Está en la página 1de 18
Filosofia y-ciencia en la Geografia Horacio Capel contemporanea. “wo Una introducci6n a la Geografia PEPEPLELLELLLEPLLD Horacio Capel Filosofia y ciencia en la Geografia contemporanea Una introduccién a la Geografia BARCANOVA TEMAS UNIVERSITARIOS Coleccion asesorada y dirigida por José Manuel Bermudo e Higinio Clotas © 1981, Horacio Capel Séez Esta edicién es propiedad de Editorial Barcanova, S. A. Plaza Lesseps, 33, entresuelo, Barcelona-23. Teléfono 21720 54 Disefio de la cubierta: Grafic Comunicacié Segunda edicién, corregida: 1983 Depésito legal: B. 26891-1983 ISBN: 847533.000-6 Impreso en Espafia- Printed in S| Imprime: HUROPESA, Recaredo, 4. Barcelona Captruto VII SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO La geografia se convirtié desde la segunda mitad del siglo xix en una ciencia al servicio de los intereses imperialistas de los patses ‘europeos. EI conocimiento de los paises coloniales constitufa una apremiante necesidad para los gobiernos europeos, que estimu- laron por ello no sélo la realizacién de exploraciones, base im- portante de conocimiento geogrifico, sino también la creacién de centros de estudios dedicados a la investigaciOn de los pafses de ultramar. Dichas instituciones estaban destinadas a elaborar tun cuerpo de conocimientos sobre los pafses no europeos y a formar a los funcionarios coloniales: la cartogratia, Ia geogratia, la medicina «tropical» y la etnografia se cuentan entre las amas cientificas que obtuvieron notables beneficios, y la geografia, ade- més unas ciertas preocupaciones, métodos y tradiciones. Esta preocupacién oficial por los estudios de los paises coto- niales correspondia a una fuerte demanda social por parte de la burguesia para el conocimiento de dichos paises, con vistas a los intercambios comerciales y la difusién de la produccién industrial y la cultura europea. Como dice Ratzel, con referencia a la util dad de la ciencia geogrética: todo el que acta sobre los pueblos debe sufrir también la accién de estos pueblos, Y estas reacciones comienzan ya en la misma preparacién, necesaria a tal fin, ya que para poder actuar sobre los puebios se precisa antes conocerlos. Se necesita, por lo menos aprender su Jengua ycon la lengua su modo de pensar; pero ademds de ello es necesario, Adguirir el conocimiento de la situacién geogréfica y del clima, de las costumbres y de los usos de un pueblo con el que se quiere entrar fen relacién de intercambio. No estamos ya en los tiempos en que el 174 ‘SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO mercader comerciaba por medio del intérprete (...). Sin dejarse desviar por las teorlas, los comerciantes alemanes han comenzado, desde Face ya tiempo, 10 que les dictaba el buen sentido: han comenzado a estudiar paises y pueblos, y a aprender su Tengua>! Las Soctepapes GEOGRAFICAS: FUNDACION Y OBJETIVOS La misma existencia de las Sociedades Geogréficas, que tan decisiva papel desempefiaron en la creacién de un ambiente geo- tgréfico y en ef desarrollo de esta ciencia, puede considerarse tam- bign fatimamente ligada a la expansién colonial. Pierre George hha aludido al eco que encuentran las ideas de Humboldt y Ritter fen Europa en un momento en que en todas las grandes capitales ‘ese fundan sociedades geogréficas apadrinadas por los gobicrnos y por Ja burguesia emprendedora, la cual busca apasionadamente las infor- maciones susceptibles de dirigir 1a politica de reparto del mundo y de atreer hacia la aventura los efectivos necesarios para la conguista y 1a explotacione+ La aparicién de estas sociedades sigue, en efecto, el ritmo de as politicas expansivas de los estados europeos. En 1788 se crea en Londres la African Association for Promoting the Discovery of the Interior Parts of Africa, antecedente de 10 que mds tarde seria la Royal Geographical Society of London? En 1821 se crea la Sociedad Geogréfica de Paris, que lev6 una vida Vinguida has- ta 18€0 y cuya historia es «no sélo la historia de los estudios ‘geogréficos en general, sino también la historia de la expansién colonial y econémica de Francia en los cien tltimos afios» segin se afirma en las palabras con que comienza la publicacién oficial realizada con motivo del centenario de la Sociedad’ En 1828 se funda la Gesellsshaft fiir Erdkunde de Berlin, y en 1830 la Royal Geographical Society de Londres, que cuenta en un primer mo- mento con 460 miembros. ‘Otras sociedades creadas antes de la mitad del siglo son las de México (1833), la de Frankfurt (1836), el Istituto Brasileiro de Historia e Geografia (1838) y la Sociedad Geogréfica Rusa de San Petersburgo (1845); esta tiltima contaba con cuatro secciones (ma- tematicas, fisica, etnografia y estadistica) y surgié con la misién de realizar expediciones cientificas y de exploracién en Asia cen tral y zona polar, publicando numerosos trabajos y revistas y LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 175 creando sociedades filiales en otras ciudades rusas: Tiflis (1852), Irkutsk (1856), Oremburg (1870), Omsk (1879) y Vladivostov (1888) La American Geographical Society de Nueva York fue fundada fen 1852, Ia Société de Géopraghie de Genéve en. 1858, y 1a Real Sociedad Geogréfica Espafiola, de Madrid, en 1876. Tambiéa se fundaron Sociedades de este tipo en los territorios coloniales, como la Sociedad Geogréfica de Bombay, creada en 1833 por ofi- ciales briténicos para estimular la exploracién de Asia* y la de Quebec —Ia tercera de América— en 18777 Existian, sin duda, grandes diferencias entre las grandes so- ciedades de las potencias coloniales y las pequefias de paises sin intereses imperiales directos. Pero en todas ellas el interés por los viajes y Ia exploracién constituia una caracteristica esencial. EI ejemplo de las primeras sociedades que se fundaron, la de Parfs, Berlin, Londres, México y Ginebra puede servir de demos- tracién. 1. La Société de Géographie de Paris se cred tras la Restaura: cién en un momento en que la politica inaugurada por el duque de Richelieu favorecia la expansién colonial y los contactos con Ex- tremo Oriente! EI 19 de julio de 1821 se reunieron un grupo de sabios, politicos y amigos de la geografia» y decidieron crear esta asociacién, elaborando un reglamento en el que participaroa de manera fundamental Barbié du Bocage, Jomard, Langlés, Malte- Brun, Walckender, Fourier y Letronne. Los objetivos de la enti dad fueron expuestos en una circular en la que se sefialaba que si bien existian ya un cierto ntimero de sociedades destinadas a propagar determinadas partes de los conocimientos humanos, sno ha existido hasta ahora ninguna asociacién que tuviera como inico ‘objetivo el conocimiento del globo que habitamos, que convocara a los hombres ilustrados de todas las naciones a concurrir, con sus trabajos y sus riquezas al perfeccionamiento de las ciencias geograficas, tan imamente ligadas al avance de todas las otras ciencias, a los pro- sgresos de la civilizacion, a la aniquilacién de todos los odios y de todas las rivalidades nacionales y al mejoramiento de los destinos de la especie humana. Estos son Ios motives que han dirigido a los fundadores de la Societé de Géographie. ‘En el articulo 4 del Reglamento aceptado por esta Sociedad en sit segunda sesién se establece: Los extranjeros serdn admitidos en igua- les condiciones que los regnicolas.»? 