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NADAÍSMO; VANGUARDIA Y UTOPÍA

Una aproximación al pensamiento de Gonzalo Arango

RAÚL QUINTERO MORENO


Autor

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS


FACULTAD DE POSTGRADOS
MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN EN LITERATURA
BOGOTÁ D.C.
2015
TRABAJO DE GRADO

NADAÍSMO; VANGUARDIA Y UTOPÍA


Una aproximación al pensamiento de Gonzalo Arango

RAÚL QUINTERO MORENO


Autor

HUMBERTO ALEXIS RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ


Director

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS


FACULTAD DE POSTGRADOS
MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN EN LITERATURA
BOGOTÁ D.C.
2015
HUMBERTO ALEXIS RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
Director

_______________________________________
Firma

CARLOS FAJARDO FAJARDO


Evaluador 1

_______________________________________
Firma

HERNÁN JAVIER RIVEROS SOLÓRZANO


Evaluador 2

_______________________________________
Firma
Acuerdo No 19. Consejo Superior Universitario. Artículo 177.

La Universidad Distrital Francisco José de Caldas no se hará responsable por las

ideas propuestas en esta tesis.


DEDICATORIA

A mi hija Juliana,
A mi novia Zulema,
A mis compañeros de aula,
A los librepensadores con quienes he compartido
sueños, ilusiones, esperanzas y otros trastornos…
AGRADECIMIENTOS

A la Universidad por propiciar espacios


para el desarrollo del pensamiento crítico

A mis maestros por su disposición para


compartir sus conocimientos y experiencias
TABLA DE CONTENIDO

R.A.E.………………………………………………………….…….…..…………1

INTRODUCCIÓN………………………………………..……………..…………2

MARCO METODOLÓGICO……………………………..………..……..……...9

CAPÍTULO I

1. EL NADAÍSMO…………..…….…….….……....…….....……………..…….10

1.1. Concepto…………………………………………..…………..……..….…10

1.2. Orígenes y evolución…………………....…………….………………...…11

1.3. Los nadaístas y el entorno social en la segunda mitad del siglo XX……..16

CAPÍTULO II

2. ¿ES EL NADAÍSMO UNA SOCIO-CRÍTICA?……………….……...…….22

2.1 . Orígenes y perspectivas de la teoría socio-crítica….……………….…..…22

2.2 . El papel de los enunciados en el contexto literario desde la perspectiva de

Mijail Bajtín y su relación con el Nadaísmo................................................23

2.3. El arte de escribir; una aproximación a la relación escritor-lector en el

Nadaísmo desde la perspectiva de Jean Paul Sartre…….............................33

CAPÍTULO III

3. GONZALO ARANGO Y EL NADAÍSMO.………...…….…………..…..…47

3.1.El Nadaísmo como corriente desmitificadora de las ideologías dominantes...48


3.2. El inconformismo social de Gonzalo Arango; evidencias narrativas en

Providencia………..……………………………………………………….……51

3.3. El catolicismo como antítesis de la razón; una postura desalienante en

Manifiesto al Congreso de Escribanos Católicos.................................................56

CONCLUSIONES…………………………….……………………..…..….……60

BIBLIOGRAFÍA……………..………….………………………………….……64
RAE

RESUMEN ANALÍTICO ESPECIALIZADO – RAE-


TÍTULO NADAÍSMO; VANGUARDIA Y UTOPÍA. Aproximaciones al pensamiento de Gonzalo Arango.
PALABRAS CLAVES Nadaísmo, vanguardia, utopía, literatura de ruptura, esteticismo, ruptura de cánones, socio-crítica, manifiesto,
escepticismo, inconformismo social, enajenación, alienación, hegemonía, imaginarios sociales.
El presente trabajo se inscribe en el marco de la línea de investigación en Literatura de la Maestría en Comunicación-
Educación, se enfoca en un análisis socio-crítico sobre la influencia del Nadaísmo en contraposición a los imaginarios
DESCRIPCIÓN sociales hegemónicos entre los años 50 y 70, desde la perspectiva de su fundador el maestro Gonzalo Arango Arias,
tomando como referentes de análisis la teoría socio-crítica desde la perspectiva de Mijaíl Bajtín y Jean Paul Sartre en el
contexto literario, y como categorías de análisis el inconformismo social, la enajenación de la conciencia y la antítesis de
la razón, evidenciadas en la producción artística de este autor.

- ARANGO, G. (1974). Fuego en el Altar. Buenos Aires, Argentina. Ediciones Rotativa.


- ARANGO, G. (1972). Providencia. Barcelona, España. Plaza & Janes S. A. editores.
- ARANGO, G. (1963). Manifiesto Nadaísta al Homosapiens.
- ARANGO, G. (1960). Manifiesto al Congreso de Escribanos católicos.
- ARBELÁEZ, J. (2002). Nada es para siempre, Antimemorias de un Nadaísta. Bogotá, Colombia. Editorial Aguilar.
- BAJTÍN, M. (1982). Estética de la creación verbal. México D. F. México. Editorial Siglo XXI.
- CENDALES, D. (2009). El estilo en la obra de Gonzalo Arango. Tesis de pregrado publicada. Pontificia Universidad
Javeriana. Bogotá, Colombia.
- COBO, J. (2004). El escándalo Nadaísta y otros poetas, en Historia de la poesía colombiana, Siglo XX, De José
FUENTES Asunción Silva a Raúl Gómez Jattin. Bogotá, Colombia. Villegas Editores.
- ESCOBAR, E. (2013). Cuando Nada Concuerda. Bogotá, Colombia. Siglo del Hombre Editores.
- FAJARDO, C. (2009) El Nadaísmo: ¿vanguardia tardía?. El grupo Mito y el Nadaísmo La poesía colombiana bajo la
violencia partidista. Revista Logos Nº 16: 59-72 / julio - diciembre de 2009
- LEYVA, J. (2014). Jotamario Arbeláez y la fe Nadaísta. Revista La Jornada Semanal. No 1014. Agosto 10 de 2014
- RESTREPO, A. (2012). Revista Nadaísmo 70: cultura, política y literatura en Colombia. Tesis de Maestría publicada.
Universidad Tecnológica de Pereira. Risaralda, Colombia.
- SAGANOGO, B. (2008). Nadaísmo colombiano: ruptura socio-cultural o extravagancia expresiva. Revista de estudios
literarios Espéculo No 38. Universidad Complutense de Madrid.
- SARTRE, J. (1993). ¿Qué es la Literatura? Buenos Aires, Argentina. Editorial Losada.

INTRODUCCIÓN.
MARCO METODOLÓGICO.
1. EL NADAÍSMO.
1.1. Concepto.
1.2. Orígenes y evolución.
1.3. Los Nadaístas y el entorno social en la segunda mitad del siglo XX.
2. ¿ES EL NADAÍSMO UNA SOCIO-CRÍTICA?
2.1 Orígenes y perspectivas de la teoría socio-crítica.
CONTENIDOS 2.2 El papel de los enunciados en el contexto literario desde la perspectiva de Mijail Bajtín y su relación con el
Nadaísmo.
2.3. El arte de escribir; una aproximación a la relación escritor-lector en el Nadaísmo desde la perspectiva de Jean Paul
Sartre.
3. GONZALO ARANGO Y EL NADAÍSMO.
3.1. El Nadaísmo como corriente desmitificadora de las ideologías dominantes.
3.2. El inconformismo social de Gonzalo Arango; evidencias narrativas en “Providencia”.
3.3. El catolicismo como antítesis de la razón; una postura desalienante en “Manifiesto al Congreso de Escribanos
Católicos”.
CONCLUSIONES.
BIBLIOGRAFÍA.
La investigación es de carácter documental, se desarrolló bajo un enfoque cualitativo, en el marco de un estudio
METODOLOGÍA retrospectivo, y se soportó en un diseño metodológico orientado a la recolección y análisis de la información, al
establecimiento de criterios de análisis, con el propósito de establecer una correlación del corpus teórico propuesto en
cumplimiento a los objetivos trazados.
- El Nadaísmo, por la naturaleza de su filosofía, es susceptible de ser estudiado desde un análisis socio-crítico.
- El Nadaísmo fue la única expresión artística en Colombia capaz de denunciar las inconformidades de carácter político,
cultural, religioso y social.
- El Nadaísmo si es posible analizarlo categorialmente, el carácter vanguardista en el que se inscribe el movimiento no es
un impedimento para la rigurosidad del análisis académico.
- El Nadaísmo consideró la religión como uno de los elementos más enajenantes y alienantes de la conciencia individual
CONCLUSIONES y colectiva.
- En el campo de la comunicación se pone de manifiesto que Nadaísmo se ocupó de denunciar el inconformismo contra
las ideologías dominantes, desde el campo de la educación se reivindica el Nadaísmo como uno de los movimientos
culturales merecedor de un espacio académico para la reflexión y el análisis de la sociedad contemporánea. El aporte a
la línea de investigación en Literatura se observa en el abordaje del Nadaísmo como una vanguardia literaria en
contraposición al academicismo y a los cánones de la literatura tradicional en Colombia.
- Desde una perspectiva criticista, se pudo establecer la intencionalidad de Gonzalo Arango por modificar el pensamiento
de una generación enajenada por la razón, los prejuicios y el fetichismo religioso.
- Este estudio puede servir de referente para estudios en ciencias sociales, humanas o políticas.

1
INTRODUCCIÓN

La investigación surge motivada por el desencanto que generan las dinámicas

contradictorias en las que se desarrolla la sociedad contemporánea, la cual se

soporta en las bases estructurales de los idearios hegemónicos de orden social,

político, cultural y religioso que enajenan y alienan paulatinamente las fibras más

profundas de la conciencia individual y colectiva. La crítica realizada desde un

movimiento cultural vanguardista en Colombia como el Nadaísmo generó

fricciones en diversos estamentos, lo que derivó en una censura informal a esta

propuesta vanguardista por parte de quienes se atribuyeron el rol de guardianes

baratos de la moral ajena, tratando de salvaguardar los tradicionalismos y los

convencionalismos con el propósito de opacar y minimizar la proyección, el

desarrollo y el impacto de los postulados de dicho movimiento.

El Nadaísmo actualmente no es objeto de estudio en los círculos académicos,

simplemente se aborda de manera superficial, sumándose estadísticamente a los

movimientos culturales de vanguardia en el país. Algunas minorías intelectuales

retoman sus postulados como una remembranza nostálgica de un movimiento

vanguardista que se quedó suspendido en el tiempo, o como el bastión de la cultura

2
colombiana que se sumó a la resistencia social en la segunda mitad del siglo XX,

sin embargo, su escencia se difumina en el constructo del imaginario social,

imposibilitando así develar sus intenciones, plasmadas estas en el ejercicio de

reflexiones profundas que hicieron sus representantes, tratando de desmitificar la

institucionalidad, la sacralidad, los tradicionalismos y los convencionalismos, en

procura de cambios estructurales en la sociedad.

