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MORFOFISIOLOGIA DEL MIEMBRO SUPERIOR

La inervación del miembro superior se origina en el plexo braquial, una red de nervios que se
forma a partir de las ramas anteriores de los nervios espinales C5 a T1. El plexo braquial se
divide en cinco troncos principales: superior, medio, inferior, posterior y anterior. Estos
troncos se ramifican en tres cordones: lateral, medial y posterior. De los cordones salen los
nervios terminales que inervan los músculos, la piel y las articulaciones del miembro superior.
Los principales nervios terminales son el nervio axilar, el nervio radial, el nervio
musculocutáneo, el nervio mediano y el nervio cubital.

Sus ramos largos son los nervios que se extienden desde el plexo hasta las diferentes partes
del miembro superior, como el hombro, el brazo, el antebrazo y la mano. Estos nervios
transmiten información sensorial y motora entre el sistema nervioso central y los músculos y la
piel del miembro superior. Algunos de los ramos largos más importantes del plexo braquial son
el nervio axilar, el nervio radial, el nervio mediano, el nervio ulnar y el nervio musculocutáneo.

El plexo braquial está formado por las ramas anteriores de los cuatro últimos nervios cervicales
(C5-C8) y el primer nervio torácico (T1). Estas ramas se unen entre sí para formar cinco
troncos: superior, medio, inferior, anterior y posterior. Los troncos se dividen en fascículos:
lateral, medial y posterior. Los fascículos dan origen a los nervios terminales del plexo braquial,
que son: axilar, musculocutáneo, radial, mediano y cubital. Estos nervios inervan los músculos
y la piel de la región del hombro, el brazo, el antebrazo y la mano.
La irrigación del miembro superior es el conjunto de vasos sanguíneos que llevan la sangre
desde el corazón hasta las extremidades superiores y viceversa. La arteria principal que irriga
el miembro superior es la arteria subclavia, que se origina en el tronco braquiocefálico (en el
lado derecho) o directamente en el arco aórtico (en el lado izquierdo). La arteria subclavia pasa
por debajo de la clavícula y se convierte en la arteria axilar al entrar en la axila. La arteria axilar
da varias ramas que irrigan la región axilar, el hombro y la escápula. Al salir de la axila, la
arteria axilar se llama arteria braquial y recorre el brazo por su cara anterior y medial. A nivel
del codo, la arteria braquial se bifurca en dos ramas terminales: la arteria radial y la arteria
cubital. La arteria radial discurre por el lado lateral del antebrazo y llega hasta la muñeca,
donde forma el arco palmar profundo. La arteria cubital discurre por el lado medial del
antebrazo y forma el arco palmar superficial en la mano. Ambos arcos palmares se comunican
entre sí y dan origen a las arterias digitales, que irrigan los dedos de la mano.

Las venas que drenan el miembro superior son superficiales y profundas. Las venas
superficiales se encuentran debajo de la piel y no acompañan a las arterias. Las principales
venas superficiales son la vena cefálica, que discurre por el lado lateral del brazo y se une a la
vena axilar, y la vena basílica, que discurre por el lado medial del brazo y se une a la vena
braquial. Las venas profundas acompañan a las arterias y tienen el mismo nombre que ellas.
Las venas radiales y cubitales se unen para formar las venas braquiales, que a su vez se unen a
la vena axilar. La vena axilar se convierte en la vena subclavia al salir de la axila. La vena
subclavia se une a la vena yugular interna para formar el tronco venoso braquiocefálico, que
desemboca en la vena cava superior.
MORFOFISIOLOGIA DEL MIEMBRO INFERIOR

La morfofisiología del miembro inferior se refiere al estudio de la forma, la estructura y el


