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Lo Sagrado en La Señal de Inés Arredondo
Lo Sagrado en La Señal de Inés Arredondo
de Inés Arredondo 1
eISSN 2448-6302
T he sacred in “L a señal” [T he signal ], by I nés A rredondo
Natali González-Fernández*
ISSN 1405-6313
Resumen: En la entrevista “Me apasiona la inteligencia”, con Mauricio Carrera, Inés Arredon-
do —escritora mexicana de Sinaloa, integrante de la generación de medio siglo— afirmó que
pp. 13-20
“La señal” fue el primer cuento que le brindó la pauta en relación con la forma y el tema que le
interesaron abordar en sus escritos posteriores; en este sentido, gran parte de la estética arre-
dondiana se puede analizar en dicho relato, por lo que resulta conveniente su estudio por el
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valor literario que posee. En este artículo se retoma como eje el cuento mencionado y se anali-
zan los temas de lo sagrado, lo numinoso, la intertextualidad con personajes bíblicos, así como
el encuentro con lo divino.
Palabras clave: literatura latinoamericana; escritora; análisis literario; literatura de ficción;
cuento; religión; catolicismo; experiencia religiosa
Abstract: In the interview “Me apasiona la inteligencia” [I’m passionate about intelligence], La Colmena 109
with Mauricio Carrera, Inés Arredondo —Mexican writer from Sinaloa, a member of the middle
century generation— stated that “La señal” [“The signal”] was the first short tale which opened
the way for the background and topic of her later writings. Hence, a large part of Arredondo’s
aesthetics may be analyzed in such tale; this way, it is convenient to study it due to the literary
value it possesses. In the present article, the aforementioned tale is retaken as an axis and the
topics of the sacred, the numinous, intertextuality with biblical characters and also the encou-
nter with the divine are analyzed
* Universidad Autónoma del Estado
de México, México Keywords: Latin American literature; women author; literary analysis; fiction; short story;
Correo-e: gonzaleznatali0208@
hotmail.com religion; Catholicism; religious experience
Recibido: 13 de julio de 2020
Aprobado: 10 de diciembre de 2020
1 Este artículo está basado en la ponencia “La experiencia de lo sagrado en el cuento ‘La señal’, de
Inés Arredondo”, que fue presentada el 25 de septiembre de 2019 en el XV Congreso Internacional
de Literatura: Memoria e Imaginación de América Latina y El Caribe (por los Derroteros de la
Oralidad y la Escritura) realizado en Guanajuato, México.
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Introducción Colegio Montferrant de religiosas de la Compa-
ñía de María en 1936 y durante ocho años más,
En el contexto mexicano existe una gran diver- por esta razón fue una gran creyente y devota
sidad de escritores, los cuales son reconocidos a de Dios, sobre todo durante su infancia y ado-
nivel mundial por su extraordinaria producción lescencia. Claudia Albarrán (2000: 58) afirma
literaria. En el siglo XX fue relevante la incur- que la escritora sabía de memoria la Biblia, y sus
sión y trascendencia de la autora sinaloense Inés acciones se desarrollaban en todo momento con
Arredondo (1928-1989), quien se desenvolvió la intención de acercarse a las virtudes que las
con maestría en el género narrativo, principal- monjas le enseñaban, incluso, su madre la lle-
mente con la escritura de cuentos. Sus obras más vaba, junto con sus hermanos, a misa todos los
reconocidas son La señal (1965); Río subterrá- domingos y a confesarse casi diariamente.
