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LA ÉTICA COMO RAMA DE LA FILOSOFÍA

La ética es la rama de la filosofía que reflexiona sobre los fundamentos de la moral, se


pregunta el porqué algo es bueno o malo.
Mientras la moral se encarga de cuestionar “x: ¿es bueno o malo?”, la ética se encarga de
cuestionar: “¿por qué x es bueno o malo?”
La ética es la rama de la filosofía que reflexiona sobre lo moral; “Polisenia” significa “lo
bueno”.

¿Qué acciones debemos llevar adelante para hacer lo moralmente bueno, o vivir una buena
vida? Esta sería la discusión ética, es decir, bajo qué principios debería orientar mi acción
para hacerla lo mejor posible.

Hay dos grandes discusiones al respecto para responder a esta pregunta: sobre los
conceptos y sobre los principios.
No todos los principios morales se definen de la misma manera, algunos ponen el foco en
los fines, otros en la intención.
¿Es posible establecer mínimos universales? Esta discusión explotó en el siglo XX de la
mano con el fin politico de los derechos humanos luego de la Alemania Nazi y sus
consecuencias, los minimos exigibles en definitiva dieron nacimiento a los DD.HH.
Históricamente se construyeron varios esquemas éticos según en aquello que se ponga el
foco.

La ética es un tipo de saber que se encarga de un conjunto de principios o reglas que


parecen guiar la vida del individuo cuando intenta ser buena gente, y ese ámbito de la moral
es el que le interesa a la ética. La ética no solo es una disciplina de segundo orden, sino en
cierta manera, indirectamente normativa. No elige dentro de todas las posibles morales cual
es la correcta, sino que la ética sugiere, da razones para decir que cosas se fundamentan
como buenas y que cosas como malas.

En palabras más simples:

La moral se refiere a las creencias, valores, normas y principios que guían el


comportamiento y las acciones de un individuo o una sociedad. Es un conjunto de reglas
internas o externas que determinan lo que se considera correcto o incorrecto, bueno o
malo en un contexto particular. La moral a menudo se basa en factores como la cultura, la
religión, la tradición y la educación. Es más personal y subjetiva, y a menudo se relaciona
con la conducta de las personas en su vida cotidiana.

La ética es un campo de la filosofía que se dedica al estudio sistemático de la moral. Se


preocupa por analizar y comprender los fundamentos racionales y los principios
universales que subyacen a las decisiones morales. La ética busca establecer un marco
teórico y conceptual para evaluar y justificar lo que es moralmente correcto o incorrecto en
un sentido más abstracto y general. A menudo se refiere a las teorías éticas, como el
utilitarismo, el deontologismo y la ética de la virtud, que proporcionan principios y
razonamientos para tomar decisiones éticas.
En resumen, la moral se enfoca en las creencias y normas que guían el comportamiento
cotidiano y varía de una persona a otra y de una cultura a otra. La ética, por otro lado, es
un estudio más profundo y filosófico que busca comprender y justificar los principios
morales desde una perspectiva más universal y abstracta. En la práctica, los términos
"moral" y "ética" a veces se utilizan indistintamente, pero esta es la distinción
generalmente aceptada.

Con un ejemplo:

La moral se refiere a las creencias y normas personales o culturales que guían nuestras
acciones cotidianas. Supongamos que en una sociedad en particular, existe la creencia
moral de que robar es incorrecto, ya que causa daño a otros y viola la propiedad privada.
En este caso, si una persona decide no robar un pan en una tienda porque cree que es
moralmente incorrecto, está actuando de acuerdo con su moral personal o cultural.

La ética se ocupa de las cuestiones más abstractas y filosóficas relacionadas con lo que
es moralmente correcto. Un filósofo ético podría analizar si robar un pan en una situación
de extrema necesidad es moralmente justificable desde un punto de vista universal. Podría
considerar teorías éticas como el utilitarismo (donde se evalúa si el acto maximiza la
felicidad general) o la ética deontológica (que se enfoca en si robar va en contra de un
principio moral absoluto). La ética busca proporcionar un marco conceptual para discutir si
ciertos actos son moralmente aceptables en general, independientemente de las creencias
individuales o culturales.

En este ejemplo, la moral se refiere a las creencias y normas personales o culturales que
llevan a alguien a decidir no robar un pan, mientras que la ética se refiere a la discusión
filosófica sobre si robar un pan en una situación de necesidad extrema puede ser
moralmente justificable desde una perspectiva más universal y abstracta.

La ética es la reflexión filosófica sobre los fundamentos de la moral. Los estudios de la moral por
parte de la filosofía se pueden hacer desde dos ámbitos:

1. Ética normativa (o ética a secas)

Razonamiento para fundamentar la bondad o no de ciertas acciones. Se basa en la fundamentación


de acciones general y no concreta, la aplicación al caso concreto es gracias a la discusión ética del
principio general (por ejemplo: está bien escaparse de la cárcel o mentir), el hecho puntual nos haría
elevarnos a la generalidad, es decir, el plano filosófico-
Esta ética se basa en pensar el porqué elijo esos principios y no otros para basar una conducta.

2. Metaética (o etica analitica)

La metaética no se centra en proporcionar directamente pautas morales prácticas, sino que


se enfoca en investigar y analizar las cuestiones filosóficas más fundamentales relacionadas
con la moralidad. Aborda preguntas como "¿qué significa ser bueno o malo?" o "¿qué es la
moralidad en su esencia?".
La ética normativa se preocupa por evaluar acciones específicas y determinar si son
moralmente correctas o incorrectas según ciertos criterios (por ejemplo, el utilitarismo
considera si una acción maximiza la felicidad). La metaética, en cambio, examina la
naturaleza misma de los juicios morales. Investiga si los juicios morales son objetivos
(existen independientemente de las opiniones individuales), subjetivos (dependen de las
creencias y valores de las personas) o si tienen algún tipo de fundamento en la realidad.
ARISTOTELES

División Aristotélica sobre los saberes:


● Saberes teóricos: Son aquellos que no pueden ser de otra manera. Estos saberes
solo puedo describirlos y no cambiarlos. Por ej. los fenómenos naturales - física,
biología, astronomía -.
● Saberes productivos o poieticos: Son aquellos saberes que sí pueden ser de otra
manera. Tienen que ver con todo lo que nace del mundo humano, es aquello que
genera algo. Ej. los oficios.
● Saberes prácticos: Son aquellos que pueden ser de otra manera pero que se deben
aplicar en un conjunto de acciones para alcanzar el bien o la vida buena. Por ej. la
ética, la política y la economía.
- La ética administra la buena vida. Es de carácter individual ya que corresponde
al individuo.
- La política administra la vida justa. Es de carácter social.
- La economía administra los bienes.

