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Traducción de

EDISON SIMONS PUREZA Y PELIGRO

Un análisis de los conceptos de


contaminación y tabú.

por
Mary DoucLas

O
ecttor
Nel
»X INDICE

siglo veintiuno editores,sa


GABNIEL MANCERA85, MEXICO 12 D.
siglo veintiuno de españa editores, sa
EMILIO RUBIN, 7, MADRID-53 - ESPAÑA

siglo veintiuno argentina editores, sa


Av. CORDOBA 2084, BUENOS AIREB, ARGENTINA

Nota . 9
INTRODUCCION . 13
1. LA IMPUREZA RITUAL . 21
II. LA PROFANACIÓN SECULAR ......o.ooooviviiiirens AT
III. Las ABOMINACIONES DEL LEVÍTICO ............ 6
1V. Macia Y MILAGRO . 83
V. Munpos PRIMITIVOS . 103
cultura Libre VI. PODERES Y PELIGROS . 129
Primera edicién en español, noviembre 1973 VIL. FRONTERAS EXTERNAS 155
Q SIGLO XXI DE ESPAÑA EDITORES, 5. A, VIIL LINEAS INTERNAS .........eemerneneriececene 175
Emilio Rubin, 7 - Madrid-33 1X. EL SISTEMA EN ESTADO DE GUERRA CONSIGO
Primera edición en inglés, Routledge & Kegan Paul, 1966 MISMO e 189
Publicado en Pelican Books, 1970 X. EL SISTEMA QUEBRADO Y RENOVADO . 213
Título original: Purity and Danger - An Analysis of Concepts BIBLIOGRAFÍA .......e eee
of Pollution and Taboo
C MARY DOUGLAS
DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

Printed and made in Spain


ISBN 8432301159
Depósito Iegal: M. 31.69% - 1973
Impreso en Breogán, I. G., S. A. - Torrejón de Ardoz (Mádrid)
NOTA
El comportamiento de contaminación comenzó a in-
teresarme gracias al profesor Srinivas y al difunto
Franz Steiner, quienes, en su calidad de brahmín y de
judío, se enfrentaban, cada cual por su lado, con pro-
blemas de pureza ritual en sus vidas cotidianas, Les
quedo agradecida por haberme hecho sensible a los
‘gestos de separación, clasificación y limpieza. Más ade-
lante, mientras me dedicaba a trabajar sobre el terre-
10 en una cultura altamente consciente de la contami-
nación, en el Congo, descubrí en mí misma un prejui-
cio contra las explicaciones parciales. Considero par-
ciales cualesquiera explicaciones de la contaminación
ritual que se limitan a una clase de suciedad o a una
glase de contexto. Mi mayor reconocimiento lo debo
al origen de este prejuicio, el cual me obligó a buscar
un modo sistemático de acercamiento al tema, Nin-.
guna serie particular de símbolos clasificadores puede
‘comprenderse aisladamente, pero es posible integrarla
dentro de un significado si uno la articula con respecto
‘a toda la estructura de clasificaciones que se da en
la cultura de que se trata.
Desde las primeras décadas de este siglo, el enfoque
estructural ha gozado de muy amplia difusión, gra-
cias especialmente a la influencia de la, psicología de
Ja Gestalt. Pero sólo causó impacto en mí mediante el
9
10 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO u
análisis que hizo Evans-Pritchard del sistema político al Dr. Shifra Strizower, al Dr. Cecily de Monchaux, al
de los nuer (1940). profesor V. W. Turner y al Dr. David Pole. Algunos
El lugar de este libro en la antropología es seme- han tenido la amabilidad de leer los borradores de de-
jante a la invención del chasis sin armazón en la his- terminados capítulos y de comentarlos: el Dr. G. A.
toria del diseño del automóvil. Cuando el chasis y el Wells, se ocupó del capítulo 1; el profesor Maurice
cuerpo del automóvil se diseñaban por separado, am- Freedman, del capítulo 4; el Dr. Edmund Leach, la
bos se sostenían juntos sobre una armazón central doctora loan Lewis y el profesor Ernest Gellner, del
de acero, Del mismo modo, la teoría política solía em- capítulo 6; el Dr. Merwyn Maggitt y el Dr. James
plear los órganos del gobierno central como el marco Woodburn, del capítulo 9, Le estoy particularmente
del análisis social: las instituciones sociales y politi- agradecida al profesor S, Stein, jefe del Departamento
cas podían considerarse por separado. Los antropó- de Estudios Hebraicos en University College, por sus
logos se contentaban con describir los sistemas polí- pacientes correcciones de uno de los primeros borra-
ticos primitivos mediante una lista de títulos oficiales dores del capftulo 3. Igualmente doy gracias a Rodney
y de asambleas. Si el gobierno central no existía, el Needham quien me señaló una larga lista de errores
análisis político no se tomaba en cuenta. En los años de detalle en la edición anterior de este libro, que es-
30, los diseñadores de automóviles descubrieron que pero ahora haber rectificado. Estoy especialmente
podían eliminar el armazón de acero si creaban el agradecida al profesor Daryl Forde por sus críticas y
automóvil completo como una sola unidad. Las ten- estímulo a las primeras versiones de este libro.
siones y esfuerzos que anteriormente soportaba el Este libro sostiene un punto de vista personal, po-
armazón pueden hoy ser soportados por el cuerpo lémico y con frecuencia prematuro, Espero que los
mismo del automóvil. Hacia la misma época, Evans- especialistas en cuyo terreno ha desbordado mi tesis,
Pritchard descubrió que podía practicar el análisis me perdonen la transgresión, pues ocurre que el tema
político de un sistema en el cual no existían órganos tratado es uno de los que más han sufrido hasta ahora
centrales de gobierno y en el que el peso de la auto- por el hecho de haberse estudiado con demasiada es-
ridad y las tensiones del funcionamiento político se trechez dentro de los límites de una sola disciplina.
dispersaban a través de la estructura total del cuerpo
político. De manera que el método de acercamien- Mary Douglas.
to estructural ya se respiraba en el aire de la antro-
pología - antes de que LéviStrauss se sintiera estimu-
lado por la lingúfstica estructural y la aplicara al
estudio del parentesco y a la mitología. De ello se
sigue que cualquier persona que estudie hoy en día
los ritos de contaminación tratará de examinar las
ideas de pureza que se dan en un determinado pueblo
como parte de un todo mayor.
Mi otra fuente de inspiración ha sido mi marido.
Su margen de tolerancia con respecto a la limpieza es
hasta tal punto más amplio que el mío, que me ha
obligado a adoptar una posición con respecto al valor
relativo de la suciedad.
Muchas personas han discutido conmigo capítulos
enteros de este libro y agradezco mucho sus críticas,
en especiel a la Sociedad Belarmina de Heythrop Co-
llege, a Robin Horton, al padre Louis de Sousberghe,
1, LA IMPUREZA RITUAL

Nuestra idea de la suciedad presenta dos aspectos:


el cuidado por'la higiene y el respeto de las conven-
tiones. Las reglas de la higiene cambian, desde luego,
a medida que se modifica el estado de nuestros co-
nocimientos. En cuanto al aspecto convencional de
nuestro modo de evitar Ja suciedad, podemos dejar
al margen estas reglas en consideración a la amistad.
Los labradores de Hardy alababan al pastor que se
negó a beber sidra en un jarro limpio por ser «hom-
bre amable y poco remilgado»;

«Una copa limpia para el pastors, dijo auloritariamente el prepa-


rador de la malta,
«No, de ningún modo», dijo Gabriel, en tono de reproche par esta
consideración. «Jamás le doy importancia a la suciedad en su es-
tado puro y cuando sé de qué género es... No se me ocurriría cau-
sarle semejante molestia al prójimo para que se ponga a Invar ha-
biendo ya tanto que hacer en el mundo.>

