Está en la página 1de 1

Existe la inmensa alegría de vivir y de ser justos, pero ante todo existe la inmensa alegría de

servir.

-Gabriela Mistral

Buenos días tengan todos los presentes.

Nos encontramos reunidos hoy, acompañados de nuestros familiares, amigos, autoridades


educativas y demás invitados, para ser partícipes de este evento de clausura, mismo que
marca el final de una etapa para nosotros, alumnos de la generación 2020-2023.

Hemos recorrido un largo trecho, lleno de adversidades y desafíos. Vivimos un evento histórico
para el que nadie nos preparó: una pandemia. Y pese a todas las cosas que se nos
interpusieron, logramos sortear cada uno de esos obstáculos para estar aquí, cosechando los
frutos de tres años, que contradictoriamente, nos parecieron largos y breves a la vez, pues en
un abrir y cerrar de ojos, tuvimos que tomar la decisión de qué rumbo tomar.

Fueron tantos los momentos, las risas, las tristezas que compartimos como estudiantes, como
compañeros, como camaradas, que me sería difícil enumerarlos todos. Pero sé que cada uno
de nosotros, los atesora y los guarda en un rincón muy especial de la memoria. Deseo que
todos esos buenos recuerdos, nos acompañen en momentos de angustia, de duda, de
melancolía, y que nos brinden un poco de la felicidad que experimentamos cursando nuestra
educación secundaria.

A mis maestros, sé que decirles un simple “gracias”, no basta para reconocer su ardua labor
como guías, como modelos a seguir. Espero que siempre mantengan su dignidad y
profesionalismo, pues las generaciones venideras los necesitan tanto como nosotros los
necesitamos aquí, como faro en medio del mar, para iluminar nuestro camino hacia el saber.
Sepan que mis compañeros y yo los mantendremos siempre presentes, que a donde sea que
vayamos, les tendremos un espacio reservado en nuestro corazón.

Sé muy bien que este no es un adiós, es un hasta luego. Y espero que con el pasar de los años,
nuestra amistad se fortalezca, nos conecte con más personas y nos ayude a generar una red de
apoyo que, incluso en nuestra adultez, nos sirva como respaldo para tener la certeza de que
siempre habrá alguien que nos brinde ese empujón para lograr nuestros objetivos.

Me despido con el corazón lleno de emociones encontradas, alegre por haber culminado
satisfactoriamente este peldaño de mi educación, triste por saber que será difícil coincidir con
todos aquellos que formaron parte de mi cotidianidad a lo largo de estos años. Pero sé que, a
donde sea que nos lleve la vida, estaremos preparados con las herramientas que con tanto
cuidado y esmero se nos brindaron en esta, nuestra querida institución, la Escuela Secundaria
General “Manuel M. Ponce”.

Enhorabuena, compañeros. Felicidades. Sigamos luchando por llegar a la meta que cada uno
de nosotros ha elegido.

También podría gustarte