Bajo los presupuestos anteriores se pretende retomar y analizar el Nadaísmo desde

una perspectiva socio-crítica, particularmente con base en las concepciones

ideológicas plasmadas en la obra de su fundador el maestro Gonzalo Arango Arias;

por una parte, como una manera manifiesta de denunciar la enajenación de la

conciencia a partir de los idearios hegemónicos, y por otra, como una postura

contestataria que intentó reivindicar el sentido de la lógica humanizadora en

contraposición a la manipulación del supuesto orden social, sin desconocer que el

individuo contemporáneo es el producto final de la sumatoria de factores que

estructuran el sistema en el que se desenvuelve cotidianamente, un sistema

enfermizo, soportado en la decadencia e instrumentalización del pensamiento, que

se dinamiza y se desarrolla pasivamente en la ecuación producción-consumo y se

enfoca en el cultivo de antivalores fundados en un excesivo arraigo a la

institucionalidad, al fetichismo religioso, a los tradicionalismos y a la cultura light.

3
El primer capítulo se centra en el concepto del Nadaísmo, en sus orígenes y

evolución, en un acercamiento a la producción literaria del fundador del

movimiento, y en la influencia del entorno social en los nadaístas durante las

primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX. El segundo capítulo se enfoca

en dimensionar la relación entre el Nadaísmo y la teoría socio-crítica; por una

parte, desde la perspectiva de Mijail Bajtín en cuanto a la prefiguración del estilo,

teniendo como base los enunciados en el marco de los géneros discursivos, y por

otra parte, desde las concepciones críticas de Jean Paul Sartre en el ámbito literario,

en cuanto a la relación lector-escritor y la función de escribir. El tercer capítulo

hace énfasis en el Nadaísmo como corriente desmitificadora de las ideologías

dominantes, desde las posturas inconformistas del maestro Gonzalo Arango, a

través de una crítica radical a los estamentos sociales.

La investigación tiene como objetivo principal analizar la influencia de los

postulados nadaístas en los imaginarios colectivos desde una perspectiva socio-

critica, lo cual deriva en otros objetivos más específicos; conocer los orígenes, la

historia y la evolución del Nadaísmo, comprender las correlaciones entre la teoría

socio-crítica y el discurso nadaísta e identificar las posturas contestatarias y

desmitificadoras del fundador del movimiento. Lo anterior orienta la investigación

4
al análisis socio-crítico del Nadaísmo como vanguardia cultural que denunció el

inconformismo social y desmitifico las ideologías dominantes en la segunda mitad

del siglo XX.

El trabajo se soporta en un corpus teórico enfocado en el análisis y la correlación de

varios textos; se abordan cuatro escritos de la autoría de Gonzalo Arango, dos obras

poéticas y dos manifiestos; Providencia, publicado en 1972 e ilustrado por su

compañera la cantante y pintora Angelita, y Fuego en el Altar, publicado en 1974,

ambos corresponden a obras representativas del Nadaísmo que develan el

inconformismo social del autor desde diversos temáticas; el amor, la razón, la

religión, la soledad, la libertad, la muerte, la lucha de clases, los conflictos, el arte,

la economía y el mercantilismo entre otros. Manifiesto Nadaísta al Homosapiens,

publicado en 1963, el cual refleja la intencionalidad explicita del autor por

desarraigar al individuo de las trampas que incuba la razón, del desmedido riesgo

del progreso, de una falsa y sórdida postura social, y del sectarismo religioso, y

Manifiesto al Congreso de Escribanos Católicos, el cual recoge en sí mismo una

posición contestataria contra la fe cristiana, fue escrito y publicado por un grupo de

nadaístas, entre ellos Gonzalo Arango, como parte de un sabotaje a un congreso de

escritores católicos que se celebró en el paraninfo de la Universidad de Antioquia

5
en 1960. Por otra parte, se analiza el texto Estética de la Creación Verbal de Mijail

Bajtín, capítulo 5, El Problema de los Géneros Discursivos, en el cual el autor

aborda su heterogeneidad, carácter y formas de uso en la esfera de la actividad

humana, así como la vinculación de la estilística con las formas típicas de los

enunciados como es el caso en los géneros literarios, lo que según Bajtín, en

algunas ocasiones posibilita expresar y reflejar la individualidad del escritor,

correlacionando lo anterior con la propuesta literaria del maestro Gonzalo Arango

en sus obras Providencia y Fuego en el Altar, en razón a su intencionalidad

explicita de expresar su postura inconformista a partir de los enunciados

particulares que prefiguran su estilística. Se analiza también el ensayo de Jean Paul

Sartre ¿Qué es la Literatura? retomando de este la relación escritor-lector, este

ensayo en uno de sus enfoques se ocupa en examinar el arte de escribir bajo tres

cuestionamientos ¿Qué es escribir? ¿Por qué escribir? y ¿Para quién se escribe? pues

según Sartre, el mundo frente al que se halla el ser humano es mudo, por lo tanto la

presencia de la escritura es necesaria para hacerlo hablar, teniendo en cuenta que la

conciencia de la realidad humana es reveladora, bajo este presupuesto se

correlacionan los postulados de este autor con los escritos de Gonzalo Arango,

Manifiesto Nadaísta al Homosapiens y Manifiesto al Congreso de Escribanos

Católicos, con el propósito de poner en evidencia la intencionalidad del autor

6
por exponer la conciencia reveladora y explicita de un mundo inhibido por los

prejuicios y el fetichismo, en otras palabras, en hacer manifiesta la realidad social

del mundo a través de sus enunciados.

Como referentes complementarios se citan en el desarrollo de este trabajo dos

textos, tres artículos de revista, y dos tesis de grado. Dentro de los textos se

referencian Nada es para siempre, Antimemorias de un Nadaísta de Jotamario

Arbeláez publicado en 2002, del cual se analizan aspectos relevantes del Nadaísmo

pertinentes en este trabajo, desde la perspectiva y las vivencias de su autor, y

Cuando Nada Concuerda de Eduardo Escobar publicado en 2013, el cual se

compone de un compendio de catorce ensayos sobre las particularidades, alcances

y expresividades del Nadaísmo, develados en la escencia misma de su ideología.

En cuanto a los artículos de revista se referencian El Nadaísmo: ¿vanguardia

tardía? en El grupo Mito y el Nadaísmo La poesía colombiana bajo la violencia

partidista, escrito por Carlos Fajardo, catedrático de la Universidad Distrital

Francisco José de Caldas, y publicado en el año 2009 en la Revista Logos Nº 16,

rescatando de este las disertaciones del autor sobre la historicidad del Nadaísmo,

Nadaísmo Colombiano: Ruptura socio-cultural o extravagancia expresiva, escrito

por Brahinam Saganogo, profesor del Centro de Investigaciones Filológicas de la

7
Universidad de Guadalajara (México), y publicado en el año 2010 en Espéculo,

Revista de Estudios Literarios por la Universidad Complutense de Madrid, y

Jotamario Arbeláez y la fe Nadaísta, escrito por José Ángel Leyva, y publicado

en 2014 en la revista Jornada Semanal. No 1014. De igual manera se referencian

las tesis de grado, El estilo en la obra de Gonzalo Arango, presentada en 2009 por

David Cendales en la Pontificia Universidad Javeriana para optar al título de

Profesional en Estudios Literarios, y Revista Nadaísmo 70: cultura, política y

literatura en Colombia, presentada en 2012 por Alexandra Restrepo Bermúdez en la

Universidad Tecnológica de Pereira para optar al título de Magíster en Literatura.

8
MARCO METODOLÓGICO

La investigación es de carácter documental, se establecieron criterios de análisis

que permitieron la correlación del corpus teórico propuesto en cumplimiento a los

objetivos trazados, tomando como categorías de análisis el inconformismo social,

la enajenación de la conciencia y la antítesis de la razón.

El estudio se desarrolló bajo los siguientes parámetros:

ENFOQUE: Cualitativo.

TIPO DE INVESTIGACIÓN: Documental de carácter descriptivo.

TIPO DE ESTUDIO: Retrospectivo.

DISEÑO METODOLÓGICO:

- Recolección y análisis de la información.

- Establecimiento de criterios de análisis.

- Desarrollo de la investigación.

- Hallazgos y Conclusiones.

- Documento final y sustentación.

9
CAPÍTULO I

El Nadaísmo es nuestra más bella e intensa primavera


Víctor Bustamante
1. EL NADAÍSMO

1.1. Concepto.

Se trata un movimiento literario vanguardista colombiano, inscrito en el marco de

la corriente nihilista que se basó en los postulados del Dadaísmo, del Surrealismo y

de la Generación Beat, en contraposición al academicismo y a la influencia de las

estructuras hegemónicas contemporáneas. “Etimológicamente el término deriva de

NADA que significa cualquier enunciado que exista fuera la razón” (Saganogo,

2008, Pg. 2).

Para Gonzalo Arango “El Nadaísmo era un estado del espíritu revolucionario…

Para la juventud es un estado esquizofrénico-consciente contra los estados pasivos

del espíritu y de la cultura” (Arbeláez, 2002, Pg. 39). Para Jotamario Arbeláez el

Nadaísmo se caracterizó por “Negar las cuestiones trascendentales, como la

religión, Dios, la patria y el trabajo. Fue un movimiento que quiso propiciar un

comportamiento sensual o sexual que daba permiso, digamos, o amparaba todo tipo

de desviaciones” (Arbeláez, 2002, Pg. 65).

10
1.2.Orígenes y evolución.

El Nadaísmo nació en Manizales en el año de 1958 y se desarrolló hasta 1976, fue

fundado y liderado por el maestro Gonzalo Arango Arias, y secundado por jóvenes

irreverentes de la época como Amilkar Osorio, Eduardo escobar, Jotamario

Arbeláez y Elmo Valencia, luego se unieron Fernando Gonzales, Eduardo Gómez,

Jaime espinel, Fernando Lalinde, Mario Rivero, Giovanni Quessep, José Manuel

Arango, Germán Espinosa y Jaime Jaramillo escobar, entre otros. Particularmente

El Profeta, como se le conoció al maestro Gonzalo Arango Árias, fue escritor,

dramaturgo, poeta, periodista y fundador del movimiento, nació el 18 de enero de

1931 en Andes (Antioquia) y murió trágicamente en un accidente de tránsito el 25

de septiembre de 1976 en la población de Tocancipa (Cundinamarca), días antes de

su muerte se había convertido al catolicismo y renegó contra el Nadaísmo. La

revista Cromos en el año de 1976 hizo una apología a su muerte, a su controvertido

pensamiento y a sus intenciones de cambiar el mundo; “Gonzalo Arango le tenía

miedo a la muerte y la sinvergüenza disfrazada de camión y le asestó un golpe de

varias toneladas, dejándole aplastado el miedo confundido entre la poesía del

paisaje campesino y su enclenque revolución pequeña, que de todas maneras le

alcanzó para cambiar el mundo” (Revista Cromos, 1976, No 3. 064).