Dicen que Santa Catalina de Siena, con ánimo más


exaltado, se hizo amargos reproches a sí misma por
sentir repugnancia a la vista de las heridas que estaba
curando. La higiene total era incompatible con la ca-
ridad, por esta razón deliberadamente se bebió un
recipiente lleno de pus.
Con respecto a nuestras reglas de limpieza, tanto si
las obedecemos rigurosamente o si las violamos, nada
hay en ellas que sugiera una conexión entre lo sucio
y lo sagrado. Por lo tanto, el hecho de descubrir que
los primitivos establecen muy poca diferencia entre
lo sagrado y lo impuro apenas si consigue asom-
brarnos.
Para nosotros las cosas y los lugares sagrados han
de estar protegidos contra la profanación/ La santidad
y la impureza se hallan en polos opuestos. Si no fuese
E
22 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 23
asf, muy pronto confundiríamos el hambre con la sa- mento utiliza la expresión «puesto apartes. Así los
ciedad o el sueño con la vigilia. Sin embargo, se d.’g magnificos versículos antiguos, «Sed Santos, porque
por sentado que una característica de la religión pri- yo soy Santo», se traducen con menos fuerza por:
mitiva consiste en no establecer clara distinción entre
la santidad y la impureza. Si esto fuera verdad se ha-
ría patente la existencia de un abismo entre nosotros «Yo soy el Señor, vuestro Dios, que os rescató de la tierra de
y nuestros antepasados, entre nosotros y nuestros con-
Egipto; puesto estoy aparle y puestos aparte deberéis quedar al
igual que yo»,
temporáneos primitivos. Cierto es que esta idea ha go-
zado de gran difusión y que aún se enseña hoy en día,
de modo más o menos críptico. Tómese la siguierfte Todo resultaría mucho más sencillo si con sólo una
observación de Eliade: re-traducción se pudicran aclarar las cosas. Pero exis-
ten casos mucho más difíciles de tratar. En el hin-
duismo, por ejemplo, la idea de que lo impuro y lo
La ambivalencia de lo sagrado no es únicamente de orden psico- santo pudieran a la par pertenecer a una sola y más
lógico (en cuanto atrae o repele), sino que obedece también a un amplia categoría lingiifstica no deja de ser ridfcula.
orden de valores;'lo sagrado es al mismo tiempo «sagrado» y <pro-
Faño». (1958, págs. 14-15), Pero las ideas hindúes de la contaminación sugieren
otro planteamiento del problema. Después de todo, la
santidad y la no-santidad no necesitan estar siempre
Esta aseveración resultaría menos paradójica si pu- en oposición absoluta. Pueden ser categorfas empa-
diera significar que nuestra idea de la santidad se ha rentadas. Aquello que es limpio con respecto a una
vuelto muy especializada, y que en algunas culturas cosa puede ser impuro con respecto a otra, y viceversa.
primitivas lo sagrado consiste en una idea muy ge- El lenguaje de la contaminación se presta a la inven-
neral que en poco difiere de la prohibición. En este ción de un álgebra compleja que toma en cuenta las
sentido, el universo se divide en ciertas cosas y accio- variantes que existen en cada contexto. Por ejemplo, el
nes que están sometidas a restricción y en otras que profesor Harper describe, según este criterio, cómo
no lo están; entre las restricciones, unas están desti- los pueblos Havik de la zona Melnad en el estado de
nadas a proteger a la divinidad contra la profanación, Mysore pueden expresarel respeto:
y otras a proteger lo profano conira la intrusión peli-
grosa de la divinidad. Las reglas sagradas son, por lo
tánto, meras reglas que ponen coto a la divinidad, y El comportamiento que habitualmente da lugar a la contaminación
tiene a veces un carácter intencional con el fin de mostrar deferen-
la impureza es el peligro de doble sentido que implica cia y respeto; al practicar aquello que en otras circunstancias sería
el contacto con la divinidad. El problema entonces se una profanación, el individuo expresa su posición inferlor. Por ejem-
reduce a un problema lingilístico, y se resuelve la pa- plo, el tema de la subordinación de la mujer con respecto al
marido recibe expresión ritual cuando ella come de la misma hoja
radoja en un cambio de vocabulario. Esto puede ser que el hombre cuando él ya ha terminado...
verdad con respecto a algunas culturas. (Ver Steiner,
página 33).
Por ejemplo, la palabra latina sacer tiene este sig- Otro caso aún más claro: cuando una mujer santa,
nificado de restricción por pertenecer a los dioses. Y una sadhu; visitaba la aldea, era necesario tratarla con
en ciertos casos puede aplicarse tanto a la profanación un irimenso respeto. Para manifestarlo, el líquido en
como a la consagración. De modo similar la raíz he- que habían sido lavados sus pies,
brea de k-d-sh, que habitualmente se traduce por San-
to, se basa en la idea de la separación. Consciente de
la dificultad de traducir k-d-sh directamente por San- se hacia pasar de mano en mano, entre los asistentes, en un re.
cipiente de piata especial que se usaba. tan sól6 para los actos del
to, la versión que dio Ronald Knox del Antiguo Testa- culto, y se vertía en la mano derecha para que se bebiera como
PUREZA Y PELIGRO 25
24 MARY DOUGLAS
tirtha (Uquido sagrado), indicando así que a aquella mujer se conta-
Los tabúes de la santidad concuerdan con los tabúesde dela lasantidad
daba la categoría de un dios más que la de "n monialo Ta ex jdeas
minación, porque en la mentalidad salvaje las diferencia
presión de la contaminación y respeto más asombrosa que se da y de la contaminación aún no sc encuentran das. (Taboo
con mayor frecuencia es el uso del estiércol de vaca como agente and the perils of the soul, pág. 224.)
de purificacién. Las mujeres Havik rinden culto diario a una vaca
y en algunas ceremonias también lo hacen ocasionalmente los hom-
bres... Suele decirse a veces que las vacas son dioses; o bien que
en ellas residen más de mil dioses. Los tipos sencillos de la conta- Frazer tenía muchas y excelentes cualidades, pero
minación se eliminan con agua, los grados superiores de la con- la originalidad no era una de ellas. Estas citas repro-
taminación se eliminan con estiércol de vaca y con agua... El es- ducen el pensamiento de Robertson Smith, a quien
tiércol de vaca, como el estiércol de cualquier otro animal, es le dedicó Spirits of the corn and of the wild. Unos
intrínsecamente ' impuro y puede producir la contaminación, de veinte años antes Robertson Smith había empleado la
hecho puede contaminar incluso a un dios; pero es puro en re-
lación con un mortal..., la parte más impura de la vaca es lo palabra «tabú» para indicar las restricciones «del uso
bastante pura como para que la use un brahmán en la eliminación arbitrario que hace el «hombre» de las cosas naturales,
de sus impurezas. (Harper, págs. 181-3). dictado por el temor a los castigos sobrenatura-
les» (1889, pág. 142). Estos tabúes, inspirados por el
Es evidente que se trata aquí de un lenguaje sim- miedo, precauciones contra los espíritus malignos,
bólico capaz de muy sutiles grados de diferenciación. eran comunes a todos los pueblos primitivos y con fre-
_Eshe uso de la relación entre pureza e impureza no es cuencia adoptaban la forma de reglas relativas a la
incompatible con nuestro propio lenguaje y no sus- impureza.
cita paradojas que sean particularmente desconcertan-
tes. !.¡e)os de provocar la confusión entre la idea de la
santidad y la impureza, origina una distinción de ex- No se considera santa a la persona sometida al tabú, ya que
se le impide acercarse al santuario, como cualquier contacto
trema finura. con los hombres, pero sus actos o condiciones se encuentran de
Las afirmaciónes de Eliade sobre la confusión entre algún modo asociados a los peligros sobrenaturales, que surgen,
el contagio sagrado y la impureza en la religión pri- scgún la explicación que normalmente dan queestosdebenpueblos salvajes,
de la presencia de unos espíritus terribles Ins sociedadesevitarse como
mitiva, es evidente que no pretendían aplicarse a los
Uuna enfermedad infecciosa. En la mayoría delos dos géneros desalvajes
tabú.
refinados conceptos brahmánicos. ¿Qué es lo que pre- no parece que exista una linea clara entre
tendía? ¿Fuera de los antropólogos existe acaso al-
guien que realmente confunda lo sagrado con lo im-
puro? ¿De dónde surgió esta idea? De acuerdo con este punto de vista, la principal dife-
Al parecer Frazer había pensado que la confusión rencia entre el tabú primitivo y las reglas primitivas
entre la impureza y la santidad es el rasgo más seña- de la santidad es la diferencia que se da entre los dio-
lado del pensamiento primitivo. En un largo pasaje ses benóvolos y los malévolos. La separación que exis-
en el que considera la actitud siria hacía los cerdos, te entre el santuario, las cosas, las personas consa-
concluye así: gradas, y las profanas —parte normal de los cultos
religiosos— tiene el mismo fundamento que las sepa-
Unos decían que esto se debía a que los cerdos eran impurgs; de- raciones inspiradas en el temor a los espíritus malé-
cían otros que era porque los cerdos eran sagrados. Todo ello... volos.'La separación es la idea esencial en ambos con-
scusa un estado de confusión eri el pensamiento religioso, en el textos; difiere sólo en su motivación. Sin embargo,
cual las ideas de santidad y de impureza aún no se han delimitado
claramente, estando ambas mezcladas en una especie de solución no es tañta la diferencia, ya que los dioses benévolos
vaporosa a la que damos el nombre de tabú. (Spirits of the com también a veces inspiran temor, Cuando Robertson
and of the wild, 11, pág. 23.) Smith añadía que «distinguir entre lo santo y lo im-
puro señala un auténtico avance respecto al salvajis-
Nuevamente hace la misma observación al proponer mo», no estaba desafiando ni provocando a sus lecto-
el significado del tabú: res. Cierto era que sus lectores estáblecían una gran
26 MARY DOUGLAS FUREZA Y PELIGRO 27
diferencia entre lo impuro y lo sagrado, y que estaban tenía aún sus raíces en el púlpito y en la parroquia, y
viviendo la fase final del movimiento evolucionista. los obispos empleaban sus hallazgos para fulminar
Pero é} quería decir mucho más. Las reglas primitivas algunos textos.
de la impureza prestan atención a las circunstancias Los etnólogos de parroquia tomaron partido, unos
materiales de un determinado acto y de acuerdo con como pesimistas, otros como optimistas, en las pre-
ellas lo juzgan bueno o malo. Así, el contacto con los visiones acerca del progreso humano. ¿Eran o no los
cadáveres, la sangre o el esputo puede considerarse co- salvajes capaces de progreso? John Wesley, al enseñar
mo gtansmisnr de peligro. Las reglas cristianas de la que la humanidad en su estado natural era esencial-
santidad, por el contrario, hacen caso omiso de las cir- mente mala, dibujó animados cuadros de las costum-
cunstancias materiales y juzgan de acuerdo con las bres salvajes para ilustrar la degeneración de aquellos
motivaciones y la disposición del sujeto. que no estaban salvados:

e la xrru:¡cmfl!dld de las leyes de la impureza, desde el punto de La religión natural de los Creeks, Cherokees, Chicksaws y todos
vista de la religión espiritual o incluso de la del paganismo supe- los demás indios, consiste en torturar a todos sus prisioneros, de
rior, es tan patente que necesariamente deben considerarse como la mañana a la noche, hasta llegar por fin a asarlos vivos..
sobrevivientes de una forma anterior de la fe y de la sociedad,
(Nota C, pág. 430). Ciertamente, es cosa común entre ellos el que el hijo, sl cres
que su padre ya ha vivido demasiado tiempo, le haga seltar los
sesos. (Obras, Vol. 5, pág. 402.)
De este modo, surgió un criterio para clasificar las
rehgmnes como avanzadas o primitivas. Si eran pri- No necesito bosquejar aquí la larga controversia de
;niuvas. las reglas de la santidad y las reglas de la «progresionistas» y «degeneracionistas». Durante va-
impureza se confundian; si eran avanzadas las reglas rias décadas la discusión se prolongó sin llegar a con-
de la impureza desaparecían de la religión. Se las clusión alguna, hasta que el arzobispo Whately, em-
rglggaba a la cocina y al cuarto de baño y a los ser- pleando una fórmula extremosa y popular, sostuvo la
vicios municipales de salubridad, fuera de todo ám- tesis de la degeneración para refutar el optimismo de
bito religioso. Cuanto menos afectaban a la impureza los economistas que seguían a Adam Smith. ¿Cómo
las condiciones físicas y cuanto más significaba un podría esta criatura desamparada —se preguntaba él—
estado espiritual de indignidad, con mayor claridad poseer algún elemento de nobleza? ¿Cómo podría ser
una religión determinada podía reconocerse como considerado el más bajo salvaje y el individuo más al-
avanzada. tamente civilizado de las razas europeas miembros de
Robertson Smith fue por encima de todo teólogo y la misma especie? ¿Era acaso concebible, tal como
estudioso del Antiguo Testamento. Desde el momento había pensado el gran economista, que por la división
en que la teología se ocupa de las relaciones entre del trabajo aquella gente desvergonzada pudiera «ade-
hombre y dios, se ve siempre obligada a hacer aseve- lantar paso a paso en todas las artes de la vida civi-
raciones sobre la naturaleza humana. En tiempos de lizada»? (1855, págs. 26-27). La reacción a este panfleto,
Robertson Smith la antropología jugaba un papel muy tal como Hodgen la describe, fue inmediata e intensa:
importante en las discusiones teológicas. La mayoría
d_g los pensadores en la segunda mitad del siglo die-
cinueve eran forzosamente antropólogos aficionados. Otros «degeneracionistas», tales como Cook Taylor, redactaron vo-
Esto es evidente en La doctrina de las supervivencias lúmenes para apoyar su tesis, reuniendo montones de pruebas alif
de Margaret Hodgen, guía necesaria para el confuso donde el arzobispo se había contentado con un solo ejemplo... Los
diálogo decimonónico entre la antropología y la teo- defensores del optimismo del siglo dieciocho aparecieron por todas
logía. En aquel período de formación la antropología
partes, se revisaron libros desde el punto de yista de Whately. Y
por todas partes los reformadores sociales, almas caritati-
28 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 29
vas cuya reciente compasión por los humillados económicamente mostrar su adaptación a lo largo de la historia. Sólo
babía descubierto un expediente cómodo en la idea del mejoramiento trató de enseñar la continuidad general de la cultura
social inevitable, avistaron con alarma el resultado práctico del
punto de vista opuesto... Mucho más desconcertados quedaron aque- humana.
Lios estudiosos del pensamiento y de la Cultura humanas cuyos in- Robertson Smith, con posterioridad, heredó la idea
tereses personales y -profesionales se revestían de una metodología de que el hombre moderno civilizado representa un
basada en la idea del progreso, (págs. 30-31).
largo proceso de evolución. El aceptó que parte de lo
que aún seguimos haciendo y creyendo es algo fósil;
Un hombre finalmente dio un paso al frente y liqui- apéndice petrificado y sin sentido de la diaria tarea de
dó la controversia para el resto del siglo al lograr que vivir. Pero Robertson Smith no estaba interesado en
la ciencia acudiera en ayuda de los «progresionistas», supervivencias muertas. Las costumbres que no han
Este hombre fue Edward Burnett Tylor (1832-1917). alimentado las áreas de desarrollo de la historia hu-
Desarrolló una teoría y sistemáticamente acumuló mana las calificó de irracionales y primitivas y sacó
pruebas de que la civilización es el resultado de un 1n consecuencia de que ofrecían poco interés. Para él
la tarea importante cra extirpar la porquería y el pol-
progreso gradual a partir de un estado original seme-
jante al de los salvajes actuales. vo fuertemente adheridos a las culturas salvajes ac-
tuales y señalar los canales portadores de vida que
muestran su capacidad de evolución por su presencia
Entre las pruebas que nos ayudan a rastrear el curso que la ci- real en la sociedad moderna. Esto es precisamente lo
vilización ha seguido efectivamente se encuentra la considerable que La religión de los semitas trata de hacer. Se se-
variedad de hechos para cuya denotación consideré oportuno intro- para allí de los orígenes de la verdadera religión a la
ducir el uso del término esupervivencias», Estos son los proce- superstición salvaje, y se la descarta con muy poca
dimientos, costumbres, opiniones, etc., que han sido introducidos
por la fuerza de la costumbre a la nueva sociedad... y... quedan asf consideración. Lo que Robertson Smith dice acerca de
como pruebas y ejemplos de una condición cultural más antigua a la superstición y de la magia sólo es incidental a su
partir de la cual se ha desarrollado la nueva (pág. 16). tema principal y es un producto secundario de su obra
El fundamento de las sociedades antiguas aparecería en el es- principal. De este modo contradijo el énfasis de Ty-
píritu de las generaciones posteriores, y el fundamento de su fe
:55:35)"' en el folklore infantil (pág. 71) (Primitive Culture, 62 lor. Allí donde Tylor se interesaba en aquello que los
restos y rarezas pueden decirnos acerca del pasado,
Robertson Smith se interesaba por los elementos co-
munes que existen en la experiencia moderna y en la
Robertson Smith empleó la idea de las superviven- primitiva. Tylor fundó el folklore, Robertson Smith
cias para explicar la persistencia de las reglas irracio- fundó la antropología social.
nales de la impureza. Tylor escribió en 1873, tras la Otra gran corriente de ideas comprometió aún más
aparición del Origen de las especies, y existe algún intimamente los intereses profesionales de Robertson
paralelismo entre su tratamiento de las culturas y el Smith. Esta fue la crisis de fe que asaltó a aquellos
tratamiento que da Darwin a las especies orgánicas. pensadores que no podían reconciliar el desarrollo de
Darwin estaba interesado en las condiciones bajo las la ciencia con la revelación cristiana tradicional. Fe
cuales podía aparecer un nuevo organismo. Estaba in- y razón aparecían en contradicción desesperada a me-
teresado en la supervivencia de los más aptos e igual- nos que pudiera ser descubierta alguna nueva fórmu-
mente en sus órganos rudimentarios cuya persistencia la para la religión. Un grupo de filósofos que ya no
le daba la clave para la reconstrucción del esquema podía aceptar la religión revelada, y que tampoco po-
evolucionista. Pero Tylor se sentía interesado única. día vivir sin algunas de las creencias rectoras trascen-
mente por la supervivencia persistente de los menos dentales, se dispuso a proporcionar dicha fórmula. De
aptos, en las reliquias culturales del pasado. No le aquí arranca aquel proceso, que aúnrperdura, de des-
incumbia catalogar las distintas especies culturales ni gajar los elementos revelados de la doctrina cristiana
30 MARY DOUCLAS PURBZA Y PELIGRO 31