Los saberes prácticos (política y economía) son normativos ya que nos dicen “cómo debe
ser”.
La ética es un saber indirectamente normativo, ya que cuestiona las razones de algo bueno
o malo. Mientras que la moral es directamente normativa.

Ética -filosofía moral-:


Los estudios de la moral pueden llevarse a cabo a través de la ética normativa (indica ciertas
normas, piensa en los principios generales) o de la metaética (piensa los conceptos
centrales de la ética):

● Ética normativa: Se trata de un proceso de razonamiento mediante el cual se


fundamenta si una acción es considerada buena o mala. Busca responder el
interrogante “¿por qué?” y determinar qué acción es moralmente correcta o
incorrecta.
El sistema ético normativo tiene dos posibilidades:
- Deontológica: Es buena en sí misma. Se centra en el deber y las obligaciones
morales, independientemente de sus consecuencias o resultados.
- Teleológica: Es buena o no debido a lo que tiene como consecuencia. Tiene
foco en las consecuencias o resultados de las acciones para determinar el
valor moral.

● Metaética: Abarca los conceptos fundamentales de la ética y se enfoca en el análisis de


cuestiones más amplias, como lo que es considerado bueno o deseable. Esta disciplina
se dedica a examinar los fundamentos, el significado y la naturaleza de los juicios éticos.
El sistema metaético también cuenta con dos posibilidades:
- Cognitivismo: Lo bueno y lo justo son determinados racionalmente. Los juicios
pueden ser conocidos y evaluados como buenos o malos.
- No cognitivista: No son racionales. Influyen las emociones, por lo que pueden
ser intuitivas o sensibles. Los juicios éticos no tienen contenido cognitivo y por
lo tanto no pueden ser verdaderos o falsos. Expresan actitudes o deseos
personales.

Ética Aristotélica:
Defiende el teleologismo (concepción de que toda acción tiene un fin). Aristóteles busca el
fin último del ser humano, y concluye que este fin es la eudaimonía (felicidad). A través de
las virtudes es que se alcanza este fin.
Para Aristóteles nuestro accionar no tiene un fin en sí mismo ya que carece de sentido si no
se dirigen hacia otro fin, por lo que propone que son el medio para alcanzar el fin último.
La ciencia política es la que estudia este bien, porque es la que gestiona el bien social y
regula la vida en sociedad, además las otras disciplinas se subordinan a ella, e incluye los
fines de las otras ciencias. Las ciencias políticas no son exactas, dado que se refiere al
estudio del individuo en una sociedad y este es subjetivo de sí mismo.

Aristóteles busca la Eudaimonía. Este término se traduce como “felicidad” aunque


precisamente no significa eso. La eudaimonía es sentir y actuar de cierta manera. ¿Qué es
la felicidad?: ¿la vida buena o la buena vida?
La buena vida se relaciona directamente con los goces y placeres, lo que genera una
búsqueda infinita de felicidad. Sin embargo, encontramos la eudaimonía en la vida buena ya
que tiene que ver con la vida virtuosa.

Para Aristóteles hay 5 modos de vida que son principales:


● Vida placentera o voluptuosa: Busca el placer inmediato. Seguir este modo de vida
nos llevaría a ser puramente animales que buscan saciar sus placeres
constantemente.
● Vida de negocios: La riqueza no es un fin en sí mismo, ya que quiero riqueza para
obtener bienes, poder, etc. Cuanto más dinero tengo, más dinero quiero.
● Vida política: El fin de esta práctica radica en el reconocimiento de un otro, por lo que
este modo de vida no depende de uno mismo, sino que de los demás.
● Vida contemplativa: Solo la pueden vivir los dioses, entonces es un modo de vida
alejado a la vida de los humanos.

En conclusión, la vida política parece ser la más cercana a su propio fin, ya que en el trabajo
político se pueden ver virtudes.

La eudaimonía tiene que ver con las virtudes y se complementa con los bienes. Existen 2
tipos de bienes: interiores (salud, inteligencia), y exteriores (materiales -posesiones-, sociales
-relacionales-). Ambos bienes se deben buscar, pero los exteriores se deben buscar en su
justa medida y así poder satisfacer necesidades materiales y sociales.
Para Aristóteles hay 3 cualidades del bien supremo:
● Perfección: Si existe, se tiene que definir por sí mismo.
● Autosuficiencia: Luego de ser feliz, no necesito nada más.
● Regularidad: Tiene que ver con una acción regular.

Un ser humano virtuoso se vincula con el alma. Consiste en desarrollar excelentemente


nuestra naturaleza humana. El alma es aquello que no poseen otras especies, y en donde
existe la razón.
El alma humana se divide en 3 partes:
● Parte racional. - Tiene que ver con las virtudes intelectuales. Regula a los deseos, es
gobernadora (en tanto a lo científico) y gobernada (en tanto a lo calculado).
● Parte apetitiva (deseos). - No racional. Se le tiene que enseñar a ser buena. La virtud
se consigue a través de actos virtuosos. Tiene que ver con las virtudes morales. Son
deseos gobernados por la razón.
● Parte vegetativa. - Irracional. Son los deseos ingobernables, o aquello que se da por
naturaleza.

El bien supremo (eudaimonía) consiste en 6 puntos:


1. Todas las cosas tienden a un fin.
2. Cuando algo tiene una función (ergos), este es el fin.
3. Si todo tiende a un fin, también lo tiene el humano.
4. El fin de la vida humana ha de ser una acción vinculada específicamente a lo
humano.
5. Lo específicamente humano es el alma y particularmente la razón (alma racional)
6. La perfección (virtud) se alcanza practicando excelentemente aquello que consiste su
función.
Conclusión: El bien supremo del humano es una actividad del alma desarrollada conforme a
la más perfecta de las virtudes.