11
El corpus de su obra se cataloga, cronológicamente, de la siguiente manera;

Primer Manifiesto Nadaísta (1958), Los camisas rojas (1959), Manifiesto a los

escribanos católicos (1960), El mensaje a los académicos de la lengua (1962),

Manifiesto Nadaísta al Homosapiens (1963), Los volúmenes de relatos Sexo y

saxofón (1963), La consagración de la nada (1964), Los ratones van al infierno

(1965), Prosas para leer en la silla eléctrica (1966), Boom contra Pum Pum (1967),

El terrible 13 Manifiesto Nadaísta (1967), El oso y el colibrí (1968), Providencia

(1972), Fuego en el altar (1974) y Obra negra (1974). De edición póstuma,

Correspondencia violada (1980), Adangelios (1985), Las Memorias de un

Presidiario Nadaísta (1991). Obras de teatro: Nada bajo el cielo raso, HK-11

(1960), Los ratones van al infierno y la consagración de la nada (1964). Cuentos:

Sexo y Saxofón (1963). Crónicas, ensayos y artículos de prensa: Prosas para leer en

la silla eléctrica (1966). Correspondencia y manifiestos: Correspondencia violada

(1980). En 1974 el poeta Jotamario Arbeláez seleccionó una antología de su obra

bajo el título Obra Negra. Por otra parte, el Maestro publicó dos antologías de los

nadaístas: 13 Poetas Nadaístas (1963) y De la Nada al Nadaísmo (1963). Sus

poemas, su irreverencia y su personalidad contestataria lo hicieron popular entre los

jóvenes de la época, sus crónicas y cartas contienen, quizá, lo mejor de su escritura,

como periodista colaboró en la Nueva Prensa (1963-64), Cromos (1966-67) y

12
en El Tiempo (1968-69), publicó ocasionalmente en el Corno emplumado de

México y Zona Franca de Venezuela. Junto a X-504 (seudónimo del poeta Jaime

Jaramillo Escobar), alcanzó a publicar ocho números de la revista Nadaísmo 70. El

Primer Manifiesto Nadaísta determinó básicamente los principios ideológicos

del Nadaísmo y abrió un horizonte a otros seguidores del movimiento, lo que

derivó en un amplio corpus literario de obras abocadas a la ruptura de los cánones

tradicionales y a la denuncia social particularmente; El universo humano y Culo de

botella de Elmo Valencia; Poemas de la ofensa, Extracto de poesía y Sombrero de

ahogado de Jaime Jaramillo Escobar; Poemarios de la invención de la uva,

Monólogos de Noé y Confesión mínima de Eduardo Escobar; El profeta en su

casa, Mi reino por este mundo y 12 poetas Dadaístas de los últimos días de

Jotamario Arbeláez, entre otras. En términos culturales el Nadaísmo se determinó

como un movimiento vanguardista literario, bajo la influencia de Rimbaud,

Baudélaire, Lautréamont, Apollinaire y André Breton. Según Eduardo escobar

“Fue un movimiento vital y contestatario que confrontó las realidades de Colombia

y del mundo. Su principal fortaleza se establece en sus manifiestos y escritos

polémicos, en los que reflejaban su protesta y su deseo por contravenir los valores

que imponía una sociedad solapada y corrompida en su moral” (Escobar, 2013,

Pg. 43).

13
Los nadaístas se inclinaron por una literatura de ruptura, criticando la producción

literaria colombiana, argumentando demasiado esteticismo en las obras

costumbristas y tradicionalistas de la época y anteriores a ellas, el movimiento se

enmarcó en una nueva estética creativa basada en el caos racional, también se

caracterizó por darle sentido a la existencia humana, queriendo demostrar que el

sistema y el orden social corrompen el espíritu y enajenan la conciencia, por otra

parte, intentó desmitificar la razón y cualquier forma de creencia religiosa,

privilegiando al individuo sobre cualquier forma e intento de control, influencia y/o

manipulación, a este respecto Eduardo Escobar afirmó “Fuimos más una banda de

cazadores de cabezas que una capilla literaria” (Escobar, 2013, Pg. 125), y el

maestro Gonzalo Arango enfatizó que “El Nadaísmo no es una escuela literaria en

un sentido estricto y escolástico, lo que no supone que su proyecto esencial sea la

estética, a pesar que la contiene desborda ese presupuesto hacia implicaciones de

otro orden, sobre todo en el orden de la vida cotidiana y de una actitud existencial

ante el mundo” (Arbeláez, 2002, Pg. 52).

Por la fuerza de su naturaleza el Nadaísmo se consideró un movimiento

latinoamericano en el marco de la contracultura. Carlos Fajardo afirma que “El

Nadaísmo, al proponerse sacudir los modelos confesionales y los paradigmas

14
normativos y moralizantes de una Colombia conservadora, utilizó la irreverencia, el

show mediático, el escándalo como propaganda sensacionalista” (Fajardo, 2009,

Pg. 67). Aunque el Nadaísmo no perdió vigencia tras la muerte de su fundador en

1976, quienes representaron el movimiento posteriormente no lo hicieron con la

misma vehemencia que el maestro Gonzalo Arango, desde la perspectiva de Juan

Gustavo Cobo Borda “El Nadaísmo se constituyó en las dos expresiones de

nuestra nacionalidad que fueron estrictamente coetáneas; una significaba la cultura

y la otra la barbarie, los que sobrevivieron terminaron en brazos de los gobiernos

que detestaron y son hoy parte del establecimiento, con preclaras excepciones”

(Cobo, 2004, Pg. 79). Eduardo Escobar, quien militó en el Nadaísmo junto a

Gonzalo Arango afirmó al respecto, “Para unos el Nadaísmo fue camino de

vanidosos, para otros un crimen vulgar… Los peores, quizá, se dedicaron a la

poesía y a la pintura, o a escribir novelas, y los más inteligentes se convirtieron en

arquitectos del obsceno hombre domestico contemporáneo” (Escobar, 2013, Pg.

29). Algunos sobrevivientes del Nadaísmo, y otros intelectuales, se han

pronunciado sobre la relevancia del papel del maestro Gonzalo Arango en el

movimiento, para Juan Gustavo Cobo Borda, a 30 años de la muerte del maestro

afirma “Su obra literaria no tiene mayor trascendencia, sus poemas son un desastre”

(Cobo, 2004, Pg. 45).

15
Por otra parte, otros sobrevivientes del movimiento tienen una visión positiva del

papel del maestro, para Jotamario Arbeláez, él “Por ser el fundador del primero y

único movimiento de vanguardia en Colombia, debería ocupar un lugar en primera

fila” (Arbeláez, 2002, Pg. 97). Para Eduardo Escobar, “El maestro sobrepasó lo

literario en la historia de Colombia, pienso que ahí radica su grandeza y su

influencia en el pensamiento y el cambio de atmósfera en aquellos años” (Escobar,

2013, Pg. 63).

Jotamario Arbeláez, Eduardo Escobar, otros sobrevivientes del movimiento, y otros

que se han hecho adeptos en el camino, reconocen y coinciden en que el Nadaísmo

se ha difuminado parcialmente en su escencia, pero que todavía hay cosas que

esperar por la dinámica de su propia naturaleza, sin desconocer lo que Gonzalo

Arango afirmó en su momento “Todo se puede esperar de la escalada de esa

revuelta espiritual llamada Nadaísmo” (Saganogo, 2008, Pg. 3).

1.3. Los nadaístas y el entorno social en la segunda mitad del siglo XX

Este periodo histórico se constituyó en una de las épocas más convulsionadas en el

entorno mundial, se enmarcó en guerras, revoluciones, auge tecnológico, políticas

cambiarias, transformaciones geopolíticas y culturales, tendencias vanguardistas,

16
contracultura, miedos atómicos, especulaciones económicas, expansionismos

imperialistas, soledades, marginamientos, desencantos, vergüenzas y cinismos. Los

nadaístas no catalizaron ninguna acometida de los fenómenos mencionados y se

pronunciaron de manera libertaria y emancipadora frente a esas situaciones, pues

no era su intención formar parte de un ejército de individuos enajenados hasta la

médula de su entendimiento por los convencionalismos y tradicionalismos

conservadores, bajo el esquema de las falsas promesas que ofrecían la razón, el

progreso civilizatorio y el embate doctrinal.

El entorno colombiano no fue ajeno a los cambios geopolíticos del mundo ni a las

transformaciones socio-culturales, pues la influencia en la cotidianidad nacional de

las guerras, las revoluciones, la contracultura, los cambios económicos y políticos,

el expansionismo hacia el tercer mundo, el catolicismo, las tendencias

vanguardistas en el campo social, ideológico y cultural, conllevó a los nadaístas a

repensar el mundo y dejar entrever una de sus mayores preocupaciones;

impermeabilizar la mente y el espíritu del individuo contemporáneo contra la

racionalidad irracional, las doctrinas enfermizas, los prejuicios sociales, y los

convencionalismos manipuladores, con el propósito de salvaguardar su integridad.

17
Para Carlos Fajardo “La década de los sesenta, para la poesía colombiana, fue el

desahogo y el grito de una generación hija de la violencia... Se ha dicho que el

Nadaísmo fue una insurrección de los sentidos de jóvenes acorralados por las

condiciones de una violencia institucional” (Fajardo, 2009, Pg. 66). Por su parte,

Jotamario Arbeláez hace una retrospectiva sobre la influencia de la cultura

vanguardista de la época en el entorno nacional:

Colombia no podía quedar al margen del espíritu que embriagaba a los


jóvenes de los años sesenta con la Revolución cubana de por medio, la
generación beat, el hippismo y otros movimientos vanguardistas que
brotaron en América Latina como El Techo de la Ballena en
Venezuela o los Tzantzicos (reductores de cabeza) en Ecuador, Los
Brujos de Buenos Aires y las revistas mexicanas El Corno
Emplumado y Pájaro Cascabel, además del ya extinto grupo La
Espiga Amotinada (Leyva, 2014, Pg. 25).

Los representantes de esta corriente expresaron su inconformismo contra el orden

social y cultural, a través de manifiestos y obras literarias y poéticas, convirtiendo

este movimiento vanguardista en un mecanismo de protección contra el demonio de

la razón, contra el influjo de las doctrinas, y contra el absurdo previsible de una

sociedad mediatizada por el miedo a los cambios estructurales; “Los nadaístas se

constituyeron en un grupo de intelectuales que jugaron un papel preponderante por

su participación en los sucesos políticos y sociales de la nación colombiana,

18
además de erigirse como la conciencia de su época gracias al contexto y al espacio

brindado para realizar esto” (Restrepo, 2012, Pg. 34).

Los nadaístas se opusieron de plano a la influencia enfermiza de los idearios

hegemónicos predominantes en la sociedad contemporánea, ellos disertaron sobre

las problemáticas de la nación y del mundo en diversos escenarios cotidianos del

país, a este respecto, Carlos Fajardo se refiere al actuar cotidiano de los nadaístas:

Dichos poetas se reunían en los cafés y bares de las diferentes


ciudades colombianas. Rescatan el bar y el prostíbulo como sitios para
la discusión intelectual y ambiente propicio para gastar la vida. El
Nadaísmo nace en la provincia; sólo se dirige a la capital en 1961, tres
años después de haber surgido en Cali, Medellín, Manizales, Pereira,
Barranquilla. En todas estas ciudades comienza a publicar diatribas,
manifiestos, panfletos, artículos de prensa, poemas contra la tradición
patriarcal conservadora, contra los intelectuales de pacotilla y la
Iglesia Católica. Su objetivo central era estremecer, desde adentro, las
estructuras reaccionarias y atrasadas de la sociedad colombiana, sus
mitos institucionales, sus ídolos de cartón, baba y mentira (Fajardo,
2009, Pg. 68).