y de erigir en su lugar los principios éticos como mé- apartó de la revelación, Hasta el final de su vida cre-
dula de la verdadera religión. En los párrafos siguien- yó en la inspiración divina del Antiguo Testamento,
tes cito la descripción que hace Richter de cómo el Su biografía hecha por Black and Chrystal sugiere
movimiento tuvo su sede en Oxford. En Balliol, T. H. que, a pesar de esta creencia, llegó a estar extraña-
Green trató de naturalizar la filosofía idealista hege- mente próximo a la idea de la religión que tenían los
liana como solución a los probiemas corrientes de la idealistas de Oxford.
fe, la moral y la política. Jowett había escrito a Flo- En 1870, Robertson Smith ocupaba la cátedra de
rence Nightingale: «Algo tiene que hacerse en pro de hebreo en la Iglesia Libre de Aberdeen. Se encontra-
la gente culta en modo análogo a lo que J. Wesley hizo ba en la vanguardia del movimiento de crítica histó-
por los pobres.» Esto es precisamente lo que T. H. rica que poco tiempo antes había causado revuelo en
Green se propuso lograr: resucitar la religión entre la la conciencia de los estudiosos de la Biblia. En 1860,
gente educada, hacerla intelectualmente respetable, Jowett, también del Balliol, había sido censurado por
crear un nuevo fervor moral y producir así una so- publicar un artículo «Scbre la interpretación de la
ciedad reformada. Sus enseñanzas fueron recibidas Biblia», en el que sostenía que el Antiguo Testamento
con entusiasmo, Por complicadas que fueran sus ideas debía ser interpretado como cualquier otro libro. Las
filosóficas y por enrevesadas que fueran sus bases medidas tomadas contra Jowett no se llevaron a cabo
metafísicas, sus principios eran simples de por sf, y le fue permitido seguir siendo profesor Regius.
llegando a encontrar expresión incluso en la novela Pero cuando Robertson Smith escribió el artículo «La
super-venta, Robert Elsmere (1888), escrita por la se- Biblia», en 1875, para la Enciclopedia Británica, el es-
Bora Humphrey Ward. cándalo que se produjo en la Iglesia Libre por su he-
La filosoffa de la historia de Green era una teoría rejía provocó su cese y suspensión. Robertson Smith
del progreso moral: Dios se encarna, en cada época, y Green estaban ambos en íntimo contacto con el pen-
en una vida social de perfección ética cada vez mayor, samiento alemán, pero mientras que Green no creía en
Citando su sermón laico —la conciencia humana de la revelación, Robertson Smith no dejó nunca que
Dios, flaqueara su fe en la Biblia considerada como testi-
monio de una revelación específica y sobrenatural.
No sólo estaba dispuesto a someter los libros bíblicos
Ha sido en multiples formas el agente moral dentro de la sociedad a la misma clase de crítica que cualquier otro libro,
humana: más aún, el principlo configurador de esa sociedad misma. sino que después de haber sido expulsado de Aber-
La existencia de deberes específicos y el acto de reconocerlos, el deen viajó a Siria y completó su interpretación con
espíritu de auto-sacrificio, la ley moral y la reverencia hacia ella en trabajos muy documentados, realizados sobre el te-
su forma más abstracta y absoluta, todo ello presuponc sin duda
una sociedad, pero una sociedad tal que sólo puede ser posible fue- rreno. Sobre la base de este estudio de primera mano
ra del ámbito que engendran la avidez y el miedo... Bajo esta in- de la vida y de los documentos semíticos dictó las
fluencia, las necesidades y deseos que arraigan en la naturaleza conferencias Burnett. La primera serie de estas con-
animal se convierten en un impulso de mejoramiento que forma,
amplía y remodela las sociedades, manteniendo siempre ante el hom- ferencias se publicó con el título de La religidn de
bre, de diversas maneras, según el grado de su desarrolio, el los semitas.
ideal irrealizado de una perfeccién que es su Dios, y dando divina Por el modo con que lo escribió resulta claro que
autoridad a los usos y leyes por medio de los cuales un rostro de
:: ideal se perfila dentro de la actualidad de la vida (Richter, pá- este estudio no era una huida a una torre de marfil
105). lejos de los autéticos problemas de la humanidad de
su época. Era importante comprender las creencias
religiosas de las tribus árabes más oscuras porque
El propósito final de la filosofía de Green era la ellas arrojaban luz sobre la naturaleza humana y so-
de separarse de la revelación y situar en la esencia de bre la naturaleza de la experiencia religiosa. Dos te-
la religión la moralidad. Robertson Smith nunca se mas importantes emergieron de sus conferencias. Uno
32 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 33

