mezcla del algodón-

pólvora con la nitroglicerina, á temperatura de 6 á 8o


empleando la nitroglicerina en exceso (6 á 8 partes),
con lo cual sólo se
conseguía impregnar uniforme¬
mente la masa de algodón-pólvora. El exceso de ni¬

troglicerina se eliminaba después por medio de pren¬


sas
centrífugas, la torta resultante se amasaba á 60°,
produciéndose con esta operación la disolución del
algodón-pólvora en la nitroglicerina. Este procedi¬
miento lleva consigo enorme peligro de explosiones.
Actualmente se sigue el sistema de MM. Lund-
holm y Sayers, que se funda en el principio de operar
la combinación de las cantidades convenientes de

nitroglicerina y de nitrocelulosa, en presencia de un


líquido que no disuelva ninguna de las dos substan-
188 MANUAL DE EXPLOSIVOS

cias. Se hallegado así á incorporar 85 á 90 partes de


algodón-pólvora con 15 á 10 de nitroglicerina.
El algodón-pólvora en pasta al 30 por 100 de agua,
tal como sale de las centrífugas, se introduce en un
depósito de chapa que contieue agua caliente á 60°,
manteniendo la masa en constante agitación por me¬
dio de una corriente de aire comprimido, de modo que
resulte un líquido lechoso homogéneo. Poco á poco,
se va introduciendo en el depósito la cantidad conve¬

niente de nitroglicerina, haciéndola llegar al fondo


del recipiente, finamente dividida, por medio de un

recipiente de aire comprimido. Cuando la absorción


es completa, lo que se conoce por el examen del lí¬

quido que no debe dar nitroglicerina libre, se somete


la masa á la centrífuga para expulsar el agua y luego

sufre muchas veces el laminador, igual que se hace


con la pólvora de nitrocelulosa pura. Los cilindros

laminadores se calientan de 50 á 60°, el laminado


expulsa el agua, en parte mecánicamente y en parte
por evaporación, y al mismo tiempo completa la com¬
binación de las dos materias explosivas, obtenién¬
dose planchas que pueden cortarse en la forma de¬
finitiva que haya de tener la pólvora. Si se quiere en

pequeños discos, se hace uso de prensas especiales.


Cordita.—La cordita tiene la siguiente composi¬
ción:

Algodón de guerra á 90 por 100 de in-


soluble 37
58
Nitroglicerina
Vaselina 5
PÓLVORAS SIN HUMO 189

En las pólvoras para tiro al blanco se suprime la


vaselina.
Elalgodón-pólvora, que es insoluble en la mezcla
de alcohol y éter, lo es también en la nitroglicerina,
mas si se emplea un disolvente común á las dos subs¬

tancias se obtiene un coloide que persiste después de


la evaporación del disolvente. Se aplica con este ob¬
jeto el acetono á razón de 19 á 20 kg. por cada 100 ki¬
logramos de mezcla y se opera del modo que sigue: El
algodón-pólvora desecado, se mezcla á mano con la
nitroglicerina; la mezcla se introduce en la amasa¬
dora, adicionándole la cantidad indicada de acetono,
y se amasa durante tres horas. El amasador y su
agitador han de ser de bronce con doble envuelta
por la que circula agua fría. Lleva una cubierta de
madera con todas las junturas cerradas con caucho,
provisto de un cristal para observar la marcha de la
operación, y que evita la evaporación del disolvente.
La sensibilidad extrema de la nitroglicerina, exi¬

ge otra condición especial de la máquina amasadora;


la de que el eje de las paletas no produzca ningún
género de frotamiento en el interior del aparato.
Para conseguirlo, el eje penetra libremente á través
de las paredes del mezclador, quedando separado
del metal que las forma por V2 mm. de juego. Los

cojinetes del eje, van fuera del aparato, y entre las


paredes del depósito y los cojinetes, hay unos discos
metálicos, que detienen las materias que pudieran
ser arrastradas por el eje á través del espacio libre

que deja su juego.


190 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Después de tres horas y media de amasado, se


introduce la
máquina la vaselina y se prolonga la
en

operación otras tres horas y media; la masa aparece


entonces pastosa, de un pardo claro, y con tenden¬

cia á calentarse más allá del punto de ebullición del


acetono (56°), lo que se evita por circulación de
agua fría en la doble envuelta y si es necesario en
las paletas. La cordita se comprime en seguida en
una prensa provista de una hilera que la transforma

en hilos continuos, de diámetro variable á voluntad,


podiendo también prepararse en forma de tubos
(macarrones), lo mismo que se hace con las pólvoras
de nitrocelulosa pura. El hilo ó cuerda que sale de la
prensa, se enrolla sobre carretes metálicos, que se
secan enestufa á 40°, durante tres á ocho horas,
porque la cordita retiene tenazmente señales de los
disolventes que han servido para producirla.
Cuando las cuerdas son de gran diámetro, se
cortan en trozos ,y se forman con ellos paquetes de
filamentos que se secan á la estufa. Las dimensiones
más usadas en el ejército inglés son:
Pólvora de
fusil, filamentos de 0'95 mm. de diámetro.
Pólvora de cañón de tirorápido de 120 mm., filamen¬
tos de 350 mm. de longitud y 5 mm. de diámetro.
Pólvora de cañón de tiro rápido de 150 mm., filamen¬
tos de 350 mm. de longitud y 7'5 mm. de diámetro.
Pólvoras de gruesos cañones de 300 mm., filamentos
de 350 mm. de longitud y 12'25
mm. de diámetro.

Se han hecho muchos ensayos para reemplazar


el algodón-pólvora por el almidón nitrado, en la fa-
PÓLVORAS SIN HUMO 191

bricación de pólvoras sin humo, sin lograr hasta aho¬


ra éxito, pero no se puede negar que llegue á obte¬
nerse, pues el almidón nitrado ofrece la ventaja sobre
la nitrocelulosa de dar estabilidad suficiente: que¬

dan, pues, hoy imperando las dos pólvoras sin humo


de base de nitrocelulosa pura, preferida en Francia,

España y otras Naciones, y las de nitrocelulosa y


nitroglicerina preconizadas en Inglaterra.
En cuanto á disolventes, la más substancial va

riación, es la ideada por Maxim, que propone obtener


el coloide por un disolvente en estado de vapor: se

opera como sigue: en un cilindro que contiene el al¬


godón pólvora y en el cual se hace el vacío, se intro¬
duce el acetono ó el éter acético, etc., en estado de
vapor; cuando la cantidad de vapor es suficiente se
hace salir el producto, gelatinizado, por una hilera
adecuada, mediante la presión de un pistón hidráu¬
lico. El procedimiento parece que no presenta venta¬
jas sobre los disolventes líquidos.
Comparación de estas pólvoras. — Hay que consi¬
derar en la
comparación, las propiedades físicas,
cual consistencia, densidad, etc.; las químicas, es¬
tabilidad, etc., y las balísticas, velocidad, presiones,
erosión.
El aspecto, forma y dimensiones de la pólvora sin

humo, varía según el uso á que se destine; Jas pól¬


voras de fusil se
preparan, generalmente, en lamini¬
llas y granos paralelepipédicos; las láminas suelen
tener 0'3 mm. de espesor
y 1 á 2 mm. de lado; algu¬
nas veces se
presentan en pequeños cilindros ó en
192 MANUAL DE EXPLOSIVOS

discos de análogas dimensiones. Para los cañones de


campaña suelen emplearse cubos de pequeñas di¬
mensiones que se cortan de prismas largos, obteni¬
dos troceando las placas tal como salen de los lami¬
nadores ó sometiendo la masa á la hilera por medio
de prensas. También se emplean en forma de cilin¬
dros huecos parecidos á los macarrones, que se ob¬
tienen asimismo por la acción de la prensa. En estos
dos últimos casos, los cartuchos se forman con pa¬
quetes de prismas ó de macarrones de la longitud
deseada.
Las póvoras de base de nitrocelulosa pura, cuan¬
do están bien fabricadas, son muy duras. En cambio,
las de nitroglicerina y nitrocelulosa son mucho más
plásticas, á causa del estado físico de sus compo¬
nentes.

El granoesférico presenta ventajas para pólvoras


de fusil, ha sido fácil, hasta ahora, conse¬
pero no

guir una buena pólvora granular. Wolff y Compañía,


de Walsrode, pretenden resolver el caso del modo

siguiente: se introducen en el mezclador 10 kilo¬


gramos de fulmicotón y 10 kg. de éter acético, por
ejemplo, los que se amasan durante una hora; al
cabo de este tiempo se agregan'5 kg. de agua calien¬
te á 60° dejando el aparato marchar algunos minu¬

tos, transcurridos los cuales, la gelatina se convierte


en granos, que se
redondean por una agitación pro¬
longada. Se consigue así excelente pólvora de caza,
pero, en lo que atañe á pólvora de guerra, no tiene
la densidad necesaria, que sólo se logra pir la eorn-
PÓLVORAS SIN HUMO 193

presión, para disminuir las propiedades rompedoras


del algodón-pólvora.
Las pólvoras á base de fulmicotón puro presen¬
tan color gris amarillo; las que contienen nitroglice¬

rina tienen color más obscuro. Todas resisten bien la


acción del agua y se alteran poco por la humedad.
La densidad absoluta de estas pólvoras alcanza

y pasa de 176, en tanto que la del fulmicón compri¬


mido sólo llega á 174. La densidad aparente varía
de O725 á O740.
Se electrizan fácilmente por frotamiento, propie¬
dad que se atenúa dándoles pavón de grafito; duran¬
te este pavonado, si el aire es seco, puede produ¬

cirse abundante desprendimiento de electricidad, por


lo cual es prudente que todos los aparatos comuni¬

quen con tierra para evitar la inflamación producida


por las chispas eléctricas.
En cuanto á la estabilidad, se cree que está la

ventaja de parte de las pólvoras de fulmicotón puro;


en las de
nitroglicerina, parece disminuir á causa de
ser ésta volátil con tendencia á evaporarse poco á
poco, mas esta pérdida de nitroglicerina, si es que
existe, debe ser muy pequeña. Lo cierto es que el
ejército inglés las usa en sus campañas coloniales
sin que se haya hecho notar el efecto.
Si se expone alternativamente la pólvora de base
de nitroglicerina á una atmósfera saturada de hu¬
medad y á otra atmósfera caliente y seca, habrá

pérdida de nitroglicerina, la cual llegaría á ser muy


considerable si se repiten sucesivamente las accio-

13
194 MANUAL DE EXPLOSIVOS

nes del aire frío y húmedo y del aire caliente,


seco y
pudiendo llegar á eliminarse casi la totalidad de la
nitroglicerina por una especie de destilación al vapor
de agua. Ese caso tan desfavorable es difícil que se

presente de manera espontánea en la práctica.


La pólvora sin humo resiste al choque incluso al
de una bala, propiedad que no posee ni el algodón-

pólvora ni la nitroglicerina. Su combustión sólo da


vapor de agua, ázoe, óxido de carbono y ácido car¬
bónico: el vapor de agua origina un humo ligero que
se disipa pronto; no deja residuos que ensucien las ar¬

mas. Cuando se inflaman por accidente, lo hacen con

gran llama sin detonación, y si el depósito donde


están es de construcción ligera, los gases desprendi¬
dos levantan la techumbre sin otros destrozos que
los debidos al incendio. Para darles fuego se em¬
plean cebos más enérgicos que los que exige la pól¬
vora negra.
Las pólvoras coloidales arden por super¬
ficies paralelas, y la velocidad media de su combus¬
tión bajo la presión máxima de 2.500 kg. varía entre
límites muy extensos con la composición del explo¬
sivo, viniendo á ser de 5 á 6 cm. por segundo, para
las pólvoras' de nitrocelulosa pura, y de 20 á 40 cen¬
tímetros por segundo para las que contienen nitro¬

glicerina, y esta lentitud de combustión es el motivo


que obliga á que, por lo menos, una de las dimensio¬
nes de la pólvora
sin humo no pase de 2 á 3 milíme¬
tros para las de base de nitrocelulosa pura y de 8 á

12 milímetros para las de base de nitroglicerina, lo

que explica la necesidad de la forma filiforme ó lami-


PÓLVORAS SIN HUMO 195

nar de todas las


pólvoras sin humo en uso. El empleo
de pólvoras cúbicas de dimensiones tan pequeñas,
presenta grandes inconvenientes en el tiro de grandes
cargas por las dificultades de inflamación de éstas.
La velocidad de inflamación de las pólvoras sin

humo, varía notablemente con la presión y crece con


más rapidez que en las pólvoras negras. Los expo¬
nentes de la presión que permiten pasar de una ve¬

locidad á otra son:

Pólvora parda l/i


negra. Vi
base de piróxilo puro 2A
de nitroglicerina 7a

Cifras que están entre sí en relación de 9, 12,


20 y 24.
La combustión normal de las pólvoras sin humo
solo tiene lugar á determinada presión. En el tiro de
maniobras con bala figurada, por ejemplo, las pólvo¬
ras sin humo tienen tendencia á descomponerse de
distinta manera que cuando han de efectuar el tra¬
bajo necesario para comunicar gran fuerza viva al
proyectil. ¡Si la pólvora no desarrolla más que un
trabajo insignificante, se notará el caso, por la for¬
mación de vapores nitrosos que se denuncian por el
color y olor. De aquí, que deba emplearse para el tiro
de maniobras y simulacros, pólvoras de más grande su¬

perficie, de modo que se acelere su combustión, con


lo que se evita la producción de vapores ácidos que de¬
196 MANUAL DE EXPLOSIVOS

terioran las armas. Conviene igualmente dar al taco


la mayor resistencia posible.
Las pólvoras á base de nitrocelulosa desa¬ pura,
rrollan por término medio 1.050 calorías kilogra¬ por
mo y
las de base de nitroglicerina 1.300 próxima¬
mente. Dan, pues, estas últimas, mayor velocidad y

mayor calor de combustión y la temperatura de los


gases es mucho más elevada, estimándose ese au¬
mento en 800° por lo menos, originando nociva in¬

fluencia sobre el metal de las armas, sobre todo, en


los cañones de grueso calibre, porque los gases que
se escapan entre el proyectil y las paredes del cañón,
antes de que aquél se ponga en movimiento, deter¬
minan, con su alta temperatura y su elevada presión,
enormes erosiones, que perjudican á la precisión de la
pieza y no tardan en ponerla fuera de servicio. Estos
efectos son más atenuados en las armas de pequeño
calibre, porque en ellas, la relación entre la super¬
ficie del metal y el peso de la pólvora es más gran¬
de y por tanto el enfriamiento del cañón es más rá¬
pido.
El otro inconveniente de las pólvoras de base de

nitroglicerina, estriba en su fabricación, que ofrece


incomparablemente mayores peligros que la de la
pólvora á base de nitrocelulosa pura, sobre todo
cuando en éste se suprime el secado del fulmicotón,
según hemos dicho anteriormente.
En cuanto á energía, la relación que existe entre
la de las pólvoras al fulmicotón puro y las que contie¬
nen 50 por
100 de nitroglicerina, es de 23 á 31, re-
PÓLVORAS SIN HUMO 197

presentando per 10 la de pólvora negra, que sirve de


tipo de comparación, relación que se aplica á las ar¬
mas de
pequeño calibre y á los cañones cortos, pues
la que se basa en el calor desarrollado es menos des¬

favorable para las pólvoras de base de nitrocelulosa


y está representada por la relación 28: 28.
Resumiendo: las pólvoras de base de nitroglice¬
rina presentan las siguientes ventajas ó inconvenien¬
tes respecto á las de nitrocelulosa pura:

1.a Menor precio.


2.a Mayor fuerza á igualdad de peso.
3.a Deterioro más rápido de las armas.
4.a Peligros mayores de fabricación.
5.a Estabilidad menor.

Bajo el punto de vista militar, aparecen más con¬


tras que ventajas, pues el precio no se puede consi¬

derar y la fuerza se obtiene igual elevando un poco


el peso de la carga. El mayor inconveniente es la
menor estabilidad. Se ha tratado de disminuir á 8
por 100 la proporción de nitroglicerina, pero en¬
tonces es muy problemático el aumento de fuerza
y no merece la pena introducir para eso un factor,
tan peligroso como la nitroglicerina, en la fabrica¬
ción.

embargo, los ingleses y con ellos Nobel, Abel


Sin

y Dewar á la cabeza, siguen defendiendo las pólvo¬


ras de base de
nitroglicerina, y éstas van tomando
carta de naturaleza en los trazados y cálculos de

gruesas piezas modernas.


Pólvoras de caza piroxiladas.—La primera que se
198 MANUAL DE EXPLOSIVOS

preparó fué la pólvora Schultze, que era el producto


de la uitración de la celulosa de madera.
Pólvora S.—Es análoga en su fabricación á la de
la pólvora Schultze, pero en vez de ser la madera su
primera m'ateria, es el algodón. Su fórmula es:

Algodón-pólvora soluble 28
insoluble 37
Nitrato de barita 29

de potasa 6

Estas materias, dosadas por cargas de 10 kg., se


mezclan toscamente en una tina, después se tritu¬
ran durante tres cuartos de hora por muelas ligeras
con adición de 4 por. 100 de agua próximamente. En

seguida se tamizan á 275 mm. La mezcla de granos


y de polvos se lleva al secador, donde se dejan hasta
que la humedad sea inferior á 1 por 100. A esta mez¬
cla seca se le incorpora 65 por 100 de éter á 56°

(éter alcoholizado). La pasta obtenida se granea so¬


bre un tamiz de latón á 1'8 mm. de abertura. La
mezcla de granos y de polvos provenientes de esta
operación, se pavona durante cuarenta y cinco minu¬
tos en un tonel de madera de 0'60 m. de longitud y
0'40 m. de diámetro, que gira á 27 vueltas; después
de humedecida á 50 por agua pasa al secador,
100 de
y una iguala á tamiz de 1'6 mm. y se
vez seca se
limpia á tamiz de 1 mm. Los granos obtenidos sufren
un bruñido con adición de 15 por 100 de 'éter en un
tonel de cobre de 0'40x0760 m. gira á 10 vuel¬
que
tas por minuto, en el cual se hace llegar el éter en
PÓLVOEAS SIN HUMO 199

forma de lluvia fina, obtenida por medio de un pul¬


verizador.
Tamizada á 1'5 mm. de abertura para separar las
irregularidades producidas durante el bruñido, se
seca, iguala y limpia y queda terminada la pólvora.
La proporción de pólvora graneada que resulta de
ese tratamiento es 33 por 100. Los polvos se aprove¬

chan en la fabricación del modo siguiente:


Se repasan por las muelas durante treinta minu¬
tos y después se La mezcla de
tamizan á 2'5 mm.
granos y de polvos se lleva al secador y sufre aná¬
logas operaciones que las descriptas para la compo¬
sición; el grano obtenido se alisa con adición de
50 por 100 de éter y después se seca, iguala y limpia
como antes.
Los granos procedentes del tratamiento de las
composiciones mezclan en la proporción de I-con¬
se
tra 2 con los granos que provienen del tratamiento

de los residuos repasados, y la mezcla así obtenida


forma la pólvora destinada al consumo.
pólvora piroxilada de caza, no difiere de la
Esta

pólvora Vieille más que en la adición de los nitra¬


tos metálicos y en el tratamiento incompleto al éter.

La gelatinización es imperfecta y las propiedades

rompedoras del algodón-pólvora no están en ella su¬


ficientemente atenuadas para permitir el empleo de
tal pólvoraen las armas de guerra.
Merece anotarse que la idea de asociar un disol¬
vente á la fabricación de las pólvoras á base de pi-
róxilo no es nueva; en 1847, Hartig había estudiado
200 MANUAL DE EXPLOSIVOS

la acción del acetato de etylo sobre el algodón-pólvo¬


ra, y cosa curiosa, este inventor parecía temer que
disminuyese mucho la fuerza explosiva por un tra¬
tamiento demasiado enérgico; actualmente sabemos
que, al contrario, la transformación del piróxilo en

pólvora progresiva no puede efectuarse más que com¬


binando la gelatinización con la compresión. No es
menos interesante consignar que las ideas de todos
los perfeccionamientos que han conducido al descu¬
brimiento de la pólvora sin humo, germinaron en los

primeros tiempos del descubrimiento del fulmicotón.


La pólvora piroxilada francesa, cuya prepara¬
ción hemos descripto, no deja de presentar algunos
inconvenientes: tiene tendencia á tomar mal el fue¬
go, y si se aumenta su sensibilidad modificando la
composición, se hace muy viva y poco á propósito
para el tiro de grandes de pólvora y de plo¬
cargas
mo, que se emplean hoy en la caza, sobre todo en el
calibre 12; además deja en el cañón y en
el cartucho
residuos que contienen pequeños granos duros, los
cuales se escurren entre los mecanismos y deterio¬
ran sus
ajustes.
Pólvora J.— Esta pólvora, imaginada por M. Bru-
neau, carece de los inconvenientes enumerados.
Su composición es:

Algodón-pólvora 83 por 100


Bicromato de amoníaco 17 —

Se prepara de un modo análogo á la pólvora S.


Con esta preparación no hay dificultad de obte-
PÓLVORAS SIN HUMO 201

ner
tipos de pólvora de distinta vivacidad, porque
basta variar las dimensiones de los granos, como su¬

cede en las
pólvoras negras.
La pólvora J. se presenta en granos angulosos de
la misma forma y dimensiones que la pólvora ordi¬
naria de caza núm. 0. Sus dimensiones están com¬

prendidas entre 1 y 1'6 mm.; su color es pardo roji¬


zo y mucho más duro que el
de la pólvora negra.
Posee gran estabilidad, pues resiste sin alterarse
una
temperatura de 110° durante más de diez horas,
y sufrepoco por la humedad.
No da más que que se disipa pronto,
ligero humo,
y los residuos consisten polvo verde impalpa¬
en un
ble de óxido crómico, que no se adhiere al cañón.
Plastomenita. Está constituida por un fulmima-

dera disuelto en el dinitrotolueno, aprovechando el


descubrimiento de M. Gütler, de que el algodón-pól¬
vora se disuelve en los derivados nitrados de los hi¬
drocarburos de la serie aromática.
Se prepara, fundiendo al baño maría cinco par¬
tes de dinitrotolueno é incorporando una parte de
nitrocelulosa: cuando la disoluciónes completa se

somete el producto al graneo.


Posee gran estabilidad y puede emplearse en las
armas de guerra con buenos resultados, comproba¬

dos por ensayos hechos en 1893 por el Gobierno ru¬


mano.

Según la fórmula anterior, esta pólvora debe ser


poco enérgica, porque si el oxígeno está escaso ya
en la nitrocelulosa pura, con mayor razón habrá fal-
202 MANUAL DE EXPLOSIVOS

ta de él en un producto que contiene 83 por 100 de


dinitrotolueno, cuerpo pobre en oxígeno.
Si se quiere combinar el dinitrotolueno con menor
cantidad de nitrocelulosa, es preciso renunciar á la
disolución directa, porque la masa tiende á solidifi¬
carse.

homogeneidad de la mezcla puede conseguirse


La

por laminados repetidos.


Lo que hace más interesante la plastomenita, es

que el agente de gelatinización no es volátil, sino


que persiste en el producto, formando parte inte¬
grante del explosivo.
La estabilidad de una pólvora de esta clase, es
evidentemente muy grande, pero esa propiedad sólo
se obtiene á
expensas de la fuerza. Para obviar este
inconveniente es necesario operar con cuerpos muy
nitrados, el ácido pícrico, por ejemplo, pero entonces
salta otra dificultad, la de que el punto de fusión de
los cuerpos nitrados es muy alto, y si como es nece¬
sario, se opera con agente gelatinizante en estado
líquido, la temperatura tiene que ser muy elevada y
la nitrocelulosa puede alterarse profundamente.
Pólvoras sin humo españolas.—La descripción de
estas pólvoras que produce la fábrica de pólvoras y

explosivos de Granada, ha sido objeto de dos nota¬


bles libros del coronel de Artillería D. Ricardo Ara-

naz, titulados: Las pólvoras sin humo españolas y Los

explosivos militares (1904). Del primero de los ex¬


presados tomamos los datos característicos de esas
pólvoras de producción nacional.
PÓLVORAS SIN HUMO 203

RESUMEN DE DATOS REFERENTES Á LAS PÓLVORAS


DE GRANADA Y SUS PRIMERAS MATERIAS.

A). — Características comunes á las pólvoras


de Granada.

Fuerzaespecífica 8.310kg. cm,2


Velocidadespecífica de combustión.... 0'059.
Volumen de gases por kilogramo de pól¬
vora 900 dm.3
Calor desprendido por kilogramo de pól¬
vora 669'13 calorías
Temperatura desarrollada 2.361°C.
Celulosa decanítrica contenida 94 por 100.
Idem enneanítrica 6 por 100.
Fórmulas de descomposición adoptadas:

C24H30O40N10 = 16 CO + 8C02 + 8H20 + 7H, + BN2


C24~H31 038 N9 = 17 C O + 7 C02 + 7 H20 + 12 H2 + 4' 5 N,

B).— Condiciones de las pólvoras de fusil


para cartuchos de guerra.

Forma: Laminillas cuadradas.


Constitución: Nitrocelulosa con 12'50 á 12'70 por
100 denitrógeno, empastada con éter alcohol.
Dimensiones: (Promedio de 20 mediciones) 1'5 á 1'8
milímetros.

Espesor: (Idem id.) 0'32 á 0'38 mm.


204 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Densidad real:
(Idem de 2 id.) 1'62 á 1'68.
Idem,
gravimétrica: (Idem id.) 835 á 875.
Humedad: (Promedio de dos mediciones) 1 '3 á 2 por
100. En las pruebas de taller, el promedio es 1'65 y la
tolerancia ± 0'2.
Disolvente: (Idem, id.) 0'5 á 1.
Acidez: (Cinco tubos) sesenta minutos con toleran¬
cia de tres. En las pruebas de resistencia y recepción,
treinta minutos.
Estabilidad: Los mismos números anteriores.
Explosión: (Cinco tubos) 175°; habiéndose elevado á
partir de 100 cinco en cada minuto. Igual número en la
prueba de resistencia. Tolerancia, 2o.
Número de granos en gramo, 680.
Velocidad: Carga, 2'45
Serie de 10 disparos. Un
g.
disparo previo para calentar el arma. Temperatura, 15
á 20°. Número-tipo, 685 m. Tolerancia, ± 10 m. Dife¬
rencia entre la mayor y menor velocidad de la serie 20
metros. Corrección de temperatura, O'l
por 100 á cada
grado de diferencia.
Presión: Las mismas condiciones.Número-tipo, 3.000.
Tolerancia, 300. Corrección de temperatura, 1/2 á 100
por cada grado de diferencia.

C).— Condiciones de las pólvoras de fusil


para cartuchos de salvas.

Forma: Hilos delgados.


Constitución: Nitrocelulosa de 12'50 y de 13 en
mezcla.

Longitud de los hilos: 1'5 á 1'8 mm.

Espesor de los mismos: 0'20 á 0'25.


PÓLVORAS SIN HUMO 205

Humedad: (Dos mediciones) 1'7 por 100 como límite


superior.
Disolvente:
(Idem id.) 0'5 á 1.
Acidez:
(Cinco tubos) treinta minutos.
Estabilidad: (Idem id.) treinta minutos.

Explosión: (Idem id.) 172°, con elevación, á partir de


100, de cinco en cada minuto.
Toma de fuego: Sin retardo en 10 disparos, hechos
con carga de 1 * 10 gramos.

Sonido: Como el de la pólvora de guerra.

Impactos: En los 10 disparos mencionados no ha de


haber ninguno en un pliego de papel colocado á seis
metros de distancia.

Residuos: La cantidad total de ellos en un grupo de


25 disparos no ha de pasar de un decigramo.

D).— Condiciones de las pólvoras tubulares delgadas.

Forma: Cilindros huecos.


Constitución: Fulmicotón de 12'50 á 12'70, empas¬
tado con éter alcohol.
Diámetro exterior: 2, 3 y 4 mm. respectivamente, en
las pólvoras números I, II y III.
Espesor: 0'50, 0'75 y 1 mm.
Longitud: 50, 75 y 95 mm.
Densidad: 1'58 á 1 '64.
Humedad: 1 '3 á 2 por 100. En las pruebas de taller,
el promedioes 1'65 y la tolerancia ± 0'2.
Disolvente: 3 por 100 como máximo. En las pruebas
de taller ha de procurarse comprenderlo entre 1*^5 y 2.
Acidez: Sesenta minutos. Tolerancia, tres. En las
pruebas de resistencia y recepción, treinta minutos.
206 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Estabilidad: Los mismos números anteriores.

Explosión: 1721, con elevación de cinco en cada mi¬


nuto á partir de 100°. Tolerancia, 2Q.

Pólvora núm. I: C. 7'5 t. r. montaña,


i Carga, 250 g. Y = 275 ± 5.
Velocidades. ..; Pólvora núm. II: C. Sotomayor. Carga,
(metros) i 625 g.; Y = 465 ± 5.
f Pólvora núm. III: C. 7'5 t. r. campaña.
1

Carga, 700 g. V = 525 ± 5 (1).


í Pólvora núm. I: 1.400 en todas las
pie-
Presiones i zas en que se emplea. Tolerancia, 300.

(ltg.por cm.2).) Pólvora núm. II: 1.500. Tolerancia, 300.


( Pólvora núm. III: 2.100. Tolerancia, 300.

E).—Condiciones de las pólvoras tubulares gruesas.

Forma: Cilindros huecos.


Constitución: Fulmicotón de 12'50 á 12'70, empas¬
tado con éter alcohol.
Diámetro exterior: 8
mm. en la pólvora núm.
IV; 11
en la núm. V y 13
la núm. VI.
en
Espesor: 2, 3 y 4 mm., respectivamente.
Longitud: 460 en la pólvora núm. IV; 950 en la nú¬
mero V y
1.600 en la núm. VI.
Densidad: 1'56 á 1'62.
Humedad: Como las otras pólvoras.
Disolvente: 4 por 100 comomáximo. En las pruebas
de taller ha de procurarse
comprenderlo entre 2'5 y 3

(I) Las pólvoras da Granada de la primera serle, exigen cargas


de 650 g.
PÓLVORAS SIN HUMO 207

para las pólvoras menos gruesas, ó sea las números IV


y V, y entre 3'5 y 4 para la núm. VI.

Acidez \

Estabilidad... > Como las pólvoras tubulares delgadas.


Explosión '
i Pólvora núm. IV: O. Ac. 24 cm. Ordóñez.

Carga, 17 kg. Velocidad, 390 m. (1).


Pólvora núm. V: C. Ac. 15 cm. t. r. Car-

j ga, 12'250 kg. Velocidad, 705 me-


Velocidades. ..

j
I
tros ± 7 (2).
Carga, 12'500 kg. Velocidad, 740 me-
I tros db 7 (3).

¡ Pólvora núm. VI: C. Ac. 24 cm. Ordó¬


ñez.Carga, 60 kg. Velocidad, 820 m.
i Pólvora núm. IV.... 2.400 kg. + 300.
Presiones Pólvora núm. V .... 2.600 id. -)- 300.
'
Pólvora núm. VI.... 2.600 id. + 300.

(1) Con proyectil de 230 kg., y de 445 con el de 180.


(2) Con proyectil de 50 kg.
(3) Con proyectil de 50 kg.
208 MANUAL DE EXPLOSIVOS

CAPITULO XI.

Explosivos varios.
Mezclas pirotécnicas.—Fulminatos.—Explosivos especiales.

Las mezclas pirotécnicas, que se dedican á los

fuegos de artificio, tienen que reunir varias condi¬


ciones:
1.a Precio reducido.
2.a Confección rápida en talleres defectuosos.
8.a Contar con
manipuladores poco ejercitados.
4.a Evitar peligros de fabricación, transporte y
empleo.
Los componentes fundamentales son:
1.° El polvorín.
2.° El sulfo-nitro.
3.° La composición gris.
Polvorín. — Se obtiene pulverizando la pólvora
negra. Algunas veces lo fabrican los artificieros
mezclando el azufre, salitre y carbón en toneles, en
las proporciones usuales de 75 de salitre, 12'50 de
azufre y 12'50 de carbón, materias que primero se
pulverizan separadas y luego se mezclan. Este pol¬
vorín arde con gran rapidez y desarrolla mucho ca¬
lor y muchos gases. Puede disminuirse la velocidad
de combustión por la compresión, propiedad que se

aprovecha en la fabricación de espoletas de tiempos.


EXPLOSIVOS VARIOS 209

Sulfo-nitro.—Es una mezcla de azufre y de sa¬


litre :

Azufre . 25
Salitre 75

La mezcla se hace también en toneles.


Es de difícil
inflamación, mas una vez en defla¬
gración emite llama blanca desprendimiento de
con

anhidrido sulfuroso. No se
emplea solo, pero mezcla¬
do con el polvorín
constituye la mayoría de las fór¬
mulas pirotécnicas, obteniéndose efectos muy varia¬
dos, según convenga aumentar ó disminuir la vivaci¬
dad del producto.
Para aumentar la rapidez de inflamación ' del
sulfo-nitro se le agrega de 5 á 10 por 100 de pol¬
vorín.
Las bombas de iluminación ó
incendiarias, que
tanto se han usado en
artillería, tienen la composi¬
ción siguiente:
Bo™bas
Bombas
iluminación (1). incendiarias.
Polvorín 4 27
Nitro 20 3
Azufre 8 2
Antimonio 2

Cera amarilla 4 2
Estopa 0'25 0'25
Colofonia 6 10 (peso)

(1) Estas bombas iban formadas por una carcasa de hierro. En la


guerra moderna se substituyen por los proyectores eléctricos.

14
210 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Composición gris.—No es otra cosa que el sulfo-


nifcro mezclado con polvorín:

Sulfo-nitro, 100 ó 93'46


Polvorín... 7 ó 6'54

Da una llama blanca brillante, la inflamabilidad


es suficiente y su combustión muy rápida.
Materias combustibles.—Para obtener efectos de¬
terminados, á las mixturas fundamentales
se agregan
substancias vegetales combustibles, cual las esen¬
cias, los aceites, las resinas, etc., teniendo cuidado
de que el elemento oxidante esté en relación con la
cantidad de carbono que estas materias encierran,
lo que se determina de un modo práctico añadiendo
elemento oxidante á la mezcla hasta que el residuo
sea
blanco, símbolo de combustión perfecta del car¬
bono.
Mixturas cloratadas.— Frecuentemente
reempla¬
zan" los artificios los nitratos
los cloratos. La
por
combustión es más enérgica, pero aumentan los pe¬
ligros de confección y empleo, porque las mezclas
cloratadas son muy sensibles á la fricción y al
choque.
estopines.—Para dar fuego á los artifi¬
Mechas y
cios emplean mechas y estopines, formadas por¬
se

uña
pasta de polvorín, goma y alcohol, con la cual se
impregnan unas cuantas hebras de algodón.
Polvorín 1.000
Alcohol 570
Goma arábiga.. 10 (disuelta en 140 partes de agua)
EXPLOSIVOS VARIOS 211

Mecha azóica.—Se someten las hebras de algodón


á la acción del ácido sulfo-nítrico, que los transfor¬
ma en piróxilo. Sirve para dar fuego casi instantá¬
neamente á los cordones de linternas venecianas, las
luces de bengala distanciadas, etc.
Artificios.— Comprende su fabricación tres obje¬
tos diferentes:
1.° Producir luz.
2." Producir gases.
3.° Producir llama viva y caliente.
Producción de luces.—La base de las mezclas para
dar luz brillante, es el sulfo-nitro, y algunas veces se
le adiciona el clorato de potasa. La luz que resulta es
de un blanco deslumbrante, y se debe á la incandes¬
cencia del sulfato de potasa arrastrado por los gases
de la reacción.
Fuegos de colores.—Se fundan en el empleo de
sales que, bajo la influencia del calor desorrollado,
se volatilizan y colorean la llama. Constituyen princi¬

palmente las llamadas luces de bengala, las chispas,


las estrellas, etc.
Las sales más empleadas son:
Para el color rojo Sales de estronciana, de cal,
(rojo claro), de litina.
amarillo .. Sales de sodio.

azul Sales de cobre.


verde Sales de barita.

Las mixturas comprimen


se en cartuchos de car¬
tón y pueden aplicarse en la guerra para hacer
señales.
212 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Las principales son:

Boj o.

Nitrato de estroncio seco 15


Azufre 5

Negro de humo ligero 1


Azul.

Nitrato de bario 20
Azufre 23
Oxicloruro de cobre 18
Sulfato de potasa 17
Cloruro de plomo 2
Clorato de potasa 64
Verde.

Nitrato de barita 27
Azufre 8
Resina laca 8
Cloruro de plomo 2
Clorato de potasa 9
Amarillo.

Nitrato de sosa 48
Azufre 16
Sulfuro de antimonio 4
Carbón en polvo 1
Blanco.

Nitrato de potasa 5
Azufre 2
Sulfuro de antimonio 1
EXPLOSIVOS VARIOS 213

Violeta.

Alun 12
Carbonato de potasa 12
Clorato de potasa 60
Azufre 16

FUEGOS DE BENGALA PICRATADOS.

Rojo.

Nitrato de estronciana 25
Picrato de amoníaco.. 5
Negro de humo ligero 1
Parafina 1

Verde.

Nitrato de barita 64
Picrato de amoníaco 16

Negro de humo ligero 1


Parafina 2

Amarillo.

Nitrato de barita 58

de estronciana 12

Negro de humo ligero 4


Criolita 7
Parafina 2
Picrato de amoníaco 20

Producción de gases. — Como modelo, se pueden


citar las bombas de iluminación ya descritas, que
dan lugar á enorme desprendimiento de anhidrido
214 MANUAL DE EXPLOSIVOS

sulfuroso, potencia asfixiante es muy grande.


cuya
Producción de llama.—Las composiciones incen¬
diarias deben arder con llama larga y muy caliente;
sirve de tipo la bomba incendiaria, cuya fórmula he¬
mos insertado antes, y
la piedra de fuego con que se
cargan los proyectiles incendiarios. Se compone de

Sebo de carnero.. 1 parte.


Trementina 1 —

Colofonia 8 —

Azufre 4 —

Salitre 10 —

Sulfuro de antimonio 1 —

Para prepararla se funde el sebo con la tremen¬


tina y luego se agregan á la mezcla las otras subs¬
tancias.

Fuego Lorrain.—Se mezcla el cloruro de azufre


del comercio con sulfuro de carbono que tenga fós¬
foro en disolución. Resulta un líquido amarillo, fu¬
mante en el aire, y que se conserva bien en vasos
cerrados, Si en él
dejan caer algunas golas de
se

amoníaco produce deflagración, llama intensa y


se

voluminosa y desprendimiento abundante de vapo¬

res, entre los cuales figura el anhidrido sulfuroso, el


cloruro de amoníaco y el cloruro de azufre. La reac¬
ción se debe á la combinación directa del cloruro de
azufre con el amoníaco.
Nuevo fuego liquido (Guyot).—Guando se agrega
bromo á un exceso de flor de azufre que se ha filtrado
sobre amianto se obtiene un
líquido rojizo, que es
EXPLOSIVOS VARIOS 215

bromuro de azufre. Si se le trata por el amoníaco no


tarda en hervir, con desprendimiento de vapores
blancos muy espesos. La solución de bromuro de
azufre en el sulfuro de carbono se comporta de un
modo análogo, sin inflamarse; pero si el sulfuro de
carbono contiene fósforo se produce la inflamación.
Posee sobre el fuego Lorrain la ventaja de que no se
inflama sino después de dos ó tres minutos.
Composición de combustión espontánea.—Se disuel¬
ve fósforo en sulfuro de carbono. Cuando este líquido

se vierte sobre un cuerpo cualquiera se produce una


inflamación espontánea, porque el sulfuro de carbono
se
evapora y deja libre al fósforo en estado grande
de división, que se oxida con rapidez por el contacto
del aire, y se inflama. Si al mismo tiempo que el fós¬
foro se disuelven otras materias, como la pez, el azu¬

fre, la combustión espontánea puede comunicar el


fuego á la madera, la paja, etc.

FULMINATOS.

Los procedimientos antiguamente usados para


dar fuego á las cargas de las armas y á los barrenos
de las minas, consistían en la aplicación del mismo

agente que se empleabapropulsor ó rompedor,


como
ó sea de la pólvora negra, por la chispa
inflamada
del pedernal ó por la mecha, representando enorme

progreso la adopción de cebos de fulminato de mer¬


curio, que funcionan por choque ó fricción.
216

En la industria
minera, después del descubri¬
miento de los modernos
explosivos, el papel del cebo
de fulminato no se reduce á dar
fuego á la carga, sino
que el violento choque que produce
origina una onda
explosiva capaz de determinar la detonación perfec¬
ta del agente rompedor.
Hay, pues, que distinguir entre el caso en que
sólo se
pretenda inflamar la carga, cual acontece en
las armas, desempeñando el cebo entonces un
papel
calorífico, aquel otro caso en que se trate, por ejem¬
y
plo, de dar fuego á un cartucho de dinamita ence¬
rrado en un barreno de
mina, ó de hacer detonar un
torpedo ó una granada cargada
con ácido pícrico,
pues entonces la misión del cebo es más importante,
ya que tiene por objeto producir la onda
explosiva
caracterizada por una velocidad de detonación
muy
grande, capaz de provocar efectos mecánicos vio¬
lentos.
De aquí que, según trate de una ó de otra apli¬
se
cación, tengan que usarsecebos diferentes. Cuando
el cebo se dedica á la industria
minera, para dar
nacimiento á la onda explosiva enérgica
se emplea
el fulminato de mercurio
puro, reducido á la mayor
densidad posible por una
gran compresión, de modo
que se acumule en pequeño espacio la máxima ener¬

gía. En cambio, si se trata de dar fuego á las cargas


de los fusiles y
cañones, ó sea de determinar la de¬
flagración simple de los explosivos, se mezcla el ful¬
minato con otras
substancias, tales como la pólvora
negra, el salitre, el clorato de potasa, etc., destina-
EXPLOSIVOS VAHIOS 217

das á hacer más lenta la descomposición de la mate¬


ria fulminante, á producir una acción más progresi¬
va, á aumentar el volumen y la temperatura de los

productos gaseosos, obteniendo así un chorro de


llama extensa que penetre mejor en los intersticios
de la carga y que produzca más segura y completa
inflamación.
La fuerza del cebo variará
según la cantidad de
carga que se trate de inflamar y según la naturaleza
del explosivo empleado; de aquí que las pólvoras sin
humo, de más difícil inflamación que la pólvora ne¬
gra, demanden el empleo de cebos especiales si se
desea obtener el máximo efecto.
Fulminato de mercurio.— Fué descubierto por
Howard el año 1800. Este ilustre
químico encontró
que el nitrato de mercurio y el de plata, calentados
con
alcohol, dan pólvoras fulminantes. La constitu¬
ción de estos explosivos ha sido origen de reñida

controversia; Gay-Lussac y Liebig admitían la exis¬


tencia del ácido fulmínico, considerándolo como un
ácido diciánico; Laurent y Gerard dieron una fórmu¬
la parecida á la que admite Kekule; Bercelius, Arms-

trong, Kekule y Steiner son autores de otras tantas


fórmulas poco contestes entre sí (1).
El profesor Cb. Munroe ha publicado interesantes

trabajos fundado en las teorías de Divers, Carstanjen


y Eremberg, Grove y otros.

(1) Para más datos consúltese el Memorial de Artillería.—¡Solas


sobre los explosivos de constitución química, por Severo Gómez Núñez,
218 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Según Divers, que es el que con mayor claridad


traía esta materia, los fulminatos están formados
por un residuo de alcohol en el cual el hidrógeno ha
sido reemplazado por un metal, y que conserva sólo
el oxígeno y el carbono, y de un residuo condensado
de hidroxilamina (1).
Prescindiendo de entrar en más hondos detalles
acerca de las teorías de formación de los
fulminatos,
indicaremos la forma práctica de preparar el de mer¬
curio, que es el de uso más extendido.
Se
procede del modo siguiente: Viértense en una
cápsula de porcelana 4.110 g. de ácido nítrico de 38
á 40° Beaumé y 367 de mercurio
purificado. A la
media hora, ó sea terminada la reacción, se
calienta
la cápsula al baño de arena á más de 100°
para ex¬
pulsar el ácido hiponítrico, lo cual se reconoce por
el color claro con que queda la disolución. Separada
de la estufa hasta que baje la
temperatura á 50°, se
vierte el nitrato de mercurio en una retorta, donde
previamente se hayan puesto 3.662 g. de alcohol á
36°: pocos momentos después se desprenden abun¬
dantes y característicos gases blancos de aspecto
algodonoso, á los que suceden otros nitrosos de color

(1) Hidroxilamina-oxiamoníaco-amidógeno oxidado: es una sal


descubierta por Lossen en los productos do la reducción del nitrato
de etilo: el etilo es un
grupo mouatómico que existe en el hidrato de
etilo, ó sea el alcohol ordinario.
La hidroxilamina se representa
siempre como un omino, y se co¬
noce con este nombre el resultado de la substitución del amoniaco
al hidrógeno en los carburos ó del amoníaco á igual volumen de va¬
por de agua en los alcoholes.
EXPLOSIVOS VAEIOS

anaranjado, en cuyo instante se atenúa la reacción


vertiendo encima 750 g. de agua destilada. La retor¬
ta debe ser de un volumen cinco veces mayor que el
de la mezcla.
Suele durar media hora la reacción, y una vez
terminada deja reposar otra media hora, y el pre¬
se

cipitado de fulminato se vierte en una cápsula, donde


se lava
repetidamente con agua destilada, ensayan¬
do con el papel tornasol:
Por último, se recoge el íulminato con una cucha¬
rón de asta en frascos de cristal forrados de cuero y

provistos de tapón de plomo, cuidando de echar en¬


cima agua bastante para recubrirlo.
Esta preparación del fulminato es muy peligrosa,

y no debe meterse á hacerla quien no esté familiari¬


zado con la química industrial de explosivos, en sus

trabajos de laboratorio. En las fábricas se adoptan


disposiciones especiales para aislar al operador, en
forma que manipule desde sitios donde las explosio¬
nes no produzcan daño sobre su persona. Al efecto,

las operaciones se hacen de un modo automático,


desde un lugar separado, y también se sigue igual

procedimiento, con mayor exageración, al preparar


las mezclas de fulminato con otras materias, de las
que pasamos á ocuparnos.
Estas mezclas son muy variables. Sirvan de tipo
las siguientes':
220 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Para cápsulas ó cebos de fusil.

Fulminato de mercurio 37'5


Clorato de potasa 37'5
Sulfuro de antimonio 25

100

Para cebos de cañón.

Fulminato de mercurio 50
Clorato de potasa 25
Sulfuro de antimonio 25

100

Fórmula antigua para fusil (pólvora negra).

Fulminato de mercurio 26
Clorato de potasa 104
Sulfuro de antimonio 70

Agréguese á esta última cuatro cucharadas de


disolución de cola piscis, tres de cola y
100 de alco¬
hol á 15° Cartier.
Esas mezclas, cuando
producen á mano, se ha¬
se
cen conservando el fulminato
húmedo, mezclándolo
con una disolución de
goma arábiga, removiendo so¬
bre un hule con cuchara de
asta, pues la operación
en seco es
muy peligrosa.
El clorato de
potasa debe prepararse para este
uso, lavándolo en agua fría y separándolo por de-
EXPLOSIVOS VARIOS 221

cantación. Después se disuelve en agua destilada


hasta saturación, y una vez frío se separan los cris¬
tales.
Debe procurarse que esté libre de cloruros, para
lo cual, después de esas operaciones, se disuelven 3
ó 4 g. en 20 ó 30 de agua destilada fría; se filtra la
disolución y se ensaya con el nitrato de plata: si
da precipitado será señal de que no está puro, y hay

que volver á repetir la operación y el ensayo tantas


veces como sea
preciso, hasta que el precipitado
desaparezca.
Guando hay seguridad de que tiene la pureza
deseada, se pulveriza y pasa por un tamiz del mi-
mero 80.
Elsulfuro de antimonio debe escogerse en bloc y
no en
polvo, para evitar adulteraciones.
Se muele y se pasa por un tamiz del núm. 100.
Para evitar peligros en la preparación de las pól¬
voras
fulminantes, se han ideado ingeniosos aparatos
que permiten hacer las operaciones de mezcla auto¬
máticamente.

DERIVADOS DEL ÁCIDO AZOTÍDRICO.

Con tendencia á buscar una


pólvora fulminante
menos peligrosa que el tulminato de mercurio, hay
que registrar recientes investigaciones de los sabios
químicos franceses Bertlielot y Vieille, dirigidas al
estudio de los derivados del ácido azotídrico.
222 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Azoturo mercúrico, Az°Hg.—Cristaliza en agujas


blancas, solubles en agua, sobre todo en caliente. Re¬
sulta mucho más sensible y peligroso, por tanto, que
el fulminato de mercurio, con el que representa
.analogías, pero es más caro.
El azoturo mercurioso, de fórmula Az6Hg2, es
menos peligroso que el fulminato, por más que su
descomposición explosiva sea análoga.
Azoturo de amoníaco. Az3(AzH4).—Es tan ex¬

plosivo el fulminato de mercurio, pero su des¬


como
composición por combustión es relativamente lenta,
y presenta grandes analogías con las pólvoras sin hu¬
mo á base de piróxilo. Este explosivo da mayor can¬

tidad de gases que todos los conocidos, pues á 0o y


760 mm. produce 1.148 litros por kilogramo, volumen

superior á los demás.


Los derivados del ácido azotídrico que hemos
mencionado, sólo han alcanzado valor teórico, y no
parecen llamados á substituir al fulminato de mer¬
curio.
Pólvoras para cebos á fricción.— Los fulminantes
para los cebos á fricción se componen de una mezcla
de V3 de clorato de potasa y 2/3 do sulfuro de antimo¬
nio, en contacto con un frictor rugoso, ro loados de
pólvora de caza.
Cebos ordinarios de mina.—'Para dar fuego á la di¬
namita los barrenos, sin el concurso de la electri¬
en

cidad ni de la fricción, se usan cebos de inflamación,


de fulminato de mercurio puto, que suelen conte¬
ner i'5 g. de fulminato, y por lo tanto, son muy peli-
EXPLOSIVOS VAHIOS 223

grosos, puesla explosión de uno sólo puede dañar al


operador gravemente.
También se usa la siguiente fórmula:

Fulminato de mercurio 93
Clorato de potasa 7
Goma arábiga.

Pólvoras para cebos eléctricos.—En el cap. XIV,


Aplicaciones de los explosivos, describimos las distin-^
tas clases de cebos en uso, siendo de este lugar dar
á conocer el
explosivo que se aplica en los eléctricos
de generalizado empleo.
En los cebos eléctricos de tensión, el explosivo
es de base de clorato de potasa y sulfuro de antimo¬
nio; algunas veces se le agrega azufre ó fósforo
amorfo.
Las principales fórmulas que se preparan son:

i. II. ni. IV. v.

Clorato de potasa .
43 47 44 52 61

Sulfuro de antimonio.... .
43 47 41 48 36
Azufre 14 11 n a n

12
Plombagina n „ a a

Carbón de retortas »
6 n a
3

Solamente la IV y V dan combustión completa.


Cápsulas para juguetes. — Consisten en rodajitas
que contienen la composición explosiva á base de
clorato de potasa y fósforo amorfo, colocada entre
dos tiras de papel.
Cada cápsula suele contener 5 á 10 mg. de expío-
224 MANUAL DE EXPLOSIVOS

sivo. Son inofensivas en cantidad pequeña, pero no


debe olvidarse que si ésta pasa de algunos gramos
ya se convierte en peligrosa. Recuérdese el
muy
accidente ocurrido el 14 de
Mayo de 1878 en la rué
de Beranger (París), donde explotaron 6
á 8 millo¬
nes de estas
cápsulas, cuyo peso no excedía de 64 ki¬
logramos de explosivo, ocasionando la muerte de 14
personas.

Fulminato para cápsulas de fusiles de pistón.

Fulminato de mercurio húmedo.. 450 partes.


Salitre refinado 200 —

Fulminato para pistolas de salón.

Fulminato de mercurio 10
Pólvora negra 12'50

Se hace la mezcla con un rodillo sobre una losa


de mármol, humedeciéndola con agua almidonada.

Composiciones fulminantes diversas (para cápsulas).


Fulminato de mercurio. 100 100 100 109 100
Salitre 50 „ 62'5 117 45'5
Pólvora fina-
Azufre

Fulminato de plata.—Para prepararlo, se disuelve


una
parte de plata metálica en 10 de ácido nítrico
ordinario. Esta solución vierte 27 partes
se en
de al-
225

cohol á 85° Gay-Lussac. Se calienta hasta ligera ebu¬


llición.Dejada después enfriar se precipita el fulmi¬
nato, que se recoge, filtra, lava y seca. Es venenoso
y de muy peligroso manejo.
Fulminatos diversos.—Se conocen además los ful¬
minatos de cobre y de zinc y los fulminatos dobles
de plata y amoniaco, de plata y calcio, de plata y
sodio, de cobre y de potasio, de zinc y de amoníaco,
de zin y oro, etc.

EXPLOSIVOS ESPECIALES.

Acido isocianúrico.—Se deriva de ácido fulminú-

rico, haciendo hervir el fulminato de mercurio recién


preparado, con agua ó mejor con un cloruro ó un yo¬
duro alcalino.
Paraprepararlo, se calienta á ebullición 60 á 75
gramos de fulminato de mercurio recientemente pre¬
parado, diluido en 700 á 800 cm.3 de agua y 60 cen¬
tímetros cúbicos de una solución de sal amoniacal
saturada frío; al cabo de algunos minutos se sepa¬
en

ra un polvo cristalino; cuando la precipitación cesa


se
agrega amoníaco, se filtra y se evapora á crista¬
lización. Se lavan los cristales amarillos con
agua,
luego alcohol y se cristaliza en agua añadida de
con
negro animal. La sal amoniacal se transforma en se¬
guida por doble descomposición en sal de plomo ó en
sal de plata, descompuesta
que, por el hidrógeno sul¬
furado, produce ácido isocianúrico, del cual pueden
226 MANUAL DE EXPLOSIVOS

formarse isocianuratos explosivos, cual el isocianu-


rato de amoníaco.
Derivados.— Cianodibromopicrina.— Se trata por
el bromo el fulminato de mercurio diluido en agua, y
de análoga formación sen el trinitracetonitrilo que
procede de tratar por el ácido sulfonítrico (l)el ácido
isocianúrico, el binitracetonitrilo que se obtiene ha¬
ciendo pasar hidrógeno sulfurado en la solución de
trinitracetolino y el nitroforme que se forma haciendo
hervir con agua el trinitracetonitrilo.
La descripción de estas preparaciones explosivas

sale de los límites que nos hemos impuesto en este


Manual.

