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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
ESCUELA DE DERECHO
SAN CRISTÓBAL - ESTADO TÁCHIRA

GARANTÍAS, ANTICRESIS, DERECHO DE RETENCIÓN

(Ensayo)

Autor: José Nieto

Tutor: Alejandro Cuenca

Marzo, 2022
Dentro del Derecho Romano y Griego, surge una figura que se utilizó
como un pacto que acompañaba al contrato de prenda, en virtud del cual los
frutos de la cosa hipotecada, fuese mueble o inmueble se compensaba con
los intereses que devengaba la deuda, pero no el capital. Esto se traduce
como contra uso. Dentro del contexto venezolano esta figura se denomina
como un contrato por medio del cual se le otorga al acreedor un bien
inmueble para que lo explote, como garantía de su deuda y perciba sus
frutos, a la vez que aplique estos al pago de la obligación adquirida. Dentro
del Código Civil Venezolano se encuentra estipulado en el artículo 1.855, el
cual expresa que es “un contrato por el cual el acreedor adquiere el derecho
de hacer suyos los frutos del inmueble que se le entregue, con la obligación
de imputarlos a los intereses, si se le deben, y luego al capital de su
acreencia” a pesar de esta definición puede estipularse también, que los
frutos se compensen con los intereses en todo o en parte.
Del mismo modo, no es indispensable que la anticresis esté constituida
por el deudor, ya que puede constituirla un tercero por él. Sin embargo, un
aspecto de vital importancia es que este contrato debe ser por escrito y
registrado ante la Oficina de Registro Correspondiente a la ubicación del
inmueble. De igual manera, el tiempo de estipulación de la misma no puede
ser mayor a quince (15 años). Al acreedor se le concede el derecho a
explotar el bien entregado y en consecuencia retener el inmueble hasta que
su acreencia sea totalmente pagada.
La presente producción escrita tiene por finalidad desarrollar el tema de
la anticresis, abarcando su concepto, características, elementos,
formalidades, efectos, derechos del acreedor, obligaciones del mismo. Así
mismo, los derechos y obligaciones del deudor. Aunado a ello se tocará el
tema del derecho de retención y todos los aspectos relacionados con el
mismo.
La anticresis, se enmarca dentro de lo que se denomina contrato real, el
cual en este caso es unilateral, accesorio y a título oneroso. Mediante el
mismo el acreedor adquiere el derecho de hacer suyos los frutos (naturales y
civiles) del inmueble que se le entrega con la finalidad de cumplir con una
obligación constituida por intereses y capital. El Código Civil venezolano lo
define como “un contrato por el cual el acreedor adquiere el derecho de
hacer suyos los frutos del inmueble que se le entregue con la obligación de
imputarlos a los intereses…” (Artículo 1855)
En el mismo orden de ideas, dentro de las características más relevantes
de la anticresis, se destacan algunas que se consideran de manera negativa,
según lo propuesto por Gorrondona (2012): “… es una institución
rudimentaria, llena de inconvenientes para ambas partes” (p.622) según la
cita anterior, la figura de anticresis presenta inconvenientes tanto para el
acreedor como para el deudor. Desde el punto de vista del primero, el
inconveniente se presenta al tener que encargarse de la administración del
fundo, en cuanto al segundo lo priva del uso y disfrute del mismo. A pesar de
ello, las características de esta figura permiten esbozar dos grandes rasgos:
primero, el prestatario ofrece como respaldo una garantía real, lo cual
garantiza que su compromiso de pago es un bien tangible, un inmueble, en
este caso. Segundo, se constituye con la finalidad de asegurar el pago de
una obligación, junto con los intereses generados por la misma, por ende, es
un derecho accesorio.
En consecuencia, la anticresis posee como elementos los siguientes: a)
el consentimiento, lo cual lo hace un contrato consensual b) la capacidad,
mediante la cual el constituyente debe poseer el derecho de disponer del
inmueble y sus frutos. c) causa u obligación principal que garantiza este
contrato; d) objeto, lo cual se estipula con la entrega del inmueble para ser
colocado en producción; e) tradición, la cual se obtiene al realizar la
inscripción ante el Registro correspondiente. Este último elemento es lo que
le otorga el carácter formal y permite que pueda ser oponible a terceros. En
consecuencia, el derecho anticrético no puede estipularse por un tiempo
mayor de quince años.
En virtud de lo anteriormente expuesto, son derechos del acreedor los
siguientes: Apropiarse del inmueble, hacer suyos los frutos civiles y naturales
que produzca, oponer a todos el derecho a retener el inmueble hasta lograr
el pago total de su crédito, obtener reembolso con privilegio sobre los frutos,
usar y disfrutar el inmueble para pagar su crédito, eximirse de las
obligaciones de pagar reparaciones, contribuciones y pensiones que graven
el inmueble al hacer la devolución del mismo y a perseguir por otros medios,
su crédito, finalmente gozar de las acciones posesorias.
Al respecto, son obligaciones del acreedor anticresista, las siguientes:
administrar el inmueble con el único propósito de satisfacer su crédito,
solicitar consentimiento para cambiar el destino, conservar los derechos de
los cuales disfruta el inmueble al momento de recibirlo, devolver el mismo al
extinguirse su crédito y rendir cuenta de su administración según lo
