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Douglas Mary Pureza y Peligro Semana 8.
Douglas Mary Pureza y Peligro Semana 8.
por
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»X INDICE
Nota . 9
INTRODUCCION . 13
1. LA IMPUREZA RITUAL . 21
II. LA PROFANACIÓN SECULAR ......o.ooooviviiiirens AT
III. Las ABOMINACIONES DEL LEVÍTICO ............ 6
1V. Macia Y MILAGRO . 83
V. Munpos PRIMITIVOS . 103
cultura Libre VI. PODERES Y PELIGROS . 129
Primera edicién en español, noviembre 1973 VIL. FRONTERAS EXTERNAS 155
Q SIGLO XXI DE ESPAÑA EDITORES, 5. A, VIIL LINEAS INTERNAS .........eemerneneriececene 175
Emilio Rubin, 7 - Madrid-33 1X. EL SISTEMA EN ESTADO DE GUERRA CONSIGO
Primera edición en inglés, Routledge & Kegan Paul, 1966 MISMO e 189
Publicado en Pelican Books, 1970 X. EL SISTEMA QUEBRADO Y RENOVADO . 213
Título original: Purity and Danger - An Analysis of Concepts BIBLIOGRAFÍA .......e eee
of Pollution and Taboo
C MARY DOUGLAS
DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY
e la xrru:¡cmfl!dld de las leyes de la impureza, desde el punto de La religión natural de los Creeks, Cherokees, Chicksaws y todos
vista de la religión espiritual o incluso de la del paganismo supe- los demás indios, consiste en torturar a todos sus prisioneros, de
rior, es tan patente que necesariamente deben considerarse como la mañana a la noche, hasta llegar por fin a asarlos vivos..
sobrevivientes de una forma anterior de la fe y de la sociedad,
(Nota C, pág. 430). Ciertamente, es cosa común entre ellos el que el hijo, sl cres
que su padre ya ha vivido demasiado tiempo, le haga seltar los
sesos. (Obras, Vol. 5, pág. 402.)
De este modo, surgió un criterio para clasificar las
rehgmnes como avanzadas o primitivas. Si eran pri- No necesito bosquejar aquí la larga controversia de
;niuvas. las reglas de la santidad y las reglas de la «progresionistas» y «degeneracionistas». Durante va-
impureza se confundian; si eran avanzadas las reglas rias décadas la discusión se prolongó sin llegar a con-
de la impureza desaparecían de la religión. Se las clusión alguna, hasta que el arzobispo Whately, em-
rglggaba a la cocina y al cuarto de baño y a los ser- pleando una fórmula extremosa y popular, sostuvo la
vicios municipales de salubridad, fuera de todo ám- tesis de la degeneración para refutar el optimismo de
bito religioso. Cuanto menos afectaban a la impureza los economistas que seguían a Adam Smith. ¿Cómo
las condiciones físicas y cuanto más significaba un podría esta criatura desamparada —se preguntaba él—
estado espiritual de indignidad, con mayor claridad poseer algún elemento de nobleza? ¿Cómo podría ser
una religión determinada podía reconocerse como considerado el más bajo salvaje y el individuo más al-
avanzada. tamente civilizado de las razas europeas miembros de
Robertson Smith fue por encima de todo teólogo y la misma especie? ¿Era acaso concebible, tal como
estudioso del Antiguo Testamento. Desde el momento había pensado el gran economista, que por la división
en que la teología se ocupa de las relaciones entre del trabajo aquella gente desvergonzada pudiera «ade-
hombre y dios, se ve siempre obligada a hacer aseve- lantar paso a paso en todas las artes de la vida civi-
raciones sobre la naturaleza humana. En tiempos de lizada»? (1855, págs. 26-27). La reacción a este panfleto,
Robertson Smith la antropología jugaba un papel muy tal como Hodgen la describe, fue inmediata e intensa:
importante en las discusiones teológicas. La mayoría
d_g los pensadores en la segunda mitad del siglo die-
cinueve eran forzosamente antropólogos aficionados. Otros «degeneracionistas», tales como Cook Taylor, redactaron vo-
Esto es evidente en La doctrina de las supervivencias lúmenes para apoyar su tesis, reuniendo montones de pruebas alif
de Margaret Hodgen, guía necesaria para el confuso donde el arzobispo se había contentado con un solo ejemplo... Los
diálogo decimonónico entre la antropología y la teo- defensores del optimismo del siglo dieciocho aparecieron por todas
logía. En aquel período de formación la antropología
partes, se revisaron libros desde el punto de yista de Whately. Y
por todas partes los reformadores sociales, almas caritati-
28 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 29
vas cuya reciente compasión por los humillados económicamente mostrar su adaptación a lo largo de la historia. Sólo
babía descubierto un expediente cómodo en la idea del mejoramiento trató de enseñar la continuidad general de la cultura
social inevitable, avistaron con alarma el resultado práctico del
punto de vista opuesto... Mucho más desconcertados quedaron aque- humana.
Lios estudiosos del pensamiento y de la Cultura humanas cuyos in- Robertson Smith, con posterioridad, heredó la idea
tereses personales y -profesionales se revestían de una metodología de que el hombre moderno civilizado representa un
basada en la idea del progreso, (págs. 30-31).