Tetranitromethylanilin.— Con esta substancia se


fabrican cebos menos peligrosos que los de mercurio

y tan potentes como éstos, los que han empezado á


ensayarse en España. Son de color amarillo é inso-
lubles en el agua.

(1) Mezcla de ácido sulfúrico y ácido nítrico eu partes iguales.


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 227

CAPITULO XII.

Análisis de los explosivos.

Análisis de las dinamitas.—Análisis del


algodón-pólvora y de las pól¬
voras sin humo.—Análisis de las pólvoras ordinarias.—Otros aná¬
lisis.

En los análisis de los


explosivos pueden ocurrir
dos casos:

1.° Cuando trata de


se un
explosivo de composi¬
ción conocida y se desee comprobarla.
2.° Cuando se quiere analizar un explosivo cuya
composición no se conoce.
El primer caso, se reduce á la aplicación de los
métodos conocidos para el análisis cuantitativo. En
el segundo caso hay que proceder primero á determi¬
nar la composición de la materia explosiva, y de las
que, sin serlo, entren en ella.

ANÁLISIS DE LAS DINAMITAS.

Exudación.—Se nota á simple vista, con sólo ob¬


servar si el
papel-pergamino en que van envueltos
los cartuchos, presenta manchas grasientas.
228 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Acidez. — Esta prueba debe repetirse cada seis


meses. Se corta un cartucho en dos partes y entre
ellas se coloca pedazo de papel tornasol azul lige¬
un

ramente humedecido, el cual no debe enrojecerse.


Cuando la dinamita está acida debe destruirse.
M. Crismer recomienda emplear la diazorresor-
cina deWeselsky (resazurina de R. Nichki) como
más sensible que la tintura de tornasol.
Absorción del agua. — Se somete un cartucho de
dinamita á una corriente de aire húmedo ó se coloca
en una campana, donde se pone una vasija
con agua:
la dinamita no debe dar señales de delicuescencia.
Humedad.—Se seca la dinamita á 30° C., ó mejor

al vacío seco. Después se pone al aire durante cuatro


ó cinco horas: la pérdida de peso no debe pasar de
3 por 100.
Pruebas
químicas.—Dinamita de base inerte.—El
análisisquímico de la dinamita de base inerte, estriba
en el empleo del éter como disolvente. Este cuer¬
po, puesto en contacto con la dinamita, disuelve ó
se apodera de la nitroglicerina, y después,
por eva¬
poración del disolvente, queda libre la nitroglicerina,
que se conoce fácilmente por sus propiedades explo¬
sivas. El procedimiento es muy sencillo y rápido, si
se
dispone de un aparato Soxlet, de agotamiento, que
describiremos.
Con el éter se separan también el alcanfor, la
parafina, la estearina, el azufre y las resinas que
pudiera contener la dinamita.
Tratando la nitroglicerina que se haya separado,
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 229

después de evaporar el éter, por una disolución de


carbonato de sosa á temperatura del baño-maría, se
disuelve la resina, se decanta y se lava con agua
destilada, se con el ácido clorhídrico, se
precipita
filtra y lava y se pesa después de desecarla. La para-
fin a queda en el residuo del tratamiento por el car¬
bonato de sosa y se separa por el alcohol, que sólo
disuelve la nitroglicerina. La parte insoluble en el
éter puede contener los cuerpos siguientes: materia
absorbente, nitratos ó cloratos metálicos, carbonatos,
aserrín, etc. Se seca este residuo á 100° y se le pesa;
se trata en seguida
por el agua hirviendo, que di¬
suelve las sales solubles (nitratos y cloratos): el re¬
siduo así obtenido se seca, pesa é incinera: la dife¬
rencia de peso entre las cenizas y el residuo dejado
por el agua hirviendo dará las materias orgánicas.
Las otras sales contenidas en el residuo acuoso se

determinan por los procedimientos usuales. El azufre


se
separa por el sulfuro de carbono.
Parte esencial del análisis de las dinamitas de
base inerte, es el análisis del absorbente, kiesclghur,
carbón de madera, celulosa, etc., fáciles de distin¬
guir al microscopio, según daremos á conocer. El Jcie-
selghur se reconoce por los carapachos de diatomeas
que aparecen mezclados entre la masa,, y también por
ser soluble en la potasa
cáustica hirviendo, de la que
se obtieneprecipitando en frío por el ácido clorhí¬
drico, el amoníaco ó el cloruro de amonio.
La creta se reconoce por su efervescencia al tra¬
tar por los ácidos, y por el precipitado que da por el
MANUAL DE EXPLOSIVOS

oxalato de amonio amoniacal después de disuelta por


el ácido clorhídrico.
La magnesia distingue en la solución ácida
se

por el fosfato de amoniacal.


sosa
El kaolín y las cenizas de Boghead, que son á
base de aluminio, se las separa con el flujo alcalino.
El aparato Soxlet que antes hemos mencionado,

puede tener diferentes formas, siendo la más usual


la que presenta la figura 24.a". consiste en un globo
de cristal A, en el que se introduce el éter, el cual
se calienta al baño-maría
á 50° con un mechero de

gas ó una lámpara de al¬


cohol. Al evaporarse el
éter sube por el tubo I)
al refrigerador E que lo
condensa, y cae gota á
gota en el tubo B cerrado
por su parte inferior más
ancha, en la cual se colo¬
ca la dinamita, dentro
de
un
papel de filtro, de for¬
ma que vaya recibiendo
las gotas de éter de un
modo continuo, opera¬
ción que sigue automá¬
ticamente realizándose
Fig. 24c
hasta que el nivel del
éter condensado dentro del tubo B, rebasa la altura
del sifón C, en cuyo momento, todo el éter contenido
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 231

en B, vacía en el globo A, continuando repitién¬


se
dose la operación indefinidamente, hasta que la ni¬
troglicerina contenida en la dinamita haya pasado
toda al globo A, disuelta por el éter, quedando enton¬
ces en el filtro tan sólo los nitratos si los tiene, y la

materia absorbente ó inerte (kiesselguhr, carbón).


Para el completo agotamiento de la nitroglicerina
en una dinamita al kiesselguhr, ha de hacerse funcio¬
nar el aparato Soxlet durante veinticuatro horas.
Esta operación de extracción de la nitroglicerina
debe hacerse después de desecar la dinamita, ope¬
rando sobre un peso conocido de ella. Una vez que
el éter ha arrastrado consigo toda la nitroglicerina,
se evapora á lenta temperatura al baño-maría, y de¬

jará libre la nitroglicerina, que se seca, por último, al


vacío, en presencia del cloruro de calcio, hasta obte¬
ner
peso constante.
procedimiento menos exacto consiste en co¬
Otro
locar un peso dado de dinamita, desecada de ante¬

mano, en contacto con el éter, dentro de un frasco


de cristal, donde se deja durante veinticuatro horas;
transcurrido este tiempo se decanta y se pone de
nuevo en contacto con el éter una hora: después se

hace pasar por un filtro tarado, se seca á 100° y se


pesa que queda en el filtro como re¬
el kies.selguhr
siduo. La nitroglicerina resulta por diferencia de

pesos. Este procedimiento es más exacto que el de


separar el éter de la nitroglicerina por volatilización
porque también ésta se volatiliza en parte.
En caso de que no se disponga de aparato Sox-
282 MANUAL DE EXPLOSIVOS

let, puede separarse la nitroglicerina de la manera


que sigue, sin hacer uso del éter.
Sobre una probeta graduada e, figura 25, se pone
un embudo de cristal de 5 cm. de diámetro, cuya
u 2 j parte estrecha a se tapa con amianto
previamente purificado al fuego; encima
de este tapón se coloca una capa b de di¬
namita finamente pulverizada, y
después
de igualar la superficie con una varilla
de cristal, se pone sobre ella una capa c
de 8 mm. de espesor de kiesselguhr bien
q lavado y seco. Entonces se echa agua en
Fig. 25.a J &
el
embudo, poco á poco, teniendo cuida¬
do de que el líquido sea absorbido antes de agregar
más. El agua desaloja la nitroglicerina del absor¬
bente y la va depositando en la probeta; continúase
la operación, hasta que se considera que la
nitrogli¬
cerina está agotada, es decir, que no queda en el
embudo más que la materia inerte y los nitratos si
los tiene. En el caso en que pase alguna agua á la

probeta con la nitroglicerina, se la separa con papel


de filtro ó por medio de otra filtración.
Prueba de resistencia al calor. Es — una
parte del
análisis muy importante la de determinar el punto de
inflamación de un explosivo y la prueba de su resis¬
tencia al calor, ó sea lo que tarda en descomponerse
cuando le calienta y
se
á qué temperatura empieza á
perder la estabilidad química.
Difieren poco los diversos aparatos dedicados á
esta operación, que consisten, figura 26, en un reci-
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 233

píente a decobre de 20 mm. de diámetro, que se lle¬


na de agua una substancia muy fusible, parafi-
ó de
na, por ejemplo, .
basta 6 mm. de
su borde. La
boca tiene 12
milímetros de
diámetro y se
cubre con una

tapadera de co¬
bre que tiene
cinco taladros:
tres de ellos es¬

tán destinados
á recibir los tu¬

bos que contie- Fig 2Ó a


nen el explosi¬
vo que se desea analizar; el central lleva un termó¬
metro, y el otro restante da paso a un aparato regu¬
lador de temperatura. Tanto los tubos como el ter¬
mómetro quedan sujetos á presión por los pequeños
muelles m. El vaso a descansa sobre un cilindro de
cobre b, del que está separado por una tela metáli¬
ca. Dentro de este cilindro se instala el origen de ca¬
lor, mechero de gas, hornillo de petróleo, lámpara de
alcohol, etc.
Los tubos destinados á la prueba de resistencia
alcalor, tienen de 130 á 140 mm. de longitud y 18
milímetros de diámetro, y llevan un tapón de caucho
traspasado por una varilla de cristal, terminada en
234 MANUAL DE EXPLOSIVOS

un ganchito de platino ó del mismo cristal, destina¬


do á recibir el pedacito de papel reactivo de 1X2
centímetros, que sirve para denunciar el momento en
que empieza la descomposición del explosivo.
Para preparar el papel reactivo se toman 3 g. de
harina de maíz, á la que se adiciona 265 g. de agua;

agítase la mezcla y se hierve hasta ebullición, man¬


teniéndola durante diez minutos sin llegar á tempe¬
raturas excesivamente elevadas. Por separado se di¬
suelve en 265 g. de agua destilada 1 g. de yoduro de
potasio, que es indispensable haberlo hecho 'recris-
talizar previamente en alcohol. Se mezclan cuidado¬
samente las dos soluciones y se deja enfriar la mez¬

cla. En ella se sumergen las bandas ó tiras de papel


de filtro blanco, con anterioridad lavado con agua y
secado seguida; después de una inmersión de diez
en

segundos mínimum, se ponen las bandas á es¬


como
currir y se secan en un lugar aislado de los humos
del laboratorio y del polvo. Así preparadas las ban¬
das, se guardan en frascos de cristal bien tapados,
que se conservan en la obscuridad.
Para asegurarse, en el momento del empleo, de
que el papel reactivo está útil, se vierte sobre él una
gota de ácido acético diluido, tomado en la punta de
varilla de cristal. Si el
una
papel está sensible perma¬
necerá incoloro, en caso contrario se pondrá de color
parduzco y no sirve.
Además del papel reactivo, el ensayo de resis¬
tencia al calor exige el empleo de un papel testigo,

que se obtiene preparando una disolución de cara-


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 235

meló en agua, de tal concentración que diluida


al Vioo t°me el mismo color que el reactivo Nessler
diluido á razón de 0'000075 g. de amoníaco (ó
0'00023505 de cloruro de amoníaco) en 10 cm.3 de

agua.
Con solución se traza, por medio de una plu¬
esta

ma líneas paralelas de 1/2 á 1 mm. de grueso


de ave,
distantes 2 cm. sobre las bandas de papel de filtro
blanco, previamente lavado al agua destilada y seca¬
do en seguida. Cuando los trazos están secos, se
corta el papel en pedazos iguales á los del papel

reactivo, de manera que cada trazo ocupe la mitad


de uno de los pedacitos.
La manera de hacer las pruebas de inflamación

y de estabilidad es como sigue:


Si se trata del ensayo de una nitroglicerina, se
empieza por fijar el termómetro en la tapadera, de
modo que quede sumergido 70 mm. en el líquido que
llena el vaso a. Se pesan 3 g. de nitroglicerina y se
introducen en el tubo de ensayo con ayuda de una
bureta que evite el contacto del explosivo con las
paredes laterales del tubo. Después se fija el papel
reactivo en el gancho de la varilla de vidrio, hume¬
deciéndolo hacia su parte superior con una mezcla

de partes iguales de glicerina y agua, de manera


que la mitad del pedacito de papel quede humectada,

y por tanto más sensible, lo que debe hacerse con


una varilla de cristal.
Colócase el tapón con la varilla así preparada, den¬
tro deí tubo, de modo que el borde inferior del papel
236 MANUAL DE EXPLOSIVOS

reactivo quede hacia la mitad del tubo, introduciendo


éste en el
vaso a,
hasta que el límite de la parte hú¬
meda del papel esté 16 mm.más bajo que la tapadera.
Caliéntase entonces el líquido del depósito a hasta
72° y no tarda en formarse una línea
parda clara en
el límite de la parte húmeda del papel reactivo, y se
da por terminada la operación cuando el matiz de
esta línea es idéntico al del trazo hecho sobre el
papel testigo. Anotando el tiempo que tarda en pre¬
sentarse esa coloración, si éste
llega á quince minu¬
tos, puede asegurarse que la nitroglicerina es de
buena calidad.
Cuando se trata de ensayar dinamitas, se empieza
por extraerles la nitroglicerina por alguno de los
procedimientos ya descriptos.
Si se desea la prueba al calor de una gelatina

explosiva, se toman 3 g., que se mezclan íntimamente,


en un mortero con mano de madera, agregando doble
peso de cal. "Se introduce la mezcla en uño de los tu¬
bos de ensayo, teniendo cuidado de comprimirla gra¬
dualmente por pequeños choques sucesivos, de ma¬
nera
que sólo ocupe 45 cm. del tubo. Después se lleva
el ensayo de modo análogo al descripto para la nitro¬

glicerina. La substancia que se examine debe resistir


diez minutos, por lo menos, la temperatura de 72°.
También se aconseja emplear papel reactivo al
yoduro de zinc en vez del de yoduro de potasio.
,

Con un aparato parecido, empleando en vez de


agua la parafina, ha determinado Mr. Munroe, em¬
pleado en el servicio de torpedos de los Estados-
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 237

Unidos, el punto de inflamación de los explosivos


siguientes:
Tempe¬
ratura de
inflama¬
Nombre de los explosivos. ción en Observaciones.
grados C.

(Muestra de cinco años,


Nitroglicerina... 203 205 i
Ensayo sobre una gota
iMuestradestinadaá usos
Algodón-pólvora 192-201
j militares: ti = l'S.
primido i Cuatro años de almace-
179 187 naje.
í
187-189 |ün año de almacenaje.
Tres años almacena- de
Algodón-pólvora seco al 186191
I je. Filamentos largos
aire libre } Tipo conocido por Red
I Island.
(Tres años de almace-
197-199 ! naje. Almacenado hú-
I medo.
Hidro-nitrocelulosa.... 201 203
Dinamita núm. 1 197 200
Gelatina explosiva 203 209
Fulminato de mercurio. 175 181
Pólvora negra (cañón).. 278-287
Pólvora pícrica de Hill Picratodeamonia-1 ,2 ®
273-283
(graneada) CO: 42'18 por 100.1 m'j»
Pólvora pícrica de Hill Picrato de potasa: l ,§ <d
282-290 53*79 por 100..../ ^ S
(fusil) I ®S
Carbón de madera:
Forcita núm. 1 187-200 10(1 1 q "3
3'85 por
175 por 100 de nitroglice-
Pólvora Atlas 175 185
/
| Almacenada
riña.
hacia algu-
Emmensita mim l.... 167-184 ) nos meses (caja de ma-
) dera).
165 177
Almaceuada hacía algu¬
Idem núm. 2
i

nos meses en caja de


Idem núm. 3, 305 217 I hoja de lata.
Pólvora para el Chas- 191
sepot Datos obtenidos por
Idem de cañón francesa 295
¡ Leygue y Champion.
Idem de fusil (picratada) 358
Idem de cañón (ídem).. 380
238 MANUAL DE EXPLOSIVOS

El análisis de la dinamita-goma (gelatinas explo¬


sivas), se hace como sigue: puede tratarse de la di¬
namita goma, que sólo contiene dinitrocelulosa (7 á 10
partes) disuelta en nitroglicerina (93 á 90 partes), ó
de lagelatina-dinamita ó gelignita que contiene ade¬
más salitre y harina de madera.
Se pesan 10 g., previamente reducidos á pedaci-
tos por medio de una espátula de platino. Se deter¬
mina la humedad lo mismo que para la dinamita
ordinaria. Se toma en
seguida un embudo pequeño,
cuya boca ancha se tapa con un cardo sin tallo y la
estrecha por un tapón de lana de vidrio. El embudo
va provisto de un asa para manejarlo y el conjunto
se tara cuidadosamente.
En el embudo se coloca la muestra desecada y se
lleva al aparato Soxlet, donde por medio del éter se
agota la nitroglicerina, que quedará determinada por
la pérdida de
peso. El residuo se trata entonces por
el éteralcohol, que disuelve la nitrocelulosa.
Hay un método más sencillo, pero menos exacto,
que consiste en colocar la gelatina explosiva después
de seca, en un frasco de Erlenmeyer de 500 centí¬
metros cúbicos, agregándole 250 cm.3 de éter alcoho¬

lizado (dos partes de éter puro y una de alcohol), se


deja digerir hasta el día siguiente y se filtra. En
el filtro quedarán las sales minerales y la harina
de madera. La parte líquida filtrada contendrá la
nitrocelulosa y la nitroglicerina. Se las separa adi¬
cionando un exceso de cloroformo, 100 cm.3, que da

lugar á un precipitado gelatinoso de nitrocelulosa,


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 239

en seguida se filtra sobre tela de seda y se deja


escurrir. Vuelve á redisolverse el residuo en éter
alcoholizado (20 cm.3) y se trata otra vez por el
cloroformo, para eliminar la nitroglicerina que se
encuentre mezclada con la nitrocelulosa. El preci¬

pitado así obtenido se deja gotear, se seca en estufa


á 40°, hasta que tenga tal consistencia que pueda
separarse del filtro con ayuda de una espátula. Se
coloca entonces en un vidrio de reloj tarado y se
pone en estufa á 40° hasta obtener pesada cons¬
tante, que indicará la cantidad exacta de nitroce¬
lulosa.
El residuo obtenido después de la primera filtra¬
ción, es insignificante en el caso de la dinamita-goma;
compónese generalmente de carbonato de sosa y será
suficiente secarlo á 100° y pesarlo
seguida, pero
en
cuando se opera con la dinamita-goma ó con la gelig-
nita, hay que proceder de la siguiente manera: Se
hace hervir dicho residuo con agua destilada que se
remueve ocho ó diez veces. Se filtra luogo sobre un
filtro tarado y se lava caliente. El depósito
con agua
que queda el filtro será la harina de madera, que
en
se seca á 100° hasta peso constante. El líquido fil¬

trado y las aguas del lavado contendrán las sales

minerales, tales como el nitrato y carbonato de sosa;


pónense á evaporar en una cápsula, y el residuo se
seca á 100° y se pesa. Para dosar el carbonato de
sosa, se añaden algunas gotas de ácido nítrico diluí-
do. Se evapora de nuevo á sequedad y se pesa. Si d

representa la diferencia de peso y x el número de


240 MANUAL DE EXPLOSIVOS

gramos de carbonato de sosa, el valor de x será:


106 d

, según resulta de la reacción


64

C03Na2 + 2 Az03H — 2 Az03Na + C02 -t-H'O


toe no

de donde
x 106

d 170 — 106

En cuanto á la
nitroglicerina se puede dosar por
diferencia. También se
podría tomar el líquido obte¬
nido después de la separación de la nitrocelulosa,

evaporarlo al baño-maría calentado entre 30 y 40° y


desecar el residuo por medio del cloruro de calcio,
basta que no se perciba olor á éter ni á clorofor¬
mo, pesando por último la nitroglicerina restante.
Hay que advertir que existen pérdidas por volatili¬
zación inevitables, que bacen bajar algo las cifras
del análisis.
El resultado del análisis de muestra de
una
gela¬
tina dinamita, fué:

Dinitrocelulosa 3'819 por 100


Nitroglicerina 66'691 —

Harina de madera 16'260 —

Nitrato de potasa 12'890 —

Carbonato de sosa t.. Nada


Agua 0'3á0 —

Cuando se trata de extraer la


nitroglicerina de
la dinamita por el éter, conviene mucho cerciorarse,
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 241

al detener la operación, de que no quedan trazas de


nitroglicerina en el cuerpo absorbente; para ello se
ponen algunas gotas del líquido que se quiere exa¬
minar en un cristal de reloj y se le añade una ó dos

gotas de anilina; después se hace evaporar el éter,


y agregando una gota de ácido sulfúrico, si hay ni¬

troglicerina se producirá viva coloración roja, debi¬


da á la reacción del sulfato de anilina sobre el ácido
nítrico que se desprende de la nitroglicerina.
Si se desea tener certeza de si el explosivo tiene
nitrobencina, se vierten cápsula de porcelana
en una
dos gotas de fenol liquida lo, tres gotas de agua y
un fragmento de potasa del tamaño de un guisante.

Se calienta á ebullición y se agrega la substancia


que se quiere examinar adicionada de agua. Después
de una ebullición prolongada, la nitrobencina pro¬
ducirá en la superficie del líquido una coloración

roja viva, que se convertirá en verde esmeralda por


adición del hipoclorito de potasa.
Para determinar si el explosivo tiene alcanfor,
se trata
primero por el éter alcoholizado, después
por el bisulfuro de carbono que deja pasar en la di¬
solución, al mismo tiempo que el alcanfor, la resina,
la parafina, el azufre y una pequeña cantidad de ni¬
troglicerina. Será suficiente evaporar para obtener¬
la volatilización del alcanfor, que se dosifica por pér¬
dida de peso: algunas veces la solubilidad ligera
del líquido en el sulfuro de carbono, obliga á efectuar
una
segunda separación, y se realizará el dosage del
modo que sigue; después del tratamiento por el bi-

16
242 MANUAL DE EXPLOSIVOS

sulfuro de carbono y de la separación de los dos


licores, se les calienta al baño-maría á 60° y se com¬

pleta la desecación por el cloruro de calcio; el bisul-


furo de carbono y el alcanfor se volatilizarán y que¬
dará como residuo la pequeña cantidad de nitrogli¬
cerina que estuviera disuelta en el sulfuro de car¬

bono, la que se sumará á la ya separada por el reac¬


tivo. Es una corrección que debe hacerse, porque la
cantidad de nitroglicerina arrastrada por el sulfuro
de carbono llega á 1?25 por 100.
Los análisis son, según se ve, sencillos en la
dinamita, que sólo contiene nitroglicerina y absor¬
bente, pero se complican, cuando encierra cuerpos
solubles en el
éter, como azufre, resina, par afina,
naftalina, etc. En este caso puede substituirse el
éter por ácido acético, que disuelve la nitroglicerina.
El análisis de la tonita se efectúa tomando 10
gramos de explosivo, á los que se les hace hervir en
agua, renovando el líquido cuatro ó cinco veces; en
seguida se filtra y en la solución pasa el nitrato de
barita. El residuo que queda en el filtro se lava dos
ó tres veces con agua hirviendo, después S9 evapora
hasta desecación, todo el líquido que se ha obtenido,
en un crisol de
platino. Se seca y se pesa el depósito
sólido, que será nitrato de barita.
Cuando la tonita contiene dinitrobencina, hay

que empezar por tratar el explosivo por el éter, que


disuelve este compuesto; después se filtra, y evapo
raudo el éter que contiene la solución, el residuo será
la dinitrobencina. El depósito que queda en el filtro
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 243

se trata por el agua hirviendo para separar el nitrato


de barita.
El residuo de este tratamiento se compone de
nitrocelulosa. Después de secado se pesa y se deja
en digestión, durante tres horas, en un frasco cónico,

con éter alcoholizado; en seguida se pasa por un fil¬

tro tarado, se seca el residuo que queda en el filtro


á 40° C. y se le pesa. Este peso, da la cantidad de

fulmicotón, y por diferencia se obtiene la cantidad


de nitrocelulosa soluble. La dosificación del ázoe se

verifica sobre el residuo del tratamiento por el agua


hirviendo, constituido por mezcla de nitrocelulosa.
Siendo la cordita una gelatina explosiva, su aná¬
lisis se efectuará de un modo análogo: tómense 5
gramos y se les coloca en un frasco cónico, donde se
les deja digerir con éter alcoholizado hasta el día

siguiente; después se filtra sobre cedazo fino. El resi¬


duo se lava con de éter, se prensa, se seca
un poco
á 40° y se pesa. Obtiénese así el peso del fulmicotón
que encierra el explosivo.
En la solución filtrada quedarán, la nitroglicerina,

la nitrocelulosa soluble y la vaselina. La nitrocelu¬


losa se precipita por el cloroformo, recogiéndola por
el filtrado y después de seca se pesa.
Tómanse las soluciones de esta filtración y de la
anterior y se mezclan, sometiéndolas á evaporación á

baja temperatura, en una cápsula de platino puesta


al baño-maría. Se obtendrá un residuo, al que se le
adiciona 80 por 100 de ácido acético para disolver la
nitroglicerina, la que se dosifica por diferencia.
244 MANUAL IDE EXPLOSIVOS

El análisis de la celuloide se hace dosificando el


ázoe con el nitrómetro, después de separar el alcan¬
for, según más adelante explicamos al tratar de di¬
cho aparato.
Para separar el alcanfor, se disuelve un peso
dado de celuloide en el éter alcoholizado, se agrega
una cantidad conocida de asbestos lavado ycalcina¬
do ó de piedra pómez. En seguida se seca, pulveriza
y extrae el alcanfor por el cloroformo. Después nue¬
va desecación
seguida de la correspondiente pesada
para determinar el alcanfor, y luego tratamiento por
el alcohol metílico absoluto, desecación y pesado.
El análisis de la glicerina, cuando ésta se dedica
á la fabricación de explosivos, tiene mucha impor¬
tancia, porque es susceptible de encerrar numero¬
sas
impurezas, plomo, arsénico, cal, cloro, ácido
sulfúrico, sulfates, compuestos ciánicos, ácidos or¬
gánicos, cual el ácido oléico y los ácidos grasos, re¬
sinas, etc. Para las adulteraciones se recurre al azú¬
car, á la glucosa y á la destrina. Su densidad debe
ser 17 261 á 15°.

Se puede permitir la presencia de señales de ar¬


sénico y de ácido sulfúrico; de cal y de cloro aún en
menores cantidades.
Por calcinación no debe dar residuos superiores
á 0'25 por 100 de impurezas inorgánicas. Para eva¬
luarlas se toman 25 g. de glicerina y se les evapora
á 160° en una
cápsula de platino y después en la es¬
tufa hasta peso constante. Se calcina en seguida y
se
pesan las cenizas. Los ácidos fórmico y butírico
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 245

se determinan calentando en un tubo una pequeña


cantidad de glicerina en preseneia de alcohol y ácido
sulfúrico. Si hay aquellos ácidos se producirán éteres
compuestos, formato y butirato de etilo, fáciles de
conocer por su olor, análogo al del melocotón y la
banana (plátano).
Para conocer las condiciones de nitreción de la

glicerina, se mezclan en un vaso tres partes de áci¬


do nítrico (d— 1'53) y cinco de ácido sulfúrico
(d =1'84), formando 400 cm.3 de líquido, sobre el
que se vierten 50 g. de glicerina, operación que exi¬
ge precauciones, como la de emplear un vaso de gran
capacidad y tener á mano un recipiente lleno de agua
mientras se agrega la glicerina. El vaso en que se

opera la mezcla debe estar animado de un movimien¬


to constante de rotación. Terminada la reacción, se
deja reposar y espontáneamente se efectuará la se¬
paración de la nitroglicerina, que se habrá formado,
y la mezcla ácida. Cuando la glicerina es buena para
la nitracióu, la línea de separación resulta'limpia,
bien definida, sin copos suspendidos en el líquido.
Sepáranse los ácidos, agítase varias veces la nitro¬
glicerina con una solución caliente de carbonato de
sosa, y en esa operación, neutralizadora, hay que ob¬
servar también si se forman precipitados coposos, en

cuyo caso debe declararse malo el producto. Termi¬


nada la neutralización, se lava al agua y se vierte la
nitroglicerina en un recipiente tarado y seco. Pesan¬
do de nuevo-se tiene por diferencia la cantidad de ni¬
troglicerina, que no debe ser inferior al 230 por 100.
246 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Puede, asimismo, determinarse el rendimiento


evaluando el volumen de nitroglicerina producido,
conociendo la densidad de la glicerina empleada.
Para ello se toman con una bureta graduada, 10 cen¬
tímetros cúbicos de glicerina, y se la nitrifica como
queda dicho. Teniendo en cuenta las densidades se
obtiene la relación de pesos.
Para buscar los ácidos grasos se vierten 100 cen¬
tímetros cúbicos de glicerina en un recipiente y se
diluyen en doble cantidad de agua. Se agregan algu¬
nas gotas de fenoftaleina y 10 cm.3 de sosa cáustica
en solución normal. Después de ebullición, titular
por H C1 normal. El ensayo será admisible si la can¬
tidad de reactivo que hay que agregar no es supe¬
rior á 076 cm.3
Para dosar los ácidos grasos libres se agita la
glicerina de éter neutro. Se deja reposar,
con un poco
se
separa el éter, y en él irán disueltos los ácidos
grasos. Se lava tres veces sucesivas con agua recién
hervida, libre en absoluto de ácido carbónico. Se
agrega una gota de fenoftaleina, después un poco de
agua y se dosan los ácidos con la disolución deci-
normal de baiúta.
En cuanto-á la dosificación de los ácidos grasos

combinados, se vierten en un frasco 30 g. de gliceri¬


na
y se agrega 0'5 g. de sosa cáustica en solución.
Se calienta durante diez minutos á 150°. Después
de fría se
agrega éter, y hecho esto se acidifica por
SO4 H2 y se agita el conjunto. Los ácidos» grasos
van con el éter. Después de efectuada la separación
247

se con cuidado para eliminar el ácido sulfúrico,


lava
y se dosan los ácidos como antes. Deduciendo de los
ácidos grasos totales los ácidos libres, quedarán do-
sados por diferencia los ácidos grasos combinados.
Si el ácido oléico existe en proporción elevada, se
depositará diluyendo la glicerina
en agua.
Para denunciar las proporciones pequeñas, se
hará pasar por el líquido diluido una corriente de

peróxido de ázoe (obtenido calentando el nitrato


de plomo ) y se formará un precipitado algodonoso de
ácido eláidico, menos soluble que el ácido oléico.
La vaselina empleadaen la fabricación de algu¬
nos explosivos, se inflama á 204'5o. No debe perder

más de 2 por 100 de materias volátiles, calentándola


durante doce horas al baño-maría. Su densidad debe
ser 0'87 á 88°. Ebullición á 278°; fusión á 30°.

El acetono tiene densidad de 0'81. Hierve á 56'3.


Se le emplea puro y debe satisfacer á las condicio¬
nes siguientes: Que destile 98 por 100 entre 56'2o

y 56'4o. Tratado por una solución de permanganato


de potasa á 1 por 100 es preciso que la coloración
rosada persista durante más de diez minutos. No ha
de contener más de 0'005 de ácidos, ni más de O'l

por 100 de aldehidas. Para ver si no contiene agua, se


mezclan volúmenes iguales de acetono y de nafta, y
se agita
la mezcla. Si tiene agua, se separará, al ha¬
cerlo los líquidos por densidad.
Para determinar la acidez se toman 50 cm.3, á los

que se agrega la misma cantidad de agua y 2 cm.3 de


fenoftaleina en solución en alcohol (1 g. por litro).
248 manual de explosivos

Se dosa por medio de la solución de Na OH

(1 cm.3 = 0?0006 g. de ácido acético).


En el análisis del
kiesselguhr ó de otro cualquier
absorbente, hemos dicho que juega papel principalí¬
simo el microscopio.
Circunscribiéndonos al küsselguhr, conviene ex¬
plicar la importancia que tiene su estructura.
Durante mucho tiempo prevaleció la opinión de
que un absorbente químicamente inactivo, cual es el
kiesselguhr, no ejercería influencia alguna en el po¬
der del explosivo; el capitán P. Hess
y el teniente
John Schwab han demostrado lo
contrario, mediante
experiencias de determinación de presiones en dos
clases distintas de dinamitas,
pertenecientes á las
fábricas Nobel, una de ellas manufacturada el año
1872 en la fábrica de Zamky y la otra del año 1876
de la fábrica de
Pressburg.
Con ellas se formaron pequeños cartuchos de 17
gramos, á los que se les dió fuego actuando sobre
discos de plomo de 40 mm. de altura y 31 de diáme¬
tro, con los siguientes resultados, en seis pruebas
diferentes, que señalan á lo que quedó reducida la
altura de los cilindros.

27'8 mm. Dinamita de 1872.


j
28'2 — i
Término medio de la altura de los ci¬
27'6 — f
lindros comprimidos
27'2 la por explosión
(
-


27 '67 mm.
27'4 —
\
27'8 -

]
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 249

Dinamita de 1876.

26'5 rom

26'6
26'3
26'1
: / Término medio
lindros
de la altura de los ci¬
comprimidos por la explosión
= 26'33 mm.
26'8
25'7

Es decir, que la dinamita de 1876 dió mucha ma¬


yor potencia que la de 1872; el análisis químico acu¬
só la siguiente composición:

Dinamita de 1872.

Nitroglicerina 70'8 por 100


Kiesselguhr 28'2 —

Agua l'O —

Nitrógeno
cenna
en. la
nitrogli-jI " |16,12 100
: 16-12 - I

Dinamita de 1876.

Nitroglicerina 70'08 por 100


Kiesselguhr 28'82 —
Agua 1' 10 —
Nitrógeno en la nitrogli- ~ j 16,68 100
cerina
16-68 - )
No había motivo, según esa composición, para
que la potencia de la dinamita de 1876 fuese mayor
250 MANUAL DE EXPLOSIVOS

que la de 1872, que no sólo contenía menos nitrogli¬


cerina, sino que ésta era menos rica en nitrógeno que
la de 1872, y fué necesario buscar esa diferencia en
la estructura del kiesselguhr.
Al efecto, se tomaron vistas microfotográficas de
las dos clases de kiesselguhr extraído de aquellas di¬
namitas, las cuales aparecen representadas en las
figuras 27 y 28 con un aumento de 300 veces su di¬
mensión natural.

Fig. 27.a
Vista microfotográfica del kiesselguhr de la dinamita de 1876.
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 251

En el kiesselguhr de 1876, aparecen los bacillus


tubulares largos, en abundancia y bien conservados,
en tanto que en el de la dinamita de 1872, se aprecian
las diatomeas tubulares en más reducida propor.

Fig. 28.a
Vista microfotográfica del kiesselguhr de la dinamita de 1872.

ción, abundando en cambio los pleurosigmas y dic-


tyocheas redondeadas y también numerosos gránulos
de cuarzo.

Es sabido que las diatomeas tubulares, absorben


252 manual de explosivos

la nitroglicerina mucho mejor que los cortos frag¬


mentos de las otras clases. En la dinamita de 1876,
gracias á mejor calidad del Messelguhr, cada par¬
esa
tícula de nitroglicerina resultaba empaquetada en
un pequeño tubo, con una absorción
perfecta, y Ja
explosión se verificaba así dentro de una resistencia
primaria que la hacía más completa y engrandecía
la potencia del explosivo. En la de 1872, que apare¬
cía untuosa al tacto, una parte de la nitroglicerina
no había sido
absorbida, ni existía esa estructura
preliminar que antes mencionamos en la del 76 y que
convertía cada tubo del kiesselguhr en una pequeña

bomba, por lo cual resultaba ésta del 72 con menor


potencia que la del 76.
De manera que la calidad del absorbente, no sólo

influye en la seguridad del explosivo, para que no


exude la nitroglicerina, sino que también tiene impor¬
tancia por cuanto de ella depende la potencia.
Hemos hecho pruebas microfotográficas en el Ta¬
ller de precisión y
Laboratorio de Artille¬
ría, con algunas clases de ldesselgulir extraído de
dinamitas en ensaye, corroborando estructura aná¬
loga á la de las figuras 27 y 28.

análisis de las pólvoras sin humo.

Ya hemos indicado la manera de


proceder cuan¬
do se trata de analizar la cordita, y vamosá exten¬
der el procedimiento de un modo general al análisis
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 253

de las nitrocelulosas, que son la base de las pólvoras


sin humo.
Lo primero que ha de hacerse, cuando se trata
de analizar una caja de algodón-pólvora ó una mues¬
tra de esta materia sacada del poacher, es determi¬
nar la humedad, lo que se efectúa secando una can¬
tidad previamente pesada en una estufa á 100° hasta
obtener peso constante, obteniéndose por diferencia
la proporción de agua, que suele variar entre 20 y
30 por 100. Seguidamente, se prueba la solubilidad,
para determinar las proporciones de nitrocelulosas
solubles é insoíubles; tómanse con tal objeto 5 g. de
algodón-pólvora del que ha sido desecado, y después
de exponerle durante dos horas al aire libre, se le
coloca en un frasco cónico, en el que se vierten 250
centímetros cúbicos de éter alcoholizado, después se
tapa y se le deja digerir dos ó tres horas agitando
con frecuencia. Se filtra sobre tela de seda (cedazo

fino) y se lava el depósito con un poco de éter. He¬


cho esto, se envuelve en un papel de filtro y se le so¬
mete á la acción de una prensa de mano. La materia

se somete otra vez á tratamiento por el éter alcoho¬


lizado, sin que el contacto con este disolvente pase
de una hora; vuelve á filtrarse, después se prensa el
residuo y se le somete al secado en un vidrio de re¬
loj calentándole en estufa á 100°; terminada la eva¬
poración del agua se le expone dos horas al aire li¬.

bre y se pesa. El peso obtenido representa la suma,de


nitrocelulosa insoluble y de celulosa no nitrada, por¬
que es sabido que en la nitración queda intacta una
254 MANUAL DE EXPLOSIVOS

parte de la celulosa. Se toman, aparte, 5 g. de la ni-


trocelulosa que se está analizando y se los somete
á
ebullición con una disolución saturada de sulfuro de
sodio, se deja reposar cuarenta y ocho horas y se
filtra y decanta. Se somete el
producto á otra ebulli¬
ción con la misma solución y se filtra de
nuevo, se
lava con ácido clorhídrico diluido y con
agua des¬
pués, se seca y se pesa. El
obtenido será el de
peso
la celulosa, más las
cenizas, etc. Si se calcinase ob¬
tendrá, por la pérdida de peso, el de la celulosa.
En los laboratorios del Gobierno
inglés se dosa
la nitrocelulosa soluble del modo
siguiente: disuél¬
vese en 150 cm.3 de éter alcoholizado 50 granos
(3?24g.) de la nitrocelulosa que se quiere ensayar,
dejándola infusión seis horas, en un frasco de
en
200 cm.3, de ancha boca, que se
agita frecuentemen¬
te. Con la ayuda de una pipeta, se toman 75 cm.3 de
la solución clara y se
les somete á la evaporación al
baño-maría primero y á la estufa^después hasta peso
constante. La estufa se calienta al agua á 120° F.
(49°). El peso obtenido es el de la nitrocelulosa
soluble.
La prueba de alcalinidad se efectúa tomando 5
gramos del centro de la muestra de nitrocelulosa
que se analiza, secándolos al aire y pulverizándolos.
N
Puestos á digerir con 20 cm.3 de una solución de

ácido clorhídrico, se agrega agua hasta obtener 250


centímetros cúbicos; se agita durante quince minu¬
tos de cuando en cuando, se decanta
y se lava hasta
255

que las aguas que salgan no den reacción ácida. Se


dosa la solución, así como las aguas de lavado, por
N
medio de la solución
—j— de carbonato de sosa; como
indicador emplea el papel tornasol.
se

materias orgánicas ,se determinan


Las cenizas y

poniendo 2 ó 8 g. de nitrocelulosa en una cápsula de


platinocon un poco de raspaduras de parafina, ca¬
lentando hasta provocar la fusión de la parafina é
inflamación de la mezcla, se pesa el residuo después
de frío y se obtendrá lo que se buscaba.
El método Schjerning se practica de la manera
siguiente: Témanse 5 g. de nitrocelulosa y se les co¬
loca en una gran cápsula de platino. Se les humecta
con un licor compuesto de éter alcoholizado, satura¬

do de parafina, filtrado y adicionado con un cuarto de


su volumen en agua. Se agregan algunos fragmentos

de parafina y se inflama. Durante la combustión, la

cápsula se mantiene en posición oblicua, dándole


vueltas para que la nitrocelulosa se impregne unifor
memente de parafina. En seguida, por medio de una

varilla de vidrio, se separa la substancia de los bor¬


des de la cápsula, que se calienta al soplete durante
quince á veinte minutos: en esta operación debe te¬
nerse cuidado de colocar sobre la cápsula una co¬

bertera, que se levanta de tiempo en tiempo. Se pesa


el residuo, se lava con agua y se calienta á 90° en

presencia de ácido clorhídrico. De este modo se


disuelve el óxido de hierro, de aluminio, la cal y la
magnesia; la sílice constituye un residuo insoluble.
256 manual de explosivos

Se continúa en
seguida el análisis por el método or¬
dinario. En general, bastará conocer la proporción
total de cenizas.
La evaluación del ázoe ofrece gran
interés, porque
permite, independientemente de toda otra determi¬
nación, darse cuenta á priori de la composición del
algodón nitrado que se está analizando, por compara¬
ción entre la cantidad de ázoe, que encierra y la que
corresponde á los productos diversos de la nitración
del algodón, de que hemos hecho estudio completo
en el
capítulo V de este Manual.
El procedimiento más rápido para dosificar el

ázoe, fúndase en el empleo del nitrómetro de Lunge.


Se pesan con la mayor precisión y cuidado 0'6 g. de
la muestra previamente desecada, si se trata de
nitrocelulosa, y0'5 g. si se actúa sobre fulmicotón:
se colocan en un frasco tarado de 15 cm.3 de capa¬
cidad; en seguida se agrega, por medio de una pipe¬
ta, 10 cm.3 de ácido sulfúrico concentrado, y se deja
digerir hasta que la disolución de la nitrocelulosa
sea total.
El fundamento del nitrómetro de Lunge, está en
la reacción que se produce cuando se pone en con¬
tacto con el mercurio al ácido azoico: se formará ni¬
trato de mercurio desprendimiento de deutóxido
con

de ázoe. Conseguido esto, será suficiente evaluar la


cantidad de este gas que se ha producido, para dedu¬
cir la proporción de ázoe.
El aparato, figura 29, en su forma más usual, se

compone de dos tubos de cristal graduados, ligados


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 257

por la parte inferior por un tubo de goma, de mane¬


ra que puedan elevarse ó bajarse á voluntad. El tubo
de la izquierda termina en su extremo superior por
un embudo de cristal
provisto de una llave Greiner
y Friederich, la que, según la
posición en que se coloque, es¬
tablece la comunicación del
embudo con el tubo ó de éste
con el exterior. Entre el tubo

y el embucio hay un depósito


esférico de 100 cm.3 de capa¬
cidad ; la de todo el ' aparato
está comprendida entre 150 y
200 cm.3 El tubo de la derecha
está abierto por su parte su¬
perior.
Para operar con este apara¬

to, se echa mercurio en el tubo


de la derecha, hasta que el lí¬
Fig. 29.a
quido llene por completo el de¬
Nit'rómetro de Lunge.
pósito esférico del tubo de la iz¬
quierda, hasta llegar á la llave, que debe estar abier¬
ta para dar salida al aire. Se limpia entonces con un
papel de filtro la superficie del mercurio en el embu¬
do y se cierra la llave. Después se vierte en el em
budo la solución de nitrocelulosa; se lava el frasco
que la contenía con 15 cm.3 de ácido sulfúrico, ro-
ciándole con ayuda de una pipeta, incluso el tapón.
Se abre la llave parcialmente y se baja el tubo de la
derecha hasta que casi toda la solución penetre en el

17
258 MANUAL DE EXPLOSIVOS

tubo de la izquierda. Entonces se cierra la


llave, y se
vierte en el embudo el ácido sulfúrico que
ha servido
para el lavado del frasco, y se le deja entrar de un
modo igual en el tubo de la izquierda. Se lava el em¬
budo con 10 cm.3de ácido sulfúrico, que se va vertien¬
do por partes, evitando que no entre aire en el apara¬
to. También importa mucho no bajar bruscamente el

tubo de la derecha, porque entonces el líquido arras¬


traría aire y lo introduciría en el depósito esférico.
Concluido el lavado del embudo, se eleva ligera¬
mente el tubo de la derecha, y poniendo horizontal

el de la izquierda, se agita muy violentamente du¬


rante diez minutos. Terminada la reacción, el gas
que se habrá producido, se acumula entre la super¬
ficie del mercurio y el embudo, ó sea en el depósito
esférico y en la parte superior del tubo de la iz¬
quierda. Conseguido esto, se coloca este tubo en su
primitiva posición y se deja reposar el aparato du¬
rante veinte minutos, á fin de que todo el deutóxido

de ázoe tome la temperatura de la habitación donde


se
trabaja, que indicará un termómetro situado en la
proximidad del tubo de la izquierda.
Para determinar el volumen de gas producido,
se mueven los tubos bajándolos ó subiéndolos hasta

que se establece la igualdad de nivel en los dos, te¬


niendo en cuenta que la superficie del mercurio en
el tubo de la derecha debe pasar sobre la del tubo
de la izquierda 1/7 de la altura del ácido contenido en
este último tubo; de ese modo se compensa, en pro¬
porción de las densidades, las diferencias depresio-
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 259

nes ejercidas por


el mercurio y por el ácido. Al ob¬
jeto de comprobar la exactitud rigurosa cou que han
de estar compensadas estas diferencias de presiones,
se introduce
por la llave una gota de ácido, abrién¬
dola ligeramente, y esta gota no debe tener tenden¬
cia á caer en el tubo ni á subir por la canal oblicua
de la llave, sino que debe quedar estacionada. Si se
produce uno de los dos movimientos de subida ó de
bajada de la gota de ácido, será que no están rigu¬
rosamente igualadas las presiones en los dos tubos,

y habrá que moverlos ligeramente, para establecer la

igualdad. Tiene verdadera importancia esta correc¬


ción que debe ejecutarse con todo esmero.
Resta sólo leer el volumen de gas producido, que
se conoce el número de centímetros cúbicos que
por
ocupa en el tubo, teniendo en cuenta, según hemos
dicho, que el de la ampolleta ó depósito esférico es
100 cm.3, y á seguida se hacen las correcciones termo-
métricas y barométricas que completan la operación.
Si V representa
el volumen de gas que se ha leí¬
do en centímetros cúbicos, B la presión barométrica
en milímetros
y t la temperatura en grados centí¬
grados, el volumen corregido 7, lo dará la fórmula

F,1 =
760
I*
(IT Sí)

en la cuál d coeficiente cuyo


es un
valor es 0'003665.
La tabla que sigue contiene los valores de 760
' 1 -+- ó t) para temperaturas comprendidas entre 0o
y 30°.
260 manual de explosivos

Tabla para la corrección ele los volúmenes gaseosos,


según la temperatura, dando á conocer el denomina¬
dor de la expresión

V*=
1 »

760X(l+áí)
t 760 XCt+Sí) t 760XU + &0 t 760 X (1 + í> /)
0
c.
0

O'O 760'000 °C. C.

1 760'2785 3' 1 768'6347 6' 1 776'9909


2 760'5571 2 768'9133 2 777'2695
3 760'8356 3 769'1918 3 777'5480
4 761'1142 4 769 '4704 4 777'8266
5 761'3927 5 769'7489 5 778' 1051
6 761'6712 6 770'0274 6 778'3836
7 791'9498 7 770'3060 7 778'6622
8 762'2283 8 770'5845 8 778'9407
9 762'5069 9 770'8631 9 779'2193
l'O 762 '7854 4 '0 771' 1416 7 '0 779'4978
1 763'0639 1 771'4201 1 779'7 763
2 763 '3425 2 771'6987 2 780'0549
3 763'6210 3 771'9772 3 780'3334
4 763'8996 4 772'2558 4 780'6120
5 764'1781 5 772'5343 5 780'8905
6 764'4566 6 772'8128 6 781'1690
7 764'7352 7 773 '0914. 7 781'4476
8 765'0137 8 773'3699 8 781'7261
9 765'2923 9 773'6485 9 782'0047
2 '0 765'5708 5'0 773 '9270 8'0 782'2832
1 765'8493 1 774'2055 1 782'5617
2 766' 1279 2 774'4841 2 782'8403
3 766'4064 3 774'7626 3 783'1188
4 766'6850 4 775 '0412 4 783'3974
5 766'9635 5 775'3197 5 783'6959
6 767'2420 6 775'5982 6 783'9544
7 767'5206 7 7 75'87 68 7 784'2330
8 767'7991 8 776'1553 8 784'5115
9 768 '0777 9 776'4339 9 784'7901
3 '0 768 '3562 6 '0 776'7124 9 '0 785'0686
análisis de los explosivos 261

Tabla para la corrección de los volúmenes gaseosos


(Continuación.)

t 760 X (1 + 61) t 760 X0 t 760 X (1 + 6 t)

° °

°c. C. C.

9' 1 7 85'3471 ] 2' 6 795'0960 16' 1 804'8449


2 785'6257 7 795 '3746 2 805'1235
3 785'9042 8 795'6531 3 805'4020
4 786' 1828- 9 795'9317 4 805'6806
5 786'4613 13 '0 796'2102 5 805'9591
6 786'7348 1 796'4887 6 806'2376
7 787'0184 2 796'7673 7 806'5162
8 787'2969 3 797'0458 8 806'7947
9 787'5755 4 797.' 3244 9 807'0733
ÍO'O 787'8540 5 797'6029 17 '0 807'3518
1 788'1325 6 797'8814 1 807'6303
2 788'4111 7 798'1600 2 807'9089
3 788'6896 8 798'4385 3 808'1874
4 788'9682 9 798'7171 4 808'4660
5 789'2467 14 '0 798'9956 5 808'7445
6 789 '5252 1 799'2741 6 809'0230
7 789'8038 2 799'5527 7 809'3016
8 790'0823 3 799'8312 8 809'5801
'9 790'3609 4 800'1098 9 809'8587
11 '0 790'6394 5 800'3883 18 '0 810' 1372
1 790'9179 6 800'6668 1 810'4175
2 791'1965 7 800'9454 2 810'6943
3 791'4750 8 801'2239 3 810'9728
4 791'7536 9 801'5025 4 811'2514
5 7 92'0321 15 '0 801'7810 5 811 '5299
6 792'3106 1 802'0595 6 811'8084
7 792'5896 2 802'3381 7 812'0870
8 792'8677 3 802'6166 8 812'3655
9 793'1463 4 802'8952 9 812'6441
12 '0 793'4248 5 803'1737 19 '0 812'9226
1 793'7033 6 803'4522 1 813'2011
2 793'9819 7 803'7308 2 813'4797
3 794'2604 8 804'0093 3 813'7582
4 794'5390 9 804'2879 4 814'0368
5 794 '8175 16 '0 804'5664 5 814'3153-
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to
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 263

Si representamosá 760 (1 -+- ót) por /}, el peso


en de la maestra que se analiza por^, y te¬
gramos
nemos presente que 1 cm.3 de AzO contiene O7 6272

miligramos de Az, la proporción centesimal de este


gas, contenido en la nitrocelulosa que se analiza,
será:
100 75X0'6272
x = -—

p A

Supongamos, como ejemplo, que


V = 114'6
B = 750
p = 0'6
t = 15

Según la tabla anterior el valor de z/ será:


A = 801'781.

De donde

100 X 114'6 X 750 X 0'6272 _

, ,
0'6 x 80L'781

Cuando se opere con nitroglicerina habrá que


seguir la misma marcha, pero tomando cantidad
menor, 071 á O728 g., para el análisis. Ejemplo:

V = 32'5
B = 767
p = 0' 1048
t = 15

100 X 32'5X 761 X0'6272 _


1QMft
X ~

0'1048X801'781
264 MANUAL DE EXPLOSIVOS

La proporción teórica es de 18;50 por 100.


Para dosar los
compuestos de ázoe, será suficiente
multiplicar el valor de x por un coeficiente, que va¬
riará según la cantidad de gas
que dichos compues¬
tos encierren. La tabla
que sigue indica el peso que
corresponde á la temperatura de 0o y 760 milíme¬
tros de presión, á los volúmenes de deutóxido de
ázoe que se encuentran en la primera columna. Se¬
gún el compuesto que se desee dosar, deberá reem¬
plazarse el último factor del numerador del valor de
x, por alguno de los números correspondientes de las
líneas horizontales.