176 SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO En el Reglamento definitivo aprobado en 5 de enero de 1822 se establecia que la Sociedad se constituia para cooperar a los progresos de la geografia; impulsa a que se emprendan viajes los territorios desconocidos; propone y concede premios; establece correspondencia con las Sociedades sabias, los viajeros y los ged grafos; publica relaciones inéditas y libros, y hace grabat mapas». En un primer momento colaboraron con la Sociedad figuras de las ciencias y las letras como Chateaubriand, Cuvier, Gay-Lussac, Laplace, Vivien de SaintMartin, todos los cuales se encuentran entre Jos miembros fundadores, junto a un cierto mimero de aristécratas y politicos: «todas las clases de Ia sociedad —procla- ma el volumen del centenario— estaban representadas, mostran- do asf el interés que el pafs tiene en la nueva asociacién», De todas formas, el sesgo histérico y explorador de Ia nueva Sociedad se hizo patente bien pronto. La primera obra que se ‘acordé publicar fue, a propuesta del secretario general Malte- Brun, los viajes de Marco Polo a la vez que se concedia una me- dalla a una descripcién de la Cirenaica. En 1822 se decidié la publicacién de un «Bulletin», a pesar de Ia oposicién de Langlés que consideraba innecesario Ia realizacién de una revista geogré- fica, La idea de los fundadores era dedicarlo a «dar a conocer Jo que sucede en las sesiones a los que no tienen derecho a asis- tir a ellas», publicando aparte las obras eruditas y ttiles. Se im- primieron 500 ejemplares de este boletin y pronto fue un medio de correspondencia de los miembros de la Sociedad y los de otras sociedades sabias y los viajeros.” La revista se dedicd, en realidad, esencialmente a relatar los principales descubrimientos que se realizaban en el globo. Junto a esta actividad, la Sociedad consi deré que era «un deber rendir homenaje a los grandes viajeros cuyes exploraciones han beneficiado al desarrollo de la influencia francesa y a los progresos de 1a ciencia geogrificas, y organizé también recepciones solemnes a los viajeros y exploradores. 2. La Gesellschaft fiir Erdkunde zu Berlin (Sociedad Geogré- fica de Berlin) fue fundada el 7 de abril de 1828. La iniciativa se habia tomado dos meses antes en un banquete organizado por el cartégrafo Heinrich Berghaus en honor de G. D. Reymann, y junto con el militar escritor Leopold von Zedlitz-Neukirch pro- pusieron resucitar una iniciativa que habia habido en 1809 para asociar a Jas personas interesadas por la geografia." Entre los LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN BL SIGLO XIX 17 fundadores se cuentan, ademds de los citados, Baeyer, O'Btzel, Kiéden y Zeune. Curiosamente, Humboldt no participé, aunque en aguel momento daba muestras de gran actividad organizativa preparando Ia Asamblea de investigadores de la Naturaleza, que se inauguré en Berlin el 18 de septiembre de 1828, y de la que él mismo fue nombrado presidente.” Ritter fue nombrado presidente de la Sociedad de Geografia, y ideas tuvieron entonces otro Ambito institucional para difun- dirse, siendo hasta su muerte, segtin escribe Beck, el alma de la Sociedad. EI secretario fue el profesor de ensefianza secundaria Gotfried Daniel Stein. Se iniciaron inmediatamente las publica- ciones: el «Jahrliche Uebersicht der Thitigkeity (1833-1839), se- guido més tarde por «Monatsberichte tiber die Verhandlundgen» (1839-1843), por el «Zeitschrift Gesellschaft fir Erdkunde zu Ber- Tin» (1853-1944), que durante algin tiempo se titulé «Zeitchri:t fir allgemeine Erdkunde», y finalmente por «Die Erde» (desde 1949). 3. La tercera gran sociedad geogrifica, por la fecha de su fun- dacién (1830) fue la Geographical Society de Londres, que pronto recibié el titulo de Royal. Entre sus objetivos figuraba la publi- cacién de descubrimientos y hechos geogréficos interesantes y litiles, Ia ayuda a las exploraciones, la formacién de exploradores y la constitucién de una biblioteca geogréfica y una cartoteca." La Sociedad comenz6 inmediatamente la publicacién de una revista, el «Journal of the RG.S.» (18301880) convertido Iuego en «Geo- graphical Journal» desde 1893, y de unas memorias, «Proceedings of the RGS.» (1855-1878). Interesaban esencialmente las noticias sobre descubrimientos y exploracién de nuevos territorios, las descripciones detalladas de los mismos y su cartografia. Pero esta actividad cartogréfica era ya realizada por los oficiales del «Ordnance Survey», y la Sociedad con gran frecuencia no podia hacer otra cosa que dar ‘cuenta y realizar comentarios elogiosos de los mapas que se publi caban, En cambio fue muy activa en la elaboracién y difusiin de normas para orientar el trabajo de los exploradores. Cuando en 1854 se publicé la obra Hints for Travelers (Sugerencias para via- jeros) del capitin Fitzroy y el teniente Raper, la Sociedad publicé también en su revista diversos articulos y comentarios sobre este tema, Se daban indicaciones sobre las técnicas de observacién y Jo que habia que observar ¢ incluir en las descripciones de «geo- 178 SOCIEDADES GEOGRAFICAS, CEOGRAFIA E IMPERIALISMO grafic descriptivas de un pais: desde la hidrogratia a la historia, la misica, la religi6n, Ias tradiciones y las relaciones exteriores.* Esta preocupacién por entrenar a los futuros exploradores se man- tuvo todo el siglo, pero Ia Sociedad tuvo que ir incorporando las ideas de las disciplinas cientificas especializadas que se desarro- llaban en el siglo x1x. En 1877, después de una momentdnea incli nacién hacia la organizacién de conferencias sobre geografia fist ca, le RGS volvié a centrar su esfuerzo en la preparacién de los futuros exploradores, promoviendo un curso y un diploma de car- tografia y astronomia prictica, con instrucciones sobre fotografia, ‘geologia, historia natural y otros temas stiles a los exploradores.* La RGS estaba abierta a las noticias de todo el mundo. Pero tuvo un interés predominante por el continente africano, En ello influyeron, segin Freeman, razones diversas, desde el entusiasmo yy el celo de los misioneros, al interés por el tema del comercio de esclavos y el deseo de penetrar en el continente para conocer Ja naturaleza africana, la esperanza de un fructifero comercio y el deseo de establecer colonias. Eran sobre todo, informes sobre Io desconocido.” Hacia 1870 los esfuerzos exploradores en el continen- te se intensificaron, y la Sociedad hizo eficaz propaganda de ellos, contsibuyendo en algin caso con fondos propios a organizar expe- diciones.* EE interés por las exploraciones pudo, de todas maneras, dar ocasién a relaciones con cientificos que realizaban investigaciones de vanguardia en campos diversos de Ia ciencia, Ejemplar es en este sentido la relacién de la RGS con Francis Galton (1822-1911). Fue por sus exploraciones en Africa del Sur, realizadas a su propia costa entre 1850 y 1852, por lo que la Royal Geographical Society le concedié su medalla de oro en 1853. Después de publicar su Arts of Travel, una obra que ha sido caracterizada por su «inge- hnuidad y sentido comiin précticos,” Galton se interesé por la me- teorologia, realizando investigaciones sobre la circulacién de los vientos, las cuales se plasmaron en su Metereography (1863) en la {que acufié el término «anticiclén». En relacién con los proble- mas de Ia prediccién barométrica del tiempo, Galton se adentré en el campo de la estadistica, y la lectura de El origen de tas ‘especies de su primo Charles Darwin, caus6 en él un gran impacto y fue responsable de su transformacién de gedgrafo en antro- élogo y eugenista® A pesar de todo, Galton siguié manteniendo Felacién con Ia RGS (fue secretario honorario de la Sociedad en- LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 119 tre 1857 y 1863, y miembro del Consejo desde 1854 a 1893), intere- sandose por la difusién de la ensefianza de la geografia en las escuelas y en la universidad, influyendo en la iniciativa de la Sociedad para promover Ia geografia en las universidades de Ox- ford y Cambridge 4. ‘También fue importante el estimulo explorador en las s0- cicdades geugréfivas fundadas en los pafses nuevos como Ios ibe- roamericanos. La Sociedad Mexicana de Geografia e Historia (més tarde Sociedad Mexicana de Geografia y Estadistica) fundada en 1833 fue la cuarta de las sociedades geogréficas que se crearon en el siglo x1x, y poco después lo era el Istituto Histdrico ¢ Geo- gréphico do Brazil, en Rio de Janeiro (1838). La sociedad mexica- na tiene seguramente su precedente en el proyecto de Humboldt de crear un Instituto Mexicano de Investigacion Cientifica, el cual, a su vez, se inspiraba en las «Expediciones Boténicas» organizadas por el gobierno espafiol a América a fines del siglo xvii, y mas concretamente en el de la expedicién de Nueva Granada dirigida desde Bogoté por José Celestino Mutis.