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Clase 18 Consumo y Valoración de Conducta Art 34 (2019!10!18 20-49-05 UTC)
Clase 18 Consumo y Valoración de Conducta Art 34 (2019!10!18 20-49-05 UTC)
Su valorización clínica
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sistemas delirantes y de un significativo deterioro de la personalidad que debe
evaluarse también.
Esta eventualidad se incluiría en las alteraciones morbosas de las facultades
mentales.
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A esto debe agregarse el factor temporal, vale decir la cronología en que se
produce la acción, debiendo ser en forma inmediata, pero no por ello podrá
descartarse aquéllas que son mediatas, en determinadas circunstancias y en
definidas personalidades.
Esto podría incluirse en los actos impulsivos, pudiendo incluirse, si existe
estímulo adecuado en el Trastorno Mental Transitorio.
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La Conducta, es otro de los elementos primordiales para la evaluación
retrospectiva de una eventual alteración de la conciencia. Esto es más
importante que la evaluación del comportamiento de la función mnésica, dado
que la conducta es objetiva, mientras que la memoria solo es subjetiva y
aportado por el actor. Es por ello que se denomina a la conducta como el
elemento positivo u objetivo, mientras que el comportamiento de la memoria
es el elemento negativo o subjetivo.
Toda conducta que sea comprensible, sea motivada, con idea directriz, sea
lógica y coherente, al igual que manifieste voluntad de sentido, pondrá en
duda que realmente dicha conducta haya sido realizada bajo un estado
confusional.
Es evidente que existe un quantun de los compromisos de la conciencia, desde
los estados crepusculares hasta el estupor y coma. De manera que la conducta
también podrá ser variable: desde los automatismos, movimientos de ciega
dirección y actos o conductas incomprensibles.
Con ambos elementos clínicos podrá advertirse la factibilidad de lograr
acceder a un diagnóstico presuntivo de un estado confusional.
No debe dejarse de señalar que debe recurrirse a los estudios
complementarios, en particular al psicodiagnóstico a los efectos de considerar
las características de la personalidad como así también a su dinámica y
descartar la presencia de indicadores de organicidad.
Frente a la eventualidad de encontrarnos con estos indicadores en el
psicodiagnóstico que son evidenciados en la clínica, no debe dejarse de
realizar estudios neurológicos, EEG y TAC de cerebro.
Con respecto a las alcoholemias, debe decirse que las mismas no son un dato
de fidelidad con respecto a la eventualidad que el sujeto se halle en un estado
confusional.
La alcoholemia indica la concentración de alcohol en sangre, sin considerar
que tipo de bebida ingirió, en que tiempo consumió, si la consumió con
determinadas clases de comidas que restringen la absorción, etc. Al igual que
tampoco nada nos dice con respecto al grado de tolerancia del sujeto al
alcohol, características de la situación de la ingesta y su estado anímico.
Por ello las cifras de alcoholemia halladas solo sirven como indicadores que
deben ser correlacionadas con el análisis y diagnóstico clínico que se indicara
con anterioridad.
En este caso estaríamos presente frente a la eventualidad de un grave trastorno
de la conciencia, de acuerdo al art. 34 inc. 1º.
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5º Como consecuencia de un deterioro psicoorgánico o un síndrome
demencial
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Debe realizarse por otra parte, el correspondiente diagnóstico diferencial entre
los retrasos mentales y la eventualidad de hallarnos frente a un síndrome
psicoogánico que presenta deterioro.
Su valorización dinámica
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La Psicogénesis de la Conducta
La Psicodinamia de la Conducta
En este apartado se analizará como se va desarrollando la conducta a evaluar,
buscando no solo el origen, que es privativo de la genésis de la misma, sino
que se tratará de investigar como se va desplegando la conducta a evaluar.
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estudios complementarios respectivos, sino también tener acceso al
“expediente”, y así lograr nuestro objetivo.
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De acuerdo a la evaluación del sujeto como así también de su conducta, la
justicia podrá estimar con la intervención médica, que la conducta reprochada
fue realizada sin la correspondiente autonomía psíquica, en consecuencia no
podrá imputarse al individuo delito alguno.
Pero es evidente que de ser esta circunstancia, deberá aplicarse según la Ley
de Drogas, una medida educativa como curativa. Si bien esta última está en
función de aquéllos sujetos que son dependientes, no debe perderse de vista
que en individuos que hacen uso y abuso de sustancias, con un déficit de
contención familiar y social, como así también portadores de una determinada
personalidad, muchas veces se considera prudente la instauración de una
medida curativa, dado que si en la actualidad realiza abuso es frecuente que
llegue a la dependencia de no mediar tratamiento alguno.
Por último, deberá evaluarse la peligrosidad del sujeto, considerando tal
concepto como la posibilidad de que el mismo pueda ser dañoso para sí como
para terceros, pudiendo en consecuencia indicar adecuado tratamiento de
modo ambulatorio como su internación institucional.
Ley 23.737
Art 16, cuando el condenado por cualquier motivo fuera dependiente psíquico
o físico, además de la pena, se le colocará una medida de seguridad curativa,
que consistirá en tratamiento por el tiempo necesario que cesará por
resolución previo informe de peritos, o una medida de rehabilitación.
Art 17, se acreditará tenencia para uso personal, declarada culpable y que
dependa, se podrá dejar en suspenso la pena y someterlo a medida de
seguridad curativa por el tiempo necesario para la rehabilitación y la
desintoxicación.
Si el mismo resultara satisfactorio se le eximirá de la pena, luego de dos años
si no se produce el resultado esperado se hará efectiva la pena y continuara
con la medida de seguridad.
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Art 18, en la tenencia de uso personal, más la dependencia y con el
consentimiento se realizará tratamiento suspendiendo el sumario. Si es
satisfactorio se lo sobresee, de lo contrario se reanudará la causa, con
tratamiento por el tiempo necesario o solo se continuará con la medida de
seguridad.
Art 20, el dictamen pericial debe diferenciarse el delincuente que hace UID y
el adicto, para orientar el tratamiento.
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