O CO

*
a
a o PESO CORRESPONDIENTE EN MILIGRAMOS
®
a
3 °
SO
1—1
N
Nitro¬
Az Az 0 Az 02 Az 03H Az 03K AzO5 Na
glicerina

1 0'627 1 '343 2'060 2'820 4'523 3'807 3'389


2 1 '254 2'C86 4'120 5'640 9'046 7 '614 6'778
3 1 '881 4'029 6'180 8'460 13'569 11'421 10'167
4 2'508 5'372 8'240 11'280 18'092 15'228 13'556
5 3'135 6'715 10'300 14'100 22'615 19'035 16'945
6 3'762 8'058 12'360 16'920 27'138 22'842 20'334
7 4'389 9'401 14'420 19'740 31'661 26'649 23'723
8 5'016 10'744 16'480 22'560 36'184 30'456 27 '112
9 5'643 12'087 18'540 25'380 40'707 34'263 30'501

Con el fin de evaluar


pequeñas cantidades de gas,
elprofesor Lunge ha introducido en su nitrómetro
una
ingeniosa modificación.
El depósito
C, en vez de hallarse colocado en la
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 265

parte superior del tubo A, se sitúa en el cuerpo mis¬


mo de este tubo (figura 30.a)
De esta manera, las cantidades mínimas de AzO
pueden leerse por medio de la graduación superior
del tubo. La capacidad del
depósito es de 70 cm.3 y la
de cada una de las partes
del tubo 30 cm.3
M. Horn ha dado otra
forma al aparato que se em¬

plea especialmente para ana¬


lizar las pólvoras sin humo,

figura 31.a
Una primera llave H,
lleva una abertura amplia

para poder introducir en el

depósito K la cantidad, pe¬


sada, de la pólvora que se
desea analizar, reducida á
menudos fragmentos. Se
agregan en seguida por el
embudo I, 4 ó 5 cm.3 de áci
Figuras 30.a y 31.
do sulfúrico previamente ca¬
lentado á 30°, teniendo cuidado de cerrar inmediata¬
mente después la llave H. Cuando toda la pólvora se

baya disuelto, operación que se puede acelerar calen¬


tando con cuidado el depósito K} se abre la llave
inferior y la solución pasa al tubo N. Se enjuaga
en
seguida muchas veces con ácido el depósito K y
se
repite la operación del mismo modo.
igtó

266 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Método de
Champion y Pellet. — Este método, que
se
emplea poco frecuentemente, está basado en el
principio de que haciendo hervir la nitrocelulosa
con cloruro de hierro
y ácido clorhídrico, se des¬
compone y queda en libertad todo el ázoe bajo la
forma de AzO. Para aplicar el procedimiento se to¬
man CP 12 á CP 16
g. de nitrocelulosa, que se disuelve
en 5 á 6 cm.3 de ácido sulfúrico. La solución se vier¬
te en un frasco que contenga el cloruro de hierro y
el ácido clorhídrico, del cual se haya desalojado el
aire por ebullición previa de la mezcla. Calentando
el conjunto, se produce la reacción, y el deutóxido de
ázoe se
recoge en un tubo graduado, después de pa¬
sarlo por sosa cáustica. No comienza el desprendi¬
miento de gases hasta que la solución ha adquirido
cierto grado de concentración. El frasco debe ce¬
rrarse cuidado después de introducir la solución,
con

porque la presión de los gases que se produce es muy


violenta.
Este sistema ha sido modificado por Eder, tratan¬
do la solución de nitrocelulosa por una
disolución de
sulfato de hierro y ácido clorhídrico.
Para dosar la cantidad de
AzO2, contenida en la
nitroglicerina, Champion y Pellet aconsejan el si¬
guiente procedimiento: Se toma una cantidad cono¬
cida de sulfato de hierro, de la cual se determina pre¬
viamente su poder deductor, y se mezcla en un frasco
con ácido
clorhídrico, agregando después un poco de
petróleo. En el mismo frasco se vierten 0;5 g. de. ni¬
troglicerina y se calienta al baño-maría. Cuando ha
ANÁLISIS JL)E LOS EXPLOSIVOS 267

terminado la descomposición, se calienta hasta ebu¬


llición , desalojar el AzO y se dosa el sulfato de
para
hierro por el permanganato: 56 partes de hierro oxi¬
dado por la reacción corresponden á 23 de A zO2 en
la nitroglicerina analizada.

Aparato Schultze Tieman.—El método que vamos


á describir se ha

generalizado mu¬
cho en los labora¬
torios de análisis
de pólvoras sin hu¬
mo, recomendán¬
dose para el exa¬
men de las nitroce-
lulosas y de la ni¬
troglicerina, por¬
que con él se obtie¬
ne exactitud.
gran
La disposición

que sigue es debi¬


da á M. William
Bate, de la fábrica
de Hayle.
En este apara¬
to (figura 32?) el
gas se recoge en
un
depósito refri¬
gerado por circu¬
lación exterior de
agua. Para operar Fig. 32.
268 MANUAL DE EXPLOSIVOS

se
empieza por preparar una solución de sosa cáus¬
tica, con la cual se llena el aparato; al efecto, se
dispone el nitrómetro de modo que su extremidad
inferior quede introducida en la abertura que tiene
el tapón de caucho que cierra la parte inferior del
vaso W, después se abre la llave vi y la pinza O,
dejando cenada la pinza B. La disolución de sosa
cáustica, de 1 '21 á 1 '26 de densidad, colocada en un
recipiente alto, no tarda en llenar el aparato, y cuan¬
do llega á la mitad, próximamente, del embudo Y,
se cierra la llave vi y la pinza Cy se abre la pinza B.

Por separado se toman 0'5 á 0'65 g. de la nitro-


celulosa que se quiere analizar, previamente deseca¬
da á 70° durante ocho ó diez horas, y en seguida, en
un secador al ácido sulfúrico, durante tres horas;
se introduce en un frasco
sólido f (figura 33.a) Se lava
el frasco con 25 cm.3 de
agua, que se hace pasar
abriendo alternativamente
las pinzas D y E, después
se calienta el frasco para
desalojar todo el aire que
contenga. Hecho esto, se im¬
pide que entre nuevamenteaire introduciendo la
extremidad del tubo i en que contiene
el líquido el
vaso W, y la del tubo K en el tubo de reactivo R,
en el que se echan algunos centímetros cúbicos de
agua.
Una vez hecho el vacío se cierran las pinzas D
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 269

y E. Colócase entonces, en el tubo R, 25 cm.3 de una


solución de cloruro ferroso (1), añadida con 10 á
15 cin.3 de ácido clorhídrico concentrado. Abriendo
la pinza E el líquido se introduce en el frasco f, sien¬
do preciso tener mucho cuidado que el aire no pe¬
netre al mismo tiempo. Teniendo cerrada la pinza se

eleva el nitrómetro y se coloca el tubo de modo que

quede introducido en su orificio inferior. Entonces se


calienta el frasco La reacción se produce, y empie¬
za el desprendimiento de deutóxido de ázoe. Se abre

la llave D, y cuando la presión supera á la de la

atmósfera, el gas se introduce en el nitrómetro. La


ebullición se continúa á borbotones, y cuando cesa
el paso de burbujas gaseosas á través del líquido
contenido en el nitrómetro y se percibe el ruido ca¬
racterístico producido por la destilación del ácido

clorhídrico, se cierra la pinza 1) y se abre la E.


Se desconecta después el tubo i, se vuelve á co¬
locar el nitrómetro en la abertura que lleva el tapón
obturador inferior del vaso W, y se deja reposar el

aparato hasta que la temperatura sea tal que el agua


del refrigerador no acuse diferencia entre la de su en¬
trada por Zy la de la salida por P. Bastará en segui¬
da igualar los niveles del líquido en el nitrómetro y
en el tubo de
reglaje X, lo que se conseguirá elevan¬
do ó bajando este tubo, podiendo ya leerse el volu-

(I) Se obtiene disolviendo el hierro, en exceso, bajo la forma de


clavos ú objetos análogos en el ácido clorhídrico concentrado. Cuan¬
do cesa desprendimiento de hidrógeno se filtra en caliente y se
el
acidifica añadiendo algunas gotas de HC1.
270 MANUAL DE EXPLOSIVOS

men
ocupado por el deutóxido de ázoe con una apro¬
ximación de cerca de 071 cm.3, volumen que se so¬
mete luego á las correcciones de temperatura y pre¬
sión barométrica, dadas por las tablas y fórmulas que
se ban
descripto.
Método Kjeldatil y Ghenel.—El método de M. Kjel-
dahl, del laboratorio de Carlsberg (Copenhague),
para la dosificación del ázoe en las substancias or¬
gánicas y especialmente en los abonos, modificado
por M. Jodlabauer, ha sido adaptado al análisis de
los explosivos nitrados por M. Chenel, del Labora-
toire Central des Poudres et Salpetres.
Se toman 0?5 g. de la substancia que se quiera
analizar reducida á fino polvo, y se les deja digerir,
en frío, en una solución de 172 g. de fenol y 074 g. de
anhidrido fosfórico en 30 cm.3 de SO4 H2. Se agita
con frecuencia hasta que la disolución sea completa.
Después se agregan por pequeñas porciones 3 ó 4
gramos de polvo de zinc, teniendo cuidado de refri¬
gerar hasta que termine del todo la reacción. Se

agregan O7 7 g. de mercurio y se destila, absorbiendo


la totalidad del amoníaco producido por el ácido titu¬
lado. Se dosa, por último, por medio de una solución
titulada de amoníaco.
M. Chenel ha obtenido excelentes resultados con

la aplicación de este procedimiento. Debe hacerse la


observación de que el éxito de la operación está vin¬
culado en la perfecta transformación del fenol en de¬
rivado nitrado, la cual se delata por la limpidez com¬
pleta de la solución sulfúrica. En las nitrocelulosas
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 271

será necesario poner especial cuidado en la pulveri¬


zación y tratamiento inicial.
La siguiente tabla contiene algunos de los resul¬
tados obtenidos por M. Chenel:

ÁZOE TOTAL _

Determinado
SUBSTANCIAS ANALIZADAS Teórico.
analíticamente.

Salitre 13'86 13' 91


13 '82
13 '73
13 '96

Nitrato de amoníaco 35'00 35 '31


34'90
34' 96

Nitrato de bario 10'72 10'67


10'62

18'50 18'45
Nitroglicerina
Dinitrobencina (1) 16'67 16' 78
16 '57

Para-nitrofenol 10'07 10 '03


Acido pícrico 18'34 18 '42
18 '43
Picrato de amoníaco 22'76 22' 63
22 '67

Ortho-dinitrocresol 14'14 14' 10


13' 98
Meta-trinitrocresol 17'28 17 '57
17 '27

(1) El Dr. Dyer ha obtenido 16'f¡4 por 100 para la dinitrobencina y


18':i0 por 100 para el ácido plcrico. fJourn. Snciety, Aout, 1895.)
272 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Hace constar el químico Mr. Chenel, que no pue¬


de aplicarse este procedimiento al análisis de la naf¬
talina, tri ó tetranitrada, porque sus compuestos no
son
completamente solubles en frío en el ácido sul¬
fúrico. Para dosarlas preciso transformarlos pri¬
es

mero en naphtilaminas, por el procedimiento de


MM. d'Aguiar y Lautemann, á saber: Se toman 12
gramos de yodo que se agregan por pequeñas partes
á solución de 2 g. de Ph en 15 á 20 cm.3 de S'¿ C,
una

contenida en un frasco de 250 cm.3 Se calienta el


conjunto al baño-maría á 100° con precaución, basta
destilación completa del sulfuro de carbono; se deja
enfriar, y se separa, agitando un poco, el yoduro de
fósforo de las paredes del frasco. En tal estado, se
introducen 0'5 á 0'6 g. de la substancia que se va
á analizar, agregándole 8 cm.3 de agua y agitando
dulcemente el frasco dos ó tres veces. Al cabo de
un minuto, habrá terminado la reacción. Déjase en¬
friar y se vierten gradualmente 25 cm.3 de SO4 H2
así como 0'7 g. de Hg.; se formará ácido iodhydri-
co
(HI) que se desaloja por elevación de tempera¬
tura, restando tan sólo continuar el análisis por el
método de Kjeldahl antes descrito.
En el análisis de las nitrocelulosas no ofrece este
método ninguna ventaja sobre el nitrómetro.
La tabla que
sigue da las proporciones centesi¬
males de ázoe y de peróxido de ázoe que encierran
las substancias que se indican en ella:
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 273

Substancias. Fórmula. Az AzO"

Nitroglicerina.... C3H3^OAzOi)3 18'50 60'70


Celulosa dodecaní
trica C"H2808(0Az02)12. 14'14 46'42
Celulosa decanítri-
ca C4lH3í O10 (O AzO2;10 11'11 36'50
Nitrobencina C8H3.Az02 11'38 37'39
Dinitrobencina. ..

C6H4(Az02)2 16'67 54'77


Trinitrobencina... C6H3(AzOí)3 19'24 63'22
Nitrotolueno C7H7Az02 10'21 33'49

Nitronaphtalina C'°H7Az02
. . 8'09 26'53
Dinitronaphtalioa. C10H°(AzO2)2 12'84 42'12
Nitromannita C6H8(Az03)6 23'59 77'37
Nitroamidon C24H32 016. H Az O3.. 6'76 22'18
Ácido pícrico C6H2.0H(Az02)3. . 18'34 60'15
Cloronitrobencina. C°H3Cl(Az02)2. ... 13'82 45'43
Nitrato de amonía¬
co Az03.AzH4 36'00 „

Nitrato de sodio.. Az03.Na 16'47 „

Nitrato de potasio. Az03.K 13'86 „

Nitrato de bario. .

(Az03)2.Ba 10'72 „

Ácido nítrico Az03.H 22'22 ,.

Análisis de recepción del algodón-pólvora y de la


pólvora sin humo.—Varían mucho las pruebas á que
se somete el algodón-pólvora y la pólvora sin humo,
según la fábrica y el objeto á que se destine, así que
nos reduciremos á señalar como
regla, las condiciones
más exigidas que deben llenar estas materias
explo¬
sivas, refiriéndonos á diferentes partidas de distin¬
tas
procedencias, como ejemplo.
Algodón-pólvora de la fábrica de Troisdorf. — Pri-
18
274 MANUAL DE EXPLOSIVOS

mera partida.—Color amarillo blanco. La longitud de


las fibras no pasará de 2 mm. La proporción de nitró¬

geno, medida por el nitrómetro Scbulze-Thiemann,


será de 13 á 13'20 por 100. Ha de ser soluble en el
éter acético y en el acetono y dar menos de 20 por 100
de solubilidad en el éter-alcohol. Mezclando un gra¬
mo con parafina, se quemará en una cápsula de pla¬
tino, después se calienta el residuo con ayuda de una
corriente de aire y se deja enfriar; el peso de este re¬
siduo no será superior al 17 5 por 100. Para las prue¬
bas de acidez y de explosión, se tomará un decigramo
de fulmicotón en un tubo de ensayo y se coloca en
un baño de parafina ó de aceite calentado previamen¬

te á 100° (1); se elevará la temperatura de 5 en 5o

por minuto; no deberán desprenderse vapores rojos


de peróxido de ázoe antes de 172° ni hacer explo¬
sión antes de 180°. Colocados 2'5 g. en un tubo de
prueba y calentado á 134 ó 135° C. deberá resistir
esta temperatura durante veinticinco minutos sin
dar vapores rojos.
Calentado á 80° no deberá colorearse el papel al
yoduro de zinc antes de sesenta minutos.
Segunda partida.—Color amarillo blanco si el ful¬
micotón está seco y gris amarillo si está húmedo.

Longitud de fibras 2 mm. como máximum/Propor¬


ción de ázoe 12'5 á 12'70 por 100. Muy soluble en el
éter acético y en el acetono y solubilidad de 70 á 80

(1) Véase la página 233 de este Manuai., donde se describe el apa¬


rato usado para estas pruebas.
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 275

por 100 en el éter alcohol. El residuo de un gramo


quemado con parafina no excederá del 1?5 por 100.
Pruebas de estabilidad é inflamación iguales á las de
la partida primera. Elegida una cantidad de fulmico¬
tón se fabricará con ella una pequeña porción de
pólvora de laminilla, la cual ha de dar las caracte¬
rísticas siguientes: con carga de 2745 g. la velocidad
media de 10 disparos (fusil Mauser español), ha de
ser 685 m. ± 10 y
la presión media de 10 disparos
2.700 kg. ± 800. Los empaques han de ser dobles,
de zinc soldado el interior y de madara ensamblada
el exterior, y al empacarse tendrá por lo menos 35

por 100 de humedad para que las compañías lo ad¬


mitan en el transporte como materia no explosiva (1).

Algodón-pólvora de la fábrica de G-aldácano (Bil¬


bao) Unión española de explosivos.—Un gramo de¬
berá disolverse completamente en 20 de éter acético,

y dar solución espesa en una mezcla de tres partes


de éter y una de alcohol. Se colocarán cinco tubos
de ensayo con un decigramo cada uno, calentándo¬
los al baño de aceite; se toma la temperatura á par¬
tir de 100° elevándola 5o cada minuto, no debiendo
hacer explosión antes de 175°. La prueba de estabi¬
lidad se hace con el mismo número de tubos, conte¬
niendo cada uno un
gramo; calentados en baño de
agua á 80° C. no deberá dar coloración violada el
papel de prueba al yoduro de potasio antes de diez

(I) El precio de estas partidas fue , sin contar derechos de intro¬


ducción eu España: l.ft, í'7.'i francos por kilogramo; 2.", í'.'il) por idein.
276 MANUAL DE EXPLOSIVOS

minutos. Tampoco lia de producirse reacción alcali-


na. El
nitrógeno se determina con el nitrómetro de
.

la fábrica productora y ha de dar 12*20


por 100 ±
0' 10 en el aparato Schultze-Thieman
y 11 '90 ± 0' 10
en el
Lunge, reservándose la fábrica el derecho de
variar la proporción ± 0'2. El pulpage se llevará á
tal grado que frotado entre los dedos se desmenuce
con facilidad y no se
formen torcidas (1).
Las condiciones de envase y humedad para su
transporte análogas á las anteriores.
,

Según puede notarse, las condiciones de estabili¬


dad son cada
vez más
exageradas y tienden á llegar
á grado
un
tal que asegure la absoluta neutralidad
del producto. Las exigidas á las partidas
de la fábri¬
ca de
Troisdorf, con ser muy restringidas, aún tien¬
den á mayor rigor.
Estos fulmicotones se destinaban á la fabricación
de pólvora sin humo para fusil Mauser.
Ejemplo de análisis de recepción de pólvora sin
humo para cañón de tiro rápido de 75 mm.

Longitud de los tubos 95 mm.

Espesor de las paredes 1 „

Diámetro exterior 4 „

„ interior 2 „

Densidad = 1;575 ± O'OIO.


Velocidad = 525
5, á 40 m. de la boca, en se¬
m. ±
rie de 10 disparos sin
la máxima y mínima ob¬
que
tenida puedan variar más de 14 m.

(1) Precio de esta partida con embalaje, 7'o0 pesetas kilogramo.


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 277

Presiones.—Se medirán en series de 20 disparos


con cilindros de cobre tarados pre¬
aparato Crusher y
viamente á 1.000 kg. por cm.2 No deberán pasar de
2.400 kg. por cm.2 Si exceden sin llegar á 2.600 kg. se
repetirá la prueba con una serie de 40 disparos, y en
ésta ninguna ha de ser mayor de 2.400 kg. Antes de

empezar la prueba será conveniente hacer algunos dis¬


paros para calcular el cañón y comprobar los aparatos.
Caso de no dar el resultado indicado se rechaza el lote.
Estabilidad. — Calentando al baño un tubo de en¬

sayo con 2'5 g. á 134° C. durante una hora, no debe


aparecer desprendimiento de vapores rojos.
Prueba de acidez. — Calentando al baño, durante
una hora, á 80° C. un tubo conteniendo 1 g., no
debe teñirse el papel reactivo al yoduro de zinc.
Prueba de decrepitación.—Los tubos con 071 g. de

pólvora se ponen en un baño calentado progresiva¬


mente, no debiendo aparecer vapores rojo-amarillen¬
tos antes de 170° C. ni decrepitar antes de 172° C.

Prueba de resistencia.— Calentadas las muestras


en estufa á 65 ó 70° C. durante ocho días, ocho ho¬
ras cada día, deben resistir, después, las pruebas an¬
teriores.
Materias volátiles.—El tanto por ciento ha de ser
menor de 5, si el disolvente empleado fué el éter
acético, y de 4 si el éter alcoholizado.
Humedad.—Deberá estar comprendida entre 1'3
y 2 por 100.
Recomiéndase la mayor escrupulosidad en estas
pruebas, de las que depende la utilidad del explosivo.
278 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Según puede deducirse de ellas, el mayor cuida¬


do el análisis de los explosivos debe ser, y es, la
en

comprobación de su estabilidad química.


Es tan interesante cuanto á ella se refiere, que
merece tratemos este asunto con todo
detenimiento,
valiéndonos de datos publicados en el Dingler's Po-
lytechniclies Journal (1), por M. Oscar Guttmann.

LA ESTABILIDAD QUÍMICA DE LOS EXPLOSIVOS

NITRADOS.

Bajo el punto de vista químico, son los explosi¬


vos nitrados cuerpos poco coherentes, ó sea poco es¬
tables. Casi todos hacen explosión si se les somete
á 180° de temperatura; pero,
sin necesidad de llegar
á temperaturas tan altas, se produce en ellos una
especie de disgregación molecular á consecuencia
de la formación de peróxido de ázoe,
seguida de
descomposición parcial ó total. Veamos en qué cir¬
cunstancias estos explosivos se descomponen á vir¬
tud de la formación de peróxido de ázoe.
Las dos clases de explosivos nitrados más cono¬
cidas son la nitrocelulosa y la
nitroglicerina, ó la mez¬
cla de estos dos; siguen
luego como secundarios la
nitrobencina, el nitrotolueno, el ácido pícrico, los
picratos, etc. Todos se preparan hoy en tal grado
de pureza que la única causa
capaz de producir su
descomposición es el calor. En ciertos casos, algu-

(1) Stuttgart, 1897, pág. 37.


análisis de los explosivos .279

ñas substancias que se les agregan, sea para atenuar


ó para aumentar su poder para ó neutralizar las tra¬
zas de ácido libre que puedan contener, influyen algo
en su estabilidad, aparte del tratamiento mecánico
á que se les someta para darles forma conveniente.
Hay muchos métodos para investigar si un explo¬
sivo es susceptible de descomposición á las tempera¬
turas que debe soportar en el almacenaje, transpor¬
te, etc., y todos tienen por objeto poner en evidencia
la formación de peróxido de ázoe.
En Austria, los reglamentos obligan á poner una
tira papel tornasol en cada caja de dinamita:
de
abriendo las cajas puede verse si la dinamita se ha
puesto ácida ó no. Elmétodo del coronel Hess, miem¬
bro de la Comisión del Ejército austriaco, consiste
en calentar el explosivo y dirigir los vapores que se

producen sobre una solución de yoduro de potasio.


En otros países, el explosivo se somete á una

temperatura de 100 á 135° C. durante períodos de


tiempo comprendidos entre un día y una semana. La
ausencia de vapores rojos se toma como prueba de
estabilidad.
Los ingleses, á propuesta de M. Dupré, lian adop¬
tado un sistema de ensayo con el cual están familia¬
rizados todos los que tienen á su cargo la manipula¬
ción de explosivos. Consiste en la prueba del papel
al yoduro de potasio, ya descripta en este Manual.
En Alemania se emplea papel al yoduro de zinc al¬
midonado.
Veamos las causas que pueden determinar la
280 MANUAL DE EXPLOSIVOS

descomposición de los explosivos nitrados, lo mismo


en
almacenaje que durante su fabricación.
Respecto al algodón-pólvora, ha establecido Sir
Frederick Abel que los accidentes varios á
que pue¬
de estar
expuesto, se deben á la eliminación
imper¬
fecta del ácido que
haya servido para nitrar las
fibras. Abel inventó, en
consecuencia, un procedi¬
miento mecánico para abrir la fibra
y facilitar, por
tanto, la extracción ulterior completa del ácido so¬
brante y de las aguas de lavado. Este
procedimiento
da un
algodón-pólvora de gran estabilidad. Sin em¬
bargo, por mal funcionamiento de la
centrífuga ó por
número insuficiente de
lavados, el, fulmicotón puede
retener algún ácido; procediendo con mucho cuida¬
do cabe evitar estas
contingencias.
Poco á poco se ha renunciado á la
práctica de
incorporar al explosivo una pequeña cantidad de
substancias alcalinas, como el carbonato
de sosa, la
cal, la magnesia, etc., y en Inglaterra, esta adición no
es ya obligatoria. Tal incorporación resulta inútil é
ilusoria, porque si se produce una
descomposición
en la
materia, la pequeña cantidad de álcali será en
seguida absorbida, y por otra parte, algunas de estas
substanciasalcalinas, tienen tendencia directa á
descomponer los cuerpos nitrados, de modo que su
presencia puede ser más perjudicial que útil. Si el
explosivo ha sido convenientemente
purificado, no
debe dar señales de
descomposición en el almacena¬
je: sirva de prueba la muestra de nitroglicerina
fabricada por Sobrero el año
1847, que se conserva
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 281

en la fábrica deAvigliano, la cual todos los años se


ensaya y permanece inalterable.
Dupré ha estudiado el papel de las distintas subs¬
tancias alcalinas que se agregan á los explosivos. La
adición de carbonato de cal ó de magnesia á la dina-

mita-gelatina, no ejerce ninguna influencia sobre el


ensayo de estabilidad. La adición de carbonato de
sosa, tiene influencia variable, pues aumenta la du¬
ración del ensayo en las malas muestras y la dismi¬

nuye en los productos de buena calidad. Es decir,


que en un mal producto, neutraliza el ácido ya desa¬

rrollado, y en uno bueno, tiende á descomponerlo.


La adición de carbonato de amoníaco á la gelati¬
na
detonante, provoca la descomposición, á tal punto,
que el fulmicotón desaparece en parte y la nitrogli¬
cerina exuda á través de las cajas impregnando el

piso del almacén: el amoníaco que proviene de la


fácil descomposición del carbonato de amoníaco,
actúa sobre todos los explosivos nitrados, y más so¬
bre el fulmicotón que sobre la nitroglicerina.

Igual observación que para el fulmicotón, puede


hacerse para el ácido pícrico, los picratos, la nitro-
bencina, el nitrotolueno, etc. Estos compuestos, la¬
vados con cuidado y desembarazados de toda señal
de ácido libre, son estables, y su grado de estabili¬
dad depende únicamente de que la neutralización sea
más ó menos perfecta. En algunos de estos cuerpos
la cristalización repetida es un excelente medio de

purificación. En otros, el lavado es el que da mejores


resultados, pudiendo efectuarse con agua alcalina
282 MANUAL DE EXPLOSIVOS

para facilitar la eliminación de las últimas señales


de ácido libre.
Lanitroglicerina es más difícil de purificar, por
ser
líquido aceitoso, que dificulta que el lavado
un

llegue á todas las partículas. Sin embargo, se realiza


un contacto
muy íntimo, agitando la mezcla con aire
comprimido, procedimiento que da un efecto secun¬
dario, el de peroxidar los derivados nitrados supe¬
riores, que acompañan siempre al producto princi¬
pal. Para neutralizar la mayor parte del ácido, se
agrega al agua de lavado carbonato de sosa en polvo,
eliminándose las ligeras trazas de ácido por lava¬
dos repetidos al agua caliente ó fría, pura ó
adicio¬
nada de pequeña cantidad de carbonato de sosa.
Debe cuidarse de que el nitrador esté bien limpio,
porque siendo de plomo, la acción de la mezcla ácida
sobre susparedes determina la formación de sulfato
de plomo, que por sí mismo no ofrece inconveniente,

pero á veces se presenta bajo forma esponjosa ó po¬


rosa, que retiene gran cantidad de impurezas com¬

puestas sobre todo de productos nitrosos. Si se recoge


un
poco de sulfato de plomo y se le incorpora á una
muestra de nitroglicerina bien pura,
el ensayo calo¬
rífico dará mal resultado. El caso debido á falta de
limpieza del nitrador ha sucedido alguna vez, porque
las partículas de sulfato de plomo se desprenden,
y
aun cuando con el lavado al aire
comprimido suben
á la superficie, vuelven á sumergirse por su densidad

y quedan entre la nitroglicerina, y á menos que se


den muy numerosos lavados, no podrán desembara-
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 283

zarse enteramente esas partículas de sus partes ni¬


trosas, de suerte que se las encontrará poco ó mucho
en el producto final.
En el lavado de la nitroglicerina al carbonato de
sosa, si en vez de emplear una solución se aplica la
sal sólida, se deposita siempre un poco de sedimento
en el fondo de la cuba; extraído y lavado con cuida¬

do, es perfectamente alcalino al papel de tornasol,


pero si se deja caer sobre él una gota de nitroglice¬
rina pura, acusará reacción ácida al contacto con el

sedimento, prueba de su descomposición.


Pasando á los explosivos compuestos, debe tener¬
se en cuenta que no siempre dos cuerpos estables al

calor aisladamente, producen al reunirse una mate¬


ria estable también: en muchos casos se observa lo
contrario. La gelatina detonante, ejemplo, sabe¬
por
mos que se prepara disolviendo el fulmicotón en la

nitroglicerina con ayuda de un calor suave. Más


adelante demostraremos que muchos compuestos ni¬
,

trados pueden desprender peróxidos de ázoe á tem¬

peraturas muy inferiores á las que se fijan para el


ensayo oficial. En todos los casos, la estabilidad final
de la gelatina detonante dependerá de la tempera¬
tura á que se efectuó la mezcla y de las operaciones

mecánicas á que se la someta. Igual observación pue¬


de hacerse respecto á las mezclas de picratos, á las
disoluciones de fulmicotón en nitrobencina, etc.
Pasando á la fabricación de pólvoras sin humo,
es de notar que la pasta se lamina lo general en
por
hojas delgadas por medio de cilindros calentados á
284 MANUAL DE EXPLOSIVOS

vapor, en tanto que en los otros explosivos seJ obtiene


por medio de molinos mecánicos, que producen nota¬
ble elevación de temperatura. Estas temperaturas
son muyperjudiciales á la estabilidad, porque pro¬
ducen desprendimiento local de peróxido de ázoe, que,
una vez iniciado, prosigue cada vez más de prisa.

Tales observaciones, interesan mucho á los consu¬


midores de explosivos, que tienen derecho á exigir una
materia de manipulación lo menos peligrosa posible.
Muchos de los explosivos en uso son formados de
materias demasiado complejas, cuya influencia mu¬
tua no se ha estudiado bastante.
M. Guttmann ha hecho las siguientes averigua
ciones: La diuamita puede exudar nitroglicerina, y
esta causa de inestabilidad, de origen mecánico,

depende de la capacidad absorbente del kiesselguhr


y de la temperatura de almacenaje. Si la temperatura
es
baja y la nitroglicerina se congela, disminuye 10
por 100 de su volumen y se concentra en el interior
de los tubos capilares, y luego, al deshelarse, se

esparce y reparte sin uniformidad por todo la masa.


Al revés, cuando la temperatura es alta en dema¬

sía, la nitroglicerina se dilata, y si la tierra de infu¬


sorios se halla saturada con exceso, al efectuarse la
absorción exudará.
Debe también mencionarse elpapel, muy curioso,
que ejerce la humedad atmosférica desplazando la
nitroglicerina por simple oxmosis.
Tomando ahora la gelatina detonante, ó sea el
algodón-pólvora disuelto en nitroglicerina, desde
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 285

luego se ocurre queel algodón-pólvora es la base de


su estabilidad, porque se sabe actualmente que la
cantidad de ázoe que contenga y la solubilidad no
son las únicas causas que le hacen más ó menos apto
para retener la nitroglicerina.
La sensibilidad de la dinamita y de la gelatina
detonante á la acción del calor parece aumentar con
el número de constituyentes que entran en su com¬

posición. En el caso de la dinamita, pudiera creerse


que la única substancia que hay que considerar es la
nitroglicerina. Nada más falso. Una nitroglicerina
muy pura y un kiesselguhr aparentemente bueno pue
den dar mala dinamita.
El kiesselguhr contiene siempre un poco de óxido
de hierro y materias orgánicas carbonizadas por la
calcinación y una fuerte porción de sulfato de alúmi¬
na, y estos cuerpos, aun en débil cantidad, descom¬

ponen la nitroglicerina con desprendimiento de peró¬


xido de ázoe.
Lagelignita, ó sea el fulmicotón disuelto en nitro¬
glicerina y absorbido por una materia formada por
nitrato de potasa y pulpa de madera, ha dado lugar
á frecuentes casos de descomposición, achacados á
malas condiciones de transporte, etc., que luego se
ha comprobado que eran debidos á fabricación de¬
fectuosa, sobre todo en lo que se refiere á la pulpa
de madera. Como es esencial que el explosivo tenga
la menos humedad posible , se somete la pulpa á una
desecación completa, que llega en algunas fábricas
hasta hacerla tomar un color tostado (chocolate); en
286 MANUAL DE EXPLOSIVOS

otras fábricas se limitan á darle una temperatura


de 120° C. para desembarazarla simplemente del
agua que contiene. En general la desecación se opera
en tambores rotativos de hierro provistos de agita¬
dores ycalentados exteriormente. Si la pulpa se car¬
boniza una destilación parcial y
ligeramente, sufre
queda en libertad el ácido acético que_ contenga.
Aun con temperaturas bajas, puede en algunos pun¬

tos tostarse con exceso. Eórmanse entonces cenizas


de carbonización. Hasta ahora no se habían tomado
en cuenta estas partículas carbonosas ni el ácido
acético, cuya formación generalmente indican, el cual
tiene una acción directa sobre el yoduro de potasio.
El cuadro que sigue, da idea de lo que influye el
ácido formado en la desecación de la pulpa en los re¬
sultados del ensayo calorífico:

Ensayo calorífico
en minutos.

dlAanetes adicón. dDee'spué adiclóuj Pérdia.


SUBSTANCIAS

ensayadas. CON ADICIÓN DE


la

Gelatina para Pulpa de madera y! 31 20 11


gelignita. . . .
salitre

33 20 13

50 29 21

Salitre. 34 32 2

Nitroglicerina. co o 3 27
acético.
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 287

Al mismo tiempo que el ácido acético se forma el


alcohol metílico, y si la gelatina contiene un álcali,
tal como el carbonato de sosa, la descomposición por
este álcali de los cuerpos nitrados será acelerada por
la presencia del alcohol. De otra parte, M. Guttmann
no cree que en una geligtina exenta de álcali la pre¬
sencia del ácido acético pueda disminuir la estabi¬
lidad.
Entrando en análogo estudio acerca de las pól¬
voras sin humo, hay que recordar que éstas, ó bien
están formadas de fulmicotón solo ó de nitrocelulosa
mezclada con otros compuestos nitratos, cual la ni¬
troglicerina, la nitrobencina, etc., con ó sin adición
de nitratos ó de substancias análogas. Si se aplica á
estos explosivos el ensayo calorífico llamado al yodo,

son de temer obstáculos considerables, provenien¬


tes de las variaciones de propiedades que presentan
y de la manera anormal de comportarse, cuando se
les somete al ensayo oficial. En algunos casos se tro¬
pieza con la dificultad de proveerse de instrucciones
especiales para el ensayo de ciertas pólvoras. Así,
la pólvora E. C. y la pólvora Schultze, deben ser pre¬
viamente secadas á 120° E. y después expuestas du¬
rante dos horas al aire antes de ser sometidas al en¬

sayo ordinario. La cordita y las pólvoras análogas


han de ser trituradas y pasadas mecánicamente á tra¬

vés de tres series de tamices, sometiendo tan sólo al


sobre el segundo tamiz.
ensayo la parte que queda
el conocido fabricante de
En Septiembre de 1895,

explosivos M. Hermann Gíittler, de Reichenstein,


288 MANUAL DE EXPLOSIVOS

dió áconocer una


experiencia muy curiosa que aca¬
baba de hacer: mientras que su
pólvora, la plasto-
menita, daba una reacción muy marcada con el papel
yodurado, la pólvora Walsrode no la daba más que
al cabo de muchas horas de
ensayo al calor. Además,
tomando un papel en el que ya hubiese aparecido el
color pardo característico, y colocándolo en un tubo
de ensayo con la pólvora Walsrode, desaparecía el
color pardo. El hecho pareció extraño. Al principio
se creyó que la pólvora Walsrode encerraba una
substancia capaz de actuar sobre el yodo puesto en
libertad sobre la superficie del papel almidonado,
pero se observó que colocando
papel ya coloreado
un
en un tubo de
ensayo, y calentándolo á 180° F., des¬
aparecía el tinte pardo y el papel quedaba blanco á
los cinco minutos. Era, pues, evidente que á esa
temperatura el yodo se había volatilizado. El papel
alemán al yoduro de zinc, presentaba mayor sensibi¬
lidad que el papel inglés, pudiendo volatilizar el
yodo en dos minutos; pero á pesar de ello la reac¬
ción era demasiado lenta para poder ser asimilada á
la observada con la pólvora Walsrode, y además se
observó que las pólvoras viejas de Walsrode daban
al ensayo calorífico reacción mucho más rápida
que
la de fabricación reciente.
Laexplicación que da M. Guttmann es la siguien¬
te: hay gran número de cuerpos que absorben el yodo
(las grasas y los aceites, por ejemplo), otros que se
combinan con él en ciertas circunstancias y otros que
le disuelven simplemente. Algunas pólvoras sin humo
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 289

pueden contener y contienen gran variedad de subs¬


tancias capaces de falsear los resultados del ensayo
calorífico al yodo. Estas substancias son, no solamen¬
te el éter acético, la acetona
y los aceites, sino la
vaselina, la anilina y gran número de ingredientes
empleados accesoriamente en la fabricación de ex¬
plosivos. Los disolventes particularmente, no pueden
ser eliminados del todo durante ladesecación, y al¬
gunas .pólvoras retienen hasta el 1 por 100. Tal pro¬
porción no hay duda que es muy pequeña para po¬
der descubrirla por el olor; pero
cuando, después
de bien pulverizado el explosivo, se
le calienta en
el tubo de ensayo, aquella pequeña cantidad de di¬
solvente se volatiliza. Si este disolvente es
suscep¬
tible de actuar sobre el
yodo puesto en libertad por
el peróxido de ázoe, no aparecerá la formación de
la mancha parda característica sobre la banda de
papel. De modo que la reacción verdadera que en el
ensayo calorífico se observa habrá quedado anulada.
En otros términos: un
explosivo sometido al ensayo
podrá hallarse en pleno estado de descomposición
por el calor, sin que esta descomposición se denun¬
cie por el papel reactivo,
por causa de existir en la
muestra que se ensaya una pequeña cantidad de
disolvente, tal como la acetona ó el éter acético. La
coloración parda no aparecerá entonces sino cuan¬
do el disolvente haya sido expulsado en totalidad, ó
bien si el desprendimiento de peróxido de ázoe fuese
tan abundante que contrabalancease la acción de las
substancias extrañas.

19
290 MANUAL DE EXPLOSIVOS

En tales condiciones, no es raro que M. Guttmann


no encontrase la reacción parda característica sino
al cabo de dos horas de ensayo á 90° C. en un explo¬
sivo fabricado según la patente de M. Hiram S. Ma¬
xim, que se componía de
Fulmicotón 88 partes.
Nitroglicerina 10 „
Aceite de Castor 2 „

empleado en la fabricación de este


El disolvente

explosivo había sido el acetono.


La misma anomalía se presenta, aunque en grado
menor, con la pólvora de Walsrode y la cordita. Para
la cordita la duración del ensayo puede variar al
doble.
Conocida la temperatura elevada que los aceites
pueden soportar sin hervir, y por tanto, sin dar va¬
pores, no parece probable que su presencia afecte al
ensayo calorífico, por lo cual, se inclina el ánimo á
atribuir las anomalías en los resultados, al acetono
solamente. Debe reconocerse, no obstante, que algu¬
nos aceites, entre ellos el de Castor, emiten vapores
á temperaturas relativamente bajas.
Citaremos á este objeto una experiencia caracte¬
rística: Se coloca en plano de vidrio una
un vaso

capa de aceite de Castor de 275 cm. de espesor y se


le somete á 180° E. durante treinta minutos, que es
el tiempo de ensayo oficial en los explosivos. Al cabo
de ese tiempo la pérdida de peso se eleva á O7245

por 100. Esta proporción es realmente muy conside-


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 291

rabie relación á la pequeña cantidad de yodo


en

puesta en libertad por el peróxido de ázoe en la ma¬


yor parte de los explosivos. En otro ensayo, se colo¬
caron 20 g.
de aceite de Castor en una cápsula de
vidrio plano á temperatura de 38° C. durante se¬
tenta y dos horas seguidas. La pérdida fué deO'656

por 100.
Esto inducía á creer que la vaselina presentaría
los mismos inconvenientes, pero los resultados anor¬
males obtenidos con la cordita hicieron apreciar la
cuestión bajo otro aspecto. Tomadas tres muestras
de un fulmicotón de la misma fabricación, se
roció la
primera con 5 cm.3 de éter, la segunda con tres gotas
de aceite de Castor, disueltas en 5 cm.3 de éter, y la
tercera con tres gotas de vaselina fundida disueltas

en la misma cantidad de éter. Las tres muestras


fueron despojadas del éter calentándolas en estufa
á 40° C. Después se las sometió al ensayo calorífico
ordinario. He aquí los resultados:

Minutos

Fulmicotón solo 9
Fulmicotón, más tres gotas de aceite de Castor. 19
Fulmicotón, más tres gotas de vaselina 44

De otra parte, una muestra de vaselina sometida


á 38° C. durante setenta y
dos horas, solo sufrió
O'OGl por 100 de pérdida de peso. Con esta vaselina
seca, lo mismo que con el aceite de Castor seco, se
hicieron las nuevas experiencias que siguen, actuan¬
do sobre 1'5 g. de algodón-pólvora, al que se agre-
292 MANUAL DE EXPLOSIVOS

gaban la3 otras materias, siempre disolviéndolas


antes en éter:

Minutos

Fulmicotón solo rociado con éter 16


Fulmicotón, más tres gotas de aceite de Castor
disuelto en éter 32
Fulmicotón, más tres gotas de vaselina 22
Fulmicotón, más tres gotas de vaselina no seca¬
da disuelta en éter 22

Estoprueba que entran en la composición de al¬


gunas pólvoras sin humo substancias capaces de fal¬
sear el ensayo al yodo, y que los resultados del en¬

sayo pueden variar considerablemente, segúnlas con¬


diciones de secado, el grado de división de la pólvo¬

ra, etc. Una pólvora finamente pulverizada da.me¬

jores resultados que la misma groseramente trocea¬


da. Una pólvora expuesta al aire durante algunos

meses, da mejores resultados que la misma pólvora

ensayada inmediatamente después de fabricada. De


modo que todo depende del estado de división en que
se prepare el explosivo y de la proporción mayor ó
menor de acetono ó de otro disolvente que conserve
en el momento del ensayo.
Todo ello viene á demostrar que el ensayo calorí¬
fico llamado al yodo, tal como se hace actualmente, es
absolutamente inaplicable á la mayor parte de las póL
voras sin humo, puesto que el yodo que debía que¬

dar en libertad para dar tinte pardo al papel reac¬

tivo, puede ser absorbido por substancias extrañas,


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 293

cuya acción es variable. De suerte que ese ensayo,


que se considera como el patrón para graduar la es¬
tabilidad de los explosivos, y que en todos los países
se practica de modo análogo, cae por su base.

M. Guttmann estudió la substitución del método


al yodo, por ejerzan influencia las
otro, en el que no
materias extiañas y que el peróxido de ázoe
sólo sea
desprendido el que actúe, empezando por probar to¬
dos los reactivos aplicados durante los últimos cua¬
renta años. Algunos de ellos fueron desechados des¬

de luego, ya, porque influían químicamente sobre el


explosivo, ó bien por exigir tratamiento preliminar
muy largo. También debe evitarse el empleo de un
reactivo con el cual deba ser mezclado el explosivo,
actuando como disolvente, porque sería imposible
obtener entonces duraciones de ensayo absolutamente
exactas.
La lista de reactivos propuesta por varios auto¬
res, para denunciar la presencia de pequeñas canti¬
dades de peróxido de ázoe son:
Griess.—Mezcla de ácido sulfanílico y de nafti-
lamina en solución en ácido acético.
Flugge.—Nitrato mercúrico y fenol.
Jorrissen.—Fuchsina disuelta en ácido acético
glacial.
Vogel.—Fosanilina.
Meldola.—Paramidobenzonazodimetilanilina.
Curtman.—Antipiiúna.
Frankland.—Acido sulfanílico y fenol.
Griess.—Clorhidrato de m-fenilodiamina.
294 MANUAL DE EXPLOSIVOS

El caso era buscar un reactivo que


pudiera usar¬
se de igual el papel yodurado lo es ac¬
manera que
tualmente. Los más recomendables, entre los an¬

teriores, por su sensibilidad, son: la antipirina, la


metafenilodiamina, la fuchsina y la difenilamina;
aun entre esos se renunció á la
antipirina, que sólo
produce ligera coloración verde apenas visible. La
m-fenilodiamina, da con el peróxido de ázoe una co¬
loración amarilla, pero la reacción no es muy clara

y resulta poco visible á la luz artificial. Por lo que


toca á la fuchsina, Yogel y Jorrissen recomiendan

disolverla á 0701 g. por 100 de ácido acético glacial,


pero Guttman aplicó esta solución diluida en agua.
Una gota de tal solución, extendida sobre papel de
filtro, da con el peróxido de ázoe coloración que
pasa del rojo violeta al azul de cielo, al verde, al
amarillo, gradualmente, hasta desaparecer por com¬
pleto. El inconveniente de este reactivo es que toda
traza de ácido mineral hace inmediatamente virar la
coloración en amarillo. El paso
de la coloración roja
á la azul, considera como característica déla
que se

presencia de peróxido de ázoe, es además muy irre¬


gular y variable, según los casos. Tan pronto la co¬
loración aparece inmediatamente antes de la azul,
como la coloración roja pasa inmediatamente á la
violeta, siendo necesario largo tiempo para que apa¬
rezca la coloración azul.
Por estas razones,
Guttmann recomienda la difeni¬
lamina, de sensibilidad al peróxido de ázoe. Por
gran

desgracia, esta substancia no puede emplearse como


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 295

en los análisis de aguas, en solución en el ácido


sulfúrico concentrado.
El ácido podría actuar sobre el papel reactivo y
secorrería el riesgo de tener acción poco sensible, á
menos de diluir mucho la solución. La difenilamina se

disuelve fácilmente en el ácido sulfúrico concentra¬


do, pero si se extiende el licor así obtenido,
en agua
la difenilamina se si se vierten en una
precipita; mas
vasija sobre ácido sulfúrico concentrado algunas go¬
tas de agua, el calor que se desarrolla basta para

disolver la difenilamina, y agregando nueva canti¬


dad de agua se desprende todavía calor y una gran

proporción de ella pasa en solución. Añadiendo agua


gradualmente, puede llegarse á una solución al V500
de difenilamina.
evaporación demasiado rápida del
Para evitar la

agua en la superficie del papel reactivo, se agrega á


la disolución de difenilamina su propio volumen de

agua. Una banda de papel de filtro impregnada de


esta solución es excelente reactivo para el peróxido
de ázoe. Sin embargo, la solución preparada así, al
cabo de algunos meses deja depositar copos rosá-
ceos, debido probablemente á la acción secundaria
del ácido sulfúrico sobre la difenilamina.
La preparación ha sufrido varios perfeccionamien¬
tos hasta el que sigue:
Se pesa 071 g. de difenilamina cristalizada y se
coloca en un frasco de cuello largo, provisto de tapón
esmerilado. Se agregan 50 cm.3 de ácido sulfúrico
diluido (10 cm.3 de ácido concentrado por 40 cm.3 de
296 MANUAL DE EXPLOSIVOS

agaa)j y se calienta el frasco al baño-maría, de 50


á 55° C. A esa
temperatura la difenilamina se funde
y se disuelve en el ácido sulfúrico diluido. Retírase
el frasco del baño-maría y se agita durante
algunos
instantes y se le deja enfriar. Entonces se
agregan á
esta solución 50 cm.3 de
glicerina Price (destilada
dos veces), y se conserva la mezcla en sitio obscuro.
El ensayo se hace así:
La muestra de
explosivo que se quiere analizar se
pulveriza como en el ensayo al yodo. Para las pólvo¬
ras sin humo el triturado en molino debe ser
seguido
de tres tamizados, haciéndose el ensayo sobre la por¬
ción que queda en el segundo tamiz, como término
medio de la muestra. Se pesa
1'5 g. de esta porción
de explosivo y se la pone en
el tubo de ensayo. La
banda de papel reactivo que se coloca en la varilla
de vidrio debe tener 23 mm. de largo por 10 mm. de
ancho. Se tocan los bordes superiores de la tira de
papel con un agitador impregnado de la solución de
difenilamina. El líquido se esparce lentamente y
cuando se detiene, la banda estará
impregnada hasta
la cuarta parte de su largura. Se introduce la varilla
en el tubo y se meteen el baño-maría á 70° C. La
reacción coloreada del papel no debe
aparecer antes
de los quince minutos.
Primero aparece coloración amarillo-verdosa en

la parte mojada de la tira. A partir de este instante


debe vigilarse el ensayo con la mayor atención. Al
cabo de dos minutos mancha azul
una
pálido apare¬
cerá, súbitamente, en la separación de la parte húme-
ANÁLISIS LE LOS EXPLOSIVOS 297

da y la parte
seca. Este momento es el que hay que
anotar muy exactamente.
El procedimiento es, pues, sencillo, y no contra¬
riará á los químicos habituados al método de ensayo
al yodo;
pero hay aún otras razones que lo hacen pre¬
ferible al antiguo.
Lapreparación del papel reactivo yodurado exige
numerosas
operaciones: purificación del yoduro de
potasio por recristalización en el alcohol; lavado del
papel de filtro; secado; inmersión en la solución de
yoduro; nuevo secado al abrigo de la luz; troceado en
bandas, etc.; y después de todo esto, se consigue un
papel que se conserva unos cuantos días. El nuevo
procedimiento únicamente exige papel de filtro de
buena calidad y una solución de difenilamina prác¬
ticamente inalterable, y cuya preparación sólo re¬
clama algunos minutos, consistente en una parte de
difenilamina por 1.000 de agua.
En todos estos ensayos es muy esencial
que el
explosivo contenga la menor humedad posible, por¬
que si no, el papel reactivo se impregna de vapor de

agua desde el principio, y los resultados de la opera¬


ción son inciertos. Pero las muestras no deben secar¬

se á muy porque de 45 á 50° C. la


alta temperatura,
mayor parte de las pólvoras sin humo desprenden
pequeñas cantidades de peróxido de ázoe, y en esas
condiciones los resultados del ensayo resultarían fal¬
sos. En
Inglaterra se prescribe secar el fulmicotón
en estufas de circulación de
agua caliente á 120 gra¬
dos F. durante un cuarto de hora, sistema aceptable,
298 MANUAL DE EXPLOSIVOS

pero al que es preferible el hacer el secado á 40 gra¬


dos C. durante una hora.
Para distinguir más fácilmente la gelatina deto¬
nante de los demás explosivos análogos, se acostum¬
bra agregarle una cantidad de creta bien pura.
Algunas pólvoras sin humo no deben jamás ser
secadas; primero, porque la proporción de humedad
que encierran es absolutamente despreciable, y. ade¬
más, porque contienen substancias volátiles á la tem¬
peratura de 40° C. En cambio, deben ser siempre tri¬
turadas y tamizadas. El objeto de la trituración es
doble, porque en iin explosivo de masa compacta y
dura, los gases que se desprenden antes de salir al
exterior tienen que destruir la estructura del grano,
y, por lo tanto, los efectos se retardarán; en segundo
lugar, aunque el diámetro del tubo sea pequeño y la
cantidad de explosivo poco considerable, hay que
tener en cuenta el coeficiente de transmisión del ca¬

lor. Si la muestra se
ensaya bajo forma de polvo fino,
el desprendimiento de peróxido de ázoe, á través de
la capa, exigirá determinado tiempo. Si al contrario,
la muestra se halla en estado de granos gruesos, la
cantidad de peróxido de ázoe, desprendida en el mis¬
mo
tiempo, será Por último, si la pólvora no
menor.
estuviese del todo triturada, la superficie dura de los
granos, por lo general pavonados con grafito, ofrece¬
ría considerable resistencia al paso de los gases. Es,

pues, conveniente triturar las mezclas á igual tamaño


uniforme para los explosivos de la misma clase. En
estas condiciones se podrá admitir que el factor re-
299
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS

lativo á la transmisión del calor, y por lo tanto el


retardo de la reacción, es constante.
Hemos dicho que el coeficiente de transmisión
del calor no es despreciable. En un baño-maría ca¬
lentado á 70° C., y siendo la temperatura del labo¬
ratorio de 12° C., son necesarios ocho minutos y
medio para obtener una temperatura de 69'5o C. en
el interior del tubo de ensayo, lleno de cordita ó de
balistita pulverizada, y para llegar al mismo resul¬
tado con la balistita sin pulverizar, se necesitan once
minutos. La temperatura alcanza 60° C. en tres mi¬

nutos próximamente, y después el termómetro sube

con mucha lentitud. El espesor del vidrio tiene esca¬

sa influencia en la duración del ensayo; con un tubo

de vidrio delgado sólo disminuye la duración en una


fracción de minuto.
Pensó alprincipio Mr. Guttmann, que el origen
del retardo la transmisión del calor hasta el centro
en

del tubo, era debido á que la mitad de éste se halla¬


ba expuesto á la acción refrigerante del aire atmos¬

férico; para dilucidar este punto se sirvió de un tubo


provisto de tapón, en el cual hacía el vacío. Los re¬
sultados fueron sensiblemente iguales.
Después de considerable número de experiencias,
fija Mr. Guttmann en 70° la temperatura del ensayo,
el cual propone que se efectúe de un modo uniforme
en todos los países, á fin de que los resultados pue¬
dan compararse. En Inglaterra se había fijado pri¬
mero en 150° F. la temperatura de ensayo del ful¬
micotón, pólvora Schultze, E. 0., etc., temperatura
300 MAM UAL DE EXPLOSIVOS

que poco á fué elevando á 170° P. para el


poco se
fulmicotón y á 180
para los demás explosivos; pero
sometiendo la mayor parte de las actuales pólvoras
al doble ensayo del yodo y de la difenilamina, se ha
observado que la temperatura de 180° es demasiado
elevada y no deja margen suficiente para los erro¬
res del
experimento. Esta temperatura de 180° P. se
había adoptado, probablemente, porque ciertos ex¬
plosivos pueden,soportar durante horas enteras tem¬
peraturas un poco menores sin dar señales de re¬
acción.
Explicadas las causas de esas anomalías, hay que
añadir que, con el empleo de la difenilamina, la re¬
acción se
completa en tiempo mucho más corto, y
aplicándola, es raro encontrar una pólvora, aunque
sea de excelente
calidad, que soporte más de 10 mi¬
nutos la temperatura de 180° P. sin dar la reacción

característica. Hay que recordar, por último, que á la

temperatura de 70° C. no se llega nunca en la prác¬


tica las condiciones ordinarias de
en
almacenaje y
transporte. La sensibilidad de la reacción con la di¬
fenilamina es
extremada; al cabo de segundos
pocos
aparece la coloración azul, en tanto que con el papel
al yoduro de potasio es
preciso á veces esperar dos
minutos antes de que aparezca el tinte pardo bien
definido.
A la luz
artificial, la coloración azul no es tan
definida á la luz del día, pero aparece bastante
como

clara para no dar lugar á equivocación en el momen¬


to preciso de aparecer. En todos los casos es
mejor
301
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS

observar la banda de papel por luz reflejada que por


transparencia. Cuando el resultado es dudoso, es su¬
ficiente colocar detrás del tubo una pantalla de pa¬

pel blanco. Entre los diversos modos de alumbrado


artificial, es mejor el de lámparas de incandescencia.
Si el laboratorio está alumbrado por gas ó por elec¬
tricidad será preferible colocar detrás del tubo una
,

pantalla de papel de color azul muy pálido.