® En 1822, en un momento en que Ie faltaban apoyos politicos, Humboldt habia acariciado momenténeamente la idea de desplazarse nuevamente a México, pais que acababa de acceder a la independencia y en donde su reputacién cientifica era muy grande. En una ocasiGn alude a que con motivo de este viaje organizaria un instituto «para la inves: tigacién de las 19 vigésimas partes del pais» que no conocis, con la posibilidad de extender desde alli las expediciones a Filipinas y Bengala. Para ello contaba también con cientfficos amigos como Carl Segismund Kunth, Valenciennes y Boussignault y pensaba alimentar desde alli una «Revista de Geografia y Etnografia» que habia propuesto fundar al editor Cotta. El gobierno mexicano pa- rece que acogié con simpatia esta idea, y en julio de 1824 el can- ciller mexicano de asuntos exteriores felicitaba a Humboldt por su proyecto. La Sociedad se constituyé nueve aflos més tarde, como Insti- tuto Nacional de Geografia y Estadistica de la Reptiblica Mexica- na, convertido en 1850 en Sociedad de Geografia y Estadistica. Nacié en una fase de exaltacién nacionalista y de afirmacién de la personalidad nacional, para coordinar los trabajos sobre el terri- torio mexicano, Desde 1893 public un «Boletin de Geografia y Estadisticas. 180 SOCTEDADES GFOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO 5, En los pafses pequefios en que no existian intereses colo- niales el impulso para la formacién de las sociedades geogratficas no esié ligado al imperialismo, pero s{ al interés por las explora- ciones y viajes. Como ejemplo de un tipo diferente de sociedad geogrifica puede tomarse la Société de Géographie de Genive, fundada en 1858, Se trata de una iniciativa de algunos miembros itustrados de la burguesia ginebrina, entre los cuales Henry Dunant, el fundador de la Cruz Roja. La Sociedad surgié «como un simple ‘grupo de amigos que se reunfan en el domicilio de uno de ellos para mantenerse al corriente de los descubrimientos, darse cuenta mutuamente de sus lecturas 0 exponer en un cfrculo fntimo el re- ato de sus aventuras»2 El personaje esencial de esta sociedad fue dl rico burgués Henry Bouthillier de Beaumont, en cuya casa se reunieron al principio los socios, y que apoy6 financieramente la fundacién, siendo su presidente durante 27 afios consecuti- vos (1858-1885). El fundador esperaba «atraer a la Sociedad la simpatia y la colaboracién de los sabios que hacen honor a la patria y reunir los documentos dispersos de numerosos viajes, frutos del gusto dominante de los habitantes de este pais o de sus necesidades industriales»> La Sociedad pudo mantenerse, gra- cias al apoyo financiero de Beaumont, frente a grandes reticen- ‘cias, en un momento en que «la geografia estaba muy lejos de ser jan apreciada por el piblico como Jo ha Ilegado a ser mas tarde», segtin explicaba en 1908 Casimir de Candolle, uno de los miembros fundadores.” ‘AL igual que en otras sociedades, pronto se iniciaron también en la de Ginebra las publicaciones. En 1860 aparecian unas «Mé moizes», convertidas en 1866 en la revista regular «Le Globe», El primer niimero publicé trabajos etnogréficos sobre Africa, infor- Macién sobre las exploraciones articas, sobre las lineas de co- mercio de Alejandrfa, Suez y el mar Rojo, una visita al iman de Mascate, articulos sobre los ensayos agricolas de Kamtschatka, sobre las islas Hawai y sobre Ia exploracién en el norte de Africa En adelante siguié dedicando preferente atencién a las explora- Ciones, pero publicé asimismo trabajos de geodesia, cartografia y cosmografia, de geografia fisica, de botdnica, zoologia y medicina; y también articulos sobre etnografia, geografia histérica y biblica, Aunque muy escasamente sobre temas de geografia econémica.* También formaba parte de las actividades de la sociedad la orga: nizacién de conferencias sobre exploraciones y viajes, la propa- LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 181 ganda de la colonizacién y de las actividades misionales® y la concesién de medallas y titulos de miembros de honor a explora- dores famosos; entre los que recibieron estas distinciones se en- contraron Sven Hedin, Nordernskjéld, Amundsen, Peary. Como en otros paises, 1a Sociedad se interesé también a fines del siglo x1x en Ia ensefianza de 1a geografia a diferentes niveles. En 1882 organiz6 unos cursos piiblicos, reemplazados cinco afios después por conferencias sobre temas geograticos variados, aunque renuncié a ellas (1890), cuando la geograffa pasé a ser impartida en la universidad por dos privat-docents, B. Chaix y W. Rosier LA EXPANSION DE LAS SOCIEDADES GEOGRAFICAS El mimero de sociedades geogrificas crecié lentamente en- tre 1821, afio de creacién de la de Parfs, y 1865 en que sélo existian 16 sociedades. Desde esa fecha su aumento fue espectacular. De afio en afio se creaban nuevas sociedades en gran nimero de paises: sélo en 1873 aparecieron 5 nuevas; siete en 1876, cuatro al aiio siguiente y ocho en 1878. En esta fecha existfan ya un total de 50 sociedades, segiin un estudio realizado aquel afio y recogido en el «Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid». El total de miembros de esas 50 sociedades era de 21.263, siendo la de mayor nuimero la Royal Geographical Society de Londres con 3.334 miem- bros. La mayor parte, sin embargo, contaban con un ntimero de miembros inferior a 1.000 (cuadro 7.1). ‘CuspRo 7. Clasificacién de Ins sociedades geogréficas existentes en 1878, ‘segin el mimero de sus miembros Socios Tide wocedades Total de miembros Mas de 2000 1 Beton « 2000 4 San De ‘Son a 00 0 ion Be ions 300 u is asta 100 soos 1 8 Tom. 50 2128 Fuente: Elaborado a partir de tos datos del eBoletin de Ia Sociedad Geo grifica de Madrid, 1879, n° 1, pigs. 273-276. Je Socieshd 6 182 SOCIRDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO 1821-1935. 1 Total de sociedades. 2 Curva re- ‘as sociedades de cardcter claramente profesional. 1. -Evoluclén del mimero de socledades geogréficas 1 Fig. sultante si se suprimen LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 183 Los datos sobre Ia evolucién del nimero de miembros de al ‘gunas sociedades muestran también Ja importancia de la crisis del periodo 1840.50 y de los afios 1865-70 en el despertar de la curiosi- dad geogréfica. Asi la Sociedad de Geografia de Paris, que tenia a poco de su fundacién 378 socios (en 1827), experimenté luego un proceso de decadencia que hizo descender el niimero de socios a 100 en 1850, manteniéndose en unos 200 en 1860; pero a partir de esos afios’ el crecimiento fue ininterrumpido: 645 en 1870; 800 en 1872; 1.150 en 1875 y 1.700 en 1877." Algo semejante ocurrié en la Royal Geographical Society de Londres que, tras un brillante comienzo, decayé de forma sensible hasta el punto de que durante los afios 1840, coincidiendo con la crisis social y econémica bri- ténica parecia estar a punto de disolverse; solo después de 1851, durante la segunda presidencia de R. I. Murchison, comenz6 un verdadero desarrollo, que hizo aumentar el mimero de sus miem- bros de 600 a 2.000 hacia 1870. En otras sociedades més pequefias las cifras tienen distinta dimensién, pero la tendencia es seme jante: la Société de Géographie de Gendve que contaba con 15 miembros en el momento de su fundacién (1858) pas6 a 97 en 1885, a 114 en 1889, a 150 en 1896, y a 207 en 1908. En los afios siguientes a 1878 el movimiento de creaciGn de so- ciedades geogréficas continué en todo el mundo con mayor inten- sidad. Hacia 1885 existian 94 sociedades geogréficas con un total de 50,000 miembros; de ellas 80 eran europeas (26 en Francia con 18.000 miembros y 34 revistas; y 24 en Alemania con 9.300 miem- bros y 28 revistas). En 1896 el niimero de sociedades habia ascen- dido a 107, y de ellas 48 en Francia, 42 en Alemania y 15 en Gran Bretafia En algunos paises se constituyeron uniones nacionales y se reunieron congresos de sociedades de geografia, las cuales pudieron actuar como grupos de presién para el desarrollo re- gional o la implantacién de los estudios geogrétficos.