largo proceso de evolución. El aceptó que parte de lo
que aún seguimos haciendo y creyendo es algo fósil;
Un hombre finalmente dio un paso al frente y liqui- apéndice petrificado y sin sentido de la diaria tarea de
dó la controversia para el resto del siglo al lograr que vivir. Pero Robertson Smith no estaba interesado en
la ciencia acudiera en ayuda de los «progresionistas», supervivencias muertas. Las costumbres que no han
Este hombre fue Edward Burnett Tylor (1832-1917). alimentado las áreas de desarrollo de la historia hu-
Desarrolló una teoría y sistemáticamente acumuló mana las calificó de irracionales y primitivas y sacó
pruebas de que la civilización es el resultado de un 1n consecuencia de que ofrecían poco interés. Para él
la tarea importante cra extirpar la porquería y el pol-
progreso gradual a partir de un estado original seme-
jante al de los salvajes actuales. vo fuertemente adheridos a las culturas salvajes ac-
tuales y señalar los canales portadores de vida que
muestran su capacidad de evolución por su presencia
Entre las pruebas que nos ayudan a rastrear el curso que la ci- real en la sociedad moderna. Esto es precisamente lo
vilización ha seguido efectivamente se encuentra la considerable que La religión de los semitas trata de hacer. Se se-
variedad de hechos para cuya denotación consideré oportuno intro- para allí de los orígenes de la verdadera religión a la
ducir el uso del término esupervivencias», Estos son los proce- superstición salvaje, y se la descarta con muy poca
dimientos, costumbres, opiniones, etc., que han sido introducidos
por la fuerza de la costumbre a la nueva sociedad... y... quedan asf consideración. Lo que Robertson Smith dice acerca de
como pruebas y ejemplos de una condición cultural más antigua a la superstición y de la magia sólo es incidental a su
partir de la cual se ha desarrollado la nueva (pág. 16). tema principal y es un producto secundario de su obra
El fundamento de las sociedades antiguas aparecería en el es- principal. De este modo contradijo el énfasis de Ty-
píritu de las generaciones posteriores, y el fundamento de su fe
:55:35)"' en el folklore infantil (pág. 71) (Primitive Culture, 62 lor. Allí donde Tylor se interesaba en aquello que los
restos y rarezas pueden decirnos acerca del pasado,
Robertson Smith se interesaba por los elementos co-
munes que existen en la experiencia moderna y en la
Robertson Smith empleó la idea de las superviven- primitiva. Tylor fundó el folklore, Robertson Smith
cias para explicar la persistencia de las reglas irracio- fundó la antropología social.
nales de la impureza. Tylor escribió en 1873, tras la Otra gran corriente de ideas comprometió aún más
aparición del Origen de las especies, y existe algún intimamente los intereses profesionales de Robertson
paralelismo entre su tratamiento de las culturas y el Smith. Esta fue la crisis de fe que asaltó a aquellos
tratamiento que da Darwin a las especies orgánicas. pensadores que no podían reconciliar el desarrollo de
Darwin estaba interesado en las condiciones bajo las la ciencia con la revelación cristiana tradicional. Fe
cuales podía aparecer un nuevo organismo. Estaba in- y razón aparecían en contradicción desesperada a me-
teresado en la supervivencia de los más aptos e igual- nos que pudiera ser descubierta alguna nueva fórmu-
mente en sus órganos rudimentarios cuya persistencia la para la religión. Un grupo de filósofos que ya no
le daba la clave para la reconstrucción del esquema podía aceptar la religión revelada, y que tampoco po-
evolucionista. Pero Tylor se sentía interesado única. día vivir sin algunas de las creencias rectoras trascen-
mente por la supervivencia persistente de los menos dentales, se dispuso a proporcionar dicha fórmula. De
aptos, en las reliquias culturales del pasado. No le aquí arranca aquel proceso, que aúnrperdura, de des-
incumbia catalogar las distintas especies culturales ni gajar los elementos revelados de la doctrina cristiana
30 MARY DOUCLAS PURBZA Y PELIGRO 31
y de erigir en su lugar los principios éticos como mé- apartó de la revelación, Hasta el final de su vida cre-
dula de la verdadera religión. En los párrafos siguien- yó en la inspiración divina del Antiguo Testamento,
tes cito la descripción que hace Richter de cómo el Su biografía hecha por Black and Chrystal sugiere
movimiento tuvo su sede en Oxford. En Balliol, T. H. que, a pesar de esta creencia, llegó a estar extraña-
Green trató de naturalizar la filosofía idealista hege- mente próximo a la idea de la religión que tenían los
liana como solución a los probiemas corrientes de la idealistas de Oxford.
fe, la moral y la política. Jowett había escrito a Flo- En 1870, Robertson Smith ocupaba la cátedra de
rence Nightingale: «Algo tiene que hacerse en pro de hebreo en la Iglesia Libre de Aberdeen. Se encontra-
la gente culta en modo análogo a lo que J. Wesley hizo ba en la vanguardia del movimiento de crítica histó-
por los pobres.» Esto es precisamente lo que T. H. rica que poco tiempo antes había causado revuelo en
Green se propuso lograr: resucitar la religión entre la la conciencia de los estudiosos de la Biblia. En 1860,
gente educada, hacerla intelectualmente respetable, Jowett, también del Balliol, había sido censurado por
crear un nuevo fervor moral y producir así una so- publicar un artículo «Scbre la interpretación de la
ciedad reformada. Sus enseñanzas fueron recibidas Biblia», en el que sostenía que el Antiguo Testamento
con entusiasmo, Por complicadas que fueran sus ideas debía ser interpretado como cualquier otro libro. Las
filosóficas y por enrevesadas que fueran sus bases medidas tomadas contra Jowett no se llevaron a cabo
metafísicas, sus principios eran simples de por sf, y le fue permitido seguir siendo profesor Regius.
llegando a encontrar expresión incluso en la novela Pero cuando Robertson Smith escribió el artículo «La
super-venta, Robert Elsmere (1888), escrita por la se- Biblia», en 1875, para la Enciclopedia Británica, el es-
Bora Humphrey Ward. cándalo que se produjo en la Iglesia Libre por su he-
La filosoffa de la historia de Green era una teoría rejía provocó su cese y suspensión. Robertson Smith
del progreso moral: Dios se encarna, en cada época, y Green estaban ambos en íntimo contacto con el pen-
en una vida social de perfección ética cada vez mayor, samiento alemán, pero mientras que Green no creía en
Citando su sermón laico —la conciencia humana de la revelación, Robertson Smith no dejó nunca que
Dios, flaqueara su fe en la Biblia considerada como testi-
monio de una revelación específica y sobrenatural.