La tabla que sigue da los resultados comparati¬
vos obtenidos con los principales explosivos actual¬
mente en uso, siguiendo Ls ensayos paralelamente

con el papel al yoduro de potasio (marca I) y con el


papel á la difenilamina (marca Gr), sobre muestras
cogidas al azar en el comercio. En estos ensayos se
nota que la presencia de aceite de Castor, de éter

acético, de acetono, de alcanfor, de vaselina, etcé¬


tera, hace el ensayo al yodo absolutamente imprac¬
ticable, mientras que se llega á resultados muy con¬
cordantes con el empleo de la difenilamina.
O

co fcO

V2'
ensa- yad.
8
9

14
11

DURACIÓN ensayo. Minutos.


18

i no /

del
9

16 10
25
76 10
10

difenlam.
dayopeolutarsi. Gálutamn s a l i t r e
COMPSI N Nidtrocemleuasa salitre Nitrocyelusa alcnfor Nitrocsealliutre'sa, alcnfor a m o n i c . Nitrocsealulitrsea,

Nibtroceylu-sa
demato

humo.
y
dera sin y

pa el pa el

diferpsónlvtoirnsa
I,
G,

OBSERVACIN "WAalbthmey blagnrcaonso.s Pequgrañnooss ihdaicyoe¡cíhzGruegsroanIos] hdaicyoecí>hzGrugersanoosl\anrjdos1recintm.Virupgatrairsdáso- mcvisioru¬lo, pequñas Pequsegcñmiolínsnto-¡(rurss.


Pequños 18 2. amrilos Fabricda mes . grises Fabricad mes . Fabricad 1893. 1El893. más Uricos
dcaloerífi POLVRAS De

De
ceas tas

T8e(Cm1F0p7°6ra°t)u.. 1mg'ue5st.ra, Fulmicotón orignal 1núm. 2núm. 3núm. frJances


, 1

Ensayo
dela
Peso
Schultze C.
E.
C.
E. C. C.
E.
E.
Pólvora caz ) Idem
(de
Cañonita
O

00 00

> f

í>-

9
8
9 11
18 28 17 18

13
26 26
23 22
29 17

22
8

57
50 21
I
50
55
50
75 13
10
20 80 17
14 11

Nnitirtroceolusa,bypaarr-it diNsitruoceellutasa étaceétiro


de
fina en

nitro- dilsueta ful¬ din- nitro-


Nitryoglcena disoslc¬eliunosa Nitrocelusa aceton Nitroyglcena micotón Nitroycelusa troluen. Nitryocelusa bencia
vente en

rogrjanso.s ggrirsaeno.s blangcraonso.s Tblpetaigvr plombagin. grsraenos 0'm2m5., espor deplgavaons plomb.agin delgas, compapvlonnids pardos dhiayoecchzí Tapbalredtos TaFa¬brericcintón obpsacu.rrdo
Grueso Pequños Pequños cnoadns Pequños 5Tabletas Tabletas con Tabletas
de das
Idem
bagina Fideos. Granos mes . Fabricda obscuro bletas

fduseil. K P.8G.2/AjIrevól|P.2 dcaez. dFocreaszt 2n.úm 3n.úm Maxim Plastomeni. 0'45.


Cañonitu Amberita Walsrode R.P W. — _ —
K. —

Balist a Von
fusil fusil
— —

Hudson Rifleita
O

Ctt

17 11
10 10 10 10
11 10
11

DURACIÓN ensayo.
del
minutos. 16 10
10
9

10

12
9

60

90-37
COMPSIÓN salitre, 6120 1
Nitrocelusa,dispoalvrenftin.a(, 21y0por)Cdaacseetoitr, Nitrocelusa

Fulminciotroóg-9IevTrna
acético cerina de

m am s
OBSERVACIN pcavondis plombagin
Tabletas blagnracnoos.s grranaodoss blagnracnooss. lsaepagteún°nr!-i tables.
Grueso Grueso Grueso Prepa d con ida. Filamentos Pequñas
<

PÓLVORA 300'. 0'25. Z. revól S R. V. Copal MS.axim. fduseil. norma.l


Rifleita
— — — S. S. S.
— — —

Hiram Cordita Pólvora


ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 305

Para buscar una relación numérica entre la tem¬


peratura de el tiempo transcurrido hasta
ensayo y
que aparece tomó Gutt-
la tintura azul característica,
maun como punto de partida el fulmicotón deWal-

tham-Abbey, que no encierra ninguna substancia que


pueda actuar sobre la difenilamina, comparando los
resultados obtenidos con los que producen diversas
pólvoras sin humo. En los diagramas (figura 34.a)
aparecen representadas por ordenadas las tempera¬
turas y por abscisas las duraciones correspondientes

del ensayo.
Se observa que las curvas obtenidas para la
balistita, la pólvora «7, el fulmicotón, la cordita y la
pólvora Walsrode, presentan idéntica marcha; de
ellas se deduce que la relación entre la temperatura
en grados
centígrados y la duración del ensayo en
minutos, puede ser representada por una progresión
geométrica de la forma

K+m, K-\-2m)

Siendo K una constante que representa el retardo


debido á la transmisión del calor á través de la masa
del explosivo y el tiempo necesario para que aparezca
la reacción.
Numerosasexperiencias confirman que esta pro¬
gresión geométrica puede aplicarse á todos los ex¬
plosivos nitrados.
Comparando entre sí las curvas del diagrama, ve¬
remos que para el
fulmicotón la constante es débil y
40
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 307

la razón de la progresión elevada. La balistita de


caza al contrario, una constante elevada y una
posee,
razón de la progresión pequeña. Una constante gran¬
de indica que la descomposición se efectúa al cabo
de largo tiempo, y una razón mayor indica que el ex¬
plosivo se descompone lentamente. El mejor explosi¬
vo será el que dé constante alta y factor de progre¬
sión alto.
.
Es difícil afirmar que un explosivo presente ga¬
rantía suficiente de seguridad porque resista durante
un número determinado de minutos una temperatura
dada. Puede perfectamente concebirse el caso de un
explosivo, cuya constante se aproxime á cero y en el
cual la descomposición exigiría tiempo considerable
á medida que la temperatura se eleva. Y puede haber
un explosivo cuya descomposición tarde largo tiempo

en iniciarse, pero que una vez iniciada se propague

con gran rapidez.


Si se recuerda que para que la muestra de explo¬
sivo, contenida en el tubo de ensayo, alcance la tem¬
peratura de 70° se tardan ocho minutos y medio, pro¬
ducirá extrañeza que la constante de ciertas pólvoras
no pase
de cinco minutos. Para el fulmicotón sólo
llega á tres minutos. Tal anomalía proviene simple¬
mente, del hecho de que, en esas pólvoras, la descom¬
posición comienza á temperaturas inferiores á 80° C.
El Indice del ensayo calorífico de un explosivo, será
tanto más reducido, cuanto su constante sea inferior

al tiempo necesario para obtener el equilibrio entre


la temperatura interior y exterior del tubo. De aquí
308 MANUAL DE EXPLOSIVOS

que sea preferible fijar un límite inferior para la


constante, por ejemplo, cinco minutos.

ANÁLISIS DE LAS PÓLVORAS NEGRAS.

Siguiendo el procedimiento más usual, se toma


un tubo de vidrio de 15
cm. de
diámetro, afilado por
uno de sus
extremos, en el cual se mete un tapón
de amianto. En tal estado se pesa. Introdúcese en¬
tonces la pólvora y se vuelve á
pesar. La diferencia
entre las dos pesadas dará el peso de
la pólvora con¬
tenida en el tubo.
La humedad se evalúa fijando este tubo entre dos
series de tres tubos que contengan
cloruro de cal¬
cio, se hace circular aire á través de este siste¬
ma
por medio de un aspirador; para que llegue seco
á los tubos U llenos de cloruro de
en
calcio, se le
hace pasar por un tubo de bolas de Liebig que con¬
tenga ácido sulfúrico concentrado, y dos de los tres
tubos en U se sumergen en un depósito de agua á
60°.
En tal estado de sequedad pasa el aire á través de la

pólvora, quitándole su humedad, y llega á la otra


serie de tubos en U llenos de cloruro de calcio, que
la absorben. Cuando pesado dos veces el tubo
que
contiene la pólvora llega á peso constante, será señal
de que no tiene ya humedad, y la diferencia entre
el peso que tenía antes el tubo y el que tiene des¬
pués será la cantidad de agua que tenía la pólvora,
que no debe pasar de 0'5 por 100.
Para dosar el salitre, se coloca el tubo vertical-
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 309

mente sobre un vaso ancho de cristal, pesado antes;


se vierte en el tubo agua destilada fría, después agua
tibia y luego agua caliente, por porciones do 5 centí¬
metros cúbicos, no cantidad de agua
echando nueva
hasta que la precedente haya escurrido toda. De vez
en cuando se toma en un cristal de reloj una gota del

líquido que sale por la parte estrecha del tubo, y se


evapora; á la vez, sobre otro cristal de reloj se eva¬
pora una gota de agua destilada, y cuando el residuo
de las dos gotas es igual, estará agotado todo el sali¬
tre. La solución recogida se evapora á sequedad, se

seca en estufa á 60°, hasta peso constante, y dedu¬

ciendo de su peso el del vaso de cristal, se tendrá la


cantidad de salitre. Como comprobación se seca el
tubo después de extraer el salitre, hasta peso cons¬

tante, y la pérdida de peso debe ser igual al del


salitre encontrado antes.
Al objeto de hallar la proporción de azufre, se
coloca el tubo bien seco sobre un vaso ancho de cris¬

tal y se llenahasta las tres cuartas partes con sulfuro


de carbono, tapándolo por arriba para que no se
volatilice; del líquido que sale por la parte estrecha
del tubo se toma una gota, y cuando, dejándola eva¬
porar espontáneamente sobre un cristal, no se noten
trazas de azufre, será señal que todo el que tenía la

pólvora del tubo ha sido arrastrado por el sulfuro de


carbono.
Entonces se evapora éste colocando la solución en
un baño de agua tibia, y quedará el azufre en el
fondo del vaso de cristal; para desembarazarlo de
810 MANUAL DE EXPLOSIVOS

las últimas trazas de sulfuro se funde calentando


rápidamente el vaso á la lámpara. Hecho esto se
pesa, y deducido el peso del vaso tendremos el de
azufre. El tubo se somete á una corriente de aire
seco, que evapora todo el sulfuro de carbono que
quede impregnando el carbón, y una vez llegado á
peso constante, se comprueba por su pérdida de peso
el del azufre que quedó en el vaso. Haj7 que ase¬
gurarse, antes de emplear el sulfuro de carbono, de
que no lleva azufre en disolución, para lo cual se

evapora una gota sobre un vidrio, no debiendo dejar


ningún residuo. Este ensayo debe repetirse en cada
análisis, porque el sulfuro de carbono se descom¬
pone por la luz y deja azufre en libertad. Para
purificar el sulfuro de carbono se le mezcla con virutas
de cobre bien limpias. Antes de cada análisis debe
destilarse un poco de sulfuro de carbono, colocando
el frasco en agua caliente y poniendo entre el cuello

y el serpentín un tubo vertical lleno de virutas de


cobre nuevas. El líquido así obtenido es perfecta¬
mente puro y blanco como el agua destilada.

El carbón, único componente de la pólvora que


habrá quedado en el tubo, se obtiene por diferencia
entre el peso total de la pólvora y el que
queda
después de descontar el agua, el salitre y el azufre.
Puede hacerse el análisis de este carbón por los me¬
dios usuales.
Si el análisis se
quiere llevar más rápidamente, se
seca la pólvora en estufa á 60° para determinar el
agua de la muestra que se ensaya, tomando después
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 311

dos porciones, una que se somete al tratamiento por


el agua para extraer el salitre, yotra al tratamiento
por el sulfuro de carbono para dosar el azufre, cono¬
ciéndose el carbón por diferencia.
Tanto el azufre como el salitre pueden también
extraerse por medio del aparato Soxlet, ya descripto

al tratar de las dinamitas.


El método de análisis explicado da bastante apro¬
ximación.
Otro de los datos muy importantes en los análisis
de pólvoras es la densidad, ó sea la relación de su vo¬
lumen á 0o con otro volumen igual de agua destilada
á 4o C.
Tres clases de densidad hay que considerar en las
pólvoras:
1.a Densidad aparente, ó sea la densidad de los
granos aislados, comprendiendo el aire contenido en
sus
poros.
2.a Densidad absoluta, que es la densidad de los
granos aislados después de extraído el aire contenido
en sus poros.
3.a Densidad gravimétrica, que es el peso de la
unidad de volumen de pólvora comprendido el aire
encerrado entre los granos.
Método del frasco.—No ofrece gran exactitud este
método, pero, en cambio, es muy sencillo, pudiendo
efectuarse con un frasco cualquiera de tampón esme¬

rilado.
En los laboratorios se emplea el frasco de densi¬
dades ó picnómetro, que es esférico, de fondo plano
312 MANUAL DE EXPLOSIVOS

y de unos 10 cm.3 de capacidad, cerrado, y con ta¬


pón esmerilado que tenga la forma de tubo delgado
hueco. El líquido empleado no debe ejercer
acción
alguna disolvente sobre la pólvora, por lo cual se
hace uso del alcohol absoluto.
Para llenar el picnómetro,
echa dentro alcohol
se
hasta que el menisco líquido, que
sobrepasa los bor¬
des del cuello, empieza á
derramarse, metiendo en¬
tonces el tapón, vertical y
bruscamente, se tendrá la
seguridad de que el tubo del tapón queda completa¬
mente lleno. Debe evitarse todo lo posible tocar el
frasco con los dedos desnudos, porque la tempera¬
tura del alcohol se eleva y falsea los cálculos. El
frasco ha de secarse bien.
Ya el picnómetro lleno de alcohol y seco, se colo¬
ca sobre el platillo izquierdo de una balanza, en el
que se pone á la vez una pequeña cápsula con 1 g. de

pólvora. Establécese el equilibrio echando perdigo¬


nes en una
cápsula colocada en el platillo derecho,
después de lo cual se toma el picnómetro y se echa
dentro el gramo de pólvora, con lo cual se habrá sa¬
lido del frasco una cantidad de
alcohol, cuyo volu¬
men será
igual al de la pólvora. Se ciei'ra nuevamen¬
te el frasco con el
tapón hueco, siguiendo análogas
precauciones á las ya descriptas y se le vuelve á co¬
locar en el
platillo izquierdo de la balanza, en el que
se
pone asimismo la cápsula vacía. Es claro que el
equilibrio ya no existirá, sino que la balanza se in¬
clinará al platillo derecho. Se restablece el
equili¬
brio con los pesos necesarios, que
representarán el
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 313

peso del alcohol que salió del frasco. Llamemos p á


este peso, D á la densidad de la pólvora, V á su
volumen y Pá su peso, tendremos:

P=DxV D — —.

P, es conocido (1 caso); F, también


g. en este
se conoce puesto que es igual al volumen de
alco¬
hol salido del frasco, y se obtendrá por la relación

p = 7x d, siendo d la densidad del alcohol á í°, de


P
donde V -, y, por tanto,
d

PXd
D =

Si se toma en cuenta la pérdida de peso en el


aire, se tendrá
PXd
D = x m
P P

en la que m es el peso de 1 cm.3 de aire en las condi¬


ciones de la experiencia: este término suele despre¬
ciarse.
Hay que tener también en cuenta la densidad del
alcohol á la temperatura de la experiencia. La den¬
sidad de un líquido á t° se conoce cuando es conoci¬
da su densidad á 0o y su coeficiente de dilatación,

0'8095
d =
1 + /,• t 1 + (V0010414 . t
314 MANUAL DE EXPLOSIVOS

De suerte, que la densidad de la pólvora á t° C.


será:

0'8095
PX
D _ l + 0'0010414.í _ 0'895xP
~V ~~ Í>(1 + 0'0010414. í) '

Tal sistema tiene el inconveniente de que siendo


el alcohol absoluto muy higromótrico, su densidad
aumenta en proporción desconocida, y, además, que

en él no se toman en cuenta los


espacios llenos de
aire que van con la pólvora. Este último se puede
evitar colocando el picnómetro, cargado con la pól¬
vora y
el alcohol, bajo la campana de una máquina
neumática y haciendo el vacío.
Por este método se obtiene la densidad aparente,
existiendo otros aparatos, como los densímetros de
Bode y de Bicq, para determinarla con más exacti¬
tud. El de Bode se aplica á las pólvoras de grano

grueso y á las galletas.


También puede usarse la balanza de densidades
que se usa en los laboratorios.
La densidad absoluta se determina por el densí¬
metro de Bianchi, aparato de laboratorio y de com¬

plicado manejo.
La densidad gravimétrica se obtiene con graví¬
metros de distintas dimensiones, según el tamaño de
los granos.
El gravímetro es un recipiente de cobre, de un
litro de capacidad para las pólvoras de fusil, dos li-
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 315

tros para las pólvoras de cañón de 6 á 10 mm. y 10


litros para las de 13 á 16 mm.
Sobre el recipiente va un embudoprovisto de un
obturador; se abre 6l
llena el embudo de pólvora, se
obturador y cae aquélla en el gravímetro basta lle¬

narlo, enrasando después la superficie con una re¬


gleta.

OTROS ANÁLISIS.

ácido pícrico es so¬


Acido picrico y picratos. — El
luble la glicerina, el al¬
en el éter, el cloroformo,

cohol, el espíritu de madera, el sulfuro de carbono,


la bencina, el petróleo y el agua caliente. En frío se

disuelve en 100 partes de agua y 10 de sosa cáustica.


El ácido pícrico se denuncia por la fuerte colora¬
ción amarilla que da al agua, en la cual se disuelve
con gran facilidad.
Puede comprobarse la presencia de picratos tra¬
tando la solución por los reactivos siguientes :

potasio: coloración roja.


Cianuro de

cupro-amoniacal: coloración verde.


Solución
Solución alcalina (potasa) de glucosa: coloración

roja de sangre arterial.

Con el líquido de Nessler el picrato de amoníaco


da precipitado rojo de ladrillo.
El análisis se empieza separando las materias re¬

sinosas ó alquitranadas, para lo cual basta disolver¬


lo en agua hirviendo, añadida de sosa cáustica. Los
316 MANUAL DE EXPLOSIVOS

ácidos sulfúrico, clorhídrico, oxálico y sus sales, se


deuuncian agregando picrato de bario, de plata ó de
calcio, respectivamente, á la solución acuosa, previa¬
mente filtrada, de la muestra que se trata de anali¬
zar. Estas soluciones se obtienen fácilmente hacien¬
do hervir el ácido pícrico con el carbonato metálico

correspondiente, yfiltrando en seguida. Pueden subs¬


tituirse los picratos por otras sales solubles de los
mismos metales, aunque los resultados no son tan sa¬
tisfactorios. El ácido nítrico se descubre por los hu¬
mos rojos quedesprenden al calentar la materia
se
con virutas de cobre. Las
impurezas inorgánicas, los
picratos de potasio ó de sodio dejan un residuo en la
calcinación.
La manerageneral de proceder es la siguiente:
tómese 1 g. del ácido pícrico que se quiere analizar
y se disuelve en 25 cm.3 de éter; el ácido pícrico se
disuelve, pero los nitratos, los picratos, el ácido oxá¬
lico, el ácido bórico, el alumbre, el azúcar, etc., per¬
manecen insolubles. Para denunciar el áoido oxálico,
será preferible substituir el éter por 50 cm.3 de ben¬
cina y tratar en caliente. Se separará el azúcar tra¬
tando el residuo insoluble en el éter ó en la bencina
por el alcohol rectificado; el azúcar y el ácido bórico
se
disolverán,
y éste último se delata inflamando la
solución alcohólica y viendo si arde con llama verde.
El mononitro y el dinitrofenol se reconocen porque
tienen punto de fusión inferior al trinitro (122°). Sus
sales de calcio son menos solubles que el picrato, y
se las puede separar por cristalización fraccionada ó
ANÁLISIS DE LOS EXPLOSIVOS 317

por precipitación por un exceso de agua de cal de la


solución caliente saturada de la muestra que se en¬
saya.
El ácido pícrico forma con la mayor parte de los
alcaloides sales insolubles; por lo tanto, si á la solu¬
ción de ácido pícrico ó picrato que se trata de exami¬
nar, se agrega una solución de sulfato de cinconina,
acidulada por precipitado
ácido sulfúrico, se forma un
de picrato de cinconina, que se lava al aguafría, se
filtra y se evapora al baño maría. Pesando el residuo,
el peso obtenido multiplicado por O76123 indicará la
cantidad de ácido pícrico contenido en el escantillón
que se analiza.
Fulminato de mercurio. — Si se trata de analizar
cápsulas de las que se usan en las minas, que se su¬
pone están cargadas con fulminato de mercurio, debe
procederse con mucho cuidado, empezando por po¬
nerlas un día en agua para ablandar la carga fulmi¬
nante. Luego, tijeras, se va recortando el
con unas
metal que forma la cápsula, hasta un poco más arriba
del espacio ocupado por el fulminato, y en seguida,
cerciorándose de que éste no está duro, y sí bien

mojado, se va sacando de lacápsula con un palillo de


dientes y colocándola en unvidrio de reloj. Si ofrece
resistencia puede removerse apretando con precau¬
ción la cápsula hasta aplastarla un poco en sentido

longitudinal entre las quijadas de un tornillo de


banco. De ese modo hemos descargado muchas sin

ningún accidente en el Taller de precisión y Labora¬


torio de Artillería.
318 MANUAL DE EXPLOSIVOS

El análisis del fulminato se hace introduciendo


una
pequeña cantidad, pesada cuidadosamente, en
una retorta donde haya puesto ácido clorhídrico en
se

exceso, también pesado. La retorta comunica con un

depósito de agua. Calentada la retorta se iütroduce


el agua en él recipiente y se precipita el mercurio por
H2S. Se elimina el exceso de gas calentando de nue
vo al aire libre. Se dosa entonces el licor por
KOH,
agregando una nueva cantidad de ácido igual á la pri¬
mera. El
hidrógeno sulfurado ha reconvertido el clo¬
ruro mercúrico en ácido clorhídrico, que no se neutra¬
liza por la hidroxilamina, la cantidad de HC1 libre
es
igual á la que se introdujo al principio, de modo
que el exceso de ácido será debido al ácido fórmico

engendrado por el fulminato.


FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 319

CAPITULO XIII.

Fuerza de los explosivos.

Factores que intervienen en la potencia de los explosivos.—Métodos


para determinarla. - Fórmulas de Sarrau y Vieille.—Aparatos para

medir la fuerza rompedora de los explosivos. — Pruebas de la di -


namita.—Medida de las presiones.

Tratando de medir la eficacia de ios explosivos,


hay que distinguir entre su potencia absoluta y la
relativa.
Este conocimiento, no sólo importa bajo el punto
de vista práctico, sino también en el aspecto econó¬
mico de la fabricación.
En este último aspecto, el estudio de los explosi¬
vos es muy complicado, pues en él juegan:
1.° El volumen de gases producido en su combus¬
tión, reducido á la temperatura.
2.° La temperatura de estos gases.
3.° El tiempo en que se efectúa la explosión.
Es difícil deducir conclusiones en la práctica de
los trabajos, porque no se puede contar en absoluto
320 MANUAL DE EXPLOSIVOS

con una resistencia


uniforme, en razón á que rocas
que parecen uniformes, presentan interiormente ra¬
jas y reblandecimientos que alteran su constitución.
Los métodos de comparación pueden ser dos: uno

teórico, deduciendo el poder del explosivo por induc¬


ción, siguiendo las admirables teorías de Berthelot,
basadas en la termoquimia; otro práctico, apreciando
la presión de los gases por el trabajo
mecánico rea¬
lizado en el momento de la explosión. Aplicados am¬
bos métodos al algodón-pólvora, se nota pequeña dis¬

crepancia en los resultados finales. Nobel y Abel han


encontrado que la presión máxima del algodón-pólvo¬
ra, cuando la densidad de los productos de la explo¬
sión es igual á 100, en otras palabras, cuando 1 kilo¬

gramo de explosivo ocupa 1 1. de volumen, es igual


á 6.400 atm., ó sea 42 toneladas por pulgada cua¬
drada. Esta explosión produce 705 unidades de ca¬
lor que, multiplicadas por su equivalente mecánico,

representan un trabajo teórico de 486 toneladas-pies


por libra ele explosivo.
Pruebas calorimétricas, hechas en París por Sa-
rrau y
Roux, han dado los siguientes resultados:
Unidades
de calor.

Nitroglicerina . . 1.784
Algodón-pólvora. 1.123
Picrato de potasa 840

que, multiplicadas por el equivalente mecánico por


unidad, resulta:
FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 321

Toneladas metros
por kilogramo
de explosivo.

Nitroglicerina 778
Algodón-pólvora 489
Picrato de potasa 366

Las pólvoras antiguas de mejor calidad, sólo


daban:
Toneladas metros
por kilogramo
de explosivo.

Pólvora de caza superior... 378


Idem de mina ordinaria.. .. 267

Comparando estos números con el calor producido


por la combustión del algodón-pólvora, para el cual
obtuvo Abel 704 unidades, y tomando 1 como tipo
de comparación, se tienen las siguientes cifras para

representación del trabajo mecánico:


Nitroglicerina 2'53
Algodón-pólvora 1'59
Picrato de potasa 1' 19

Para calcular la presión desarrollada, suponga¬


mos 1kg. de dinamita núm. 1 (75 por 100 de nitro¬
glicerina), la cual hace explosión en un barreno de
3 cm. de diámetro. La fórmula que da la presión en
el fondo del barreno es, según Yieille y Sarrau:

p= v° (1+~^")
V-v

21
322 MANUAL DE EXPLOSIVOS

F0 = volumen de los gases producidos por unidad de


peso del explosivo reducidos á 0o y 760 mtn.
Q = calorías desarrolladas por la explosión de la uni¬
dad de peso del explosivo.
c =calor específico de los gases.
V= capacidad en centímetros cúbicos de la unidad de
pesodel explosivo.
v =
capacidad en centímetros cúbicos que ocupa la ma¬
teria inerte del explosivo.

El volumen de gases producido por 1 kg. de ni¬

troglicerina á 0o y 760 mm. es, según experimentos


de Sarrau y Yieille, 467 litros.
Por manera que:

VQ = 0>75X467 = 350.

Además, según Bunsen y Schiskoff, 1 kg. de di¬


namita núm. 1 desarrolla 1.290 calorías, y conforme
á cálculos de Sarrau, el calor específico c es0'220.
Por otra parte, siendo 1*500 la densidad de la
dinamita, tendremos:

y evaluando en O'lOO el volumen de kiesselguhr, y,

F= = 13.900 atm.
0' 666 — 0' 100

Para reducir esta presión en atmósferas á kilo¬


gramos por centímetro cuadrado, será necesario muí-
FUEEZA DE LOS EXPLOSIVOS 323

tiplicarla por el peso de una columna de mercurio de


1 cm.! de sección y 760 mm. de altura, lo que equivale
á aumentar el anterior valor de P en —

80

*<»...-*«( '+-¿r) = 14,317 ks-


Si la fórmula de Sarrau y
Vieille se aplica á cal¬
cular la presión desarrollada por la explosión del
algodón-pólvora, tomaremos como datos:

Q = 1.075 (Berthelot).
c = 0'2314.

V = '
-L
^
oU
(1' 5 densidad absoluta).
v = 0.

P'at = 18.135 atm.


P'cm., = 18.740 kg.

Si se trata de la nitroglicerina pura:

P"at = 18 533 atm.


=i9-i5i kg-

Aparato de Kostersitz y Hess para determinar


la potencia rompedora de los explosivos fuertes.

La bondad de un explosivo está determinada, no


solamente por sus propiedades especiales y por la
forma en que se emplee, sino también, y en mucho,
por el medio en el cual ha de detonar. Cuando se pide
324 MANUAL DE EXPLOSIVOS

un informe relativo á la eficacia de explosivo, las


un

pruebas deben hacerse en condiciones similares á la


aplicación práctica; por lo tanto, el cantero deberá
hacer las pruebas en su cantera, el minero en su
mina y el ingeniero en su túnel. Para fines prácticos,
este método es el mejor; pero frecuentemente ocurre

que se pide un informe sobre un explosivo cuando no


hay oportunidad alguna para hacer la prueba en ba¬
rrenos, y de aquí que haya de recurrirse á otros pro¬
cedimientos.
La prueba de la chapa de hierro es uno de los

mejores métodos propuestos para estos casos; pero


la explosión de una carga de explosivo sobre la su¬

perficie de una chapa da idea muy imperfecta del


efecto probable del mismo explosivo al quemarse en
un barreno cerrado. Por esta razón, la disposición

siguiente, inventada por el teniente coronel Koster-


sitz y el capitán Philip Hess, del ejército austríaco,
se
emplea por la Comisión técnica de explosivos de
Viena para determinar el valor relativo de las subs¬
tancias explosivas destinadas á los trabajos de minas.
Se toma un pedazo de tubo de hierro de los

empleados ordinariamente en la canalización del


gas del alumbrado, de 33 mm. de diámetro interior
y 0'5 m. de largo, como está representado en Ja
figura 35.a
Se carga con 17 g. del explosivo una vaina hecha
de estaño (como las cápsulas de las botellas), la cual
tiene un diámetro exterior de 31 mm. y se introduce
en el tubo, colocándola en la parte a.
FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 325

Pordebajo de la vaina de estaño, y en contacto


con ella, va una chapa de acero Bessemer b, de 373
milímetros de grueso y 31 de diámetro.
A continuación de ella se coloca un

cilindro de plomo c, que tiene 20 mm. de


espesor; viene después la pieza de ace¬
ro d, terminada por sus dos bases en
cono trancado, y, finalmente, otro cilin¬

dro de plomo c', igual en todo al c. El

espacio restante f del tubo se llena de


arena, y los extremos se cierran con ta¬
pones de arcilla g.
A fin de ajustar estos elementos con

precisión, se colocan primeramente con


mucha exactitud dentro de una vaina de
cartulina fuerte, la cual tiene interior¬
mente 317 5 mm. de diámetro, y exterior-

mente 32, y todo ello se mete en el tubo

de hierro: se da fuego al explosivo con un


cebo eléctrico, cuyos conductores s atra¬
viesan la arena y el tapón, enterrando an¬
tes el tubo verticalmente en el suelo has¬
ta las dos partes de su longitud.
terceras

Después de la explosión, el tubo se


encuentra dilatado y rotoel punto
en
que correspondió á la así es que
carga,
puede fácilmente sacarse la chapa de
acero, los cilindros de plomo y la pieza
cilindro-cónica de acero. Los cilindros
de plomo presentarán huecos cónicos re- Fig. 35.a
826 MANUAL DE EXPLOSIVOS

guiares en las caras que han estado en contacto con


la pieza cilindro-cónica de acero, y midiendo las di¬
mensiones de estos huecos se deduce fácilmente el
valor relativo del trabajo corresponde á dife¬
que
rentes
explosivos cuando explotan en espacios ce¬
rrados. La comparación de estas dimensiones en el
cilindro de arriba y de abajo, proporciona también el
medio de determinar la fuerza rompedora de los

explosivos, porque si en el cilindro de arriba, ó sea


el más próximo á la carga, la impresión es más

profunda, el explosivo produce un efecto instantáneo


ó rompedor, mientras que si la impresión en el de

abajo es la más profunda, el explosivo ejerce un


efecto de impulsión ó presión.
Entiéndase que este método da solamente resul¬
tados aproximados del valor del trabajo que harían
explosivos diferentes cuando se emplearan en la prác¬
tica en rocas de distintos grados de dureza.

Pruebas de dinamita sobre plancha de hierro.

Se
puede valuar la fuerza de un explosivo por sus
efectos sobre una
plancha de hierro de espesor y tena¬
cidad conocidos. La prueba es muy insegura, aunque
valiosa para determinar otras importantes cualida¬
des. Sir Frederik Abel ha demostrado, que los explo¬
sivos débiles ofrecen mejores resultados en esta prue¬
ba que los más fuertes. Es más bien una comproba¬
ción de que la detonación es completa y de la rapidez
de la explosión, que de la fuerza que se aprovecha.
Un aparato de fácil uso para medir la intensidad
FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 327

de la explosión, el cual se emplea profusamente por


muchos fabricantes, tanto de Europa como de Améri¬
ca, esel que á con¬
tinuación describi¬
mos: Consiste en

un anillo de hierro,
ó collar, que tiene
un asiento inteiior,
de mayor diáme¬
tro, para colocar en
él un disco de hie¬
rro. Ese disco en¬

caja en aquel alo¬


jamiento de mayor diámetro, y el golpe producido por
la explosión no ha de encontrar otra resistencia que
la del mismo disco, y, por lo tanto, no debe quedar

sujeto por ninguna substancia sólida.


La figura ¿3.a representa el collar sobre el cual
los discos han de someterse á
la explosión, y la figura 37.a,
un disco de acero de V4 de pul¬
gada (6'35mm. de grueso) an- I
tes de la explosión. 1
La figura 33.a es un disco
de acero des¬
del mismo grueso
pués de la explosión de 20 g. de
dinamita. La figura 39 a repre¬
senta un cebo y un cartucho de i/i de onza (77087 g.)

Haciendo explotar pequeñas cargas de peso uni¬


forme sobre planchas del mismo espesor, el experi-
328 MANUAL DE EXPLOSIVOS

mentador puede muy pronto acostumbrarse á juzgar


de la intensidad del explosivo,
por el modo como quedan frac¬
turados los discos

y por el radio de
la fractura.
La figura 40*
representa una
plancha de acero
39-a de s/8 de pulgada
(16 mm.) después de la explosión de 7 onzas (198'45
gramos) de dinamita, y la figura 41* una plancha de

Fig. 40.a
829

acero de
15/16 de pulgada de grueso (23'75 milíme¬
tros) después de una explosión de 14 onzas de dina¬
mita (396'90 g.)

Medida de las presiones.

El manómetro de presión ó medidor de presiones,


es el aparato adoptado por los fabricantes para eva¬
luar la fuerza de sus explosivos. Como está repre¬
sentado en la figura
45.a con¬
siste pesado zócalo de
en un

madera A, en el cual se fija,


con
pernos un bloque de
hierro fundido ó basa BBB.
En esta basa van encajadas
cuatro guías de hierro forja¬
do CC, dispuestas de modo

que circunscriban una cir¬


cunferencia de 4 pulgadas
(101' 6 mm.) de diámetro. Un
cilindro de plomo D descan¬
sa sobre una
chapa de acero
(no figurada en el dibujo),
la cual va sobre la super¬
ficie superior del blok B.
Una corona E mantiene en

su
posición por la parte su¬
perior las guías CC, para lo cual tiene unas espigas
con tuercas F
que atraviesan la corona.
El pistón H (repetido en la figura 43.a j, que se
330 MANUAL DE EXPLOSIVOS

coloca encima del cilindro de


plomo, es un cilindro
de acero
templado, de 4 pulgadas (101 '6 mm.) de
diámetro y 5 (127 mm.) de longitud. Está rebajado
en la
superficie cilindrica para aligerarlo cuanto es
posible. Se mueve libremente entre las guías. En la
parte superior tiene una cavidad de forma parabó¬
lica para contener la carga de explosi¬
vo N
(fig. 43.a). El peso del pistón es de
12 l/4 libras (5'558 kg.)
El proyectil de presión I (repetido
en la figura- 44.a), de acero templado,
F'g- 43-a es de 4 pulgadas de diámetro (101'6) y
de 10 pulgadas de largo (354 mm.): pesa
34 72 libras (15'648 kg.), y está tala¬
drado según su eje recibir una
para
cápsula cebo: viene á ser una especie de
taco, puesto sobre la carga, y que ésta
lanza al explotar.
Para operar con el instrumento, se
coloca un cilindro de plomo sobre la cha¬
pa de acero entre las guías; encima se
pone con cuidado el pistón, y la carga en la cavi¬
dad N. Se deja luego resbalar el proyectil con cuida¬
do hasta que llegue
al pistón y se encaja la cápsula
en su taladro
correspondiente. Se da fuego al cebo,
y cuando llega á la carga hace explosión lanzando
el proyectil y comprimiendo el cilindro de
plomo.
La precisión en la prueba está basada en el supuesto
de ser los cilindros de plomo de densidad uniforme

y estructura homogénea.
FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 331

Los cilindros de plomo que se emplean tienen una

pulgada (25'4 mm.) de diámetro y otra de alto {figu¬


ra 45.a)
Estos cilindros se sacan de barras, las cuales se
obtienen de grandes masas de metal, fundido á alta
temperatura, para lograr la certeza de que su densi¬
dad es uniforme. Las barras pueden
tener hasta 50 pies (15'25 m.) de lar¬

go. Así los discos son más uniformes


que cuando son fundidos separada¬
mente en moldes, con pequeñas ma¬
sas de metal.
Cuando haga esta prueba, debe
se

tenerse en el cilindro de
cuenta que

plomo, al ser comprimido por la explosión en el ma¬


nómetro, aumenta su densidad continuamente, así
como la
superficie opuesta al pistón. De esto se de¬
duce evidentemente, que la compresión del cilindro
de plomo no es una medida directa.de la fuerza del
explosivo. Más claro; si un explosivo produce una
compresión de 250/t0oo pulgada y la de otro es 500/10oo
de pulgada, el último explosivo no es dos veces más
potente que el primero, como lo sería si las compre¬
siones fueran medidas directas de las potencias rela¬
tivas de ambos. En realidad, la potencia del último
explosivo es más de dos veces mayor que la del pri¬
mero. El problema ¿cuánto más? La fuerza de
es: un
explosivo es proporcional al trabajo empleado en re¬
ducir la altura del cilindro de plomo, y para expre¬
sar este trabajo, sería necesario encontrar el número
332 MANUAL DE EXPLOSIVOS

de piés-libras (1 pié-libra=0,138253 kg.) necesa¬


rios para producir los diferentes valores de la com¬
presión.
Medida de la fuerza de los explosivos.—Mr. J.
Krautzl, director general de las fábricas de dina¬
mita Nobel, en Austria,
prueba los explosivos
quemándolos en una cavidad hecha en un cilindro
de plomo, y'midiendo el volumen que se produce
al
verificarse la explosión, para lo cual llena de agua el
hueco producido, valiéndose de un tubo
graduado.
El aparato está representado en la figura 46.a

V )
Fig. 46.a

Consiste en un cilindro de plomo BB, de 8


pul¬
gadas (203'2 mm.) de altura y 8 de diámetro, en el
centro del cual hay un hueco de una
pulgada (25;4
milímetros) de diámetro, llegando el taladro á una
FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 333

profundidad tal, que el centro de la carga que vaya


á probarse coincida con el centro del cilindro de

plomo; esto es, de 4'75 pulgadas (120'65 mm.) La


carga, 3/4 de onza (21'6225 g.) se pone en un cartu¬
cho de papel pergamino ó en una vaina de estaño, y
se
completa con una cápsula y su cebo ó mecha. Se
cierra el taladro completamente con un tapón PP, de

plomo, agujereado en su eje para dar paso á la mecha

Fig. 47.a Fig. 48.a


ó cebo. En la práctica se ha abandonado el tapón de
plomo, substituyéndole por arcilla plástica, 110 de¬
masiado húmeda. Se coloca entonces el cilindro en¬

tre dos placas deacero de pulgada de grueso


una
(25;4 milímetros) SS, y todo ello se acuña en un
marco de hierro
forjado ZZ, valiéndose de las cuñas
de acero kk.
334 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Laexplosión apenas se oye y el observador puede


con
completa seguridad permanecer cerca del apara¬
to. La única parte de él que cambia de forma á causa

de la explosión, es el hueco interior del cilindro de

plomo, cuya cavidad se agranda y toma la forma de


botella. La medida de esta cavidad será diferente,

según las diferentes clases de explosivos que se em¬


pleen, y para determinarlas se llena de agua, valién¬
dose de un tubo graduado en centímetros cúbicos.

Fig. 49.a Fig. 50.a

Las figuras 47.a, 48.a, 49.a y 50.a representan el


efecto sobre el plomo con dinamita y gelatina explo¬
siva, el estado siguiente manifiesta los resultados
y
alcanzados en una serie de experiencias.
577

cm.3
en
Pro¬ medio. 953
1.217
950 720
1.517 1.7 7
960 970 720 590

Prueba III.
1.250 1.50 1.790

CAP ID
ePDCEILLONELMNRO xplosión,
HUECO
DEL
dlDeasepués
Antes la xplo- sión.
de
Prueba
Prueba
II.

I.

cm.!
920

980

50
1.20

1.20
50
950

930

50
740

700

50
550

590

50
1.5 0 1.750

1.50 1.790
50
50

COMPSIÓN EXPLOSIV.
DEL

ntroca kieslgur. nitocea. bxpslooivr nitroglcea. bxpsoriv nitroglcea. xbpsoivr nitroglcea. xbpsoivr
1p0or 10por 1p0or 10por bente 10por 10por bente 1p0or 1p0or bente 10por 10por bente
75
25
60
40 75
25 25 75 15
85

NOMBRE EXPLOSIV.
DEL
Dinamt Dinamt!i Dinamt. Dinamt. Dinamt. Nitrogelan. Nitroglcena.
1. antigua Nú1.m. nueva 2.Núm. 3.Núm. 3.Núm.
Núm.
336 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Máquina para evaluar el traba¬


jo ó máquina piés-libras. — El te¬
niente Quinau del ejército de los
Estados-Unidos, ha proyectado
un aparato
que se representa en la
figura 5i.a Consiste en tres mon¬
tantes que forman corredera, de
16 pies (4'986 m.) de alto, por la
cual puede caer libremente un

peso (el proyectil del aparato figu¬


ra
42.&); uno de los montajes está
graduado en pies y medios piés; el
zócalo sobre el cual van clavados
los montantes, descansa en una
fuerte viga profundamente ente¬
rrada, la cual termina por su ex¬
I tremo superior en una espiga re¬
donda que, atravesando el zócalo,
sobresale de él.
Encima de esta espiga se pone
el pistón de la figura 42.a, que de
este modo sirve de yunque para
los cilindros de plomo. El taladro
para el estopín, que tiene el pro¬
yectil se cierra con un alambre
,

grueso, el cual sale por el otro ex¬


tremo y se le da vuelta para formar

un garabato el
cual se engancha
en un garfio amarrado á una cuer¬

Fig. 51.1 da ligera, que pasando por una po.


FUEKZA DE LOS EXPLOSIVOS 337

lea que va en lo alto de la estructura, permite levan¬


tar el proyectil á la altura que se desee. El garfio se
suelta á mano, subiéndose para ello por una escala.
Con este aparato se
prueba la uniformidad de los
discos. Se ha encontrado que los fundidos separada¬
mente en moldes no sirven para estas pruebas y de¬

ben ser excluidos. Los tacos ó discos cortados de


plomo laminado dieron resultados satisfactorios; estos
discos se midieron cuidadosamente antes y después
de la compresión y se tomó el promedio de varias
mediciones. La diferencia entre la dimensión que
tenían la reducida después, dió el valor de la
antes y

compresión reducida por el chopue del proyectil al


caer. Para medir los discos se
empleó un tornillo mi-
crométrico, representado en la figura 51.a (de la fá¬
brica de MM. Brawn & Sharp de Nueva-York).

Fig. 52.a

Este micronómetro da la milésima de pulgada,


y aún este espacio puede ser subdividido fácilmente.
La uniformidad en la estructura de los cilindros

laminados, comparada con la de los fundidos, se


pone de manifiesto en la diferente apariencia que
presentan después del aplastamiento, tanto en la
■a
338 MANUAL DE EXPLOSIVOS

máquina (fig. 42.a), como en la de la figura 51.a Los


dibujos (figuras 53.a y 54.a) lo hacen ver mejor que
una descripción: la primera representa un disco de

plomo laminado después de la compresión,y la segun¬


da uno de plomo fundido, también después de some-

Fig. 53.a Fig. 54.a


tido á la presión. Empleando discos de plomo lami¬
nado, el teniente Quinau construyó una tabla para
convertir las compresiones de los cilindros en piés-

libras, que es la medida actual de la fuerza de los


explosivos los Estados-Unidos. Esto es muy senci¬
en
llo yfácil, y se efectúa haciendo varias series de
experiencias, en las cuales se deja caer el proyectil
de alturas diferentes, empezando por la de medio

pié y aumentando medio pié en cada vez hasta llegar


á 16. El promedio de todas las compresiones en una
altura dada, se toma como la verdadera. La altura

multiplicada por el peso del proyectil da los piés-


libras correspondientes á cada compresión.
La figura 55.a representa la sección de un cilindro

después de la compresión.
Diagrama para la medida de presiones.—El te¬
niente Quinau construyó un diagrama, en el cual to-
PUEBZA Í)E LOS EXPLOSIVOS 839

ma como ordenadas las


compresiones de los cilindros
y como abscisas los piés-libras, con lo cual se repre¬
senta gráficamente la relación entre ambas cantida¬

des, lo que es muy conveniente


en la
práctica. El diagrama, en / ¡ i Y
escala reducida, está reprodu- V ; i /
cido en la figura 56.R
Las coordenadas extremas
son
fijadas por la nitroglicerina.
El diagrama original, que 55*
es de 21X14 pulgadas (bBB'éXSSS'G mm.), ha
sido establecido para convertir la compresión de los
discos en piésdibras ó unidades de fuerza.

m 600

550

500

450

400

350

300

250

200

150

100

50

0 50 100 150 200 250 200 350 400 450 500 550

Escala de piés-libras.
Fig. 56.a

Al emplear el diagrama se tendrá presente que


ios números que figuran en la escala "compresión de
840 MANUAL DE EXPLOSIVOS

los cilindros,,, representan milésimas de pulgada. El


valor de la compresión que ha tenido el disco, se de¬
duce restando su altura, después de salir del aparato,
de la que tenía antes de la explosión. La diferencia
es, por lo tanto, la compresión que ha tenido en mi¬
lésimas de pulgada y se busca este número en la es¬
cala de compresión de los cilindros. De este punto se
tira una recta perpendicular que termine en la línea
curva.
Entonces, desde el punto de la curva se baja
hasta la recta horizontal de la escala de piés-libras.
El número así encontrado es el equivalente de la

compresión en piés-libras.
La carga tipo para este medidor de presiones es
de 24 granos.
El sistema da una medida
comparativa para los
explosivos fuertes. El aparato figura ¿2.íl no es, sin
embargo, una prueba segura para explosivos no fuer¬
tes. Una carga triple de buena pólvora negra rompe¬

dora, á la que se da fuego con un estopín, producirá


un efecto
apenas perceptible en los cilindros de plo¬
mo, por más que sepamos que esta pólvora es capaz
de dar un gran trabajo en ciertas clases de rocas.
Podemos suponer, sin error que influya en nuestro
principio, que al quemar 24 granos de un explosivo
fuerte, el producto de su cantidad de gases, multi¬
plicado por la temperatura de ellos, da un número
igual al producto de los correspondientes elementos
en la
explosión de una carga triple de pólvora negra.
Pero en ese experimento nosotros alcanzamos una

presión que es infinitamente mayor que la otra, pues


FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 341

con la pólvora negra el resultado es tan exiguo que


no
puede medirse; depende esto de que en la fórmula
Quinau para medida de los explosivos figura como
muy importante el factor tiempo: con el explosivo
fuerte el tiempo de explosión es pequeñísimo; con la
pólvora negra es grande; asi que con esta pólvora ne¬
gra. su fuerza, aunque grande, se desarrolla tan gra¬

dualmente, que en ningún instante la inercia que


ofrece el proyectil es bastante para producir un pe¬
queño efecto de compresión sobre el plomo.

Aparato Guttman para medir la fuerza expansiva


de los explosivos.

Este
aparato, descrito en el Scientific Americam
Suplement de 18 de Diciembre de 1900, sirve para
medir la fuerza expansiva cerrados.
en vasos
La figura 57* representa escala i/s un aparato
en
Guttman construido y simplificado en el Taller de
Precisión y Laboratorio de Artillería de Madrid. Con¬
siste en un tubo de acero a, en el cual van atornilla¬
das á rosca de cierre dos cabezas b y c. La superior b,
lleva una aguja percutora f, y la inferior e, un aloja¬
miento cilindrico para contener un disco de plomo h.
Debajo de este alojamiento se estrecha la cavidad en
forma trcnco-cónica i, continuando después hasta el
exterior en forma de tubo cilindrico. Tocando con la
cabeza b, hay un rebajo cilindrico para contener una
arandela de acero d, con rosca interior destinada á
342 MANUAL DE EXPLOSIVOS

recibir un estopín obturador g, de los reglamenta¬


rios en nuestro material de tiro rápido. El explosivo
se coloca en la cámara e, que queda libre entre los dos
tapones. Después se atornillan
éstos, no sin antes colocar la
arandela con el estopín y el ci¬
lindro de plomo. En seguida se
da un ligero golpe de martillo
sobre la aguja percutora, y al
cabo de algunos minutos se des¬
tornilla el tapón c, y se saca el
disco de plomo h, con ayuda de
un botador. Las cargas suelen
variar de 10 á 15 g.
Los gases comprimidos en
la cámara e, embuten más ó
menos el cilindro de plomo h en
la cavidad tronco-cónica i, to¬
Fig. 57-
mando el plomo la misma forma
cónica de esta cavidad. La evaluación de la presión
se obtiene midiendo la altura de esos conos, y com¬

parándola con la de otro cono análogo, obtenido pol¬


la explosión de un peso igual de un explosivo-tipo,
tomada como unidad.
No hay que decir que este aparato sirve sólo co¬
mo tipo de comparación, pero es en cambio muy sen¬
cillo.
Todo lo expuesto respecto á la homogeneidad de
los cilindros de plomo, tiene aquí aplicación.
Aparato Nobel para medir las presiones.—Consi ste
FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 313

(figura 58.&) en un cilindro de acero A, en el cual se


atornillan varios tapones que obturen bien, á fin de
dar cierre hermético, para lo cual van provistos de
arandelas de amianto ensebado ó cuero.Uno de los ta¬
pones F, está des¬
tinado á dar fuego
á la carga por un

estopín eléctrico,
accionado por un
explosor ó por una
pila Leclanche.
Los tapones H
Fig. 58.a
contienen los ma¬

nómetros ó chrushers, que se componen (fig. 59.a)


de una cámara labrada en el interior del tapón, que
contiene un pequeño cilindro
de cobre de 12 mm. de altura
y de 6 á 8?5 mm. de diáme¬
tro. El cobre de que están
formados estos cilindros debe
ser de excelente calidad, puro
y homogéneo. La presión se Fig. 59-a
ejerce sobre el cilindro, por
intermedio de un pistón, provisto de un obturador E.
aplastamiento de estos cilindros, proporciona
El
el medio de medir la presión. Los cilindros suelen apli¬
carse tarados, esto es, sometidos á
presiones previas.
Las dimensiones más usuales de los cilindros son:
10 mm. de altura X 10 de diámetro.
7 » „ X 5 „
344 MANUAL DE EXPLOSIVOS

El taraje preliminar suele ser de 1.000 kg. por


centímetro cuadrado y de 500 kg.
por cm.2
Si además de medir la presión se desea analizar
los gases ó evaluar su
volumen, se abre un poco el ta¬
pón J", que les dejará salir por el tubo I, pudiendo
recogerse.
Todos los
ajustes de estos aparatos deben estar
perfectamente hechos, porque de lo contrario, ade¬
más de deteriorarse pronto, dan resultados falsos.

Resultados obtenidos por el teniente de Artillería de los


Estados-Unidos Wtlloughby Walke para determinar
las presiones por medio un aparato Quinan.

Compre¬
sión Compara¬
EXPLOSIVOS sufrida ción
por los délos Observaciones.
cilindros. resultados.

Pulgadas. (1).
Dinamita-goma 0'585 106'17
Hellhofita 0'585 106'17
Nitroglicerina 0'551 100'00 Tipo de compa¬
ración.
Pólvora sin humo No¬
bel 0'509 92'38
Del servicio de
Algodón-polvora. .. . 0'458 83'12 torpedos de
los E. U. A.
Algodón-pólvora. ... 0'458 83'12 Stowmarket.
Nitroglicerina 0'451 81 '55 Vonges.
Algodón-pólvora. . . . 0'448 81'31
Dinamita núm. 1... .
0'448 81 '31
Dinamitas de Trauzl. 0'437 79'31

(1) Sirvió de tipo de comparación, la nitroglicerina


obtenida, tra¬
tando una parte de
glicerina por dos partes de ácido nítrico á 1*5 y
cuatro de acido sulfúrico a I'84 d.
FUERZA DE LOS EXPLOSIVOS 345

Compre¬
sión Compara¬
sufrida ción
EXPLOSIVOS Observaciones-
por los de los
cilindros. resultados.

I'ulaadas.
Emmensita 0'429 77'86
Pólvora amido 0'385 69'87
Oxomita 0'383 69'51
Toñita 0'376 68'24
Bellita 0'362 65'70
Rackarock 0'340 61'7J.
Pólvora Atlas 0'333 60'43
Antonia dinamita
(Amidógeno) 0' 332 60'25
Pólvora Volney nú¬
mero 1 0'322 58'44
f A base de nitro-
Pólvora Yolney nú¬ naftalina.
mero 2 0'294 53'18
70 por 100 ácido
pícrico.
Melinita 0'280 50'82 30 por 100 nitro-

celulosa solu¬
ble.
Fulminato de plata. . 0'277 50'27
Fulminato de mercu¬
rio 0'275 49'91
Pólvora de cañón. . . 0'155 28'13.

Potencia relativa.

Ensayos submarinos del General de los Estados-


Unidos Abbot, tomando como tipo de comparación
la dinamita núm. 1, representada por 100.

Dinamita goma (98 por 100 de nitro¬


glicerina) 142
Gelatina de guerra (89 por 100 de ni¬
troglicerina) 117
346 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Dualina extra (80 por 100 de nitro¬


glicerina) 111
Pólvora Hércules 106
Dinamita núm. 1 100
Pólvora Atlas
(tipo A) 100
Pólvora Atlas (tipo B) 99
Lithofractor Renrock 94
Rackarock 88
Toñita 85
Dinamita á la mica 83
Pólvora gigante 83
Pólvora Vulcano 82
Pólvora Brugere 80
Pólvora Designolle núm. 1 68
Pólvora Jodson (tipo 3 F) 62
Pólvora Jodson (tipo C. M.) 44
SEGUNDA PARTE

CAPITULO PRIMERO.

Aplicaciones civiles de los explosivos.