Por otra parte, la difusión mediática del Nadaísmo en el país se dio a través de los

medios impresos, los principales diarios y revistas publicaron artículos de los

nadaístas. Carlos Fajardo nos muestra una panorámica de este fenómeno:

19
La prensa capitalina, sin embargo, por contactos que hizo Gonzalo
Arango publica el primer manifiesto en 1958. Los periódicos abrían
lentamente sus páginas al nuevo “ismo” del escozor. En Cali se
publica Esquirla (suplemento literario del diario El Crisol), el cual
circulará por bares, cafés, universidades y calles de la capital del Valle
del Cauca. Desde el diario El Colombiano de Medellín, Gonzalo lanza
sus juegos pirotécnicos y sus guías espirituales; era “una festiva
aventura iconoclasta de finalidad sin fin” (Gonzalo Arango). La
revista Mito, dirigida por el poeta Jorge Gaitán Durán, dedica su
último número de 1962 al Nadaísmo. Así se le garantizaría una puerta
para que las más lúcidas, y también las más torpes conciencias de este
país, se dieran cuenta de su existencia (Fajardo, 2009, Pg. 68).

Los nadaístas, en pleno auge del movimiento, enfocaron su misionalidad en la

desacralización y desmitificación de los imaginarios sociales, convencionales,

tradicionalistas y fetichistas que imponía la institucionalidad y la religiosidad,

enfrascándose en una campaña contra el mito de la racionalidad, que para el

individuo se torna enfermiza y enajenante, particularmente en una nación como

Colombia, manipulada por las emociones partidistas y piadosas, soportadas en una

ciega obediencia civil fomentada por los estamentos de gobierno y en un

sentimiento de culpabilidad permanente auspiciado por la iglesia, con el agravante

de tratarse de un país medianamente alfabetizado instrumentalmente con una gran

inclinación a conservar su ignorancia en el marco de los valores tradicionales.

Desde una postura vanguardista los nadaístas controvirtieron, en principio, el

esteticismo literario, y justamente sus nuevas formas de expresión poética y prosis-

20
-ta les sirvió como el vehículo y la mejor excusa para evidenciar el

malformamiento de las realidades sociales del entorno mundial y colombiano en la

segunda mitad del siglo XX, en el marco del entramado equívoco de una falsa y

engañosa espiral en la que derivó el concepto y la dinámica del llamado progreso

civilizatorio.

21
CAPÍTULO II

La literatura es un discurso que se hace por medio


de enunciados de un sujeto individual, cada palabra,
al pertenecer a una lengua, tiene una carga histórica,
cultural y social
Mijail Bajtín

2. ¿ES EL NADAÍSMO UNA SOCIO-CRÍTICA?

2.1. Orígenes y perspectivas de la teoría socio-crítica.

En el contexto literario se origina en la Teoría de la Novela de George Luckas, se

estructura y prefigura en Sociología de la Novela de Lucien Goldman, y logra su

mayor expresividad en Teoría y Estética de la novela de Mijaíl Bajtín. Diferentes

escuelas han abordado la perspectiva socio-crítica desde sus enfoques; la

Fenomenología tratando las realidades como fenómenos en función de sus

imágenes en nuestra mente, la Hermenéutica estudiando la interpretación, es decir

la intencionalidad significativa de un texto y lo que genera esta en el lector, la

Teoría de la Recepción estudiando el papel del lector en los procesos de

significación, subdividiéndose en dos enfoques que sitúan al lector como ente

activo en relación al texto; como receptor de estructuras textuales y/o los efectos

formales, y como ente activo en el proceso de concretización del texto en el acto de

lectura, el Estructuralismo explorando las estructuras lingüísticas, intentando

develar la naturaleza del lenguaje e identificar los códigos para poder descifrar el

22
texto y su convergencia con los del lector hacia un conocimiento unitario, y el

Formalismo encargándose de modificar las posturas en relación a las categorías de

arte, literatura y texto, abriendo el camino hacia el New Criticism (nuevo

criticismo), desde el cual los formalistas rusos trataron de establecer un método

científico para estudiar la literatura, interesándose luego en explicar la producción

de efectos estéticos desde el discurso literario y su relación con lo extraliterario.

2.2. El papel de los enunciados en el contexto literario desde la perspectiva

de Mijail Bajtín y su relación con el Nadaísmo.

Una de las mayores preocupaciones de Bajtín, expuestas en su libro Estética de la

Creación Verbal fue “Captar el lenguaje no solamente en las formas producidas

sino en las fuerzas productoras” (Bajtín, 1982, Pg. 59), conceptos fundamentales en

su Teoría Dialógica del Lenguaje. Desde su perspectiva, el lenguaje no es un

sistema abstracto, sino “Una opinión multilingüe acerca del mundo y, en el

lenguaje literario, la diversidad intencional de los discursos se transforma en

diversidad de lenguajes” (Bajtín, 1982, Pg. 116), observando la literatura como un

proceso discursivo inmerso en la práctica social, a este respecto afirma que

“Toda producción verbal interviene en los diferentes contextos culturales, sociales,

históricos, políticos y psicológicos” (Bajtín, 1982, Pg. 109), de esta manera relacio-

23
na el texto literario con la sociedad, entendiendo que esta, en el marco de su

cultura, es la que le da sentido a los enunciados, utilizando la recursividad

lingüística como vehículo para expresar la cosmovisión del mundo.

Con base en los postulados anteriores, Bajtín afirma que “El uso de la lengua se

lleva a cabo en forma de enunciados (orales y escritos) que pertenecen a los

participantes de una u otra esfera de la praxis humana” (Bajtín, 1982, Pg. 249).

Según ese autor, se debe tener en cuenta el contenido temático, el estilo y la

composición, así como su correlación con la totalidad del enunciado,

determinándose estas condiciones por la especificidad de una esfera dada de

comunicación, es decir, que un contexto comunicacional puede determinar un

enunciado, a este respecto expone:

Cada enunciado separado es, por supuesto, individual, pero cada


esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables
de enunciados, a los que denominamos géneros discursivos... La
riqueza y diversidad de los géneros discursivos es inmensa,
porque las posibilidades de la actividad humana son inagotables y
porque en cada esfera de la praxis existe (Bajtín, 1982, Pg. 249).

Desde esa perspectiva se infiere que existe una intencionalidad en los enunciados

de una producción escrita, en el marco de un género discursivo que está determina-

24
do por el uso de la lengua en el contexto particular de una esfera de la actividad

humana, de esta manera la individualidad de quien escribe un enunciado se inscribe

en el plano de un género discursivo con una intencionalidad específica hacia el

lector. En este orden de ideas el maestro Gonzalo Arango pone en evidencia los

postulados de Bajtín, al esgrimir con su pluma intencionalidades explicitas a través

de sus enunciados en cada una de sus obras, lo que finalmente determinó y

prefiguró su estilística, según Bajtín “Todo estilo está indisolublemente vinculado

con el enunciado y con las formas típicas de enunciados, es decir, con los

géneros discursivos. Todo enunciado, oral o escrito, en cualquier esfera de la

comunicación discursiva, es individual y por lo tanto puede reflejar la

individualidad del hablante o del escritor” (Bajtín, 1982, Pg. 254).

Para Bajtín los cambios en el lenguaje son permanentes, afectándose por este

fenómeno también el lenguaje literario, lo que deriva, si se quiere, en una

diversidad de estilos, situación que se puede evidenciar en la producción del

maestro Gonzalo Arango, pues es indiscutible que su estilística no se desliga de

los cambios en los géneros discursivos escritos; “Los cambios históricos en los

estilos de la lengua están indisolublemente vinculados a los cambios de los

géneros discursivos. La lengua literaria representa un sistema complejo y

25
dinámico de estilos; su peso específico y sus interrelaciones dentro del sistema

de la lengua literaria se hallan en un cambio permanente” (Bajtín, 1982, Pg. 257).

Bajo el presupuesto anterior se infiere que el Nadaísmo se adscribe, debido a la

complejidad del estilo propio de sus enunciados, como una vanguardia literaria. Por

otra parte, una obra representa para Bajtín la réplica de un diálogo, lo que a su vez

representa una relación dialógica con el observador o lector, y una intencionalidad

implícita de la obra en sí misma:

Una obra, igual que una réplica del diálogo, está orientada hacia la
respuesta de otro (de otros), hacia su respuesta comprensiva, que
puede adoptar formas diversas: intención educadora con respecto a
los lectores, propósito de convencimiento, etc.; una obra determina
las posturas de respuesta de los otros dentro de otras condiciones
complejas de la comunicación discursiva (Bajtín, 1982, Pg. 263).

A este respecto, el Nadaísmo es la réplica del dialogo que establece Gonzalo

Arango con sus lectores, en el cual se refleja la intencionalidad de sus obras a

través de sus enunciados. Se puede afirmar que la estilística de un autor se

determina por la escogencia de una esfera discursiva según Bajtín, y que la

intención discursiva se adapta a dicha escogencia; “La intención discursiva del

26
hablante, con su individualidad y subjetividad, se aplica y se adapta al género

escogido” (Bajtín, 1982, Pg. 271). En este sentido, la estilística del maestro

Gonzalo Arango se enmarcó en un género discursivo propio, de carácter

vanguardista, influenciado por los postulados de movimientos como el Dadaísmo,

el Surrealismo y la Generación Beat. La expresividad es otro aspecto relevante en

el análisis que realiza Bajtín sobre el papel de los enunciados en los géneros

discursivos:

En las diversas esferas de la comunicación discursiva, el momento


expresivo posee un significado y un peso diferente, pero está
presente en todas partes: un enunciado absolutamente neutral es
imposible. Una actitud evaluadora del hombre con respecto al
objeto de su discurso (cualquiera que sea este objeto) también
determina la selección de los recursos léxicos, gramaticales y
composicionales del enunciado. El estilo individual de un enunciado
se define principalmente por su aspecto expresivo. En cuanto a la
estilística, esta situación puede considerarse como comúnmente
aceptada (Bajtín, 1982, Pg. 263).

Es en este punto que se legitima el discurso nadaísta desde las concepciones de

Bajtín, pues fue la expresividad de su fundador la que determinó la categoría

lexical, gramatical y composicional de sus escritos, situación que fue secundada por

otros representantes del movimiento que se sumaron a esta nueva propuesta

literaria, y aceptada por las inmensas minorías de la época, lo anterior en procura

27
de romper el hermetismo de los cánones tradicionales, estructurando así una

estilística propia y válida que catapultó a Gonzalo Arango como un ícono de la

irreverencia cultural y social.

La producción de carácter poético de Gonzalo Arango en las obras Providencia y

Fuego en el Altar puede determinarse como un cúmulo de enunciados particulares,

con contenido temático, estilo y composición que se constituyen en un género

discursivo, correlacionado a las intencionalidades propias del autor en el marco de

las esferas de la praxis humana.

RAZÓN DE SER

El cerebro va a estallar por la presión del


peso insoportable de tantos pensamientos
que, en vez de volar como ángeles en cielos
de comunicación, reptan como topos ciegos
aplastados por el ego.
Razón es soledad, desolación.
Vida es libertad y comunión;
unión del ser y el universo
en el amor.

Providencia (1972), Gonzalo Arango Arias

28
La denuncia de la razón como instrumento de enajenación y la desmitificación de la

misma es un acto revolucionario en el Nadaísmo. El papel de la razón en la historia

de la humanidad derivó, si se quiere, en coartar y limitar la libertad de pensamiento,

de alguna manera su especificidad y su asertividad encasilla, envuelve y aliena al

individuo. La razón ha aportado más al desarrollo instrumental que al desarrollo

humano, pues la razón se constituye en uno de los estandartes y ejes rectores de la

contemporaneidad, sobreponiéndose a otras expresividades más humanizadoras

como el arte, se privilegia la razón en cuanto a la ecuación producción-consumo,

más que a una lógica desmentalizada de la misma razón que privilegie una

verdadera libertad ligada a la existencia humana.