funcionamiento de las partes que lo componen. El miembro inferior se divide en seis regiones
principales: la región glútea, la región de la cadera, la región del muslo, la región de la rodilla,
la región de la pierna y la región del pie. Cada una de estas regiones tiene sus propios huesos,
articulaciones, músculos, nervios y vasos sanguíneos que permiten el movimiento, la
estabilidad y la sensibilidad de la extremidad. El miembro inferior se conecta con el tronco a
través de la pelvis, que está formada por el sacro y los huesos coxales. La articulación
coxofemoral o de la cadera une el fémur con el hueso coxal y permite movimientos de flexión,
extensión, abducción, aducción y rotación. El fémur es el hueso más largo y fuerte del cuerpo y
se articula con la tibia y la rótula en la rodilla. La rodilla es una articulación en bisagra que
permite movimientos de flexión, extensión y rotación. La tibia y la fíbula son los dos huesos de
la pierna que se unen con el astrágalo en el tobillo. El tobillo es una articulación en bisagra que
permite movimientos de dorsiflexión y plantiflexión. El pie está formado por siete huesos del
tarso, cinco huesos del metatarso y catorce falanges que conforman el esqueleto óseo. El pie
tiene múltiples articulaciones que le dan flexibilidad y adaptabilidad al terreno. Los músculos
del miembro inferior se agrupan según su localización y función en compartimentos anterior,
medial y posterior del muslo; anterior, lateral y posterior de la pierna; dorsal y plantar del pie.
Los músculos se encargan de generar los movimientos del miembro inferior y mantener su
postura. Los nervios del miembro inferior provienen de los plexos lumbosacro y sacro y se
distribuyen por las diferentes regiones para inervar los músculos y la piel. Los vasos sanguíneos
del miembro inferior se originan en las arterias ilíacas externas e internas y se ramifican para
irrigar los tejidos y órganos de la extremidad. Las venas siguen un trayecto paralelo a las
arterias y drenan la sangre hacia las venas ilíacas externas e internas.

PELVIS

La pelvis es una estructura ósea que forma parte del esqueleto axial y que se ubica en la parte
inferior del tronco. Está compuesta por cuatro huesos: dos huesos coxales, el sacro y el cóccix.
La pelvis tiene varias funciones importantes, como proteger los órganos pélvicos, transmitir el
peso del cuerpo a las extremidades inferiores, proporcionar puntos de inserción para los
músculos del tronco y las piernas, y participar en la reproducción y el parto. La pelvis se divide
en dos regiones: la pelvis mayor y la pelvis menor. La pelvis mayor es la parte superior y más
amplia, que contiene principalmente el intestino grueso, mientras que la pelvis menor es la
parte inferior y más estrecha, que contiene la vejiga, el útero, los ovarios y la próstata.
El coxal o ilíaco es un hueso plano, irregular y asimétrico que forma parte de la cintura pélvica.
Tiene dos caras: una externa y otra interna. La cara externa presenta tres regiones: la fosa
ilíaca externa, la superficie auricular y la superficie glútea. La fosa ilíaca externa es cóncava y
lisa, y se articula con el músculo ilíaco. La superficie auricular es rugosa y tiene forma de oreja,
y se articula con el sacro formando la articulación sacroilíaca. La superficie glútea es convexa y
presenta tres líneas curvas: la anterior, la posterior y la inferior, que sirven de inserción a los
músculos glúteos. La cara interna también presenta tres regiones: la fosa ilíaca interna, la línea
arqueada y la superficie pélvica. La fosa ilíaca interna es cóncava y lisa, y aloja al músculo ilíaco
interno. La línea arqueada es una cresta ósea que separa la fosa ilíaca interna de la superficie
pélvica. La superficie pélvica es cóncava y forma parte de la pared lateral de la pelvis menor,
donde se insertan los músculos obturador interno y elevador del ano.
EL FEMUR

El fémur es el hueso más largo y fuerte del cuerpo humano. Se extiende desde la cadera hasta
la rodilla y forma parte del esqueleto apendicular. El fémur tiene varias características que lo
distinguen de otros huesos, como su forma cilíndrica, su cabeza redondeada que se articula
con el acetábulo, su cuello angulado que facilita el movimiento de la pierna, su trocánter
mayor y menor que sirven de inserción a músculos y ligamentos, su diáfisis robusta que
soporta el peso corporal, su cóndilo medial y lateral que se unen con la tibia y el peroné, y sus
epífisis proximal y distal que contienen tejido óseo esponjoso y médula ósea roja. El fémur es
un hueso vital para la locomoción, el equilibrio y la estabilidad del cuerpo.

LA TIBIA, EL PERONE Y LA ROTULA

La tibia, el peroné y la rótula son los tres huesos que forman parte de la articulación de la
rodilla. La tibia es el hueso más grande y más interno de la pierna, que se articula con el fémur
y el peroné. El peroné es el hueso más delgado y más externo de la pierna, que se articula con
la tibia y el tobillo. La rótula es un hueso sesamoideo que se encuentra en la parte anterior de
la rodilla, que se desliza sobre el fémur y protege la articulación.

La tibia tiene dos extremos: el superior, que se llama platillo tibial, y el inferior, que se llama
maléolo medial. El platillo tibial tiene dos superficies cóncavas que reciben los cóndilos del
fémur. El maléolo medial forma parte de la articulación del tobillo y sirve de apoyo al arco
interno del pie. La tibia también tiene una cresta llamada tuberosidad anterior, donde se
inserta el tendón rotuliano.