Explosivos generalmente usados en el extranjero.—Explosivos usa¬


dos España
en Explosivos cuyo uso se recomienda.—Explosivos
de seguridad. - Explosivos autigrisú.— Conferencia del ingeniero
de minas Sr. Hauser, acerca del grisú.—Propiedades explosivas
del grisú y del polvo de carbón.—Reconocimiento de minas gri-
sutosas.—Grisúmetros. —Delación del grisú por los ratones.— Pre¬
cauciones contra explosiones de grisú. — Auxilios en caso de
explosión.—Salvamento.—Barrenos de mina. —Herramientas del
minero.—Dirección y dimeusiones de los barrenos.— Descripción
de los cartuchos, cebos y mechas.—Carga y atraque.—Máquinas
perforadoras de barrenos.— Explosores eléctricos.—Trabajo en tú¬
neles.—Trabajo en canteras.—Trabajo en minas.—Aplicaciones á
la agricultura.—Tala de bosques y roturaciones de terrenos con
remoción profunda.—Cañones y cohetes granífugos.—Aplicacio¬
nes hidráulicas. — Clavado de pilotes.—Voladura de grandes
rocas subacuáticas. — Señales marítimas contra la niebla. —Pesca
con explosivos.—Aplicación de los explosivos á los motores.

El explosivo más generalizado en las aplicaciones


civiles es la dinamita, á la que en América se deno¬
mina también pólvora gigante.
Casi todas las fábricas producen tres clases de
dinamita, clasificadas, por su fuerza, de mayor á me-
348 manual de explosivos

ñor, con los números 1, 2


y 3, y para los trabajos
subacuáticos amoldan á esa clasificación la
gelatina-
dinamita ó dinamita-goma.
Al final de este
capitulo, damos á conocer la com¬

posición de las dinamitas numerosas que se conocen,


así como la de los
explosivos más generalizados en
las obras públicas, sean ó no á base de nitrogliceri¬
na, entre ellos los usuales en España, que produce y
expende la Unión española de
explosivos, Com¬
pañía arrendataria para la fabricación y venta d
pólvoras y materias explosivas, que son: dinamita-
goma núm. 1, dinamita-goma núm. 2, dinamita núm. 1
y dinamita núm. 3. Este último explosivo núm. 3 es,
por su más reducido precio, el que suele aplicarse
con profusión en nuestra patria
para el laboreo de
minas, canteras demás obras. En verdad que es más
barato, pero es el menos recomendable por lo fácil¬
mente que se
descompone, descubriendo eflorescen¬
cias del nitrato de
lo hacen peligroso, á
sosa que
más de su menor
poder; deben, pues, cuidarse mucho
los mineros y los
encargados de dirigirlos, de que en
las operaciones de cebar,
cargar, atacar, y, en ge¬
neral, todas las de conservación y empleo de este
explosivo, se extremen con el mayor rigor las reglas
y consejos que más adelante insertamos, y que si son
indispensables en toda clase de manipulaciones con
otros explosivos, lo son
mucho más en éste de que
tratamos, que realmente no es una dinamita á base
absorbente, sino más bien una pólvora explosiva.
Recomendamos, por tanto, que siempre que sea
aplicaciones civiles de los explosivos 349

posible se aplique con preferencia la dinamita núm. 1,


de más fuerza y que ofrece mejor seguridad, ya que
en esta materia la economía suele ser
contraprodu¬
cente, y por encima de todo debe ponerse la vida de
los obreros que á la ruda faena del minador se dedi¬
can. La
fuerza, según veremos, debe graduarse en
relación con el
trabajo.
De que nuestros Gobiernos empiezan á preocu¬

parse de estas garantías en el trabajo por medio de


los explosivos, que hace tiempo que en otras Nacio¬
nes son
ley sancionada, es buena prueba, la adición
al cuadro de explosivos
de la Unión española, de
los explosivos de seguridad.
Ese progreso, iniciado en la forma de que ya nos
ocupamos en la Advertencia preliminar de esta obra,
tiene tanta transcendencia, que nos parece inexcusa¬
ble insertar á continuación toda la Real orden del se¬

ñor Allendesalazar, que lo regula. (Gaceta del 21 de


Noviembre de 1904.)

"Ilmo. Sr.: Transcurrido el plazo señalado en la


disposición transitoria del Real decreto de 12 de Julio
último, que reformó algunos artículos del reglamento
de Policía minera, haciendo obligatorio el
empleo de
cierta clase de explosivos en las minas de hulla que con¬

tengan grisú, y en vista de que, con excepción de algu¬


nas de las cuencas carboníferas de
Córdoba, no se em¬
plean en las demás explosivos que ofrezcan alguna
garantía de seguridad, ha llegado el momento de hacer
preceptivas las disposiciones de los artículos 92, 93, 94
y 95 reformados, y á este efecto, como medida prelimi-
850 MANUAL DE EXPLOSIVOS

nar, y sin perjuicio del más detenido estudio que debe


hacerse de las explotaciones hulleras para la clasifica¬
ción de las mismas, en orden á los
peligros que ofrece
su laboreo
por la presencia del grisú, según se indica
en el preámbulo del referido Real decreto;
S. M. elRey (Q. D. G.) ha tenido á bien disponer:
1.° Que por los Ingenieros jefes, y en término bre
ve, se clasifiquen provisionalmente las minas de bulla
en
explotación, expresión de aquellas en las cuales,
con
por la presencia del grisú ó por otras causas, deba pro¬
hibirse el de los
uso
explosivos ordinarios, sustituyén¬
dolos por los llamados de
seguridad.
2.° Que se recomiende á los mineros el uso de los
explosivos siguientes, que reúnen las condiciones mar¬
cadas en el citado art. 92 del
reglamento de Policía mi¬
nera.

Composición de los explosivos de que se trata.

Para trabajos en roca con temperatura de explosión


inferior á 1.900°:

Nitrato amónico (¡0


Núm. I.
Dinamita núm. 1 40
Nitrato amónico 70
Núm. 2. Nitroglicerina 20' 10 1.840°
Algodón nitrado O'OO
Nitrato amónico 83
Núm. 3.
Algodón ocionít.rico lo
Nitrato amónico 91 'S
Núm. 4.
Binitronaftalina 8'3
Nitroglicerina 23
Nitro 34
Corteza de roble pulverizada, ó harina
de centeno ú otro serrín ó harina
Núm. 5. 1.845°
equivalente, solos ó mezclados, con
2'3 por 100 de agua 30'a
Nitrato de barita 1
Carbonato sódico 0'5
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 351

Para trabajos en capa con temperatura de explosión


inferior á 1.500°:

XT. \ Nitrato amónico 80


/ Dinamita núm. 1 20
( Nitrato amónico 88 |
Núm. 7 ' Nitroglicerina 11'76 > 1.440°
i Algodón nitrado 0'24 )
Núm. 8 i Nitrato amónico 90'3
Algodón octonitrico 9'3
1

Nitrato amónico 93'3


Núm. 9
Triuitronaftalina 4'3
í Nitrato amónico 82
Núm. 10 ( Cloruro amónico 13
I Binitronaftaliua 3

3.° Que de entre los explosivos de seguridad cita¬


dos anteriormente, "los señalados con los números 2 y 5,
apropiados con especialidad para los trabajos en rocas
duras y blandas respectivamente, y el núm. 7 para los

trabajos en capa, son los únicos que deberán tarifarse,


obligándose provisionalmente á la Sociedad "Unión
Española de Explosivos,, á tener existencias en alma¬
cén para su venta, mediante acuerdo del Ministerio de
Hacienda, á fin de que los mineros puedan adquirirlos
fácilmente; debiendo advertirse que los precios que se
fijen deben estar en relación con la fuerza explosiva de
los mismos, y que el del explosivo de seguridad núme¬
ro 2 no deberá exceder del de la dinamita núm. 1, que

es igual al de la dinamita-goma núm. 2, ambas tarifa-


das, ó sea de 112 pesetas la caja de 25 kilogramos (4 pe¬
setas 48 el kilogramo ); el precio del explosivo de segu¬
ridad núm. 7 no excederá del de la dinamita-goma nú¬
mero expende la Sociedad del Monopolio de Ex¬
3 que

plosivos, ó de pesetas 95 la caja de 25 kilogramos,


sea
ó 3 pesetas 80 el kilogramo; y el precio del explosivo de

seguridad núm. 5 no excederá del de la dinamita núme-


352 MANUAL DE EXPLOSIVOS

ro
3, tarifada de base activa, que expende á pesetas 75
la caja de 25 kilogramos, ó sea pesetas 3 el kilogramo.
4.° Que el plazo dentro del cual la Sociedad " Unión
Española de Explosivos,, deberá tener en almacén los
señalados con los números 2, 5 y 7, será el de un mes,
á contar desde el momento en
que quede hecho el con¬
cierto de dicha Sociedad con el Ministerio de Hacienda.
Es asimismo la voluntad de S.
M., que teniendo
presente que los más recientes estudios hechos en el
extranjero acerca de esta importante materia, parecen
demostrar que, disminuyendo suficientemente la carga,
todos los explosivos ofrecen cierta seguridad, es decir,
que para su uso en las minas de hulla sería suficiente
admitir un máximo variable
para cada explosivo, de
carga por barreno, teniendo en cuenta el número de
éstos en el frente de
labor; y si, además de este máximo
de carga, se
limita la temperatura teórica de explosión
á 2.200°, con lo que se conseguiría igual seguridad, por
lo menos , que con los medios actuales, tanto los límites
de carga y de temperatura como la designación de los
explosivos que deban obligatoriamente emplearse en las
explotaciones que contengan grisú, se consideren como
provisionales hasta que los estudios especiales que so¬
bre este asunto se
haga por personal competente, per¬
mitan dictar con carácter definitivo las
prescripciones
convenientes, en razón á que, de resultar comproba¬
dos losprincipios indicados, la industria minera, sobre
obtener mayor libertad de acción y facilidad para sus
trabajos, conseguiría igual ó mayor seguridad en sus
explotaciones que por los medios exigidos actualmente.
De Real orden lo
digo á Y. I. para su conocimiento
y demás efectos. Dios guarde á V. I. muchos años. Ma¬
drid 12 de Noviembre de 1904. A lien

desalazar.,,
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 353

ESTUDIOS DE LA COMISIÓN PRESIDIDA


POR EL SR. HAUSSER.

Iniciada esta tendencia, el Gobierno nombró una


Comisión para el estudio del grisú, presidida por el
sabio ingeniero de minas D. Enrique Hausser, pro¬
fesor de la Escuela especial del Cuerpo, quien, con
sus compañeros, hizo las investigaciones
necesarias
en las cuencas
grisutosas del extranjero. Fruto de
este viaje ha sido un brillante y concienzudo traba¬
jo, del cual dió el Sr. Hausser una Conferen¬
acerca
cia en el Instituto de Ingenieros civiles de España,
de la que tomamos lo que sigue de la Revista Minera
Metalúrgica y de Ingeniería del mes de Diciembre
de 1906.

Modo de presentarse el grisú.— Generalidades. — Bajo


el nombre de grisú se designa un gas inflamable que
se
desprende principalmente de las minas de carbón,
aunque también se encuentra en minas de sal gemma,
en
algunas minas metalíferas y en minas de azufre. De
los análisis hechos de este gas se ha visto que está for
inado principalmente por metano, en cantidad que varía
de 77 á 96 por 100 para el gas más puro, que se obtiene
de los soplados ó barrenos sonda, el resto lo forman el
ácido carbónico en pequeña cantidad de 1/2 á 1 por 100,
y el nitrógeno en cantidad que llega á veces al 18
por 100. Suele ocurrir que el ácido carbónico acompaña
al grisú en cantidad más considerable, como sucede
23
354 MANUAL DE EXPLOSIVOS

en las minas de Rochebelle, Commentry, Zankedo-


ra, etc.
Siendo el metano el principal constituyente del gri
sú, y al cual debe sus propiedades más características,
recordaremos que este gas tiene una densidad de próxi¬
mamente la mitad que la del
oxígeno, y que sus efectos
sobre el organismo, si bien nocivos,
porque los seres
humanos no saben respirar más que el aire, debe te¬
nerse presente que sólo empiezan á ser molestos á la
respiración, según Haldane, desde un 45 por 100, y
peligra la vida cuando la ley alcanza al 70 por 100,
siendo en este caso su efecto el de un adormecimiento.
Téngase presente que en este último caso el contenido
de oxígeno del aire grisuoso sólo es de 6'3 por 100 y el
de nitrógeno 23'7 por 100.
Este gas se encuentra siempre ocluido en el carbón,

y el hecho de hallarse siempre en su análisis ácido car¬


bónico y nitrógeno nos demuestra su
origen esencial
mente
orgánico, siendo engendrado al mismo tiempo
que este combustible y por iguales causas, por lo cual
habremos de decir dos palabras sobre el particular, por¬
que sólo sabiendo bien de qué manera se encuentra
almacenado este gas, es como
puede comprenderse en
qué condiciones se le verá aparecer.
Para explicar su formación debemos atribuir el mis¬
mo origen
que á la que origina dicho gas en los panta¬
nos, ó sea por la fermentación de la celulosa, conforme
á la fórmula de Couriot y Deherain:
CeH10Os + H2 0 =
= 3 0 + 3COr Esta
ecuación equivaldría á la
, que
gasificación total de la celulosa, con formación de vo¬
lúmenes iguales de metano
y ácido carbónico, puede
reemplazarse por otra, en que, partiendo de cuatro mo¬
léculas de celulosa, se obtiene la
siguiente ecuación:
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 355

(C, Hjq o,), CgITfiO —(— 7 C H, —f- 8 C Ot —f- 3 ílgO. La


fórmula C9 H6 O corresponde á un carbón graso de la si¬


guiente composición centesimal:

C =
83, Hr=4'6, O = 12'4.

Del agua engendrada en esta


reacción, puesto que
se halla diluida en una cantidad mucho mayor, no hay

que hablar, y el ácido carbónico, siendo 33 veces más


soluble en el agua que el metano, es natural que se en¬
cuentre por este camino un medio de separación.
Esta reacción, continuando en la masa del carbón

que queda aprisionado entre los terrenos que forman la


caja, da por resultado el almacenamiento bajo presión
del gas que se
desprende, si los terrenos que la encie¬
son bastante permeables
rran no
para darles salida.
En las experiencias de Lindsay-Wood en Inglaterra,
encontró presiones de hasta 30 atmósferas; la presión
máxima hallada por M. Simón en Lievin,
ha sido de 7
atmósferas.
En los afloramientos decrece en general la canti¬

dad de grisú, así como en la proximidad de fallas, si


bien éstas dan lugar á veces al transporte de dicho
gas
de capas inferiores á labores hechas en
capas superiores
y en ciertos casos á la separación de porciones grisuo-
sas de un lado de la falla á otras
que no lo son en otro
lado.
En la manera cómo en las minas se verifica el des¬
prendimiento de grisú, hay que considerar tres casos:
primero, en las capas muy superficiales y trastornadas
el grisú ha sido
sangrado del carbón, encontrándose tan
sólo el que éste lleva aprisionado entre sus poros en los
macizos que han sido perdonados por la falla. En este
356 MANUAL DE EXPLOSIVOS

caso la cantidad de grisú desprendida es muy pequeña,


se obtiene en el momento de arrancar el carbón y al rom¬

perse éste. Dejando este caso particular, el caso más fre¬


cuente en las minas es el de un
desprendimiento regular
de grisú, que si bien es el más rápido en el momento
del arranque, resulta tan regular para el conjunto de la
mina, que no se diferencia en la cantidad total entre
los días laborables y los de fiesta, aun cuando el
paro
haya sido largo por una huelga, como ha sido compro¬
bado en la mina de Lievin en una de estas ocasiones

por su Director, M. Simón. Esto lo explica dicho inge¬


niero, admitiendo que á causa del desmoronamiento
gradual del carbón por la presión de los hastiales va
saliendo elgrisú ocluido entre sus poros, pues dicho
aplastamiento equivale durante cierto tiempo á poner
al descubierto superficie nueva.
Un caso menos frecuente es el de desprendimientos
instantáneos de gas, que pueden ocurrir, bien por en¬
contrar soplados en las
capas, bien por el recorte dado
en una traviesa á
alguna capa grisutosa, que no ha sido
explotada por ser muy estrecha ó impura, y el tercer
caso observado en las minas belgas en gran profundi¬
dad, en que el desprendimiento instantáneo es una es¬
pecie de expansión de la misma masa del carbón, que
á veces avanza en los frentes como una torta de cok de
los hornos Carvés. Respecto á la cantidad de grisú que
se desprende, se estiman
generalmente con relación al
total de hulla extraído en veinticuatro horas, si bien
no variando, como hemos dicho, la cantidad de grisú
proporcionalmente á la extracción; esta manera de cal¬
cular sólo sirve para dar una idea general de
régimen
de una mina á falta de otro sistema mejor.
Propiedades del grisú.—Vistas ya estas generalida-
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 357

des, vamos á hablar ahora con más detalles de las pro¬


piedades del grisú.
El metano mezclado con el aire en cierta propor¬

ción, según las experiencias de Mallard y Le Chatelier,


se inflama á la temperatura de 650°, cerca del rojo na¬

ciente, aunque á partir de 470° existe ya una combus¬


tión lenta sin llama, que en presencia de cuerpos poro¬
sos puede empezar á los 200°; pero el metano presenta

una
propiedad especial que no tienen otros gases infla
mables que forman parte, por ejemplo, del gas del

alumbrado, como son el hidrógeno, el óxido de carbono


y el etileno, y es que mientras estos gases se inflaman
instantáneamente llegados á una determinada tempe¬

ratura, el metano tarda unos diez segundos en infla¬


marse á la
temperatura de 650°, cerca del rojo naciente,
disminuyendo este tiempo á medida que aumenta la
temperatura, y no tardando más de un segundo á
los 1.000° cerca del rojo blanco. El hecho de encontrar¬
se en algunas minas en.
ocasiones un grisú más infla¬
mable que en otras, ha hecho darle á éste la denomi¬
nación de grisú vivo y grisú blanco. Algunos experi¬

mentadores, como Schondorf, han creído encontrar


hidrógeno ó hidruro de etileno, lo cual pudiera expli¬
car esta variación en las
propiedades del grisú; pero
según Le Chatelier, y soy de su opinión, estos ensayos
no
pueden ser concluyen tes, y yo creo más bien que
la presencia en el grisú de ácido carbónico, que dismi¬

nuye su inflamabilidad, ó la ausencia de éste que, por


el contrario, le deja en toda su sensibilidad, pudiera

quizá explicar estas diferencias en sus propiedades en


la mayoría de los
casos.
La ausencia del ácido carbónico en el grisú puede
más fácilmente encontrarse en las minas húmedas, y
358 MANUAL DE EXPLOSIVOS

una de éstas
en (Melendreros, Valle de Aller), en la
proximidad de una falla lie ensayado una muestra de
grisú que se desprendía de un soplado del suelo, en la
cual sólo hallé por líquidos volumétricos un contenido
de ácido carbónico de una milésima. Uua
experiencia
que haré á continuación, dará á ustedes idea del efecto
que en la inflamabilidad del grisú produce el ácido car¬
bónico.
El grisú es inflamable entre los límites 6 y 16 por 100.
El aire que contiene 6 100 no arde; á 6'1 por 100
por
arde con una lentitud de 4 cm.
por segundo y va cre¬
ciendo velocidad hasta
su
llegar á 60 cm. por segundo,
á la ley de 12 por 100, según Le Chatelier, aunque en
las galerías de experiencias se admite el máximo al 7

por 100, para bajar á 8 cm. cuando la ley alcanza 16


por 100. Esto es, por supuesto, en estado de reposo y á
la presión ordinaria, pues si la presión aumenta, el lí¬
mite de inflamación
disminuye; en cambio una mezcla
de 7 por 100 á la presión de 520 mm.
deja de ser explo¬
siva. De otra parte, el movimiento
y la temperatura,
aumentando la difusión de los
gases, aumenta también
la velocidad de combustión. La mezcla más
enérgica de
aire y metano se obtiene á la presión ordinaria con 9
y Vs por 100 de dicho gas, y la que es más inflamable
es al 7 por 100, resultando ser en la práctica más peli¬
grosa ésta que aquélla, y tomándose para todas las ex¬
periencias el 8 por 100 término medio entre el
como un
máximo de velocidad
y el máximo de energía teórica,
que es en las condiciones en que se obtienen los mejo¬
res resultados
prácticos, siendo debida, sin duda, esta
disminución de su energía, con relación á la teórica,
á la presencia del ácido carbónico
engendrado por la
misma combustión.
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 359

El grisú al arder necesita doble de su volumen de

oxígeno, ó sea 10 volúmenes de aire, produciendo un


volumen, igual de ácido carbónico y doble de vapor de
agua, que rápidamente se condensa, engendrando una
temperatura de 2.150° á volumen constante y 1.850 á
presión constante; es decir, que para las condiciones
de la práctica que no están de lleno
ninguno de es¬ en
tos casos teóricos, se puede admitir
tipo la tem-como
paratura de 2.000°. Cuando el grisú arde en el aire con
las proporciones de oxígeno que necesita para su com¬
bustión, son productos resultantes el vapor de agua,
que se condensa, y ácido carbónico, que mezclado con
el nitrógeno forma el cifter-damp de los ingleses y que

pudiéramos llamar mofeta. Sólo en el caso, que rara vez


ocurre, de existir más de 9 y 1/3 de metano en mezcla
con el aire, se formaría óxido de carbono, pero en el

after-damp siempre lo hay, debido á la combustión de


polvo de carbón.
La presión alcanzada por dicha mezcla gaseosa ar¬

diendo, ó mejor dicho, detonando en espacio cerrado,


alcanza como máximo 9 atmósferas, llegando ya á 7
atmósferas á una
ley de 6'7 por 100.
Hemos dicho antes que la velocidad de combustión
del grisú estado de reposo y en un tubo abierto por
en
ambos extremos, alcanzaba, como máximo, 0'60 m. por
segundo, es decir, comparable á la pólvora sin humo,
para fusil, al aire libre. Ahora bien, esta velocidad de

propagación de la inflamación varía mucho, influyendo


en ella, no sólo el estado de reposo ó agitación de la

mezcla, sino también la temperatura de ésta, la proxi¬


midad de cuerpos sólidos fríos-combustibles ó no, y la
presión de la misma mezcla.
Por la agitación, y debido á esto, sin duda, no sólo
360 MANUAL DE EXPLOSIVOS

á la mejor mezcla, sino á la compresión total en varios


puntos de la la velocidad aumenta considerable¬
masa,
mente; pero si la explosión se hace á presión, en un es¬
pacio cerrado, como la que alcanza en el extremo cerra¬
do de un
tubo, la velocidad, según experiencias de Le
Chatelier, puede alcanzar la velocidad comparable á la
de una bala de fusil, ó sea de 400 m. por
segundo. Si
además de esta presión interviene un aumento de tem¬
peratura puede sobrevenir una verdadera detonación,
,

comparable á la que ocurre con la pólvora sin humo,


que se hace detonar en un espacio caliente. Se com¬
prende que en caso de un descenso de temperatura se
produzca el fenómeno inverso.
La influencia del enfriamiento la dificultad consi¬
y
guiente que experimenta la mezcla explosiva de grisú
para propagar su inflamación
en tubos estrechos, es de
la misma clase que la que experimenta para propagar¬
se á través de telas
metálicas, propiedad que se utiliza,
como
sabemos, en las lámparas de seguridad, de que
luego hablaremos al ocuparnos de las precauciones con¬
tra este gas y del reconocimiento del mismo.

Polvo de carbón. Minas hay en las cuales no se nota


la presencia del grisú,


pero no puede decirse otro tanto
del polvo de carbón, estado de más ó
que, en menos

abundancia, lo hay en todas ellas, y en algunas en un


estado verdaderamente
impalpable y de mayor peligro.
El hecho de que la celulosa
en polvo sea fácilmente in¬
flamable al aire,
lo mismo los lignitos, hecho que con¬
y
trasta con la dificultad con
que se propaga la inflama
ción del polvo de carbón de formación más
antigua, ha
hecho creer en la inocuidad de
éste, y aun han creído
muchos que las explosiones de polvo de carbón como
causantes de grandes destrozos, eran un mito. Ustedes
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 361

pueden convencerse cómo el polvo de carbón arde en


una llama de gas vacilante si se le proyecta encima;

este polvo de carbón está cogido del aposado sobre las

entivaciones de una labor (mina Mariana-TJjo).


Enprimer término, debemos notar que, aun á la pre¬
sión ordinaria, todo el polvo de carbón que se encuentra
dentro de una llama en una atmósfera oxigenada, aca¬
bará por quemarse, si bien no dé lugar á la propaga¬
ción de la inflamación por su propia combustión sino
en ciertas condiciones. El polvo de carbón, para que¬
marse no tiene límite de inflamabilidad, pues la com¬
bustión de su mezcla con el aire, formando en cada
partícula de carbón un foco de acción, aquélla resulta
gradual y no instantánea más que en condiciones es¬
peciales, como, por ejemplo, con una gran presión, ó
cuando, por ser muy pequeña su cantidad y grande su
tenuidad, el efecto de su inflamación es bastante rápi¬
do, muy parecido al del grisú y con llama blanca. Se
considera, sin embargo, que la cantidad de polvo de
carbón flotante en una mina es inofensiva cuando es

poco superior á uno ó dos miligramos por decálitro,


pues á la cantidad de 10 miligramos en igual volumen,
ó sea de un gramo de carbón por metro cúbico, el volu¬

men de óxido de carbono que puede formarse por su

combustión completa sería ya superior al 1 por 1.000,


con lo
cual, al cabo de respirarlo media hora, se pierden
las facultades ambulatorias.
El hecho de no existir grisú en una mina no obsta
para que el polo de carbón sea en sí peligroso, pues en
una atmósfera en que el grisú, por su combustión, sea

capaz de absorber todo el oxígeno, se comprende que


el polvo de carbón resulta completamente inofensivo.
Las experiencias hechas en Inglaterra han demostrado
862 MANUAL DE EXPLOSIVOS

que en un aire conteniendo grisú en proporciones del


2 al 3 por
100, la propagación es más fácil que en aire
puro; pero la condición que verdaderamente facilita la
explosión del polvo de carbón, habiendo oxígeno, es la
presión, y de igual manera que el carbón arde lenta¬
mente en el oxígeno
y á 25 atmósferas, en la bomba
Mahler arde casi instantáneamente,
y que el serrín con
el aire líquido forma un explosivo, el polvo
de carbón
comprimido por los gases de la explosión de un barreno
que dé bocazo al chocar contra el suelo li. otro obstáculo,
puede constituir un verdadero explosivo, con una fuer¬
za
comparable próximamente cada gramo de carbón á
800 cm.3 de grisú.
En las galerías de Gelsenkirchen y Polnish-Ostrau
se
consigue hacer detonar el polvo fino de carbón de
cualquier procedencia. En la primera de dichas galerías
emplean la gelatina-dinamita, haciéndose la explosión
con 150 g. el polvo de
antracita y con 50 g. el de carbón
graso. En la segunda galería emplean la dinamita nú¬
mero 1,
de cartucho libre, sin estar en un barreno, y
pueden hacer detonar, con 100 g. de dicho explosivo,
polvo de carbón de cualquier procedencia.
La influencia de la presión
para facilitar la detona¬
ción ha llegado á ser experimentada hace más de trein¬
ta años en un motor de aire caliente que
quemaba en
su cilindro polvo fino de carbón, ó antraci-
graso, seco
toso; en el Tratado de Mecánica, de Haton de la Goupi-
lliére, primera edición, párrafo 429, se hace referencia
de dicho motor.
El oxígeno contenido
por metro cúbico de aire, unos
300 g. escasos, requiere
para su transformación en áci¬
do carbónico unos 80
g. de carbono y unos 125 para dar
sólo óxido de
carbono, aunque en la práctica, como esta
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 368

combustión se hace siempre en presencia de un exceso


de carbón, nunca se verifica este fenómeno sin produc¬
ción de óxido de carbono.
La combustión del polvo de carbón se verifica si¬
multáneamente con la destilación de otra parte del
mismo, que, levantada por la explosión primitiva y
aglomerándose, queda proyectada bajo forma de cok
imperfecto sobre las paredes de la galería y maderas
del lado de donde viene la explosión, quedando del otro
lado de las.mismas maderas restos de polvo sin quemar.
Como consecuencia de esta destilación se engen¬
dran alquitranes y gas del alumbrado, que, no pose¬
yendo el retraso á la inflamación que caracteriza el
grisú, puede contribuir á la mayor energía de estas
explosiones.
Incendios.—Es, desde muy antiguo, conocida la fa¬
cultad que tiene de incendiarse el carbón en las minas;
pero hasta hace poco no se ha llegado á entrar en co¬
nocimiento bastante completo sobre este asunto, pues
se consideraba como causa única la oxidación de las

piritas, siendo, sin embargo, más que uu caso espe¬


no
cial. Enefecto, el sulfuro de hierro en contacto con el
aire húmedo se oxida fácilmente pasando primero á
sulfato ferroso, que se descompone á su vez en sal bá¬
sica de hierro y ácido sulfúrico libre. Esta reacción de¬
termina una elevación de temperatura que, de no po¬
derse disipar, puede dar origen á la inflamación del
carbón, de igual manera que, como luego diremos, pol¬
la única oxidación de éste; pero, además, este ácido

sulfúrico, reaccionando sobre la pirita no oxidada, suele


dar desprendimientos de hidrógeno sulfurado, y si la
roca de la caja es caliza, desprendimientos de ácido
carbónico.
364 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Es un hecho ya conocido que el carbón se oxida


al
aire, y según experiencias hechas por MM. Mahler y
Goutal en la Escuela de Minas de París,
sobre carbón
seco á 105°, el carbón aumenta de peso y desprende
principalmente carbónico, vapor de agua, óxido de car¬
bono en cantidad que
menor
el ácido carbónico y un
poco de metano,.probablemente ocluido.
Lapresencia del vapor de agua favorece la oxida¬
ción del carbón; como consecuencia de esta oxidación
el carbón se rejuvenece,
llegando á pasar hasta el es¬
tado de los lignitos pardos,
pudiendo obtenerse luego,
por destilación, los mismos productos característicos
de éstos, es decir, alcoholes
y aldehidos iguales á los
que destilan las maderas y completamente distintos de
los que originan los carbones
antiguos en esa opera¬
ción. Sin embargo, 110 es necesaria una temperatura
de 105° para que empiece la oxidación del
carbón, pues
se hace desde la
temperatura ordinaria en el momento
de arrancai'los, perdiendo su brillo para tomar un as¬
pecto mate. Si no es posible la irradiación de este calor,
se acumula lentamente elevándose la
temperatura, ele¬
vación que puede ser favorable
por la oxidación simul¬
tánea de las llegada á la
piritas; temperatura de 65°, la
oxidación es muy rápida, y á 200° puede ya considerarse
que empieza una verdadera combustión.
Como consecuencia de esta
combustión, que se ori¬
gina tanto los macizos resquebrajados de carbón de
en
labores preparatorias, como en los trozos que quedan
en los rellenos, se tiene
por resultado, si la combustión
es lenta,
una mezcla de ácido carbónico y nitrógeno con
un
pocode óxido de carbono y grisú; si la combustión
es rápida puede
llegar á la destilación de parte de los
mismos, originando verdadero gas del alumbrado, que
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 365

puede ser más peligroso que el grisú por no presentar


retraso á la inflamación. En los rellenos, otra causa de
la elevación de temperatura es la fermentación de las
maderas, que se verifica con desprendimientos de ácido
carbónico y tal vez de grisii.
El gas de los rellenos, compuesto, como hemos di¬
cho, esencialmente de ácido carbónico y de nitrógeno,
ha recibido de los ingleses el nombre de black-damp, y
que nosotros designamos con el de tufo. Este gas está
casisiempre acompañado de grisú, y, como decimos,
puede llegar á ser una mezcla de tufo y gas del alum¬
brado casi puro.
Distribución en la mina del grisú, polvo é incendios.—
Creo, con lo dicho, haber explicado ya las propiedades
peculiares al grisú y al carbón en polvo ó en macizo, y
á los fenómenos que se desarrollan por la combustión
de estos cuerpos. Vamos á indicar ahora en las condi¬
ciones en que se verifica una explosión, para lo cual
recordaremos la distribución que generalmente afec¬
tan estos tres elementos en el interior de una mina.
Donde el grisú se presenta con más abundancia es en
las galerías de avance y labores en chimenea, de donde
es difícil desalojarle, tanto más, cuanto que, á pesar de
que en los Tratados de Física se habla de los gases como
sujetos á una fuerza de difusión correspondiente á su
fuerza expansiva, se omite tener en cuenta la fuerza
ascensional de éstos, que dificulta en gran manera la
difusión en un plano vertical, y resulta mucho menos
completa que en un plano horizontal. Por estas causas,
el contenido en grisú crece muy rápidamente hacia los

lugares no ventilados, y una causa cualquiera que pro¬


voque la inflamación de éste puede dar origen á una
explosión. Hasta ahora se ha admitido en general, como
366 MANUAL DE EXPLOSIVOS

causa de las explosiones, una diseminación del grisú

por toda la mina, pero esto es completamente erróneo


y no puede ocurrir más que en casos de desprendi¬
mientos instantáneos de grisú.
El polvo de carbón se encuentra principalmente en
los frentes de arranque y en las tolvas de carga, ha¬
llándose también en gran cantidad en las galerías ge¬
nerales de transporte, en que el movimiento levanta el

polvo de carbón, y por ser estas galerías generalmente


de entrada de aire, éste le hace aposar en las paredes y
entibaciones de la galería. En cambio, el polvo más
fino, que se desprende en las labores de arranque, va,
arrastrado por la corriente de ventilación, depositán¬
dose en los coladores, y tomando con frecuencia el as¬

pecto de hollín en la galería que conduce al ventilador


aspirante. Como este polvo depositado va oxidándose
lentamente, resulta más inflamable que el producido
por la trituración inmediata del carbón.
Los incendios se presentan generalmente, ya entre
los rellenos ó bien en macizos de protección ó en pre¬

paración, que han tardado tiempo en arrancarse.


Mecanismo de una explosión.—Hechas estas conside¬
raciones, y para comprender bien el mecanismo de una
explosión, voy á exponer los fenómenos que se presen¬
tan según mi
experiencia personal y la adquirida en las
observaciones que en unión de mi inteligente compañe¬
ro D. Rafael
Ariza, he hecho en nuestros viajes de estu¬
dio, verificados por acuerdo del Ministerio de Fomento.
Este fenómeno depende de tres causas, aceleratri-
ces ó retardatrices,que son de orden
térmico, químico
y mecánico, que obran consecutivamente. De ios fenó
menos de orden vital ulteriores á una
explosión habla¬
remos después.
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 367

Desde luego debemos tener presente que hasta lle¬


gar á una explosión de la importancia de la de Cou-
rriéres, ocurren en la mina todas las gradaciones posi¬
bles, desde la ligera inflamación en el frente de una
labor, que sólo consigue chamuscar los cabellos de los
obreros, ó, como se dice en el argot del oficio, los afeita,
ó la muerte de éstos, que sin presentar el aspecto de
una catástrofe
importante, origina con facilidad, al me¬
nos, un herido grave por cada 20.000 toneladas de car¬
bón extraído; y aunque á estos hechos aislados no se
les da importancia, y cuatro heridos al año no significan

aparentemente nada para una mina, si el contingente


de desgracias originadas lentamente en diez años ocu¬
rrieran en un día, tendría todo el aspecto de una ca¬
tástrofe.
Si suponemos que en el frente de una galería de
avance ó en una chimenea existe un contenido de me
taño superior al 6 por 100, y por una razón cualquiera
éste inflama, el gran aumento de volumen que su
se

explosión origina proyecta con dirección á la línea de


menor encuentra por delante,
resistencia todo lo que
con una correspondiente á una presión de 7
velocidad
á 9 atmósferas, velocidad que corresponde teóricamente
á unos 800 m. por segundo. Los obreros existentes en

el lugar de la explosión son quemados, los más lejanos

proyectados, y como á causa de la elevada temperatura


de combustión del grisú, el polvo de carbón que flota
en el aire consigue inflamarse, se produce una cantidad

de óxido de carbono suficiente para asfixiar á gran nú¬


mero de obreros.
Consecutivo con este fenómeno, y á causa del en¬
friamiento de los gases con condensación de vapor de
agua, se produce una depresión relativa de varias
368 MANUAL DE EXPLOSIVOS

atmósferas (que los mineros llaman del contra-golpe),


que da resultado nuevos efectos mecánicos é inun¬
por
dar la mina con gases de labores antiguas y rellenos,
ó el mismo grisú más ó menos puro de otros avances

próximos que, separados por una columna de aire, que¬


darán aislados en el momento de la primera fase de la

explosión.
Ahora bien, como ya hemos indicado, los gases pro¬
cedentes de los rellenos á causa del ácido carbónico
que contienen no son propensos á ocasionar una nueva
explosión; pero si el grisú procedente de otras labores,
si el que ha ocasionado la primera explosión por ser
de ley superior al 7 por 100 ó estar mal mezclado ha

llegado á arder en dos veces, porque en el caso de una


mezcla del 10 por 100 de grisú podrá arder primero la

porción correspondiente al 7 por 100 (más inflamable)


y después el resto, con una ley de 13 por 100. Este fe¬
nómeno se observa en los aparatos de prueba de lám¬
paras de seguridad y algunas veces en la misma bureta
Le Chatelier.

Yernos, por lo tanto, que en toda explosión hay que


considerar tres fenómenos: uno de carácter químico
(ley de la mezcla), otro térmico (temperatura de ésta)
y otro mecánico (por los efectos producidos). El ácido
carbónico y óxido de carbono que por la explosión se

originan, dan el carácter especial á los fenómenos vi¬


tales que forman la última fase de la explosión.
Si en vez de considerar la explosión en el extremo
cerrado de una galería, suponemos que se verifica la
inflamación por el centro, se producirá en este punto
un aumento de temperatura
que llega, como hemos di¬
cho, á unos 2.000°, el cual engendra en dicho sitio un
aumento de volumen de la mezcla próximamente unas
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 369

nueve veces. Como consecuencia de ello, una parte de


la mezcla gaseosa va impulsada hacia el extremo abier¬
to del tubo, propagándose la inflamación con lentitud;

en cambio, la presión aumenta hacia el extremo.


Reconocimiento del grisú y del polvo en la mina y en
el laboratorio.—Antes de entrar en el estudio de las cau¬

sas de las explosiones y sus remedios, vamos á explicar


cómo se reconoce la existencia del grisú en la mina ó
en las muestras llevadas al laboratorio.
El reconocimiento del
grisú en la mina se hace per¬
fectamente por medio de
lámpara que, como es na¬
una
tural, ha de ser de seguridad si queremos hacerlo con
completa tranquilidad. Desde el momento en que una
llama está en una atmósfera combustible, el metano
calentado empieza á arder en los alrededores de dicha

llama, y ésta se agranda tanto más cuanto mayor es la


riqueza de la mezcla en gas combustible; de manera
que si disponemos de una llama poco luminosa que nos
permita ver la del metano ardiendo con un exceso de
oxígeno, se comprende que podemos deducir por ensa¬
yos comparativos el contenido de grisú en la atmósfera
que se examina. Siendo la llama menos luminosa la del
hidrógeno, ésta es la que sería preferible, pero no sien¬
do de fácil manejo en el interior de una mina, no hago
más que nombrarla. La lámpara Pieler con alcohol, que
mide desde el l/i hasta el 1 */2 por 100 de grisú, 3^ que
es
¿e sola tela como la primitiva lámpara Davy,
una
nos marca el grisú
por el alargamiento de la llama, así
como la
lámpara Chesneau permite apreciar desde el V2
hasta el 3 por 100 de grisú, siendo de más fácil obser¬
vación que en la de Pieler, por estar mezclado el alcohol
con cierta cantidad de nitrato de cobre. Más allá de 3
por 100 110 puede apreciarse, y constituye un verdade-
■24
370 MAXÜAL DE EXPLOSIVOS

ro
peligro introducir esas lámparas en el frente de la
labor, pues se calientan mucho, y en mi opinión dejan
de ser verdaderas lámparas de seguridad.

Aquí enseño á ustedes la lámpara Chesneau, y po¬


drán ver el alargamiento de la llama dentro de esta

campana con gas; pero para la medida del grisú en la


mina considero preferible á todas la lámpara de benci¬

na, en la cual, con práctica, que no es difícil adquirir,


se puede apreciar
}7a desde el J/2 por 100 de gas, y con
seguridad desde el 1 por 100. En la adjunta campana
podrán ustedes ver el alargamiento de la llama, sin
que aquí me haya sido posible disponer de los medios
necesarios para introducir grisú á una ley determina¬
da, aunque espero presentarlo así en ocasión próxima;
pero desde luego puedo decirles que, según el Regla¬
mento austríaco del distrito minero de Ostrau Karwin

de 1903, se considera para la lámpara de bencina el in¬


dicio de un cono azul 1 por
100 de metano; un
como

cono de 9 mm. de altura como 1 1/2


100; de 11 milí¬
por
metros como 2 por 100, y de 16 mm. 2 1/i por 100. Las

adjuntas láminas aclararán mis explicaciones.


El reconocimiento del grisú en el laboratorio se

puede hacer por las buretas y grisúmetros. En las bu¬


retas Shaw, Le Chatelier, Ratean y Lebreton, el pro¬

cedimiento utilizado consiste en añadir á un volumen


conocido de aire de la mina la cantidad necesaria de

grisú que sedetermina por tanteos hasta hacerle infla¬


mable, ysabiendo que el aire puro necesita 6'1 por 100
de metano para conseguir ese efecto, la diferencia en
menos corresponde
á la cantidad contenida en el aire
que se ensaj'a; como ustedes han visto aquí funcionar
las referidas buretas, omito su descripción.
El reconocimiento del aire de la mina requiere una'
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 371

toma previa de muestras, que se hace , bien en botellas


con
tapón de goma ó con estos tubos de cristal llenos de
agua, cerrados en sus extremos por llaves, ó de prefe¬
rencia tubos de goma y tapón de cristal, que se llevan
muy bien al interior de las minas en un cinturón como
el que ven ustedes aquí, en 'el que pueden ir también
los anemómetros, y con el que se circula muy bien por
la mina aun en coladeros estrechos.
El grisúmetro está especialmente indicado para me¬
dir contenidos de grisú en cantidad inferior al límite de
inflamabilidad, pues superiormente á este límite se em¬
plea con ventaja el eudiómetro; en el otro caso habría
necesidad de añadir en el eudiómetro cantidad suficien¬
te de mezcla detonante para poder conseguir la ex¬
plosión de este gas, cosa necesita hacerse en
que no
elgrisúmetro. Este aparato está fundado en la propie¬
dad que tiene el platino y el paladio una vez calentados
en una atmósfera que contenga gases hidrogenados de
elevar su temperatura por combustión de éstos, provo¬
cando rápidamente la oxidación de los mismos. Aquí
tienen ustedes á la vista una espiral de metal blanco
que, puesta al rojo cereza por una corriente eléctrica,
se enfría al someterla áuna corriente de gas del alum¬

brado ó de grisú. En cambio, vean ustedes esta espiral


de platino, en iguales condiciones, cómo aumenta de
brillo hasta inflamar la mezcla gaseosa de pronto, ó
mantenerla en combustión en la parte alta del surtidor,
en que hay más exceso de aire.
De estos grisúmetros hay varios: unos de presión
constante, el de Martens, Schondorf y Grehant,
como
y otros á volumen constante, como el de Le Chatelier.
En todos ellos ha de emplearse de preferencia el mer¬
curio si se quieren evitar resultados erróneos por diso-
372 MANUAL DE EXPLOSIVOS

lución del ácido carbónico en el agua.


Todos estos gri-
súmetros consisten más ó especie de ter¬
menos en una

mómetro de aire, dentro de cuyo depósito se provoca


la combustión lenta del grisú por medio de la incandes¬
cencia del platino, midiéndose, como hemos dicho, unas
veces la disminución de volumen, y otras veces la dis¬
minución de presión. El grisúrhetro que tengo el ho¬
nor de presentaros es el de Le Chatelier, que he em¬
pleado con frecuencia con buen resultado, pues sólo
requiere 30 cm.3 de gas para un ensayo, y se determina
fácilmente la milésima de grisú; si se tiene la precau¬
ción de mantener constante la temperatura del enfria¬
dor de agua que rodea al depósito de combustión por
medio de una circulación de dicho líquido, el cálculo se
reduce á tomar la mitad del coeficiente de la diferencia
de ha altura dada en'el grisúmetro por la presión baro¬
métrica

Para el reconocimiento del polvo de carbón en la


mina puede emplearse la lámpara de seguridad con la
llama corta, en la cual se verá arder el polvo en forma
de menudas chispas que pueden contarse. Para su de¬
terminación cuantitativa exacta, es necesario filtrar un
volumen conocido de aire al través de un filtro de algo¬
dón cardado.
Gases ulteriores á una explosión ó incendio, recono
cimiento y propiedades.—Yahemos dicho que, como con¬
secuencia de la explosión, se forma gran cantidad de
ácido carbónico, con menor proporción de óxido de car¬
bono , á expensas del oxígeno del aire, resultando un
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 373

gas muy tóxico, sobre todo por la presencia del óxido


de carbono, que puede encontrarse en la proporción de
3 y 4. por 100. y que , como sabemos, esfatal con 1 por
milésima hace
LOO á los pocos minutos, y á la ley de una

perder en media hora las facultades ambulatorias. El


ácido carbónico es fácil de reconocer enla mina por la
falta de combustión de las lámparas; en el laboratorio
por medio de disoluciones graduadas alcalinas, de pre¬
ferencia agua de cal ó de barita. El óxido de carbono es
de más difícil y en cantidades peque>
reconocimiento,
ñas, cuando el ácido carbónico todavía*no es nocivo á
la especie humana, puede reconocerse en la mina lle¬
vando ratones enjaulados en la visita de inspección. En
caso de muerte de estos ratones, queda hacer el recono¬
cimiento de su sangre en el laboratorio por procedi¬
miento colorimétrico. No vayaá creerse que lo mismo
podría conseguirse dejando jaulas con ratones en el
interior de la mina, pues de igual manera estos anima¬
les que el hombre sufren una cierta aclimatación que
les hace menos sensibles á esos gases nocivos. El ácido
carbónico, en dosis hasta de 10 por 100, tiene por efec¬
to acelerar la respiración para compensar la combustión

más lenta de la sangre en los pulmones; si la cantidad


de ácido carbónico excede considerablemente á este lí¬
mite, entonces su efecto es el de un anestésico, y se
citan casos, lo mismo en animales que en personas, de
vuelta á la vida después de un largo período de insen¬
sibilidad. El óxido de carbono obra como un veneno de
efectos comparables, con relación á la cantidad absor¬
bida, á los del ácido prúsico.
Causa de los accidentes. — Descritas ya las propieda¬
des del grisú, polvo de carbón é incendio de macizos,
se deducen fácilmente las causas que pueden motivar
374 MANUAL DE EXPLOSIVOS

la explosión por cada uno de estos agentes. El contacto


de una llama producida por una lámpara ó un barreno

puede dar lugar á la inflamación del primero ó de los


gases procedentes de un incendio, así como la explosión
de un barreno ó una explosión previa del
grisú puede
dar lugar á la inflamación del polvo de carbón.
Igual¬
mente
que la llama de una lámpara, la puede producir
la chispa eléctrica de un explosor, la producida
por el
contacto de dos conductores eléctricos ó las de
ruptura
del circuito en un
interruptor ó motor.
Otra causa de
explosión local existe cuando, habien¬
do un
incendio, en
vez de dejar un tubo de salida libre
á los gases de ésta
se le cierra por completo, pues en¬
tonces, en vez de existir dentro del macizo incendiado
una mezcla de gases combustibles
por bajo del límite
de inflamabilidad, que es
siempre superior al del grisú
(_el gas del alumbrado tiene 8'5, para el grisú 6'1), re¬
basa este límite haciéndose
explosiva y proyectando los
diques hacia fuera, con peligro de propagar dicha ex¬
plosión á otros lugares. Como causa que favorece estas
explosiones se ha hablado mucho de la baja barométri¬
ca, y yo creo, desde luego , que si ésta es muy sensible
en minas mal
ventiladas, no tiene gran importancia
cuando la ventilación es
muy activa. Desde luego po¬
demos decir que en las minas en donde el
grisú se en¬
cuentra á gran
presión, una baja barométrica de dos
centímetros no puede influir en el régimen de salida, y
cuando trata de labores
se
superficiales
en que el grisú
está ocluido á poca
presión, como hay
poca cantidad
sus efectos no
pueden ser muy importantes si, como
hemos dicho, la ventilación es buena. Donde una
baja
barométrica tiene más importancia es con los gases de
los rellenos, pues 2 cm. de depresión en 76, presenta un
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 375

aumento de 2'6 por 100, y por lo tanto, una salida de


esa parte proporcional de los gases de los rellenos. Pero
no basta saber esto, hay que tener en cuenta en cuánto
volumen de aire diluyen los gases. Si en estas minas
se

circulan 20 m.3 porsegundo y la baja barométrica tiene


lugar en cinco horas, su efecto será mucho más peli¬
groso que si se produce en veinte horas. Pero hay más:
ya hemos visto que los gases de los rellenos, á pesar de
contener mucho grisú, tienen cantidad bastante de
ácido carbónico para hacerle inofensivo en su mezcla
con el aire. De manera que antes de dar como un hecho

general esta causa de peligro, sólo puedo considerarla


como una agravante en condiciones muy especiales.

Precauciones contra las explosiones.—El método que


desde luego se nos ocurre como más natural para ha
cer inofensivo el gri-ú, es diluirlo en un volumen de
aire al menos 16 veces superior á él, no debiendo exce¬
der dicho gas de 2 !/2 por 100 en los avances y 1 '/« Por
100 en las corrientes parciales de retorno, y de 0'6 por
100 en la corriente general de retorno.
No me es cuestio¬
posible extenderme ahora en estas
nes de ventilación, pero ci eo que si bien presentan di¬
ficultades, y una buena ventilación constituye un arte
dentro de la ciencia minera, sólo por este medio pueden
alejarse las probabilidades de una explosión. Haciéndo¬
se caso omiso del problema de la ventilación y en la

exposición constante de encontrarse el minero en las


labores frente á una mezcla explosiva, el empleo de
buenas lámparas de seguridad es indispensable, y la
aplicación de las propiedades enfriadoras de las telas
metálicas, bien conocidas de ustedes, permite hoy día
al minero estar en una mezcla grisuosa en la cual esta

lámpara adquiera por un movimiento brusco una velo-


376 MANUAL DE EXPLOSIVOS

cidad momentánea de 10 ó 12 m.
por segundo, que trata
de proyectar la llama fuera. Esta inocuidad se ha con¬
seguido por el empleo de la doble tela de hilo de acero
en las lámparas Clany y Marsaut, aunque estas lám¬
paras lleguen á ser substituidas en lo porvenir por las
lámparas eléctricas. La propiedad que caracteriza á es¬
tas lámparas de seguridad es que en
una mezcla explo¬
siva de grisú la lámpara se apaga,
lo cual se ha conse¬
guido con certeza después de estudiar bien las dimen¬
siones de estas lámparas, circunstancias
que es indis¬
pensable tener muy en cuenta en las lámparas de ad¬
misión inferior, hoy día bastante usadas en las minas.
Todas estas lámparas tienen el defecto de
apagarse fá¬
cilmente por el choque,
las de admisión inferior, ade¬
y
más, por un movimiento rotatorio. Las lámparas de
admisión inferior tienen, como la
primitiva lámpara
Davy, más facilidad de volverse á encender que las de
admisión superior, en
que el ácido carbónico tarda' en
salir.

Queda otra causa de explosión que combatir, muy


importante, y que contribuye tanto á la inflamación
del grisú como á la del polvo del carbón ó á ambos con¬
juntamente, y que deriva del uso de los explosivos.
Por el empleo de los
explosivos sin llama, es decir,
sin gases incandescentes, se ha tratado de evitarla in¬
flamación del grisú
polvo de carbón empleándose va¬
y
rios medios para
rebajar en lo posible la temperatura
de explosión de los
mismos, aunque ésta no sea la úni¬
cavariable que haya que tener en cuenta. Estos efectos
han tratado de
conseguirse, unas veces por el empleo
de nitrato
amónico, como base de los explosivos reco
mendados por la Comisión francesa del
Grisú, por tener
dicho cuerpo una temperatura de
explosión teórica la
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 377

más baja conocida, de 1.130°. Otras veces se ha trata¬


do de producir este mismo efecto empleando parte del
calor de la explosión en volatilizar el agua de cristali¬
zación de ciertas sales como el sulfato de sosa ó de
magnesia, ó la volatilización de éstas, como el cloruro
ú oxalato amónico. En otros casos, se atiende á produ¬
cir la combustión á baja temperatura transformando el
carbón en óxido y no en ácido carbónico, efecto que se
combina generalmente con otra reacción, cual es la de
transformar parte del vapor de agua producido por la
explosión, en contacto con el carbono incandescente,
en gas de agua, fenómeno que se produce con absorción

de calor. Estas dos últimas reacciones se utilizan en las


carbonitas y dan como producto de la combustión gases
inflamables. Pero estos explosivos de seguridad, que
en las pruebas hechas en una mezcla explosiva en las
galerías de pruebas de Frameries, Consolidation y
otras, han dado buenos resultados, no tendrían ningún
efecto útil en las minas si se emplean con mecha capaz
de inflamar por sí sola el grisú ó con cápsulas bastante
pequeñas producir una explosión incompleta con
para
deflagración, propiedad que caracteriza á estos explosi¬
vos, llamados de seguridad y que resultan entonces
más peligrosos que la pólvora.

