Uno es blanco y viril, el otro rudo; aquél se viste de fulgente acero y el otro muestra el corazón desnudo. Se traba entre los dos combare fiero; pero el campeon de los quichés no pudo, de fina lanza contra el golpe artero, más que oponer su pecho por escudo.
Cayó el indio a los pies del Castellano
y así el grupo quedó…hasta que un día lució la libertad en suelo indiano.
Y en símbolo de paz que el odio inmola,
Sobre el acero que a Tecún hería Tendió un Quetzal el iris de su cola.