CATARATAS DE LUZ

Quítate la corbata, las mancornas,


los zapatos, los conceptos y vuela.
Estamos enredados en una nube
pero encima y debajo hay flores de luz,
cataratas de luz,
inmensidades y misterios de luz.
Todo lo que es, es luz.

Providencia (1972), Gonzalo Arango Arias

El anterior poema incita a descuadrilarse de los prejuicios y los convencionalismos,

pues estos están ligados al desarrollo social del individuo y se tornan en una

29
verdadera maquinaria alienante; es la misma sociedad la que los prefigura, los

cultiva y los explota, de esta manera se induce al individuo, desde edades

tempranas, a actuar bajo los esquemas de la apariencia para así lograr el éxito.

LA TELEVISIÓN

La televisión enceguece la mente


y la visión;
apague y vámonos a ver nubes de aves,
alas de luz en el cielo,
planetas en eclipse,
génesis de sueño,
vida de verdad:
¡REVELACIÓN!

Providencia (1972), Gonzalo Arango Arias

El vertiginoso auge de las tecnologías de la información en la contemporaneidad

han permitido que la misma sociedad los utilice como instrumentos al servicio del

dominio ideológico, y es la televisión la mayor fuente tecnocrática para el ejercicio

de la manipulación mediática, pues se trata de una tecnología invasiva. El

Nadaísmo critica este fenómeno e incita al lector a desprenderse y a tratar de

catalizar este nocivo efecto invitándolo a retornar a la simplicidad de la vida como

se observa en el anterior poema.

30
DOMINGOS DE CIUDAD

Domingos de ciudad, desolación urbana.


La gente acorralada por el cemento maldice
la libertad y enloquece de claustrofobia.
Por la noche: masas ciudadanas
enervadas, extenuadas de frustración bajo
el efecto narcótico de melancolías o coléricas
borracheras pescadas en estadios fanáticos,
circos sangrientos, hampones cabarets pornográficos,
o bajo el sedante amorfinado del idiotismo televisado
de la cultura de masa, dopados por los placeres evasivos de la
alienación civilizada; veneno destilado por el Estado en letales
dosis de violencia y publicidad criminal.
Horribles masacres de dignidad vital y genocidio de almas.
El ocio capitalista es asesino.

Fuego en el Altar (1974), Gonzalo Arango Arias

Agudamente el Nadaísmo critica la dinámica enfermiza de la cotidianidad inmersa

en un día domingo y hace una crítica a lo que denomina el ocio capitalista; en

principio por tratarse de un día preestablecido para el supuesto descanso y

esparcimiento, pero que no es más que un cálculo del sistema capitalista, en virtud

de menguar las tensiones generadas en el individuo, para así rescatarlo renovado y

volverlo a introducir el día lunes en las dinámicas de la producción mercantilista,

pero por otra parte, la denuncia recae, a los ojos del Nadaísmo, en el absurdo

previsible que se soporta en un circo mediático de violencia y degradación profana

que la sociedad ha prefigurado para el tiempo de ocio, tomando en este caso como

31
referente el día domingo, lo cual se torna en un efectivo narcótico social alienante

que reafirma el ocio capitalista mencionado anteriormente.

Y TÚ, SENADOR

Y tú, senador, que devoras a los


humildes en tus banquetes oratorios,
buscando votos y ovaciones a tu sartal
de mentiras y pompas retóricas,
alimentando la ilusión de pobres
inocentes con vanas promesas de
prosperidad, cuando en tu oscura mente
sólo piensas en tu poder personal,
saciar tu vanagloria, y llenar tus
alforjas de tesoros para forjar
las medallas de oro de tu reputación pública.

Fuego en el Altar (1974), Gonzalo Arango Arias

Los nadaístas repudiaron, entre otros aspectos, el accionar político, el cual se

internaliza negativamente en las sociedades como una constante histórica en todas

las épocas de la humanidad. La crítica del Nadaísmo se centra en el avasallante

actuar de los políticos de turno, en su logrería y manipulación, y en su capacidad

para enredar a los menos ilustrados y a los más vulnerables en la escala social, en

aras de lograr votos para las curules. El Nadaísmo incita al lector a repudiar el

estamento político y su basura mediática, este y otros aspectos hacen vigentes las

intencionalidades de sus postulados.

32
Lo anterior, en conjunto, analizado desde las concepciones de Bajtín, demuestra

que el discurso nadaísta inscribe sus enunciados el ámbito de las realidades

sociales, es decir, en la esfera de la praxis humana, constituyéndose así en un

género discursivo escrito derivado de dicha praxis, cargado de multilenguajes, en

el marco de una lógica dialogista establecida implícitamente con el lector,

prefigurando así la estilística propia del autor que lo caracteriza a él y al

movimiento nadaísta como vanguardistas, susceptibles de ser analizados desde

una perspectiva socio-crítica. Las obras mencionadas de Gonzalo Arango, y en

general toda su producción, no son ficción, se trata de una apuesta literaria no

tradicional que se traduce, si se quiere, en una utopía tal vez posible, en aras de

transformar los imaginarios colectivos del individuo contemporáneo.

2.3. El arte de escribir; una aproximación a la relación escritor-lector en el

Nadaísmo desde la perspectiva de Jean Paul Sartre.

Sartre se ocupa en su ensayo ¿Qué es la Literatura? de la función de escribir y la

relación escritor-lector, entre otros asuntos. En ¿Qué es escribir? diferencia el

lenguaje literario de otros lenguajes artísticos, según esta clasificación, solo la

literatura trabaja con significados, por otra parte distingue la brecha que separa la

escritura lírica y la prosa, para Sartre prosa y poesía son dos escrituras distintas, a

33
este respecto propone que la poética es creadora y la prosa es significante.

En ¿Por qué escribir?, con respecto a la literatura comprometida, reflexiona sobre

la necesidad de escribir, se cuestiona sobre el por qué se escribe, y sobre cuáles

son las motivaciones que hace que alguien decida escribir, pues para Sartre el

mundo es mudo, por lo tanto, es necesaria la presencia de la escritura para hacerlo

hablar, allí radica esa necesidad esencialmente, en este sentido afirma que “El

escritor puede guiar y, si describe un tugurio, representarlo como un símbolo de las

injusticias sociales y provocar la indignación. El pintor es mudo: presenta un

tugurio y todos podemos ver en él lo que queramos” (Sartre, 1993, Pg. 28). Por otra

parte, Sartre diferencia dos particularidades propias del lenguaje, hablar y escribir,

la primera como una función primaria y la segunda como una función secundaria

del lenguaje que solo adquiere significancia e intencionalidad a través de la

escritura, a diferencia de otras expresiones artísticas en las que el significado está

determinado en gran medida por un espectador o un consumidor de dicho arte:

Con cada palabra que digo, me meto un poco más en el mundo y, al


mismo tiempo, salgo de él un poco más, así, el escritor es un hombre
que ha elegido cierto modo de acción secundaria que podría ser
llamada acción por revelación, es pues, perfectamente legitimo
formularle esta segunda pregunta: ¿qué aspecto del mundo quieres
revelar, qué cambio quieres producir en el mundo con esa
revelación? El escritor "comprometido" sabe que la palabra es
acción; sabe que revelar es cambiar y que no es posible revelar sin
proponerse el cambio (Sartre, 1993, Pg. 35).

34
El Nadaísmo, por la intencionalidad inicial de su fundador y por la preocupación

explícita emanada de su propia naturaleza, al establecerse como una vanguardia

cultural en el entrono caótico de la segunda mitad del siglo XX, se determina a sí

mismo como una propuesta literaria comprometida con el cambio social en

oposición a los cánones tradicionales, vistos desde esta corriente como limitantes

para la libertad creadora del escritor, pero del escritor comprometido con el mundo,

el que pretende hacer hablar al mundo y el que puede liberarse sin miramientos de

las limitantes academicistas en las que lo quieren inscribir para ser reconocido. En

este orden de ideas la propuesta del maestro Gonzalo Arango se materializa en los

ideales propios del Nadaísmo, sus escritos están cargados de intencionalidades

comprometidas con el cambio social, estableciendo así una relación dialógica con

el lector al tratar de desmitificar los idearios hegemónicos contemporáneos. Bajo el

presupuesto anterior, en Manifiesto Nadaísta al Homosapiens el maestro reafirma

las bases ideológicas del movimiento desde una postura crítica radical:

En vista de que nadie hace nada; en vista de que todo sigue peor; en
vista de que ya truenan los regimientos Atómicos; en vista de que
estamos hartos de hacer “literatura”; en vista de que Dios se durmió a
la sombra del manzano del Paraíso; en vista de que el Diablo se
durmió sobre sus adormideras; en vista de que la Historia es un mito
sanguinario; en vista de que el Famoso Espíritu Moderno apesta a
intestinos rotos; en vista de todo los nadaístas resolvemos decir
¡BASTA! a estas sublimes porquerías... ¡Vamos a vivir! (Arango,
1963, Pg. 1).

35
Se observa en este fragmento una relación dialógica de Gonzalo Arango con el

lector, pero la importancia mayor de su denuncia en este manifiesto se centra en la

crítica a una sociedad contemporánea barbárica, que no abre los ojos a las

realidades sociales y mucho menos actúa en consecuencia a ello. Es importante

observar que en el tiempo anterior y posterior a los nadaístas las circunstancias no

son diferentes, y es ahí donde radica el mérito de su denuncia, pues incitan al lector

de cualquier época a decir ¡basta! a reflexionar sobre las farsas míticas y

quiméricas de la razón, de la religiosidad, y si se quiere, de la institucionalidad.

Sartre afirma que las normas en el arte están establecidas por el artista, de este

manera, solo él está inmerso en la obra, a este respecto explica “Somos nosotros

quienes hemos inventado las leyes con las que juzgamos esa obra; vemos en ella

nuestra historia, nuestro amor, nuestra alegría” (Sartre, 1993, Pg. 88), de esta

manera, desde el Nadaísmo como vanguardia, se explica la capacidad y la

autonomía de Gonzalo Arango para construir una nueva propuesta literaria,

desvinculada del academicismo y del esteticismo tradicional, con un valor

agregado, establecer los lineamientos de una literatura comprometida directamente

con la reivindicación del sujeto por encima de las estructuras, y del autor como

escritor autónomo que establece sus propias normas y reglas para escribir.

36
En su ensayo Sartre se enfoca particularmente en un estudio sociológico de los

escritores y en la influencia de la escritura en la sociedad en un recorrido

historiográfico sin introducirse en un análisis de la literatura desde la significación

ni la semiótica, Según Sartre, el escritor señala, demuestra, ordena, niega, interpela,

suplica, insulta, persuade, insinúa, lo que genera un vínculo entre lector y autor,

considerado, en términos de Sartre, en una especie de contrato implícito, “La

lectura es un pacto de generosidad entre el autor y el lector; uno confía en el otro,

cuenta con él y le exige como se exige a sí mismo, se establece así una dialéctica:

cuando leo, exijo; si mis exigencias quedan satisfechas, me induce a exigir más al

autor, lo que equivale a exigir al autor que me exija más” (Sartre, 1993, Pg. 108).