y las tos de semejanza matcrial sólo consiguen hacer más evidente el


es que los acontecimientos mitológicos exóticos contraste de espíritu... (Black and Chrystal, pág. 536).
la re
teorías cosmológicas tenfan poco que ver con
ón_ con
ligión. Aquí entra implícitamente en cox_¡t;adlcc¡.
primitiva
la teoría de Tylor según la cual la religión . Ro-
Hasta aquí Robertson habla acerca de la aplastante
tenía su origen en el pensamiento especulativo inferioridad de la religión de los vecinos de Israel y
sugerí a que aquell os que pasaba n sus de los semitas paganos. Por lo que se refiere a la
bertson Smith de
noches en vela tratando de reconciliar los detallesista base de las religiones semíticas paganas, presenta dos
la Creaci ón en el Génesi s con la teoría darwin cl_imcterlsficas: una abundante demonología, que des-
de la evolución podían tomarse un descanso. La mito- pierta temor en los corazones humanos, y una relación
a creen-
logía no es más que una ornamentación ajena consoladora y estable con el Dios de la comunidad.
más sólidas . La verdad era religió n, aun desde los Los demonios son el elemento primitivo rechazado
cias
en
tiempos más primitivos, está firmemente arraigada por Israel; la relación estable y moral con Dios es la
más
los valores éticos de la vida comunitaria. Aun losIsrael, verdadera religión.
descarriados y primitivos pueblos vecinos de
algunos
poseídos por demonios y mitos, mostraban Aunque sea cierto que el hombre salvaje se siente rodeado de
signos de la verdadera religión. — innumerables peligros que no llega a comprender y que, por lo
El segundo tema era que la vida religiosa de Is_rael tanto, los personifica como enemigos invisibles o misteriosos de
más ética que la de cu¡:llqmera fados de un poder más que humano, no es verdad que el intento
era fundamentalmente de aplacar estos poderes sea el fundamento de la religión. Desde
lu-
de los pueblos limítrofes. Consideremos en primerúlti- los tiempo más primitivos, la religión, en tanto que diferente de la
tres magia y de la hechicería, se dedicaba al culto de los parientes y
gar y rápidamente este segundo punto. Las
mas conferencias Burnett dictadas en Aberdeen en amigos, quienes si en efecto pueden montar en cólerá contra su
queda propia gente, sin embargo, son siempre apaciguables, salvo por los
1891 no fueron nunca publicadas, y poco nos enemigos de su pueblo o por miembros renegados de la comunidad...
Las confer encias tratab an de los aparen tes Sólo en tiempos de disolución social... la superstición mágica basada
de ellas. s.
paralelismos semíti cos con la cosmo gonía d;l Génesi en el mero ferror o en ritos destinados a aplacar a dioses extran-
parale- jeros invade la esfera de la religión tribal o nacional. En tiempos
Robertson Smith juzgaba que el pretendido más prósperos la religión de la tribu o del estado nada tíene en
rado
lismo con la cosmogonía Caldea se había exage común con las supersticiones o ritos mágicos individuales o extran-
a los mitos babiló nicos más cer- jeros, que un rerror salvaje ha podido dictarle al individuo. La re-
mucho, y clasificaba ligión no es una relación arbitraria del hombre individual con un
que a los
canos a los mitos de las naciones salvajes poder sobrenatural; es una relación que tienen todos los miembros
leyenda fenicia, por su lado, se parece
de Israel. La
pero las
de una comunidad con el poder que vela por el bien de esa co-
superficialmente a la narración del Génesis, munidad (La religión de los semitas, pág. 55) ».
das
semejanzas sirven para hacer resaltar las profun
difere ncias de espírit u y de signif icado:
Está claro que hacia mil ochocientos noventa esta
declaración autoritaria sobre la relación de la moral
Las leyendas fenicias... estabanabsolut visión de
entrelazadas con una estar con la religión primitiva había de ser acogida calu-
Dice” del hombre y del mundomotivac amente pagana. Al des- rosamente. Reunía en feliz combinación el nuevo idea-
provistas estas leyendas de creyente en
iones éticas, ningúndivinida lismo _ético de Oxford y la revelación antigua. Salta
espiritual de la d ni a
ellas podía elevarse a un concepto
principal del hombre, La tarea
concepto sublime alguno del lasfin ideas de a la vista que el mismo Robertson Smith se había
explicar este contraste (con hebreas sobre la divinidad) no dedicado enteramente al aspecto ético de la religión.
que se encuentran obliga- La compatibilidad de sus opiniones con las propues-
Revelación, a no ver en el An- tas en Oxford está puntualmente confirmada por el
hecho de queel Balliol le ofreciese un puesto cuando
entre la historia y los se le expulsó por primera vez de la cáledra de hebreo
Sino que los muchos paralelismos en detalle que ocupaba en Aberdeen.
ritos hebreos y los paganos lo condenan, ya que todos estos pun-
3
MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 35
34
Robertson Smith tenía confianza en que la preer_ni— gonzar a sus intransigentes rivales protestantes, a fin
nencia del Antiguo Testamento resistirfa cualquier de que adoptasen con respecto a la Biblia una actitud
desafío por más riguroso que fuese el cxamen cientí- intelectual más valiente. Sean cuales fueren las mo-
fico, pues él podía demostrar con erudición sin rival tivaciones del escocés, le mantiene el hecho histórico
que todas las religiones primitivas expresan formas de que el estudio comparado de las religiones ha he-
y valores sociales. Y puesto que la categoría moral de redado una vieja querella sectaria sobre el valor del
los conceptos religiosos de Israel estaba fuera de rito formal. Ha llegado la hora de mostrar cómo un
duda, y puesto que ellos habían dado lugar en el cur- acercamiento emocional al rito, lleno aún de prejui-
so de la historia a los ideales de la _Crisua.ndad, y cios, ha llevado a la antropología a una de sus pers-
que éstos a su vez se habían convertidode formas pectivas más estériles —a la inútil preocupación so=
católicas en protestantes, resultaba clarísimo el mo- bre la creencia en la eficacia de los ritos. Desatrollaré
vimiento evolutivo. De este modo la ciencia no se opo- este punto en el capitulo 4. Mientras que Robertson
nía al deber del cristiano, sino que sutilmente se Smith tenía perfecta razón al reconocer en la historia
ponía a su servicio. de la Cristiandad una perpetua tendencia a caer en
Desde este momento los antropólogos se han mpqdo el uso puramente formal e instrumental del rito, sus
con un problema intratable, puesto que han recibido supuestos evolutivos le indujeron por dos veces en
una definición de la magia en términos residuales y error. La práctica mégica, en este sentido de rito au-
evolutivos. En primer lugar, el rito ya no es parie del tomáticamente eficaz, no es signo de primitivismo, co-
culto del dios de la comunidad. En segundo h¿¡gar, se mo podía haber sugerido el contraste que él mismo
supone que el rito tiene un efecto automático. En había trazado entre la religión de los Apóstoles y el
cierto sentido, la magia era para los hebreos lo catolicismo tardío. Tampoco es prerrogativa de las re-
que el catolicismo para los protestantes, rito sin sen- ligiones más evolucionadas contar con un alto conte-
tido, que irracionalmente pretendía bastarse a sí mis- nido ético. Pienso dejar esto claro en capítulos pos-
mo para producir resultados sin que mediase una ex- teriores.
periencia interior de Dios. . La influencia que Robertson Smith ejerció, se dis-
Robertson Smith en su conferencia inaugural con- tribuye en dos corrientes, según el uso que Durkheim
trasta el inteligente estudio calvinista de las Escri- y Frazer hicieron de su obra. Durkheim adoptó su te-
turas con el tratamiento mágico que les dan los ca- sis central y lanzó el estudio comparado de las reli-
tólicos, quienes las habían cargado de excrescencias giones por caminos fructíferos. Frazer adoptó su tesis
supersticiosas. En la misma conferencia _maugura.l incidental menor y llevó el estudio comparativo de
Robertson Smith trata el micleo de la cuestión. las religiones a un callején sin salida.
La Iglesia católica, sostenía este autor, Durkheim reconoció su deuda con Robertson Smith
en The elementary forms of the religious life (pá-
gina 61). Todo su libro desarrolla la idea germinal de
i el principio desertado de la tradicién Apostólica y que los dioses primitivos son parte de la comunidad,
it una eoncepeión e'la Cristiandad a modo de una mera serie ya que su forma expresa fielmente los detalles de su
de fórmulas que contenían principios abstractos e inmutables, siendo
hom.
suficiente el consentimiento intelectual para mgdelu' vidas de estructura, y sus poderes castigan y premian su com-
bres que no tenían experiencies,a alguna con Cristo... portamiento. En la vida primitiva:
La Sagrada Escritura no como los católicos pretenden, «un
fenómeno divino, dotado mágicamente en cada letra de tesoros sal-
vadores de fe y conocimiento» (Black and Chrystal, págs. 126-177).
La religión consistía en una serle de actos y observancias cuya
correcta ejecución era necesaria o deseable para asegurar el favor
de Jos dioses y para desviar su ira, y en estas observancias cada
Sus biógrafos sugieren que la asocinci_ón de magia miembro de 1n sociedad tenía su parte asignhda, sea en virtud de
y catolicismo era una jugada sagaz destinada a aver- haber nacido dentro de la familin y de la comunidad, sea en virtud
36 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 37
de la situacién adquirida por él dentro de aquéllas... La religión no parte del culto a los dioses de la comunidad. Lo si-
existía para la salvación de las almas sino para la conservación y guió al calificar estos ritos de «mágicos», y definió a
€l bien de la sociedad... Un hombre nacía dentro de una relación
fija con algunos díoses, tan claramente como nacía en relación con la magia y a los hechiceros como creencias prácticas
sus semejantes; su religión, que es la parte de su conducta que y personas que no obraban en comunión con la igle-
estaba determinada por su relación con los dioses, era simplemente sia, y que eran a menudo hostiles a ella. Siguiendo a
un aspecto del esquema general de conducta que le prescribía su Robertson Smith y acaso a Frazer, cuyos primeros
posición como miembro de la sociedad . La religión antigua es
solamente una parte del orden social general, que abarca tanto a volúmenes de The Goiden Bough ya habían sido pu-
los dioses como a los hombres. blicados cuando apareció Les formes élémentaires de
la vie religieuse en 1912, Durkheim admitió que los
ritos mágicos eran una forma de la higiene primitiva.
Así escribía Robertson Smith (págs. 29-33). Salvo las
diferencias de estilo y el empleo del tiempo pretérito,
esto pudo haber sido escrito por Durkheim. Las cosas que el hechicero recomienda que han de mantenerse
Encuentro muy provechoso comprender a Durkheim separadas son aquellas que en razón de sus propiedades caracterís-
ticas no deben ser juntadas ni confundidas sin peligro... máximas
como hombre comprometido inicialmente en discu- útiles, Jas primeras formas de las interdicciones higiénicas y mé-
sión con los ingleses, tal como lo ha sugerido Talcott dicas.
Parsons (1960). Le preocupaba un problema peculiar
acerca de la integración social que le planteaba las
omisiones de la filosofía política inglesa, representada En estos términos dejaba Durkheim establecida la
especialmente por Herbert Spencer. No podía aceptar distinción entre contagio y religión verdadera. Las
la teoría utilitarista, según la cual la psicología del reglas de la impureza caen fuera del objeto principal
individuo sería la causa del desarrollo de la sociedad. de su interés. No les concedió más atención que el
Durkheim quería demostrar que era necesario algo propio Robertson Smith,
más, esto es, el común compromiso con un juego co- Pero cualquier limitación arbitraria de su tema crea
mún de valores, ]a conciencia colectiva, si es que la dificultades al estudioso. Cuando Durkheim dejó de
naturaleza de la sociedad había de ser correctamente lado un tipo de separaciones tal como la de la hi-
comprendida. Al mismo tiempo otro francés, Gustave giene primitiva, y aún otro tal como la religión pri-
Le Bon (1841-1931), se había entregado a la misma mitiva, estaba al mismo tiempo socavando su propia
tarea de corregir la tradición de Bentham que aún definición de la religión. Sus capítulos iniciales resu-
prevalecía. Le Bon se dedicó a desarrollar una teoría men y rechazan definiciones poco satisfactorias de la
de la psicología de masas de la que, al parecer, Dur- religión. Marginó los intentos de definirla por me-
kheim hizo libre uso. Compárese la exposición que dio de ideas de misterio y pavor, al igual que la de
hace Durkheim de la fuerza emotiva de las ceremo- finición que Tylor hiciera de la religión como creen-
nias totémicas (pág. 241), con la relación que hace cia en seres espirituales. Adoptó entonces dos crite-
Le Bon de la «mente de masa», impresionable, emo- rios, que según él supone serfan coincidentes; el pri-
cionalmente salvaje o heroica. Pero mejor instrumen- mero, ya lo hemos visto, es la organización comunal
to que el propósito de Durkheim de declarar a los de los hombres para el culto de la comunidad, y el
ingleses convictos de su error, fue la obra de otro segundo es la separación entre lo sagrado y lo pro-
inglés. fano. Lo sagrado es el objeto del culto comunitario.
Durkheim adoptó en su totalidad la definición que Puede ser reconocido por medio de las reglas que ex-
hizo Robertson Smith de la religión primitiva y de presan su carácter esencialmente contagioso.
la iglesia establecida como expresión de valores co- Al insistir en una ruptura completa entre la esfera