neo (1979), con la que se hizo acreedora al Pre- Pese a las limitantes que la mujer tenía en
mio Xavier Villaurrutia en el mismo año de su México a mediados del siglo XX para acceder
publicación; y Los espejos (1988), editada un año a una educación superior que no se relaciona-
antes de su muerte. ra con las labores domésticas o religiosas, y con
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Para comprender la narrativa de Inés Arre- la total desaprobación de sus padres, Arredon-
dondo, es conveniente adentrarse en su con- do marchó en 1947 a la Ciudad de México para
texto sociocultural, así como en sus creencias estudiar la Licenciatura en Filosofía en la Univer-
e inquietudes, ya que gran parte de sus viven- sidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ya
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cias cotidianas aportaron elementos que le per- que su abuelo materno la apoyaba y le proporcio-
mitieron desarrollar sus cuentos. Si bien tales nó dinero para cumplir sus objetivos. No obstan-
experiencias no dirigen completamente su obra te, después de su primer año en la facultad sufrió
(que posee un mérito propio, independientemen- una crisis ante el choque de sus ideas religiosas
te de la biografía de la autora), resulta de interés con los temas ateos/agnósticos abordados en la
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conocer algunos datos. En este sentido, el lector carrera. Arredondo afirmaba que ya tenía algu-
puede observar que las temáticas abordadas por nas dudas sobre su fe cuando decidió emprender
Arredondo son una clara muestra de que refleja- sus estudios profesionales y esperaba encontrar
ba en sus textos sus inquietudes personales; el en ellos respuestas favorables acerca de la exis-
ejemplo principal, y que retomamos en este artí- tencia de Dios. Sin embargo, sucedió lo contrario,
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“El sol denso, inmóvil, imponía su presencia; la
Aunque Arredondo dejó de ser católica, la Biblia realidad estaba paralizada bajo su crueldad sin
y la religión influenciaron profundamente su tregua. Flotaba el anuncio de una muerte sus-
obra. Un primer ejemplo de esto es que gran par- pensa, ardiente, sin podredumbre pero también
te de los nombres de sus personajes fue retomado sin ternura. Eran las tres de la tarde” (73).2 Con
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de las Sagradas Escrituras, como se observa en estas líneas, el narrador nos indica el cronoto-
muchos de sus textos (“La señal”, “La sunami- po del relato, en términos bajtinianos. Aunque
ta” y “Las mariposas nocturnas”, por mencionar el lugar de la acción no se identifica, sabemos
algunos). Igualmente, pese a que en su juventud por la descripción que el sol cubría todo el espa-
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tenía la inquietud de escribir, afirma que no fue cio, eran las tres de la tarde y en el ambiente era
hasta que redactó “La señal” —relato de carác- posible percibir una sensación funesta. La hora
ter religioso— que encontró el estilo y los tópicos deviene relevante, ya que: “Las tres de la tarde es
que le interesaban para su narrativa: la hora en que Jesús muere, según los evangelios
y la interpretación bíblica moderna. Parecería que
fue “La señal” [el cuento] el que me dio la pau- la autora quiere resaltar la hora del suplicio, de la
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ta. Me brindó toda mi intencionalidad en cuan- pasión” (Gutiérrez Bautista, 2016: 173).
to a forma y tema. Me enseñó que yo tenía que A continuación, se indica al lector quién es
escribir palabra por palabra para ser responsa- el protagonista del cuento y cómo éste enfren-
ble de lo que escribía. Si usted se fija, en mi ta arduamente las condiciones del día: “Pedro,
prosa no hay desperdicios. Me impongo la dis- aplastado, casi vencido, caminaba bajo el sol.
ciplina de buscar la palabra exacta, no me con- […] El calor, seco y terrible como un castigo sin
formo con sinónimos (Carrera, 1989: 69). verdugo, le cortaba la respiración” (73). Aunque
posteriormente retomamos este nombre para la
exégesis, resulta necesario destacarlo en un pri-
mer momento: el individuo se llama Pedro, por
Análisis lo cual es manifiesta la intención de la escritora
habitualmente en aquella banca, y hubo un ins- la percepción de Pedro; ya no vive una experien-
tante en que llegó casi a desear creer así, en el cia terrenal, limitada a sentir el contacto del indi-
fondo, tibiamente, pero lo suficiente para vivir” viduo: lo que percibe es amor, la presencia de lo
(73). La cita anterior evidencia que, en este caso, sagrado. Empero, la repugnancia y la perturba-
el personaje no es creyente de alguna religión, ción se conservan, por lo que se establece una
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pero al mismo tiempo admite que profesar una fe vivencia ambivalente, característica del encuen-
le podría brindar paz para subsistir. tro con lo numinoso:
Un obrero distrae al protagonista de su
reflexión. El narrador lo describe como una per- El asco estaba presente, el asco de los dos. Por-
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sona cualquiera, con cara curtida y ancha, ojos que en el primer segundo, cuando lo rozaba
grises, pestañas cortas y mirada inexpresiva, apenas con su boca caliente, había pensado en
desnuda. El hombre le pide a Pedro que le con- una aberración. Hasta eso había llegado para
ceda besarle los pies. La solicitud lo desconcierta después tener más tormento… No, no, los dos
completamente, razón por la que el obrero, ante sentían asco, sólo que por encima de él esta-
su nula respuesta, reitera la petición. ba el amor. Había que decirlo, que atreverse a
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En este ambiente y ante los ojos imploran- pensar una vez, tan solo una vez, en la cruci-
tes del obrero, el personaje se siente incómodo. fixión (75).
