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El uso correcto de la Ley en el Evangelismo

“La ley de Jehová es perfecta que convierte el alma.”


Salmos 19:7
El propósito de la Ley de Dios
Pensamiento: Para ser instruido correctamente en cómo alcanzar
efectivamente a los perdidos con el evangelio, debes comenzar con el
fundamento bíblico para el evangelismo. Kirk Cameron

La ley se ha definido como “un conjunto de reglas de acción o conducta prescritas por una
autoridad controladora, y que tienen fuerza legal vinculante. Aquello que debe ser obedecido
y seguido por ciudadanos sujetos a sanciones o consecuencias legales es una ley”.

¿Por qué fue entregada la ley escrita? Ya hemos sugerido dos respuestas a
esta pregunta; convencernos del pecado y señalarnos al Señor Jesucristo como
el Salvador. Otro de los propósitos de la Ley es limitar el mal. Como dice
Calvino, una "función de la ley es... que el temor al castigo modere a ciertos
hombres que permanecen indiferentes a cualquier cuidado sobre lo que es
justo y correcto si no son coaccionados por las amenazas de la ley", y añade
que "esta rectitud coaccionada y limitada es necesaria para la comunidad
pública de los hombres, para la tranquilidad de los cuales el Señor a así
provisto cuando se preocupó de que todo no fuera tumultuosamente
confundido".

¿Cuál es el propósito de la ley de Moisés?


La Ley de Moisés fue dada específicamente a la nación de Israel (Éxodo 19;
Levítico 26:46; Romanos 9:4). Se compone de tres partes: los diez
mandamientos, las ordenanzas, y el sistema de adoración, que incluía el
sacerdocio, el tabernáculo, las ofrendas y las fiestas (Éxodo 20-40; Levítico 1-
7; 23). El propósito de la ley de Moisés era lograr lo siguiente:

(1) Revelar el carácter sagrado del Dios eterno a la nación de Israel (Levítico
19:2; 20:7-8).

(2) Apartar a la nación de Israel para que fuera diferente de todas las demás
naciones (Éxodo 19:5).

(3) Revelar la pecaminosidad del hombre (cf. Gálatas 3:19). Aunque la ley era
buena y santa (Romanos 7:12), no proporcionaba la salvación para la nación de
Israel. "Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado
delante de Él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado"
(Romanos 3:20; Hechos 13:38-39).

(4) Proporcionar perdón a través del sacrificio u ofrendas (Levítico 1-7) para
aquellos que tenían fe en el Señor, en la nación de Israel.

(5) Proporcionar una forma de adoración para la comunidad de fe a través de


las fiestas anuales (Levítico 23).

(6) Proporcionar dirección de Dios para la salud física y espiritual de la nación


(Éxodo 21-23; Deuteronomio 6:4-19; Salmo 119:97-104).

(7) Después de que Cristo viniera, hacer que las personas vieran que no podían
guardar la ley, sino que necesitaban aceptar a Cristo como Salvador personal,
porque Él había cumplido la ley en Su vida y pagó el castigo por culpa nuestra
en Su muerte, sepultura y resurrección corporal (Gálatas 3:24; Romanos 10:4).
El creyente en Cristo tiene la misma justicia de la ley cumplida en él cuando
obedece al Espíritu Santo que vive dentro de él (Romanos 8:4).

El propósito de la ley de Moisés plantea estas preguntas: "¿Estás confiando en


ti mismo para guardar toda la ley todo el tiempo (algo que no se puede
hacer)?", o "¿Has elegido aceptar a Jesús como tu Salvador, dándote cuenta de
que Él ha cumplido perfectamente toda la ley, incluso pagando tu castigo por
haberla quebrantado?" La elección es tuya.

La ley de Dios, los Diez Mandamientos fue la fue la esencia de la proclamación


del evangelio de grandes hombres de Dios como, Wesley, Moody, Whitfield,
Jonathan Edwards; todos ellos dijeron que si no usamos la Ley, casi con
certeza llevaremos a los pecadores a una conversión falsa.

La ley es como un espejo donde el pecador puede ver su condición pecaminosa


y de total depravación. Antes que el pecador llegue al conocimiento de su
necesidad de arrepentirse y poner su confianza en Jesucristo debe reconocer
que ha violado la ley. Si no reconoce este principio todavía es orgulloso y
estará confiando en su propia justicia para ser salvo. El principio del
evangelismo bíblico es este: Ley al orgulloso y gracia al humilde. (Proverbios.
3:34; Santiago 4:6; 1 Pedro 5:5)
Otra función de la ley es cerrar la boca del pecador; que se quiere justificar
diciendo: no soy tan malo como muchos otros. La ley hace que el pecador
quede culpable y bajo el juicio de Dios; la ley también trae el conocimiento de
pecado (Romanos 3:19-20). Si el hombre no es capaz de ver su condición
pecaminosa y su necesidad de ser perdonado tendrá muy poco o ningún interés
en acudir a la cruz para alcanzar el perdón de Dios. La ley revela nuestros
pecados escondidos.