El peroné tiene dos extremos: el superior, que se llama cabeza del peroné, y el inferior, que se
llama maléolo lateral. La cabeza del peroné se articula con la parte lateral de la tibia, formando
la articulación proximal tibioperonea. El maléolo lateral forma parte de la articulación del
tobillo y sirve de apoyo al arco externo del pie. El peroné también tiene una apófisis llamada
apófisis estiloides, donde se insertan algunos ligamentos.

La rótula tiene una forma triangular con una base superior y un vértice inferior. La superficie
posterior de la rótula tiene dos facetas que se adaptan a los cóndilos del fémur. La superficie
anterior de la rótula está cubierta por el tendón cuadricipital, que se continúa con el tendón
rotuliano. La rótula actúa como una polea que aumenta la fuerza del cuádriceps sobre la
rodilla.

EL PIE

El pie es una estructura compleja que consta de 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100
músculos, tendones y ligamentos. El pie se divide en tres partes principales: el antepié, el
mediopié y el retropié. El antepié está formado por los dedos del pie y los huesos
metatarsianos, que son los cinco huesos largos que conectan los dedos con el resto del pie. El
mediopié está formado por el arco del pie y los huesos que lo sostienen, llamados huesos
tarsianos. El retropié está formado por el talón y el tobillo, que se articulan entre sí mediante
el hueso calcáneo y el hueso astrágalo. El pie tiene varias funciones importantes, como
soportar el peso del cuerpo, absorber el impacto de la marcha, proporcionar equilibrio y
estabilidad, y permitir el movimiento y la adaptación a diferentes superficies.
MUSCULOS DEL MIENBROS INFERIOR

Los músculos del miembro inferior son los encargados de realizar los movimientos de la
cadera, el muslo, la rodilla, la pierna, el tobillo y el pie. Estos músculos se clasifican en tres
grupos: anterior, medial y posterior.

El grupo anterior está formado por los músculos que flexionan la cadera y extienden la rodilla,
como el cuádriceps femoral, el sartorio y el recto femoral. El grupo medial está formado por
los músculos que aducen el muslo, como el aductor mayor, el aductor menor, el aductor largo
y el grácil. El grupo posterior está formado por los músculos que extienden la cadera y
flexionan la rodilla, como el bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso.

Los músculos de la pierna se dividen en tres compartimentos: anterior, lateral y posterior. El


compartimento anterior está formado por los músculos que dorsiflexionan el tobillo y
extienden los dedos del pie, como el tibial anterior, el extensor largo del dedo gordo y el
extensor largo de los dedos. El compartimento lateral está formado por los músculos que
eversan el pie, como el peroneo largo y el peroneo corto. El compartimento posterior está
formado por los músculos que plantiflexionan el tobillo y flexionan los dedos del pie, como el
tríceps sural, el flexor largo del dedo gordo y el flexor largo de los dedos.
Los músculos del miembro inferior se pueden clasificar en tres grupos según su localización:
anterior, medial y posterior. Cada grupo tiene músculos con diferentes orígenes, inserciones y
acciones.

El grupo anterior está formado por los músculos que flexionan la articulación de la cadera y
extienden la rodilla. Entre ellos se encuentran el psoas mayor, el iliaco, el sartorio, el recto
femoral y los vastos (lateral, intermedio y medial). Estos músculos se originan en la pelvis, el
fémur o las vértebras lumbares y se insertan en la tibia o la rótula. Su acción principal es
permitir el movimiento de flexión del muslo sobre la pelvis y de extensión de la pierna sobre el
muslo.

El grupo medial está formado por los músculos que aducen el muslo, es decir, lo acercan al
plano medio del cuerpo. Entre ellos se encuentran el pectíneo, el aductor largo, el aductor
corto, el aductor mayor y el grácil. Estos músculos se originan en la pelvis o el pubis y se
insertan en el fémur o la tibia. Su acción principal es permitir el movimiento de aducción del
muslo, así como su rotación interna y flexión.

El grupo posterior está formado por los músculos que extienden la cadera y flexionan la rodilla.
Entre ellos se encuentran el glúteo mayor, el glúteo medio, el glúteo menor, los rotadores
externos (piriforme, obturador interno, obturador externo, gemelo superior, gemelo inferior y
cuadrado femoral), el bíceps femoral, el semimembranoso y el semitendinoso
LA INERVACIÓN DEL MIEMBRO INFERIOR

La inervación del miembro inferior se origina en el plexo lumbar y el plexo sacro, que son redes
de nervios formadas por las ramas anteriores de los nervios espinales. El plexo lumbar se
extiende desde L1 a L4 y da origen a los nervios iliohipogástrico, ilioinguinal, genitofemoral,
cutáneo femoral lateral, obturador y femoral. El plexo sacro se extiende desde L4 a S4 y da
origen a los nervios glúteos superior e inferior, cutáneo femoral posterior, ciático, pudendo y
plantar medial y lateral. Estos nervios inervan los músculos, la piel y las articulaciones del
miembro inferior, así como los órganos genitales externos y el periné.