establecido en el artículo 673 del Código de Procedimiento Civil.
Seguidamente, son derechos del deudor anticresista los sucesivos: a)
que el acreedor cumpla aquello a lo que se comprometió (acción personal),
b) que se le restituya la posesión de su inmueble (acción reivindicatoria), c)
que se le reparen los daños e indemnicen los perjuicios (acción
indemnizatoria). Así mismo son obligaciones del constituyente anticresista: a)
el saneamiento por vicios ocultos y evicción, b) reembolsar los gastos de
mantenimiento necesarios, así como contribuciones y pensiones que graven
su inmueble.
Ahora bien, relacionado con la anticresis surge otro concepto que está
relacionado con el derecho que se le otorga al acreedor de retener en su
poder el bien que es propiedad del deudor. Esto es lo que se conoce como
derecho de retención, el cual procede solamente en los casos estipulados
por la ley, siempre y cuando exista conexión entre el crédito y el bien que se
retiene. Este derecho se considera una medida de defensa la cual detenta el
acreedor contra el deudor que incumple, por la cual el acreedor se rehúsa a
la entrega de un bien propiedad del deudor, hasta tanto aquel no cumpla con
la prestación a la cual se obligó.
Por tanto, este es un derecho origen comercial el cual posee como
características las siguientes: a) es accesorio, por lo cual, extingue el
derecho principal. b) la nulidad del derecho principal hace nulo también el
derecho de retención, c) donde vaya el derecho principal irá el de retención,
d) es una garantía legal, por tanto, la constitución de este viene determinado
directamente por la ley, d) es una garantía imperfecta, debido a que sus
efectos son limitados, en consecuencia, el acreedor no puede llevar el bien a
remate judicial solo puede retener el bien. Del mismo modo, se considera un
medio de coacción muy efectivo, porque con él se ejerce una presión sobre
el patrimonio del deudor para forzar el pago de todo cuanto adeuda.
En el mismo orden de ideas, la retención no es subsidiaria, por tanto,
puede en concurrir con otras garantías. Sin embargo, si es indivisible: el
acreedor puede ejercitarlo por la totalidad de su crédito. En cada una de las
cosas que se encuentran en su poder o sobre cada parte de ellas. No
importa, si la cosa retenida ha sido embargada o vendida judicialmente. A su
vez, puede ser cedido (no hay disposición legal en contrario), y transmisible
(no inherente a la persona del acreedor).
Así mismo, el derecho de retención posee otras características
especiales, dentro de las cuales destacan: a) Opera frente a comerciantes, b)
Debe tener como origen operaciones vencidas, c) debe tener como origen
una obligación válida, d) La retención no puede ejercerse sobre bienes que al
momento de recibirse estén destinados a ser depositados o entregados a
otra persona, e) cesa cuando el deudor paga la obligación o la garantiza
suficientemente y f) para que sea procedente, es necesario que se den
ciertos requisitos o condiciones indispensables.
Dentro de éstos, el requisito esencial es que exista la posesión por parte
del acreedor de una cosa, y para que esto se cumpla basta la simple
tenencia de la cosa, la cual debe ser corporal, cierta y determinada, además
de legítima. Ahora bien, la cosa puede ser mueble o inmueble (pero debe ser
material), ser evidente y estar en el comercio. Además, queda entendido por
posesión legitima aquella que es pacifica, publica, inequívoca, continua, no
interrumpida y libre de vicios.
Aunado a esto, para que pueda ejercitarse el derecho de retención, es
indispensable la existencia de un crédito a favor del poseedor de la cosa en
contra del propietario, pues el derecho en cuestión, actúa como medio de
garantía, en el sentido de que no se restituirá el bien hasta el pago total de lo
adeudado. En virtud de ellos, son derechos del retenedor: rehusar la entrega
de la cosa, usar acciones posesorias para proteger su posesión. Así como,
obligaciones del retenedor conservar la cosa que retiene con la diligencia del
buen padre de familia, pues la misma debe ser restituida al ser satisfecho su
crédito. Además, no puede usar la cosa retenida, solo lo hace como
seguridad. Por ende, el derecho de retención sólo tiene fines de garantía
sobre su crédito, no obstante, puede ceder su derecho, para lo cual es
necesaria la transferencia de la cosa.
Otro aspecto de crucial importancia es que se debe restituir la cosa con
sus frutos y accesorios una vez que se le haya satisfecho su crédito. Este
principio cesa de manera total o parcial de acuerdo con los principios
dominantes en materia de responsabilidad civil. Es importante destacar que
dentro de todo este proceso el propietario conserva el dominio y la posesión;
lo único que está suspendido es la tenencia del bien.
En síntesis, el derecho de retención no entraña, ni limita el derecho de
propiedad, de manera que el titular del dominio puede disponer de la cosa
(enajenándola o gravándola), debiendo el adquiriente para obtener la
entrega, pagar al retenedor.
REFERENCIAS

Código Civil. Gaceta Nª 2.990 Extraordinaria del 26 de Julio de 1982.

Código de Procedimiento Civil. Gaceta Oficial Nº 4.209 Extraordinario del 18


de septiembre de 1990.

Gorrondona, J. (2012) Contratos y Garantías. Derecho Civil II. Universidad


Católica Andrés Bello. Manuales de Derecho. Caracas

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