Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Te has encontrado a ti mismo fantaseando con la idea de tener días de más horas
disponibles? Nuestras agendas están tan saturadas que pareciera que la única manera
posible para hacer lo que verdaderamente nos gusta o nos apasiona sería teniendo horas
adicionales.
Demasiadas opciones. ¿Te has sentido alguna vez agobiado frente a la tarea de decidir
entre tantas opciones disponibles? Comprar un vino o un bloqueador solar, por ejemplo,
puede ser abrumador. Tenemos que dedicar mucho tiempo a explorar los cientos de
variedades y a distinguir entre las sutiles diferencias para asegurarnos de tomar la mejor
decisión. La abundancia de opciones pudiera darnos una sensación de libertad, pero lo
cierto es que nos hacemos rehenes del proceso de toma de decisiones. Nos
confundimos, nos distraemos y gastamos mucho tiempo evaluando opciones –por
curiosidad o simplemente por que están ahí- que muchas veces nada tienen que ver con
nosotros. Tenemos tantas opciones disponibles –sabores de mermeladas, colores de
tapices, restaurantes, fuentes de información- que decidir puede ser agotador. Hemos
perdido la habilidad de filtrar lo que es importante de lo que no es.
Presión social. Nuestro nivel de conectividad ha incrementado la fuerza de la presión
social. La tecnología ha eliminado barreras y ha hecho posible que otros opinen sobre
aquello en lo que debemos enfocarnos. Las redes sociales facilitan las comparaciones
sociales y nos marcan el patrón de lo que debe ser. Por pura presión social y por quedar
bien con frecuencia terminamos haciendo lo que hacen los demás aunque no
necesariamente nos guste –usar zapatos de tacón de 15 centímetros aunque nos den
dolor de espalda- o siguiendo un estilo de vida que rebasa nuestras posibilidades
económicas –organizando fiestas infantiles que parecen bodas o tomando vacaciones en
el lugar de moda-.
La idea de que podemos tenerlo todo. La lista de habilidades, conocimientos y
encantos que debemos tener para ser exitosos es cada vez más larga y exigente –por
algo tenemos a nuestros hijos en clases de todo-. Nos han vendido la idea de que tenerlo
todo es posible si tan solo encontramos la forma de volvernos eficientes. Existe allá
afuera la manera de consumir y hacer todo al mismo tiempo sin desgaste… eso
prometen cursos, anuncios y demás. Esto suena lindo en teoría, pero en la práctica
equivale a tomar agua con manguera de bombero. Es imposible hacer todo al mismo
tiempo y no atragantarse. Quizá podemos hacer todo, pero no al mismo tiempo.
Entonces… ¿cuáles son los principios del esencialismo y cómo creamos tiempo para
hacer lo que más nos gusta e importa?