No sólo estaba dispuesto a someter los libros bíblicos
Ha sido en multiples formas el agente moral dentro de la sociedad a la misma clase de crítica que cualquier otro libro,
humana: más aún, el principlo configurador de esa sociedad misma. sino que después de haber sido expulsado de Aber-
La existencia de deberes específicos y el acto de reconocerlos, el deen viajó a Siria y completó su interpretación con
espíritu de auto-sacrificio, la ley moral y la reverencia hacia ella en trabajos muy documentados, realizados sobre el te-
su forma más abstracta y absoluta, todo ello presuponc sin duda
una sociedad, pero una sociedad tal que sólo puede ser posible fue- rreno. Sobre la base de este estudio de primera mano
ra del ámbito que engendran la avidez y el miedo... Bajo esta in- de la vida y de los documentos semíticos dictó las
fluencia, las necesidades y deseos que arraigan en la naturaleza conferencias Burnett. La primera serie de estas con-
animal se convierten en un impulso de mejoramiento que forma,
amplía y remodela las sociedades, manteniendo siempre ante el hom- ferencias se publicó con el título de La religidn de
bre, de diversas maneras, según el grado de su desarrolio, el los semitas.
ideal irrealizado de una perfeccién que es su Dios, y dando divina Por el modo con que lo escribió resulta claro que
autoridad a los usos y leyes por medio de los cuales un rostro de
:: ideal se perfila dentro de la actualidad de la vida (Richter, pá- este estudio no era una huida a una torre de marfil
105). lejos de los autéticos problemas de la humanidad de
su época. Era importante comprender las creencias
religiosas de las tribus árabes más oscuras porque
El propósito final de la filosofía de Green era la ellas arrojaban luz sobre la naturaleza humana y so-
de separarse de la revelación y situar en la esencia de bre la naturaleza de la experiencia religiosa. Dos te-
la religión la moralidad. Robertson Smith nunca se mas importantes emergieron de sus conferencias. Uno
32 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 33
-- los traductares demuestran aceptable dominio del texto sólo en Cita entonces los salmos 40, 7 y el 69, 31, como <«opo-
el videvdat con sus lúgubres prescripciones respecto a la pureza
ritual, y con su catálogo de castigos imposibles por crímenes ri- niéndose a la tendencia del sistema de sacrificios que
dículos (págs. 25 y 26). convertía el perdón de los pecados en un proceso me-
4 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 45
cánico», Da nuevamente por sentado en la página 119 tema parece excelentemente empírico, según el cri-
que los conceptos religiosos primitivos son «materia- terio antropológico actual. El pensamiento griego da
listas». Gran parte de este libro, por otro lado admi- la impresión de haberse mantenido relativamente li-
rable, se basa en el supuesto de que el rito que actúa bre de la contaminación ritual en el período que Ho-
en el sentido de ex opere operato es primitivo y ante- mero describe (si es que hubo tal período histórico),
rior en el tiempo, si se le compara con el rito que mientras que conglomerados de conceptos de conta-
simboliza estados internos de la mente. Pero, oca- minación emergen más tarde y reciben expresión en
sionalmente, la naturaleza no demostrada y aprioris- la dramaturgía clásica. El antropólogo, no muy im-
tica de este supuesto parece causarle alguna intran- puesto en estudios helenísticos, busca en derredor su-
quilidad al autor: yo una guía especial sobre el grado de confianza que
pueda otorgarle a este autor, porque su material es
ciertamente provocativo, y, para el laico, convincente.
La más común de todas las expresiones usadas para la expiación, Desgraciadamente un crítico inglés, en el Journal of
Kipper, apunta igualmente en esta dirección, si es que el significado Hellenic Studies, condena el libro rotundamente, por
original del término puede ser definido como «limpiars, sobre la
base del paralelismo babilonio y asirio. El concepto fundamental encontrarlo deficiente en lo que se refiere a Ja an-
de pecado es, aquí, el de limpieza material, y se espera que la tropología del siglo xIx:
sangre, como 'sustancia santa, dotada de poderes milagrosos, quite
la mancha del pecado de un modo absolutamente automático.
..el autor se sitúa innecesariamente en desventaja. Parece no
saber nada de la gran masa de material comparado que es ase-
quible a cualquiera que estudie la pureza, la contaminación y la pu-
Viene entonces una iluminación que haría correr rificación... cantidad muy modesta de conocimientos antropológicos
mucha tinta si se la tomase en serio: le informaría que noción tan vieja como la de la contaminación por
Ja sangre derramada pertenece a una época en que la comunidad era
_Puesto que empero el derivado basado en cl úrabe y que da el el mundo entero... en la página 277 emplea la palabra «tabús, pero
significado de 'cubrir” parece igualmente posible, bien pudiera ser sólo para mostrar que no tiene idea clara de lo que significa (Rose,
que se tratase de la idea de cubrir la propia culpa ante los ojos 1954).
de la parte ofendida por medio de una reparación, que, por con
traste, haría resaltar el carácter personal del acto de expiación (pá- Pero otro critico, que carece del lastre de dudosos
gina 162),
conocimientos antropológicos, recomienda sin reser-
vas la obra de Moulinier (Whatmough).
Así Eichrodt se ablanda a medias con respecto a los Estas citas dispersas recogidas muy al azar podrían
babilonios —acaso ellos conocían también algo de la ser multiplicadas fácilmente. Muestran cuánta difu-
verdadera religión interior; acaso la experiencia re- sión ha tenido la influencia de Frazer. También dentro
ligiosa israelita no se distinguía tan claramente de de la antropología su obra ha calado muy hondo. Pa-
la magia pagana circundante. rece que por haber dicho una vez Frazer que el punto
Hallamos algunos de los mismos supuestos rigiendo interesante en el estudio comparado de la religión de-
la interpretación de la literatura griega. El profesor pendía de las creencias falsas en la eficacia mágica,
Finley, al discutir la vida social y las creencias del las cabezas de los antropólogos británicos permane-
mundo homérico, aplica una prueba ética para dis- cieron debidamente inclinadas sobre este punto de
tinguir los elementos de creencia tempranos y los tar- perplejidad, aun cuando hubieran rechazado la hi-
díos (págs. 147, 151y 157). pótesis evolucionista que había estimulado el interés
También, otro erudito helenista francés, Moulinier, de Frazer. Así como en despliegues de virtuosismo
hace un estudio de gran alcance en torno a las ideas erudito leemos entre hneas sobre la relación entre la
de pureza e impureza en el pensamiento griego. Libre magia y la ciencia, cuya importancia teórica sigue
del prejuicio de Robertson Smith, su acercamiento al siendo oscura.