Vemos, por lo tanto, que no basta tener medios


para prevenirse contra los efectos del grisú, sino que

hay que saber usarlos, y así como las lámparas de se¬


guridad no basta que lo sean de nombre, sino que ne¬
cesitan estar en buen estado, los explosivos han de
usarse debidamente ó no usarse en manera alguna, y

y respecto á este punto es ya conocido cómo están cla¬


sificados los explosivos por la carga límite con que in¬
flaman al grisú; pero estos números no tienen valor al-
378 MANUAL DE EXPLOSIVOS

guno para el polvo de carbón, pues aquellos explosivos


que, produciendo gases inflamables, rebajan el peligro
de una mezcla gaseosa por alejar su ley de la de máxi¬
ma inflamación, al dar bocazo en un aire puro sin gri¬
sú pueden fácilmente la inflamación de los
provocar
gases producidos, con explosión subsiguiente del polvo
de carbón. Contra este peligro no hay más que un me¬
dio donde haya polvo de carbón, que es regar éste y no

emplear explosivos que den lugar á gases inflamables,


tomando todas las precauciones necesarias para que
los barrenos no den bocazo.
Una de las causas contribuyen á la formación
que
de gran cantidad de polvo de carbón
son las socavado-
ras mecánicas, y han de tomarse en su caso las precau¬

ciones necesarias para el polvo producido por éstas. Y

puesto que hablamos de explosivos, es natural tener


presente la importada que tiene el establecimiento de
las llamadas dinamiteras subterráneas en las minas gri-

suosas, que han de quedar á nivel superior al de las


un
labores en actividad, exentas de polvo de carbón las
galerías que á él conducen y bien ventiladas. Respecto
al modo de construir estas dinamiteras para que, en
caso de una
explosión, ésta resulte siempre local, ya
hablaremos en su día.
La otra causa de inflamación, que es por lo corrien¬
te eléctrica, donde tiene más probabilidades de ocurrir,
es en los motores de ventiladores y aparatos que se en¬

cuentran cerca de los avances. Para evitar una expío


si ón por estas causas nohay más remedio que circun¬
dar los aparatos de una envolvente enfriadora délos
gases inflamados en su interior, como se hace con las
lámparas de seguridad; pero aquí no basta una ni dos
telas, pues según las experiencias de Beyling, es me-
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 379

nester encerrar los motores en una caja de delgadas


chapas metálicas, puestas de canto y separadas entre
sí por intervalos qne no sean superiores á medio milí¬
metro.
Los incendios en consecuencias muy
las minas, de
graves en algunos casos, pueden prevenirse con bue¬
nos rellenos, especialmente el relleno
hidráulico, evi¬
tando el resquebrajamiento del carbón, y en caso de

existir, dando debida salida á los gases, limitándola


llegada de aire á ellos y empleando en caso necesario
las inyecciones de agua, y quizá mejor de ácido carbó¬

nico, aunque esta operación no sea fácil en la práctica


si estetrabajo no se hace por personal provisto de apa¬
ratos respiratorios. El establecimiento de un eyector de

vapor en comunicación con el pozo de entrada de aire,


que pueda transformarle en pozo aspirante en caso ne¬
cesario, puede ser de mucha utilidad para el ataque y
salvamento.
Es importante conceder á un incendio toda la aten¬
ción que se merece, pues si llegando á aumentar por
negligencia requiriese su extinción la presencia del per¬
mina, la ausencia de éste en otros
sonal directivo de la

lugares pudiera ocasionar descuidos que originasen á


su vez explosiones por abandono de la policía minera.
El mejor medio de seguir la marcha de un incendio es
hacer medidas sucesivas del ácido carbónico ó del óxido
de carbono en el aire procedente de la zona incendiada;
pues el contenido de ésta indica con seguridad el grado
de actividad del incendio y su marcha ascendente ó des¬
cendente. Ni la determinación del grisú ni la del ácido
carbónicopresenta ninguna dificultad en la práctica, y
puede decirse que es fácil de ejecutarla aun por perso¬
nas
que no tienen conocimientos especiales.
380 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Caso de una explosión. — En caso de ocurrir una ex¬


plosión, que por lo que ustedes ya saben ó me han oído
decir, es un problema muy complejo, es necesario antes
de todo, lo mismo que en una batalla, darse cuenta de
las posiciones del enemigo que
hay que combatir. De¬
pendiendo principalmente la vida del obrero de la ven¬
tilación, es necesario, simultáneo con la visita al inte¬
rior, marchar al ventilador de la superficie para ver en
el estado en que ha quedado éste; pues aun en el caso
de una explosión local pueden sentirse sus efectos me¬
cánicos en la bocamina; aunque sus efectos mortíferos
no
pasen del punto de origen. Para penetrar en la mina
con
seguridad no hay más remedio que vaya de avance
una cuadrilla de exploradores provista de aparatos res¬

piratorios y lámparas eléctricas, además de lámparas


de seguridad y jaulas con ratones, esto sin contar con
la toma de muestras de gases que han de ser mandadas
inmediatamente al laboratorio; de esta manera podrá
del
darse cuenta de la existencia del ácido carbónico y
óxido de carbono hasta dónde pueden llegar sus
y ver

compañeros desprovistos de aparatos respiratorios.


Para el avance con estos aparatos, que no puedo ha¬
cer más nombrarlos, pues han de ser objeto de
que
otra conferencia, es menester que los obreros del equi¬

po vayan provistos desde luego de sus boquillas ó cas¬


cos, pues el no respirar en estos aparatos más que des¬
de el instante en que hay peligro, puede ocasionar des¬

gracias que absorban desde luego la atención del per¬


sonal que los acompaña. Una de las brigadas ha de
marchar directamente al lugar de la explosión y dedi¬
carse á extraer á sus compañeros, y otra á conducir

aire á esas labores y á otras más lejanas, disponiendo


lo más pronto posible la recomposición de las puertas
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 381

de ventilación para no llevar el aire impuro á puntos


más distantes en donde entonces pudieran no haber
ocurrido desgracias, pero que podrían ocurrir después
si parte de los gases mefíticos de la explosión llegasen
á dichas labores hasta entonces indemnes. En muchos
casos corriente del lugar
será recomendable reforzar la
de la catástrofe á costa de las demás corrientes de la
mina después de haberse asegurado de que el personal
correspondiente á estas últimas no corre peligro.
No debe abandonarse el salvamento por creerse que

hayan fallecido los compañeros, bien porque no contes¬


ten á las llamadas ó porque, según las «ideas predomi
nantes, haya el convencimiento moral de que están
muertos, pues el problema de la vitalidad humana es
demasiado complejo para obrar por impresiones, y lo
mismo que no es posible condenar á muerte á los crimi¬
nales sin pruebas, no debe considerarse muertos á los
mineros sin pruebas efectivas de que lo están. Es muy
cierto que el conseguir esto, á veces se hace con expo¬
sición de parte del personal, y aun hay casos de haber
ocurrido una nueva explosión mientras se verificaba el
salvamento. Por esta razón es indispensable ante todo,
como he dicho en un principio, conocer perfectamente

las causas que han originado la explosión y deducir en¬

tonces, aun con exposición de parte del personal, si


conviene verificar desde luego el salvamento, ó es in¬

dispensable esperar algún tiempo antes de penetrar


más adelante, porque es evidente que si la explosión ha
tenido lugar por causa de un soplado de grisú cuyo gas
se ha hecho explosivo al ser mezclado con el aire, po¬

drá producirse una nueva explosión de grisú si conti¬


nuando el desprendimiento de este gas llega á formar¬
se una nueva mezcla explosiva con el nuevo aire que se
382 MANUAL DE EXPLOSIVOS

conduce á las labores, mezcla que llega á inflamarse

por restos de combustión que quedan de la primera ex¬


plosión. Esto puede preverse en cierto modo examinan¬
do cuanto antes la cantidad de grisú contenido en el
aire que salga de los avances, en el laboratorio
y no en
la lámpara de seguridad, pues si este gas está mezcla¬
do con gran cantidad de ácido carbónico procedente
de
la explosión, las indicaciones de ésta no serán exactas.
Por estas razones creo, y visto lo complejo del proble¬
ma, que en toda explotación importante debe haber
entre los ingenieros
y capataces algún veterano que
haya asistido, á explosiones de alguna impoitancia.
Debemos decir aquí de todos modos, que cuando una

explosión reviste el carácter general, sus efectos mecá¬


nicos son tales, que llegan á interceptarse casi todas las

galerías como ha ocurrido en Courriéres; pero esto no


quita que el establecimiento de una buena ventilación
desde un principio, es el único medio de dar
tiempo á
encontrar vivos los obreros que
queden en las culatas
después de haber levantado los hundimientos.
Como he dicho antes, se comprende desde luego la

importancia que ha de tener para ejecutar un buen sal¬


vamento minero, una ventilación establecida sobre
buenos principios científicos, siendo la ventilación dia¬
gonal la única que permite su reposición fácil y rápida
después de una explosión y la evacuación de los tapo¬
nes de tufo que matan á los sobrevivientes al tratar de
escapar. No es posible dar reglas de salvamento espe¬
ciales á los obreros, sólo puedo decir que en general
conviene esperar á que con la ventilación se hayan
marchado los gases mefíticos, aunque esto no siempre
da buenos resultados, pues con referencia á Courriéres

podía referir casos de obreros que se han salvado


APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 333

esperando en una culata y otros se han salvado atra¬


vesando un tapón de gases, si bien es verdad que en el
salvamento de esta mina hubo que invertir la ventila¬
ción y ésta quedó parada ó indecisa bastante tiempo.
Respecto al salvamento de los obreros por sí, se han
ideado aparatos de autosalvamento pequeños, que los
obreros llevarían consigo á los tajos y que les permitie¬
ran atravesar las zonas mefíticas para llegar, bien á
cámaras de salvamento donde haya repuesto de oxíge¬
no
y alimentación, ó bienal pozo mismo; pero sobre
esto, de utilidad no experimentada y quizás dudosa, no
tengo para qué extenderme en esta conferencia; sólo
me
queda que hablar, para terminar, sobre la impor.
tancia del primer socorro , y sin referirme á la curación
de heridas, en la cual lo más importante es el dar ins¬
trucción á los obreros para que sepan hacer á sus com¬

pañeros una ligadura provisional, y recomendar la di¬


solución acuosa de ácido pícrico como un calmante
para los dolores de las quemaduras, y que, según las
referencias del ilustrado médico de las minas de Sabe-
ro, Sr. Azcárate, da también muy buenos resultados
para su curación, debo indicar la distinción importante
que existe entre la asfixia por ácido carbónico y por
óxido de carbono. El individuo asfixiado por ácido car¬
bónico que no está muerto puede ser fácilmente vivifi¬
cado por la respiración artificial, porque el oxígeno tie
ne igual afinidad para la hemoglobina que el ácido car¬
bónico; pero el asfixiado por óxido de carbono, como
sufre además un envenenamiento, ha de ser tratado

por otros medios , hoy día poco conocidos. Las cámaras


de oxígeno comprimido no han dado resultados prácti¬
cos, pues aunque en ellas viven los animales sometidos
á la experiencia, gracias al oxígeno disuelto en el pías-
384

ma de la sangre, mueren al salir al exterior, pues el


oxígeno, aun á presión, es incapaz de desalojar el óxi¬
do de carbono combinado á la hemoglobina.
Por estas razones, y después de proveerá los me¬
dios de dar calor al cuerpo del asfixiado que se enfría,
no
queda más, á mi entender, mientras no se descubra
otro medio, que el empleo de la sangría hecha
en el pe¬
riodo de estupor, seguida, en su caso, de una inyección
de suero artificial; por este medio se consigue que, sa-
saliendo parte de la sangre saturada de óxido de carbo¬
no se
generen,si el individuo está vivo, nuevos glóbulos
capaces de absorber el oxígeno y de activar las funcio¬
nes vitales. Este método
que aquí preconizo, y emplea¬
do ya en el tratamiento de la uremia, lo he visto par
cialmente corroborado por referencias á observaciones
hechas en las minas de Melendreros y Sabero.
No pue lo extenderme más en este asunto, y los que

hayan oído con gusto esta Confencia, podrán ir á escu¬


char su ampliación en la Escuela de Minas.— He dicho.

HERRAMENTAL DEL MINERO.

Son sencillas las herramientas del minero, pues


se reducen á la barrena, cuchara y atacador, y como
auxiliares el martillopesado de hierro de mango
largo y la palanqueta, también de hierro.
Estas herramientas, ha de advertirse, que se
aplican cuando el trabajo se hace á mano. En las
grandes explotaciones y obras en que el trabajo ma¬
nual se substituye por las aplicaciones mecánicas, se

emplean máquinas perforadoras, eléctricas, hidráu-


APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 385

licas ó de aire comprimido, montadas sobre trípodes


ó sobre vagonetas, que\lan considerable rendimien¬
to y producen enorme economía.

Circunscribiéndonos al trabajo á brazo, indicare¬


mos
ligeramente el modo de efectuarlo.
Barrena.—Consiste en una barra de acero, pro¬
vista en uno de sus extremos de una boca á cincel
de acero bien
templado, de anchura un poco mayor
que el diámetro de la barra: la longitud de ésta de¬

pende de la profundidad á que se quiere perforar;


el diámetro del que se desee obtener para el ta¬
ladro.
Cuchara.— Es una varilla de hierro, en cuya ex¬
tremidad lleva paleta inclinada, y se destina
una

á de
extraer
tiempo en tiempo el barro producido
por la barrena, limpiando así el agujero y facilitan¬
do el trabajo.
Atacador.—Está formado por una tira de madera
dura de menor diámetro que el barreno. Jamás debe
usarse el atacador de hierro.
Martillo.— De forma de mandarria, de 2 kg. de
peso, con mango de fresno de 75 cm. á 1 m.

MANERA DE TRABAJAR.

Si se emplea barreno profundo, el operario,


des¬
pués de enterarse de la dirección que ha de dar al
taladro, lo inicia con una barrena corta, cogiéndola
con las dos manos, en tanto
que otro obrero golpea
386 MANUAL DE EXPLOSIVOS

en su extremo con la mandarria. Al llegar á determi¬


nada profundidad, el minero puede trabajar sin au¬
xilio ajeno á golpe de mano. A cada golpe se da un
ligero giro á la barrena. De vez en cuando, se echa
un
poco de agua en el barreno, para que no se des¬
temple la boca de la herramienta y para suavizar la
roca y hacer más fácil el
trabajo. A fin de que esta
agua no salpique ai exterior, se ensarta en la barrena
una rodaja de goma ó de cuero, que tapa la entrada.

De tiempo en tiempo se saca la barrena y con la cu¬


chara se atrae el fango del fondo del barreno. Una
vez concluido el barreno, se adiciona más agua, y se

extrae todo el fango, procurando quede bien limpio,

y luego se tapa la boca con un papel ó trapo ó con


un tarugo de madera, hasta que llegue el momento

de cargar.
La dirección que debe darse á los barrenos es
muy importante y ha de señalarla el ingeniero y vi¬
gilarla frecuentemente el capataz.
Cariuchos, mechas y detonadores. —Los cartuchos
suelen contener 200 g. de explosivo, en forma de ci¬
lindro alargado de diámetro algo inferior al del ba¬
rreno, y envuelta de papel parafinado, azul para
la dinamita núm. 3, y amarillo para la dinamita nú-
tnero 1 de La Unión Española.
La mecha, caso de no emplearse cebos eléctri¬
cos, es la tan conocida bickford, que consiste en un
alma central de polvera, rodeada por doble vuelta de
filástica y embreada exteriormente. Suele tener una
velocidad de combustión de dos minutos por metro.
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 387

Conviene mucho cerciorarse de antemano de este ex¬

tremo, al recibir una partida de mecha.


Los detonadores más usuales están formados por

cápsulas de latón ó cobre, en cuyo fondo (figura 60.*)


ya una cantidad de fulminato de mercu¬

rio, que varia según la inercia del ex¬


plosivo que se aplique.
Advertencias. — Los explosivos y me¬
chas deben tenerse en un almacén seco,

separado del sitio donde trabaja la cua¬


drilla, aislado por un terraplén, y á ser
posible enterrado. Los detonadores, de¬
ben guardarse en otro local separado
del almacén de explosivos y á bastante
distancia. Cuando la dinamita se con¬

gela, es más peligrosa; nunca se recu¬


rrirá al fuego deshelarla, jamás se
para
hará uso de sartén,
cazo ó plancha de Fig. 6o.A
hierro para ello. Sométasela á un calor
moderado, al sol ó enterrándola en estiércol. La
práctica contraria ha dado lugar á muchas desgra¬
cias.

CARGAR Y CEBAR.

Antes de cargar el barreno y en un sitio retirado,


separado del tajo donde están los mineros, se proce¬
de á cortar las mechas de longitud proporcional al

tiempo calculado como necesario para escapar y po-


388 MANUAL DE EXPLOSIVOS

nerse fuera del alcance de las piedras y materias


proyectadas.
La sección se ha de dar inclinada, en corte
de
pluma, por deba introducirse en la cáp¬
el lado que
sula. Sirve para esto la tenaza-tijera (figura 61.a).

Después se introducen las mechas en los cebos como


indica la figura 60.&, procurando llegue al contacto

Fig. 6i.a

con el fulminato, seguida se da gollete á la boca


y en
de la cápsula sujetarla á la mecha, por medio
para
de la tenaza, procurando hacerlo con poca presión
y sin precipitarse, á fin de que no se mueva el ful¬
minato.
Hecho esto, se descubre uno de los extremos del
cartucho y se hace en el explosivo, con una varilla
cíe madera un hueco para la cápsula. Colócase esta
II

APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 389

dentro y sujétase con una atadura al papel parafina-


do, cual indica la figu¬
ra 62.a
Para efectuar la car¬

ga, se introduce en el ba¬


rreno el cartucho ó cartu¬
chos que han de actuar,
acompañando cada uno
con el atacador de made¬

ra, y apretando lo sufi¬


ciente para que quede
bien pegado al fondo y
adosado á las paredes del
barreno (figura 63.a)
Esto es
Fig. 62.
muy conve-
niente para obtener todo el rendimiento de que sea
capaz el explosivo, y á veces, para
conseguir que el cartucho se ado- Fj
se á las paredes,
se le hace en la
cubierta una hendidura lateral, á
fin de que al apretar con el ataca¬
dor se expansione. Si se emplean

cargas de más de un cartucho, el


detonador y mecha van en el últi¬
mo que se introduce. Caso
de ser
varios, puede intercalarse una cáp- | |¡
sula en alguno de los intermedios.
Introducida la carga, se pro-
Fig Ó3 a
cede al atraque con el atacador de
madera, aplicando tierra sin chinas, algo humectada,
390 MANUAL DE EXPLOSIVOS

apretando con el atacador de madera, cuidando de no


romper la mecha. También el agua puede servir de
atranque. La figura 64.a representa un barreno carga¬
do y atracado con la mecha dispuesta para dar luego.
Precaución.— Las operaciones de cebar los cartu¬
chos deben hacerse lejos del polvorín y de la obra;

Fig. 64.a

las de carga, se encomendarán á hombre de toda


confianza, el que se encargará también de dar fuego
con
yesca ó mecha, después de dar tres toques de
silbato ó de cuerno, con intervalo suficiente para que
todos los obreros se pongan á salvo. En el polvorín
no se entrará con
fósforos, ni con zapatos herrados,
ni bastones, ni paraguas; jamás se fumará cuando se
estén cargando barrenos ó cebando cartuchos, ni ea
las inmediaciones del polvorín. Las mechas deben
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 391

sobresalir del barreno lo suficiente para dar fuego


con comodidad, y rapidez y para dar tiempo á que se

ponga á salvo el que las da fuego, adosándoles al


final un poco de yesca (figura 64.a)
Precaución.—Dice Eissler: Si V. estima en algo sus
dedos y no quiere exponerse á quedarse sin ellos, jamás
juegue conlas cápsulas, ni se entretenga en deshacerlas
para ver qué tienen dentro.
Ei capataz se encargará de contar las explosio¬
nes, y, en caso de duda, no permitirá que nadie se
acerque hasta tiempo prudencial.
que pase
Observación.—El trabajo del minador, tiene que
adaptarse á la clase de material y al objeto que se
persigue: así que difiere el aplicado , por ejemplo, en
una cantera del que hay que realizar en una mina

de carbón: estas reglas competen al ingeniero, en


vista de los resultados prácticos, pues no sólo afec¬
tan á la forma y dirección de los barrenos, sino á la

clase de explosivo que convenga usar, ya para pro¬


ducir efectos muydemoledores, ó bien para arrancar
grandes bloques de piedra ó trozos de carbón ó de
mineral de determinadas dimensiones, así como para

graduar la forma y sección de las galerías de mina


y de los túneles.

APLICACIONES Á LA AGRICULTURA.

Extracción de cepas y raíces de grandes árboles.—


Además de las talas de árboles por medio de los ex-
392 MANUAL DE EXPLOSIVOS

plosivos, que describiremos al tratar de las aplicacio¬


nes militares (1), ofrece su uso gran economía para
la extracción de las
cepas y
raíces.
Las figuras do.a y ód.a
dan idea del resultado que

puede obtenerse; represen¬


tan la cepa y raíz de un viejo

nogal blanco de 750 cm. de


diámetro, antes y después
.

0 de la explosión de una car-


Fig. 65.a ^
ga colocada debajo.
La de operar es como
manera
sigue: practíquese
con una barreta un barreno entre dos raíces, en di-
'

rección inclinada ha¬


cia abajo, hasta lle¬
gar al corazón ó cen¬
tro de las raíces, co¬
locando en el barre¬
no
de
una
carga
dinamita de 1
kg. y
atracando después
con tierra húmeda,
fango, agua ú otro
66-
material análogo,
con exclusión de piedras. El agua tiene la
ventaja de
consolidar el terreno alrededor de la carga, así que

(1) Realmente, la mayor parte de las aplicaciones llamadas mili¬


tares son también frecuentes en los
trabajos civiles y viceversa.
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 398

debe echarse en abundancia aunque se aplique otro


otraque.
Si se perforar por un costado la raíz,
dificulta
por hallarse ésta elevada con relación al terreno, se
practicará un barreno horizontal por debajo, hasta
llegar lo más cerca posible del centro, procurando
remover el terreno lo menos que se pueda. Si la

carga queda del centro, debajo de la raíz, el


cerca
atraque se hace como de ordinario, pero si queda á
un costado, debe reforzarse abriendo un hoyo alre¬

dedor de la boca del barreno y rellenándolo con


fango y agua, de modo que el cierre sea lo más com¬
pacto posible. En el caso en que la raíz ó el tronco
ofrezcan alguna oquedad ó grieta, puede aprove¬
charse para colocar la carga, tapándola después re¬
sistentemente. La cepa representada en la figura 65.a
hubiese exigido el trabajo de dos hombres fuertes,
durante dos días, para ser extraída, y en pocos mi¬
nutos qüedó arrancada toda por la explosión, con la
ventaja de que resultó troceada por completo en
numerosos fragmentos aprovechables, quedando tan

sólo en el hueco pequeñas raíces.


No se olviden las precauciones usuales, pues los
trozos grandes saltaron á 5 ó 6 m. de distancia y
otros más pequeños fueron proyectados á 40 me -
tros.

Si la raíz fuese más pequeña, se procede-de modo


análogo, reduciendo la carga.
Se obtendrá, por tanto, gran economía de tiempo
y de dinero.
894 MANUAL DF, EXPLOSIVOS

Rotura de grandes piedras.—Las figuras 67.a y 68.a


representan la rotura de una piedra, que pesaba 10
toneladas, por medio de los explosivos. Para trocear¬
la, se practicó con la ba-
rrena un taladro en el
.
terreno, hacia el centro
de la roca, colocando en
él la carga de dinamita y
atracando fuertemente,
como en el caso anterior.

Fjcr Ó7 a Si
la
no se puede colocar
carga en el centro y
bajo la roca, procédase en forma
llegue lo más
que
posible á dicho logar, y si presenta grieta ó abertu¬
ra
puede aprovecharse para colocar la carga. Esta
destrucción, que hu-
biera empleado dos

ó llenos de raíces,
puede limpiarse por

Fig 6g a estos medios, con


dos ó
hombres, tres
en
día, aprovechando la madera para el fuego y
un

la piedra para construcciones, con muy reducido cos¬


te. Las estaciones más favorables para este trabajo
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 395

son el otoño y la primavera, que es cuando la tierra


está saturada de agua, lo que favorece el efecto de
los explosivos.
de hielo está sobre
Rotura del hielo.—Si la capa
el agua, coloqúese la carga explosiva en el agua,
debajo del hielo y en contacto con él. Si el hielo está
separado del agua, hay que proceder en forma aná¬
loga á la descrita para romper una piedra.

CAÑONES GRANÍFUGOS.

Empiezan á tomar carta de naturaleza en España


los modernos procedimientos agrícolas, que tienen
por objeto, no sólo abaratar la producción y hacerla
más fructífera mediante la perfección de los cultivos
que se basa en la aplicación de la maquinaria agríco¬

la, de los abonos y del riego, sino el de preservar las


cosechas de los estragos que sobre ellas producen los
fenómenos atmosféricos.
La ejemplo, se combate mediante
helada, por
preservativos físicos, cual es el humo, y otro de los
grandes azotes de los sembrados, que es el granizo,
se contrarresta por el quebrantamiento de las nubes

que lo producen, á impulso de fuertes detonaciones


que las transforman en inofensiva lluvia.
Uno de los sistemas ideados con este objeto, está
vinculado en destruir el nublado á cañonazos. Se
sigue en el extranjero y ha empezado á usarse en
España, mendo ensayado con éxito, desde hace tres
396

años, en la Granja agrícola de la Azucarera, de Ma¬

drid, enclavada en el valle del Jarama (Poveda).


Su incansable director, el Excmo. Sr. D. Miguel

Díaz, no perdona medio de enseñar la moderna agri¬


cultura á nuestros atrasados labradores, y entre
ellos implantó la defensa contra el granizo por los

Fig. 69.a

cañones y cohetes granífugos. Al efecto, tiene esta¬


blecidas diferentes estaciones de cañones, en com¬
binación con otras de cohetes, cubriendo la extensa
zona de más de 40 km.
que se extiende desde San
Martín de la Vega á Mejorada del Campo (1).

(1) Merece mención por su entusiasmo á faror de estas mejoras, el


entusiasta ingeniero agrónomo D. Guillermo Quintanilla.
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 397

Los cañones allí empleados, tienen por objeto


lanzar contra la nube bombas de alta fuerza deto¬
nante.
Consiste el cañón en un tubo de bronce A (figu¬
ra
69.&), sujeto á una peana de madera B, para darle
estabilidad. Es, pues, una especie de mor¬
terete que se carga con uncartucho (figu¬
ra 70.&) formado por una cargade pólvo¬
ra^ á la que va unida una fuerte bomba b
con espoleta
c de tuétano de pólvora; al
saquete va unida la mecha. Para cargar,
se inclina un poco el cañón y se deja res¬

balar el cartucho hasta que toque al fondo,


asomando por la boca la punta de la me¬
cha. Al presentarse la nube peligrosa, se i
empieza el cañoneo desde diversas estacio-
nes, que dirigen sus disparos contra ella: ^||r
entre disparo y disparo, debe procurarse P
pasar el escobillón y que no queden res- p¡„ a
tos encendidos dentro del cañón, que se¬
rían peligrosos al cargar el siguiente, pues podrían
producir explosiones prematuras.
Tenemos entendido, que una Comisión de inge¬
nieros agrónomos, unida al Cuerpo de Artillería del
Ejército, estudia el modelo de cañón y cohete graní-
fugo más económico y seguro, para aplicarlo en ma¬
yores experiencias, análogamente á lo que sucede en
otros países, donde los agricultores sindicados sos¬

tienen amplia red de defensa de viñedos y sembra¬


dos, contra las tormentas de granizo.
398 MANUAL DE EXPLOSIVOS

COHETES GIIANÍEUGOS.

De todos los medios empleados, hasta la fecha,


para combatir las borrascas atmosféricas y evitar
que el pedrisco destruya en un momento las cose¬
chas, que son la esperanza del agricultor, el más
práctico, sencillo y económico es el empleo de los
cohetes granífueros de gran detonación.
El empleo de los cañones ha venido á completar¬
se con el cohete
granífugo, adoptado últimamente
en el
Congreso internacional contra el pedrisco, cele¬
brado en Lyon (Francia). Las ventajas de este nue¬
vo sistema sobre el antes citado son las
siguientes:
1.a Ahorro de la instalación del cañón granífugo.
2.a Manejo y disparo más fácil y menos peli¬
groso.
3.a Economía.
4.a Comodidad de disparar cada cohete en el sitio
donde sea más preciso.
5.a Mayor alcance de la detonación.
6.a Seguridad absoluta en la explosión de cada
bomba.

Además, los citados cohetes reúnen otras condi¬


ciones de carácter más secundario, pero muy dignas
de tenerse en cuenta para el buen resultado. Una de
las más principales, es la facilidad con que éstos
rompen las
capas del aire para elevarse hasta llegar
al punto de su explosión, mientras que las bombas
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 899

ó petardos disparados con cañón se desvían fácil¬


mente.

Los cohetes granífugos pueden ser disparados


con toda confianza por cualquier persona, sin el me¬
nor
peligro. Para el objeto á que se destinan, la al¬
tura que alcanzan varía de 450 á 500 m., que es la
calculada aproximadamente sobre la distancia donde
se desarrollan los temporales atmosféricos.
Su eficacia para combatir el pedrisco, queda de¬
mostrada en cuantas ocasiones se hace uso de ellos,
y por el sinnúmero de artículos y certificados de va¬
rias corporaciones y entidades que continuamente
son
publicadas en las Revistas agrícolas de todos
los países.
Observaciones para, el disparo de los cohetes y me¬
dios para combatir el pedrisco.— Se colocarán en el

campo que convenga defender unos postes ó made¬


ros de 2 á 3 m., clavados al suelo (no muy fuertes) en

hoyos de 50 cm. de profundidad, en cuyos maderos


se
pondrán dos anillas para hacer el disparo acondi¬
cionándolos de manera que puedan inclinarse algo
hacia la parte que sea preciso (fig. 71.a).
Dichos postes deberán instalarse á la distancia
de 500 m. unos de otros, y si se quiere, para res¬
guardarse de la lluvia, al lado de cada uno, puede
arreglarse una barraca ó cobertizo con maderas ó
ramajes.
Para hacer los disparos, antes deberá inclinarse
el poste ó madero ya citado en dirección contraria
del viento, de manera que si éste fuese del Norte se
400 MANUAL DE EXPLOSIVOS

inclinará el palo un poco hacia el Sud, bajándose más


ó menos
según la violencia del viento, al objeto que

Fig. 71.
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPO SIVOS 401

al subir al aire el cohete pueda adquirir la dirección


necesaria.
Cuando se tiempo borrascoso, hay que estar
nota

prevenidos, al oirse el primer trueno deben apre¬


y
surarse á empezar
los disparos. Se tendrán en cada
cobertizo media docena de cohetes, y al llegar el mo¬
mento oportuno se colocará un cohete en el poste,

pasando la rabisa por las dos anillas que habrá en


aquél, y al instante se dará un tirón á la cinta que
va al lado del cohete para descubrir la boca (ésta
va
tapada resguardarla de la humedad). Se
para
harán salir después las mechas al exterior, podien¬
do encenderse en el acto por medio del bota-fuegos
que acompaña á cada cohete.
Generalmente, para detener y evitar los desas¬
trosos efectos pedrisco, basta el disparo de tres
del
á cuatro cohetes granífugos; sin embargo, conviene

que los encargados de esta operación, no dejen el

campo hasta después que haya desaparecido la tor¬


menta, para reanudar los disparos en caso que fuese
necesario.
explosión que produce el petardo que lleva el
La

cohete, deshace las tormentas de granizo, causando


con la violencia de su detonación, la descomposición
de la nube, consiguiendo que el pedrisco se convier¬
ta en menuda lluvia.
Como medida de orden económico, se fabrican co¬
hetes de dos tamaños, elevándose aproximadamente
á la misma altura unos que otros, y consistiendo la
variación en la intensidad de la detonación. Natu-
86
402 MANUAL DE EXPLOSIVOS

raímente que el efecto de ellos no es el mismo, pues


es más rápido y seguro cuanto mayor sea la explo¬
sión; mas de todas maneras, ambos tamaños dan
buen resultado.
Los precios de estos cohetes fabricados por Es¬
pinos, Reus (Tarragona), son los siguientes:

Cohetes granífugos núm. 1, á 30 pesetas docena.


Id. id. núm. 2, 60 id. id.

Embalaje y gastos de envío á cargo del com¬


prador.

CLAVADO DE PILOTES.

pesado trabajo del martinete, para clavar pilo¬


Al
tes en de sustituir la presión pro¬
el terreno, se trata
ducida por la explosión de cartuchos reducidos, de
dinamita, sobre la cabeza de los pilotes.
Las experiencias más importantes, se han reali¬

zado en Bnda-Pesth, por el teniente de Ingenieros


austríaco Pradonovié.
procedimiento, en adosar á la cabeza
Consiste el
del pilote de madera una pesada pieza de hierro, en¬
cima de la cual se colocan los pequeños cartuchos,
cubriéndolos con otra caperuza resistente y dándoles
fuego por electricidad.
El sistema parece racional y económico, pero no
tenemos noticia de que se haya extendido en el te-
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 403

rreno de la práctica, si bien parece posible que los


modernos explosivos pícricos, de sencillo manejo y
completa inercia, podrán facilitar estas aplicaciones.

SEÑALES MARÍTIMAS CONTRA LA NIEBLA.


PETARDOS DE GRANADA.

También aplican los modernos explosivos, para


se

producir señales que orienten á los buques en casos


de niebla. Acerca de esto reproducimos las siguien-
guientes pruebas:

"Obraspúblicas. — Cuerpo Nacional de ingenieros de ca¬


minos, canales y puertos.—Servicio Central de señales ma¬
rítimas.— El ingeniero encargado del montaje del apa¬
rato del nuevo faro de la Galea en el Abra de Bilbao,
me dice fecha del 18 lo que copio: "En la
con
imposibi¬
lidad de observar desde la mar á causa del temporal
reinante, el efecto de los petardos para señales sonoras
en tiempo de niebla, enviados por la fábrica de pólvo¬
ras y explosivos de Granada, dediqué la mañana del
15 del corriente á observaciones á pequeña distancia,

situándome á unos 200 m. de la garita donde se dispa¬


ran los petardos. Ordené al torrero que disparase tres

petardos, con la menor separación posible de tiempo


entre uno
y otro, y en el orden siguiente: petardo de al¬
godón-pólvora, fabricado en Granada; petardo inglés
y petardo de picrinita; y que pasados cinco minutos
disparase en el orden que quisiese, y siempre lo más se¬
guidamente posible, 21 petardos más, siete de cada cla¬
se, anotando al hacer cada disparo la naturaleza del
404 MANUAL DE EXPLOSIVOS

petardo. Entre tanto, el que suscribe apuntaba la so¬


noridad de cada estampido, calificándolas de media¬
nas (m), fuertes (/"), ó muy fuertes (F). Reunidas am¬
bas listas, la llevada por el torrero y la llevada por el
que suscribe, resultó el estado siguiente:

Disparos preliminares.

Núm. Clase del petardo. Sonoridad.

1 Algodón-pólvora de Granada m
2 Idem id. inglés m
3 Picrinita de Granada F

Disparos sucesivos.

1 Algodón-pólvora inglés m
2 Picrinita de Granada F
3 Algodón-pólvora inglés , m
4 Idem id. de Granada m
5 Picrinita de id F
G Algodón-pólvora inglés m
7 Picrinita de Granada F
8 Algodón-pólvora de Granada m
9 Idem id. inglés w
10 Idem id. de Granada f
11 Picrinita de Granada F
12 Algodón-pólvora inglés vi
13 Picrinita de Granada F
14 Algodón-pólvora de id wi
lo Idem id. de id í
10 Idem id. de id ' í
17 Idem id. inglés wi,
18 Picrinita de Granada F
19 Algodón-pólvora de id f
20 Idem id. inglés /
21 Picrinita de Granada.. F
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 405

La m, correspondiente al disparo núm. 17 , indica


que su sonoridad cayó por bajo de las calificadas como
medianas. Como el humo de la explosión de la picrinita
difiere notablemente del de la del algodón-pólvora, pasa¬
dos los tres disparos preliminares, se hicieron las obser¬
vaciones sin mirar al aparato desde el cual se dispara¬
ban los petardos, á fin de evitar todo género de suges¬
tión en el observador. La superioridad de los cartuchos
de picrinita queda á mi entender perfectamente compro¬

bada,,. Con posterioridad, según me manifiesta verbal-


mente el citado ingeniero, intentaron salir al mar para

comprobar los efectos de los petardos, pero empeorán¬


dose su estado tuvieron que desistir de ello. El ingenie¬
ro
jefe de Obras públicas de Bilbao dispondrá se lleven
á cabo estas pruebas y dará cuenta del resultado, no

pudiendo ya presenciarlas el ingeniero afecto á este


Servicio central, que ha regresado á Madrid para ocu¬

parse de otras atenciones del servicio. Lo que tengo la


satisfacción de poner en concimieuto de V. S. Dios

guarde á V. S. muchos años. Madrid 22 de Marzo de


1905.—El ingeniero jefe, Guillermo Brockmann.

TRABAJO DE CANTERAS.

La aplicación de los explosivos en las canteras,


tiene que hacerse con gran conocimiento; una can¬
tera de mármol, por ejemplo, puede inutilizarse por

la aplicación poco pensada de barrenos cargados con


explosivos fuertes ó rompedores. Debe, pues, proce-
derse con toda clase de precauciones en esta clase de
trabajos, según el resultado que se pretenda obtener.
406 MANUAL DE EXPLOSIVOS

En todos los trabajos, la voladura de rocas,


para
ha de tenerse en cuenta que el explosivo debe actuar
según la línea de menor resistencia, ó sea
la más corta distancia entre el fondo del
A barreno y la cara abierta ó libre de la roca.
Suponiendo que ef es la cara libre, figu¬
ra 72.a;
se puede establecer como regla,

o que la inclinación del barreno ab con esta


I! cara no debe exceder de 45°. Cuando se
emplee para la carga pólvora ordinaria,
¡Mj si el ángulo es demasiado grande, el re-

Fjg 72 a sultado será que no romperá por el fondo,


sino como indica la figura 73.&
En una roca de formación compacta, figura 74.a',
el barreno ab debe ser paralelo á la cara libre ecif,
y en este caso, la explosión arran¬
cará el block eadf,
Hay aún otras causas que influ¬
yen en el efecto de un barreno y

que son aplicables á toda clase de


explosivos:
1.a La forma en que la roca se

presenta, la dimensión y número


de las caras abiertas ó libres, la
forma de la
pieza que se desea arrancar (si este es
el objeto), y la dimensión de la sección transversal
de la cara, si se trata de un trabajo inicial.
2.a La textura de la roca, á saber: si es dura ó
blanda, compacta ó suelta, quebradiza ó consistente.
Es decir, que no puede trabajarse de igual modo el

1
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 407

granito y similares, que la piedra arenisca, la piza¬


rra, etc.
3.a La extructura de la roca, si se presenta en
forma laminar, ó en estratifica¬
ciones, ó fisurada, maciza ó con
roturas. En los túneles, por ejem¬
plo, de la dirección ó buzamiento
de las estratificaciones, depende
la forma de los desprendimien¬
tos producidos por las explosio¬

nes, y por tanto, el modo más


conveniente de atacar las capas,

que puede ser por el fondo ó piso


de la galería ó hacia el techo. Fig. 74.a
4.a La elasticidad de la roca.

5.a La clase de explosivo usado.


6.a Si el barreno ha de actuar aisladamente ó en
simultaneidad con otros.
En este último caso, la
cuestión estriba en lograr
que las onda3 oscilatorias,
actúen en concierto, para

ayudarse entre sí.


7.a La naturaleza y
fuerza de la cápsula deto¬
nante y del atraque.
El trabajo se hace, en
la mayoría de los casos, 7^a
en un plano horizonzal ó en

dirección inclinada. Para esto, figura 75.a, se dan


408 MANUAL DE EXPLOSIVOS

varios barrenos a, a, a, y las superficies


ele renova¬
ción que producen se agrandan por
otros b, b, b, y
las de éstos por otros c, c, c. Quedará así realizada
una reunión horizontal fh
y vertical d f,
procedien¬y
do de modo semejante obtendremos las^'A
y gj, lm
y jl, formándose la línea de escalones d, f, j, l, ni,
con lo cual
queda constituido un tajo en escalones,
donde se puede colocar cada vez mayor
número de
mineros, cuidando siempre de que los primeros ba-
rrenosque se disparen en
caua serie sean los de los
bancos ó escalones más
bajos, porque de otro
modo las produ¬
roturas
cidas por los de arriba
podrían perjudicar á los
de abajo y hasta producir

Fig. 76.a su
explosión prematura.
El trabajo en plano
inclinado, se dispone indica la figura 76.a, em¬
como
pezando por barrenos de profundidad fg, lii, á
poca
fin de sacar las secciones
bea, deb y dejar libres las
caras
be, de, con lo que ya se podrá seguir el ata¬
que como antes. Este método, ofrece la ventaja eco¬
nómica, de preparar la cantera de modo que pueda
trabajarse simultáneamente en varios bancos, lo que
ahorra tiempo y dinero.
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 409

TRABAJO EN LOS TÚNELES Y GALERÍAS


CON MÁQUINAS PERFORADORAS (Rock-drills).

El por los contratistas america¬


sistema, seguido
nos, para abrir los túneles de los ferrocarriles, es
avanzar primero á galería llena, hasta el tope ó bó¬

veda, y luego seguir el trabajo en bancos, de modo


que el trabajo arriba ó en galería, no entorpezca el
de abajo. Se verifica para ello la voladura al princi¬

pio en toda la dimensión de la luz del túnel, ó sea en


toda su altura desde 10

pies del centro, escua¬


drando luego los costa¬ •&TÓ2 W i° ¿°
JjiP3o2°í 8c Ce ^°20
dos dando barrenos ais¬
-ó.'jí Ío3o2 oí 8C C% ^ 2o 3°.:í¡|
lados.
Como ejemplo puede
servir el túnel de Mus-
Fig. 77.a
conetcong (figura 77.a),
abierto en roca sienítica duéhiglx Valley Railway
en el
at Easton, estado de New-Jersey, en el cual.se apli¬
caron las máquiuas perforadoras de
aire comprimido
(rock-drills) para abrir los barrenos.
Primero, se taladraron 12 barrenos C, en el cen¬
tro de la sección de la galería, seis á cada lado, apa¬

reados de dos en dos, según indica la figura 77.a, en


la que A es el piso de la galería. Estos 12 barrenos,
tenían dirección convergente entre sí, como indica la

figura 78.a, con lo cual se consigue la concentración


410 MANUAL DE EXPLOSIVOS

del poder de las cargas, cerca de la línea central ver¬


tical del túnel, coincidiendo con esta línea la de me¬
nor resistencia. La
operación preliminar, por demás
está decir que consiste en señalar sobre la roca,
con gruesos trazos, la forma de la sección del túnel.
Los barrenos eran de 1 l/.2 á 2 3/4 de pulgada de diá¬
metro. Distancia horizontal entre barrenos nueve

pies.
Da idea incompleta de la dirección de los barre¬
nos la figura 78.a, que representa horizontalmente la

Fig. 78.a

obra, en la galería, con la máquina perforadora H,


montada en una vagoneta, abriendo el barreno C,
convergente con el C'.
Una vez abiertos los 12 barrenos C, se cargan
con 25 libras de dinamita núm. 1 y
50 de dinamita
núm. 2, dándoles fuego simultáneamente por electri¬
cidad. La dinamita núm. 1, se aplica á los barrenos
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 411

centrales , donde conviene acumular el mayor esfuer¬


zo. La uúm. 2, para los barrenos laterales y de los
costados.
Ya arrancada la roca en el centro de la galería,
por este corte, se abrieron los ocho barrenos 1, 1, 1, 1,
cuatro á cada lado formando cuadro, próximamente

en dirección paralela con los barrenos C, los cuales


se cargaron con dinamita núm. 2, y después de dar¬
les fuego, se dieron sucesivamente los 2, 2, 2, 2 y

8, 3, 3, cargados con dinamita núm. 2, y en direc¬


ción señalada en la figura 78.a Los barrenos 1 y 2
consumieron 50 á 60 libras de dinamita en cada se¬

rie, y los 3, de 80 á 90 libras. Generalmente, fué pre¬


ciso dar uno ó dos barrenos, adicionales á esta serie
núm. 3, que no aparecen en las figuras, destinados
á completar la forma de la galería en la parte del te¬
cho. Los barrenos superiores de la serie núm. 1, tam¬
bién tenían por objeto arrancar la parte alta de la

galería, á la que no alcanzó el desmonte producido


por los barrenos C, perforándolos de 12 á 14 pies en
fuerte ángulo hacia el centro.
Los barrenos de la serie núm. 1 se profundizan
un pie más que los de la serie C,
y por lo general,
aumentan también en un pie el corte producido por

éstos.
El siguiente da á conocer, aproximada¬
resumen
mente, el número y profundidades de los barrenos
necesarios y la cantidad de dinamita gastada, para
un avance lineal de 10 pies en la apertura de la ga¬

lería.
412 MANUAL DE EXPLOSIVOS

12 barrenos centrales á 10 pies y seis pulgadas. 1*26 pies (a)


8 • serie núm. 1 12 96 . (&)
8 » • *2 1*2 96 • (c)
6 » • 3 12 7*2 » (d)
2 » techo galería 9 18 » (e)

36 408 • (f)

(a) Profundidad total, cargada con 25 lbs. dinamita núm. 1 y 50 núm. 2.


(b) » . 55 » » 2
(C) • 55
(d) • » 85
(e) ■ - U
(f) Total profundidad cargada con 25 libras núm. 1 y 259 de dinamita
núm. 2.

La altura de la galería excedió de ocho pies y su


área de 175 pies cuadrados.
Siguiendo, ahora, el trabajo á 10 J/2 pi0s de Pr0'
fundidad de barrenos, el corte será generalmente de
nueve
pies lineales de avance de galería, por cada
reunión de séries análogas, y calculando en 65 yar¬
das cúbicas la roca arrancada, se tendrá un consumo
aproximado de 4/10 de libra de dinamita núm. 1 y
cuatro libras de dinamita núm. 2 por yarda cúbica,

y poco más de seis pies de barreno también por }'ar-


da cúbica removida.
Este cálculo, puede sufrir variaciones imprevis¬
tas, por salir bloques excesivamente grandes ó por
ser preciso dar más barrenos en el techo de la ga¬
lería.
Debe advertirse que el cálculo, tiene por base el
avance de galería, de 10 en 10 pies, por cada reunión
de series de barrenos (C, 1, 2 y 3), sin embargo de
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 413

que algunos contratistas ambiciosos, procuran avan¬


ces hasta 14 pies, lo que puede ser per¬
de 12, 13 y
judicial, porque la dinamita tiene un límite de fuer-

Fig. 79.a

za, y, si se pretenden cortes demasiado profundos,


sólo se obtienen roturas parciales y la roca queda
llena de irregularidades que exigen nuevos barre¬
nos adicionales.
Abierta la galería superior con una longitud de
400 á 600 puede
pies, ya se
organizar el trabajo en
banco, como indican las fi¬
guras 79.a y 80.a, sin en¬

torpecerse unos mineros á


otros: en ella aparece la

galería en la parte supe¬


rior, y las máquinas perfo¬ Fig. 8o.a
radoras el
trabajando en
banco de roca, atacándolo por arriba y por abajo.
Para esto, se dan primero seis barrenos 1, 2, 3, 4, 5
y 6 por arriba, como indica la figura 80.a en que A,
414 MANUAL DE EXPLOSIVOS

es el eje de la galería; B B' los costados


y y C la
cara libre del banco. Estos seis barrenos suelen de¬
jar asperezas en el fondo que se arrancan con algu¬
nos barrenos horizontales B, según detalla la figu¬
ra 79*
Las dos series de barrenos, alta y baja, darán un
avance lineal de nueve
pies, y el gasto, puede con¬
densarse así:

Dinamita
núm. 2.

G barrenos altos á 12 = 72 pies cargados con... 72 libras.


i »
bajos á 10 = 40 » » » 45 »

10 112 . ■ » 107

La altura de la sección de un túnel en roca, con¬


siderando que debajo del rail ha de quedar 1775
pies para traviesa y asiento, es de 20?15 pies, y
como la altura de la
galería superior suele tener ocho
pies, la del banco de que nos estamos ocupando,
serán 12 pies, y su área transversal 306 pies cua¬
drados, lo_cual da 102 yardas cúbicas de remoción
por cada nueve pies lineales de avance, correspon¬
diendo por tanto, 1'05 libras de dinamita núm. 2
y
l'l pies de
barreno, por cada yarda cúbica de roca
arrancada, siendo el diámetro de los barrenos de
1 Va á 2 3/4 pulgadas.

Trabajo en túneles, abriendo los barrenos á mano.


Si de operar con
en vez
máquinas perforadoras de
aire comprimido, se trabaja á mano, el sistema por
regla general, es el siguiente:
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 415

En el centro de la sección del túnel, figuras 81.a


y 82.a, dan tres barrenos de 2 */s pies de profun¬
se
didad, inclinados entre sí, en dirección convergente:

Fig. 8i.a

algunos mineros dan un barreno central, pero el re¬


sultado es poco satisfactorio.
Se da fuego á esta serie 1 simultáneamente con
electricidad , y airan- •
carán un cono central,
indicado por línea de
puntos en la figura 82.a
Concéntricamente con

esta línea, se abre otra


serie de barrenos 2 á
los que también se les
da fuego simultánea¬
mente, y lo mismo se procede con las series 3 y 4,
destinada esta última á arrancar la parte baja.
Si se trata de un pequeño túnel, cuya sección rec-
416 manual de explosivos

ta
representa la figura 83.a, se abrirán ocho barrenos
de 1 á 1 V2 pies de profundidad á los que se da fue¬
go simultáneamente por
electricidad.
La figura 84.a re¬
i*
y
1fe
presenta otro pequeño
túnel trapezoidad de
/ \? seis pies de altura, con
la disposición y direc¬
ción que ha de darse
Fig. 84.E
á los barrenos. Los tres
centrales han de explotar simultáneamente por elec¬
tricidad.
Ejemplo. Túnel de Kónigsliütte (Prusia).—Elegi¬
mos como ejemplos algunos de los mejores trabajos
realizados. Este
túnel, fué abierto
en roca arenisca
dura: el ingeniero
Hugo Munch, da
cuenta del proce¬
dimiento seguido
en estos térmi¬
nos:

La sección era

rectangular de
271 m. de altura
Fig. 85Ú
y 8 m. de ancho.
Se abrieron nueve barrenos como indican las figu¬
ras 85.a y 86.a, de O79 m. de' profundidad ligeramente
aplicaciones civiles de los explosivos 417

indicados. Los barrenos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 se


cargarán
con de nitrogelatina cada uno y los 7, 8 y 9
150 g.
con 140 g.
cada uno, dándoles fuego con la mecha
Bickford y los detonadores usuales. Primero se dió
fuego á los 1, 2 y 3, produ¬
ciéndose una rotura de O775
metros de profundidad y 076
metros de altura; entonces se
dió fuego á los 4,5 y 6, los
que dieron un efecto de O79 á
174 m., y por último los 7, 8

y 9 rompieron la roca hasta


el techo.
Se consumieron en la obra
1.500 kg. de gelatina, y si se
hubiera usado la dinamita, se
hubiera elevado el consumo

á 2.500 pues la carga de cada barreno hubiese


kg.;
tenido .que elevarse á 280 g., por manera que la
proporción entre los dos explosivos es como 3 á 5,
es decir, de un 10 por 100, teniendo en cuenta que

el precio de ellos era de 4 iJi marcos para el kilo¬

gramo de gelatina y 3 para el de dinamita (1).


Ejemplo. Túnel ele Pfaffenspruhg.— Abierto en
granito duro, con sección de 2-2x215 m.

(1 ) Tiene además la ventaja este explosivo de poder usarse bajo


el agua,si bien conviene usar cápsulas especiales para asegurarla
detonación.
Se compone la núm. 1 de GO por 100 de nitroglicerina gelatinizada,
40 por 100 de una mezcla de nitrato de potasa y pulpa de madera.

n
418 manual de explosivos

Se dieron seis barrenos de 0'073 rn. de diámetro


y 1'5 na. de profundidad, en dirección paralela al
eje del túnel como in-
dican las figuras 87.'

^ ^ y <5<S.a, cargados con


M 4o so 6o fc cartuchos de nitrogela-
■¡tj ||fó tina de 500 g., 0'07 de
diámetro y O'l m. de
Ja |o longitud cada uno.
M 10 Zo 3° ^a carga de cada
M fe barreno era de 1'25 ki-
logramos. Con la dina¬
mita al kiesselghur hu-

Fig. 87.a bieran sido necesarias


cargas de 2;08 kg.
Ejemplo. Túnel en espiral cerca de Faido.— Se¬
gún indican las figu-
ras 89.& y 90.&, se lie-
{$>. \ vaba el trabajo.abrien-
t. ~Ft\ i cuatr0 barrenos pa-
§ ! ralelos (1,2, 3 y 4) en
S el centro de la sección, á
p i
¿.jgh , ¡ medio metro de distan-
V
¡ ff-
in,,.!! «,
i A
[A
cia horizontal y O780
~Tlj.'óo"*--ij de distancia vertical,
*-• 7-8o"í -»<
jog qUe se cax-garon con

p 8g a 1 ?05 kg. de nitrogela-


tina y arrancaron, en
fuego simultáneo, la brecha señalada de puntos.
Luego se dieron ocho barrenos, en dirección di-
aplicaciones civiles de los explosivos 4] 9

vergente profundizados hasta obtener líneas de me¬


nor resistencia de 175 m., todos de 35 mm. de diáme¬
tro y cargados estos úl¬
timos con 0?45 á 1 kilo¬

gramo de nitrogelatina.
La
roca era, gneiss

dura, apareciendo en
el fondo del túnel capas
de mica, que dificultaba
hacer llegar la carga de
los barrenos al fondo
por lo cual se cargaban
éstos, en una primera Fig. 89.a
explosión, con 125 gra¬
mos de
nitrogelatina, produciéndose así una cavi¬
dad en el fondo, en la
cual se volvía á cargar
1'025 kg. La relación
de la nitrogelatina con
la dinamita en este túnel
fué como 5 á 3y además
los gases eran menos
nocivos y persistentes.

trabajo en minas.

Máquinas perfora- 9Q a
doras. — La
aplicación
de las máquinas perforadoras de aire comprimido
{rock-drills ó poiver-drills) en conjunción con los al-
420 MANUAL DE EXPLOSIVOS

tos explosivos moder¬


nos, lia revolucionado
por completo el viejo
sistema de laboreo de
minas. Algunas de és¬
tas, que jamás hubie¬
ran podido explotarse

con ganancia, han sido

susceptibles de dar
un rendimiento prove¬
choso á impulsos de la
economía producida
por estos procedimien¬
tos modernos.
Una mina de co¬

bre en los Estados


Unidos, contiene
que
solamente kg. de
14
cobre por tonelada de
roca, llegó á explotar¬
se con utilidad, cuan¬
do estos procedimien
tos tomaron auge.