Vida contemplativa: Es la vida dedicada a los saberes, es el saber filosófico, toma a los
saberes como fin último (una vez alcanzados genera felicidad). No es posible para los
humanos, es propia de los dioses. La vida que se acerca al ideal para el humano es la vida
política.

La virtud: La virtud moral es una potencia. La naturaleza nos dota de la capacidad de actuar
virtuosamente. La virtud es una sola y es la sabiduría. Pero hay distintos tipos de virtudes:
Aristóteles va a plantear que el alma está conformada por lo racional y lo apetitivo. Lo
racional tiene que ver con las virtudes intelectuales, mientras que lo apetitivo tiene que ver
con las virtudes morales.

Aristóteles busca la coincidencia entre lo que dice la razón y lo que nos pide el deseo.
Propone que a través de la práctica podemos acostumbrar a nuestros deseos. Los deseos
son gobernados por la razón.
Para Aristóteles en el alma existen: Pasiones (nace neutralmente con nosotros -deseos y
sentimientos-), Facultades (capacidad del alma para detener el sentimiento), y Modos de ser
(podemos elegir ser buenos o malos).

Las pasiones no pueden ser virtud ya que nos invaden pasivamente. Las pasiones no son
elecciones, sino que son afecciones. La facultad no puede ser virtud porque es una
capacidad natural, y no una práctica. Y el modo no es la virtud porque es la capacidad de
actuar virtuosamente.
A la virtud hay que ponerla en práctica porque es un modo de ser. Es la virtud moral como
un hábito o costumbre. Hay que acostumbrar nuestros deceso para que forme parte de una
virtud natural.
El justo medio implica accionar moderado. En un vicio por defecto y un vicio en exceso, el
justo medio debe de estar en el medio de la distancia entre estos. No es matemático, más
bien depende de cada persona, pero la virtud como acción busca el justo medio. Por lo
tanto, el justo medio no es aritmético, ni relativo a cada persona, y no es tan simple.

Los seres humanos tendemos a un tipo de vicio, entonces, el justo medio contrarresta y se
acerca al otro vicio. Hay que alejarse del inicio que se llama más.
Desarrollar una virtud racional (prudencia), que va a ayudar a la virtud, va a marcar el justo
medio.

La prudencia es la virtud que rige los deseos, pone a la razón al servicio de la acción, es la
encargada de dictar cuál es el punto medio.

Es necesario ser sabio y prudente para poder ser virtuoso, no buscar la verdad teórica sino
también la recta razón.
HUME

CONCEPTOS CLAVES: VOLUNTAD, RAZÓN Y PASIÓN

El concepto central planteado por el autor es que en un principio que la voluntad está
siempre ejercitada por la pasión, no pudiendo hacer frente a esta última a la razón,
como comenzaremos a abordar.

Podemos decir que lo planteamientos fundamentales son:


- La razón no es motivo de la voluntad.
- La razón no puede ser opuesta a la pasión respecto a la voluntad.

Definimos voluntad como aquello que nos impulsa a hacer algo, mientras que la pasión es
aquello que emana de nosotros y no es raíz de la razón.
La razón se ocupa de las relaciones abstractas de las ideas y de las relaciones de causa y
efecto que se derivan de la experiencia. En contraste, la voluntad se relaciona con la
realidad y la toma de decisiones. Dado que la razón y la voluntad operan en diferentes
dominios, la razón por sí sola no puede ser la causa de una acción.

Con nuestras propias palabras podríamos decir que:

Voluntad: Es lo que nos motiva a hacer cosas. Cuando decidimos hacer algo, como comer
un helado, nuestra voluntad es la fuerza detrás de esa decisión.

Pasión: Son emociones o sentimientos que surgen en nosotros. Por ejemplo, si amamos
el helado, ese amor es una pasión que sentimos. Las pasiones no son racionales ni
razonadas; simplemente surgen en nosotros.

Razón: La razón se ocupa de pensar y entender cosas de manera lógica y basada en


hechos. Trata de conectar ideas y comprender las relaciones de causa y efecto basadas
en lo que hemos experimentado.

Hume argumenta que la razón y la voluntad son diferentes. La razón se ocupa de ideas
abstractas y relaciones lógicas, mientras que la voluntad se relaciona con la toma de
decisiones en el mundo real. Por lo tanto, la razón por sí sola no puede ser la única causa
de nuestras acciones. En otras palabras, nuestras decisiones y acciones no son
completamente racionales, ya que también están influenciadas por nuestras pasiones y
deseos emocionales, no solo por la lógica.

En cuanto a la razón:

La razón guía nuestros juicios sobre causas y efectos, pero no motiva directamente la
acción. La razón puede proporcionar información sobre cómo lograr un objetivo, pero no
puede impulsarnos a actuar. La acción sólo se produce cuando una emoción o pasión se
relaciona con un objeto y nos impulsa a actuar en consecuencia.

En nuestras propias palabras podemos decir que:

La razón nos ayuda a entender cómo funcionan las cosas y cómo una cosa causa otra.
Por ejemplo, sabemos que si tocamos un fuego caliente, nos quemaremos. Esa es la
razón, ayudándonos a comprender una causa y un efecto.

Sin embargo, la razón por sí sola no nos hace hacer cosas. Puede decirnos que algo es
una buena idea o cómo hacer algo, pero no nos empuja a hacerlo.

Lo que realmente nos hace actuar es la emoción o la pasión. Por ejemplo, si sentimos
hambre (una emoción), eso nos motiva a comer, aunque nuestra razón también pueda
decirnos que comer es una forma de satisfacer nuestro hambre.

Entonces, en resumen, la razón nos ayuda a entender las relaciones de causa y efecto,
pero nuestras acciones son principalmente impulsadas por nuestras emociones y
pasiones.

La razón sólo se opone a las pasiones cuando estas están basadas en suposiciones falsas o
eligen medios inadecuados para lograr un objetivo. En ausencia de juicio erróneo o medios
inadecuados, la razón y las pasiones no están en conflicto y no se puede afirmar que la
razón sea el motivo principal de la acción. En resumen, Hume nos dice que la razón y las
emociones pueden coexistir y trabajar juntas, a menos que cometamos errores en nuestro
pensamiento o elecciones.
Hume no niega la razón, únicamente establece que no es el motor de nuestro
accionar, sino que el motor de dicho accionar es la pasión. La razón es esclava de la
pasión, una herramienta de la misma.