46 MARY DOUGLAS II. LA PROFANACION SECULAR
Después de todo, la influencia de Frazer ha sido fu-
nesta. Tomó de Robertson Smith la parte más perifé-
rica de su enseñanza, y prepetuó una demarcación
desconsiderada entre la religión y la magia. Propagó
un falso supuesto acerca de la visión primitiva del
universo, como funcionando por medio de símbolos
mecánicos, y aún otro falso supuesto, según el cual
la ética es ajena a la religión primitiva. Antes de apro-
ximarnos al tema de la profanación ritual, hemos de
corregir tales supuestos. Los enigmas más arduos de El materialismo médico se ha inmiscuido siempre
tratar en el estudio comparado de las religiones sur- en el estudio comparado de la religión. Hay quienes
gen a causa de haber dividido de este modo erróneo sostienen que hasta los ritos antiguos más exóticos
la experiencia humana. En este libro trataremos de cuentan con una sólida base higiénica. Otros, aun
recomponer algunos de los segmentos separados. estando de acuerdo en que el rito primitivo tiene por
En primer lugar, no debemos esperar llegar a una objeto la higiene, adoptan el punto de vista opuesto
comprensión de la religión si nos limitamos a consi- acerca de su solidez. Para ellos un abismo se abre
de_rar la creencia en seres espirituales, por más que entre nuestras sólidas ideas acerca de la higiene y las
afinemos la fórmula. Pueden existir momentos de la erróneas fantasfas del pueblo primitivo. Pero ambos
investigación en los que querríamos desplegar todas enfoques médicos del rito, resultan estériles, ya que
las creencias existentes en otros scres, zombies, an- no logran confrontarle con nuestras propias ideas so-
cestros, demonios, hadas —la familia entera. Pero, si- bre la-higiene y la suciedad.
guiendo a Robertson Smith, no debemos suponer que El primer enfoque implica que, con sólo saber todas
al catalogar la completa población espiritual del uni- las circunstancias, descubrirfamos que la base racio-
verso, hemos necesariamente cafítado lo esencial de la nal del rito primitivo queda ampliamente justificada.
religión. Más que detenernos en aguzar definiciones, Como interpretación esta línea de pensamiento es de-
deberíamos tratar de comparar los puntos de vista liberadamente prosaica. La importancia del incienso
que tiene la gente en torno al destino humano yasu 1o es que simbolice el fuego ascendente del sacrificio,
puesto en el universo. En segundo lugar, no debemos sino que es un medio de hacer tolerables los olores
esperar llegar a una comprensión de las ideas que de la humanidad que no se lava. El hecho de que ju-
tienen otras gentes sobre el contagio, sagrado o se- díos y mahometanos eviten el cerdo se explica como
cular, hasta que no las hayamos enfrentado con las consecuencia de los peligros que acarrea comer carne
nuestras. de cerdo en climas cálidos.
Cierto es que puede darse una maravillosa corres-
pondencia entre el acto de evitar la enfermedad conta-
giosa y el rito. Las abluciones y separaciones que tie-
nen un objetivo práctico pueden ser aptas para ex-
presar simultáneamente una temática religiosa. Asf,
se ha sostenido que la regla de lavarse antes de comer
puede haber inmunizado a los judfos en las pestes.
Pero una cosa es señalar los beneficios laterales de
las acciones rituales, y otra contentarse con utilizar
los efectos secundarios como explicación suficiente.
Aun cuando algunas de las reglas dietéticas de Moi-
sés fuesen higiénicamente beneficiósas, sería lástima
a7
48 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 49
considerarle como inteligente director de sanidad más Bien pudiera ser que la antigua tradición de los
que como jefe espiritual. israelitas incluyese el conocimiento de que los cerdos
Cito un comentario, fechado en 1841, sobre las re- son comida peligrosa para los seres humanos. Todo
glas dietéticas de Moisés: es posible. Pero adviértase que tal no es la razón da-
da en el Levítico para prohibir el cerdo, y se puede
afirmar con toda evidencia que la tradición, si es que
... Es probable que el principio dominante que determina las leyes existió alguna vez, se perdió. Pero el mismo Maimó-
de este capítulo se haya de encontrar en el campo de la higiene y nides, el gran prototipo del materialismo médico en
de la sanidad... La idea de enfermedades parasitarias e infecciosas, el siglo x11, a pesar de que pudo descubrir razones hi-
que ha conquistado posición tan considerable en la patología mo-
derna, parece haberle preocupado mucho a Moisés, y haber domi- giénicas para todas las otras restricciones dietéticas
nado todas sus reglas higiénicas. Excluye de la dieta hebrea a los de la ley mosaica, confesó su perplejidad ante la pro-
animales particularmente propensos a los parásitos; y, como es por hibición del cerdo, y sc limitó a dar explicaciones es-
la sangre por donde circulan los gérmenes o esporas de las enfer-
medades infecciosas, ordena que se les desangre antes de que se téticas basadas en la repugnante alimentación del
haga uso de cllos para la comida... (Kellog). puerco doméstico:
meria de Nippur, único texto médico recibido del ter- tamos, obtenemos solamente un parecido superficial
cer milenio antes de Cristo. con las purificaciones rituales. Nuestras prácticas es-
tán sólidamente basadas en la higiene; las suyas, son
simbólicas: nosotros matamos gérmenes, ellos se pro-
El texto revela, aunque indirectamente, amplios conocimientos de tegen de los espíritus. Esto resulta lo bastante claro
un número bastante crecido de operacione s y procedimientos mé- como para establecer un contraste. Sin embargo, el
dicos que requieren particular elaboració n. Por ejemplo, en varias
de las recetas médicas las instruccio nes aluden a «purificars los parecido entre algunos de sus ritos simbólicos y nues-
simples antes de la pulverización, paso que debería requirir diversas tra higiene aparece a veces misteriosamente préximo.