Estos músculos se originan en la pelvis, el sacro, el cóccix o el fémur y se insertan en el fémur,


la tibia o el peroné. Su acción principal es permitir el movimiento de extensión del muslo sobre
la pelvis y de flexión de la pierna sobre el muslo, así como su rotación externa.

ANATOMIA DE LOS PLEXOS

La anatomía de los plexos nerviosos de la extremidad inferior es más compleja que la de la


extremidad superior, debido a que los nervios que los forman se originan en segmentos
medulares más distantes entre sí. Los plexos lumbar y sacro son los principales responsables
de la inervación de la extremidad inferior, y se encuentran en el espacio retroperitoneal, entre
las capas del músculo psoas mayor. Los plexos se componen de nervios colaterales y
terminales, que se distribuyen por las diferentes regiones de la extremidad inferior. Los
nervios colaterales son aquellos que inervan estructuras próximas al plexo, como músculos o
articulaciones, mientras que los nervios terminales son los que salen del plexo y se dirigen a
regiones más distales, como el muslo, la pierna o el pie.
RECORRIDO Y TERMINALES DEL NERVIO CIATICO

El nervio ciático es el nervio más largo y grueso del cuerpo humano. Se origina en la región
lumbar de la columna vertebral, a partir de las raíces nerviosas de los segmentos L4 a S3.
Desde ahí, desciende por la parte posterior de la pelvis, el glúteo mayor, el muslo y la pierna,
hasta llegar al pie. En su recorrido, el nervio ciático se ramifica en varios nervios terminales
que inervan diferentes zonas de la extremidad inferior. Algunos de estos nervios terminales
son:
- El nervio peroneo común, que se separa del nervio ciático a la altura de la cabeza del peroné.
Este nervio se divide a su vez en el nervio peroneo superficial y el nervio peroneo profundo,
que inervan los músculos y la piel de la parte anterior y lateral de la pierna y el dorso del pie.

- El nervio tibial, que continúa el trayecto del nervio ciático por la parte posterior de la pierna.
Este nervio se encarga de inervar los músculos y la piel de la pantorrilla, el tobillo, la planta del
pie y los dedos.

- El nervio sural, que se forma por la unión de ramas del nervio tibial y del nervio peroneo
común. Este nervio discurre por el borde externo del tendón de Aquiles y llega hasta el talón y
el borde externo del pie.

CIRCULACION DEL MIENBRO INFERIOR E IRRIGACION

La circulación de los miembros inferiores es el conjunto de procesos que permiten el


transporte de la sangre desde el corazón hasta las extremidades inferiores y viceversa. La
irrigación de los miembros inferiores es el aporte de sangre oxigenada y nutrientes a los tejidos
de las piernas, pies y dedos. Ambos procesos son esenciales para el funcionamiento normal y
la salud de los miembros inferiores.

La circulación de los miembros inferiores se realiza a través de dos sistemas vasculares: el


arterial y el venoso. El sistema arterial lleva la sangre desde el corazón hasta las arterias ilíacas,
que se bifurcan en las arterias femorales. Estas a su vez se ramifican en las arterias poplíteas,
tibiales y peroneas, que irrigan los músculos, huesos y piel de las piernas. Las arterias terminan
en las arteriolas y capilares, que son los vasos más finos y donde se produce el intercambio de
gases y nutrientes con los tejidos.
El sistema venoso recoge la sangre desde los capilares y la conduce hacia las venas, que son los
vasos que llevan la sangre de vuelta al corazón. Las venas de los miembros inferiores se
dividen en dos grupos: el superficial y el profundo. El grupo superficial está formado por las
venas safenas, que recorren la superficie de las piernas y desembocan en las venas femorales.
El grupo profundo está formado por las venas tibiales, peroneas y poplíteas, que acompañan a
las arterias del mismo nombre y desembocan en las venas ilíacas.

La circulación de los miembros inferiores está regulada por diversos mecanismos que
mantienen un flujo adecuado y una presión arterial normal. Entre estos mecanismos se
encuentran el bombeo cardíaco, la contracción muscular, las válvulas venosas, el sistema
nervioso autónomo y las hormonas. Cualquier alteración en estos mecanismos puede provocar
trastornos circulatorios como la insuficiencia arterial, la insuficiencia venosa, la trombosis o la
embolia.

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