En este último sentido, no es correcto hablar de un combate entre razón y pasión: “La razón
es y solo debe ser esclava de las pasiones y no puede pretender otro oficio que el de
servirlas”; “Si una pasión, ni está fundada en falsos supuestos, ni elige medios insuficientes
para su fin, el entendimiento no puede ni justificarla ni condenarla. No es contrario a la razón
el preferir la destrucción del mundo entero o tener un rasguño en mi dedo”.

Clasificación de las pasiones: Las pasiones se pueden calificar en pasiones violentas y


pasiones serenas.

Pasiones apacibles: Estas son emociones o deseos que se caracterizan por su calma y
tranquilidad. Aunque pueden ser fuertes motivadores de la acción, no generan una emoción
intensa o una agitación extrema en la persona que las experimenta. Ejemplos de pasiones
apacibles pueden ser la benevolencia, el amor a la vida, la ternura hacia los niños y otros
sentimientos que, aunque importantes, no suelen provocar una agitación emocional intensa

Pasiones violentas: En contraste, las pasiones violentas son emociones que se


experimentan de manera intensa y que pueden llevar a una agitación emocional significativa.
Ejemplos de pasiones violentas pueden incluir el resentimiento, el miedo, la ira y otras
emociones que provocan respuestas emocionales poderosas y a menudo impulsivas en las
personas

Ejemplos de pasiones violentas y pasiones apacibles:

En su obra "Una investigación sobre los principios de la moral", David Hume discute varios
ejemplos de pasiones apacibles y violentas para ilustrar su teoría. Aunque Hume no
proporciona una lista exhaustiva de ejemplos, utiliza ejemplos genéricos y discute en
términos generales sobre las diferencias entre estas categorías de pasiones.

Por ejemplo, Hume menciona el amor y la ira como ejemplos de pasiones violentas. El
amor, en su forma intensa, puede ser una pasión que genera una agitación emocional
significativa cuando una persona se siente profundamente enamorada. La ira, por otro
lado, es una emoción intensa que puede llevar a respuestas impulsivas y una agitación
emocional significativa cuando alguien se enoja.

En cuanto a las pasiones apacibles, Hume podría mencionar la benevolencia como un


ejemplo. La benevolencia es un sentimiento más tranquilo de desear hacer el bien a los
demás, que no necesariamente provoca una agitación emocional intensa, pero motiva a
las personas a realizar actos de bondad y generosidad.

Es importante destacar que Hume no se limita a proporcionar ejemplos específicos, sino


que utiliza estos ejemplos genéricos para desarrollar su teoría sobre las pasiones y cómo
influyen en la moral y la toma de decisiones humanas en su obra.

Las pasiones, ya sean apacibles o violentas, desempeñan un papel importante en la toma de


decisiones humanas y en la dirección de la voluntad.
La lucha entre estas dos categorías de pasiones y su influencia en la voluntad dependen del
carácter y la disposición individual de cada persona.
Siempre actuamos siguiendo las pasiones que nos genera placer y rechazamos aquellas
que nos generan angustia o dolor. Podemos diferenciar las pasiones de las cuestiones de
hecho en tanto estas ultimas son conocimiento que adquiero con la experiencia, tiene que
ver con la relación causa y efecto, me indica el medio para llegar a la acción.

CUESTIONAMIENTO: ¿Es posible la distinción de lo bueno y lo malo moralmente


solo con el uso de la razón? ¿Distinguimos vicio y virtud solamente a través de la
razón?1

Existen 3 argumentos que nos permiten determinar que la respuesta a las preguntas
anteriores es NO:
- 1er Argumento (Argumento del motor de la acción): La razón no es motor de mi
acción por lo tanto los juicios morales no pueden provenir de la razón, debido a que
son juicios en acción (Filosofía Practica)

1
Vicio = Acción mala
Virtud = Acción Buena
- 2do Argumento (Representación = Ideas): ¿Los juicios morales son
representativos? El juicio de si una acción moral está bien o mal representa una idea
la cual representa el sentir de bien o mal. (Representan una pasión buena o mala)
Las ideas son representacionales, los juicios morales no.

- 3er argumento (Funciones de la razón): Los juicios morales no son ni relaciones de


ideas ni cuestiones de hechos. “Cuando algo es así, entonces está bien que así sea”
Hume descarta esto (Ley de Hume “No se puede reducir lo empírico”).

En palabras más simples:

Lo que David Hume nos plantea es si podemos determinar lo que es moralmente bueno o
malo solo utilizando la razón, es decir, si podemos distinguir entre virtud y vicio a través del
pensamiento lógico. Hume argumenta que esto no es posible y presenta tres razones para
respaldar su posición.

El primer argumento se basa en la idea de que la razón no motiva nuestras acciones


directamente. Hume sostiene que la moralidad involucra juicios en acción, es decir,
decisiones sobre lo que debemos hacer. Como la razón no puede impulsarnos a actuar por
sí sola, no puede ser la única fuente de juicios morales.

El segundo argumento se centra en que los juicios morales representan nuestras


emociones y pasiones, en lugar de ideas puramente racionales. Cuando juzgamos si una
acción es moralmente correcta o incorrecta, estamos en realidad expresando nuestras
emociones de bien o mal hacia esa acción. Esto significa que los juicios morales no son
simplemente representativos de ideas racionales.

El tercer argumento se relaciona con las funciones de la razón y sugiere que los juicios
morales no son ni relaciones de ideas (cuestiones lógicas) ni cuestiones de hechos
(cuestiones empíricas). Hume argumenta que no podemos deducir lo que es moralmente
correcto solo a partir de lo que es factual. En resumen, Hume concluye que la razón por sí
sola no puede ser la base de la moralidad, ya que los juicios morales involucran
emociones y pasiones que la razón no puede generar.

Otras caracterizaciones de Hume que devienen de lo mencionado:

1. La distinción entre virtud y vicio no se deriva de la razón: la distinción entre virtud


y vicio no se deriva de la razón porque no podemos descubrir el vicio o la virtud
simplemente a través de la razón o la comparación de ideas. Al examinar una acción
viciosa, como el asesinato intencionado, solo encontramos pasiones, motivos,
voliciones y pensamientos, pero no encontramos ninguna otra cuestión de hecho que
constituya el vicio. Nuestras decisiones sobre la rectitud o depravación morales son
percepciones que se basan en impresiones o sentimientos que experimentamos. Por
lo tanto, la moralidad es más propiamente sentida que juzgada y que la distinción
entre virtud y vicio se basa en las impresiones agradables o desagradables que nos
producen.