® Entre 1890 y 1920 la creacién de sociedades geogréficas se pro- dujo a un ritmo més lento (véase cuadro 7.2). Pero en el dece- nio 1920-30 el movimiento alcanz6 un titimo momento de esplen- dor con Ia creacién de 30 nuevas sociedades. La curva que refleja el mimero de sociedades existentes desde 1821 a 1935 pose una configuracién del tipo curva logistica esca- Jonada (figura 1), que tan caracterfstica es en el crecimiento cien- tifico general. A un periodo de crecimiento lento, entre 1821 y 1870 suceden dos decenios de crecimiento exponencial en el que el 184 SOCTEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO ‘Conpno 72 Ritmo de creacién de las socledades geogréficas Perlodo Ns de Sociedades fundadas Peet OULU 1820-1829 2 1830-1839 4 1840-1849 2 1850-1859 6 1860 1869 6 1870-1879 4 1880-1889 28 1890-1899 40 1900-1909 uw 1910-1919, 10 1920-1929 30 1930-1940 2 Tora 4s em vee: Hasta 08H, Bav, en sGeoaraphisches Jahrbuch, 178, (Cada ot n ‘sBoletin Sociedad Geografica de Madrid», 1879, n° 1, pags. 273276.) ‘ands is Es Sra en sacs, Bolen’ de ta Soledad Argentina Pee las Gaagittoss ar Br (etado por J: Cavs, 88 Ovservacién: Los datos de SeinN se refieren a las sociedades, existentes fen 1945, lo que explica las diferencias que hay con los de E. BHM y W. Frama niimero de sociedades se duplica cada 10 afios aproximadamente: en 1869 existian 20 sociedades, en 1877 habia 40 y en 1889 su mime- ro habfa pasado a 80. Después, sigue un nuevo periodo de creci- miento lento en el que la curva se acerca al limite de saturacién. Este fase es interrumpida por un nuevo perfodo de crecimiento répido que, sin embargo, no Iega a ser tan intenso como el del periodo 1870-1890. Para interpretar esta intensificacién en el ritmo de crecimiento deben tenerse en cuenta dos hechos: las sociedades creadas a partir de 1910 aparecen en paises extracuropeos (11 so- ciedades del tipo «clisico»); por otro, se trata ahora de asociacio- nes profesionales (sociedades de gedgrafos docentes, de univers! tarios, de cientificos especializados en una rama determinada), y poseen por consiguiente un cardcter muy diferente al de las socie- dades de geografia del tipo decimonénico o «clasico». ‘La mayor parte de estas sociedades nacieron en paises europeos; pero también desde el siglo xrx empezaron a organizarse en las LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 185 nuevas naciones americanas 0 en los territorios bajo dominio di- recto de los europeos. Desde 1833 la Royal Geographical Society contaba con una rama en Bombay constituida por oficiales de la armada y del ejército y por médicos;* y aquel mismo afio se cons- titufa, como vimos, la Sociedad Mexicana, seguida més tarde de otras americanas, australianas y africanas. Hacia 1935 las 136 sociedades existentes se distribufan de la forma que expresa el cuadro 73. Cuapro 73 Distribucién de Ins socledades geogrificas por continente, 1935 Continentes * de Sociedades _N2 de Socios Europa 1 76182 América 25 17327 Asia B 4026 Africa 3 3959 Oceania 2 2018 ‘Tora. 136 102712 Fuente: E, SeaRs, cit. por J. GaviRs, 1948, pag. 310. Como motor de este extraordinario crecimiento del mimero de sociedades geogréficas en el perfodo posterior a 1880 se encon- traba, sin duda, el imperialismo europeo. Como dijo Lord Aber- dare en 1885, «para los politicos de todas las grandes naciones europeas éste ha sido un perfodo de gran interés y ansiedad, re- lacionado, més 0 menos, con las cuestiones de vastas reivindica- ciones territoriales. Para los gedgrafos el interés, aunque menos angustioso, ha sido sélo un poco menos agudo».* ‘De todas maneras, conviene recordar que no fue la geografia Ja tinica ciencia que cumplié este papel. Otras ramas cientificas en los paises europeos se desarrollaron durante el siglo xIx estre- chamente ligadas a los intereses imperialistas. El caso més desta- cado es sin duda el de la antropologia, tal como ha sido puesto de relieve tltimamente por gran niimero de autores. Entre otros, David Kaplan y Robert A. Manners han denunciado el carécter con- servador 0 reaccionario de la antropologia, insistiendo en que el trabajo de estos cientificos sociales se realizé esencialmente en territorios coloniales, al servicio y con ayuda de la administracién 186 SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO colonial, como instrumento de los intereses explotadores, igno- rande Ja explotacién o no adoptando una actitud critica ante ella. Esto significa que «todo pensamiento es probable que esté influido por el medio politico social e ideolégico de la época», aunque no debe llevar, piensan los autores a rechazar sin més las investiga- ciones que entonces se realizaron.” ORGANIZACION ¥ FUNCIONAMIENTO Les miembros de estas sociedades geogrificas eran naturalistas, navegantes, comerciantes, politicos, eclesi A titulo de ejemplo, puede citarse que entre los fundadores de la Roya! Geographical Society de Londres se contaban el Secretario del Almirantazgo, un oficial de la Armada especializado en tra: bajos de hidrografia, el director del Ordnance Survey (organismo encargado de Ia cartografia), el presidente de la Royal Astronomi- cal Society, un diplomético, un boténico, un lingtiista, un anti- cuario y un gedlogo.® Sdlo a finales del siglo, es decir, cuando ya se hebia institucionalizado la geografia, empezé a ser importante el némero de profesores y de universitarios. Los objetivos eran mucho més amplios que lo que hoy se entiende por geograficos ¢ inclufan no sélo la organizacién de ex- ploraciones y el fomento del comercio, sino también la creacién de estaciones meteorolégicas, la realizacién de observaciones astro- nomicas, los estudios etnogrficos. Para la realizacién de sus fines algunas dispusieron de elevados presupuestos procedentes de las ‘cuotas de sus socios (cuadro 7.4) y unas pocas gozaron de ayudas ‘econsmicas estatales; en este sentido el gobierno més espléndido era, sin duda, el ruso que subvencionaba en 1878 a cuatro socie- dades con una suma equivalente a 67.840 marcos, seguido del me- xicano, del brasilefio y del francés, Pero el apoyo estatal podia tomar otros caminos: ayuda para las ediciones, suscripcién a re- vistas, financiacién de proyectos concretos, etc. La participacién activa de algunos politicos (ministros, senadores...) en las socie- dades aseguraba un valioso canal de comunicacién para la conse- cucién de estas ayudas. Y el interés de los politicos en la obra de las sociedades era sin duda grande porque como decia el lema que encabezaba una revista geogrdfica: «La Tierra pertenecera a quiea Ja conozea mejor.» Compr 74 Sociedades geogrificas clasificadas seguin sus ingresos, 1878 (Ingresos expresados en marcos) Presupuesto del Gobierno total Subvencién Importe de las cuotas Sociedades 181960 53.000 169.000, 48.460 10.000 16.000 1018 133,500 159.000, "53.000 50.000 20238 27380 21,000 Sociedad Imperial rusa de Geografia, San Petersburgo Royal Goegraphical Society, Londres Société de Geographic, Pari 1500 17670 4000 000 8360 "200 125 00 9.640 Fuente: Elaborado a partir de los datos de BENM, recogidosen el «Boletin de Ia Sociedad Geogrifica de Madrids, 