Si no incluimos el uso de la ley en nuestra presentación del evangelio el


pecador no verá su necesidad de arrepentirse y si decide venir a Cristo vendrá
por los motivos incorrectos y por consecuencia la conversión no será duradera
o genuina delante de Dios. También el proceso de santificación será
puramente un esfuerzo humano por tratar de ser mejor. (Marcos 7:8)

Los fariseos trataron de remover el uso de la ley y Jesús los criticó


fuertemente cuando les dijo: “¡Ay de ustedes, maestros de la ley!, que se han
apoderado de la llave del conocimiento; pero ni ustedes mismos entran ni dejan
entrar a los que quieren hacerlo." (Lucas 11:52 DHH) La ley es la llave que
abre el conocimiento de que somos pecadores, (Romanos 3:20), que somos
culpables y que merecemos el castigo eterno por haberla violado y para poder
escapar debemos “apresuradamente” aceptar la gracia que Dios nos
ofrece. Es común hoy en día el poco uso de la ley para traer convicción de
pecado. Pablo decía que la ley es buena si se hace uso de ella conforme al
propósito que tiene. (Leer 1ª de Timoteo 1:8-11)

El propósito de la ley es encerrarlo todo bajo pecado para que podamos ver
que somos pecadores. (Gálatas 3:19-23) La ley es un profesor que te enseña
y te dice: Eres culpable y necesitas hacer algo al respecto (Gal. 3:24). La ley
te persigue y te condena hasta llevarte a la cruz, donde esta Cristo crucificado,
pagando en tu lugar por tus pecados y justificándote por la fe (Gal. 3:25), de
ahí en adelante solo puedes amarla y obedecerla porque ya termino su
propósito de hacerte ver que eras un pecador.

De la Santa ley de Dios no se escapa nadie, nos incluye a todos como


pecadores y por consecuencia, muertos y separados de Dios. No existe nadie
en el mundo que siempre haga el bien y nunca peque (Eclesiastés 7:20, Salmos
14:3). Todos de una forma u otra hemos violado alguno de los mandamientos y
con solo haber violado uno somos culpables de todos. (Santiago 2:10).
Así que cuando estés testificando presenta la ley de Dios, así como lo hizo
Jesús. (Mateo 19:16-22; Juan 4:1-39)

Ilustración:
Para ilustrar la función de la ley de Dios, miremos por un momento la ley civil.

Si yo te dijera “tengo buenas noticias para ti; alguien ha pagado tu multa de


$150.00 por no haber parado ante una luz roja. Probablemente me dirías “¿De
qué estás hablando? Yo no tengo ninguna multa de ese tipo.” Tal vez pensarías
que estoy loco o algo así, porque estoy insinuando que has quebrantado la ley
cuando tú no piensas que lo has hecho.

Sin embargo, si te digo algo así puede que tenga más sentido: En la esquina de
la 67 Avenida y la Calle 8 hay una cámara que registra cuando tú no haces un
pare en firme ante la luz roja. Esta cámara te toma un video y te manda la
multa a la casa y te pone el video en la Internet para que puedas comprobar lo
que has hecho. Hace unos días pasaste por esa esquina y la cámara registró
que no paraste. Allí había una señal indicando que había una cámara, pero
seguiste y pasaste la calle con la luz roja. Lo que hiciste fue extremadamente
peligroso, la multa era de $150.00 dólares. Te iban a suspender la licencia
cuando alguien que ni siquiera conoces pagó la multa. Mira el video y la multa
pagada para que veas que es verdad lo que te digo. Eres muy afortunado.”

Aplicación:
Si no se da una clara instrucción de que has violado la ley (el video), la buena
noticia (la multa pagada) parece una locura y suena ofensivo. Pero una vez que
has entendido que has quebrantado la ley, la buena noticia (el evangelio) llega
a ser muy real. (Hubo un tiempo en que, sin la ley, yo tenía vida; pero cuando
vino el mandamiento, cobró vida el pecado. Romanos 7:9 DHH)

Frases célebres:
"Satanás, el dios de toda disensión, incita a diario nuevas sectas, pero hay una,
la última de todas, la cual de todas las demás nunca preví o sospeche que
viniera a existir, él ha levantado una secta para enseñar... que los hombres no
deben ser aterrorizados por la Ley, sino que con cuidado, deben ser
exhortados por la predicación de la gracia de Cristo." MARTÍN LUTERO

Objeciones y respuesta bíblica:


¿Y que de los que nunca han oído de la ley de Dios y de los Diez
Mandamientos? ¿Se perderán también?

Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los
que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los
oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán
justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza
lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su
conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que
Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio. (Romanos 2:12-16 RV)

Además ¿Por qué te preocupas tanto por los que nunca han oído de la ley de
Dios? Preocúpate tú que los conoces y sabes que los has violado y
arrepiéntete y conviértete hoy para que sean perdonados tus
pecados. (Hechos 3:19)

El propósito de la Ley de Dios es demostrar nuestra condición de pecadores,


pero jamás el de salvarnos ni aun cumpliéndola completamente.
El principal propósito de la Ley de Dios es la de mostrar abiertamente nuestra
condición de pecadores inherente a nuestra condición humana. Todos somos
pecadores dice la Biblia y por eso no merecemos más que condenación y
muerte y Dios es consciente de eso, por lo tanto, y gracias a su
inconmensurable amor, permitió el sacrificio de su propio Hijo en la cruz para
salvarnos.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo Unigénito para que
todo aquel que en Él crea no se pierda, más tenga Vida Eterna”, Juan 3:16. Es
gracias a ese sacrificio, que Jesucristo abre para la humanidad, la oportunidad
de obtener la Vida Eterna, no de otro modo.
Ese es el significado de la Gracia, el hecho de recibir un premio (la Salvación),
sin merecerlo, aun siendo pecadores. Sin embargo, la Gracia no anula la Ley,
sino que la confirma, como un paso necesario para comprender nuestra
condición pecaminosa y reconocer la necesidad de un Salvador, pero además
para mostrarnos cómo vivir como verdaderos hijos de Dios, con una conducta
limpia y sin tacha, una vez reconocemos a Jesucristo como Nuestro Señor y
Salvador.
El propósito de la Ley de Dios
Charles Spurgeon decía: “El propósito de la Ley de Dios es la de guiar al
pecador a la fe en Cristo, al mostrarle la imposibilidad de que exista otro
camino. Es el perro negro que lleva la oveja hasta el pastor; es el ardiente calor
que lleva al viajero hasta la sombra de la gran roca. Sin el efecto mortal de la
Ley, nadie sentiría la necesidad de abandonarse a la misericordia de Cristo”.
Y el Dr. Bright fundador de la Cruzada Estudiantil dijo: “Dios nunca ha tenido la
intención de que los Diez Mandamientos actúen como un medio para ganarse la
Salvación. Lo que hace la Ley de Dios es proporcionarnos a los seres humanos
una manera de ver que somos inadecuados por completo para vivir a la altura
de sus normas. ¿Para quiénes es la Gracia de Dios? Para los pecadores”.
Sí, la Gracia es para los pecadores, quienes por transgredir la Ley perdimos la
Gloria de Dios, la Gloria que nos fue dada al crearnos, como lo afirma en
Romanos 3:23. Veamos pues cuál es el propósito de la Ley de Dios.
Cómo actúa la Ley de Dios
La Ley es un maestro, porque nos enseña que hacer y qué no, para luego
llevarnos a Cristo. El maestro enseña, educa e instruye. Es la ley la que nos da
el conocimiento del pecado, conocimiento que sin ella no tendríamos (Gálatas
3:24-25).
La ley es un espejo que muestra nuestras debilidades y transgresiones, es la
que refleja los estándares morales de Dios. Es como la luz que deja ver nuestra
condición de pecado (Romanos 7:7), para arrepentirnos y poner nuestra
confianza en Jesucristo. La Ley no salva, pero sí nos muestra nuestra condición
de pecado y sobre todo nuestra necesidad de un Salvador.
La Ley es un derrotero: Salmo 119:105 dice, “Lámpara es a mis pies tu palabra,
y lumbrera a mi camino”. La Ley es nuestro guía para vivir una vida buena y
placentera. Todo lo que necesitamos para tener estabilidad en nuestra vida lo
encontramos en la Palabra de Dios. Es nuestro manual de vida, son los
principios de Dios para nuestro bienestar. Para un buen matrimonio, para
educar bien a nuestros hijos, para tener negocios prósperos y seguros, y para
tener buenas relaciones con los demás.
Como vemos, el propósito de la Ley de Dios, no solamente es la de llevarnos a
Cristo, sino el de poner límites que establecen el orden en nuestra vida y por
ende en la sociedad. Es por eso que en los tiempos modernos en los que Dios
ha pasado de moda, sus principios se han desvirtuado dando como resultado el
mundo caído que conocemos hoy.
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podemos llevar la Palabra de Dios a todo rincón. Gracias.

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