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♦ Carrera: Profesorado de Música.

♦ Cátedra: Taller de Lectoescritura Académica.

♦ Nombre y apellido: Tomás Courtis.

♦ Tema: Redes sociales como herramienta escolar.

¿Por qué se busca tanto usar las redes sociales


como herramienta escolar?

Las redes sociales han sido el eje central donde gira nuestra vida cotidiana estos últimos años,
y supieron ser un escape a la pandemia que azotó nuestras vidas de manera inconmensurable,
desde mirar Instagram y saber cómo están nuestros seres queridos, hasta aprender alguna que
otra habilidad a través de Youtube o Tik Tok.
Las posibilidades de aprendizaje con las redes sociales son infinitas, de hecho que cada día
hay más “video ensayos”, desde los más largos de más de una hora, donde exponen, por
ejemplo, “por qué Ratatouille es la ópera magna de pixar” (Schaffrillas Productions 2020),
hasta algunos de 10 minutos, donde argumentan que el “post punk no es música” (Matías
Parkman 2019). Estos son consumidos, no sólo por adolescentes, sino también por adultos,
que buscan analizar (y muchas veces sobreanalizar) la cultura con la cual se han criado, o por
la cual están siendo atravesados. Sabiendo esto, ¿Por qué las instituciones escolares toman a
las redes tan a la ligera? Según Claudia Quintana (2006), a los docentes no nos preparan para
esto, sin embargo, me parece que, si nosotros esperamos pasivamente a que se nos enseñe
cómo utilizar las redes sociales en el aula, habremos fallado en nuestra práctica, ya que es
nuestra responsabilidad ser creativos y objetivos a la hora de la utilización de las mismas.
Según Santiago Bilinkis, el uso de las redes sociales donde uno tiene la posibilidad de
subir sus fotos, pueden ser nocivas para el autoestima del adolescente, sin embargo, me
parece que se le puede dar otros usos desde un marco de inserción a la vida laboral, ya que
puede ser una herramienta eficaz para emprendimientos relacionados con las artes, ya sea
desde exposición de obras, (plásticas, musicales, audiovisuales y/o fotográficas) hasta su
posterior venta, y a la vez, dan la oportunidad al estudiante de lidiar con el rechazo, de forma
colectiva. Sobre esta idea, es de conocimiento común, que la mayoría de usuarios en las redes
sociales, pueden llegar a realizar comentarios críticos e hirientes, por esto, me parece que al
realizar estas actividades en grupo, podrían fortalecer al estudiante, para afrontar esta clase de
críticas negativas, puesto que, es certeza que el autoestima del adolescente es algo vulnerable.
Por otro lado, estoy de acuerdo con Bilinkis al postular que las redes sociales son
alienantes, y el consumo problemático de las mismas puede ser perjudicial para la salud
mental, y apartar al estudiante de la clase. Por esta razón, ¿Es necesario separar las redes
sociales del aula? A mi parecer, se podría prescindir de éstas, en algunos casos, aunque sí me
parece necesario, que los docentes nos adaptemos a las nuevas tecnologías, puesto que son
parte de la sociedad en la que estamos transitando, evadir estas mismas, no estaría preparando
a los estudiantes para la sociedad que los espera.
No obstante, la inserción de nuevas tecnologías, dentro de las aulas, en Argentina,
pareciera ser contraproducente, debido a los bajos recursos de algunos sectores de la
sociedad, aunque la realidad es que no hace falta demasiados recursos para hacerse parte de
las mismas, simplemente hace falta los conocimientos necesarios para hacer uso de lo que ya
tenemos (por ejemplo: celulares o calculadoras) en formas alternativas, y de esa manera
fomentar también la creatividad, y el pensamiento lateral dentro de un marco “tecnológico”.
Sobre la enseñanza emocional, la autora Quintana plantea que la cultura juvenil, es
emoción sin reflexión, y la escuela propone un mundo de razón, sin emoción, y que el reto
estaría en superar la dicotomía y ayudar a convertir la razón en emoción, o enseñar a pensar a
partir de la emoción. Con respecto a esto, estoy totalmente de acuerdo con lo que postula la
autora, sin embargo, añado que el docente debería de estar empapado de cultura juvenil, para
poder relacionar estas temáticas que puedan llegar a ser significativas para los estudiantes,
con contenidos escolares.
En conclusión, las redes sociales postulan un gran cambio de paradigma, donde es
normal y sencillo caer en la dicotomía de estar “a favor” o “en contra” de las mismas. A mi
entender, se busca tanto usar las redes sociales dentro de las instituciones escolares con este
tipo de enfoque, sin advertir, que el paradigma es mucho más complejo del que estamos
preparados, por ende, los docentes tenemos una responsabilidad de actualización constante de
nuestros conocimientos en cuanto a cultura juvenil, nuevas tecnologías, y recursos de
enseñanza-aprendizaje, de nada sirve seguir los pasos de la cultura escolar enciclopedista del
periodo ilustrado, si el alumno tiene todos los conocimientos almacenados en, como lo llama
Bilinkis, una “súper computadora ultra liviana ultraliviana de bolsillo”. También, es de suma
importancia, que el docente siga manteniendo firmemente su lugar de guía, para que esta
herramienta pueda ser usada con eficacia, responsabilidad y creatividad. Sólo de esta manera,
se podrá conseguir uno de los objetivos, que yo considero, más importantes de la educación:
la formación de personas libres e íntegras, que sepan hacer uso inteligente de la tecnología
como medio.

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