1879, 21.692 13,600 16.600 15.800 11220, 14368, 7.800 12984 9.450 i i Bue 8 i 42 £8 gol gg ag 38 BRE az 3 og Zeidig.e, agi? SEERA ATES ghee Pie Eo sgass32e 83222 Bo BESTS segeges Sostgeregel se Pe greed eTGSy 8522920235 R85 20 Geni 28 ed2243 igedsgusduss sas EEqSEEoeS Pee EEEURSAS335E23 ari, pags. 27206 188 [SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMCO Las sociedades actuaban a través de la organizacién de confe- rencias, mediante la concesién de premios y medallas (grandes medallas a exploradores, 0 premios a libros y a escolares que des tacaban en geografia)®; mediante la organizacién de exploraciones © la concesién de ayudas para realizarlas; defendiendo y apoyando Ia idea de la expansién colonial —aplaudiendo todas las campafias de expansién— y mediante gestiones destinadas a In instituciona- izacién de los estudios geograficos a nivel universitario. Eran tam- bién un lugar obligado de exposicién de los resultados de una expedicién por parte de todos los exploradores. La actividad de Jas sociedades se reflejaba, como hemos visto, en las correspon dientes publicaciones periddicas (revistas o boletines) y en las series de publicaciones cientificas que editaban o patrocinaban. Pero con algunas excepciones;® no parece que las Sociedades de Geografia fueran valoradas en pic de igualdad por otras insti- tuciones, ni la calidad de sus trabajos apreciada por los miembros de la comunidad cientifica. Mas bien parece que éstos consideraban fa dichas entidades como simples asociaciones de viajeros y afici nados. Como prueba de esta afirmacién —que puede tomarse como hip6tesis para una investigacién ulterior— podemos aducir aqui unas palabras bien significativas, ya que fueron pronunciadas por ‘el presidente de la Société de Physique et d'Histoire Naturette, profesor C. Sarasin, con ocasién del cincuentenario de la Société de Géographie de Gendve en 1908. Hablando en el acto solemne de conmemoracién, el cientifico suizo empez6 aludiendo a las afi- nidades que existian entre las ciencias naturales y Ia geografia, y al hecho de que dichas afinidades «tienden a hacerse més intensas ‘cuanto mas progresa la geografiay, Al leer lo que dice sobre estas ‘afinidedes, se comprueba, ante todo, que una parte de lo que a princizios del siglo xx pretendian los geégrafos que era especifico de su disciplina, era realizado también por otros cientificos. «En las dos sociedades [la de fisica y ciencias naturales, y la de geo. igraffa) se dedica un interés igual al estudio de cuestiones tan comple- jas y tan cautivantes como el reparto geogrdfico de los organismos Animales y vegetales, que se refieren, de una parte a la geografia, ¥ de otta @ la Zoologia y la boténica. El mismo interés comin existe respecto @ mumerosas cuestiones de geologia, porque, en efecto, la eofisica es decir, la clencia que estudia por una parte las formas ectualss de nuestra Tierra y, por otra, las fuerzas que crean estas formas y tienden a modificarias constantemente— es una rama cada ver tas indispensable a la comprensién tanto de Ia geologia como 189 de Ja geograffa. En cuanto a la geologia propiamente dicha, o histérica, Stingoe ha sido hasta ahora atcho mat jena’ fos, gedprafoe debe Serr cada ver iio de bare s todo extudlo serio de geografa fica Sblokgiea Es ells in que nos cnscha que los caracterés actuate del Talley tentstre comesponden no a am estado stable y defitivo, no, fort contri, a un estado momenténea en sna evolucon cons {Sia a que nd permite reconstair ia face sucervas por i ckalee fe putado'el love de ia Tera ye encadeyamicnto que enlata sas RuB'thnve st Se pude doce que ta gologta istrin con ia geeraia Io aus In paleontlosn esas solo y's Ia Botanic, cla aes feela GF Grigen Ge formas que slo odramos comprender imperfectamonte Sino supiesomoe nada de Tos estados ancestates de fos que dorian Pero después de estas interesantes palabras —interesantes so- bre todo por reflejar el punto de vista de un cientifico no gedgrafo sobre las relaciones entre distintas ciencias—, Sarasin tuvo buen cuidado en resaltar que si, bien exist(an entre la sociedad que él presidfa y Ia de geografia muchos puntos comunes, habia también «formas de actividad muy diferentes». Y explicé: La Société de Physique es una reunién de expesialistas, de hombres aya actividad esysi no cxclusivamente,altienos esencialmente sien tia; fos temas que se tratan en sus sesiones. son en general MY especiales y no se dirgen necesariamente més que. a un piblico Tes frlngido. La Sociéré de Geographic, al contrari, representa un clteulo Extenso” que comprende, 7 perdonen ustedes Ta expresion, muchos pro Fanos la confereneins ae 9e dan en lla se ponen ai slcance de tos sso Comite parece que desde siempre ha tomado por tarca estiular Inerey por fa eegrfia en Tos medion mis dveacs de musta Por si faltara algo, el cientifico acabé haciendo votes por el desarrollo de Ia Sociedad y porque siguiera propagando en Ia so- ciedad ginebrina el gusto por una ciencia «que es en general muy mal conocida y comprendida, y que esté hecha, mas que cual- quier otra, para aumentar las ideas y elevar los espfritus». Estas matizadas palabras debieron de crear malestar en la Sociedad de Geografia, porque en el banquete de las bodas de oro,* Raoul Gau- tier, director del Observatorio y decano de la facultad de Ciencias, persona ligada a la Sociedad” defendié que «una sociedad de geo- grafia no debe dirigirse tnicamente a los cientificos puros, como una Sociedad de fisica, de quimica o de ciencias naturales» y con- sideré que la Sociedad de geografia estaba en el buen camino por- que se Ie hacian reproches contradictorios: «por una parte de 190 SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO ser una sociedad demasiado cientifica, y por la otra de no setlo bastantes, Pero a pesar de todo, tuvo que reconocer que el papel desempefiado por la Sociedad en Suiza, e incluso en Ginebra ha- bia sido «modesto, aunque no initil»* Coronniiemo ¥ CEOCRAP{A COMERCIAL La idea de contribuir a la expansién de la civilizacién —europea, claro esté— era aceptada por todos, y ello era el justificante ideo- légico de las empresas de exploracién que precedian a las de con quista y colonizacién. Freeman ha escrito que la necesidad de difundir Ja influencia civilizadora sobre Jas partes del ‘mundo mis barbaras era ampliamente aceptada por la opinién pablica En aquellos momentos, Las sociedades geogrificas no slo satisfacian tuna curiosidad natural sobre los aspectos mas salvajes de la natu rraleza y la sociedad, sino que también consideraban astutamente las Cventuales posibilidades de comercio y expansién colonial.” En Francia la politica expansionista del II Imperio determiné una primera fase de interés por los paises de ultramar, que se vio intensificada cuando, tras la derrota de 1870, se incrementa- ron los esfuerzos. Como dice A. Meynier: «Varios ministros para compensar los efectos morales de Francfort, ¥ para encontrar mercados a los productos franceses se lanzan a una Politica colonial. Los nifios de Francia van a familiarizarse cada vez nds con el. Niger, el Congo y Madagascar (...). En todos Ios hogares Se signen los lejanos desplazamientos del hijo militar.» ® Una opinion semejante sobre la relacién entre el desarrollo de a geografia y los intereses imperialistas de Francia la tenfan los contempordneos. Asi lo proclamé Marcel Dubois el 14 de diciem- bre de 1893 en Ia leccién de apertura del curso de geografia co- Tonial al afirmar que el renacimiento geogréfico francés se habia acentuado el dia en que generosos patriotas, y entre ellos Jules Ferry «se dedicaron a compensar la disminucién de la Francia ‘europea [por la pérdida de Alsacia y Lorena] con un vigoroso de- sarrollo de la Francia de ultramars; por eso puede decir que «la geografia francesa debe su desarrollo a la vez a las tristezas