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Análisis Crítico "Repercusión Del Derecho Fundamental A La Intimidad en Los Centros Penitenciario" Con La Realidad Nacional
Análisis Crítico "Repercusión Del Derecho Fundamental A La Intimidad en Los Centros Penitenciario" Con La Realidad Nacional
El derecho a la intimidad constituye una facultad que tiene toda persona para que su
vida privada y su esfera íntima sea respetada ante injerencias arbitrarias de terceros,
así como la potestad de controlar la información que circule en el ámbito público
respecto a uno mismo, toda vez que su titular puede pedir su eliminación o
rectificación cuando estos datos resulten lesivos y divulguen información que lesione
derechos, como los de privacidad, intimidad, honra, reputación y propia imagen. En
ese orden, toda persona tiene derecho a que cierta información íntima y relacionada a
su propio ser, se mantenga en reserva y no pueda ser objeto de intromisiones
externas, como es el caso de datos que reflejen sus preferencias íntimas personales,
como sexuales, políticas o religiosas, las cuales son de único y exclusivo interés de su
titular.
El derecho a la intimidad puede abarcar varios aspectos de la vida de una persona, como
la correspondencia, la vida familiar, las comunicaciones, la privacidad personal en la
vivienda o el lugar de detención, y la protección de datos personales, entre otros. Este
derecho se basa en la idea de que cada individuo merece un grado razonable de
autonomía y control sobre su propia vida, y que el acceso no autorizado o la
interferencia en asuntos personales y privados están sujetos a restricciones y
regulaciones legales para proteger los derechos individuales.
Contexto Legal:
En Bolivia, la Constitución Política del Estado y otras leyes establecen los derechos
fundamentales de los reclusos, incluyendo el derecho a la intimidad. Estos derechos son
importantes para asegurar que las condiciones de detención sean humanas y respetuosas
de los derechos humanos.
Conclusiones:
La situación más alarmante sobre la vulneración del derecho a la intimidad dentro de los
centros penitenciario, tomando en cuenta que es el Estado tiene la obligación de entrar a
velar por los intereses de los reclusos, son más bien nuestras autoridades quienes vulneran
esté derecho en vez de velar por su cumplimiento (Jueces, Fiscales, Policías, Régimen
Penitenciario), quienes han llegado a prohibir que privados de libertad, reciban visitas o
en su defecto mantener un registro de las mismas.
La vulneración del derecho a la intimidad es entonces un asunto que se ha vuelto cotidiano,
esto se presenta por los altos niveles de hacinamiento a los que se ven sometidos los
establecimientos penitenciarios en Bolivia y las malas condiciones a las que están sometidos
todos los días; esto ocasiona que el derecho a la intimidad se vulnere más fácilmente, puesto
que no cuentan con los espacios requeridos para la materialización de sus actividades, sin
dejar ningún espacio privado para los mismos ya que en las cárceles de nuestro país existe
una evidente sobrepoblación crónica durante muchos años, lo cual significa que el
número de reclusos en los penales supera con creces la capacidad original con la que
cuentan estas instalaciones, dando lugar a condiciones inhumanas y degradantes, ya que
los privados de libertad a menudo se ven obligados a compartir celdas diseñadas para
menos personas, lo que resulta en falta de espacio, camas y condiciones de higiene
inadecuadas y obviamente menoscaba su derecho a la intimidad.
La vulneración del derecho a la privacidad de las personas privadas de libertad en
nuestro país es una preocupación seria y una evidente violación de los derechos
humanos, entre los exesos cometidos por autoridades que resultan atentatorias al
derecho a la intimidad dentro los centros penitenciarios podemos destacar:
1. Vigilancia de comunicaciones: Ya que, en los Centros Penitenciarios,
machas veces se lleva a cabo una vigilancia excesiva de las
comunicaciones de ciertos reclusos, incluyendo las llamadas telefónicas
que realizan, la confidencialidad de las conversaciones entre los privados
de libertad y sus abogados o familiares.
2. Abusos por parte de la Policía: En nuestro país se han ido ventilando
múltiples denuncias sobre los abusos y excesos cometidos por parte de
funcionarios policiales dentro los centros penitenciarios, quienes han
llegado incluso a ponerles horarios a los privados libertad para utilizar
los baños.
3. Cobros irregulares: Puesto que una persona privada de libertad además
de tener que estar hacinada dentro una celda que excede la capacidad de
personas que deberían de habitarla, deben pagar un monto para poder
acceder a un espacio de la misma, lo mismo para poder usar los baños e
incluso deben de pagar para no ser golpeados dentro los penales.
4. Falta de áreas de privacidad: Las instalaciones de los centros
penitenciarios a menudo carecen de áreas adecuadas de privacidad para
que los reclusos realicen actividades cotidianas, como bañarse o vestirse.
La falta de separación entre los reclusos puede dar lugar a situaciones
incómodas y violaciones de la privacidad.
5. Abuso y violencia sexual: La falta de supervisión y protección por parte
de los funcionarios policiales en los centros penitenciarios puede dar
lugar a abusos y violencia sexual contra los reclusos, lo que constituye
una grave violación de su privacidad y dignidad, sin importar el delito
por el cual se encuentren recluidos.
6. Registro de visitas: En algunos casos, las visitas de familiares y amigos
a los reclusos pueden ser objeto de un registro intrusivo, incluyendo la
revisión de pertenencias personales y la intromisión en la privacidad de
las visitas.