Los barrenos abier¬


tos con estas máqui¬
nas, tienen general¬
mente seis pies de pro¬

fundidad, y dos hom¬


bres pueden dar en
diez horas, 36 pies de

Fig. 91.a
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 421

labor, de mediana dureza, en tanto que á


en roca
mano, seconsidera buen día de trabajo, cuando tres
hombres, uno en la barrena y dos con el martillo,
taladran de 8 á 10 pies. Es decir, que el trabajo á
máquina está relación de 4 á 1 con el trabajo á
en
mano. La forma de trabajar en los filones de mineral,

es semejante á la ya indicada; se abre un barreno

perpendicular á la cara libre hacia la parte baja, de


3 á 4 pies de hondura y se le da fuego.; la brecha
abierta permite ya dar alrededor dos ó tres barrenos;
rodeando á la brecha que así se produce, se podrán
abrir 3 ó 4 y así sucesivamente, dando fuego simul¬
táneamente ó en rotación, según convenga.
Para abrir los barrenos con máquina, primero se la
hace actuar lentamente, abriendo antes una peque¬
ña cavidad con la barrena de mano, para iniciar el
emboque, y cuando se llega á profundizar 6 ó 7 pul¬
gadas, puede darse al aparato toda su marcha.
En los túneles y galerías, estas máquinas perfo-
radoias van ligadas á columnas de hierro, que se
montan y desmontan fácilmente, y cuando se quie¬
ren dar barrenos hacia arriba ó hacia abajo, se mon¬
tan en
trípodes ó sobre carretillas, pudiendo fácil¬
mente trasladarse de un lado á otro.
La figura 91.a representa la sección de una mina
de hierro, en el Estado de New-York, laborada á má¬
quina.
Las galerías están abiertas á varias alturas, dejan¬
do entre sí murallones de mineral, conectándose aqué¬
llas con pozos centrales. A cada 200
pies hay otras ga-

\
422 manual de explosivos

lerías transversales á través de mineral de 40 á 60del


ancho, que aseguran la ventilación y comunicación á
través de la mina: A' A', representan las galerías
longitudinales; B'B' otras superiores; DD las de
cruzamiento transversal. Este trabajo reclama forti-
tificaciones interiores, pilares y revestimientos que
constituyen la seguridad contra hundimientos, de que
son responsables
los directores de la explotación.
Ejemplo. Trabajo en una mina de Luzen (Sajo-
nia).—Da idea del trabajo la figura 92b, el cual se

llevaba, dando dos barrenos divergentes de 2'05 me¬


tros de profundidad, en la cara libre,
consistía que
en un filón de 2'15 m. de altura y 1;7 de ancho,
en arenisca dura. Cada barreno se cargaba con 926

gramos de nitrogelatina, dando fuego por electrici


dad. La explosión producía un embudo de 1'75 m. de

profundidad.
Ejemplo. Trabajo en las minas de plomo argentí■
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 423

fero de Friedichssegen.—En uno de los filones de 2' 1


metros de altura por 1'75 de ancho, figura 93*, se
dieron 10 barrenos de 0'9 m. de profundidad, en di¬

rección casi horizontal. La roca era dura y compacta.


Los barrenos 1 á 4 se cargaban con .362 g. cada uno
de dinamita al kiesselghur, dándoles fuego por electri¬

cidad simultáneamente. Para producir un embudo


de 0'75 m. profundidad, era preciso repetir tres
de
veces la carga y fuego
de estos barrenos centrales.
Los barrenos de ensanchamiento, ó sea del 5 al 10,
se
cargaron con 274, 206, 104, 232, 154 y 232 gra¬
mos, respectivamente.
Esto empleando dinamita al kiesselghur, que si
se aplicaba nitrogelatina, las cargas 1 á 4 se re¬
ducían á 181 g., produciendo embudos de 0;48 m. de
profundidad en la primera explosión, y creciendo á
0'7 m. de profundidad al aplicar una segunda carga

igual. Los barrenos de ensanche, del 5 á 10, se car-


424 manual de explosivos

gaban con 37, 103, 52, 116, 77 y 116 g., resultando


por tanto que la dinamita está en relación con la ni-
trogelatina como 2 á 575.
Ejemplo. Trabajo en las minas de carbón de Tau-
kerode (Sajonia),— El túnel de 3'25 X 176 m., y
era
los barrenos se localizaban indica la figura 94.a.
como

Los 1, 2 y 3 tenían respectivamente 079, 078 y 077

Fig. 94.a

metros de profundidad. Sus líneas de menor resis¬


tencia tenían O76 m., y se cargaban con 160 g. de
nitrogelatina, profundizando la explosión 1745 X077
metros. Los barrenos 4 y 5 tenían O7 95 y 1 m. de

hondura, y se cargaban con 190 g. Los 6 y 7, 677


metros de hondura y 160 g. de carga.

Todos estos tenían O76 m. de línea de resisten-


APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 425

cia, dándoles fuego sucesivamente en el orden en


que van numerados. Los barrenos 8 y 9 se taladraron
desde el fondo del embudo á 0'8 m. de profundidad,
con línea de resistencia de 0'85 m., separación de

1' 2 m. y carga de 2C0 g. cada uno. Los dos se atra¬


caron con agua y su explosión dió un bloque de más

de 1 m.3 y un avance de 0'8 m. Se determinó aumen¬


tar la profundidad de los barrenos á l'2m,, con lí¬

neas de menor resistencia de 1 m. Este método de


trabajo no podía conseguirse con la dinamita kies-
selgliur.
Para voladu¬
trabajos de gran magnitud, cual la
ra de grandes bloques de las costas ó en¬
roca, en
trada de los puertos marítimos, el empleo de los ex¬

plosivos ha venido á resolver el problema, aplicán¬


dose entonces en galerías y excavaciones, en las que
se acumulan poderosas cargas, á las que se da fuego

simultáneamente por electricidad. La cámara de car¬

ga se abre generalmente al final de la galería, de¬

pendiendo la longitud de ésta del objeto que se desea


obtener; su dirección debe ser en zig-zag, á fin de
que no se proyecten fuera los materiales de atraque,

y sus dimensiones lo más reducidas que se fiueda,


dando suficiente holgura para que un hombro trabaje
en ellas.
Almacenado el explosivo en la cámara final de Ja

galería, después de haber intercalado entre él va¬


rias cápsulas detonantes, se cubre y tapa la entrada
con sacos de tierra y arena, de modo que se obtenga

un atraque perfecto. Luego se cierra


con mamposte-
426 manual de explosivos

ría y piedras, 110 omitiendo medio para asegurar que


los explosivos queden confinados en un espacio bien
cerrado.
Ejemplo. Voladura de rocas en Genova.— El año
1884 se
aplicó una mina de esta clasepor la Compa¬
ñía italiana de dinamita de Avigliana, para demoler
las rocas
que obstruían el puerto de Génova. En los

Fig. 95-a

Estados Unidos también se aplicó


mina á la vo¬
una
ladura de las rocas de Hell-Gate,
entorpecían la
que

navegación del río del Este, en New-York.


Los detalles de la operación en el puerto de Gé¬

nova, dados á conocer por la expresada Societa dei


Dinamiti di Avigliana, pueden extractarse en la si¬
guiente forma:
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 427

Se trata de volar una colina rocosa a DfC, figu¬


ra 95.a, situadaen-
tre el faro y el in¬
terior de la bahía.
Previamente,
en el talud de la
colina, se hizo un
corte, que dejaba
una cara libre de

20 ó 25 m. de pro¬
fundidad; el es¬
Flg. 96.
carpado ó punta
quedaba soportado sólo por ocho pilares.
Los pilares 1, 2, 3, 4 eran tan delgados, que pa¬
recía que apenas
pudieran ser ca¬
paces de resistir
el peso de la masa
de roca. La parte
de la colina cuya
sección represen¬
ta la figura 95.a,
estaba á la dere¬

cha, soportada
por el pilar 5, y
algo más á la de¬
recha, los pilares Fig. 97.a
6, 7 y 8 sostenían
aquella porción del montecillo.
La mina figuras 97.a y .95.a, se abrió á 28 m. de
428 MANUAL DE EXPLOSIVOS

altura, siguiendo un curso horizontal en zig zag, de

ángulos rectos, y sus dimensiones eran 1 '5 m. de al¬


tura y 0'9 m. de ancho, y al iinal de ella se hizo un

pozo de 8 m. de profundidad por 1 de diámetro, en

cuyo fondo se abrió una cámara de 5 m.3 de capaci¬


dad, destinada á recibir la carga. Esta consistió en
sacos
parafinados, cada uno de los cuales contenía
42 kg. de dinamita. Una cadena de hombres, esta¬

cionados á lo largo del túnel, iban pasando de mano


en mano los sacos de dinamita hasta la mina ó cá¬
mara de carga, donde un capataz los colocaba unos
sobre otros con todo esmero
y perfección. En el cen¬
tro, se colocó caja con gelatina-dinamita, en la
una
que se intercalaron dos detonadores, uno provisto de
cebo eléctrico y el otro con mecha Bickford ordinaria.
El peso total de la carga era 5.0C0 kg. de dinamita.
El atraque consistía en sacos llenos de arena y

colocados á tope, formando muro, hasta llenar la cá¬


mara, agregando después arena suelta para tapar
los 8 m. de pozo. Después se barricó el túnel con

maderos, y sobre ellos se echó una capa de cemento.


Cada recodo del zig-zag se barricó con maderos fuer¬
temente enlazados, reforzados con macizos de mani¬

postería, procurando por todos los medios, encerrar


herméticamente el explosivo.
El resultado de la explosión, fué la completa ro¬
tura de la colina, según el contorno de la línea de

puntos a, bx c, el, e, f de la figura 95.a. La cubicación


de la masa de roca desmembrada por la mina, fué
de 120.000 m.3 No hubo proyección de materias.
aplicaciones civiles de los explosivos 429

Destrucciones especiales. — Corno tales podemos


considerar aquellas en que la aplicación de las car¬
gas tengan un límite impuesto por la naturaleza y
situación del objeto que se trata de demoler. Puede
suceder, en haya precisión de destruir ó
efecto, que
trocear materiales dentro de un ediíicio, sin que per¬

mita la seguridad de éste aplicar grandes cargas, en

cuyo caso habrá que graduar los barrenos y la can-

tk
K---- tOO" ►<

5a IJLIMI
§ mM

400"' *i

Kig. 98.a

tidad de explosivo sin de determinado límite.


pasar
En este caso, se obtener el efecto, aplicando
procura
pequeñas cargas, ó sea repitiendo la carga del mis¬
mo barreno, ó el número y dimensiones de éstos, de

modo que lo que en campo abierto podría conseguir¬


se con una sola explosión, se alcance á impulso de

varias explosiones más pequeñas.


Ejemplo. Remoción en el interior de un horno de
430 MANUAL DE EXPLOSIVOS

fundición obstruido.—Representa la figura 98.a un


caso ocurrido en la Innerbeger Iron Co, en Schwechat
(Austria). La obstrucción consistía en un gran block
de fundición, tan duro como el acero Bessemer, y
que tenía 0'65 m. de espesor y 4 de diámetro, sobre
el cual había una masa de hierro, piedra, grafito-ce¬
mento, todo junto, de 2?15 m. de altura y 2'65 de

Fig. 99.a

ancho, quehabía que separar de la parte baja. Al


efecto, dieron seis taladros horizontales (nume¬
se
rados 1 á 6 en la figura 99 a) de 0?82 de profundidad.
Los números 2, 3 y 4, fueron cargados y dispa¬
rados cuatro veces, y el 1, 5 y 6, cinco veces. Las

cargas variaron de 55 á 187 g. al principio, crecien¬


do hasta 198 en los 1, 5 y 6. La rotura está indicada
en la figura
99.a El gasto producido sólo fué de 32 li-
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 481

bras y se hizo el aprovechamiento, sin que los edifi¬


cios vecinos sufrieran en lo más mínimo, quitando

la obstrucción en breve tiempo.

PERFORADORAS ELÉCTRICAS.

Los rock-drills movidos á presión hidráulica y


por aire comprimido, están llamados á ser sustituí-
dos, en muchos casos, por los de motor eléctrico, que
ya se aplican en algunas explotaciones.
La ilustrada Revista Madrid Científico, del 20 de
Diciembre de 1906, publica interesantes datos que
reproducimos, respecto á las perforadoras eléctricas,
para el trabajo en minas y canteras.

La electricidad, el aire comprimido y la presión hi¬


dráulica viene sosteniendo una ruda lucha en la perfo¬
ración de rocas, sobre todo en trabajos subterráneos.
Poco á poco, las ventajas económicas de las perforado¬
ras eléctricas han ido resaltando; peroaún no se ve con
seguridad á qué sistema corresponderá la victoria defi¬
nitiva. Así ocurre que, casi á un mismo tiempo, dos re¬
vistas técnicas norteamericanas, las dos muy autoriza¬

das, han emitido juicios enteramente contrarios. The


Electrical Age se pronuncia por las perforadoras eléc¬
tricas y llega á decir que á su más pronta adopción y
,

á su mayor desarrollo es debida la ventaja que los Es¬


tados del Oeste llevan á los situados al Este de la Re¬
pública materia de adelanto minero. En cambio, el
en
Engineering and Mining Journal ha publicado un dete¬
nido estudio de Mr. Palmer, según el cual la perfora-
432 MANUAL DE EXPLOSIVOS

dora que actúa por medio de un martillo neumático es


muy superior á aquella otra en que la corriente eléc¬
trica exige la transformación de un movimiento rotato¬
rio en alternativo. Cierto que la§ perforadoras eléctri¬
cas son de instalación barata y fácil, produciendo al

propio tiempo una economía considerable de fuerza


motriz; pero los gastos de entretenimiento, las averías,
la dificultad de aislar convenientemente el aparato, así
como la delicadeza de ciertos órganos, á los que es
necesario proteger á toda costa de fuertes sacudidas,
contrarrestan con exceso todas estas ventajas. En

cambio, dice, con las perforadoras de aire compri¬


mido, se consigue un avance doble, sin averías ni
forzosas detenciones del trabajo para verificar su re¬
paración.
Hoy por hoy, ningún sistema es en absoluto el
mejor, sino que cada uno puede resultar el más ade¬
cuado para ciertos casos de la práctica.
Un punto de vista q\re conviene tomar en cuenta es
el de la «flexibilidad» de la línea de transmisión, y en
esto las ventajas de la electricidadevidentes. Ade¬
son
más, la misma línea, cuya instalación es más económi¬
ca, puede prestar otros servicios; por ejemplo, pueden
instalarse lámparas y ventiladores en conexión con el
mismo circuito que transporta la energía necesaria á
las máquinas perforadoras.
Los modelos propuestos pueden clasificarse en dos
grandes grupos, según que se trate de perforadoras
giratorias ó de percusión.
La figura 100.a muestra un modelo de perforadora

giratoria empleada en las explotaciones de carbones or¬


dinarios, greda, arcillas esquistosas, pizarras y rocas
blandas. En esta clase de máquinas la barrena es de ace-
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 433

ro, está sujeta á un tope de tornillo, y se mueve acciona¬


do por un motor eléctrico. Como puede verse el motor

Fig. ioo.a
Perforadora para rocas de dureza media.

y el mecanismo van montados en una armazón vertical,


que puede moverse de un lado á otro y subirse ó bajar¬
as
434 MANUAL DE EXPLOSIVOS

se con toda facilidad. La misma armazón puede servir


para venas que se hallen á diferentes alturas, lo mismo
que para servir durante toda la perforación, aunque la
vena cambie de dirección y altura. Los motores que
estos aparatos llevan montados se hacen de corriente
continua para todos los voltajes. Los tipos más usados
son los de 1
Va y 2 H P.
La instalación de cada perforadora, suele comple¬
tarse con juego de dos cables y una devanadora; en
ésta va enrollado un cable de unos 70 m. y es el que se

pone en conexión con la línea por el extremo libre,


pues el otro extremo queda sujeto á unas bornas; en
las cuales se hace la unión del otro cable, cuya longi¬
tud no es sino de unos 6 m., y es el que va desde la
devanadora Hay unas vagonetas
al motor eléctrico.
especiales para transportar este material, perforadora,
cables, devanadora y barrenas, de un punto á otro.
Las barrenas son generalmente de 90 cm. ó de 1'80
metros de longitud; se han fabricado algunas de 7'5
metros, pero únicamente para casos excepcionales. El
diámetro de los agujeros que se hacen varía entre 31 y
76 mm. Cada barrena tiene en su extremo un vástago
de sección cuadrada que permite fijarla al tornillo gira¬
torio. Este último se mueve hacia adelante, por medio
de una abrazadera que lleva una hendidura, encerrada
toda ella en una envoltura, á la cual se impide que gire
también por medio una banda de fricción.
Durante la marcha de la máquina, la abrazadera

queda estacionaria, por lo que el tornillo giratorio co¬


munica á la barrena toda su velocidad. Si la perforación
es
trabajosa y la roca demasiado dura, la abrazadera
puede girar con el tornillo, aligerando la presión de la
barrena é impidiendo así los accidentes. Apretando y

d
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 435

aflojando alternativamente la banda de fricción, se ha¬


ce posible una buena regulación de la velocidad de
avance del tornillo giratorio, y puede conseguirse muy

fácilmente una marcha perfecta. Durante el trabajo, la


armazón queda rígida y casi vertical, de tal manera

que, poniendo una barrena corta sujeta á la extremi¬


dad del tornillo, cuando éste se halla enteramente atrás
la punta de la barrena llegue á la superficie de la roca

que ha de perforarse. En el momento en que, por el


trabajo verificado, el tornillo haya llegado al final de
su recorrido, se desmonta la barrena, se hace retroce¬

der al tornillo y se monta una segunda barrena más

lai'ga que la anterior, repitiendo estas operaciones el


número de veces que sea necesario hasta conseguir

que el taladro tenga la profundidad exigida.


Cuando sea preciso perforar superficies verticales,
se coloca la máquina de manera que la barrena esté

casi normal á la superficie.


Si se trata de hacer agujeros verticales hacia abajo,
se monta la armazón horizontalmente sobre otra arma¬

zón afirmada que pueda moverse con facilidad de un


lugar á otro.
Entre los tipos de perforadoras'de percusión está la

Caja "H. D. Crippen M. G.„ En la figura 101.a la barrena


está colocada á un lado de la máquina, para que cuan¬
do una pieza haya terminado su trabajo pueda susti¬
tuirse por otra, corriendo de nuevo la máquina hasta

que quede colocada encima del taladro; se levanta en¬


tonces la barrena y se sujeta después que todo quede
en perfecta alineación. El detalle característico de esta
clase de perforadoras es un gozne especial, que permi¬
te moverlas de un lado para otro.
Para hacer marchar estas máquinas á la velocidad
436 MANUAL DE EXPLOSIVOS

máxima; es necesario 1 J/2 taladro de 57 milí-

Fig. ioi.
Perforadora Crippen para canteras.

Fig. 102.a
Secciones de las cajas Crippen.

metros de diámetro, puede hacerse á razón de 76 milí¬


metros por minuto en granito duro, y de 0'76 m. por
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 487

minuto en piedra arenisca blanda. Puede llegarse á


practicar taladros de 6 m. de profundidad.
La máquina "H. D. Crippen M. C.„ pesa, sin motor,
unos 110 kg., y completa alrededor de 156 kg. El mo¬
tor,aunque unido
directamente al

cuerpo de la perfo¬
radora, está sujeto
de tal manera que
puede ser retirado
instantánea mente
si así desea.

Según puede ver¬


se en la figura 102.a,
el motor va monta¬

do en las correderas
de la armazón, y el
inducido aparejado
con una biela, la
cual está á su vez

unida al vástago de
una biela motriz.
El vástago es un
cilindro, dentro del
cual ajusta el per¬
cutor de la perfora¬
dora, en disposición
análoga, á la del
pistón y SU vasta- perforadora movida por un martillo eléctrico.
go, en una máquina
de vapor. Entre el pistón del percutor y la cabeza del
vástago del cilindro hay un espacio de aire, y durante
la marcha de la máquina dicho aire es comprimido ó
488 MANUAL DE EXPLOSIVOS

enrarecido, actuando como un resorte, en el que no hay


desgaste ni pérdida de elasticidad.
Para que el trabajo se haga en buenas condiciones

estas máquinas están provistas de una bomba que lan¬


za
agua por un tubo que rodea
al barreno.
La figura 103? muestra una

perforadora accionada por gol- &


pes de un martillo eléctrico. El
motor se halla aparejado á un
árbol, y éste lleva dos excéntri¬
cas que levantan el martillo du¬
rante los tres cuartos de la revo¬

lución de la biela y permiten el


golpe duran¬
te el cuarto

restante. El

Fig. 104.a
Perforadora de percusión movida por un árbol flexible.

número de golpes que el martillo da por minuto varía


entre 400 y 500.
El modelo de perforadora de la figura 104?, es tam¬
bién muy práctico y tiene la particularidad de que la
transmisión del movimiento del motor se hace por me-
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 439

dio de un árbol ó espiga flexible, que tiene una longitud


aproximada de 2'40 m.
Hay una gran variedad de perforadoras de percu¬
sión, y algunas presentan también la misma particula¬
ridad que la anterior. Una de ellas, la Deits, está cons¬
truida de tal manera que el pistón queda sin conexión
con el mecanismo motor á cada golpe, lo cual es una
ventaja muy grande,pues el choque de la barrena con¬
tra la roca es mucho más firme y no se transmite en
manera alguna al mecanismo. Por la misma razón, el
hecho de abandonar el pistón toda unión directa con el
mecanismo motor es consecuencia de que el golpe se
efectúe con la violencia máxima. Otra ventaja, también
muy digna de anotarse, es la de que para la transmisión
del movimiento puede usarse indistintamente un árbol
flexible, grueso ó delgado; esto permite la marcha del
aparato con un gasto de energía más reducido cuando
la barrena golpea sobre roca. Estas máquinas funcio¬
nan con un motor eléctrico de 2 HP.
generalidad de las perforadoras, están equipadas
La
con motores para corriente continua y para circuitos á

110, 220 ó 550 voltios. Si no se dispone de otra corrien¬


te que la alterna, puede fácilmente instalarse un pe¬

queño grupo motor-generador. La razón por la cual se


prefiere los motores de corriente continua es porque
éstos obedecen mucho mejor á las variaciones de velo¬
cidad durante la perforación.
Entre las perforadoras eléctricas de percusión, me¬
rece ser citada la de la Unión Electricitats-Gesellschaft
introducida en España por la Sociedad Thomson-Hous-
ton. El principio está fundada, es el de la excita¬
en que
ción de los solenoides por medio de corrientes alterna¬
tivas. La parte esencial de la perforadora, consiste en
MANUAL DE EXPLOSIVOS

2
dos bobinas magné¬
ticas colocadas, una
tras otra, en un tubo
de hierro y en cuyo
interior hay un nú¬
cleo cilindrico que
se mueve alternati¬
vamente.Hacia ade¬
lante el movimien¬
to no está limitado
más que por el cho¬
que de la punta de
la barrena contra

la roca; el contra¬
golpe se amortigua
con un resorte en

hélice que permite


aprovechar parcial¬
mente su energía
para el movimiento
de avance siguien¬
te. La máquina se
mueve sobre un ca¬

rro de corredera ca¬

paz de avanzar ó
retroceder hasta 50

centímetros, y pue¬
de colocarse sobre
un
trípode, unida á
una columna, etc.
Pueden fijarse sin
inconveniente algu¬
no dos perforadoras
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 441

á unamisma columna, lo cual no es una de las meno¬


res
ventajas de este modelo.
La figura 105.a muestra la simplicísima construc¬
ción de esta perforadora. Aparte del pistón, que tiene
su movimiento
propio de vaivén, no hay en la máquina
más que una sola pieza móvil: la pieza helizoidal que,
sin alterar en nada el movimiento de avance de la ba¬

rrena, la hace girar convenientemente cuando retroce¬


de, á fin de que no golpee siempre en el mismo sitio.
La carrera del pistón que mueve la barrena, es de
80 á 100 mm. La potencia consumida por cada perfo¬
radora no llega á tres kilovatios.

SISTEMA DE DAR FUEGO POR ELECTRICIDAD.

Son
innegables las ventajas que ofrece el dar fue¬
go por electricidad, principalmente, cuando se busca
acrecer el efecto producido merced á la explosión

simultánea de varios barrenos combinados.


El cebo eléctrico ofrece, desde luego, la seguri¬
dad, de que si falla un barreno, no hay que esperar
un
tiempo determinado en evitación de que la me¬
cha tenga un retardo, lo cual ocurre con frecuencia
cuando se emplean los cebos ordinarios. Es decir,
que por de pronto ese tiempo no se pierde. Además,
facilita el poder colocar el cartucho-cebo en el fondo
de la carga, lo que asegura la detonación perfecta
del explosivo
También tiene la ventaja, esta colocación del cebo
en el fondo de la
carga, de que los efectos de ruptu-
442 MANUAL DE EXPLOSIVOS

ra se inician allí, y el atraque permanece algunos


instantes intacto, los suficientes para que, confina¬
dos los gases en más reducido espacio, en tanto se
consume completamente el explosivo, toda la fuerza
expansiva se aproveche en trabajo demoledor; esto
es, que se escapa menos fuerza por la boca ó brecha
del barreno. En cambio, si se da fuego con un cebo

ordinario, de cápsula detonante y mecha Bickford,


el primer punto de ruptura en la roca es, frecuente¬

mente, hacia la parte superior de la carga, y los


efectos rompedores no parten del fondo, quedando,
á veces, un trozo del barreno intacto.

Cuando la carga es muy larga, los cebos eléctri¬


cos permiten colocar varios repartidos entre ella, lo

que asegura la simultaneidad de la explosión de to¬


dos los cartuchos, que se convierten en gases al
mismo tiempo, obteniéndose el máximo efecto, y, por
lo tanto, economía considerable.
Pero donde más se verifica la ventaja de los ce¬
bos eléctricos, es en los barrenos combinados, pues
su
explosión simultánea, produce mayor efecto útil,
ya que dando fuego con mecha es difícil obtener ex¬
plosiones simultáneas, ó explosiones escalonadas á
voluntad, para que uno ó varios barrenos aumenten
ó completen el efecto producido por otros, anterior¬
mente disparados, con intervalo de pocos segundos

entre éstos y aquéllos.

Importante.—Aparte de todos estos beneficios, los


cebos eléctricos ofrecen la ventaja de fallar menos

y de disminuir los peligros personales, si bien no


APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 443

están exentos de riesgos ni dejan de exigir precau¬


ciones queindicaremos.
Explosores.— Multitud de aparatos eléctricos se
han patentado para dar fuego á los cebos de esta cla¬
se. Consideramos innecesario describir los distintos

tipos, limitándonos á dar á conocer el que, en nuestro


concepto, es más práctico, por no necesitar pilas y
por su sencilla construcción y fácil funcionamiento.
Consiste en una pequeña máquina magneto-eléc¬
trica, que pesa 8 kg. y tiene reducido volumen, pu-
diendo aplicarse en las minas de hierro sin los in¬
convenientes de los explosores á fricción.
La representan las figuras 106.a, 107.a y 108.a, en
las cuales A es el magneto, B el inducido que gira

entre los polos de este magneto (ó electro-imán), C el


piñón que, engranando con la barra ó cremallera, pro-
444 MANUAL DE EXPLOSIVOS

duce la rotación del inducido que origina la corrien¬


te; D el muelle, que, empujado por la base de la
barra cremallera al final de su curso descendente,
rompe el contacto entre dos puntas de platino y es
causa de quela corriente eléctrica pase al circuito
exterior, en el que están intercalados los cebos eléc¬
tricos; E los dos contactos de platino; F el colector,
que debe mantenerse siempre con sus superficies de
cobre bien limpias y secas, y si
hace tiempo que no se usa, debe
desarmarse y limpiarlas á torno ó
con
papel de esmeril, así como
igualmente las demás piezas de
contacto.

De uno de los costados de la


caja que encierra el aparato (figu¬
ra 108.a), salen al exterior dos bor¬

nes
para empatar los extremos del
circuito exterior. Una vez interca¬
lados
éste los cebos, se levan¬
en

tará la barra de cremallera en toda su altura; enton¬

ces, y cierra el circuito metiendo los


sólo entonces, se
extremos de los alambres de la
línea, en los bornes,
después de bien limpios, y para dar fuego bastará
bajar rápidamente la barra de cremallera, apretando
con las dos manos sobre la muleta en que termina,
de modo que el talón ó extremo, al finalizar un cur¬
so, incida sobre el muelle D produciendo el contacto
que lanza la corriente al circuito exterior.
Con este explosor, puede darse fuego simultá-
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 445

neamente á 15 cebos eléctricos, en línea de 500 me¬


tros de longitud, de alambre telegráfico de hierro.
Generalmente se hace uso, para su empleo, de un
doble conductor formado por dos alambres de cobre
aislados y contenidos en la misma envuelta de guta¬
percha.
Cebos.—Con este magneto, se emplean cebos de
alambre de platino y fulminato de mercurio, repre¬
sentados en la figura 109.a, que consisten
en una cápsula de cobre A, en
cuyo fondo
está la carga de fulminato de mercurio B, y
entre su masa atraviesa un hilillo fino de
platino E, sujeto á dos conductores de co¬
bre C.
Una vez colocados éstos en su sitio, se

tapa la boca de la cápsula con cemento. El


paso de la corriente enrojece el hilillo de
platino y produce la detonación del fulmi¬
nato, que ocasiona la del explosivo.
Se fabrican, por lo general, de tres di¬

mensiones, de conductor recubierto, con Ficr 109a


1, 1'50 y 2 m. de longitud exterior, pero
pueden encargarse de mayores dimensiones si así se
desea. Cuando hayan de aplicarse á trabajos bajo el
agua, la cubierta de los conductores debe ser de gu¬
tapercha.
Alambres conductores.—Cada magneto, necesita ir
provisto de dos alambres conductores ó de un cable
de doble conductor, de longitud suficiente para po¬
der dar fuego desde distancia bastante para garan-
446 MANUAL DE EXPLOSIVOS

tizar la seguridad personal, que puede variar de 150


á 300 m. Estos suelen disponerse, enrollados en ca¬
rretes y se tienden en el momento oportuno, conec¬
tándolos con la dinamo explosora.
Reglas para cargar y dar fuego. — La cápsula ó
cebo eléctrico detonador, se
colocará en medio de la car¬

ga, de modo que los alam-


Fig. i10 a bres conductores sobresal¬
gan de la boca del barreno,
atracando con arena ó materia blanda,
con otra para
que no se deteriore la cubierta aisladora.
Cuando han sido atracados todos los barrenos
que han de explotar al mismo tiempo, se separan los
conductores de cada detonador, uno á un lado y otro
á otro, y se conecta
el extremo de un con¬
ductor de un barreno
con el del otro, el li¬
bre de éste con el si¬

guiente, y así sucesi¬


Fig. ni.a
vamente figura 111.a
Si no alcanzan los
conductores de los detonadores, para conectarse en¬
tre sí en esta forma, se emplean trozos suplemen¬
tarios de alambre, á fin de establecer la línea de en¬
lace figura 110.a
Así dispuesto el conjunto, se empalma el con¬
ductor libre del primer barreno con uno de los alam¬
bres de línea, y el del último con el otro alambre de
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 447

línea. Desenróllanse entonces éstos del carrete has¬


ta la distancia de seguridad, ycuando el hombre que
ha de manejar el aparato se halla á distancia segu-

Fig. ti2.a

ra, establece las conexiones de los extremos de línea


con los bornes del
explosor.
Resta ya tan sólo hacer descender con toda ener¬

gía la barra ó cremallera del magneto, para que se


448 MANUAL DE EXPLOSIVOS

produzca la explosión, representada, antes y después


de estallar simultáneamente tres barrenos, en las
figuras 112.a y 113.a

Fig. 113.a

Precauciones.—Debe cuidarse que los cables con¬


ductores recubiertos de gutapercha, estén á la me¬
nor
temperatura posible, pues se ha comprobado
que el poder aislador de la guta decrece con el calor.
aplicaciones civiles de los explosivos 449

Asimismo es preciso tener cuidado, de que los


conductores no se crucen ni toquen, pues en ese
caso no
explotarán todos los barrenos, sino sólo los
que estén entre el explosory el contacto.
Ejemplo. Si A es el conductor de salida y B el

Fig. 114.a

de figura 114.a, y 1 á 7 los barrenos, un con¬


retorno

tacto ab hará que sólo funcionen los barrenos 1, 2 y


7, quedando sin explotar los 3, 4, 5 y 6. Debe, pues,
evitarse, con mucho cuidado, esos cruces de los
alambres.
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77
77 13 77

aniraH
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0'25 0'50
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77 77

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dDifcelraesntes DDINAMETS lAraepndatri


CLASIF ÓN Dinamntú-gmo. Dinanmút-mgo. 1(naúm). 3num. ñRecinatm 1dinpnaúmort,.hamcáes
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456

POLVOBAS

CLASIFICACION

Pólvora Atlas A
Nitroglcena. Ñidtrasoetoa.
75 2
Azufre. Carbón.
Pólvora Atlas B 50 34 "
Pólvora Judson 5 64 16
Idem id 20 59 13'50
Pólvora Gigante 36 8
11

Pólvora de Brain 40
(a) n ;; 11

Idem id ' 78 n 11 11

Idem id 68 ii

Idem id 40 ii 11

Idem id 40 ii

Pólvora Hércules 77 i
Pólvora de Colonia
(freres
Vasserfuhr. Cologne) (ó).. 30 á 35 ii 11 11

Pólvora Vulcano
(Warren). 30 52'5 7 10'5
Pólvora Mica 52 11 11 11

Pólvora ternaria austriaca. 3 partes. 11 11

(а) Muy peligrosa para el manejo.


(б) Necesita un cebo fuerte.
458

SEJ3AST1NAS.

PROPORCIÓN POR CIENTO

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Nueva Sebastina (Eah-
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5
Idem id 75 30 5?
25

LITOFRACTORES (c).

PROPORCIÓN POR CIENTO

Nitroglcena. Kieslguhr. dNistroeaao.


CLASIFICACIÓN

Hula. Azufre.
Litofractor. . . . 52 30 12 4 2
Idem 55 21 6 15 3

(o) El carbón ha de ser muy poroso y puede absorber 10 veces su


peso de nitroglicerina.
(b) El nitrato desosa es delicuescente y da margen á la exuda¬
ción de la nitroglicerina.
(c) Son de color negro. Se inflaman á 170°. El nitrato de sosa los
hace higroscópicos. Dan óxido de carbono en la explosión, lo que
perjudica á los mineros. En algunos aumenta la nitroglicerina hasta
el 75 por 100.
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(b)
460 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Diferentes clases de Forcita americana.

Fábrica dé Lake Hopatkau, cerca de New-Jersey (New-York).

Base explosiva
Nitroglicerina Celulosa. absorbente.

Forcita gelatina. . 95 por 100 5 por 100 „

Forcita núm, 1.. . . 75 por 100 ,, 25 por 100


Forcita núm. 3.... 40 por 100 „ 60 por 100
Forcita núm. 3 A.. 30 por 100 70 por 100

Meganita (Schuckher et Cié).


N.° 1 N.° -2 N.o 3

Nitroglicerina 60 38 7
Nitrocel alosa de madera 10 6 9
Nitrocelulosa de corozo 10 6 9
Pólvora especial (a) 20 50 75

Gelignita.
N.Q 1. N.u 2.

Nitroglicerina 56'5 56'20

Algodón-pólvora colodion. 3'5 1 '80


Harina de madera 8 10'08
Nitrato de potasa 32 V

Nitrato de sosa V
31'29
Carbonato de sosa 0'63 0'63

(a) Esa pólvora especial se compone de


Nitrato de sosa 75
Carbonato de sosa 1
Harina de madera ó de arroz '24
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 461

Pandopollita.
Se fabrica en Opladen (Prusia Rhenana).

Nitroglicerina y naftalina 15 á 70
Kiesselguhr ■. 20 á 23
Sulfato de barita 7
Creta 2 á 3

Dinamita Nobel á la barita.

N.° 1 N.° -2

Nitroglicerina 20 20
Resina (carbón graso) 10 12
Nitrato de barita 70 68

Explosivos de Engels Jacobs (Deutz).

Nitroglicerina 70 á 60
Piróxilo 5 á 10
Piropapel 15'5 á 18
Nitromannita 5 á 1
Nitrato de amoniaco 10 á 30
Salitre 8 á 10

Amnonia-Krut (Ohlson et Newbin).

Nitroglicerina 10 á 20
Nitrato de amoniaco 80
Carbón 6

El carbón ejerce de absorbente. Es un explosivo


poderoso, pero higroscópico.
462 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Paleina (paja mirificada).

Nitroglicerina 35
Fulmi-paja 18'572 ,

Nitrato de potasa 32'500 ' ^


Azufre en flor 4'643 i

Fécula 9'285

100

Vigorita (Nordenfeldt).
Nitrolina (glucosa nitrada^ 25 á 30
Celulosa nitrada 15 á 25
Nitrato de potasa 15 á 35
Clorato de potasa 10 á 30

Fulgurita,
N.° I. N.° 2.

Nitroglicerina 60 90
Harina de trigo y magnesia 40 10

Gliosilina (Abel).

Nitroglicerina 65'5
Fulmicotón 30
Nitrato de potasio 3'5
Carbonato de sosa 1

Dinamita Trauzl (cartucho cebo).

Nitroglicerina 60
Nitrohidrocelulosa 40
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 468

Nitrolita (a).

Nitroglicerina ge-í Nitroglicerina 99 á 94


latinizada I Algodón-pólvora soluble. lá 6
Mezcla seca 50 á 160

Dinamita-goma de Matagne-la- Grande.

Nitroglicerina 87
Nitrocelulosa 13

Dinamita-gelatina.

Nitroglicerina 67
Nitrato de potasa 20
Nitrocelulosa 3
Celulosa 10

Gelatina-dinamita.

N.° i N.° -2

Materia A. 65 45
Materia B 35 55

Materia A Materia B

Nitroglicerina 97'5 „

Algodón-pólvora soluble 2'5 „

Nitrato de potasa „ 75
Harina de madera „ 24
Carbonato de sosa ,, 1

(a) La mezcla seca se compone de nitrato de amoniaco, nitrato


de potasa, nitrato de sosa y carbón de madera ligera, es higroscópica
y á propósito para minas, pues es poco rompedora.
464 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Dinamita-goma amarilla.
Sociedad francesa de explosivos.

Nitroglicerina 92
Algodón-pólvora octonítrico 8

Dinamita-goma blanca.

Nitroglicerina 88
Algodón-pólvora octonítrico 5
Nitrato de sosa 12

Rendronck.

N.° 1. N.° 2. N.° 3.

Nitroglicerina 20 40 60
Algodón-pólvora ., 13 „

Nitrato de potasa ó sosa. 61'50 40 30'80


Azufre 7'40 „ 3'70
Parafina 11 '10 7 5'50

Fulminatina (Fuchs d'Alt Berant-Silesia).

Nitroglicerina 85
Lana 40

Pasta explosiva (spring paste).

Nitroglicerina 72
Creta 6
Carbonato de magnesia 20
Aserrín de madera 2
APLICACIONES CIVILES DE LOS EXPLOSIVOS 465

Matciziette (M. Biet).

Mezcla de nitroglicerina, arena, creta y ocre, que


deja exudar la nitroglicerina y es muy peligrosa. Ha
causado varias explosiones, entre otras la de la fá¬
brica de Satigny, en el cantón de Greneve, el 18 de
Enero de 1875.

Seranina ó pólvora Horsley.

Mezcla de nitroglicerina y clorato de potasa. Es


muy peligrosa.

Oriasita. (Véase Meganita.)

30
466 MANUAL DE EXPLOSIVOS

CAPITULO II.

Aplicaciones militares de los explosivos.

Enseñanzas de la guerra ruso-japonesa.—Petardos reglamentarios en


Alemania. — Francia. — Petardos de
Pe-tardos reglamentarios en

picrinita, de nuestra fábrica de Granada.—Descripción dé las prue¬


bas realizadas. — Memoria del coronel de caballería Sr. Palanca.—
Modo de dar fuego.—Mecha lenta Bickford. — Mecha rápida.—De¬
tonador. —
Cargas simples. — Cargas múltiples. — Petardos regla¬

mentarios para caballería é infantería.—Destrucción de un muro.—


Tala de árboles.—Destrucción de empalizadas.—Inutilización de
carruajes.— Idem de una vía férrea.— Tdem de una locomotora.—
Idem de una placa giratoria. — Idem de un disco de señales.—Idem
de una grúa.— Idem de un puente.—Destrucción de una línea te¬

legráfica.—Idem de pilotes debajo del agua.—Idem de cañones de


artillería.—Idem de proyectiles. —Aplicación de la picrinita á la

carga de los torpedos marítimos y terrestres.—Empleo de otros


explosivos.—Descarga de bombas explosivas.

La reciente guerra ruso-japonesa, fecunda en en¬


señanzas, ha sancionado entre ellas, la aplicación en
grande escala de los explosivos, como medio de com¬
bate activo.
Los japoneses, llevaban distribuidos entre sus
soldados, profusión de pequeños cartuchos de schimo-
se, explosivo según todas las noticias, es á base
que,
de ácido pícrico, y no sólo lo empleaban como ele-
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 467

mentó de destrucción de obstáculos, sino como me¬


dio de acción, usado en lo más álgido de la lucha,
combinando en los asaltos á las obras rusas, el rudo
valor del combate cuerpo á cuerpo al arma blanca,
con el terrible efecto destructor de las cargas de ex¬
plosivo, arrojaban á mano, ni más ni menos que,
que
como en otro tiempo se hacía con las granadas, aun¬

que á veces también se valían de morteros ad hoc,


formados de materiales ligeros, cual la madera y el
cuero, simplemente destinados á lanzar desde corta
distancia, una bomba ó cartucho explosivo en medio
de las filas ó en el interior de las trincheras enemi¬

gas, impulsada por ligera carga de pólvora.


Refieren los que presenciaron aquellos encuen¬
tros, que después de la lucha, quedaba á veces el
campo de la acción sembrado de paquetes de explo¬
sivo intactos, entre los restos humanos y los escom¬
bros levantados por los muchos que habían hecho

efecto, y que según frase gráfica de nuestros agre¬


gados (1), asemejábanse á grandes ratas, pues esta¬
ban constituidos por una especie de envuelta obscu¬

ra ó saquete resistente,
alargado, provisto en uno de
sus extremos de un palmo de cuerda para arrojarlo
en movimiento de honda, y en el otro de una espole¬

ta de percusión, que aumentando su peso al caer de

punta, provocaba la inflamación del cebo y por ende


la detonación del explosivo. Así se explica, que mu¬
chos quedasen sin explotar, pero pocos que lo hicie-

(1) El hoy coronel de artillería D. José Sanchíz.


468 MANUAL DE EXPLOSIVOS

ran, bastaban para producir enorme efecto, material


y moral.
Las aplicaciones de los explosivos, que cada día
han de ir tomando mayor incremento sobre el campo
de batalla, preocupan desde hace tiempo á los orga¬
nizadores militares. Antes, estaban circunscriptos á
la voladura de obstáculos y á las minas y petardos,

que complementan la fortificación á cargo del cuerpo


de ingenieros: después se extendieron en analogía
con el torpedo marítimo, á los torpedos terrestres, y

hoy, merced á los nuevos explosivos pícricos que


ofrecen absoluta seguridad en el transporte, manejo
y conservación, entran de lleno en la esfera de los
recursos de combate y acción, que
necesitan llevar
las baterías de artillería, los escuadrones de caballe¬
ría y las compañías de infantería, para aplicarlos

por sí, en la destrucción rápida de obstáculos impre¬


vistos ó en las operaciones atrevidas que se les or¬
denen á vanguardia, flancos y retaguardia de los

ejércitos, y también en la inutilización de los caño¬


nes si llega el triste caso de tener que realizarla para

impedir que caigan en poder del enemigo.


Tan grandes y eficaces se consideran estas apli¬
caciones de los explosivos poderosos, que ya antes
de tomar carta de naturaleza entre ellos el ácido
pícrico, habían adoptado casi todos los ejércitos,
como reglamentarios en sus baterías y escuadrones,

los petardos de explosivos rompedores, de fulmico¬


tón., principalmente, no obstante sus inconvenientes.
Los cartuchos ó petardos de fulmicotón adoptados
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 469

por el ejército alemán, donde ya hoy se emplean, asi¬


mismo, los de ácido pícrico, eran de cuatro clases (1):
Dimensiones
Forma. en mm. Carga.

1.° Prismática. .. 70 x. 50 x 40 200 g. F." húmedo.


2.° Prismática. .. 70x50x40 170 „ F." seco.
3.° Cilindrica.... 70 x 30
4.° Prismática d.e
200 x 73 x 53 JCinco
| mer
cartuchos del pri¬
tipo, paraünados.
hoja de lata.

En estos últimos, la envuelta va soldada con alea¬


ción Wood, compuesta de 7 á 8 partes de bismuto,
2 de plomo, 2 de estaño y 1 á 2 de cadmio, que fun¬
de á 70°.
Mas recientemente, ha adoptado Alemania otros

petardos pícrieos, construidos en las fábricas de


Dusen y Troisdorff (Colonia), de forma prismática
de 60 x x 60 mm. y 250 g. de carga, envueltos
60
en
papel parafinado. Para agruparlos cuando sea ne¬
cesario que actúe más de uno, se construyen en Trois-
dorf cubiertas prismáticas de hoja de lata, para 1,

2, 4 y 6 petardos, pudiendo por tanto contener 250,


500, 1.000 y 1.500 g. de ácido pícrico.
La naturaleza de la envuelta, influye, cual sabe¬

mos, en el efecto del explosivo, según sean sus apli¬


caciones, y ofrece más resistencia para el transporte.

(1) Los explosivos mililares, por el Coronel de Artillería D. Ri¬


cardo Aranáz.
470 MANUAL DE EXPLOSIVOS

En Austria son
reglamentarios los petardos de
ecrasita, de análoga forma.
Francia tiene de dotación, con el nombre de pe¬
tardos de melinita (explosivo á la base de ácido pí-
crico), dos modelos.

Forma. Carga.

1.° Prismática 135 gramos.


2.° Cilindrica 100 „

La dotación es la siguiente: 1.500 petardos de


primera clase , para las baterías á caballo que for¬
man parte de las divisiones de caballería; 200 de la

primera clase y 432 de la segunda para el parque de


compañía de ingenieros; 150 de la primera clase poi¬
cada escuadrón de caballería; 3.000 de la primera,
en el parque de artillería de cuerpo de ejército; 1.600

de la primera y 1.728 de la se¬

gunda, en el parque de ingenie¬


ros, y 1.800 de la primera y
1.944 de la segunda en el par¬

que de compañía de zapadores


de caminos de hierro.

Representan las figuras 115.a


Fig. 115.a
116? el petardo francés de
y
melinita de la primera clase, ó sea prismático (130 X
32 x 18 mm.), cargado de ácido pícrico comprimido
en envuelta de lata; lleva en una de las bases del

prisma, un pequeño tubo c c que penetra en un aloja-


APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 471

miento de igual diámetro, practicado en el explosi¬


vo a, en se lia de colocar en el acto de funcio¬
el cual
nal-, el detonador de fulminato de mercurio. Este
orificio está tapado por una
chapa soldada con aleación
blanda, provista de un asa
bb, tirando de la cual, se
desprende yqueda tan solo
recubierto por una rodaja
de cartón que se rompe en
el acto de introducir la cáp¬
sula detonante, la que se su- fjg uó.a
jeta con una cuñita de ma¬
dera. Se da fuego con mecha Bickford ó por electri¬
cidad, con el uso de un explosor, más en las opera¬
ciones rápidas se prescinde de este medio, más en¬
gorroso y menos seguro que la mecha.
petardos de la fábrica de Granada, débense
Los

á la iniciativa de su director, entusiasta y sabio co¬

ronel de artillería D. Ricardo Aranáz, quien después


de investigaciones, estudios y viajes al extranjero,

acompañado por distinguidos jefes y oficiales de


aquel centro industrial militar, que tanto honra á
nuestro ejército, ha montado en él la fabricación del
ácido pícrico, dando nacimiento á un explosivo es¬
pecial, la picrinita, aplicable á los petardos y minas,
y á la carga interior de toda clase de proyectiles,
servicio de inmensa importancia para nuestra nación.
Hasta llegar á dominar esta materia, han sido
necesarias prolijas experiencias, que tienen interés
"472 MANUAL DE EXPLOSIVOS

por la enseñanza que reflejan, pareciéndonos conve¬


niente resumir las realizadas con el concurso del
arma de caballería,
lo relativo á petardos para
en
dotación de sus escuadrones, de
las que dió cuenta
la Revista de
Caballería, del mes de Julio de 1904,
en un notable artículo del coronel de dicha
arma,
D. Carlos Palanca
(1).
"En el número 25 de \a Revista de
Caballería, co¬
rrespondiente al mes de Julio del pasado año, di á
conocer — dice el coronel Palanca los
trabajos que—

se estaban haciendo en la fábrica de


pólvoras y ex¬
plosivos de Granada, para producir, en un plazo
relativamente breve, petardos de ácido
pícrico com¬
primido, y ofrecí publicar el resultado de las expe¬
riencias que se hicieran cuando el referido
estable¬
cimiento terminase sus instalaciones
y pudiera pro¬
ducirlos. Ha llegado la ocasión de
cumplir la oferta,
facilitando á nuestros
compañeros el conocimiento de
un
producto que no tardará en ser reglamentario,
como lo es en la mayoría de los ejércitos extranje¬
ros, y con el cual debemos familiarizarnos por los
grandes servicios que puede prestar en campaña.
„Más sinceros nuestros artilleros al bautizar el
producto, han despreciado nombres misteriosos, y
en
lugar de disfrazarlo con los de melinita, lyddita,
ecrasita, perlita, etc., como han hecho otros países, lo
llaman picrinita
simplemente, dando así á conocer

(1) Este ilustrado Coronel, hoy General, mandaba en aquella fecha


el regimiento de cazadores de Vitoria.
APLICACIONES MILITASES DE EXPLOSIVOS 473

elgénesis del explosivo, que es el mismo, segura¬


mente, que el de los enumerados, sin la máscara de
aquellos nombres. Así, pues, estos cartuchos tendrán
el nombre oficial de "petardos de picrinita,,.
„ Aunque varios los modelos elaborados en la
son
fábrica, según hayan de ser empleados por la arti-
lleiía en el troceo de proyectiles, y por la artillería
y caballería en las destrucciones fijas, de tres clases
son los que
he visto, y cuyo uso he presenciado, á
saber: petardos prismáticos de 200 g. de peso, con
envoltura metálica, de 7 cm. por 675 de sección, para
uso de la
caballería, y de 500 y 1.000 g., también
prismáticos, envueltos en papel parafiuado, para uso
de artillería ó ingenieros.

„Como llevo dicho, nuestro petardo pesa 200 gra¬


mos, y son terriblemente destructores sus efectos.
El explosivo va encerrado en una caja de latón, sol¬
dada la tapa, en la que tiene un orificio de unos 6
milímetros de diámetro, para introducir por él la
cápsula de fulminato de mercurio, que va unida á
una mecha de
tiempo de 1 m. y 30 cm. de longitud,
y á cuya extremidad lleva un pequeño trozo de ma¬
carrón de 10 cm. de longitud, semejante al de la

pólvora tubular núm. III, y compuesto de modo que


no lo
apague el viento. Por esta extremidad se le
da fuego, y cuando, consumido el macarrón, empieza
á arder la mecha, es ocasión de alejarse, porque su

longitud corresponde á una duración de dos minutos


y treinta segundos.
„Días antes de las experiencias de que me voy
474 MANUAL DE EXPLOSIVOS

á ocupar, presencié en la fábrica la destrucción de


rails, viguetas de hierro y el troceo de granadas de
9 y 15 cm. Colocado un petardo de 200 g. en con¬
tacto por su base con el rail, salta éste fracturado

en una extensión de 15 á 20 cm., y


los efectos son
aún mayores si se le atraca ligeramente con algunos
puñados de tierra. Un petardo de ese peso, colocado
sobre una granada de 9 cm., y, por lo tanto, la base
del petardo tangente con la superficie cónica del

proyectil, lo rompe en pedazos, y si lleva carga in¬


terior de pólvora la hace explotar.

„Vi trocear una granada de 15, y aunque tales


experiencias no son aplicables á nuestro cometido,
menciono ésta para dar idea de las energías que en¬
cierra en sí el explosivo que en breve hemos de ma¬

nejar. Para trocearla fué preciso un petardo de 500


gramos, porque uno de 200 que primeramente se em¬
pleó dejó grabada sobre la masa del proyectil la figu¬
ra de su base, como si hubiese recibido un martillazo
de cíclope ó hubiese sido de blanda cera el hierro
fundido de aquél.

„Estas experiencias, que incidentalmente pre¬


sencié, me hicieron comprender que no están bien
fundadas las apreciaciones que, tomadas de una re¬
vista francesa, hice en el trabajo anterior, publicado
con este mismo título en la Revista de Caballería, al
aplicarlas á la picrinita, y que con menor cantidad
de explosivo pueden hacerse las destrucciones á que
entonces me refería.
„En vista de lo que he presenciado, y aunque,
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 475

como es natural, la'prueba no ha podido hacerse,


creo firmemente que bastarán cinco petardos de 200
gramos, introducidos por la boca de una pieza de
artillería de campaña, obturándola con arcilla para
su completa destrucción; siendo así que en mi pri¬
mer artículo sobre este tema afirmaba, claro es que

por referencia, que eranprecisos 10 petardos de 135


gramos, que es el modelo que usa la caballería del
ejército francés.
„Presencié también varias experiencias para de¬
terminar á qué distancia explotan los petardos que
no llevan mecha, por influencia del que inicia la ex¬

plosión; colocados sobre la cara interna de un rail á


30 cm. de intervalo, los petardos sin fulminato que¬
dan rotos, y el ácido pícrico esparcido por el suelo,
sin explotar; á 20 cm. de separación explotan simul¬
táneamente, quedando el rail completamente destro¬
zado (1).

„Con estos antecedentes, tuvieron lugar, el día


26 de Enero último, las experiencias oficiales, y
puesto de acuerdo previamente, por orden superior,
con coronel de Artillería, segundo
el Sr. Teniente

jefe de la fábrica, D. Ricardo Aranaz é Izaguirre,

(1) Anteriormente, en el campo de tiro de la fábrica, se hicieron


experiencias, á presencia del coronel Sr. Palanca y de la Comisión de
su regimiento, de disparar con fusil Mauser á meuos de 50 m. sobre

petardos de picriuita con y sin envuelta metálica, siendo los resulta¬


dos, como era de esperar, completamente satisfactorios, pues las ba¬
las rompieron los referidos petardos sin producir la explosión de la

picriuita, condición considerada como indispensable en los que de¬


ban ser empleados en la guerra.
476 MANUAL DE EXPLOSIVOS

comisionado al efecto por el Sr. Coronel director, y


designados por ambos los oficiales que habían de
ejecutar los preparativos necesarios, se dispuso que,
bajo la dirección de éstos, y facilitando la fábrica
los materiales que eran precisos, por no contar el
regimiento cazadores de Vitoria con fondos para
ello, se construyeron en los llanos de Armilla, cam¬
po de instrucción que usa la guarnición de Granada:
„Primero. Un trozo de vía férrea de unos 10 me¬
tros de longitud.

„Segundo. Un trozo de línea telegráfica de unos


200 m.

„Tercero. Una empalizada de gran solidez.