operaciones químicas. El profesor Harper, por ejemplo, resume el contexto
francamente religioso de las reglas de contaminación
de los brahmines havik. Reconocen tres grados de pu-
Convencido de que la purificación no significa aquí reza religiosa; el más alto es necesario para llevar a
la aspersión de agua bendita o la recitación de un cabo actos de culto; el grado medio es la condición
conjuro, sigue así con entusiasmo: normal que se espera de todos, y finalmente se halla
el estado de impureza. El contacto con una persona
que se encuentra en el estado medio hará que alguien
recurrió ni a
El médico sumerio que escribió nuestra tablilla no asombroso del estado más alto se vuelva impuro, y el contacto
sortilegios ni a conjuros mágicos... queda el hecho antigua de
que nuestro documento de arcilla, la «página» más de texto con alguien que se encuentra en el estado impuro de-
médico descubierta hasta la fecha, se halla completamente libre de terminará que cualquiera de las dos categorías supe-
elementos místicos e irracionales (1956, págs. 58-59). riores caigan en la impureza. El estado más alto se
obtiene únicamente por el rito del baño,
Hasta aquí lo referente al materialismo rnéd_ico, tér-
mino acuñado por William James, para designar la El baño cotidiano es absolutamente esencial para un brahmín pues
tendencia a explicar la experiencia religiosa en estos sin €l no podría rendir culto diario a sus dioses. Idealmente, dicen
términos: por ejemplo, una visión o un sueño se expli- los havik, deben tomar tres baños al día, uno antes de cada co-
mida. Pero son pocos los que lo hacen. En la préctica todos los
can como la consecuencia de ingerir drogas o de una havik que he conocido obedecen rigurosamente a la costumbre del
indigestión. Nada hay que objetar a este tipo de baño diario, que se toma antes de la comida principal del día y
enfoque salvo la exclusión que hace de _otras inter- antes de adorar a los dioses del hogar: los havik de sexo masculino,
pretaciones. La mayoría de los pueblos primitivos son
que pertenecen a una casta relativamente opulenta y que gozan
de un ocio considerable durante algunas temporadas, trabajan, sin
materialistas médicos en sentido lato, en la medida embargo, mucho para administrar sus plantaciones de muez areca,
en que tienden a justificar sus acciones m_u¡_¡les en Se realiza todo lo necesario para llevar a cabo los trabajos que se
términos de males y dolores que pueden afligirles si consideran sucios o que implican profenación ritual —por ejemplo,
portar estiércol al Jardin o trabajar con un sirviente intocable—
descuidan los ritos. Más adelante demostraré por qué antes del baño cotidiano que precede a la comida principal. Si por
las reglas rituales se apoyan con tanta frecuencia cualquier razón este trabajo ha de hacerse por la tarde, el hombre
en las creencias de que peligros específicos concurri- deberá tomar otro baño cuando regresa a casa... (pág. 153).
rán en caso de que sean r.ransg,redu}as. Cuando yo
haya concluido con el peligro ritual pienso que_nad¡e
quedará tentado de tomar en serio tales creencias. Distinguimos entre la comida cocida y la cruda co-
En cuanto al punto de vista opuesto —el rito pri- mo portadoras de contaminacién. Se considera que el
mitivo como no teniendo nada en común con nuestras alimento cocido puede transmitir la contaminación,
ideas de limpieza— lo considero igualmente perjudi- no ocurriendo lo mismo con el alimento no cocido,
cial para la comprensión del rito. Según este punto de De modo que cualquier casta puede transmitir o te-
vista, cuando lavamos, fregamos, aislamos y desinfec- ner alimentos no cocidos —regla necesaria desde un
52 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 53
punto de vista práctico en sociedades donde la divi- marido. Y así sucesivamente se van multiplicando las
sión del trabajo está en relación con los grados de reglas. Discriminan en divisiones cada vez más finas,
pureza heredados (ver pág. 171, en el capítulo VII). La prescribiendo conductas rituales que atañen a la
fruta y las nueces, siempre que estén enteras, no se menstruación, al parto y a la muerte. Todas las emi-
haflan sometidas a la profanación ritual, pero un siones corporales, aun la sangre o el pus de una he-
havik no puede aceptar de un miembro de una casta rida, son fuente de impureza. Después de la defecación
inferior el coco ya partido o el plátano cortado. se debe emplear agua y no papel para lavarse, y ha
de hacerse solamente con la mano izquierda, al tiem-
po que se empleará la mano derecha para comer el
El proceso de comer es potencialmente contaminador,ón.peroLa lasalivama- alimento, Pisar excrementos de animales es causa de
nerade hacerlo determina la cantidad de contaminaci un brahmin lleva
—aun la propia— cs en extremo contaminadora, Si bañarse o por lo
impureza. Igualmente el contacto con el cuero. Si se
Inadvertidamente sus dedos a la boca, deberá la contaminac ión de la
usan sandalias de cuero, éstas no han de tocarlas las
menos cambiarse de ropa. Igualmente, manos, y uno ha de descalzarse y lavarse los pies an-
saliva sc puede transmitir a través de algunas sustancias materiales.
Estas dos creencias han llevado a la práctica de tomar agua ver- tes de entrar en un templo o en una casa.
tiéndola en la boca en lugar de aplicar los unlabios al borde del vaso, Reglamentos precisos señalan tipos de contacto in-
y a la de tomar cigarrillos... formando tubo con la mano de directo que pueden acarrear contaminación. Un havik
modo que nunca toquen directamentregión de la India)... hookas»
e los labios. (Las son
virtualmente desconocidas en esta bebida de café— deberáLa ingestión
ser pre-
que está trabajando con su sirviente intocable en el
de cualquier alimento —oun la pies. (Pág. 156.) jardín puede quedar seriamente profanado si toca una
cedida por un lavado de manos y cuerda o un bambú al mismo tiempo que éste. Lo
que profana es el contacto simultáneo con el bambú o
tragar la cuerda. Un havik no puede recibir ni fruta ni di-
Se considera que la comida que se puede nero directamente de un intocable. Pero hay objetos
transmite al que come la contaminación de la saliva que permanecen impuros y aun pueden ser transmi-
en menor grado que aquella otra que es necesario sores de impureza después del contacto, La contami-
morder. Una cocinera no puede probar la gomlda que nación perdura en las telas de algodón, en las ollas
está preparando, ya que al tocarse los labios can_lns de metal, en la comida cocida. Felizmente para la co-
dedos perdería la condición de pureza que se requiere laboración entre las castas, el suelo no actúa como
para proteger la comida de la contaminación. Mien- conductor, pero sí la paja que lo cubre.