A este respecto, el Nadaísmo es más que dialógico si se quiere correlacionar la

propuesta literaria de Gonzalo Arango con la perspectiva de Sartre; en cuanto a la

relación escritor-lector se determina una corresponsabilidad implícita de exigencias

en el marco de una generosidad compartida, como escritor Gonzalo Arango espera

que sus enunciados transformen la cosmovisión del lector, y el lector espera

agudeza en los escritos del maestro para poder leer el mundo desde otra

perspectiva, evidenciándose así una exigencia mutua; “La operación de escribir

supone la de leer como su correlativo dialéctico y estos dos actos conexos supone

37
la de leer como su correlativo dialéctico y estos dos actos conexos necesitan dos

agentes distintos. Lo que hará surgir ese objeto concreto e imaginario, que es la

obra del espíritu, será el esfuerzo conjugado del autor y del lector. Sólo hay arte por

y para los demás” (Sartre, 1993, Pg. 124).

Sartre no concibe la idea de escribir para sí mismo, considera esta situación un

sinsentido, el considera que el escritor debe relacionarse con el mundo desde la

escritura de manera comprometida con la realidad social y expresar en ella dicha

relación:

Uno de los principales motivos de la creación artística es


indudablemente la necesidad de sentirnos esenciales en relación con
el mundo. Así el compromiso literario. Indudablemente, la obra
escrita es un hecho social y el escritor, antes incluso de tomar la
pluma, debe estar profundamente convencido. Es responsable de
todo: de las guerras perdidas o ganadas, de las revueltas y
represiones; es cómplice de los opresores, si no es el aliado natural de
los oprimidos. Pero solamente porque es escritor tiene que vivir, y
para él, es lo mismo vivir y escribir, no porque el arte salva la vida,
sino porque la vida se expresa en empresas y la empresa del escritor
es escribir” (Sartre, 1993, Pg. 138).

En este sentido, el Nadaísmo se constituye en sí mismo en una literatura de

compromiso, asumida conscientemente por Gonzalo Arango quien escribe por que

quiere escribir, porque está convencido de lo que escribe, porque sabe lo que

escribe y como lo escribe:

38
El Homo, que en todo quiere tener razón —pues por algo es
Sapiens— volverá al ataque:
—Señores nadaístas, ¿y si ustedes no creen en nada por qué escriben?
Y nosotros diremos:
—Señor Homo, escribimos porque tenemos máquina de escribir, y
para ponerle a los calvos los pelos de punta.
Pues el fin de nuestra literatura —que por lo demás se resiste a tener
fines— es recordarle todas estas bellas y locas cosas, en el caso de que
usted, señor Homo, sea un desmemoriado, y si usted nos permite, se lo
recordaremos de todos modos: a palos, a poemas, a bala, en fin, como
más le duela (Arango, 1963, Pg. 3).

Los nadaístas, en este fragmento del Manifiesto Nadaísta al Homo-Sapiens,

demuestran su inclinación por la ruptura delo cánones literarios tradicionales,

exponen su postura en cuanto a escribir, e incitan implícitamente al lector a escribir

por la simple razón de querer escribir. Por otra parte, ponen en evidencia que se

deben escribir las cosas que se quiera, pues la escritura no debe ser supeditada a

nada ni a nadie, ni mucho menos al academicismo, la escritura debe constituirse en

un acto libertario, soberano y desprendido.

Para el caso del Nadaísmo la escritura es libertad de denuncia, de desahogo, de

incitación al cambio y al derrumbamiento de los idearios hegemónicos, los

nadaístas escribieron sin ataduras, escribieron porque así lo quisieron y nada más.

En el análisis que desglosa Sartre es determinante la influencia de unas corrientes

39
artísticas sobre otras, “Indudablemente también, las artes de una misma época se

influyen mutuamente y están condicionadas por los mismos factores sociales”

(Sartre, 1993, Pg. 142), en el marco de esta relación el Nadaísmo, para ser

Nadaísmo, se influenció del Dadaísmo en cuanto a su postura opositora a las

nociones clásicas sobre el gusto estético y a la producción artística, y a la

importancia del lenguaje como experiencia creadora colectiva utilizada como un

arma; poesía para la provocación y la agresión, por otra parte, retomó del

Surrealismo el acceso a la esencia de la realidad, liberando el pensamiento de toda

sujeción racional y de toda preocupación estética o moral, liberando así al

individuo de las represiones personales y sociales, esto le permitió a Gonzalo

Arango establecer un estilo propio bajo la influencia de las corrientes mencionadas,

pero con una particularidad, queriendo establecer diálogos con el lector, cualquier

lector que quiera asumirse en sus postulados, “Por tanto, el autor escribe para

dirigirse a la libertad de los lectores y requerirla a fin de que haga existir la obra,

aquí se manifiesta la otra paradoja dialéctica de la lectura: cuanto más

experimentamos nuestra libertad, más reconocemos la del otro” (Sartre, 1993, Pg.

157).

En el apartado ¿Para quién se escribe? Sartre retoma, desde la función de escribir,

las posibilidades de generar conciencia en la sociedad:

40
Si la sociedad se ve y, sobre todo, se ve vista, hay, por el hecho
mismo, impugnación de los valores establecidos y del régimen: el
escritor le presenta su imagen y la intima para que acepte esta imagen
o para que cambie. La sociedad cambia; pierde el equilibrio que le
procuraba la ignorancia, vacila entre la vergüenza y el cinismo y
practica la mala fe; de este modo, el escritor proporciona a la
sociedad una conciencia inquieta y, por ello, está en perpetuo
antagonismo con las fuerzas conservadoras que mantienen el
equilibrio que él procura romper (Sartre, 1993, Pg. 163).

El Nadaísmo se constituye entonces como un movimiento de ruptura, impulsado

por las intencionalidades de su autor desde su pluma, el cual busca la emancipación

de la conciencia de sus lectores, de aquellos que se quieran desvincular del mito de

la razón, del fetichismo religioso y de todo elemento alienante que ofrezca la

sociedad contemporánea:

Somos ateos por estética… Purgaremos el error de ser hombres, esta


horrible cosa arbitraria que resultó de un juego de azar entre un Dios
alfarero y el barro más hediondo de la Naturaleza, de cuyas manos
salió la embarrada que se titula “Homo Sapiens”… Nos subleva que
usted viva como un muerto, como una babosa, como un Ángel,
abrazado a las cien púas del erizo de la imbecilidad, creyéndose un
genio por la gracia de Dios, aceptando por toda aventura vital
despertar cada mañana para ir al trabajo, dormir para descansar, y
comer para sostener en pie su pobre esqueleto. Les advertimos que si
ustedes no cambian, nosotros nos vamos a desafiliar de la Raza
Humana, pues hoy lo peor que le pueda pasar a un ser, es ser hombre,
o sea, esta salsa para aliñar el Banquete Atómico (Arango, 1963, Pg.
2).

41
Los nadaístas repudian ser hombres por defecto religioso y social, este fragmento

es, en escencia, una manifestación emancipadora del Nadaísmo que denuncia la

falsedad de la religiosidad y la vil resignación del individuo contemporáneo en la

trivialidad de su cotidianidad.

Sartre se enfoca, entre otros aspectos, en analizar el poder emancipador de la

escritura, tanto para el escritor como para el lector, particularmente señala la

influencia de esta en la búsqueda de la libertad, incluyendo en dicha búsqueda el

desarraigo del sectarismo religioso, a este respecto afirma:

En esta época, se halla en vías de realización la laicización del


escritor y su público. Este proceso tiene indudablemente por origen la
fuerza expansiva de la cosa escrita, su carácter monumental, el
llamamiento a la libertad que encierra toda obra del espíritu. Pero
hay circunstancias exteriores que también contribuyen a ello, como el
desarrollo de la instrucción, el debilitamiento del poder espiritual y la
aparición de ideologías nuevas expresamente destinadas a lo temporal.
Sin embargo, laicización no quiere decir universalización” (Sartre,
1993, Pg. 166).

El maestro Gonzalo Arango infringe agudamente su pluma contra la religión,

particularmente contra el catolicismo por su marcada influencia en el entrono

nacional, su concepción libertaria va más allá de la emancipación, su intención, si

se quiere ver así, es la abolición total del sectarismo religioso del imaginario social,

42
pues para el Nadaísmo Dios no es más que un mito, producto de una ideología

cristiana que aliena y somete al individuo, constituyéndose así en uno de los

mayores flagelos para la humanidad:

No somos católicos:
Porque dios hace quince días que no se afeita.
Porque el diablo tiene caja de dientes.
Porque la filosofía de santo Tomás de Aquino está fundada en Dios y
Dios no ha existido nunca.
Porque somos fieles descendientes de los micos de Darwin…
Ustedes ya atentaron bastante contra la libertad y la razón… basta de
comerciar con la vida eterna, basta de aliarse con dictaduras militares
y burguesas… ¿Qué nos dejan después de cincuenta años de
"pensamiento católico"? esto: un pueblo miserable, ignorante,
hambriento, servil, explotado, fetichista, criminal, bruto… Ustedes
son los responsables de esta crisis que nos envilece y nos cubre de
ignominia (Arango, 1960, Pg. 2).

La negación radical de la religiosidad es una de los principios fundamentales del

Nadaísmo, en este fragmento del manifiesto se evidencia el intento de

desacralización del mito católico y de su influencia negativa en el constructo social.

Cabe señalar que no es equívoco por parte de los nadaístas culpabilizar a esta

doctrina de una crisis social, pues la nefasta historia del cristianismo demuestra

cómo esta doctrina se internalizó en la conciencia del individuo, lo enajena, lo

somete al dominio ideológico, y por ende afecta las estructuras sociales con las

secuelas que emanan de su infame función en la sociedad.

43
Explica Sartre en su análisis que el acto de leer debe ser neutral, no un acto

individual que se adscriba a corrientes ideológicas, “Nosotros no queremos que

nuestro público, por muy numeroso que sea, se reduzca a la yuxtaposición de

lectores individuales ni que tenga una unidad conferida por la acción trascendente

de un Partido o de una Iglesia. La lectura no debe ser ni comunión mística ni

masturbación, sino una camaradería” (Sartre, 1993, Pg. 172). Bajo este

presupuesto, el Nadaísmo, a diferencia de otras corrientes literarias y por su

carácter vanguardista, fundamenta una de sus intencionalidades en la apertura de

sus postulados a toda clase de público, a quien quiera hacer reflexiones profundas

desde su filosofía, no promueve en el lector ningún tipo de filiación ideológica al

movimiento, por el contrario, lo incita a desagregarse de todo vestigio hegemónico,

en este sentido, leer el Nadaísmo se convierte en un acto revolucionario para la

conciencia y el espíritu:

Todos los valores de esta Civilización maxfactorizada y marxista hay


que arrojarlos a la cañería sin excepción. El hombre está corrompido
desde la cabeza hasta el coxis. Hay que desmentalizar la carne,
adanizar el Espíritu. Nuestra literatura será el purgante para que el
hombre, en vez de caca, defeque sus razones… hasta que se eleve
como por encima de un pedestal en sus propios excrementos, y sienta
que todo eso perfumado que llamaba “Los Valores”, no era más que
un montón de mierda… Pero no se haga ilusiones, querido Homo. No
crea que le vamos a ofrecer su salvación a precios de quema. El
Nadaísmo no es un baratillo de la inteligencia, ni la Gota de Leche de
la Paz Mundial, ni un orfanato para pobres de Espíritu, ni menos una
Tabla de Salvación (Arango, 1963, pg. 3).
44
Desde la perspectiva nadaísta, y bajo el concepto de civilización maxfactorizada y

marxista, como una metáfora a una sociedad determinada por el consumo y las

ideologías dominantes en el contexto de la segunda mitad del siglo XX, se

evidencia una alienación, no solo producto de las hegemonías, sino de la falsedad

de los valores, tal vez para el Nadaísmo estos se constituyen en normas

manipuladoras que coartan la libertad y el desarrollo del librepensamiento. Por otra

parte, los nadaístas no prometen nada ni esperan nada, pues ellos no se determinan

como tabla de salvación, sino más bien como una alternativa cultural para despertar

la conciencia individual y colectiva de una sociedad inerme en los

convencionalismos y los tradicionalismos.