En otras palabras: Hume argumenta que no podemos utilizar la razón solo para descubrir la
diferencia entre lo que es virtuoso y lo que es vicioso. Cuando examinamos una acción, no
encontramos evidencia objetiva o lógica que nos diga si es virtuosa o viciosa. En cambio,
nuestras decisiones morales se basan en sentimientos y emociones, lo que significa que la
moralidad es más una cuestión de sentimiento que de juicio lógico.
2. El carácter de la virtud y el vicio no puede delimitarse por natural o antinatural:
El carácter de la virtud y el vicio no puede ser delimitado por lo natural o antinatural
porque la distinción entre vicio y virtud se basa en los sentimientos de placer y dolor
que experimentamos al contemplar una acción o sentimiento. Estos sentimientos son
universales y se encuentran en todas las personas y culturas, lo que indica que son
naturales en el sentido de ser comunes y frecuentes. No existe un criterio exacto para
determinar lo que es natural o antinatural, ya que esto depende de la frecuencia con
la que se observa algo. Por lo tanto, el carácter de la virtud y el vicio no puede ser
definido por su naturaleza o anti-naturaleza.

En otras palabras: Hume también argumenta que no podemos determinar si una acción es
virtuosa o viciosa basándonos en criterios naturales o antinaturales. En lugar de eso, la
distinción entre virtud y vicio se basa en los sentimientos de placer y dolor que
experimentamos al observar una acción o un sentimiento. Estos sentimientos son
universales, comunes a todas las personas y culturas, lo que indica que son naturales en el
sentido de ser compartidos por todos.

3. El sentimiento de virtud puede ser tanto natural como artificial: El sentimiento de


virtud no puede ser considerado ni natural ni artificial en sí mismo. El carácter de lo
natural o no natural no puede delimitar el vicio y la virtud. En cambio, Hume sostiene
que la virtud se distingue por el placer que nos proporciona, mientras que el vicio se
distingue por el dolor que nos causa. El sentimiento de virtud no puede ser clasificado
como natural o artificial, sino que se basa en el placer y el dolor que experimentamos
al considerar una acción o sentimiento.

En otras palabras: Hume sugiere que el sentimiento de virtud no puede ser categorizado
como natural o artificial en sí mismo. Más bien, la virtud se distingue por el placer que nos
brinda, mientras que el vicio se distingue por el dolor que nos causa. En este sentido, no es
la categorización natural o artificial lo que importa, sino cómo nos sentimos frente a una
acción o sentimiento en términos de placer o dolor.
En conjunto, estas ideas de Hume resaltan que nuestras decisiones morales están
profundamente arraigadas en nuestras emociones y sentimientos, y no se pueden reducir
únicamente al razonamiento lógico o a criterios naturales o artificiales. La moralidad, para
Hume, es una cuestión de cómo nos sentimos hacia las acciones y los sentimientos.

David Hume argumenta que la moralidad es más un asunto de sentimientos que de


pensamiento o razón (en palabras del profesor: “es más sentida que pensada”). Según él,
nuestros juicios morales se basan en impresiones o sentimientos internos que
experimentamos. Estos sentimientos se dividen en agrado y desagrado: cuando algo nos
produce agrado, lo consideramos virtuoso, y cuando nos produce desagrado, lo
consideramos vicioso. Estos sentimientos son la base de nuestra moralidad.

Hume sostiene que los seres humanos nacen con dos sentimientos fundamentales: el auto
interés y la benevolencia o simpatía. El auto interés se refiere a lo que deseamos para
nuestro propio bienestar, mientras que la benevolencia o simpatía se relaciona con el deseo
de evitar el sufrimiento ajeno. Hume considera que este último sentimiento es la fuente
principal de toda moralidad y que es innato en los seres humanos.

En resumen, para Hume, nuestras decisiones morales se basan en sentimientos de agrado y


desagrado, que a su vez están arraigados en nuestra naturaleza humana, especialmente en
la simpatía hacia el sufrimiento ajeno. Esto significa que la moralidad no es simplemente un
ejercicio de la razón, sino un conjunto de sentimientos y emociones que guían nuestras
acciones y juicios morales.
KANT

La ética Kantiana es una ética deontológica, esto se debe a que se rige por un principio
fundamental (el éxito no está en el fin o resultado, si no en el principio que rige los actos). Es
un enfoque deontológico en la filosofía moral, lo que significa que se centra en el deber y las
normas morales en lugar de en las consecuencias de las acciones.
Este modelo de ética tiene ciertas características:
- Obligación (Deber): En la ética kantiana, la moralidad se basa en el deber. Kant
argumenta que las acciones son moralmente correctas o incorrectas debido a la
obligación que tenemos de seguir principios y reglas morales, independientemente de
si nos benefician o no.
- Universalista: Kant sostiene que los principios morales deben ser universales y
aplicables a todas las personas en todas las situaciones. Esto significa que lo que
consideramos moralmente correcto debe ser válido para cualquier persona en
circunstancias similares.
- Irrelevancia del contenido material: En la ética kantiana, el contenido específico de
una acción o su resultado no es lo que determina su moralidad. En cambio, lo que
importa es si la acción se realizó por deber y siguiendo principios morales racionales,
independientemente de las consecuencias.
- Intencionalidad: Kant pone un fuerte énfasis en la intención detrás de una acción.
Argumenta que una acción es moralmente correcta si se realiza por un sentido de
deber y con una buena voluntad, es decir, si se hace porque es lo correcto y no por
algún motivo egoísta.
- Autónoma: En la ética kantiana, se espera que las personas sean autónomas y
racionales al tomar decisiones morales. Esto significa que deben actuar de acuerdo
con su propia capacidad de razonamiento y no simplemente seguir reglas externas
sin cuestionarlas.
En resumen, la ética kantiana se basa en la idea de que la moralidad se deriva del deber y
los principios morales universales, y no depende de las consecuencias o resultados de las
acciones. Se enfoca en la intencionalidad detrás de las acciones y promueve la autonomía y
la aplicación consistente de principios éticos.