tras una persona está comiendo, se encuentra en el
estado medio de pureza, y si por accidente tocase la
mano o la cuchara del sirviente, éste se vuelve impuro, Un brahmin no ha de encontrarse en la misma parte del establo
y, por lo menos, ha de mudarse de ropa antes d_e con- que su sirviente intocable, por temor a que se hallen en un sitio
tinuar sirviendo comida. Como la contaminación se conectado a través de la paja extendida en el suclo. Aun cuando
un havik y un intocable se bañen simultáneamente en el estanque
transmite por el hecho de estar sentados en la misma de la aldea, el havik es capaz de alcanzar el Madi (pureza) porque
fila, durante la comida, cuando se agasaja a alguien el agua se pierde en el suelo y el suelo no transmite la impureza.
de otra casta, se le sienta normalmente en un lugar (Página 173
separado, A un havik que se halla en condición de im-
pureza grave deberán alimentarlo fuera de la casa, y
se espera de él que quite por sí mismo el plato de Cuanto más atentamente examinamos estas reglas
hoja en el que ha comido. Nadie más puede tocarlo y otras similares, tanto más evidente resulta que esta-
sin que incurra en profanación. La única persona que mos estudiando sistemas simbólicos. ¿Es ésta enton-
no es profanada por el contacto y por comer de la ces la diferencia entre la contaminación ritual y nues-
hoja de otro es su mujer, quien de este modo, tal co tra idea de la suciedad?, ¿son higiénicas nuestras
o hemos dicho, expresa su relación personal con el ideas allí donde son simbólicas las de ellos? En modo
54 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 55
alguno: sostengo que nuestras ideas de suciedad ex- rechazo de elementos inapropiados. Esta idea de la
presan igualmente sistemas simbólicos y que la dife- suciedad nos conduce directamente al campo del sim-
rencia entre el comportamiento de contaminación en bolismo, y nos promete una unión con sistemas de
una y otra parte del mundo es sólo cuestión de de- pureza más obviamente simbólicos.
<alle. Podemos reconocer en nuestras nociones de sucie-
Antes de comenzar a pensar sobre la contaminacién dad el hecho de que estamos empleando un compen-
ritual, deberfamos revestirnos de sacos y ceniza y dio universal que incluye todos los elementos rechaza-
reexaminar escrupulosamente nuestras propias ideas dos por los sistemas ordenados. Se trata de una idea
acerca de la suciedad. Dividiéndolas en partes, debe- relativa. Los zapatos no son sucios en sí mismos, pero
mos distinguir los elementos que sabemos son resulta- es sucio colocarlos en ia mesa del comedor; la comida
do de nuestra historia reciente. no es sucia en sí misma, pero es sucio dejar cacharros
Existen dos notable diferencias entre nuestras ideas de cocina en el dormitorio, o volcar comida en la
europeas contemporáneas acerca de la profanación y ropa; lo mismo puede decirse de los objetos de baño
aquellas Hamadas de las culturas primitivas. Una es en el salón; de la ropa abandonada en las sillas; de
que el acto de evitar la suciedad es para nosotros objetos que debieran estar en la calle y se encuentran
cosa de higiene o estética, sin tener nada que ver con dentro de casa; de objetos del piso de arriba que es-
nuestra religión. En el capítulo 5 (Mundos Primitivos), tán en el de abajo; de la ropa interior que asoma allí
diré más sobre la especialización de ideas que separa donde debiera estar la ropa de vestir, y así sucesiva-
de la religión a nuestras nociones acerca de la sucie- mente. En pocas palabras, nuestro comportamiento
dad. La segunda diferencia es que nuestra idea de la de contaminación es la reacción que condena cual-
suciedad está dominada por el conocimiento de los or- quier objeto o idea que tienda a confundir o a con-
ganismos patógenos. La transmisión de las bacterias tradecir nuestras entrañables clasificaciones,
de la enfermedad fue un gran descubrimiento del No debemos forzarnos en centrarnos exclusivamente
siglo x1x. Produjo la revolución más radical que haya en la suciedad. Definida de este modo aparece como
tenido lugar en la historia de la medicina. De tal ma- categoría residual, rechazada de nuestro esquema nor-
nera ha transformado nuestras vidas que se hace di- mal de clasificaciones. Al tratar de concentrarnos ex-
fícil pensar en la suciedad como no sea en el contexto clusivamente en ella contrariamos nuestro más fuer-
de lo patógeno. Sin embargo, nuestras ideas de la te hábito mental, pues parece que sea cual fuere la
suciedad no son a todas luces tan recientes. Seamos cosa que percibimos está organizada en configuracio-
capaces de hacer un esfuerzo y pensemos retrospec- nes de las que nosotros, los perceptores, somos
tivamente más allá de los últimos cien años, y anali- en gran medida responsables. Percibir no consiste en
cemos después las bases para evitar la suciedad antes permitir pasivamente a un órgano —digamos la vista
de que hayan sido transformadas por la bacteriolo- o el oído— que reciba de afuera una impresión pre-
gía; antes, por ejemplo, de que considerásemos abs- fabricada, como paleta que recibiese manchas de pin-
traer lo patógeno y la higiene de nuestra noción de la tura, El reconocimiento y el recuerdo no se limitan
suciedad, persistiría la vieja definición de ésta como a revolver viejas imágenes de impresiones pasadas.
