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Viaje y nación en la literatura mexicana

(1836-1871). Tres casos: Carpio,


Altamirano y México y sus alrededores
La revista nos dice que en 1882 (a 61 años de consumarse la independencia y 15 de definirse
e implementar el proyecto de literatura nacional: fue el programa cultural y literario
principal de la República Restaurada debido a que rebasaba los limites ideológicos y
temporales del modelo político juarista); Ignacio Manuel Altamirano manifestaba que los
viajes en México seguían siendo una tradición cultural y literaria pero poco cultivada. Los
viajes y la literatura que causaban motivación, se consideraban éticos y estéticos
imprescindibles por fundamentar la conformación de una cultura e identidad propias o física
y moral así como las costumbres y valores de las relaciones del individuo y el entorno que lo
rodea (humano y cultural) e igualmente los procesos históricos nacionales que nos permiten
visualizar colectivamente e integrarse como parte de un todo para que nos podamos enfocar
en las consecuciones de proyectos y acciones comunes y gracias a todo esto podemos comer
ansias y del espíritu viajero de contemporáneos románticos: veían en los viajes reflexiones y
enunciados que motivaban a una conciencia histórica y cultural de los individuos y
colectividades para posibilitar su integración al proyecto universal divino, se asumía que
peregrinar al hombre estimulaba o refrendaba su conciencia representativa y trascendente y
a partir de aquí se daría sentido y empezar a orientar estos proyectos colectivos n el marco
de la República Restaurada.

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