amar- gamente meditadas de la derrota, y a las primeras glorias que nos LA INSTITUCTONALIZAGION DE LA GEOGRAFIA EN FL SIGLO XIX 191 hizo paladear de nuevo el ejército nacional en Africa y en Indo- china» La preocupacién por los aspectos comerciales se hizo aguda en ¢l tiltimo tercio del siglo, a la par que se acentuaba la competen- cia por la busqueda de nuevos mercados por parte de las potencias industriales europeas. Esto dio paso al desarrollo de 1a geografia comercial y a la creacién de sociedades creadas especificamente con este objetivo. En Francia, después de la derrota de 1870 la Société de Géo. ‘graphic de Paris atendié también a estos intereses y en 1873 creé una comision para estudiar las cuestiones geogréficas desde el punto de vista de la extensin de las relaciones exteriores del pais. Dicha comisién fue el origen de la Société de Géographie Commerciale (1873), que establecié secciones en diversas. ciuda- des, a la vez que se creaban otras de manera independierte® Lyon (1873), Burdeos (1874), Marsella (1876) vieron aparecer socie- dades dé geografia comercial, las primeras de una larga serie que pronto se extenderia por toda Europa: Sant Gall y Berlin (1878), Milén (1879), Wiirtemberg, (1882), Le Havre (1884) 0 las ciudades portuatias briténicas. Muchas de estas sociedades incluyeron entre sus objetivos la realizaciOn de cursos de geogratia comercial para navegantes, in- dustriales y comerciantes, 0 publicaron obras con este fin. Los ‘objetivos comerciales se consideraron asimismo importantes en las sociedades geogréficas que entonces se crearon. Asi, por ejem- plo, la Sociedad Geogréfica Italiana constituida en 1868 en Floren- cia, capital entonces del pais, tenia como misiones principales las de facilitar instrucciones y posibles apoyos a los viajeros, y «promover los intereses econémicos de Italia y sobre todo los relativos a Ia navegacién y al comercio, aunque dentro de limites esencialmente cientificos».* El interés por los temas coloniales y comerciales tuvo también su eco en Ios centros de estudios superiores. En Francia, en re- Jacién con la politica colonial de Jules Ferry, desde 1885 ‘se creé en Ta Universidad de Paris una cétedra de Geografia colonial, atribuida a Marcel Dubois, uno de los fundadores de la revista «Annales de Géographie», junto con Vidal de La Blache. Segin escribia el mismo Dubois, al instituir la cétedra el Estado desea- ba cilustrar con el examen atento del dominio de ultramar de Francia y por medio de instructivas comparaciones con Ia obra 192 ‘SOCTEDADES GEOGRAPICAS, GEOGRAFIA E TMPERTALISMO de otros paises, la generosa iniciativa de nuestros exploradores y de muestros oficiales, y buscar las leyes de una colonizacién Yerdaderamente racionals.® Nuevas cétedras de esta especialidad se creerian més tarde, en 1937 (2* cétedra en Paris, atribuida a Robequain), en 1946 (Strasbourg, Aix-en-Provence y Burdeos) y 1947 (24 cétedra de I'Bcole de France d’Outre Mer, fundada en 1889). Los gedgrafos universitarios con cétedras de geografia Re neral o regional colaboraron activamente en este movimiento co- onialista, Por ejemplo, en 1879 B, Auerbach se dedicé a recorrer a Lorena para propagar Ja idea colonial y el progreso de Francia en Africa del Norte.” Una derivacién de la Geograffa colonial fue la Geografia tropi- cal, de la que también se crearon cétedras en el colegio de Francia y en Argel. Todos estos estimulos se tradujeron pronto en Ia apa ricién de publicaciones sobre los pafses de ultramar; primero atlas ¥y publicaciones cartogréficas (como el Atlas des Colonies Francai- ses). También en Alemania se creé un Instituto Colonial en Ham- burgo, del que fue profesor Siegfried Passarge desde 1908 hasta su jubilacién en 1936, y se desperté un gran interés por los pro- blemas geogréficos de los paises coloniales, en particular a partir de la colonizacién germana de Togo y Camertin En Espafia, el desarrollo de la geografia en la segunda mitad del siglo XIX estuvo en buena parte relacionada con dos hechos: ta cattografia militar y las preocupaciones coloniales. En el clima de expansidn colonial, que dominaba en toda Europa, la Es- pafia de la Restauracién mostré una clara inoperancia y debilidad. La defensa de los iltimos girones del imperio en las Antillas v Extremo Oriente, la vacilante politica marroqui, la leve penetra: cién en Africa Occidental y los intentos de instalacién en Africa oriental para asegurar la ruta hacia Filipinas, constituyeron las inicas iniciativas oficiales, que se saldaron con un resultado bas- tante negative. Pero las necesidades mercantiles de ta reducida burguesfa de la época y, como consecuencia, el exaltado clima patristico y colonialista de la ¢poca, se tradujo, también en nues- tro pais, en un cierto ambiente popular sobre 1a cuestién colonial. Desde los primeros afios de la Restauracién comenz6 a organizarse la Sociedad Espafiola de Africanistas y Colonistas, que celebré numerosas reuniones y clevé peticiones a las Cortes, en relacién con la cuestién colonial. Esta Sociedad, luego denominada Socie- Gad de Geografia Comercial, estuvo muy ligada a los proyectos LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 193 regeneracionistas, y tuvo en Joaquin Costa el inspirador tedrico y el animador de una serie de planes de propaganda y exploracién. ‘Su presidente fue don Francisco Coello, teniendo Costa el cargo de Director de Exploraciones.” En 1883 la Sociedad de Africanistas promovié la realizacién en Madrid de un Congreso Espaiiol de Geografia Colonial y Mercan- til, que constituyé un hito importante en el desarrollo de los es- tudios geogréficos en nuestro pals, insistiéndose en la necesidad de propagar estos estudios y en estimular la realizacién de expe- diciones a Africa, La Real Sociedad Geogréfica de Madrid fundada en 1876 se convirti6, de hecho, en el alma de estas campafias pro-colonistas. En 1898, en plena crisis del imperio colonial espafiol, Beltrin y Rozpide se permite en Ia Memoria que presenta a la Sociedad «recordar consejos y provisiones de la Sociedad Geografica de Ma Grid que, acaso, atendidos en tiempo oportuno hubieran servido para abrir nuevos rumbos y horizontes a la politica colonial es- pafiola». Y afiade més adelante que en el triste afio de 1898, de Seta Sng es cma au, ears ose Esta idea era ampliamente compartida, Gonzalo de Reparaz afirmé poco después de esta declaracién que «perdimos las colo- nias por no saber Geografia» y Odén de Buen que es el que cita esa frase® comparte claramente dicho punto de vista, que la Escuela Superior Geogréfica —por cuya creacién abogé— tuviera como una de sus misiones la de realizar exploraciones en Espafa y en el Imperio de Marruecos. 