munitarios. Siguió igualmente, sin duda,'a Robertson de lo sagrado y la esfera de lo profano, entre el com-
Smith en su actitud hacia los ritos que no formaban portamiento seglar y el religioso, Durkheim no sigue
38 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 39
las huellas de Robertson Smith, pues este último Durkheim. A la zaga de Robertson Smith, aquél se-
adoptó la opinión opuesta, e insistió (págs. 29 y si- paraba la magia de la moral y de la religión, contri-
guientes), en que no existe «separación alguna entre buyendo así a legarnos una maraña de ideas acerca
las esferas de la religión y las de la vida ordinaria». de aquélla. Desde entonces los estudiosos se han es-
Una total oposición entre lo sagrado y lo profano pa- trujado los sesos en busca de una definición satis-
rece haber sido paso necesario en la teoría que Dur- factoria de las creencias mágicas, para terminar luego
kheim desarrolló en torno a la integración social. Esta proponiendo acertijos sobre la mentalidad del pueblo
expresó la oposición entre el individuo y la sociedad. que encajaba dentro de aquella definición.
[¿a conciencia social se proyectaba más allá y por en- Es fácil ver ahora cómo Durkheim defendía un pun-
cima del miembro individual de la sociedad hacia algo to de vista demasiado unitario.de la comunidad so-
del todo diferente, exterior y compulsivamente pode- cial. Deberíamos empezar por reconocer que la vida
roso. Así advertimos que Durkheim insiste en que comunal es una experiencia mucho más compleja de
las reglas de separación son las marcas distintivas de lo que él suponía. Descubrimos que la idea que Dur-
lo sagrado, el polo opuesto de lo profano. Se deja en- kheim se hacía del rito como símbolo de procesos so-
tonces arrastrar por su propia tesis hasta el extremo ciales puede muy bien extenderse hasta incluir ambos
de preguntarse por qué lo sagrado ha de ser conta- tipos de creencia en el contagio, el religioso y el má-
gioso. A esto responde refiriéndose a la naturaleza gico. Es de suponer que se habría dado por muy sa-
ficticia, abstracta, de las entidades religiosas. Estas tisfecho descartando la categoría de magia si hubiese
son meras ideas que la experiencia de la sociedad des- podido prever un análisis del rito en el cual ninguna
pierta, meras ideas colectivas proyectadas hacia de las reglas que él llamaba higiénicas careciese de
afuera, meras expresiones de la moral. De forma que carga de simbolismo social. Más adelante volveré a
no tienen un punto fijo y material de referencia. Aun este tema. Pero no podemos desarrollarlo sin borrar
las imágenes talladas de los dioses son solamente em- previamente otra categoría de prej s que deriva
blemas materiales de fuerzas inmateriales, engendra- igualmente de Robertson Smith.
das por el proceso social. Por lo tanto, están al fin de A Frazer no le interesaban las implicaciones socio-
cuentas sin raices, son fluidas, susceptibles de quedar lógicas de la obra de Robertson Smith. En realidad pa-
fuera de foco, de resbalar hacia otras experiencias. rece que ni siquiera le interesó mucho su tema prin-
Por su naturaleza se hallan siempre en peligro de cipal. En vez de a ello sc aplicó al residuo mágico que
perder sus rasgos distintivos y necesarios. Lo sagrado se desprendía de modo incidental, por asf decirlo, de
debe de estar continuamente circundado de prohibi- la definicién de la religión verdadera. Demostró que
ciones. Debe siempre ser considerado como contagio- se daban algunas regularidades en las creencias má-
so porque las relaciones que se establecen con lo sa- gicas y que éstas eran susceptibles de clasificación.
grado han a la fuerza de expresarse con rituales de Sometida a examen, la magia se convertía en algo
separación, de demarcación y por creencias en el pe- mucho más que presas las reglas para evitar oscuras
ligro de cruzar fronteras prohibidas. infecciones. Algunos actos mágicos estaban destinados
Hay una pequeña dificultad respecto a esta argu- a procurar beneficios, y otros a conjurar daños. Dc
mentación. Si lo sagrado se caracteriza por su posi- este modo, el comportamiento que Robertson Smith
bilidad de contagio ¿cómo es que entonces difiere clasificó de superstición contenía algo más que las
de la magia no-sagrada igualmente caracterizada por reglas de la impureza. Pero el contagio parecía ser
tener esa capacidad? ¿Cuál es entonces el papel de la uno de sus principios preponderantes. El otro prin-
otra clase de capacidad de contagio que no ha sido cipio era la creencia en la transferencia de propieda-
generada por el proceso social? ¿Por qué se les llama des por simpatía o semejanza. Segim las llamadas
a las creencias mágicas higiene primitiva y no reli- leyes de la magia, el hechicero podfa cambiar los
gión primitiva? Estos problemas no interesaban a acontecimientos, ya fuese por dccién mimética, ya
40 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 41
permitiendo que obrasen las fuerzas contagiosas. origen. Sin lugar a dudas el salvaje era un imbécil
Cuando puso término a su tarea de investigar la ma- crédulo.
gia, Frazer no había hecho más que dar nombre a las
condiciones bajo las cuales una cosa puede simbolizar
otra. Si no hubiese estado convencido de que los sal- Las ceremonias que en muchos países tienen lugar para preci-
vajes piensan de manera radicalmente diferente a la pitar la partida del invierno o para detener la huida del verano, son
en cierto sentido el intento de crear el mundo de nuevo, de re-
nuestra, se habrfa contentado con considerar a la ma- moderarlo a la medida del desea del corazón. Pero si adoptamos el
gia como acción simbélica sin más. Se habría afiliado punto de vista de los viejos sabios que ingeniaron medios tan dé
a Durkheim y a la escuela francesa de sociología, y el diles para cumplir propósitos tan inconmensurablemente vastos,
debemos despojarnos de nucstras modernas concepciones sobre la
diálogo a través del Canal de la Mancha habría sido inmensidad del Universo, y de la pequeñez e insignificancia del
entonces más fructífero para el pensamiento inglés puesto del hombre en él.. Para el salvaje, las montañas que limi-
del siglo diecinueve. En su lugar simplificó los su- taban el horizonte visible o el mar que se extendía a lo lejos yendo
a su encuentro, eran el fin del mundo. Más allá de estos estrechos
puestos evolutivos implícitos en Robertson Smith, y límites no han errado sus pies... piensa apenas en el futuro, y del
le asignó a la cultura humana tres estadios de des- pasado sólo sabe aquello que ha sido transmitido de boca en boca
arrollo. desde sus abuelos salvajes. Suponer que los esfuerzos o el fiat
de un ser semejante a él había creado un mundo de tal modo cir-
El primer estadio era la magia, el segundo la reli- cunscrito en el espacio y el tiempo, no era carga pesada para su
gión, el tercero la ciencia. Desarrolló su tesis por me- credulidad; y puede sin mucha dificultad imaginar que él mismo es
dio de una especie de dialéctica hegeliana, ya que la
capaz de repetir anualmente la obra de la creación con sus sorti-
legios y conjuros (Spirits of the com and of the wild, TI, pág. 109).
magia, clasificada como ciencia primitiva, terminaba
siendo derrotada por su propia ineptitud y suplida por
la religión en forma de fraude sacerdotal y político, Es difícil perdonarle a Frazer su autocomplacencia
De la tesis de la magia emergía la antítesis de la re- y su franco desdén por la sociedad primitiva. El úl-
ligión, siendo la síntesis de ambas. la ciencia moderna timo capítulo de Taboo and the perils of the soul se
y eficaz que venía a reemplazar tanto a la primera titula «Nuestra deuda con el salvaje»; fue insertado
como a la segunda. Ninguna prueba apoyaba esta pre- posiblemente como respuesta a correspondencia ha-
sentación tan a la moda; el esquema evolutivo de bida en la que le urgían a reconocer la sabiduría y la
Frazer se basaba en supuestos indiscutibles, recogi- profundidad filosófica de las culturas primitivas que
dos del lenguaje común de su época. Por un lado el sus corresponsales conocían. Frazer cita fragmentos
supuesto de que el refinamiento ético es signo de civi- interesantes de estas cartas en citas a pie de página,
lización avanzada, por otro lado el de que la magia pero, no pudo reajustar sus propios prejuicios para
nada tiene que ver con la moral ni con la religión. tomarlos en cuenta. El capftulo se propone rendir
Sobre estas bases modeló la imagen de nuestros pri- homenaje a la filosofía salvaje, pero como Frazer no
meros padres, y la de su pensamiento, dominado por podía ofrecer razón alguna para respetar ideas que,
la magia. Para ellos el universo se movía ‘por medio tal y como él lo había demostrado abundantemente,
de principios impersonales y mecanicistas, tanteando eran infantiles, irracionales y supersticiosas, el tri-
en busca de la fórmula correcta de controlarlos; a buto era solamente de labios afuera. Como ejemplo
tropezones lograron algunos súlidos principios, pero de pomposa condescendencia lo que sigue es difícil
con frecuencia pareja su confuso estado mental les de superar:
indujo a pensar que palabras y signos podían ser
utilizados a manera de instrumentos. La magia era el
resultado de la incapacidad del hombre primitivo para Cuando todo está dicho, nuestras semejanzas con el salvaje siguen
siendo mucho más numerosas que muestras diferencias... después
distinguir entre sus propias asociaciones subjetivas de todo, lo que llamamos verdad es sólo la Mpótesis que descubrl-
y la objetiva realidad exterior. Había un error en el mos funciona mejor. Por lo tanto, al pasar revista a las opiniones y
2 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 43
prácticas de edades y de razas más rudas haríamos blen en con- Ciertamente Robertson Smith habría considerado
siderar con benevolencia sus errores como deslices inevitables pa- del mismo modo estas reglas, pero setenta años más
gados en la búsqueda de la verdad...
tarde, ¿nos atreveríamos a asegurar que esto es todo
cuanto puede decirse acerca de ellas?
Frazer tuvo críticos a quienes se les prestó alguna En los estudios sobre el Antiguo Testamento abun-
atención en su época. Pero sin lugar a duda; sz_er da el supuesto de que los pueblos primitivos usan los
triunfó en Inglaterra. ¿Acaso no sigue produciendo in- ritos de un modo mágico, es decir, de un modo me-
gresos la edición abreviada de The Golden Bauglvt? cánico e instrumental. «En el Israel primitivo apenas
¢No sigue siendo regularmente editada la ::ou_ferenc¡a Si existe la distinción entre lo que llamamos pecado
conmemorativa de Frazer? Lo que propurc¡onó_ tal intencional y no intencional en lo que a Dios respec-
difusión a sus obras, en parte fue la misma sencillez ta», (Oesterley and Box.) Para los hebreos del siglo v
de sus opiniones, en parte la energía infatigable que antes de Cristo, escribe el profesor James, 1938, la
puso en publicar tomo tras tomo, pero sobre todo el expiación era meramente un proceso mecánico que
estilo florido de que hizo gala. En casi todos los es- consistía en limpiar la impureza material». La histo-
tudios en torno a las civilizaciones antiguas, uno está ria de los israelitas es presentada algunas veces como
seguro de hallar referencias continuas al pnmipvxsmo lucha entre los profetas, que exigían la unión interior
y a su criterio, a la superstición mágica y no—énc&lx. con Dios, y el pueblo, constantemente dispuesto a re-
Tómese como ejemplo a Cassirer cuando escribe a troceder hacia el estado mágico primitivo, hacia el
propósito del zoroastrismo, y reconeceremos que ha cual tendían particularmente cuando se ponían en
sacado estos temas de The Golden Bough: contacto con otras culturas menos avanzadas. La pa-
radoja reside en que el estado mágico parece final-
mente prevalecer, con la compilación del Código Sa-
La misma naturaleza asume nueva forma, pues se refleja exclusi- cerdotal. Si la creencia en que es suficiente la eficacia
vamente en el espejo de la vida ética. La naturaleza... se concibe del rito ha de ser llamada mágica tanto en sus mani-
como la esfera de la ley y de Ja legalidad. En la religión zoroástrica
la naturaleza queda descrita con el concepto de asha. Asha es la festaciones tardías como en las primitivas, tendríamos
sabiduría de la naturaleza que refleja la sabiduría de su creador, que el uso de la magia como medida del grado de
de Ahura-Mazda, el «Señor Sabio». Este orden universal, eterno € primitivismo habría de ser abandonada. Uno debería
inviolable gobierna al mundo y determina todos los acontecimientos
individuales: la senda del sol, de la luna y de las estrellas, el cre- esperar que el término mismo fuese barrido de los
cimiento de plantas y animales, el camino de las nubes y los vien- estudios del Antiguo Testamento, Permanece, sin em-
10s. Todo esto se mantiene y conserva, no por meras fuerzas físicas, bargo, junto con tabtú y mana, para subrayar la dis-
sino por la fuerza del Bien... el significado ético ha sustituido y tincién de la experiencia religiosa israelita en contras-
sobrepasado al significado mágico (1944, pág. 100).
te con el paganismo semítico. Eichrodt hace un uso
muy libre de estos términos (págs. 438, 453):
O si tomamos una fuente más reciente sobre el mis-
mo tema nos encontramos con que el profesor Z¿aeh-
Hemos hecho ya mención del efecto mágico adjudicado
ner, advierte tristemente que los textos zoroástricos Y las fórmulas de expiación babilénicos, y esto se vuelvea los ritos
menos defectuosos, atañen solamente a las reglas de mente claro cuando tenemos presente que la confesión del especial-
pecado
la pureza y que, por lo tanto, no presentan el menor forma efectivamente parte del rito del exorcismo, teniendo una
interés: eficacia ex opere operato (pág. 166).

