Se nos menciona el caso de Malcom Meltzer, un psicólogo clínico que
experimentó problemas de memoria después de un ataque al corazón que le provocó anoxia. Meltzer salió de un coma 6 semanas después sabiendo quién era y pudiendo reconocer a su familia, sin embargo creía que tenía 33 años cuando en realidad tenía 44. No podría recordar dónde se encontraban los objetos y, a diferencia de los pacientes amnésicos puros, también presentaba problemas en el recuerdo de algunas habilidades, como poner el despertador, entre otras. También presentaba problemas de memoria de trabajo. Presentaba dificultades de orientación espacial e incluso andar en un entorno familiar podía significar perderse. Un problema importante fue el poder interactuar con otras personas. Posteriormente, consiguió recuperarse lo suficiente para volver al trabajo y escribir artículos para poder comprender los déficits de la memoria. Hay ciertas cosas que los pacientes con amnesia pura son capaces de aprender. Los pacientes amnésicos muestran un condicionamiento clásico normal. Por ejemplo: en un estudio en que una luz era seguida de un soplo de aire en el ojo, la respuesta automática era de parpadeo; después de varias presentaciones, la luz sola era capaz de generar parpadeo, suponiendo condicionamiento clásico de evitación. Sin embargo, cuando se les preguntaba sobre lo ocurrido, los pacientes eran casi incapaces de recordarlo. Una hipótesis es pensar que los pacientes amnésicos no poseen la capacidad para consolidar los trazos de memoria. Esta interpretación es fisiológica pero tiene implicaciones psicológicas.El modelo aceptaba una versión deliberadamente no específica de la hipótesis de consolidación. Según esta hipótesis, el aprendizaje en memoria episódica consistiría en la asociación entre los ítems y su contexto mediante algún tipo de “pegamento mnemónico”. La hipótesis no se basa en sofisticados datos neurobiológicos, pero acepta que algún tipo de interpretación neurobiológica es necesaria. La esencia de la memoria episódica es la capacidad para “pegar” las experiencias a un contexto específico, proporcionando así una etiqueta contextual que permita recuperar las experiencias individuales.