Aunque con molestia, Pedro accede y se quita
los zapatos; sin embargo, la situación le parece De acuerdo con Rudolf Otto (2005), lo numino-
irreal, excesiva e irritante: “Estar descalzo así, so surge de una experiencia profana; no es racio-
como él, inerme y humillado, aceptando ser fuen- nal, sino intuitivo. En lo sagrado, entramos en
te de humillación para otro… nadie sabría nunca contacto con algo sobrehumano que nos supera,
lo que eso era… era como morir en la ignominia, aunque no sabemos qué es; no deviene en sen-
algo eternamente cruel” (74). timientos neutrales, sino que puede ser positi-
El hecho se presenta desagradable e, incluso, vo, apasionado (relacionado con el mysterium
agobiante, desde la perspectiva de Pedro. No obs- fascinans) o amenazante, repulsivo (myste-
tante, cuando el obrero se inclina a besarlo las rium tremendum). No obstante, en lo numino-
circunstancias se modifican por completo: “Y aun so se encuentra en conjunto la experiencia del
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desnudos, tan suyos y tan ajenos ahora. Pies el protagonista se cuestiona indirectamente la
con estigma. fe que profesa y desea creer en algo divino para
Para siempre en mí esta señal, que no sé vivir. El diálogo entre los dos hombres es míni-
si es la del mundo y su pecado o la de una deso- mo, no obstante, las palabras y frases que el
lada redención. narrador utiliza en su descripción se enlazan con
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¿Por qué yo? Los pies tenían una apa- lo sacro; así, se refieren al hombre o a la expe-
riencia tan inocente, eran como los de todo riencia como “imagen de algo más sagrado”,
el mundo, pero estaban llagados y él sólo lo “crucifixión”, “estigma”,3 “pecado”, “redención”,
sabía. […] No lo merezco, no soy digno. Estaba “llagado”, “no soy digno”, entre otras.
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llorando (75). En su forma primitiva, lo sagrado represen-
ta, ante todo, una energía peligrosa, incompren-
Al salir de la iglesia, el protagonista no com- sible, de difícil manejo y eminentemente eficaz,
prende qué es lo que le sucedió; sólo sabe que de acuerdo con Caillois (1984: 15). El autor lo
un hecho extraño ha ocurrido, una señal de algo explica de la siguiente manera:
que representó lo más importante y entrañable
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de su vida; sin embargo —afirma el narrador— En el fondo, lo sagrado suscita en el fiel exacta-
nunca sabrá lo que aquello significa. Es intere- mente los mismos sentimientos que el fuego en
sante, además, la frase resaltada en cursivas por el niño: el mismo temor de quemarse, el mis-
la escritora, pues el personaje desconoce si aquel mo afán de encenderlo; idéntica emoción ante
contacto con lo sagrado representa una experien- lo prohibido, igual creencia de que su conquis-
cia religiosa ante el pecado del mundo contempo- ta trae fuerza y prestigio —o herida y muer-
ráneo o una redención: te en caso de derrota— (Caillois, 1984: 32-33).
Pedro, al ser parte central del ritual, ha dejado La interpretación del suceso se enfoca en su sen-
de ser un hombre común y corriente, representa tido, en lo experimentado, más que en la trama
ahora la imagen de algo sagrado. Ha saltado
del mundo profano: el de la calle, a uno sacro: 3 De los múltiples significados que la palabra ‘estigma’ posee,
uno refiere: “Huella impresa sobrenaturalmente en el cuerpo
el de la catedral, donde el obrero es el oficiante de algunos santos extáticos, como símbolo de la participa-
del rito, el sacristán es el servidor y Pedro, ción de sus almas en la pasión de Cristo” (RAE, 2020).
ajena, por lo cual la escritura literaria se elabo- para que cuando suceda, crean que Yo Soy. / En
ra con respecto a otra, es decir, al diálogo: “la verdad les digo: el que reciba al que yo envíe, a mí
‘palabra literaria’ no es un punto (un sentido me recibe, y el que me reciba a mí, recibe al que
fijo), sino un cruce de superficies textuales, un me ha enviado” (Jn. 13: 19-20). Con esta frase
diálogo de varias escrituras: del escritor, del des- se crea una analogía, según la cual las acciones
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tinatario (o del personaje), del contexto cultural que Jesús efectuó con sus discípulos, al repetirse,
anterior o actual” (Kristeva, 1997: 2). Desde esta pueden ser tomadas como signos, señales de Él,
postura, las obras se construyen como mosaicos de lo divino, justamente como le sucede al perso-
de citas, por lo que un autor reelabora un texto naje del cuento: “detrás de la apariencia de este
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dentro de otro según una determinada intencio- obrero de aspecto enigmático, bien puede ocul-
nalidad estética para crear un nuevo sentido en tarse la divinidad misma: Jesucristo en el acto de
el lector que conozca ambos. lavar los pies de Pedro. Entonces el ritual cobra
En relación con esta teoría, la principal inter- sentido y el mito se manifiesta” (López Santillán,
textualidad que se infiere entre el relato arredon- 2015: 76).