materia puesta fuera de su sitio. Este enfoque es Se está generalmente de acuerdo en que se hallan es-
ciertamente muy sugestivo. Supone dos condiciones: quemáticamente determinadas desde un comienzo. En
un juego de relaciones ordenadas y una contravención tanto que perceptores seleccionamos de entre todos
de dicho orden. La suciedad
no es entonces nunca un los estímulos que caen bajo el área de nuestros sen-
acontecimiento único o aislado. Allf donde hay su- tidos aquellos que únicamente nos interesan, y nues-
ciedad hay sistema. La suciedad es el producto secun- tros intereses están regidos por la tendencia a hacer
dario de una sistemática ordenacién y clasificación configuraciones a veces llamadas;schema (ver Bart-
de la materia, en la medida en que el orden implica el lett, 1932). En el caos de impresiones cambiantes cada
56 MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 57
uno de nosotros construye un mundo estable en el aparato distorsionante de imágenes hace que algunas
que los objetos tienen formas reconocibles, están lo- personas lleguen a sentirse físicamente enfermas, co-
calizados en profundidad y tienen permanencia. Al mo si se atacase a su propio equilibrio. La señora
percibir estamos construyendo, captando algunas su- Abercrombie sometió a un grupo de estudiantes de
gestiones y rechazando otras. Las sugestiones más medicina a una serie de experimentos destinados a
aceptadas son aquellas que se ajustan más fácilmente demostrarles el alto grado de selección que usamos
dentro de la configuración que se está construyendo. en las más sencillas observaciones. «Pero no podemos
Las sugestiones ambiguas tienden a ser tratadas co- vivir en un mundo de gelatina», protestó uno. «Es
mo si armonizasen con el resto de la configuración. como si mi mundo se hubiese partido en dos». Dijo
Las discordantis tienden por el contrario a ser re- otro. Otros reaccionaron de un modo mucho más hos-
chazadas. Si las aceptamos hemos de modificar la til. (Pág. 131.)
estructura de los supuestos. A medida que avanza el Pero no siempre la confrontación con la ambiglie-
conocimiento, nombramos los objetos. Sus nombres dad produce experiencias desagradables. Es a todas
afectan entonces la manera en que los percibiremos luces más tolerable en algunas áreas que en otras.
la próxima vez: ya rotulados resultan más rápidamen- Hay una graduación en la que la risa, la repulsión y
te introductibles en sus compartimientos para el fu- el asombro se mueven en diferentes puntos e inten-
turo, sidades. La experiencia puede ser estimulante. La ri-
A medida que pasa el tiempo y que las experiencias queza de la poesía depende del uso que se haga de
se acumulan hacemos inversiones cada vez mayores la ambiguiiedad, tal como lo ha demostrado Empson.
en nuestro sistema de rótulos. De modo que se van La posibilidad de ver una escultura, bien sea como
construyendo prejuicios conservadores. Estos nos in- paisaje o bien como desnudo que se reclina, enriquece
funden confianza. En cualquier momento podemos el interés de la obra. Ehrenzweig ha llegado a soste-
tener que modificar nuestra estructura de supuestos ner que disfrutamos de las obras de arte porque ellas
para acomodar en ella las nuevas experiencias, pero nos permiten colocarnos detrás de las estructuras ex-
mientras más coinciden con el pasado las experien- plícitas de nuestra experiencia normal. El placer es-
cias, tanta mayor confianza tendremos en nuestros tético surge de la percepción de formas inarticuladas.
supuestos. Los hechos incómodos, que se niegan a Pido perdón por emplear las voces anomalía y am-
ajustarse, tendemos a ignorarlos o a distorsionarlos bigiiedad como si fuesen sinónimas. En rigor no lo
para que no turben estos supuestos establecidos. Cual- son: la anomalía es el elemento que no se ajusta a un
quier cosa, de la que tenemos noticia, es, de un modo juego o serie determinados. La ambigiiedad es el ca-
general, preseleccionada y organizada en el mismo ac- rácter que tienen los enunciados capaces de dos in-
to de percibir. Compartimos con otros animales una terpretaciones. Pero la reflexión sobre ejemplos
especie de mecanismo de filtración que sólo deja en- demuestra que proporciona muy poca ventaja el dis-
trar desde el comienzo sensaciones que sabemos usar, tinguir entre estos dos términos en sus aplicaciones
¿Pero qué pasa entonces con las otras sensaciones? prácticas. El jarabe de anúcar no es ni líquido ni
¿Qué ocurre con las posibles experiencias que no pa- sólido; puede decirse que da una impresión sensitiva
san el filtro? ¿Es acaso posible forzar la atención ha- ambigua. Podemos igualmente decir que el jarabe de
cia rutas menos habituales? ¿Somos siquiera capaces azúcar es anómalo en la clasificación de líquido y só-
de examinar el propio mecanismo de filtración? lido, no hallándose ni en una serie ni en otra.
Podemos ciertamente obligarnos a observar cosas Concedamos entonces que somos capaces de enfren-
que nuestra tendencia a la esquematización nos han tarnos con la anomalía. Cuando algo está firmemente
hecho dejar de lado. Siempre es un choque descubrir clasificado como anómalo, los límites de la serie de la
que nuestra primera observación fácil ha incurrido que no forma parte se clarifican. Para ilustrar esto ci-
en error. Incluso el hecho de mirar fijamente por.un taré el ensayo de Sartre sobre lo'pegajoso. La visco-
sa MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO 59
sidad, según él, repele por propio derecho i ión de la realidad en la que tenga cab¡da No
como expe-
riencia primaria. El niño al hundir sus manos en gguh:;‘osiblz que un individuo someta a revm{m su
el
tarro de miel se encuentra al instante implicado en propio esquema personal de clas¡flc¡'¡m.ón. Pero ningún
contemplación de las propiedades formales de la
los individuo vive aislado y habrá recibido su esquema
lidos y los liquidos, y en la relación esencial entre só- siquiera sea parcialmente. .
el
ser el sí mismo subjetivo que experimenta y el mundo deLgtz?¡sliu:g, en el sentpido de los valores públicos
es-
experimentado (1943, pág. 696 ¥ sigs.). Lo viscoso tablecidos de una comunidad, mediatiza las experien-
se
encuentra en un estado a mitad de camino entre lo cias de los individuos. Provee de antemano algunas
sélido y lo Mquido. Es como una encrucijada categorías básicas, y configuraciones positivas u::l que
dentro
de un proceso de cambio. Es inestable, pero no fluye. las ideas y los valores se hallan pulcramente ordena-
Es suave, dócil y comprimible. No puede haber desliz dos. Y por encima de todo, goza de autoridad ya que
sobre su superficie, Su estado Pegajoso es una induce a cada uno a consentir porque lqs demás tam-
trampa,
se adhiere como una sanguijuela, ataca la bién consienten. Pero su carácter'pubhco hace más
frontera
entre su materia y yo. Largas columnas que rígidas a sus categorias, Un particular puede o no
caen de
mis dedos sugieren que mi propia sustancia revisar sus supuestos. Se trata de un asunto privado.