Finalmente Sartre en su análisis pone en evidencia una de las conductas propias de

la naturaleza humana, “Vivimos en una época de engaños. Hay engaños

fundamentales relacionados con la estructura de la sociedad y hay engaños

secundarios. De todos modos, el orden social descansa hoy, del mismo modo que

el desorden, en el engaño de las conciencias” (Sartre, 1993, Pg. 184). En este

orden de ideas, el Nadaísmo es solidario con el lector en cuanto a develar la verdad

de las realidades sociales sin pretender tener la razón, evidenciando el caos del

supuesto orden social que deriva, si se quiere, en el engaño de la conciencia.

45
Desde esta perspectiva, y bajo la correlación de los postulados de Sartre con los

manifiestos de Gonzalo Arango expuestos en este estudio, se puede afirmar que el

Nadaísmo es susceptible de ser analizado desde una perspectiva socio-crítica.

46
CAPÍTULO III

Con Gonzalo Arango la poesía colombiana entra


por fin en la etapa de madurez social y de aporte
real a un pueblo sumergido por la violencia y el
analfabetismo
Jorge Luis Borges

3. GONZALO ARANGO Y EL NANDAÍSMO

En su calidad de fundador del movimiento, el Profeta, como fue tildado el maestro

por sus seguidores, estableció las bases ideológicas que intentaron desmitificar los

idearios hegemónicos que influencian a la sociedad contemporánea.

Gonzalo Arango denuncia la inconsciencia inerme de una sociedad influenciada

por los cambios socioculturales y geopolíticos en la segunda mitad del siglo XX, se

opone diametralmente a cualquier orden estructural, incluso a la razón, la que

considera culpable en gran medida de la alienación social, su intencionalidad es

intentar desmitificar los constructos y los idearios hegemónicos, en aras emancipar

la conciencia de sus lectores. El radicalismo de Gonzalo Arango, en contraposición

a una sociedad que se desenvuelve en el marco de los absolutos quiméricos que han

determinado el orden social, su estandarte fue la verdad opositora intentando liberar

al individuo de la alienación y del fetichismo.

47
Fue la fuerza de su lenguaje la que imprimió una huella en la conciencia de sus

lectores, “La crítica ignora que todo lo que hizo Gonzalo Arango lo hizo por medio

de su lenguaje, los nadaístas usaron el escándalo público como publicidad,

después de hacerse un nombre su labor poética hablo por ellos” (Cendales, 2009,

Pg. 21).

3.1. El Nadaísmo como corriente desmitificadora de las ideologías dominantes.

El Nadaísmo se caracterizó, entre otros aspectos, por una retórica beligerante,

haciendo gala de un lenguaje singular en contraposición a los cánones estéticos

literarios de la época, a los convencionalismos, a los tradicionalismos y a las

ideologías dominantes. Si se quiere, este movimiento se puede considerar una

expresión criolla de la contracultura cargada de un criticismo medular:

Los nadaístas crearon un estilo literario muy particular que se


caracterizó por su discurso contestatario e irreverente en una época de
profundos cambios culturales... este grupo cuestionó los modelos
conservadores de la sociedad colombiana… el Nadaísmo irrumpió
como una manifestación del vanguardismo literario en Latinoamérica,
definido como uno de los grupos con características contraculturales,
dirigiendo una mirada crítica a su propio entorno (Cendales, 2009, Pg.
45).

La razón sigue siendo objeto de culpabilidad, Gonzalo Arango intenta desdibujarla

en contexto para desmitificar su poder en la sociedad contemporánea, si bien es

48
cierto, la razón en la modernidad se constituyó en proyecto emancipador, fue su

fracaso en los últimos siglos el que derivó en un pensamiento existencialista en

contra de la misma, situación que no podía ser ajena a los postulados nadaístas:

No hay que ser blandos ni compasivos. Hay que ser crueles,


insobornables al Bien. Hay que ser peores que virtuosos. Hay que
consumar la muerte del Humanismo en esa región del Espíritu donde
el hombre está muerto: en sus ilusiones. La Razón es una rata muerta,
hiede. Un vaho de putrefacción asciende por los poros hasta el alma,
infecta la carne, la vida, el planeta (Arango, 1963, pg. 2).

La oposición a la razón, objeto de análisis en este fragmento, se constituyó en uno

de los puntos neurálgicos que derivaron en una oposición directa al Nadaísmo, pues

los estamentos más conservadores de la sociedad no aceptaban esta, ni otras

posturas del Nadaísmo, sin embargo, la crítica a la razón se debe entender como

uno de los elementos utilizados por la sociedad como un mero instrumento para

potenciar el desarrollo productivo, por ende, nada humanizante.

Las ideologías baratas inscritas en falsos valores son objeto de crítica en el

Nadaísmo, pues el constructo social se soporta en la esfera de las mentiras

usurpadoras de la conciencia y el humanismo para lograr sus propósitos, las

hegemonías trepan sobre la escalera de una falsedad dibujada sobre el altruismo

49
colectivo y los valores fundados en razones pervertidas; “Mire en torno de su

adorado universo y no verá más que cadáveres sacrificados por la Justicia, el Amor,

la Libertad, la Paz, y las demás porquerías de la Razón humana… Siga teniendo fe

en sus tonterías si eso le place, que sea feliz, que engorde, y que Dios lo corone de

gloria, pues no mereces otra cosa” (Arango, 1963, pg. 3).

Desde otra óptica, el Nadaísmo pone en evidencia la dependencia obtusa y

avasalladora de la sociedad en las creencias religiosas, revelando su incompetencia

para superar las creencias medievales enmarcadas en el teocentrismo:

Deje de sonreír idiotamente al Destino y tómese en serio antes de


reventar. Deje de hacerse ilusiones con el embeleco de que usted es
eterno. Lo que debe preguntarse antes que nada es para qué está vivo,
y asumir el terror de lo que este milagroso acontecimiento significa
para usted y para el astro que habita. No sea inocente, deje de tener fe
en tanto fetichismo. Ya sabe que el Diablo no perdona tener fe, ni
nosotros tampoco (Arango, 1963, pg. 2).

En este fragmento se pone en evidencia la influencia doctrinal y la creencia en la

predestinación, a su vez se establece un dialogismo con el lector, en razón al

cuestionamiento de la existencia humana y el papel del individuo en el mundo. Al

igual que toda la literatura nadaísta, este manifiesto se encargó de incitar al cambio,

al cuestionamiento, a la reflexión y a la desacralización de lo mítico y lo

convencional.

50
La felicidad, como fin último y primario en el marco de la naturaleza humana, es

desmitificada abruptamente por el Nadaísmo, pues la sociedad contemporánea la

ofrece desde su propio constructo; una felicidad alienada y comprometida con los

prejuicios, el dinero, el consumo y la religión, “A cambio de la felicidad nosotros

ofrecemos la perdición, una cierta desesperación del Espíritu que lo haga

consciente de su esplendorosa inutilidad, y por lo mismo, de la esplendorosa

fortuna de disfrutar esta Tierra por el breve plazo de una vida” (Arango, 1963, pg.

2).

3.2. El inconformismo social de Gonzalo Arango; evidencias narrativas en

Providencia.

Gonzalo Arango se matizó de un desencanto existencialista, sindicó a la razón y al

catolicismo culpabilizándolos de los mayores males del mundo. Desde su óptica, el

maestro expuso su inconformidad con la sociedad desde varias miradas, es así

como en esta obra expone la irracionalidad del constructo social; el progreso

civilizatorio, la razón, el ego mundano, la enajenación, el circuito económico, la

desigualdad, y la industrialización, entre otros. La intención desmitificadora de las

estructuras y de los sistemas regulatorios de la sociedad contemporánea es un

asunto preponderante en su obra, en razón a la influencia de estas en los

imaginarios colectivos, las cual destroza cualquier vestigio de humanidad.

51
Gonzalo Arango observa al ego como una de las secuelas de la enajenación de la

conciencia más abrupta, capaz de conducir al individuo a niveles elevados de una

torpeza inconsciente.

EN LA CUERDA FLOJA
Nos enseñaron a ser el más grande, el más inteligente, el más rico,
y en eso andamos desde que nacimos, nos estamos matando y maltratando,
corriendo a una velocidad loca para tratar de alcanzar al que nos hace sombra,
y resulta que después de todo no alcanzamos a nadie, a lo sumo somos
sorprendidos en la carrera por la muerte, única meta de los que viven en
círculo vicioso precipitados de mente

Providencia (1972), Gonzalo Arango Arias

El fragmento anterior pone en la palestra uno de los fenómenos sociales que

condicionan y prefiguran las conductas del individuo contemporáneo, se trata del

cultivo de espíritu competitivo, tan nocivo e intoxicante como lo puede ser

cualquier convencionalismo o fetichismo religioso, que por demás es reforzado por

todos los entes reguladores de la conducta social como la familia, el sistema

escolar, el estado, la religión, los medios de comunicación y los entornos sociales.

En lo que concierne al dinero, el maestro lo determina como un elemento al

servicio de la dominación y de la exclusión, un instrumento del sistema que permite

la deshumanización y se convierte en un flagelo para las mayorías desposeídas.

52
MR. MONEY
Mr, Money:
No aceptamos más el reto de la razón contra el sentido;
de la moral contra el amor; del poder del dinero sobre el espíritu.
Abandonados para siempre la ultrajante lucha por la vida,
el TIME IS MONEY y ganar el pan con sudor esclavo.
Dejamos de resistir para existir;
no aspiramos tampoco a convencerlos, a vencerlos.
La conversión es la vida no a la ajena
opinión ni a un sistema más.
Sálvese el que quiera, todos pueden.
¡El ser era la nada, desertemos!

Providencia (1972), Gonzalo Arango Arias

Uno de los mayores y más peligrosos flagelos que fomentan la desigualdad en el

mundo es la política económica, y es el dinero el instrumento de dominio que

obliga, somete, y margina al individuo en las dinámicas propias de su cotidianidad,

pues los estados y los grupos económicos se ensañan con las clases menos

favorecidas, aprovechándose de sus necesidades y prioridades económicas. El

Nadaísmo rechaza de plano el concepto del uso de dinero, y con más vehemencia el

hecho de ganarse la vida en el esquema del capitalismo. El poema anterior incita a

abandonar dicho esquema, aunque utópico, es razonable y sano pensar en esa

posibilidad, pero el mercado local y global no permitirán materializar en la praxis

53
dicha posibilidad, pero es ahí precisamente que el Nadaísmo invita a quienes

quieran y puedan a desprenderse de este flagelo.

MANZANA MALSANA

El peor mal que nos pueden hacer


es desarrollarnos, industrializarnos,
obligarnos con violencias tecnológicas
a perder la integridad de la mente
con la manzana malsana del progreso material,
queso podrido de sistemas
que envenenan el alma
y el agua pura de la fuente original.
El único progreso es hacia el ser,
volver a ser raíz
de origen celestial.