Para Kant todo conocimiento es un conocimiento racional, este puede ser formal o material,
el conocimiento formal se refiere a las formas de entendimiento y el material hace referencia
a objetos determinados, dentro de los conocimientos formales existe la lógica lo cual para
Kant no es más que la filosofía pura moral.

En los conocimientos materiales existen dos divisiones: Física y ética, la física va a ser la
encargada de investigar las leyes naturales y la ética se va a encargar de investigar las leyes
de la libertad o teorías de las costumbres. A cada una de estas ética y física le corresponde
una parte empírica y una racional, las cuales en la física la parte empírica se encarga de la
física experimental y la parte pura de la metafísica de la naturaleza, por otra parte, para la
ética su parte empírica se va a encargar de la antropología practica y la parte pura de la
metafísica de las costumbres.
Para el abordaje de la ética Kantiana primero debemos entender el abordaje desde una
teoría de las costumbres (Estudio de la moral) y luego necesitaremos una metafísica de las
costumbres (Abordaje de las leyes del comportamiento moral).

Kant entiende que para el estudio de una filosofía pura se debe descartar toda experiencia
empírica, tampoco depende de nuestro cuerpo (Pasiones) o de algún principio natural, se
debe centrar en algo universal (La razón), la noción de deber moral implica universalidad por
eso debemos buscar algo que todos los seres humanos tengamos en común y encontramos
que este algo es la razón y en ella es donde están los principios morales.

La filosofía pura es distinta a la filosofía empírica, ya que la pura es independiente a la


experiencia y es fundamentada en los principios a priori necesarios y universales, mientras
que la empírica se basa en los datos de la experiencia.
Kant entiende a la filosofía pura como previa a la experiencia, por lo que se entiende que la
filosofía viene con nosotros, por lo tanto: ¿nacemos con ese principio?

El foco está puesto sobre las leyes que rigen el comportamiento humano, y son leyes a
priori, siendo independientes de la experiencia: principios necesarios (no pueden no ocurrir)
y universales (se aplican para todos).
Kant desarrolla la teoría de las costumbres a través de la pregunta ¿podemos encontrar un
principio general? Entiende que antes de lo empírico es necesario abordar el sentido puro de
la filosofía.

La moralidad tiene que ver con la buena voluntad, que es actuar por deber. Para esto
debemos entender la concepción de la buena voluntad y el concepto de deber.
La buena voluntad es para Kant lo único que se puede considerar bueno sin ninguna
restricción, esta no puede sustituirse por algún otro valor, nada bueno puede partir de un
sujeto si no parte de una buena voluntad, esta no es buena por las acciones que realice, es
buena por si misma.
La buena voluntad siempre va a actuar en base al deber, al deber de las leyes morales,
siempre que se obra por buena voluntad se obra por deber y viceversa.

La buena voluntad y el deber mediante un ejemplo:

Buena Voluntad: Según Kant, la buena voluntad es el único aspecto intrínsecamente


bueno y sin restricciones. En este caso, Ana tiene una buena voluntad si decide ayudar a
Juan por el simple hecho de hacer lo correcto, sin pensar en ninguna recompensa
personal, reconocimiento o beneficio propio. Si Ana presta el dinero solo porque realmente
quiere ayudar a su amigo en apuros, su acción se basa en una buena voluntad.

Deber: Kant argumenta que la buena voluntad siempre actúa en base al deber de las leyes
morales. En este caso, el deber de Ana sería actuar de acuerdo con el principio moral de
ayudar a quienes lo necesitan si está en su capacidad de hacerlo. Entonces, si Ana decide
prestar el dinero a Juan porque cree que es su deber moral ayudar a su amigo en apuros,
su acción está motivada por el deber.
La clave en la ética kantiana es que Ana debe actuar de buena voluntad, haciendo lo que
considera su deber moral, sin importar las consecuencias o las recompensas personales.
Su acción se considera moralmente correcta si está en línea con su deber y si se basa en
la buena voluntad de hacer lo correcto, en lugar de buscar algún beneficio propio o
recompensa externa.

Las leyes morales se rigen a través de la razón. Si el deber moral es universal, ¿en donde
encontramos su fundamento? Para Kant lo único universal es la razón como motor de los
movimientos. La razón es lo único que puede ser libre.
Si bien el deber moral es a priori, la razón se desarrolla necesariamente por estos procesos,
y así es como llega a ser universal. Esto es la filosofía pura.

Lo racional no tiene que ver con lo humano (ni con nuestro cuerpo, ni nuestras pasiones o
deseos), ya que si existieran otros seres racionales que no sean el ser humano, según Kant
actuarían igual que nosotros, regidos por la misma ley. De todas formas, la razón es lo único
común a todos los seres humanos y por eso se pueden encontrar leyes morales.

Para Kant, entonces, lo moral es lo que debemos hacer pero no quiere decir que sea lo que
hacemos, porque entran en juego otras cosas como el deseo y las pasiones, que no las
niega, sino que no las toma como motor como sí lo hace Hume. El valor moral no es la
acción en sí misma, sino que se ubica en el motor de este accionar.
Es necesario tener esta vida sobre lo moral, es esta la filosofía que importa, la filosofía pura.
Kant propone que creer en las pasiones o en la filosofía como forma de cuestionar las cosas,
no sirve, debido a que ahí no podría surgir nada necesario. Lo necesario habita en la razón.

En cuanto a la buena voluntad nos expresa: Nada puede ser bueno, excepto la buena
voluntad. Nada en el mundo físico, ni fuera de él (por ej. la religión) puede ser bueno o malo.
Kant comienza a desarrollar la idea de buena voluntad a través de los contrarios. La
inteligencia y el coraje pueden ser malas si están bajo la mala voluntad.

La buena voluntad es aquella que le tiene respeto a la ley moral. Esta buena voluntad es lo
único que no tiene excepciones ya que no tiene que ver con los resultados que genere, sino
que es una decisión, es como yo decido y elijo guiarme por lo racional.
Lo único que podemos decidir es el respeto hacia ella y se basa en querer a la buena
voluntad. La libertad existe en cuanto puedo elegir, y cuando elijo puedo accionar de una
forma u otra. Por lo tanto, puedo decidir si actuar mediante la buena voluntad o no. Ser libre
es elegir seguir la norma correcta, respetando la ley moral que es lo único que puede ser
realmente bueno.
El dejarnos llevar por las pasiones no es libertad, sino que es una esclavitud, porque tiene
que ver con dejarnos llevar con algo externo.