diano y la Biblia es cuando en el texto sagrado El protagonista percibe, en el ámbito de lo
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se describen los hechos anteriores a la crucifi- sagrado, un sentimiento de criatura, una sensa-
xión de Jesucristo. Al despedirse de sus apósto- ción que deviene en impotencia o en depender
les, acontece lo siguiente: de algo más. El temor presentado también es un
efecto de lo místico, de la personificación de la
Jesús, por su parte, sabía que el Padre había idea de Dios. Inés Arredondo lograr recrear una
puesto todas las cosas en sus manos y que experiencia religiosa a partir del arte, de lo lite-
había salido de Dios y que a Dios volvía. Enton- rario, en donde hay un choque entre la realidad
ces se levantó de la mesa, se quitó el manto y profana y la sagrada.
se ató una toalla a la cintura. Echó agua en un El sentimiento de criatura es explicado por
recipiente y se puso a lavar los pies de los dis- Otto a partir de la desestima que el sujeto hace
cípulos; y luego se los secaba con la toalla que de sí respecto de su realidad, de su existencia:
se había atado.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: Hemos dicho antes que la profunda respuesta
“¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?” del alma —a la que designamos con el nombre
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Resulta fundamental mencionar que Otto aborda sensación de pérdida, de buscar ayuda en la fe,
las acciones de san Pedro para representar el sen- continúa, y aunque la autora se apegó al mundo
timiento de criatura y de lo numinoso, así como de la literatura como una cura (Arredondo, 2012:
lo hace Arredondo en su cuento. Se entiende, 41-42), el sentimiento religioso fue algo que no
entonces, que la desvaloración que el individuo logró recuperar.
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siente ante el contacto con lo sagrado se deriva
de su absoluta profanidad, no desde una conno-
tación negativa, sino que, al ser un hombre, no
sabe cómo explicar el contacto entre lo terrenal
Referencias
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y lo divino, sólo percibe a quien está en espíritu.
Para concluir y reforzar el análisis anterior, Albarrán, Claudia (2000), Luna menguante. Vida y obra de Inés
es posible brindar una interpretación final sobre Arredondo, México, Juan Pablos Editor.
el título del cuento. Resulta conveniente conocer Arredondo, Inés (2011), Cuentos completos, México, FCE.
Arredondo, Inés (2012), Ensayos, México, FCE.
qué es una señal en el ámbito de lo sagrado:
Caillois, Roger (1984), El hombre y lo sagrado, México, FCE.
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Carrera, Mauricio (1989), “‘Me apasiona la inteligencia’, En-
Eran considerados como ‘señales’ todos los trevista a Inés Arredondo”, Revista de la Universidad de Mé-
xico, núm. 467, pp. 68-72.
aspectos y circunstancias de que hemos habla-
Gutiérrez Bautista, Omar David (2016), De una poética del lími-
do anteriormente: lo terrible, sublime, pre- te a una poética de la esperanza: La subversión de la culpa en
potente; lo que sorprende y, de manera muy la obra de Inés Arredondo, tesis de Doctorado, Universidad
Iberoamericana.
especial, lo enigmático o incomprendido, que
Kristeva, Julia (1997), “Bajtín, la palabra, el diálogo y la nove-
se convierte en portento y milagro. Pero hemos la”, en Desiderio Navarro (sel. y trad.), Intertextualité. Fran-
visto que todas estas circunstancias no son cia en el origen de un término y el desarrollo de un concepto, La
Habana, Casa de las Américas / UNEAC / Embajada de
‘señales’ en estricto sentido, sino coyunturas Francia, pp. 1-24.
y motivos ocasionales para que el sentimiento López Santillán, Luis Francisco (2015), La señal de Inés Arre-
dondo. Una lectura a partir del concepto de “revelación poé-
religioso se despierte espontáneamente (Otto, tica”, tesis de Maestría, Universidad Nacional Autónoma
2015: 182-183). de México.
Otto, Rudolf (2005), Lo santo. Lo racional y lo irracional en la
idea de Dios, Madrid, Alianza Editorial.
Por lo tanto, el título del relato deja de ser fortui- Real Academia Española (RAE) (2020), “estigma”, disponible
to, ya que, como se ha mencionado, Arredondo en: https://dle.rae.es/estigma?m=form