-- los traductares demuestran aceptable dominio del texto sólo en Cita entonces los salmos 40, 7 y el 69, 31, como <«opo-
el videvdat con sus lúgubres prescripciones respecto a la pureza
ritual, y con su catálogo de castigos imposibles por crímenes ri- niéndose a la tendencia del sistema de sacrificios que
dículos (págs. 25 y 26). convertía el perdón de los pecados en un proceso me-
4 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 45
cánico», Da nuevamente por sentado en la página 119 tema parece excelentemente empírico, según el cri-
que los conceptos religiosos primitivos son «materia- terio antropológico actual. El pensamiento griego da
listas». Gran parte de este libro, por otro lado admi- la impresión de haberse mantenido relativamente li-
rable, se basa en el supuesto de que el rito que actúa bre de la contaminación ritual en el período que Ho-
en el sentido de ex opere operato es primitivo y ante- mero describe (si es que hubo tal período histórico),
rior en el tiempo, si se le compara con el rito que mientras que conglomerados de conceptos de conta-
simboliza estados internos de la mente. Pero, oca- minación emergen más tarde y reciben expresión en
sionalmente, la naturaleza no demostrada y aprioris- la dramaturgía clásica. El antropólogo, no muy im-
tica de este supuesto parece causarle alguna intran- puesto en estudios helenísticos, busca en derredor su-
quilidad al autor: yo una guía especial sobre el grado de confianza que
pueda otorgarle a este autor, porque su material es
ciertamente provocativo, y, para el laico, convincente.
La más común de todas las expresiones usadas para la expiación, Desgraciadamente un crítico inglés, en el Journal of
Kipper, apunta igualmente en esta dirección, si es que el significado Hellenic Studies, condena el libro rotundamente, por
original del término puede ser definido como «limpiars, sobre la
base del paralelismo babilonio y asirio. El concepto fundamental encontrarlo deficiente en lo que se refiere a Ja an-
de pecado es, aquí, el de limpieza material, y se espera que la tropología del siglo xIx:
sangre, como 'sustancia santa, dotada de poderes milagrosos, quite
la mancha del pecado de un modo absolutamente automático.
..el autor se sitúa innecesariamente en desventaja. Parece no
saber nada de la gran masa de material comparado que es ase-
quible a cualquiera que estudie la pureza, la contaminación y la pu-
Viene entonces una iluminación que haría correr rificación... cantidad muy modesta de conocimientos antropológicos
mucha tinta si se la tomase en serio: le informaría que noción tan vieja como la de la contaminación por
Ja sangre derramada pertenece a una época en que la comunidad era
_Puesto que empero el derivado basado en cl úrabe y que da el el mundo entero... en la página 277 emplea la palabra «tabús, pero
significado de 'cubrir” parece igualmente posible, bien pudiera ser sólo para mostrar que no tiene idea clara de lo que significa (Rose,
que se tratase de la idea de cubrir la propia culpa ante los ojos 1954).
de la parte ofendida por medio de una reparación, que, por con
traste, haría resaltar el carácter personal del acto de expiación (pá- Pero otro critico, que carece del lastre de dudosos
gina 162),
conocimientos antropológicos, recomienda sin reser-
vas la obra de Moulinier (Whatmough).
Así Eichrodt se ablanda a medias con respecto a los Estas citas dispersas recogidas muy al azar podrían
babilonios —acaso ellos conocían también algo de la ser multiplicadas fácilmente. Muestran cuánta difu-
verdadera religión interior; acaso la experiencia re- sión ha tenido la influencia de Frazer. También dentro
ligiosa israelita no se distinguía tan claramente de de la antropología su obra ha calado muy hondo. Pa-
la magia pagana circundante. rece que por haber dicho una vez Frazer que el punto
Hallamos algunos de los mismos supuestos rigiendo interesante en el estudio comparado de la religión de-
la interpretación de la literatura griega. El profesor pendía de las creencias falsas en la eficacia mágica,
Finley, al discutir la vida social y las creencias del las cabezas de los antropólogos británicos permane-
mundo homérico, aplica una prueba ética para dis- cieron debidamente inclinadas sobre este punto de
tinguir los elementos de creencia tempranos y los tar- perplejidad, aun cuando hubieran rechazado la hi-
díos (págs. 147, 151y 157). pótesis evolucionista que había estimulado el interés
También, otro erudito helenista francés, Moulinier, de Frazer. Así como en despliegues de virtuosismo
hace un estudio de gran alcance en torno a las ideas erudito leemos entre hneas sobre la relación entre la
de pureza e impureza en el pensamiento griego. Libre magia y la ciencia, cuya importancia teórica sigue
del prejuicio de Robertson Smith, su acercamiento al siendo oscura.
46 MARY DOUGLAS II. LA PROFANACION SECULAR
Después de todo, la influencia de Frazer ha sido fu-
nesta. Tomó de Robertson Smith la parte más perifé-
rica de su enseñanza, y prepetuó una demarcación
desconsiderada entre la religión y la magia. Propagó
un falso supuesto acerca de la visión primitiva del
universo, como funcionando por medio de símbolos
mecánicos, y aún otro falso supuesto, según el cual
la ética es ajena a la religión primitiva. Antes de apro-
ximarnos al tema de la profanación ritual, hemos de
corregir tales supuestos. Los enigmas más arduos de El materialismo médico se ha inmiscuido siempre
tratar en el estudio comparado de las religiones sur- en el estudio comparado de la religión. Hay quienes
gen a causa de haber dividido de este modo erróneo sostienen que hasta los ritos antiguos más exóticos
la experiencia humana. En este libro trataremos de cuentan con una sólida base higiénica. Otros, aun
recomponer algunos de los segmentos separados. estando de acuerdo en que el rito primitivo tiene por
En primer lugar, no debemos esperar llegar a una objeto la higiene, adoptan el punto de vista opuesto
comprensión de la religión si nos limitamos a consi- acerca de su solidez. Para ellos un abismo se abre
de_rar la creencia en seres espirituales, por más que entre nuestras sólidas ideas acerca de la higiene y las
afinemos la fórmula. Pueden existir momentos de la erróneas fantasfas del pueblo primitivo. Pero ambos
investigación en los que querríamos desplegar todas enfoques médicos del rito, resultan estériles, ya que
las creencias existentes en otros scres, zombies, an- no logran confrontarle con nuestras propias ideas so-
cestros, demonios, hadas —la familia entera. Pero, si- bre la-higiene y la suciedad.
guiendo a Robertson Smith, no debemos suponer que El primer enfoque implica que, con sólo saber todas
al catalogar la completa población espiritual del uni- las circunstancias, descubrirfamos que la base racio-
verso, hemos necesariamente cafítado lo esencial de la nal del rito primitivo queda ampliamente justificada.
religión. Más que detenernos en aguzar definiciones, Como interpretación esta línea de pensamiento es de-
deberíamos tratar de comparar los puntos de vista liberadamente prosaica. La importancia del incienso
que tiene la gente en torno al destino humano yasu 1o es que simbolice el fuego ascendente del sacrificio,
puesto en el universo. En segundo lugar, no debemos sino que es un medio de hacer tolerables los olores
esperar llegar a una comprensión de las ideas que de la humanidad que no se lava. El hecho de que ju-
tienen otras gentes sobre el contagio, sagrado o se- díos y mahometanos eviten el cerdo se explica como
cular, hasta que no las hayamos enfrentado con las consecuencia de los peligros que acarrea comer carne
nuestras. de cerdo en climas cálidos.
Cierto es que puede darse una maravillosa corres-
pondencia entre el acto de evitar la enfermedad conta-
giosa y el rito. Las abluciones y separaciones que tie-
nen un objetivo práctico pueden ser aptas para ex-
presar simultáneamente una temática religiosa. Asf,
se ha sostenido que la regla de lavarse antes de comer
puede haber inmunizado a los judfos en las pestes.
Pero una cosa es señalar los beneficios laterales de
las acciones rituales, y otra contentarse con utilizar
los efectos secundarios como explicación suficiente.
Aun cuando algunas de las reglas dietéticas de Moi-
sés fuesen higiénicamente beneficiósas, sería lástima
a7
48 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 49
considerarle como inteligente director de sanidad más Bien pudiera ser que la antigua tradición de los
que como jefe espiritual. israelitas incluyese el conocimiento de que los cerdos
Cito un comentario, fechado en 1841, sobre las re- son comida peligrosa para los seres humanos. Todo
glas dietéticas de Moisés: es posible. Pero adviértase que tal no es la razón da-
da en el Levítico para prohibir el cerdo, y se puede
afirmar con toda evidencia que la tradición, si es que
... Es probable que el principio dominante que determina las leyes existió alguna vez, se perdió. Pero el mismo Maimó-
de este capítulo se haya de encontrar en el campo de la higiene y nides, el gran prototipo del materialismo médico en
de la sanidad... La idea de enfermedades parasitarias e infecciosas, el siglo x11, a pesar de que pudo descubrir razones hi-
que ha conquistado posición tan considerable en la patología mo-
derna, parece haberle preocupado mucho a Moisés, y haber domi- giénicas para todas las otras restricciones dietéticas
nado todas sus reglas higiénicas. Excluye de la dieta hebrea a los de la ley mosaica, confesó su perplejidad ante la pro-
animales particularmente propensos a los parásitos; y, como es por hibición del cerdo, y sc limitó a dar explicaciones es-
la sangre por donde circulan los gérmenes o esporas de las enfer-
medades infecciosas, ordena que se les desangre antes de que se téticas basadas en la repugnante alimentación del
haga uso de cllos para la comida... (Kellog). puerco doméstico:

