fael, me puse muy felix cuando llego a casa que le puse por nom- bre pio. Caminaba por todo el patio y me perseguía levantand o sus alitas. Pio era tan tierno que le gustaba comer maíz, grillitos y hormigui- tas. Cuando llegaba la noche el necesi- taba calor para dormir…. y como no tenia mamá le preste mi peluche de Gallina y Pio se durmió feliz hasta el otro día. ¡Mi pollito me alegraba los días y siempre decía Pio! ¡Pio! ¡Pio! Y le daba siempre agüita con mucho amor y el movía sus alitas con todo su esplendor. Pio creció y ya no podía estar con- migo. y me toco decirle adios a un buen amigo, mi abuelo Rafael se lo llevo para la finca junto a miles de pollitos con sus mamás gallinas. Mi pollito me enseño a querer a los animales, y le dije adios con mucha nostalgia. Pero Pio fue feliz en su nuevo hogar y yo me llene de mucha feli- cidad. Y colorin colorado este cuento de pollito se ha acabado