Providencia (1972), Gonzalo Arango Arias

La industrialización fue un tema de disertación filosófica en el contexto nadaísta,

Gonzalo Arango asumió este aspecto como parte del engranaje social direccionado

a la prefiguración de una sociedad alienante, perversa y manipuladora. La

industrialización, como parte del mal llamado progreso civilizatorio, genera

enormes daños a la sociedad, no solo en términos de las relaciones humanas, sino

54
en cuanto a medio ambiente. Por otra parte, se evidencia que las problemáticas

esgrimidas por el Marxismo siguen aún vigentes en la denuncia que hace el

Nadaísmo, pues la pérdida en la capacidad de raciocinio por desempeñar cargos

netamente instrumentales en el pasado es el equivalente a la desnaturalización de la

mente en el trabajo industrial contemporáneo.

El tópico de la razón, desde las concepciones de Gonzalo Arango, es considerado

como un vehículo alienante que no permite vislumbrar las realidades sociales a las

que está sometido el individuo contemporáneo, perdiendo así el norte hacia la

escencia propia de su naturaleza.

EL RELOJ

Los hombres desarmaron el mundo como un reloj


Y luego lo armaron otra vez
A la medida de su ambición y su interés
Pero faltan o sobran cuerdas y todos andan locos

Providencia (1972), Gonzalo Arango Arias

55
3.3. El catolicismo como antítesis de la razón; una postura desalienante en

Manifiesto al Congreso de Escribanos Católicos.

Este manifiesto fue escrito por un grupo de nadaístas, entre ellos Gonzalo Arango,

su intención primera fue sabotear un congreso de escritores católicos que se celebró

en el paraninfo de la Universidad de Antioquia en el año de 1960, esta acción

derivó en la detención de su fundador por la osadía de enfrentar a los escribanos

católicos.

En contexto, el propósito y la escencia del manifiesto radica en una crítica tajante al

catolicismo por tratarse del dogma hegemónico en el entorno nacional, a este

respecto, los nadaístas consideraron al catolicismo como una de las mayores

amenazas para la sociedad y se negaron a reconocerla escuetamente, “No somos

católicos… Porque la filosofía de santo Tomás de Aquino está fundada en Dios y

Dios no ha existido nunca, porque somos fieles descendientes de los micos de

Darwin… No somos católicos por respeto a nosotros mismos” (Arango, 1960, Pg.

1).

Por otra parte, los nadaístas denunciaron vehementemente a las figuras públicas

que en Colombia profesaban el catolicismo, los veían como cómplices de esta

ideología dominante considerada por ellos como un fetiche alienante que se

56
internalizaba en la conciencia de una sociedad enferma, “En Colombia son

católicos, el general rojas pinilla, Laureano Gómez, Mariano Ospina Pérez, Darío

Echandía, Alberto Lleras, Manuel Mejía Vallejo, Otto Morales Benítez, las

prostitutas, los senadores, los curas, los militares, los capitalistas, todos, menos los

nadaístas” (Arango, 1960, Pg. 1). Los nadaístas embistieron directamente contra el

clero en este manifiesto, es a los dirigentes de la iglesia católica a quienes

culpabilizaban de la crisis social, “¿Qué nos dejan después de cincuenta años de

pensamiento católico? esto: un pueblo miserable, ignorante, hambriento, servil,

explotado, fetichista, criminal, bruto. Ése es el producto de sus sermones sobre

moral, de su metafísica bastarda, de su fe de carboneros” (Arango, 1960, Pg. 2).

Por otra parte, el punto de máximo esplendor de este manifiesto radica en la

estocada a este sectarismo religioso, desmitificando todo vestigio de dogmatismo

en la conciencia individual y colectiva, evidenciando lo inservible y lo disfuncional

de esta doctrina en el desarrollo del constructo social.

Nosotros queremos ser libres y no tenemos miedo al infierno,


consideramos que el catolicismo es una ingenuidad de la razón y una
cobardía. Nosotros estamos de parte de la vida y ustedes vienen de
una falsa taumaturgia de resucitar un cadáver: la máscara inmunda con
que se oculta el rostro revolucionario de Cristo, quien no compró
acciones en el negocio que ustedes explotan… Ustedes llevan dos mil
años prometiendo el paraíso y la redención, la justicia y la paz. ¿No es
suficiente su fracaso milenario? Permitan el acceso del
conocimiento, del pensamiento científico, de la lógica histórica
(Arango, 1960, Pg. 3).
57
Los nadaístas propendieron, por una parte por la desacralización del mito religioso,

y por otra por establecer una correlación de la religiosidad con las realidades

sociales, poniendo en evidencia la farsa mediática y manipuladora del discurso

católico.

Refiriéndose al modus operandi de la doctrina católica, los nadaístas lo catalogaron

como una desesperada lucha del catolicismo para lograr el dominio absoluto de la

conciencia, amparándose en la maquinaria de la culpabilidad, la cual se soporta en

los rezagos del estoicismo griego, “Ustedes nos proponen una fe muerta, la

resignación, la culpa, el remordimiento, toda una filosofía de la muerte y el

pesimismo” (Arango, 1960, Pg. 1). Por otra parte, el manifiesto se recubre de

juicios emancipadores que, además de desmitificar esta doctrina, intentan recuperar

la cordura de los adoctrinados inmersos en ella, que en términos Kafkianos no

logran desengranarse de la maquinaria de la culpabilidad:

No somos culpables, no tenemos remordimientos. Nuestros padres


gozaron al fabricarnos. Nosotros estamos contentos de vivir, el mundo
es bello. Sabemos que vamos a morir, pero no nos creen más
complejos de trascendencia, honramos con orgullo la existencia y su
límite, por eso no vamos a llorar ni a suicidarnos a las cuatro ni a las
cinco, ni ahora ni a deshoras. Es interesante vivir y es interesante
morir, no hagan de la vida y la muerte una desgracia (Arango, 1960,
Pg. 2).

58
Es inevitable que el tema del sexo, como tabú en el contexto religioso, se determine

en elemento de culpabilidad para quienes profesan la doctrina, que la existencia

terrenal no sea la mayor prioridad para los religiosos y que no contemplen la

simplicidad de la vida. El Nadaísmo contraviene lo anterior y propone una

liberación, si se quiere, de esas taras dogmáticas que no le permiten al individuo

disfrutar de la plenitud de la vida.

Desde otra perspectiva Eduardo Escobar también desmitifica la religión

reafirmando así la postura nadaísta en contra de los idearios hegemónicos como la

religión “Los mitos arcaicos que sustentan la civilización católica siguen vigentes,

me sigue intrigando muchísimo el origen de la idea espantosa de Dios, de ese

fantasma venerable por quien ahora mismo se dinamitan mezquitas, sinagogas y

basílicas, y se tortura mientras se reza” (Escobar, 2013, Pg. 108).

59
CONCLUSIONES

El Nadaísmo, como movimiento vanguardista opuesto al esteticismo literario y al

academicismo, fue la única expresión artística en Colombia capaz de denunciar las

inconformidades de carácter político, cultural, religioso y social, ningún

movimiento en la historia cultural del país se ha atrevido a cuestionar las

estructuras y los estamentos sociales.

El recorrido por los orígenes y la evolución del Nadaísmo ponen de manifiesto la

catarsis colectiva de unas minorías inconformes, en cabeza del maestro Gonzalo

Arango Arias, con el proyecto de la modernidad y la contemporaneidad en el

mundo y en el país durante la segunda mitad del siglo XX. Los irreverentes jóvenes

nadaístas permearon todo el imaginario social de su época, en contracorriente con

el conservadurismo, los convencionalismos, los prejuicios y el fetichismo religioso.

Este estudio permitió, si se quiere, hacer un análisis correlacional desde la

historicidad del movimiento con la postura contestataria y radical de su fundador

el maestro Gonzalo Arango Arias, develando la fuerza emancipadora inmersa el

discurso nadaísta, lo que pone de manifiesto la fragilidad de las estructuras

sociales.

60
El Nadaísmo, a pesar de parecer un movimiento desencajado de las realidades

académicas, si es posible analizarlo categorialmente, pues al correlacionar la

complejidad de las teorías de Bajtín y Sartre con los constructos nadaístas se

evidencia la posibilidad de establecer vínculos con dichas teorías. El carácter

vanguardista en el que se inscribe el movimiento no es un impedimento para la

rigurosidad del análisis académico.

Uno de los temas más álgidos tratados por el Nadaísmo fue la religión, pues se

consideró por sus representantes, particularmente por el maestro Gonzalo Arango,

uno de los elementos más enajenantes y alienantes de la conciencia individual y

colectiva, a la par con los prejuicios, la política, el poder, el dinero y la

industrialización entre otros.

El aporte al objeto de estudio de la Maestría se evidencia, desde el campo de la

comunicación, en poner de manifiesto el movimiento nadaísta como la expresión

de una vanguardia cultural que se ocupó de denunciar el inconformismo contra las

ideologías dominantes, y desde el campo de la educación, a reivindicar el

Nadaísmo como uno de los movimientos culturales en Colombia, merecedor de un

espacio académico para la reflexión y el análisis de la sociedad contemporánea.

61
El aporte a la línea de investigación en Literatura se observa en el abordaje del

Nadaísmo como una vanguardia literaria en contraposición al academicismo y a los

cánones de la literatura tradicional en Colombia, a partir del estudio de su

conceptualización, historia, evolución y producción artística, lo anterior con el

propósito de develar su escencia, y el impacto que puede generar la cosmovisión

particular de su fundador en el constructo social.

Desde una perspectiva criticista, se pudo establecer la intencionalidad de Gonzalo

Arango por modificar el pensamiento de una generación enajenada en lo más

profundo de su conciencia por los abruptos de la razón, los prejuicios y el

fetichismo religioso, el maestro se ocupó de criticar el constructo social, en aras de

transformar los imaginarios individuales y colectivos.

Esta investigación demuestra que el Nadaísmo, por la naturaleza de su filosofía, es

susceptible de ser estudiado desde un análisis socio-crítico, teniendo en cuenta la

poca relevancia que tiene el movimiento en los círculos académicos, debido a que

se trata de una vanguardia literaria que se soporta en posturas contestatarias

radicales, lo cual no le permite ser aceptado abiertamente como otras corrientes

literarias.

62
La inclusión del Nadaísmo debería ser considerada en los ambientes académicos,

pues se trata de una vanguardia cultural que coadyuvaría a potenciar el

pensamiento crítico y a dimensionar los contextos y los entornos. Se hace necesario

entonces interrelacionar el Nadaísmo interdisciplinariamente con las ciencias

humanas y las ciencias sociales para el análisis de las realidades sociales.

Las intencionalidades inmersas en el discurso de Gonzalo Arango tienen eco y

vigencia en la actualidad, pues la naturaleza humana es similar en todas las épocas,

lo que determina su expresividad son los contextos. La crítica de los fenómenos no

debe censurarse ni autocensurarse, es el arte vanguardista, como vehículo de

expresión de la inconformidad social, la que debe abanderar cualquier subversión

estética, sin inscribirse en cánones preestablecidos.

Este estudio puede servir de referente para profundizar en las temáticas abordadas,

o como soporte para estudios en ciencias sociales, humanas o políticas por su

carácter antropológico y sociológico.

63
BIBLIOGRAFÍA

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