fluye en
una laguna de viscosidad. Zambullirse en el agua pro- Pero las categorías culturales pertenecen a la cosa
duce una impresión diferente. Sigo siendo un pública. No pueden ser fácilmente sometidas a revi-
sólido,
pero tocar lo pegajoso es correr el riesgo de sión. Sin embargo, no pueden desdeñar el reto de las
diluirse
en la viscosidad. Lo pegajoso es adhesivo como el formas aberrantes. Cualquier sistema dado de clasi-
rrO o la amante demasiado posesivos. De este modo,pe-
ficación tiene por fuerza que provocar anomalías, y
el primer contacto con lo pegajoso enriquece cualquier cultura dada tiene que afrontar acouteg:
riencia del niño. Ha aprendido algo sobre sí lamismo,
expe-
mientos que parecen desafiar sus supuestos. No pue
sobre Jas propiedades de la materia, y sobre la inte- hacer caso omiso de las anomalfas _que su esquema
Trelación de sí-mismo con las otras cosas. produce, a riesgo de burlar la conñanz_a, Esta es al.ln
No puedo hacer justicia, abreviando así el Pasaje razón por lá que yo sugiero que d.escu}:rlmos en cual-
,
a las mavillosas reflexiones que suscita en Sartre quier cultura digna de tal nombre varias medidas pa-
la
idea de Jo pegajoso como fluido aberrante o sólido ra enfrentarse con los acontecimientos a.mhlguo_s o
fundido. Pero atina en el hecho de que podemos anómalos. En primer lugar, al redu_c¡;se a cualquiera
re-
flexionar, y así lo hacemos provechosamente, de Jas dos interpretaciones, la ambigtiedad a menudo
en nues-
tras principales clasificaciones y en las experiencias decrece, Por ejemplo, cuando tiene lug'ar un nacimien-
que no se ajustan con exactitud a ellas, Generalmente to monstruoso las líneas de demarcación entrelo hu-
estas reflexiones confirman nuestra confianza en las ,
mano y lo animal pueden verse amenazadas. Si pode-
clasificaciones principales. Sartre sostiene que la vis- mos rotular el nacimiento monstruoso como aconte-
.cosidad que se derrite, adhesiva y fundente, se cimiento de un género peculiar las categorías podrán
juzga
como forma innoble de existencia en sus primer ser reconstituidas. Así los nuer_cons¡d.emn los partos
ísimas
manifestaciones. De manera que a partir de estas tem- monstruosos como crías de hipopótamo que nacen
pranas aventuras del acto hemos llegado a saber que accidentalmente de los seres humanos y, con esta ro-
la vida no se conforma con nuestras más sencillas ca- tulación, la acción apropiada es clara. Dulcemente los
tegorías. arrojan al río, al que pertenecen. (Evans-Pritchard,
Existen diversos modos de tratar las anomalfas.
Negativamente, podemos hacer caso omiso de ellas, 19%61; I:eágul?ál)) lugar podemos controlar fisicamente la
percibirlas sin más, o bien condenarlas cuando no existencia de la anomalía. Así en algunas tribus del
percibimos. Positivamente, podemos. afrontar con las oeste de Africa la regla de que se debe matar a los
re-
solución la anomalía y tratar de crear una nueva con- gemelos tan pronto nacen elimi una anomalfa so-
61
MARY DOUGLAS PUREZA Y PELIGRO
h modernos:
tre e los primitivos y los
especial algun P;¿ro es
cial, si se sostiene que dos seres humanos no pueden
som etidos : las mismas reglas.configura-
todos estamos som
nacer del mismo vientre al mismo tiempo. O tómese
primitiva
imiti qonde la regl la de
la cultura
a los gallos que cantan de noche, si al punto se les fuerza mayor y con
retuerce el pescuezo, no viven para contradecir la de 35!¡ de significados actúa con se aplica a
finición de que canta al amanecer. mayor alcance. Entre los modernos
de existencia inconexas y separadas.
En tercer lugar, una regla para evitar las cosas anó-
malas afirma y refuerza las definiciones con las que
no se hallan en conformidad. Así pues, allí donde el
Levítico aborrece de los seres que reptan, debemos
vér la abominación como el lado negativo del modelo
de cosas aprobadas.
En cuarto lugar, podemos considerar peligrosos los
acontecimientos anómalos. Reconocidamente los in-
dividuos sienten angustia al afrontar la anomalía. Pe-
TO sería erróneo tratar a las instituciones como si su
evolución ocurriese del mismo modo que las reaccio-
nes espontáneas de una persona, Tales creencias pú-
blicas tienden más a producirse en ei transcurso de
la reducción de una disonancia dada entre el indivi-
duo y las interpretaciones generales. Según la obra de
Festinger, es evidente que una persona, al descubrir
que sus propias convicciones difieren de las de sus
amigos, o bien flaquea o bien intenta convencer a sus
amigos del error en que se encuentran. La atribución
de peligro es un modo de colocar un tema allende to-
da discusión. Ayuda igualmente a reforar la confor-
midad, tal como lo demostraremos más abajo en un
capítulo sobre la moral (capítulo 8).
En quinto lugar, podemos emplear símbolos am-
biguos en la poesía y en la mitología con el objeto de
enriquecer el significado o de llamar la atención so-
bre otros niveles de existencia, Veremos en el último
capítulo cómo el rito, por usar los símbolos de la
anomalía, puede incorporar el mal y la muerte junto
con la vida y la bondad dentro de una configuración
única y grandiosa. Para concluir, si la impureza es la
materia fuera de sitio, debemos acercarnos a ella a
través del orden. La impureza y la suciedad son aque-
llo que no debemos incluir si es que queremos man-
tener una configuración. Reconocer esto es dar el pri-
mer paso hacia una comprensión de la contaminación.
Ello no implica una distinción tajante entre lo sagra-
do y lo secular. El mismo principio es aplicado en to-
das partes. Más aún, no implica que haya distinción
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