Estamos frente a una ley cuando creemos que la acción es deseable para todos. Kant
propone un ejercicio mental para categorizar: si se puede universalizar es moral.

Entre la moral en cuanto al deber hay tres relaciones, que podríamos llamar una calificación
de las acciones en relación con el deber:
1. Contraria al deber (no mentir) - son malas.

Estas son moralmente malas, pueden ser provechosas en alguna ocasión, pero no son
acciones moralmente buenas. Ni siquiera entra en discusión que puedan ser buenas, son
moralmente malas. Por ejemplo: mentir (la ley moral aquí sería no mentir). Estas acciones
pueden llegar a ser provechosas o prudentes, pero jamás serán moralmente buenas.

2. Conformes al deber (siguen un fin) - son neutras-

Aquellas en las que actuó del modo que actuaría si siguiera a la ley moral pero lo hago
porque busco otro fin (ejemplo no miento pero porque me conviene, no porque moralmente
crea que está mal por buena voluntad). Cómo se motivan por algunas inclinaciones (pasión
o deseos - todo aquello que domina nuestra voluntad y no es nuestra razón) no llegan a ser
moralmente buenas. Cuando el motor de la acción es una inclinación aunque coincida con la
ley moral estoy dentro de esta categoría. Estas son acciones moralmente neutras: actuamos
como indica la razón pero no porque lo indica la razón.

Hay dos tipos:


- Inclinación mediata: Ejemplo de un comerciante que es honesto con todos sus
clientes incluso con aquellos que podría estafar (por ejemplo un niño al que podría dar
el cambio), su acción es conforme al deber (ser honesto es un mandato moral) pero
puede suceder que el motor de esa acción del comerciante no es el respeto a la ley
moral, como conservar un buen nombre o el miedo a que alguien lo descubra; hay
una inclinación mediata porque la acción está motivada por en un deseo pero no uno
que la propia acción se satisfaga inmediatamente, sino que es a más largo plazo.
- Inclinación inmediata: Tengo un sentimiento directo con el objeto de aplicación de mi
acción. Ejemplo son las personas que hacen caridad pero cuando lo hacen sienten
una íntima satisfacción de estar ayudando a otros. Si siento algo, ya me impulsa, por
lo que el acto no será por la ley moral, sino por ese impulso de sentir. Cuando el acto
se hace sin sentimientos hacia la persona. Cuando la persona está desahuciada y sin
ganas de vivir y hace una acción ahí será genuinamente moral. Siempre que hay
deseo anula la legitimidad moral de mi acción.

3. Por el deber.

Estas son moralmente buenas, son aquellas acciones que se realizan no solo porque indica
la razón si no por respeto de esta.
Si la acción te pesa es una muestra de que es una acción por deber. No son sólo conforme a
lo que indica la razón sino porque lo indica la razón. Son las llamadas moralmente buenas.
Supone muchas veces hacer cosas perjudiciales para mí mismo.

En resumen, podemos decir que la buena voluntad se puede categorizar de la siguiente


manera:

A. La buena voluntad es buena por actuar por deber, dejando de lado las inclinaciones.
Añade que tenemos que dejar de lado las inclinaciones. Debemos limpiar de experiencias
personales, gustos personales. Solo sacando lo personal llegaremos a aquello
verdaderamente común a todas las personas.

B. El valor moral de la acción por deber no radica en el propósito que persigue sino en
la máxima (regla de conducta que guía la acción) por la cual ha sido resuelta.
Lay es diferente a máxima. No mentir es una máxima, ayudar al prójimo es una máxima.
Son indicaciones de acción, reglas de conducta. Es un principio universal bajado a cada
caso concreto.
La ley, en cambio, es la moral (no la del parlamento porque esas son un mandato interno).
La ley moral tiene que ver con la universalización que se logra quitando toda implicación
personal y lo empírico, quedando únicamente en una ley formal.

C. El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley (no son las leyes
sociales).

Obrar de tal forma que quisiera que la máxima de mi acción se convirtiera en una ley general
para toda la humanidad y esa ley es el imperativo categórico de Kant que es un principio de
indicación moral pero vacío de contenido, es una suerte de ejercicio moral propuesto: si tu
acción es favorable que sea universalizable estas frente a una buena acción (acción moral).
El razonamiento nos debería llevar a todos a la misma conclusión como personas dotadas
de razón y capaces de hacer el análisis.

A continuación daremos detalles de los dos tipos de imperativos que trabaja Kant: categórico
(“Hay que hacer ‘x’”, “Tenes que hacer ‘x’”), y el hipotético (“Si queres ‘p’ hace ‘q’”, es un
medio para conseguir cosas).

Imperativo categórico

“Obra de tal modo que puedas querer que la máxima de tu acción se convierta en una ley
universal”.

Este imperativo funciona como un test universal sobre las acciones morales.El imperativo
categórico tiene que ver con obrar de tal modo que puedas querer al mismo tiempo que la
máxima de tu acción se convierta en una ley universal. (La máxima no es la acción en sí
misma, sino que tiene que ver con la regla que rige esa acción)
Es decir que para identificar si nuestras acciones son moralmente buenas podemos utilizar
el imperativo categórico, preguntándonos si podría desear que la máxima de la acción que
estoy a punto de ejercer se convirtiera en una ley universal.

Ejemplos de Imperativo categórico:

Ejemplo: Si pido dinero prestado sabiendo que no voy a devolverlo, pero prometo hacerlo,
antes de efectuar mi acción debería entrar en juego el imperativo categórico y me
preguntaría si deseo que la falsa promesa se convierta en una acción universal (Que todas
las personas hagan falsas promesas) en ese momento la ley moral me va a dictar si mi
acción es moralmente buena o no.

Ejemplo: Consideremos una regla moral basada en un imperativo categórico que no


depende de deseos personales o metas individuales. Kant formuló un imperativo
categórico como: "Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo
que se convierta en ley universal". En otras palabras, debemos actuar solo de acuerdo con
principios morales que podríamos desear que todos sigan en todas las situaciones. Por
ejemplo, si alguien está tentado a decir una mentira para obtener una ventaja personal, el
imperativo categórico le diría que no mienta, ya que no desearía que la mentira se
convirtiera en una regla universal en todas las situaciones.