1a estrecha relacién entre ciencia geogrifica y colonizaciones se refleja también en el elevado numero de revistas y colecciones periddicas que aparecieron con el objetivo de realizar —como explicitamente declaraba el «Boletin de la Sociedad de Geografia de Marsella» en su mimero 6 de 1877— una obra de vulgarizacion y de «facilitar la utilizaciOn de la Geografia para Ia navegacién, el comercio, la industria, Ia agricultura, la estadistica y la eco- nom{a politicas.S 194 SOCTEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA F IMPERIALTSMO Entre las numerosas que aparecieron sefialaremos algunas de diferentes paises. En Francia pueden citarse las siguientes: «Explo- rateur, Journal Géographique ct Commercial» (Paris, desde 1875); “Exploration. Journal des Conquétes de la Civilisation sur tous les points du Globe» (Paris, 187641884); «Gazette Géographique et de TExploration» (Paris, 1885-1887); «Revue Francaise de I'étranger fet des Colonies. Explorateur ct Gazette Géographiques (Paris 1885-1914); asi como las diversas revistas de las Sociétés de Géo- graphie Commerciale (en Paris, Saint Nazaire, Nantes, Le Havre...). En Italia puede destacarse: «Esplorazione Commerciale> de la Societt Ialiana di Geografia Commerciale de Milén (1886-1928), la «Serie Geogréfica» del Instituto Colonial Italiano de Roma y Tas publicaciones de la Societd di Studi Geografici ¢ Coloniali de Flo- Fencia fundada en 1895. En Portugal el «Boletin» de la Sociedade de Geografia comercial de Porto (desde 1880). En Espafia: 1a ‘Revista de Geografia Colonial y Mercantile, publicada por Ta Real Sociedad Geogréfica de Madrid entre 1897 y 1924; Ia «Revis- ta de Geogratia Comercial», publicada por ta Sociedad de Geogra- fia Comercial de Madrid entre 1885 y 18%; y las publicaciones de Ia Sociedad de Geografia Comercial de Barcelona, entre 1911 y 1919. De una manera general puede observarse que son los Jfios 1880 los que ven aparecer el mayor mimero de revistas de este tipo, coincidiendo con Ia fiebre colonialista y nacionalista que ‘Gio lugar al Congreso de Berlin y al reparto oficial del mundo jpor los estados europeos, Es también el momento en que la geo- trafia europea acaba de adquirir rango clentifico oficial y comien- a a tener una clara preocupacion por los paises extracuropeos. INVESTIGACION CTENTIFICA B INTERESES COLONIALES Los intereses politicos de los diferentes estados determinaron de forma directa la orientacién de las investigaciones geogréficas, las cuales se canalizaron esenciaimente hacia los territorios que ‘con fines de colonizacién se adjudicaban a la influencia de cada ‘estado © hacia aquellos en que los intereses econémicos eran particularmente importantes. ‘Una buena parte de la produccién cientifica dedicada a la geo grafia de los paises extranjeros puede ser explicada en cada pais fen relacién con estos factores politicos. Ello resulta fécilmente LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 195 comprensible dado que, naturalmente, los gobiernos tienen ten- dencia a facilitar ayuda econémica para investigaciones centradas, sobre todo, en aquellas areas de interés politico 0 econémico pre+ ferente. Entre los muchos ejemplos que podrian ser analizados (Ale- mania, Francia, Gran Bretafia, Portugal...) el caso de Italia es en muchos sentidos paradigmatico. Por ello consideramos intere- sante su andlisis baséndonos en un estudio apologético realimdo por un ge6grafo italiano con ocasién del Congreso geogréfico In- ternacional de Londres En Italia, el interés de los gedgrafos empezé a polarizarse des- de los ultimos decenios del siglo xix hacia determinadas dreas exteriores, dando lugar a una «no despreciable participacién en Jas discusiones sobre varios problemas africanos, especialmente fen aquellos relativos al sector del continente africano que caia en Ja esfera de influencia econémica o politica italiana». Entre las instituciones que més activamente colaboraron a este conocimiento de los pafses africanos destaca la Societa Geografica Italiana, que organizé numerosas expediciones a Africa y en cuyas « y «L'Ttalia colonia- le» de Milén, Ia revista del «Istituto per YOrientes, la «Rivista Coloniale» y «L’Tdea coloniale» de Roma, la «Rivista delle Colonie © Oriente» de Bolonia, la «Agricoltura Colonialer de Florencia, la «Rassegna di Studi Etiopici», etc., ademas de las publicaciones re- gulares del Ministerio de Colonias* Naturalmente, todo ello fue unido al interés de los gedgrafos por las colonias de otros paises (que se refleja por ejemplo en diversos articulos de R. Almagia) y a un intento de desarrollar la nueva rama de la geografia, denominada «geografia colonial».” Por diltimo, en lo que se refiere a los paises no directamente colonizados, el interés por ciertas areas puede venir tambiéa es- timulado por razones politicas 0 econémicas. Asf,el interés de la geografia italiana por América y sobre todo por Iberoamérica «no debe considerarse ocasional, sino que puede considerarse determi nado por algunas exigencias nacionales relacionadas con Ia emi- gracién»® Lo que explicaria la gran atencién prestada al tema de los movimientos migratorios hacia América y a las dreas re- ceptoras de estos movimientos. 198 SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISMO EL IMPERIALISMO BRITANICO: DBL DOMINIO DE LOS MARES AL Hesr.anp La relacién del desarrollo de la geografia con los intereses max cionalistas ¢ imperialistas no se refleja s6lo en las éreas seleccio- Sadas y en los temas abordados. Ramas frondosas de Ia ciencia feogrdiica se desarrollaron como resultado de una reflexién cien- fifica realizada por los gedgrafos sobre problemas ligados a estos intereses, Nos referimos concretamente a la geopolitica, surgida fn Alemania a partir de la obra de Ratzel y, al mismo tiempo, en Gran Bretafia a partir de la de Halford Mackinder y cultivada también en Francia por el catedratico de geografia colonial de Ta Sorbona y teérico de Ia colonizacién Marcel Dubois.” Dejando para inés adelante 1a consideracién del pensamiento de Ratzel® Toordaremos aqui, a titulo de ejemplo, el inicio del pensamlento eogrifico briténico sobre temas geopoliticos en la figura de Mac- Kinder, el fundador y primer maestro de la moderna geografia de ese puis Desde la mitad del siglo x1x fue creciendo en Gran Bretafia el interés por las tierras de Africa, Australia y Oceanfa, paralela- mente a la intensificacién de la expansién colonial briténica. EL Conocimiento y explotacién de los territorios coloniales exigian, cate todo, la realizacién de una cartografia precisa de los mismos y la penetracién hacia el interior mediante expediciones de ex Froracién que faclitaran informacion adecuada. La tarea era par Fcularmente urgente en Australia y Africa, continentes de los que yhacia 1830 s6lo. se conocfan con precision las costas y algunos enmitorios adyacentes, Ya hemos aludido antes en este mismo Capitulo a la estrecha relacién existente entre los progresos de fe geogratia.britinica durante el xix y la expansién colonial de aquel pats Paro no se trata s6lo de una mejora de la cartografia y de Ia informacion disponible, Lo que importa destacar aqui es que a misma seleceién de los problemas a investigar por los cien- tificos, la misma formulacion de las teorias geogréficas estuvo Glaremente influida por las preocupaciones y los intereses impe- rialistas. Cuiz’s el ejemplo més claro que puede facilitarse en este sentido —-y desde luego no el tinico— es el de Halford Mackinder, LA INSTITUCIONALIZACION DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 199 el gran ge6grafo creador del primer instituto universitar tanlco de gogrefa, Al igual que otros cientfcos britaneos con tempordneos, Mackinder fue un ferviente imperialista. En st caso, actividad académica y politica fueron unidas ya que, ademis de ser memo del Yalamento ene 1810 y 182, Macknde fem Imperial Shipping Commitee derde a conttcién on 1900 bos, ta 1945, y presidente del Imperial Economic Commitee de 1926 a 1831, Tambitn tradujo esta preocupacién a sus actividades ait Sidadbritinca ana escalaimpeiah®o eOnaAt 8 waiver Después de haberse preocupado por «las i geogratia policar™ a Yrlmere gran aportacign tobict de Mac. inder quod plasmada en su libro Britain and the Brish Ses, Publicado en 1902. En de pantea deforma clare el problema del dominio de octano como clave para el dominio del mando, y se relia un adliss del poder naval britnic, y de ls bass esta gicas de apoyo que le permiten controlar los océanos y, por elo, serena nnaccenies Noe oe pone eine excepcional. Ratzel habia trabajado también sobre El mar como juente de grandeca de tos pueblos, Pero era sobre todo en Gran Bretafia donde el tema preocupaba. La publicacién de la obra del almirante norteamericano Alfred T. Mahan en 1892 The injluen- ce of the Sea Power upon the French revolution and Empire! suscité un gran interés en ese pais, ya que en ella tras un ardlisis de tos confetos de le Edad Moderna, defend la idea de aie a potencla que