Sostengo que la comida que


Cita pruebas este autor de gue los judíos europeos puede poner en duda el carácterla Ley prohíbe es malsana, que no
dañino de las diferentes clases dese
comida prohibida, salvo el cerdo y la manteca.
estos casos no está justificada la duda. Pues el cerdoPerocontiene incluso en
tienen mayores probabilidades de vida y de inmunidad
durante las epidemias, ventajas que atribuye a sus humedad de la necesaría (para la comida más
restricciones dietéticas. Cuando escríbe sobre los pa- humana), y
materias superfiuas. La razón principal por la cual la Ley prohibe exceso de
carne del cerdo se halla en la circunstancia la
y alimentación son muy sucias y aborrecibles..de. que(págs.sus 370costumbres
rásitos es poco probable que Kellog esté pensando en
la triquina puesto que no se la llegó a observar hasta y sigs,).
1828, y hasta 1860 se la consideró inofensiva para el
hombre (Hegner, Root and Augustine, 1929, pág. 439).
Esto demuestra al menos que la base original de la
Podemos encontrar una exposición reciente del mis- regla que atañe a la carne de cerdo no fue transmitida
mo punto de vista en la relación que hace el doctor junto con el resto de la herencia cultural, aun cuando
Ajose en torno al valor médico de las antiguas prác- hubiesen llegado a reconocerla alguna vez.
ticas nigerianas (1957). El culto yoruba a una divini- Los farmacólogos siguen empecinados en el capítu-
dad de la viruela, por ejemplo, exige aislar a los pa- lo XI del Levitico. Para dar un ejemplo cito un infor-
cientes, y que sean solamente tratados por un sacer- me hecho por David I. Macht del cual me dio referen-
dote que haya sanado ya de la enfermedad, y que es, cia Jocelyne Richard. Macht obtuvo un extracto de
en consecuencia, inmune. Aún más, los yongba usan músculo de cerdos, perros, liebres, conejos (equiva-
la mano izquierda para manejar las cosas sucias, «por- lentes a los conejillos de Indias que se emplean para
que la mano derecha se emplea para comer y la gente la experimentación), camellos, y asimismo de aves de
reconoce el riesgo de contaminación de la comida si rapiña y de peces sin aletas ni escamas. Sometió a
no se observa esta distinción». prueba los extractos en busca de jugos tóxicos; efec-
tivamente los halló. Sometió también a prueba ex-
tractos de animales que se consideran limpios en el
Por tanto no negamos que la impureza, tiene un carácter reli- Levítico, y los encontró menos tóxicos, pero seguía
gioso, 0, al menos, que toca a lo pretendidamente sobrenatural; pensando que su investigación no probaba nada
pero en 'sus raices, ¿acaso no es más que una medida profiláctica? acer-
¿No reemplaza aquí el agua a los antisépticos? ¿Y el temido espí- ca del valor médico de las leyes mosaicas,
rifu, no ha hecho de las suyas en su propla naturaleza de microbio? Si se quiere otro ejemplo del matgrialismo médico
(página 145). léase al profesor Kramer, quien alaba una tablilla su-
4
50 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 5i