La filosofía moral nos sirve para domar nuestros instintos y nos convence de que una vida
racional es mejor que una vida feliz. La única razón que nos convierte en seres morales es
porque somos seres racionales por eso la razón es quien nos mandata.

¿Para qué es necesaria la filosofía moral? Si lo deseable es para todos, es porque


corresponde a una buena acción moral. Esta crítica es necesaria porque la naturaleza
humana se corrompe, no sabe conservarse, entonces es por eso que se precisa una ciencia.
Por lo tanto, la filosofía moral no revela lo bueno o lo malo, sino que nos convence de esta
moral, y que a través de la razón seamos dignos de ser felices.

En resumen, este último párrafo se explica de la siguiente manera:

Kant propone que la filosofía moral es necesaria porque la naturaleza humana puede
inclinarse hacia comportamientos egoístas y corruptos. Para contrarrestar esta tendencia,
la filosofía moral nos ayuda a comprender qué acciones son moralmente correctas
mediante el uso de la razón. Kant introduce el "imperativo categórico", que es un principio
ético fundamental que nos insta a actuar de manera que nuestras acciones puedan ser
consideradas una regla moral universal aplicable a todos. A través de la filosofía moral y el
uso de la razón, buscamos ser dignos de la felicidad al vivir de acuerdo con principios
morales racionales en lugar de caer en comportamientos inmorales o egoístas.

Dialéctica natural

Hay que darle atención a la razón.La moral no está en nuestra naturaleza, sino que al
pertenecer a la razón tiene que ver con nuestras capacidades. La filosofía moral sirve
para dominar nuestros instintos y para convencernos de que una vida moral es mejor que
una vida feliz.

Lo que nos convierte en seres mortales es que tenemos la razón. No tiene que ver con los
sentimientos o cómo nos organizamos, sino que tiene que ver con que podemos pensar.
Por eso hay una obligación (imperativo). Teniendo en cuenta que hay cosas que queremos
hacer desde la voluntad y no desde la razón, es que surge la orden, la obligación a
corresponder a la razón, a pesar de la voluntad.

En resumen y más simplemente: Este pasaje se basa en las ideas de Kant sobre la
importancia de la razón en la moralidad humana. Kant argumenta que la moralidad no es
innata en nuestra naturaleza, sino que está relacionada con nuestras capacidades
racionales. La filosofía moral, según él, nos ayuda a controlar nuestros instintos y nos
persuade de que vivir una vida moral es más valioso que buscar simplemente la felicidad
personal.

Kant enfatiza que nuestra capacidad de razonamiento es lo que nos distingue como seres
humanos y nos hace seres morales. La obligación moral, o imperativo, surge porque a
veces deseamos actuar de acuerdo con nuestra voluntad en lugar de la razón. Sin
embargo, Kant argumenta que debemos seguir la razón, incluso si entra en conflicto con
nuestra voluntad, porque es lo que nos hace seres morales y nos lleva hacia una vida
moralmente valiosa. En resumen, para Kant, la razón desempeña un papel fundamental en
la moralidad y en la elección de acciones moralmente correctas.

Existen dos clases de imperativos:


- Categórico: es bueno en sí mismo, por qué actúa para la ley moral. Es la única moral.
- Hipotético: es un medio para conseguir otra cosa “Si quieres A has B” este no es
moral ya que no tiene universalidad.

Imperativo hipotético

Podemos definirlo de la siguiente manera:

El imperativo hipotético de Kant es un concepto importante en su ética. Se refiere a un tipo


de regla moral que se basa en condiciones hipotéticas o situacionales. En otras palabras,
estas reglas indican qué debemos hacer en función de ciertas metas o deseos que tenemos.
Por ejemplo, si deseamos estar saludables, entonces debemos comer alimentos saludables
y hacer ejercicio. Este tipo de regla moral se relaciona con nuestros objetivos personales y
varía de una persona a otra.

El imperativo hipotético se diferencia del imperativo categórico de Kant, que es una regla
moral universal que se debe seguir sin importar las circunstancias personales. El imperativo
categórico nos dice qué debemos hacer simplemente porque es lo correcto,
independientemente de nuestros deseos o metas individuales. Kant enfatiza que las
acciones basadas en el imperativo categórico son las más éticas, ya que se rigen por
principios universales de deber y no están sujetas a condiciones personales. En resumen, el
imperativo hipotético se refiere a reglas morales basadas en metas o deseos personales,
mientras que el imperativo categórico se basa en principios morales universales y es el
estándar ético más alto según Kant.
Ejemplo de imperativo hipotético:

Supongamos que una persona tiene el deseo de obtener un título universitario para
obtener un buen trabajo y ganar dinero. En este caso, la regla moral basada en un
imperativo hipotético podría ser: "Si deseas obtener un título universitario y tener éxito
profesional, entonces debes estudiar y esforzarte en tus cursos". Esta regla se basa en un
deseo o meta personal (obtener un título y éxito profesional) y es específica para esa
persona y sus circunstancias.

Clarificando: La diferencia es que el imperativo hipotético se basa en deseos o metas


personales (obtener un título, tener éxito profesional), mientras que el imperativo
categórico se basa en principios morales universales que deben aplicarse
independientemente de las circunstancias personales. El imperativo categórico representa
un estándar ético más elevado y universal según Kant.

Estos imperativos hipotéticos no son morales, porque no persiguen la universalidad, y


porque tienen que ver con un fin detrás de una acción.
La obligatoriedad no se sostiene de una hipótesis. La obligación radica en el mandato pero
también en que está en todos en cuanto a que cuando no le correspondemos, lo tomamos
como una excepción.

El hombre debe ser considerado como un fin en sí mismo, porque posee razón y voluntad, y
estas no son cosas que se puedan usar como un medio de otra cosa. Se ve a la acción del
otro siempre como un fin y no como un medio.

Por lo tanto, Kant se resume en las siguientes ideas:


- Fórmula de la máxima universal. Como si nosotros quisiéramos que actuaran como
nosotros.
- Cada persona debe tomar al otro como un fin en sí mismo.
- Tenemos que actuar como si fuéramos leyes universales.

VAMO LOS PIBEEEH ♥


AGUANTE LA BANDA DE ÉTICA AAAAAAAAAAAAAA !! Saaabee

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