dominara los mares dominar Como ejemplo de sintesi.precisamente Ta expansion britniea obntte 1906 y 1914 Mackinder organizé en la London Schoot of conomics unos cursos para oficiales del ejércto, i militares, planteando los problemas estratégicos de Ins diversas freas de la tierra —y en particular los relacionados con el Pré- ximo Oriente—. Con motivo de tno de es0s cursos, Mackinder rea- Tizé una definicién de la geografia en la que el caréeter «aplicado» “aplicado en este caso a las necesidades militares del imperia- lismo briténico— aparece bien patente: «Geografia es la imaginat aginativa comprensién de las grandes regiones de in superficie de la Terra, la posiided de. visualfear amples reas que pueden ser el marco de largas campafias; el poder de extender 200 SOCTEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA H IMPERTALISMO Jo que uno ve ante s{ 0 en el horizonte, ¢ incluso Jo que esta mucho més lejos, el poder de observar el mapa de.wn amplio espacio y etener en la mente, no sélo una imagen del mapa, sino una imagen Gel pais; y més atin, no sélo esto, sino el poder de mirar en ella con fos ojes de la mente y percibir los hechos interrelacionados que cons- truyen st geografia (...). Desmontar el pais y reconstruirlo en Ta ima- ginacions® tt te pecs si mene pin em ean de Eo “2a ee it se cy eh ee de bt ein se Tn he Geman eee pe ims dl Ye ecient mac nian See a ae ese fli ane aan nes My inc te epee er ie lc ay eur oa rel np LA INSTITUCIONALIZACIGN DE LA GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 201 vasto mundo econémico, més 0 menos aparte, se desarrollaré allf, inaccesible al comercio ocednico». Es esta rea inaccesible a los buques 1a que constituye el «4rea pivoter, rodeada por una «me- dia luna interior» constituida por Alemania, Austria, Turquia, In- dia y China, y una «media luna exteriors que incluya a Gran Bretafia, Africa del Sur, Australia, Estados Unidos, Canada y Japén, Piensa también que si en aquellos momentos el balance de poder no era favorable a Rusia, el futuro podia traer grandes cambios en este sentido, sobre todo si el «estado pivoter continuara su expansién sobre las tierras marginales de Eurasia y pudiers usar Jos vastos recursos continentales para la construccién de buques y decidiera lanzarse a Ia conquista de un imperio mundial. 21 pe- ligro seria, sobre todo, grande si Rusia y Alemania se aliaran. En ese caso se harfa necesaria una alianza de Francia con otras potencias maritimas, y «Francia, Italia, Egipto, India y Corea se convertirian en otras tantas cabezas de puente donde los navios exteriores podrian ayudar a ejércitos que obligarian a los aliados del estado pivote a desplegar fuerzas terrestres e impedir asi que concentraran toda su fuerza en los mares». En esta alternativa la India apareceria con una funcién estratégica fundamental centro del sistema imperial briténico, en la lucha contra el estado pivote convertido en gran potencia mundial ® Mackinder siguié desarrollando sus ideas en los afios siguien- tes. Precisé que el pivote geogréfico se sittia sobre todo en la parte de Eurasia comprendida entre los Urales y el Oder, a la que Mackinder considers luego como el Heartland. En su libro De- mocratic Ideals and Reality publicado en Londres en 1919, Mac- der escribe que «los tres llamados nuevos continentes son en tanto que area meramente satélites del viejo continente. Hay un ‘océano que cubre las nueve doceavas partes del globo; hay un con- tinente —el World Istand— que cubre dos doceavas partes del globo; y hay muchas pequefias islas, entre las que se encuentran América del Norte y del Sur». Segin la idea de Mackinder dentro del World Island existe una localizacién estratégica esencial, el Heartland 0 Area pivote, que comprende las tierras de Centro Europa hasta los Urales —o hasta el Tibet, en una segunda formulacién—. El dominio de esta drea es esencial para el dominio del mundo, pues como di Mackind 202 SOCIEDADES GEOGRAFICAS, GEOGRAFIA E IMPERIALISM “Mientras nuestros hombres de estado se encuentran en discusiones (en Versalles) con el enemigo derrotado, algunos querubines deberian susurrarles de vez en cuando “— quien gobierne el Este de Europa domina el Heartland; = Guien gobierne ef Heartland domina el World Island; = Quien gobierne el World Island domina ef Mundo» ® Que Mackinder se tomaba muy en serio estas ideas sobre el dominio del Heartland, Jo muestra no sélo su preocupacién por a expansi6n del imperio zarista desde finales del xix y posterior- mente la de la URSS, sino su participacién activa en Jas luchas que siguieron a la Revolucién soviética. Mackinder desempefié entre 1919 y 1920 el cargo de Alto comisario para el sur de Rusia para ayudar a los rusos blancos contra la revolucién soviética La comparacién de Ja Rusia moderna con el imperio de los Mogo- les, que él habia realizado en varias ocasiones, le hacia ver los peligros que suponfa un estado fuerte y centralizado en el coraz6n del World Island. Por ello mismo Mackinder expuso ampliamente sus temores a una alianza entre Rusia y Alemania, y propugné la creacion de una serie de estados tampones entre ambas potencias.* Las ideas de Mackinder sobre el Heartland fueron objeto, de gran atencidn y estudio en la Alemania nazi durante la década de los afios 303° Y fueron reafirmadas por su autor durante la segunda guerra mundial, repitiendo en 1943 que «el Heartland ‘es la mayor fortaleza natural de la Tierra». Entre los gedgrafos ritdnicos no dejaron de tener también su impacto, que ha per- durado hasta una época muy cercana a nosotros. Prueba de ello es tl libro de A. G. Ogilvie, péstumamente editado en 1957, Europe and its Borderland donde el estudio del continente europeo se plantea en término de reas «nucleares», y de Areas dependientes. Dominio de los mares, pivotes estratégicos en el continente ‘euroasiatico, preocupacién por la expansin de Rusia y por una alianza de ésta con Alemania, previsién de las cabezas de puente y de los puntos cruciales en que se desarrollaria Ia lucha... Dificil- ‘mente podria encontrarse una formulacién mas clara de las preocu: paciones de los grupos de poder britnicos en un momento en que los conflictos internos entre las grandes potencias curopeas se iban agudizando y daban paso a una paz cada ver més armada que pronto .desembocarfa en una guerra mundial. Con su obra ‘ccientifica» el gedgrafo Mackinder aporté una contribucién tedri- ca destacada a la problemdtica geopolitica planteada por el im- LA INSTITUCIONALIZACION DE 1A GEOGRAFIA EN EL SIGLO XIX 203, perialismo europeo en una fase de agudizacién de las contradic- clones internacionales. Desde una de las potencias en liza, Ia geografia aportaba asi una linea de reflexién que seria atentamen- te estudiada y seguida por los teéricos de la guerra de otros paises. NOTAS AL CAPITULO VIL Rm: BEd De aon Ra ig tm 8 Seer So in gon de Vy pce SEES Shs Somer oes : sw coro de Po, ot 5. Sobre esta Sociedad véase lo dicho en capitulo IV, pags, 163-1 6. En general los datos proceden de FREEMAN, m3 rv. PST i gr © Pais rst 9 Géographie, 1921, pag. 1. La idea de una «Sock te Geographic abi sido Se Oe ee cnet He 2. Société de Géographie, 1921, pag, 2. Firmaban Ia convocatoria las senas antes Indlcadias y Bosaa Ps monn toria ls per a nn ot gy do general y algin miembro pidié mAs adelante su Tupreston, ‘dems pas, 2 Ii, Beck, H., 1979, pég. 57. En otro lugar, este autor considera que la talc Satta Rea atn ise bas 1971, pag. 318. Berlin aunat ane i i i Les Be Be ft PE ans mts Kamen en tos trabaios, de inventigaion sabre este continente a6lo emperaron a aa: varie Aaa oon meade aan area's bee ee eae Se SLE adv, wo oS x we oct MARS, re ae te foe (Bat BS) BS oy ag teagan me o gr ee eee wi i rs nia ce ea Ae ata poe Bae 19H, pds. 257. Sobre los trabajos de esta expedicién véase Mex-

También podría gustarte