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DECLARACIÓN PÚBLICA @YOQUIEROESTAR

Hoy martes 22 de agosto comenzaría la discusión en particular del proyecto de ley de Conciliación de
la Vida Laboral y Familiar, presentado por el Ejecutivo. Hoy debía darse a conocer públicamente,
defenderse y votarse cada una de las indicaciones presentadas y, de forma inexplicable,
impresentable e injustificable, dicha citación se dejó sin efecto pues el Ejecutivo necesita “más
tiempo para presentar sus indicaciones”. La comisión sesionará entonces sólo mañana miércoles.

Como organización de la sociedad civil que ha intervenido desde el primer momento en la discusión,
no podemos sino hacer manifiesta nuestra molestia; más aún, cuando junto a quienes suscriben esta
declaración existen miles de trabajadores, madres, padres y cuidadores cuyas esperanzas están
puestas en esta discusión. Esta decisión, si bien pudiese parecer inocua para el mundo político, es un
golpe para miles de personas que necesitan este proyecto y se sienten, otra vez, postergadas. Frases
como “no puedo dormir por la angustia”, “he perdido la esperanza”,, “lloro pensando que me harán
volver presencial y no tengo con quien dejar a mi hijo” y muchas otras, dan cuenta del desgaste
emocional que retrasar este proyecto significa. ¿Quién paga el costo de esta decisión? Al parecer,
solo las personas a quienes la política dice representar y no duda en acercarse cuando hay
elecciones.

En una época en que las instituciones de nuestro país se encuentran en constante cuestionamiento y
desprestigio, con una clase política a la que se le acusa insistentemente de la desconexión con
aquellos a los que fueron llamados a representar, decisiones como ésta, de no respetar los acuerdos
tomados y los compromisos realizados de cara a la ciudadanía, respecto a dar celeridad a la
tramitación de este proyecto de ley, no hace sino reafirmar estos cuestionamientos a los que
nuestros representantes se encuentran diariamente sometidos.

Frente a la clara ignorancia del actual Gobierno, nos permitimos contarles que dentro de cada
integrante de nuestra comunidad existen madres que no cuentan con redes de apoyo, que son el
único sustento económico de sus familias, y a las que el teletrabajo les permite ver a sus hijos
despiertos en la semana, y no sólo ser “mamás de fin de semana”; existen padres que gracias al
teletrabajo han podido ejercer la paternidad de forma presente y corresponsable; y cuidadores de
adultos mayores, discapacitados y personas con distintas dependencias, que ven en esta modalidad
de trabajo la alternativa que les permite realizar un trabajo remunerado que solvente los gastos que
las labores de cuidado generan.

Todas estas personas se encuentran protegidas por alguna de las leyes de teletrabajo en pandemia,
que les otorga esta modalidad como un derecho, y que perderán si no se legisla a tiempo. Vemos
con dolor, frustración y una inmensa preocupación como nuestros gobernantes no logran entender
esta premura ni poner la necesidad de las personas, por sobre intereses político-partidistas.

Hacemos un llamado al Gobierno y a parlamentarios, a ser proactivo en esta materia. El primer paso
consiste en alargar la alerta sanitaria por COVID mientras se discute este proyecto. Entendemos
que una medida administrativa como es una alerta sanitaria está relacionada primeramente con un
tema sanitario, sin embargo, no podemos desconocer que esta alerta sanitaria se encuentra
vinculada a otros elementos y en particular a la herramienta de conciliación que es el teletrabajo,
para todos quienes ejercen labores de cuidado. Al retrasarse este debate no se puede dejar en la
desprotección a esos trabajadores y sus familias, más aún cuando dicha desprotección ocurre por la
negligencia del Ejecutivo en dilatar la sana discusión democrática, llevándonos a la situación límite
en la que nos encontramos hoy, siendo esencial por tanto el que se tome la decisión de continuar
con la alerta sanitaria vigente por Covid-19.
Finalmente, poner la mirada en las urgencias de aquellos que los eligieron, no en las ganancias
políticas que sus acciones u omisiones puedan generarles, puesto que el costo de sus decisiones se
los están llevando las personas, se lo están llevando las familias, trabajadores, niños, adultos
mayores, personas con discapacidad y adolescentes. De nuevo, los más vulnerables.

Francisca Ayala

Verónica Campino

Jacqueline Deutsch

Romina Guzmán

@YoQuieroEstar

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