meria de Nippur, único texto médico recibido del ter- tamos, obtenemos solamente un parecido superficial
cer milenio antes de Cristo. con las purificaciones rituales. Nuestras prácticas es-
tán sólidamente basadas en la higiene; las suyas, son
simbólicas: nosotros matamos gérmenes, ellos se pro-
El texto revela, aunque indirectamente, amplios conocimientos de tegen de los espíritus. Esto resulta lo bastante claro
un número bastante crecido de operacione s y procedimientos mé- como para establecer un contraste. Sin embargo, el
dicos que requieren particular elaboració n. Por ejemplo, en varias
de las recetas médicas las instruccio nes aluden a «purificars los parecido entre algunos de sus ritos simbólicos y nues-
simples antes de la pulverización, paso que debería requirir diversas tra higiene aparece a veces misteriosamente préximo.
operaciones químicas. El profesor Harper, por ejemplo, resume el contexto
francamente religioso de las reglas de contaminación
de los brahmines havik. Reconocen tres grados de pu-
Convencido de que la purificación no significa aquí reza religiosa; el más alto es necesario para llevar a
la aspersión de agua bendita o la recitación de un cabo actos de culto; el grado medio es la condición
conjuro, sigue así con entusiasmo: normal que se espera de todos, y finalmente se halla
el estado de impureza. El contacto con una persona
que se encuentra en el estado medio hará que alguien
recurrió ni a
El médico sumerio que escribió nuestra tablilla no asombroso del estado más alto se vuelva impuro, y el contacto
sortilegios ni a conjuros mágicos... queda el hecho antigua de
que nuestro documento de arcilla, la «página» más de texto con alguien que se encuentra en el estado impuro de-
médico descubierta hasta la fecha, se halla completamente libre de terminará que cualquiera de las dos categorías supe-
elementos místicos e irracionales (1956, págs. 58-59). riores caigan en la impureza. El estado más alto se
obtiene únicamente por el rito del baño,
Hasta aquí lo referente al materialismo rnéd_ico, tér-
mino acuñado por William James, para designar la El baño cotidiano es absolutamente esencial para un brahmín pues
tendencia a explicar la experiencia religiosa en estos sin €l no podría rendir culto diario a sus dioses. Idealmente, dicen
términos: por ejemplo, una visión o un sueño se expli- los havik, deben tomar tres baños al día, uno antes de cada co-
mida. Pero son pocos los que lo hacen. En la préctica todos los
can como la consecuencia de ingerir drogas o de una havik que he conocido obedecen rigurosamente a la costumbre del
indigestión. Nada hay que objetar a este tipo de baño diario, que se toma antes de la comida principal del día y
enfoque salvo la exclusión que hace de _otras inter- antes de adorar a los dioses del hogar: los havik de sexo masculino,
pretaciones. La mayoría de los pueblos primitivos son
que pertenecen a una casta relativamente opulenta y que gozan
de un ocio considerable durante algunas temporadas, trabajan, sin
materialistas médicos en sentido lato, en la medida embargo, mucho para administrar sus plantaciones de muez areca,
en que tienden a justificar sus acciones m_u¡_¡les en Se realiza todo lo necesario para llevar a cabo los trabajos que se
términos de males y dolores que pueden afligirles si consideran sucios o que implican profenación ritual —por ejemplo,
portar estiércol al Jardin o trabajar con un sirviente intocable—
descuidan los ritos. Más adelante demostraré por qué antes del baño cotidiano que precede a la comida principal. Si por
las reglas rituales se apoyan con tanta frecuencia cualquier razón este trabajo ha de hacerse por la tarde, el hombre
en las creencias de que peligros específicos concurri- deberá tomar otro baño cuando regresa a casa... (pág. 153).
rán en caso de que sean r.ransg,redu}as. Cuando yo
haya concluido con el peligro ritual pienso que_nad¡e
quedará tentado de tomar en serio tales creencias. Distinguimos entre la comida cocida y la cruda co-
En cuanto al punto de vista opuesto —el rito pri- mo portadoras de contaminacién. Se considera que el
mitivo como no teniendo nada en común con nuestras alimento cocido puede transmitir la contaminación,
ideas de limpieza— lo considero igualmente perjudi- no ocurriendo lo mismo con el alimento no cocido,
cial para la comprensión del rito. Según este punto de De modo que cualquier casta puede transmitir o te-
vista, cuando lavamos, fregamos, aislamos y desinfec- ner alimentos no cocidos —regla necesaria desde un
52 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 53
punto de vista práctico en sociedades donde la divi- marido. Y así sucesivamente se van multiplicando las
sión del trabajo está en relación con los grados de reglas. Discriminan en divisiones cada vez más finas,
pureza heredados (ver pág. 171, en el capítulo VII). La prescribiendo conductas rituales que atañen a la
fruta y las nueces, siempre que estén enteras, no se menstruación, al parto y a la muerte. Todas las emi-
haflan sometidas a la profanación ritual, pero un siones corporales, aun la sangre o el pus de una he-
havik no puede aceptar de un miembro de una casta rida, son fuente de impureza. Después de la defecación
inferior el coco ya partido o el plátano cortado. se debe emplear agua y no papel para lavarse, y ha
de hacerse solamente con la mano izquierda, al tiem-
po que se empleará la mano derecha para comer el
El proceso de comer es potencialmente contaminador,ón.peroLa lasalivama- alimento, Pisar excrementos de animales es causa de
nerade hacerlo determina la cantidad de contaminaci un brahmin lleva
—aun la propia— cs en extremo contaminadora, Si bañarse o por lo
impureza. Igualmente el contacto con el cuero. Si se
Inadvertidamente sus dedos a la boca, deberá la contaminac ión de la
usan sandalias de cuero, éstas no han de tocarlas las
menos cambiarse de ropa. Igualmente, manos, y uno ha de descalzarse y lavarse los pies an-
saliva sc puede transmitir a través de algunas sustancias materiales.
Estas dos creencias han llevado a la práctica de tomar agua ver- tes de entrar en un templo o en una casa.
tiéndola en la boca en lugar de aplicar los unlabios al borde del vaso, Reglamentos precisos señalan tipos de contacto in-
y a la de tomar cigarrillos... formando tubo con la mano de directo que pueden acarrear contaminación. Un havik
modo que nunca toquen directamentregión de la India)... hookas»
e los labios. (Las son
virtualmente desconocidas en esta bebida de café— deberáLa ingestión
ser pre-
que está trabajando con su sirviente intocable en el
de cualquier alimento —oun la pies. (Pág. 156.) jardín puede quedar seriamente profanado si toca una
cedida por un lavado de manos y cuerda o un bambú al mismo tiempo que éste. Lo
que profana es el contacto simultáneo con el bambú o
tragar la cuerda. Un havik no puede recibir ni fruta ni di-
Se considera que la comida que se puede nero directamente de un intocable. Pero hay objetos
transmite al que come la contaminación de la saliva que permanecen impuros y aun pueden ser transmi-
en menor grado que aquella otra que es necesario sores de impureza después del contacto, La contami-
morder. Una cocinera no puede probar la gomlda que nación perdura en las telas de algodón, en las ollas
está preparando, ya que al tocarse los labios can_lns de metal, en la comida cocida. Felizmente para la co-
dedos perdería la condición de pureza que se requiere laboración entre las castas, el suelo no actúa como
para proteger la comida de la contaminación. Mien- conductor, pero sí la paja que lo cubre.
tras una persona está comiendo, se encuentra en el
estado medio de pureza, y si por accidente tocase la
mano o la cuchara del sirviente, éste se vuelve impuro, Un brahmin no ha de encontrarse en la misma parte del establo
y, por lo menos, ha de mudarse de ropa antes d_e con- que su sirviente intocable, por temor a que se hallen en un sitio
tinuar sirviendo comida. Como la contaminación se conectado a través de la paja extendida en el suclo. Aun cuando
un havik y un intocable se bañen simultáneamente en el estanque
transmite por el hecho de estar sentados en la misma de la aldea, el havik es capaz de alcanzar el Madi (pureza) porque
fila, durante la comida, cuando se agasaja a alguien el agua se pierde en el suelo y el suelo no transmite la impureza.
de otra casta, se le sienta normalmente en un lugar (Página 173
separado, A un havik que se halla en condición de im-
pureza grave deberán alimentarlo fuera de la casa, y
se espera de él que quite por sí mismo el plato de Cuanto más atentamente examinamos estas reglas
hoja en el que ha comido. Nadie más puede tocarlo y otras similares, tanto más evidente resulta que esta-
sin que incurra en profanación. La única persona que mos estudiando sistemas simbólicos. ¿Es ésta enton-
no es profanada por el contacto y por comer de la ces la diferencia entre la contaminación ritual y nues-
hoja de otro es su mujer, quien de este modo, tal co tra idea de la suciedad?, ¿son higiénicas nuestras
o hemos dicho, expresa su relación personal con el ideas allí donde son simbólicas las de ellos? En modo
54 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 55
alguno: sostengo que nuestras ideas de suciedad ex- rechazo de elementos inapropiados. Esta idea de la
presan igualmente sistemas simbólicos y que la dife- suciedad nos conduce directamente al campo del sim-
rencia entre el comportamiento de contaminación en bolismo, y nos promete una unión con sistemas de
una y otra parte del mundo es sólo cuestión de de- pureza más obviamente simbólicos.
<alle. Podemos reconocer en nuestras nociones de sucie-
Antes de comenzar a pensar sobre la contaminacién dad el hecho de que estamos empleando un compen-
ritual, deberfamos revestirnos de sacos y ceniza y dio universal que incluye todos los elementos rechaza-
reexaminar escrupulosamente nuestras propias ideas dos por los sistemas ordenados. Se trata de una idea
acerca de la suciedad. Dividiéndolas en partes, debe- relativa. Los zapatos no son sucios en sí mismos, pero
mos distinguir los elementos que sabemos son resulta- es sucio colocarlos en ia mesa del comedor; la comida
do de nuestra historia reciente. no es sucia en sí misma, pero es sucio dejar cacharros
Existen dos notable diferencias entre nuestras ideas de cocina en el dormitorio, o volcar comida en la
europeas contemporáneas acerca de la profanación y ropa; lo mismo puede decirse de los objetos de baño
aquellas Hamadas de las culturas primitivas. Una es en el salón; de la ropa abandonada en las sillas; de
que el acto de evitar la suciedad es para nosotros objetos que debieran estar en la calle y se encuentran
cosa de higiene o estética, sin tener nada que ver con dentro de casa; de objetos del piso de arriba que es-
nuestra religión. En el capítulo 5 (Mundos Primitivos), tán en el de abajo; de la ropa interior que asoma allí
diré más sobre la especialización de ideas que separa donde debiera estar la ropa de vestir, y así sucesiva-
de la religión a nuestras nociones acerca de la sucie- mente. En pocas palabras, nuestro comportamiento
dad. La segunda diferencia es que nuestra idea de la de contaminación es la reacción que condena cual-
suciedad está dominada por el conocimiento de los or- quier objeto o idea que tienda a confundir o a con-
ganismos patógenos. La transmisión de las bacterias tradecir nuestras entrañables clasificaciones,
de la enfermedad fue un gran descubrimiento del No debemos forzarnos en centrarnos exclusivamente
siglo x1x. Produjo la revolución más radical que haya en la suciedad. Definida de este modo aparece como
tenido lugar en la historia de la medicina. De tal ma- categoría residual, rechazada de nuestro esquema nor-
nera ha transformado nuestras vidas que se hace di- mal de clasificaciones. Al tratar de concentrarnos ex-
fícil pensar en la suciedad como no sea en el contexto clusivamente en ella contrariamos nuestro más fuer-
de lo patógeno. Sin embargo, nuestras ideas de la te hábito mental, pues parece que sea cual fuere la
suciedad no son a todas luces tan recientes. Seamos cosa que percibimos está organizada en configuracio-
capaces de hacer un esfuerzo y pensemos retrospec- nes de las que nosotros, los perceptores, somos
tivamente más allá de los últimos cien años, y anali- en gran medida responsables. Percibir no consiste en
cemos después las bases para evitar la suciedad antes permitir pasivamente a un órgano —digamos la vista
de que hayan sido transformadas por la bacteriolo- o el oído— que reciba de afuera una impresión pre-
gía; antes, por ejemplo, de que considerásemos abs- fabricada, como paleta que recibiese manchas de pin-
traer lo patógeno y la higiene de nuestra noción de la tura, El reconocimiento y el recuerdo no se limitan
suciedad, persistiría la vieja definición de ésta como a revolver viejas imágenes de impresiones pasadas.
materia puesta fuera de su sitio. Este enfoque es Se está generalmente de acuerdo en que se hallan es-
ciertamente muy sugestivo. Supone dos condiciones: quemáticamente determinadas desde un comienzo. En
un juego de relaciones ordenadas y una contravención tanto que perceptores seleccionamos de entre todos
de dicho orden. La suciedad
no es entonces nunca un los estímulos que caen bajo el área de nuestros sen-
acontecimiento único o aislado. Allf donde hay su- tidos aquellos que únicamente nos interesan, y nues-
ciedad hay sistema. La suciedad es el producto secun- tros intereses están regidos por la tendencia a hacer
dario de una sistemática ordenacién y clasificación configuraciones a veces llamadas;schema (ver Bart-
de la materia, en la medida en que el orden implica el lett, 1932). En el caos de impresiones cambiantes cada
56 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 57
uno de nosotros construye un mundo estable en el aparato distorsionante de imágenes hace que algunas
que los objetos tienen formas reconocibles, están lo- personas lleguen a sentirse físicamente enfermas, co-
calizados en profundidad y tienen permanencia. Al mo si se atacase a su propio equilibrio. La señora
percibir estamos construyendo, captando algunas su- Abercrombie sometió a un grupo de estudiantes de
gestiones y rechazando otras. Las sugestiones más medicina a una serie de experimentos destinados a
aceptadas son aquellas que se ajustan más fácilmente demostrarles el alto grado de selección que usamos
dentro de la configuración que se está construyendo. en las más sencillas observaciones. «Pero no podemos
Las sugestiones ambiguas tienden a ser tratadas co- vivir en un mundo de gelatina», protestó uno. «Es
mo si armonizasen con el resto de la configuración. como si mi mundo se hubiese partido en dos». Dijo
Las discordantis tienden por el contrario a ser re- otro. Otros reaccionaron de un modo mucho más hos-
chazadas. Si las aceptamos hemos de modificar la til. (Pág. 131.)
estructura de los supuestos. A medida que avanza el Pero no siempre la confrontación con la ambiglie-
conocimiento, nombramos los objetos. Sus nombres dad produce experiencias desagradables. Es a todas
afectan entonces la manera en que los percibiremos luces más tolerable en algunas áreas que en otras.
la próxima vez: ya rotulados resultan más rápidamen- Hay una graduación en la que la risa, la repulsión y
te introductibles en sus compartimientos para el fu- el asombro se mueven en diferentes puntos e inten-
turo, sidades. La experiencia puede ser estimulante. La ri-
A medida que pasa el tiempo y que las experiencias queza de la poesía depende del uso que se haga de
se acumulan hacemos inversiones cada vez mayores la ambiguiiedad, tal como lo ha demostrado Empson.
en nuestro sistema de rótulos. De modo que se van La posibilidad de ver una escultura, bien sea como
construyendo prejuicios conservadores. Estos nos in- paisaje o bien como desnudo que se reclina, enriquece
funden confianza. En cualquier momento podemos el interés de la obra. Ehrenzweig ha llegado a soste-
tener que modificar nuestra estructura de supuestos ner que disfrutamos de las obras de arte porque ellas
para acomodar en ella las nuevas experiencias, pero nos permiten colocarnos detrás de las estructuras ex-
mientras más coinciden con el pasado las experien- plícitas de nuestra experiencia normal. El placer es-
cias, tanta mayor confianza tendremos en nuestros tético surge de la percepción de formas inarticuladas.
supuestos. Los hechos incómodos, que se niegan a Pido perdón por emplear las voces anomalía y am-
ajustarse, tendemos a ignorarlos o a distorsionarlos bigiiedad como si fuesen sinónimas. En rigor no lo
para que no turben estos supuestos establecidos. Cual- son: la anomalía es el elemento que no se ajusta a un
quier cosa, de la que tenemos noticia, es, de un modo juego o serie determinados. La ambigiiedad es el ca-
general, preseleccionada y organizada en el mismo ac- rácter que tienen los enunciados capaces de dos in-
to de percibir. Compartimos con otros animales una terpretaciones. Pero la reflexión sobre ejemplos
especie de mecanismo de filtración que sólo deja en- demuestra que proporciona muy poca ventaja el dis-
trar desde el comienzo sensaciones que sabemos usar, tinguir entre estos dos términos en sus aplicaciones
¿Pero qué pasa entonces con las otras sensaciones? prácticas. El jarabe de anúcar no es ni líquido ni
¿Qué ocurre con las posibles experiencias que no pa- sólido; puede decirse que da una impresión sensitiva
san el filtro? ¿Es acaso posible forzar la atención ha- ambigua. Podemos igualmente decir que el jarabe de
cia rutas menos habituales? ¿Somos siquiera capaces azúcar es anómalo en la clasificación de líquido y só-
de examinar el propio mecanismo de filtración? lido, no hallándose ni en una serie ni en otra.
Podemos ciertamente obligarnos a observar cosas Concedamos entonces que somos capaces de enfren-
que nuestra tendencia a la esquematización nos han tarnos con la anomalía. Cuando algo está firmemente
hecho dejar de lado. Siempre es un choque descubrir clasificado como anómalo, los límites de la serie de la
que nuestra primera observación fácil ha incurrido que no forma parte se clarifican. Para ilustrar esto ci-
en error. Incluso el hecho de mirar fijamente por.un taré el ensayo de Sartre sobre lo'pegajoso. La visco-
sa MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 59
sidad, según él, repele por propio derecho i ión de la realidad en la que tenga cab¡da No
como expe-
riencia primaria. El niño al hundir sus manos en gguh:;‘osiblz que un individuo someta a revm{m su
el
tarro de miel se encuentra al instante implicado en propio esquema personal de clas¡flc¡'¡m.ón. Pero ningún
contemplación de las propiedades formales de la
los individuo vive aislado y habrá recibido su esquema
lidos y los liquidos, y en la relación esencial entre só- siquiera sea parcialmente. .
el
ser el sí mismo subjetivo que experimenta y el mundo deLgtz?¡sliu:g, en el sentpido de los valores públicos
es-
experimentado (1943, pág. 696 ¥ sigs.). Lo viscoso tablecidos de una comunidad, mediatiza las experien-
se
encuentra en un estado a mitad de camino entre lo cias de los individuos. Provee de antemano algunas
sélido y lo Mquido. Es como una encrucijada categorías básicas, y configuraciones positivas u::l que
dentro
de un proceso de cambio. Es inestable, pero no fluye. las ideas y los valores se hallan pulcramente ordena-
Es suave, dócil y comprimible. No puede haber desliz dos. Y por encima de todo, goza de autoridad ya que
sobre su superficie, Su estado Pegajoso es una induce a cada uno a consentir porque lqs demás tam-
trampa,
se adhiere como una sanguijuela, ataca la bién consienten. Pero su carácter'pubhco hace más
frontera
entre su materia y yo. Largas columnas que rígidas a sus categorias, Un particular puede o no
caen de
mis dedos sugieren que mi propia sustancia revisar sus supuestos. Se trata de un asunto privado.
fluye en
una laguna de viscosidad. Zambullirse en el agua pro- Pero las categorías culturales pertenecen a la cosa
duce una impresión diferente. Sigo siendo un pública. No pueden ser fácilmente sometidas a revi-
sólido,
pero tocar lo pegajoso es correr el riesgo de sión. Sin embargo, no pueden desdeñar el reto de las
diluirse
en la viscosidad. Lo pegajoso es adhesivo como el formas aberrantes. Cualquier sistema dado de clasi-
rrO o la amante demasiado posesivos. De este modo,pe-
ficación tiene por fuerza que provocar anomalías, y
el primer contacto con lo pegajoso enriquece cualquier cultura dada tiene que afrontar acouteg:
riencia del niño. Ha aprendido algo sobre sí lamismo,
expe-
mientos que parecen desafiar sus supuestos. No pue
sobre Jas propiedades de la materia, y sobre la inte- hacer caso omiso de las anomalfas _que su esquema
Trelación de sí-mismo con las otras cosas. produce, a riesgo de burlar la conñanz_a, Esta es al.ln
No puedo hacer justicia, abreviando así el Pasaje razón por lá que yo sugiero que d.escu}:rlmos en cual-
,
a las mavillosas reflexiones que suscita en Sartre quier cultura digna de tal nombre varias medidas pa-
la
idea de Jo pegajoso como fluido aberrante o sólido ra enfrentarse con los acontecimientos a.mhlguo_s o
fundido. Pero atina en el hecho de que podemos anómalos. En primer lugar, al redu_c¡;se a cualquiera
re-
flexionar, y así lo hacemos provechosamente, de Jas dos interpretaciones, la ambigtiedad a menudo
en nues-
tras principales clasificaciones y en las experiencias decrece, Por ejemplo, cuando tiene lug'ar un nacimien-
que no se ajustan con exactitud a ellas, Generalmente to monstruoso las líneas de demarcación entrelo hu-
estas reflexiones confirman nuestra confianza en las ,
mano y lo animal pueden verse amenazadas. Si pode-
clasificaciones principales. Sartre sostiene que la vis- mos rotular el nacimiento monstruoso como aconte-
.cosidad que se derrite, adhesiva y fundente, se cimiento de un género peculiar las categorías podrán
juzga
como forma innoble de existencia en sus primer ser reconstituidas. Así los nuer_cons¡d.emn los partos
ísimas
manifestaciones. De manera que a partir de estas tem- monstruosos como crías de hipopótamo que nacen
pranas aventuras del acto hemos llegado a saber que accidentalmente de los seres humanos y, con esta ro-
la vida no se conforma con nuestras más sencillas ca- tulación, la acción apropiada es clara. Dulcemente los
tegorías. arrojan al río, al que pertenecen. (Evans-Pritchard,
Existen diversos modos de tratar las anomalfas.
Negativamente, podemos hacer caso omiso de ellas, 19%61; I:eágul?ál)) lugar podemos controlar fisicamente la
percibirlas sin más, o bien condenarlas cuando no existencia de la anomalía. Así en algunas tribus del
percibimos. Positivamente, podemos. afrontar con las oeste de Africa la regla de que se debe matar a los
re-
solución la anomalía y tratar de crear una nueva con- gemelos tan pronto nacen elimi una anomalfa so-
61
MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO
h modernos:
tre e los primitivos y los
especial algun P;¿ro es
cial, si se sostiene que dos seres humanos no pueden
som etidos : las mismas reglas.configura-
todos estamos som
nacer del mismo vientre al mismo tiempo. O tómese
primitiva
imiti qonde la regl la de
la cultura
a los gallos que cantan de noche, si al punto se les fuerza mayor y con
retuerce el pescuezo, no viven para contradecir la de 35!¡ de significados actúa con se aplica a
finición de que canta al amanecer. mayor alcance. Entre los modernos
de existencia inconexas y separadas.
En tercer lugar, una regla para evitar las cosas anó-
malas afirma y refuerza las definiciones con las que
no se hallan en conformidad. Así pues, allí donde el
Levítico aborrece de los seres que reptan, debemos
vér la abominación como el lado negativo del modelo
de cosas aprobadas.
En cuarto lugar, podemos considerar peligrosos los
acontecimientos anómalos. Reconocidamente los in-
dividuos sienten angustia al afrontar la anomalía. Pe-
TO sería erróneo tratar a las instituciones como si su
evolución ocurriese del mismo modo que las reaccio-
nes espontáneas de una persona, Tales creencias pú-
blicas tienden más a producirse en ei transcurso de
la reducción de una disonancia dada entre el indivi-
duo y las interpretaciones generales. Según la obra de
Festinger, es evidente que una persona, al descubrir
que sus propias convicciones difieren de las de sus
amigos, o bien flaquea o bien intenta convencer a sus
amigos del error en que se encuentran. La atribución
de peligro es un modo de colocar un tema allende to-
da discusión. Ayuda igualmente a reforar la confor-
midad, tal como lo demostraremos más abajo en un
capítulo sobre la moral (capítulo 8).
En quinto lugar, podemos emplear símbolos am-
biguos en la poesía y en la mitología con el objeto de
enriquecer el significado o de llamar la atención so-
bre otros niveles de existencia, Veremos en el último
capítulo cómo el rito, por usar los símbolos de la
anomalía, puede incorporar el mal y la muerte junto
con la vida y la bondad dentro de una configuración
única y grandiosa. Para concluir, si la impureza es la
materia fuera de sitio, debemos acercarnos a ella a
través del orden. La impureza y la suciedad son aque-
llo que no debemos incluir si es que queremos man-
tener una configuración. Reconocer esto es dar el pri-
mer paso hacia una comprensión de la contaminación.
Ello no implica una distinción tajante entre lo sagra-
do y lo secular. El mismo principio es aplicado en to-
das partes. Más aún, no implica que haya distinción
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