„Cuart.o. Un puente de circunstancias, utilizable
para las tres Armas.
„Designado por la fábrica de pólvora el capitán
D. Antonio Garrido y Valdivia, y por el regimiento
cazadores de Vitoria el de la propia clase D. Miguel
Díaz Sahalegui, auxiliados por el segundo ayudante
de dicho cuerpo, primer teniente D. Sabino Iglesias,
se
procedió á la construcción de las mencionadas
obras, dirigidas por el capitán Sr. Garrido, con per¬
sonal obrero del establecimiento, y dándoles toda la

posible resistencia.
„A la llegada del regimiento al campo de instruc¬
ción, se acercaron los escuadrones á las obras para
que la tropa se penetrase del objeto de las experien¬
cias que se iban á ejecutar y de su importancia.

„Oon la venia del Excmo. Sr. Comandante gene¬


ral de la división, que se hallaba presente, y provis-
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 477

tos los escuadrones de petardos de picrinita de 200


gramos con envuelta metálica, cápsulas de fulmina¬
to mecha de tiempo, se dió á la tropa por sus res¬
y
pectivos capitanes y oficiales una explicación del
objeto de los petardos y de su uso.
„Acto seguido se hizo la prueba preliminar de la
fractura de un rail, aprovechando los que, indepen¬
dientes de la vía construida, se habían llevado suel¬
tos. Colocado un solo la cara
petardo de 200 g. en
interna del dirección en
rail, porque así convenía la
que habían de ser proyectados los fragmentos, se
le cebó, y encendida la mecha se alejaron los escua¬
drones al trote. A los dos minutos y treinta segundos

explotó, partiendo el rail y arrancando de él un trozo


como de 30 cm.

veces se repitió el ensayo, siempre con


„Varias
resultados satisfactorios, convenciéndonos todos los
presentes, entre los cuales se hallaba la mayoría de
los oficiales del 12.° regimiento montado de
jefes y
artillería, de que, si en lugar de uno, se colocasen
dos ó más petardos á la distancia de 20 cm. de sus
ejes, el destrozo del rail sería completo, bastando un
solo detonador, pues á dicho intervalo explotan siem¬

pre por influencia.


„A continuación se procedió á la destrucción de
la línea telegráfica, proponiéndonos en esta expe¬
riencia demostrar que pareja de caballería
basta una
para inutilizar una extensión de línea de varios ki¬
lómetros. Al efecto, el Capitán de Artillería, Sr. Ga¬

rrido, y el teniente de Vitoria, Sr. Iglesias, con sus


478 MANUAL DE EXPLOSIVOS

caballos de mano
, fueron colocando al pie de cada
poste, y simplemente en contacto con su superficie,
sin amarrarlos,un petardo de 200 g., cebándolos y
dando fuego á sus mechas sucesivamente. En breves
momentos quedó destruida toda la extensión de línea,

pues al explotar rompían el poste por su base, tron¬


chándolo y dejándolo caer al suelo.
„Se procedió después á la destrucción de la vía
férrea, en cuyos carriles se colocaron, en la forma ya
indicada, seis petardos de 200 g., y en las traviesas
dos de medio kilogramo. Utilizando cebos eléctricos
puestos en serie, por vía de ensayo, se hizo uso de un
explosor Breguet que posee el regimiento de Vitoria,
se hizo la explosión, observándose que sólo habían

explotado un petardo de 200 g. en el rail y otro de


500 en una traviesa, y como sucedió lo mismo al re¬

petirse la experiencia, quedó demostrado que, por


deficiencia de los cebos ó por mala colocación de los
enlaces, no habían funcionado los restantes. A esto
fué debido el que la vía, si bien inutilizada, no hu¬
biese quedado completamente destruida: pero esto no
obstante, conocido el defecto, es fácil remediarlo en
el terreno de la realidad, no haciendo uso del explo¬

sor, que es innecesario y poco adecuado al servicio


de la caballería en campaña, supliéndolo con machas,

rápida y lenta, combinadas, ó bien colocando petar¬


dos intermedios para que exploten por influencia.

„Acto seguido se ejecutó la voladura del puente


de estacas, que poseía la solidez necesaria para el

paso de las tres armas. Al pie de nueve de las esta-


APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 479

cas de sustentación se colocaron igual número de pe¬


tardos de 500 g., envueltos en papel parafinado, uni¬
dos entre sí por mecha rápida, que la constituye un
tubito de latón bastante flexible, lleno de ácido pí-
crico comprimido, y ésta á una mecha lenta, se le
dió fuego, y alejándose los escuadrones, á los dos
minutos y treinta segundos se efectuó una explosión
formidable, volando el puente en fragmentos á gran¬
de altura y quedando totalmente destruido, hasta el
extremo de que solamente para leña podrían utili¬
zarse los residuos.

„Por último-, se ejecutó la destrucción de la em¬


palizada. Estaba construida en tres órdenes de esta¬
cas verticales de más de 20 cm. de diámetro, entre¬

lazadas con otras horizontales, clavadas sólidamente

y amarradas con cuerdas de esparto; más bien se


asemejaba á una trinchera, á cuyo uso hubiera podi¬
do dedicarse. A su pie se colocaron ocho petardos

de cebado, y puestos en
picrinita de 1 kg., uno solo
contacto con Encendida la mecha se
ligero atraque.
efectuó la explosión, volando las estacas á gran al¬
tura y quedando el paso franco para fuerzas de todas

armas.

„E1 nuevo explosivo llena, pues, cuantas condi¬


ciones de apetecer. Por su tamaño y peso puede
son

ser llevado por el soldado en cualquier sitio sin mo¬


lestia, como se de cartuchos Mau-
lleva un paquete
ser.
potencia de destrucción y gran esta¬
Posee gran

bilidad, siendo insensible á las influencias atmosfé¬


ricas y á los golpes. Se ha disparado á mi presencia
480 MANUAL DE EXPLOSIVOS

con un fusil Mauser sobre


un
petardo de '200 g., con
envuelta metálica, siendo atravesado por el proyec¬
til sin que explotara, y posteriormente se ha hecho
también el experimento de colocarlo sobre un mon¬
tón de leña encendida, ardiendo el ácido pícrico len¬

tamente, sin explotar, y repitiéndose esta prueba


con
petardos de 500 y 1.000 g. No es esto decir que
puede impunemente hacérsele arder, pues aun cuan¬
do así ha sucedido el campo
en
de experiencias de
la fábrica depólvoras de Granada, no es prudente
dejar de observar siempre las mayores precauciones,
porque cualquier causa podría determinar la explo¬
sión con resultados funestos. Con éste y con todos
los explosivos debe siempre observarse grandes pre¬
cauciones, y muy especialmente es de recomendar
en campaña y
experiencias que el soldado lleve el
petardo y el sargento de la sección los detonadores,
para colocar éstos en el momento preciso de necesitar
su uso, y
siempre bajo la dirección de un oficial.
„En este regimiento se procederá en breve á en¬
señar á la tropa su uso en las Academias de cabos y

sargentos, con petardos figurados, y cuando teórica¬


mente esté instruida, se procederá á experiencias

reales, si lo autoriza la superioridad.


„De las efectuadas el día 26 del pasado Enero,
se
desprende que nuestro brillante Cuerpo de Artille¬
ría, y especialmente los jefes y oficiales de la fábri¬
ca de
pólvoras y explosivos de Granada, han dotado
á nuestro
ejército de un elemento destructor que
nada tiene que envidiar á los explosivos extranjeros,
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 481

llenando una verdadera


necesidad y mereciendo
nuestra más calurosa
felicitación.,,
Así iniciadas estas experiencias, se repitieron
con mayor
detalle en la forma que sigue:

Experiencias con petardos de picrinita, verificadas en


La Zubia los días 12 y 14 de Julio de 1905.

Lasexperiencias que ha llevado á cabo el regimien¬


to cazadores de Vitoria, 28.° de caballería, con petardos
de picrinita producidos por la fábrica de pólvoras y ex¬
plosivos de esta población, con arreglo á la Real orden
de 23 de Marzo último (Diario Oficial núm. 68), tuvie¬
ron
lugar en La Zubia en los días 12 y 14 de Julio, ante
la mayor parte de la oficialidad de la guarnición, que

previamente fué invitada en la orden de la plaza del


día 11 del mismo.
Dichos ensayos no han sido otra cosa que una repe¬
tición de los verificados en Armilla por el mismo regi¬
miento el día 26 de Enero último, previa la superior

autorización, habiéndose concretado á las prácticas que


en la guerra han de ser más corrientes al Arma de ca

ballería, y habiendo dado una intervención ya directa


á las parejas, que en las experiencias de Enero no fue
ron más que meros espectadores.
Previamente se habían ejercitado enel cuartel con
petardos simulados la fábrica había proporcionado,
que
y esta instrucción fué en gran modo provechosa, por¬
que éstos obraron en el campo sin titubear y con la se¬
renidad que es inherente al que está acostumbrado á

manejar el explosivo, por lo que pespecta á los ejerci-


31
482 MANUAL DE EXPLOSIVOS

cios sencillos, observándose en los más complicados al¬


gunas deficiencias que es natural existan, por la preci¬
pitación que origina la falta de costumbre.
Así, la destrucción de una línea telegráfica, que con
dicho objeto se había instalado en el campo, tuvo lugar
con toda la
perfección que era de esperar, empleando
petardos de 200 g., que colocaban las parejas al pie del
poste, emplazando en su orificio la cápsula del detona¬
dor, y dándole fuego por medio del encendedor que es
anexo á dicho artificio, retirándose inmediatamente

para operar de igual modo con el poste siguiente.


La instrucción previa en el cuartel, á la que antes
se ha aludido, prestó á este ejercicio su eficaz apoyo,
y si las condiciones de los petardos y de los detonado¬
res Armilla no dejaron nada que de¬
que se usaron en
sear, lo propio ha sucedido en las Escuelas prácticas
de La Zubia, en las que ha podido apreciarse una nue¬
va mejora introducida por la fábrica de pólvoras y ex¬

plosivos.
Consiste esta mejora en las precauciones tomadas
para la conservación y transporte del artificio á que se
llama detonador, que, como es sabido, consta de tres
elementos ligados entre sí, cuales son: la cápsula ful¬
minante, la mecha lenta y el encendedor. Este conjun¬
to lo presenta boy la mencionada fábrica encerrado en
una
pequeña caja de cartón, dispuesto en tal forma,
que basta tirar con alguna fuerza de una cinta adheri¬
da á la tapa para que salga de su alojamiento el men¬
cionado detonador en condiciones de aplicarlo directa¬
mente al petardo (figura 117.a')
Resulta una gran ventaja, y es que se evitan los
efectos que un descuido pudiera producir al llevar al
descubierto los encendedores y la mecha, y resulta, al
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 488

propio tiempo, una gran facilidad para constituir las


dotaciones, toda vez que los elementos que comprende
cada petardo completo, ó sea cada petardo cebado, se
reducen á dos pequeños sólidos de dimensiones muy
reducidas: uno, el petardo, de forma prismática, que
tiene 73 x52x42 mm., y otro, cilindrico, con base

cuyo diámetro es de 34 mm. y su altura de 127.


Si la gran sencillez de las experiencias de destruc¬
ción de líneas telegráficas hizo que el éxito fuese com¬

pleto de primera intención, ó sea al primer ensayo, no


sucedió lo propio con la destrucción del puente y de la

vía férrea, en las cuales el ensayo preliminar fué más


bien objeto de estudio por parte de un personal que
nunca había realizado experiencias del género expre¬
sado.

Así, los trabajos del primer día fueron encaminados


á ver los efectos de los petardos al grado máximo de
diseminación, y en la cantidad mínima que pudiera
aplicarse, por lo que, construido un puente de resisten¬
cia grande para que pasara todo el regimiento, se em¬
plazaron los petardos más pequeños de los adquiridos,
ó sea de 200 g., colocando uno en cada uno de los pies,
si bien se trató de aumentar los efectos de éstos colo¬

cando otros de 500 en cada una de las cabezas de los


caballetes.
481 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Tal erapreparación hecha para volar el puente,


la
en el cual empleó también la mecha rápida cons¬
se

truida por la misma fábrica, haciéndose en combina¬


ción de dicha mecha rápida y de la electricidad.
Una vez efectuada la preparación de referencia,
pasó el regimiento todo por el puente, que liuho de de¬
mostrar la gran solidez con que estaba construido, dán¬
dose después fuego con el explosor Breguet, no obte
niéndose el resultado apetecido, quizás por no haber

asegurado suficientemente las cápsulas acuñándolas en


sus alojamientos de los petardos, y por no haber ama¬

rrado las mechas rápidas para evitar su movimiento.


Quedó comprobado también ser insuficientes los
petardos de 200 g. en este caso, dados los efectos de los
que tomaron fuego; pero la experiencia del segundo
día. que fué completamente satisfactoria, produciendo
la voladura del puente, que quedó en su totalidad des¬
trozado, saltando los pedazos á gran distancia, puso de
relieve la influencia de la concentración de los petar¬
dos, pues empleados los de 500 g. en los arranques de
los pies centrales, con atraques, y otros de 1.000 g. en
los fuertes ydobles largueros de los caballetes, nada
dejaron que sus efectos, y aun pudo observarse,
desear
dados los destrozos hechos, que los de 500 g. hubiesen
sido más que suficientes para conseguir el objeto de¬
seado.
Efectos análogos se vieron realizados en la destruc¬
ción de la vía férrea, cuya experiencia se había hecho
también en Armilla, consiguiéndose hacerla impracti
cable después de los estudios relativos á la colocación
de los diversos petardos, y de la mecha rápida, que
también hubo de emplearse.
En las experiencias de Armilla se habían observado
APLICACIONES MILITABES DE EXPLOSIVOS 485

ya los defectos de funcionamiento del explosor Breguet,


no solamente por la naturaleza de los cebos empleados
en él, que, dada su constitución mala, faltan muchos,

sino porque la poca carga de fulminato hace que sea


fácil producir explosiones incompletas, que originan el
efecto de disgregación de los petardos, en vez de la de¬
tonación franca, perfecta y segura que se obtiene con
los cebos cargados con dos gramos de fulminato.
Esta carga es la conveniente para los petardos de

picrinita, cual lo recomiendan los diversos escritos


consultados, y cual se deduce de la experiencia; ha¬
biéndose comprobado también en la fábrica de pólvo¬
ras y explosivos las
ventajas de los cebos de cantidad,
á los que se da fuego con aparatos especiales, resultan¬
do más seguros que el explosor, en tal forma que de
las muchas experiencias hechas en dicha fábrica, ni
una sola vez han dejado de funcionar, haciendo explo¬

tar los cebos de cantidad que en ella se emplean, por

lo contrario de lo que suele suceder con el referido ex¬

plosor.
Resulta la circunstancia que ya ha hecho notar el
coronel Sr. Palanca en su Memoria acerca de las expe¬
riencias de Armilla, y con lo que está conforme la fá¬
brica, cual lo manifestó en el informe relativo á dichas
experiencias, y es que el explosor no parece adecuado
para los usos de la caballería, siendo más conveniente

emplear en general, y siempre que se pueda, los deto¬


nadores ordinarios, encerrados en las cajas que ha pro¬

yectado la fábrica, si bien es conveniente que exista


alguna dotación de mecha rápida, así como en el caso
de emplearse la electricidad, los detonadores de canti¬
dad son los aparatos adecuados para darle fuego.

Las experiencias de La Zubia y de Armilla corro-


486 MANUAL DE EXPLOSIVOS

borari la necesidad sentida de dotar á la caballería de

petardos explosivos, como sucede en todos los ejércitos


extranjeros, pareciendo muy apropiados los modelos de
200 y de 500 g., por su forma adecuada y poco volu-
lumen, y resultando también de excelentes condicio¬
nes los detonadores á que antes se ha hecho alusión,

encerrados en sus cajas.


Debiera ordenarse á la fábrica de Granada la con¬
fección del número de petardos que se considerase pru¬
dencial para que cada regimiento tuviese una dotación,
que podría determinar la Comisión á que se encargase
de su estudio, y sería quizás de necesidad que antes de

entregarles las dotaciones se personase un oficial por


regimiento en la referida fábrica para el estudio de
cuantos detalles son relativos al manejo del explosivo.

Es tan interesante cuanto se acaba de apuntar, que


basta tenerse en cuenta la circunstancia de que el olvi¬
do de un pequeño detalle puede ocasionar el que se ma¬
logre una estos detalles sólo se aprenden
experiencia, y
en la práctica, cualha visto palpablemente en las
se
experiencias de La Zubia y de Armilla.
Y si la caballería es la principal arma que debe
instruirse en este servicio, en el bien entendido que se
hace referencia solamente á las destrucciones que pue¬
den llamarse rápidas, porque las de mayor importan¬
cia se hallan encomendadas al Cuerpo de ingenieros,
que debe número de elementos adecuados,
poseer gran
no
por eso deben dejar de emplear los explosivos, é
instruirse, como es consiguiente, en ellos las demás
Armas, pues todas ellas tienen la dotación consiguien¬
te en los ejércitos extranjeros.
Se resumen las ideas apuntadas como sigue:
1.a Debe dotarse á los regimientos de caballería con
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 487

petardos de 200 y 500 g., y los detonadores correspon¬


dientes, en el número que se determine.
2.a Análogamente á la consignación anual de mu¬
niciones, debe existir consignación de petardos explo¬
sivos, para que los regimientos puedan verificar sus
Escuelas prácticas de destrucción con explosivos.
3.a Han de tener también los regimientos una co¬
lección de petardos figurados, para que la instrucción
en los cuarteles como preliminar de la de campo, sea
,

lo más completa posible.


4.a Para las parejas de caballería no debe asignar¬
se más que petardos con envuelta metálica y detona¬

dores encerrados en sus cajas en tal forma, que petala¬


dos y detonadores se lleven independientemente; pero
á cada regimiento se le debe marcar á la vez una do¬
tación de petardos envueltos en papel parafinado, los

que se habrán de llevar en carruajes especiales, prove¬


yéndolos de mecha rápida, así como de medios para dar
fuego por la electricidad.
5.a Lo anteriormente indicado debe hacerse exten¬
sivo á losregimientos de artillería, que han de acos¬
tumbrarse también al troceo de los proyectiles que en
las Escuelas prácticas no hayan hecho explosión, pro¬

porcionándoles dotación de petardos y cebos ordina¬


rios.
6.a En cada regimiento de infantería debe existir
también alguna sección instruida en el manejo de los
explosivos,y con dotación de petardos y cebos ó deto¬
nadores ordinarios.
7.a Todos los años deben hacerse Escuelas prácti¬
cas de destrucción explosivos, á cuyo fin convie¬
con

ne se consigne á la fábrica de Granada el crédito que

sea necesario
para proporcionar los elementos indis-
488 MANUAL DE EXPLOSIVOS

pensables, elaborando los petardos que hagan falta en


los distintosCuerpos del ejército, y haciéndoles entre¬
ga de ellos en la misma forma que hoy se practica con
las municiones ordinarias.
8.a Periódicamente, y como preliminar de las men¬
cionadas Escuelas prácticas, debe personarse en la fá¬
brica de Granada el número de oficiales de los distin¬
tos regimientos que se considere prudencial para que
puedan familiarizarse con el manejo de los explosivos.

Descripción y manejo de los detonadores con mecha lenta


y rápida que se preparan en la fábrica de pólvoras
y explosivos de Granada (1).

Dos son los medios que


pueden emplearse para dar
fuego á las explosivas: por la electricidad y por
cargas
las mechas; también puede emplearse un sistema mixto.
La electricidad se presta á grandiosas aplicaciones,
así civiles como militares, pero siendo el objeto de este
escrito hacer relación tan sólo á los detonadores que
suelen usarse ordinariamente en un
campo de batalla,
por las tropas de caballería principalmente, en cuyo
es fácil valerse de los
caso no
aparatos eléctricos, re¬
servados para los servicios de ingenieros, se habrá de

empezar indicando que los expresados detonadores


pueden prepararse, bien con mecha lenta ó con mecha
rápida; á la primera se le da el nombre de mecha de
seguridad y la segunda es llamada también mecha ins¬
tantánea , siendo conocida en Francia con el nombre de
cuerda detonadora.

(1) Descripción del capitán ele Artillería Sr. Garrido.


APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 489

Caso de mecha lenta. —La más empleada es la mecha


Bickford, que tiene apariencia de una cuerda, compren¬
diendo un alma interior de pólvora fina contenida en
un
tejido simple, doble ó triple, constituidos por hilos
arrollados hélice, recubierta de una substancia pro¬
en

tectriz en los de buena calidad, únicas admitidas en las

operaciones militares, es la gutapercha. En la industria,


esta mecha, que es la de
mayor precio, se emplea en los
trabajos bajo el agua.
La combustión de mechas de seguridad ó lentas, se
produce principio solamente en el interior y es pre¬
en
ciso que ardan lo suficientemente
despacio para que el
operador tenga tiempo de alejarse ó ganar un abrigo
convenientemente situado.
La mecha Bickford que se
emplea generalmente en
las operaciones militares, arde mu}7 regularmente á
razón de metro cada dos minutos, circunstancia
que
debe ser confrontada antes de usarla, pues una combus¬
tión más viva de lo debido
puede ocasionar la prema¬
tura detonación de la
carga, no dando tiempo á que se
resguarde el encargado de dar fuego. No es menor el
riesgo que se corre si la mecha arde excesivamente
despacio, pues puede ocurrir que, suponiendo que exis¬
te una falta, vuelva el
operador al lugar donde estaba
la carga verificándose entonces la detonación.
Este fenómeno es generalmente debido á quedar el
fuego oculto en el interior de la mecha durante algún
tiempo; recibe el nombre de fuego largo, y ha sido cau¬
sa á menudo de accidentes
graves, tanto más de temer
cuanto que una mecha reconocida como buena, puede,
por una circunstancia fortuita, tener detenida la com¬
bustión durante cierto
tiempo como, por ejemplo, en el
caso de un deterioro de la cámara protectriz que
deje
MAKUAL DE EXPLOSIVOS

entrar cierta humedad, la que puede no ser suficiente


para apagar la mecha , pero sí para detener algo la com¬
bustión. No se repetirá nunca demasiado la convenien¬

cia de dejar transcurrir media hora, cuando menos, an¬


tes de decidirse á levantar ó volver á cebar la carga,
que haya dado falta; á más de las precauciones espe¬
ciales que esta operación requiere, al objeto de evitar
que el cebo pueda recibir algún golpe que provoque la
detonación.
La preparación de la mecha, comprende las opera¬
ciones siguientes: Cortar un trozo de tamaño conve¬
niente que pueda dar tiempo al operador para resguar-

Kig. ii8.a

darse. En las operaciones industriales, en que es nece¬


sario generalmente tirar muchos barrenos, con objeto
de economizar tiempo, se suelen cortar trozos de me¬
dio metro y aún de menos, exagerando frecuentemente
esta economía que puede acarrear fatales consecuen¬

cias; pero en las operaciones militares no tiene razón


de ser ordinariamente dicha economía, y convendrá
cortar trozos de á metro, que como hemos dicho, tardan

próximamente dos minutos en arder; se emplan las ti¬


jeras de minador figura 118, cuyo manejo se comprende
fácilmente, son de acero muy duro y se encuentran en
el comercio; se hace un corte normal y otro oblicuo. Se
introduce el extremo cortado normalmente dentro del
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 491

cebo que deberá tener un diámetro interior lo más pró¬


ximo posible al exterior de la mecha. Por último, se
sujeta fuertemente en esta posición, dando garrote ha¬
cia la parte superior del tubo del cebo con el auxilio de
las muescas que tienen las tijeras, teniendo cuidado de

ejercer una presión gradual para evitar que se rompa


el metal ó se desprenda el fulminante. El corte de bisel
facilita la inflamación de la mecha, que se puede con¬
seguir por un procedimiento cualquiera, con una ceri¬
lla, por ejemplo ; esta operación no es tan sencilla como
á primera vista parece, pues es preciso calentar bastante
el extremo para que empiece la combustión, lo que re¬
sulta algo difícil en los días de viento con los medios
ordinarios, con la yesca, por ejemplo.
En las operaciones militares, en las que sobre todo

la cuestión de tiempo es importantísima , conviene ali¬

gerar lo posible estas operaciones. Para conseguir este


efecto, prepara la fábrica de Granada unos detonadores
ideados por el coronel Aranáz, que no son otra cosa

que las mechas provistas de encendedor y cebo, ence¬


rrados en fuertes cajas de cartón, con lo que se facilita
la preparación de las cargas, se evita la humedad y se

impide que los enérgicos cebos que exigen los explosi¬


vos militares puedan detonar si reciben accidentalmen¬
te algún golpe, ó por inflamación accidental. Estas ca¬
jas pueden ser conducidas en los sacos de grupa inde¬
pendientemente de los petardos, evitándose así todo
peligro.
La figura 117 representa uno de esos artificios; el
cebo va unido á un trozo de mecha lenta de un metro
de longitud como se ha explicado; la que por el otro
extremo, cortado también normalmente, entra hasta la
mitad del tubito de cobre en cuya otra mitad y en
492

contacto con ella se aloja parte del encendedor, que se


reduce á un cilindro de pólvora nitrada compuesta de
partes iguales próximamente de nitrocelulosa y nitrato
de bario; á este encendedor se le puede dar fuego muy
fácilmente con la yesca ordinaria; todo el artificio va
dentro de una fuerte caja de cartón que tiene el objeto
anteriormente expuesto.
Preparada la mecha ó simplemente sacada de la
caja, si se trata del artificio últimamente descripto, es
preciso sujetarla fuertemente al petardo, si se emplea
uno solo, ó al que sirve de detonador si son varios. Los

petardos militares llevan practicado un orificio para el


cebo de 3 cm. de longitud próximamente y de diámetro
suficiente sin ser excesivo. Se aloja en el expresado
orificio el cebo, teniendo cuidado que entre lo más po¬

sible, pero sin que sea tanto que la mecha quede en


contacto con el explosivo, lo que pudiera ocasionar que
tomara éste fuego directamente de aquélla, siguiéndo¬

se la posibilidad de constituirse el régimen de la com¬

bustión ordinaria en lugar de la detonación propiamen¬


te dicha; en los petardos con envuelta metálica no

existe este peligro. Se sujeta fuertemente dicho cebo


con unas cuñitasde madera ó cosa parecida, pero tenien¬

do mucho cuidado que no se deforme por la presión


ejercida, lo que acarrearía el desprendimiento del ful¬
minante.
Para dar fuego á estos artificios se les coloca con el
encendedor hacia arriba, con objeto que el óxido de ba¬
rio incandescente que produce la combustión del encen¬
dedor inflame la pólvora de la mecha. En días muy fríos,
calentar aunque sea ligeramente el tubito de cobre con
el mismo medio que se emplee para iniciar la combus¬
tión del encendedor.
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 493

Caso de mechas rápidas. — La mecha Bickford ó me¬


cha lenta,
no es aplicable cuando se desea dar fuego
simultáneamente á varias cargas, pues por más que se
corten trozos de la misma longitud exactamente, no se

consigue en la práctica que ardan en el mismo tiempo,


siguiéndose como consecuencia que las primeras deto¬
naciones pueden desorganizar las demás cargas, y so¬
bre todo, que cuando los esfuerzos de todas ellas han
de utilizarse en la destrucción de un solo objeto, cada
carga obra si estuviera sola, y sus efectos serán
como
siempre inferiores á los conseguidos por una acción si¬
multánea. Por otra parte, la desorganización de las
cargas por efecto de las primeras explosiones, puede
dar lugar accidentalmente á faltas, con todos los incon¬
venientes que éstas presentan y que son bien conocidos.
La detonación simultánea de varias cargas separa¬

das, puede conseguirse por la electricidad ó


por medio
de las mechas rápidas, velocidad de propa¬
cuya gran
gación permite considerarlas prácticamente como ins¬
tantáneas.
Se componede un alma de ácido pícrico, fulmicotón
ó cualquier otro explosivo, susceptible de obrar por vía
de detonación propiamente dicha, con una envuelta de

plomo ó estaño.
La fábrica de pólvoras y explosivos de Granada

prepara una mecha rápida con el alma de ácido pícrico


de 2'3 mm., poco más ó menos, de diámetro, recubier
ta de estaño formando un cordón al que se puede dar

la forma que se desee, de 3'5 mm. próximamente de

diámetro exterior.
Supóngase el caso más sencillo ó sea que se quiera
dar fuego simultáneamente á tres cargas. Se empieza
por determinar aproximadamente (á la vista), el cen-
494 MANUAL DE EXPLOSIVOS

tro de la circunferencia, formada por los tres puntos


donde se hallan de colocar, se cortan tres trozos de
mecha instantánea de vez y media el radio, poco más ó
menos; en uno de los extremos de cada mecha se intro¬
duce un pequeño tubo de caucho de 2 á 8 cm. de longi¬
tud y cuyo diámetro exterior ha-
® brá de ser inferior al interior de
los cebos de que se disponga, pro¬
curando que dicho tubo sobresalga
cerca de 1 mm. del extremo de la
mecha para evitar que el estaño
pueda rozar al fulminante figu¬
ras 119.a y 120.a1; se sujeta con la
mano izquerda el extremo de la
mecha, recubierto por el tubo de
goma, teniendo cuidado que no
cambie de posición dicho tubo de

goma, y se le coloca verticalmeute


hacia arriba.
Se toma con la mano derecha
un detonador que se introduce sua¬
vemente en el extremo referido,
hasta que el fulminante llegue á
estar en contacto con la goma; se
suelta, y con la misma mano se
cogen las tijeras de minador y con
Fig. 119.a el auxilio de las muescas se da ga¬
rrote, procurando que el tubo de
cobre del cebo no se rompa; se introduce dicho cebo
en alojamiento que lleva el petardo, si es uno sólo ó
el
en sirve de detonador, si son varios, haciendo
el que

que lleguen basta el fondo de dicho alojamiento, en

cuya posición se le sujeta con unas cuñitas de madera


APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 495

ó cosa parecida; se coloca el petardo en la posición


que
haya de tener, atracando, etc.; durante todas estas ma¬
nipulaciones, se habrá tenido cuidado que el otro ex¬
tremo de la mecha no toque al suelo. Si no se tuviera

á mano tubito de goma á propósito, se puede substituir

por un trozo de papel-tela, hoja de


un
árbol, ó cualquiera otra subs¬
tancia blanda, que se arrolla conve¬
nientemente en el extremo de la me¬

cha, y al mismo tiempo que


que,
evita que el estaño de su envuelta
roce con el fulminante, sirva
para
que el detonador quede sujeto en su
posición.
Se preparan del mismo modo las
otras dos cargas con sus mechas, y
se unen los tres extremos libres cor¬

tando como 1 cm. de mecha de di¬


chos extremos. Esto último se hará
en el de que, á pesar de las px-e-
caso

cauciones indicadas anteriormente,


se hubiere humedecido
ó simple¬
mente ensuciado el
explosivo, que
deberá presentar en el corte una co¬
loración amarilla de limón, si el
alma es de ácido pícrico ó blanca si
es de fulmicotón. Se atan dichos ex¬
ig. i 20,

tremos fuertemente en una exten¬


sión de algunos centímetros, procurando que los cor¬
tes queden en el mismo plano. Se introducen en un
tubo de goma de 30 mm. próximamente hasta ocu¬

par la mitad de este último, empleando en la otra mitad


hasta el contacto con los extremos de las mechas, un
496 MANUAL DE EXPLOSIVOS

detonador ordinario al que se habrá puesto previamente


un trozo de mecha lenta de longitud suficiente, ó bien

uno eléctrico, cuyos hilos se unirán con las precaucio¬


nes debidas y con el intermedio de suficiente cantidad
de hilo metálico á los polos de un explosor. Si no se tu¬
viera tubo de goma se puede substituir por papel, tra¬
po, etc.; atando convenientemente para asegurar la
solidez del sistema; en todo caso será conveniente atar
el espacio ocupado por el
tubo ó materia que lo
substituya á una varilla
rígida para asegurar el
contacto del cebo con los
extremos de las mechas.
La detonación de este
cebo produce la del ácido
pícrico de las mechas y
por consiguiente la de los
otros cebos y cargas, pro¬

pagándose con una velo¬


cidad de 6.500 m. por se¬
gundo.
Fig. 121.a Supongamos ahora que
se quiera dar fuego si-
multáneamente á un número cualquiera de cargas;
sean, por ejemplo, catorce; se preparan cuatro grupos
de á tres cargas, en la misma forma que hemos expli¬
cado anteriormente, pero en lugar de introducir en los
tubos de goma que forman las uniones de los extremos
de cada tres mechas rápidas, los cebos de las ordina¬

rias, se introducen los de otros trozos de rápidas (figu¬


ra 121.a'), preparados en la misma forma que explicamos

en su lugar; se unen de tres en tres, también en la mis-


APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 497

ma
forma, y quedarán por consiguiente nueve unidas
formando una sola red y terminando por un solo cabo
de mecha rápida, otro grupo de tres terminando tam¬
bién por otro cabo,
y por último, dos mechas sueltas;
se unen éstas cortando un trozo de
algunos centímetros
de mecha rápida, que se ata con los extremos de las dos
sueltas , formando por consiguiente una terrpinación de
tres que se prepara en la forma dicha; se tendrán, pues,
en definitiva: tres cabos de mecha rápida que se prepa¬
ran como en el caso de tres cargas
sencillas (fig. 119.a-),
con
cuya disposición la detonación del primer cabo se
trasmite instantáneamente á todo el
conjunto de cebos,
mechas rápidas y cargas. En lugar de unirse de tres en
tres las mechas
podrían hacerse de cuatro en cuatro y
aún de cinco en
cinco, pero la disposición de tres, si
bienrequiere algo más tiempo, es mas segura.
Por este
procedimiento se puede dar fuego simultá¬
neamente á varias cargas
algo distanciadas, pero en el
caso de que por causa de la distancia sea necesario em¬
palmar algunas mechas, debe tenerse la precaución de
interponer un cebo fulminante en cada empalme, en la
forma indicada.
En los trabajos bajo el agua, es preciso parafinar los
cortes y
engrasar las uniones.
En lugar de los medios indicados podrían emplearse
los encendedores
múltiples de Bickford, descriptos en
diversos tratados debe hacerse constar
, pero que el uso
de ellos
exigiría un material especial para cada caso,
sin ser más sencillo que el anteriormente descripto, lo
que le hace inaceptable en las operaciones militares.

3!
498 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Dimensión y peso de los petardos reglamentarios.

Por Real orden-circular de 5 de Marzo de 1906,


dictada por el Ministro de la Guerra D. Agustín de
Luque, se declaran reglamentarios los petardos de
picrinita para uso de la caballería y la infantería
con arreglo al siguiente detalle:

ENVOLVENTE

De pa¬
Me¬
pel para-
tálica. finado.
Tipo núm. 1.
m. 0'098 0'096
Altura
0'030 0'030
Lados de la sección, j1 longitud.
Anchura.. > 0'030 0'030
15G 114
Peso total g'
100 100
Peso aproximado del explosivo.
Tipo núm. 2.
m. 0'052 0'048
Altura
0'058 0'056
({ Longitud.
>
T , , ,
Lados de la sección. . ,
0'030 0 '030
1 Anchura..
£• 158 110
Peso total
> 100 100
Peso aproximado del explosivo.
Tipo núm. 3.
ra. 0'098 0'096
Altura
0'058 0'05G
í Longitud.
>

f , ,
Lados de la sección. , , 0'030 0'030
1 Anchura.. >

286 226
Peso total
> 200 200
Peso aproximado del explosivo.
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 499

Las figuras 122.a, 123 a y 121a representan pe¬


tardos de Granada envuelta
con
metálica, cargados
de picriuita de 100 y 200 g. de peso, para uso de la
caballería y de la infantería,

ABRIR BRECHA EN UN MURO.

Si el de espesor
muro es
comprendido entre 30 y
50 cm., se hace una excavación longitudinal en su
pie, en la cual se colo¬
can tres
pilas contiguas
de petardos, que en jun¬
to den una
carga de 2 1/a
á 3 kg. Se recubren con
la misma tierra extraí¬
da de la excavación.
Cuando el espesor
del muro
pasa de 50 cm.,conviene aplicar pequeñas
cargas de 1 kg., para abrir en el alojamiento donde

Fig. 123.a Fig. 124.a

colocar la carga mayor que ha de abrir la brecha. El


número de petardos dependerá, por tanto, de su peso.
500 MANUAL DE EXPLOSIVOS

PREVENCIONES GENERALES.

Téngase en todos los casos, en que


cuenta, para
para formar la empleen varios petardos, que
carga se
para producir la explosión basta una cápsula colo¬
cada en uno de ellos. ¡Si la carga ó agrupación de
petardos es de forma concentrada, ó de unos encima
de otros, convendrá colocar la carga en el cartucho
más alejado del obstáculo; mas si la carga es de
forma alargada, ó de unos al lado de otros, conviene
colocar el detonador en uno de los petardos extre¬
mos; siempre ventajoso
es encerrarlos en una sola
envuelta, y si se aplica un solo petardo colocarlo de
modo que una de sus caras quede adosada al objeto.
El atraque, aunque no sea indispensable, es muy

ventajoso, porque aumenta el poder destructor, aun¬


que sólo sea por simple cubrición de tierra. Debe
procurarse no poner piedras encima de los petardos
como atraque, pues la proyección podría herir á los

encargados de dar fuego. La tierra, y si puede ser


tierra mojada, constituye un buen atraque.

TALA DE ÁRBOLES.

¡Se preparan con el hacha algunas superficies pla¬


nas en la base del tronco; aplícanse sobre ellas los
petardos, rodeando el árbol y sujetándolos con una
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 501

cuerda, aumentando el número de ellos en el lado


donde se quiera que el árbol caiga.
Las cargas en relación con el diámetro del árbol,
son
según sigue:

Diámetro. Carga.

Milímetros. Kilogramos.

Hasta 30 1
De 30 4 35 1'250
De 35 4 40 1'500
De 40 4 45 2'200
De 45 4 50 2'700

DESTRUCCIÓN DE EMPALIZADAS.

De 10 á 20 cm. de escuadría, necesítase para


abrir brecha en ella,adosada al pie de 2 kilo¬
carga
gramos por metro, colocando los petardos uno á con¬
tinuación de otro y recubriéndolos con tierra.
De 20 á 30 cm. de escuadría, auméntase la carga
á 2'800 kg. por metro. v

DESTRUCCIÓN DE VÍAS FÉRREAS.

Es muy importante en esta operación determinar


ó elegir el punto que debe ser atacado, á fin de que
la circulación quede suspendida por más ó menos

tiempo.
502 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Los puntos mas vulnerables son las curvas, las


agujas y los cruzamientos de vía. Las curvas deben
romperse por el rail exterior, y
los cruces de vía en la forma que
indica la figura 125.a
Puede suceder que se desee
simplemente obstruir la vía mo¬
mentáneamente, sin gran destruc¬
ción, para utilizarla después, en
cuyo caso bastará la rotura de rails
ó traviesas.
Para romper un rail se descubre
en el intervalo comprendido
en¬
tre dos traviesas consecutivas, se
colocan luego dos petardos (uno sobre otro) de á 200
gramos ó tres de á 100, según indica la figura 126 a,
y se sujetan adaptados al rail, atracando con tierra.
Así se obtienen roturas de
40 cm. Si se desea rotura
doble, bastará colocar á un
lado y á otro de la misma
traviesa, á l'50m. de dis¬
tancia, dos cai'gas análogas
Fig. 126.11 á la anterior, una adosada
al interior del rail y otra en
la cara (fig, 127.a), á las que se da fuego al
exterior
mismo tiempo, con lo cual la vía queda torcida á un
lado y á otro de la traviesa.
La rotura de una traviesa se efectúa colocando
una carga de 500 g. (cinco petardos de á 100) sobre
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 503

ella y contra el rail, desalojando el balasto de deba¬


jo para que quede en falso, y si se necesita destruc¬
ción doble, hacer igual
operación sobre dos tra-
viesas, separadas por > mm ?
una tercera, y dar fue¬
go á las dos cargas á
un
tiempo. Con esta ex¬
plosión se interrumpe la
vía en una extensión
aproximada de 2'50 me- Fig. 127.a
tros.
Si se destrucción longitudi¬
desea obtener mayor
nal en dispondrán á cada lado de las juntas
la vía, se
de las rails, y encima de las traviesas, cargas apa¬
readas, que rompan al
mismo tiempo los rails
y las traviesas, cual in¬ mn n n o n n
dica la figura 128.K
Si los grupos de pe¬
ij u u ir U U Ú i/J
tardos están
el oficial ó
alejados,
clase que
T^rrjir
mande las parejas to¬ Fig. 128.a
mará las precauciones
necesarias á fin de que cada pareja dé fuego á un
grupo, retirándose simultáneamente en dirección de
la longitud del rail, por lo menos á 200 m., donde

puede estar el grueso de la fuerza.


Precaución. Siempre ha de tenerse en cuenta,

que los petardos y los cebos ó cápsulas deben lie-


504 MANUAL DE EXPLOSIVOS

varse
por hombres distintos, es decir, que el soldado
que lleve petardos no ha de conducir cebos.
Unos y otros pueden llevarlos en los sacos de

grupa, prohibiendo que fumen.


Otras destrucciones.— Cuando se trata de romper
una grúa de carga, bastarán para ello 400 g. de ex¬
plosivo adosados al árbol de la manivela. Si un disco
de señales, un petardo de 200 g. aplicado al eje de
rotación. Una placa giratoria, con 600 g. colocados
en el eje. Una locomotora, con 500 g. sobre cada bie¬

la. Los carruajes se destruyen con carga de 500 gra¬


mos sobre un extremo del
eje.
Destrucción permanente de una vía férrea.—Las
destrucciones en que se trate de cerrar, por completo,
ó por mucho tiempo el tráfico de una vía férrea, tie¬
nen que dirigirse contra las obras de arte, como los

túneles, puentes, muros, y exigen cargas más fuer¬


tes, verdaderas minas, que entran en la esfera de
acción de los ingenieros.
Sin embargo, como idea general, por si llega el
caso de tener que volar
alguna de estas obras, con¬
viene indicar que la destrucción de un puente metá¬
lico de solo tramo, se hace atacando con fuertes
un

cargas concentradas los apoyos de mampostería de


las vigas de una de las cabezas de puente; si tiene
más de tramo, conviene atacar uno de los apoyos
un

intermedios; si es de arco de sillería, se descubrirá


el piso hasta llegar á la clave de la bóveda, colo¬
cando allí la carga, ó bien en uno de los arranques
del arco. Los túneles se pueden obstruir practicando
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 505

barrenos en las bocas y volándolas con fuertes car¬

gas, además de inutilizar las vías en el interior.

INUTILIZACIÓN DE LÍNEAS TELEGRÁFICAS.

Caen dentro de las funciones atrevidas y rápidas


que competen , así como las anteriores, á las tropas

■4-
JOeí-ardo.
Grueso
de layS
200 íu.e rzaff

y^os/o- y
y
y
./
y

Fig. 129.a

de caballería ligera empleadas en la exploración, y


da idea de ellas la figura 129*, que representa las
pruebas realizadas en Granada. Para repetir estas
pruebas, bastará adquirir un par de postes y colo¬
carlos á 50 m. de distancia uno de otro. Una
pareja
5C6 MANUAL DE EXPLOSIVOS

deja un petardo apoyado simplemente sobre el pos¬


te, bastando que quede asegurado ligeramente con
tierra (sin piedras, para que no se proyecten), da

fuego y se retira al otro poste, en el que hace la


misma operación. Tiene tiempo de reunirse al grueso
de las fuerzas, situadas á 2C0 m. en el costado de la
línea.

DESTRUCCIÓN DE LOS PILOTES DEBAJO DEL AGUA.

trabajos de aplicación militar de los


Entre los

explosivos, puede ocurrir con frecuencia, la destruc-


ción de muelles, de em¬
barcaderos ó defensas
accesorias en los puertos,
costas y ríos.
Fundadas estas obras,

por regla general, sobre


pilotes de madera, pa¬
rece conveniente indicar
la forma de realizarla,
empleada porM. Trautzl,
Fig. 130.a
ingeniero militar aus-
triaco.

Las figuras 130.a1 131*, representa la voladura


y
de 24 pilotes de madera, en el Danubio, cerca de
Viena.
En cada nno se practicó un barreno de 12 pies
de profundidad y 1 l/s pulgada de diámetro, car-
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 507

gándolos con una libra de dinamita. Para dar fuego,


se
aplicarán cebos eléctricos (fig. 132*).
El ataque lo substituía el agua mismo y las car-

Fig. 131.a

gas iban acondicionadas en botes de zinc. La explo¬


sión simultánea destruyó los 24 pilotes, y el gasto
fué sumamente económico.
La figura 133.a repre¬
senta la destrucción de una

gran pieza de madera de


tres pies de diámetro, cla¬
vada á profundidad consi¬ Fig. 132.a
derable, en el río Danubio.
Se taladraron en ella tres barrenos de
profundidad
de 4 8 1/2 pies y de 1 V2 pulgada de diámetro.
V2 > 8 y
Cada uno se cargó con una libra de dinamita,
encerrada en un bote de zinc á prueba de agua. La
remoción producida por la explosión fué completa y
se realizó en
pocas horas.
508 MANUAL DE EXPLOSIVOS

Estas destrucciones bajo el agua,puedeu también


realizarse sin necesidad de abrir barrenos, aplicando
las cargas exteriormente, como indica la figura 134.*

Fig. 133- Fig. 134.a

Este los casos en


procedimiento se impone, en
que se destruir un obstáculo completamente
trate de
cubierto por el agua corriente.
Se dispone al efecto el cartucho c. unido á un aro
de madera b y éste enlazado con dos tiras de made-
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 509

ra d, á lo largo de los cuales corren los conductores


eléctricos que han de dar fuego á la carga.
Una vez dispuesto el conjunto, se sumerge, en¬
volviendo á la pieza de madera ó pilote a que se
quiere volar, hasta que llegue el cartucho al fondo,
quedando así adosado al objeto por la fuerza misma
de la corriente y en disposición de darle fuego con
el explosor.
Si en vez de obras de madera se trata de cons¬

trucciones metálicas, las cargas, se colocan necesa¬


riamente adosadas al exterior, variando su aplica¬
ción según ios casos.

INUTILIZACIÓN DE CAÑONES DE CAMPAÑA.

Puede ocurrir que inutilizar rápidamente


tener

las piezas antes de que caigan en poder del enemigo,


caso en que es
preciso operar rápidamente.
Para eho introdúzcase por la boca una carga de
1 kg., hasta que quede cerca del plano de muñones

y algo delante de éstos; adiciónesele otra carga


igual, en contacto con ella, en la que se coloca la
cápsula detonante. La boca del cañón se tapa con
arcilla, dejando salir por ella la mecha, cuidando que
ésta sea suficientemente larga para que permita se¬
pararse, después de dar fuego, á 400 ó 500 m. en
dirección de la boca de la pieza. Así quedará ésta
por completo destruida; mas si sólo se pretende in¬
utilizarla, bastará meter por la culata un petardo y
darle fuego, sin que el cierre obture completamente.
510 MANUAL DE EXPLOSIVOS

TROCEO DE PROYECTILES CARGADOS.

Según el dimensiones de éstos, así varia¬


peso y
rán las cargas, influyendo también en ellas la resis¬
tencia del terreno de que se disponga. Si la granada
se halla enterrada, se excava con cuidado á su al¬

rededor, hasta que quede al descubierto el culote,


sin tocar al proyectil; después se practica con pre¬
caución una rigola en dirección del eje para dejar
libre la parte superior, sobre la que se coloca la car¬

ga bien en contacto con el metal atracando con tierra,


retirándose al dar fuego en dirección al culote. Cuan¬
do la granada no esté enterrada, se coloca la carga
encima, atracando con tierra, y separándose en la
dirección indicada á conveniente distancia. Para una

granada de campaña, sobre terreno duro, será nece¬


saria una carga de 300 g., y de 600 si el terreno fuese
blando. Esta operación exige grandes precauciones.

TORPEDOS MARÍTIMOS Y TERRESTRES.

Es indudable que si lapicrinita reúne tan exce¬


lentes cualidades para las aplicaciones antes des¬
critas, ha de tenerlas igualmente para substituir al
algodón-pólvora en la de los torpedos, tanto
carga
de los terrestres y los que puedan arrojarse desde
los globos militares-, por ejemplo, como de los desti¬
nados á defender los puertos ó á ser lanzados desde
los barcos de guerra.
aplicaciones militares de explosivos 511

La condición seguridad que este explosivo


de

ofrece, su inercia al choque y al calor y su estabili¬


dad, son inestimables para todas las operaciones de
la guerra.

Empleo de otros explosivos.—Puede ocurrir en las


vicisitudes de campaña, que haya necesidad de usar
para las operaciones de destrucción que quedan in¬
dicadas otros explosivos, por no disponerse de pe¬
tardos depicrinita, tales como la pólvora ordinaria,
la dinamita, el algodón-pólvora ó cualquiera de los
que el comercio expende ó las obras piíblicas aplican.
En ese caso, todo se reduce á aumentar las cargas
en proporción al poder del explosivo de que se dis¬

ponga, y á extremar las precauciones en relación


con el mayor peligro que
su manejo representa.
En el capítulo anterior, dedicado á las aplicacio¬
nes civiles, así como en el texto de los demás de este

Manual, encontrará el lector numerosos datos, así


de aplicación como de poder de todos los explosivos

conocidos, la mayor parte de los cuales son igual¬


mente útiles para los usos militares que para los ci¬

viles, con las solas variaciones de las cargas y la


observancia de las reglas de seguridad.

descarga de bombas explosivas.

Entre los servicios importantes y peligrosos, que


tieue á su cargo el Arma de Artillería, figura el reco¬
nocimiento y análisis de las bombas explosivas re-
512 MANUAL DE EXPLOSIVOS

cogidas, sin estallar y de los residuos de las que ex¬


plotan.
Es estaaplicación criminal de los explosivos, el
lunar que se contrapone á las otras ventajas que á
la humanidad ofrecen, y nunca será bastante exe¬
crable el delito que se vincula en el atentado contra
las personas ó la propiedad, por medio de bombas y
máquinas infernales; más ya que, por desdicha, se
repiten con frecuencia, creemos del caso indicar
algunas reglas para evitar riesgos á los encargados
de su exámen.
Si se trata de residuos, cascos, cápsulas ó partes
de la carga ó de la envuelta de una bomba que hizo
explosión, y se desea conocer la materia con que es¬
taba cargada, se atiende en primer término á juzgar

por los efectos mecánicos producidos, la composi¬


ción probable que encerraba, clasificando por medio
de detenidos análisis químicos, con arreglo á las teo¬
rías descriptas en el capítulo de análisis, la materia

que contenía.
Este caso, no ofrece dificultad, siendo sólo pru¬

dente, no hacer uso del gusto para comprobar los re¬


siduos, por si éstos encerrasen alguna substancia
tóxica que pudiera envenenar al operador; asimis¬
mo, hay que procurar no tener en las manos heridas
ó rasguños, que al contacto con los residuos pudieran
inocular la sangre del que analiza.
Cuando se trate de una bomba cargada, que se
recoja en la calle ó en algún otro lugar, no bastan
esas precauciones', sino que hay que tomar otras, de
aplicaciones militares de explosivos 513

extraordinaria prudencia, para evitar, en lo posible,


desgracias.
La operación puede ser sumamente arriesgada.
Suele suceder, y á nosotros nos ha ocurrido, te¬
ner que abrir una caja ó paquete sospechoso, que no

se sabe lo que contiene, porque la envoltura de pa¬

pel, cartón ó madera lo oculta.


Ejemplo. Al Taller de precisión y laboratorio de
Artillería, se le ordenó el reconocimiento de una caja
cerrada, de madera, que se sospechaba que contenía
una bomba y que había llegado á una estación de

Madrid. Conducida con toda precaución al laborato¬


rio, se le aplicó la radiografía, sacando una vista
fotográfica del contenido de la caja, que era, en efec¬
to, una bomba Orsini, en forma de pera, llena de
dinamita y con sus chimeneas cebadas y dispuesta
por tanto para funcionar. La apertura de la caja, sa¬
biendo ya lo que contenía, se hizo con relativa segu¬
ridad, y de otro modo, hubiese sido muy peligrosa.
Si se trata de una bomba recogida sin estallar ha
de procurarse en primer término, alejar la gente,

recogerla sin golpearla, y llevarla en un carruaje, á


ser posible
blindado, al campo de experiencias. Cuan¬
do se tema que sea una bomba de las llamadas de
inversión ó que explotan por virtud de un agente
químico interior capaz de producir calor, al cabo de
un cierto tiempo de colocada, convendrá dejarla, en
la misma posición en que se encontró, aislada dos
ó tres días, en sitio donde la explosión no ofrezca

peligro, cual el foso de una fortificación.


514 MANUAL DE EXPLOSIVOS

También se puede provocar la explosión ó con¬


vencerse de que no es de inversión, arrojándola des
de gran altura, sobresuelo de piedra, en sitio
un
donde los cascos no causar daño.
puedan
Cuanto más escrupulosidad se tenga en estas

operaciones, mejor se realizará el servicio, pues el


valor temerario, en estos casos, sólo conduce á au¬
mentar los peligros.
Si la bomba está provista de mecha, debe arran¬
cársela pronto, nótese ó no que está encendida, ti¬
rando suavemente de ella ó cortándola de raíz. Esta
operación deberá hacerla el que la encuentre, y ofre¬
ce el
peligro de que la mecha vaya unida á un cebo
á fricción que produzca el efecto explosivo.

Otro medio de destruir una bomba, cuando es de


resistente envuelta de hierro, consiste en someterla
á golpes de martinete, haciendo funcionar la caída

de éste, automáticamente, desde distancia.


Si, sólo se trata de destruir el peligroso artefac¬
to, puede hacérsele explotar por medio de un petardo
explosivo, análogamente á lo que se hace para la
destrucción de proyectiles.
Los casos que puedan presentarse son familiares

para el oficial de Artillería, y variarán de un aten¬


tado á otro, así, que siempre que sea posible, deben
encomendarse esas operaciones al expresado Cuerpo.
APLICACIONES MILITARES DE EXPLOSIVOS 515

PESCA CON EXPLOSIVOS.

Está prohibida, pues destruye por completo los


peces pequeñosy los gérmenes, sin aprovechamiento
tampoco del pescado grande, que se descompone
pronto. No obstante, se aplica clandestinamente y
causa todos los años muchas
desgracias. Debe per¬
seguirse con todo rigor.

APLICACIÓN DE LOS EXPLOSIVOS Á LOS MOTORES.

Se estudia la aplicación de los explosivos como


fuerza industrial.
La idea es, producir el movimiento del émbolo
mediante explosiones análogas á las de los motores
de gas y de petróleo, con tendencia á acumular mu¬
cha energía en poco espacio y con poco peso, asunto
de gran interés para el progreso de algunos pro¬
blemas mecánico-físicos, cual la dirección de los
globos.

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