Está en la página 1de 3

Lectura 3

Tipos de Carácter

El francés René Le Senne (1882-1954) estableció una clasificación de los caracteres


del ser humano. Para Le Senne, el carácter es “la estructura de las disposiciones que el
individuo posee por herencia y que forman su esqueleto mental”.
De este modo, incorpora a la noción de carácter elementos que hoy se consideran parte
del temperamento (como la influencia de la herencia genética).

La clasificación caracterológica de Le Senne es el resultado de la combinación de tres


propiedades fundamentales del carácter:

1. Nervioso
Las personas con este carácter tienden a mostrar un alto nivel de actividad, por lo
que se implican en muchos compromisos distintos, pese a que con frecuencia no los
mantienen el tiempo suficiente para culminarlos con éxito (o no organizan el tiempo de
forma adecuada a las exigencias de la tarea). En general suelen mostrarse abiertas en sus
relaciones sociales, por lo que les resulta sencillo forjar y mantener vínculos
interpersonales.
El estado de agitación al que están sometidos propicia un sustrato basal de hiperactivación
física, lo que puede traducirse en un riesgo de episodios ansiosos que dificultan los
procesos de toma de decisiones. Cuando finalmente se asume una alternativa de acción,
se objetiva dificultad para gestionar recursos y obtener el éxito en su tarea.
Como consecuencia de la interferencia de la hiperactivación, refieren dificultades sutiles
en funciones ejecutivas como la abstracción o el razonamiento, así como en la
memorización. No obstante, son personas con las que resulta sencillo mantener una
conversación y suelen mostrarse alegres ante los demás.
2. Sentimental
Las personas con este carácter son tímidas y disponen de una vida emocional
extensa, a la que dedican mucho tiempo y esfuerzo para su comprensión. Suelen preferir
los momentos de soledad, a los que recurren con frecuencia. En ocasiones pueden llegar
a parecer pesimistas a los demás, pues tienen una gran capacidad para proyectar su
realidad hacia escenarios ubicados en el futuro sin dejarse llevar por las esperanzas vanas.
Este carácter suele convivir con una falta de confianza notable en las propias capacidades
para lidiar con la adversidad, lo que se traduce en un discreto sentido de autoeficacia que
torpedea la motivación por emprender tareas novedosas o sobre las que se carezca de un
control absoluto.
Pese a la profundidad de su vida afectiva, esta tiende a mantenerse en un umbral de
estabilidad. En las relaciones con los demás destaca por acentuar la calidad de sus
vínculos, en contraposición a la cantidad.
3. Colérico
Las personas con carácter colérico tienen un patrón de experiencia similar a lo que en
tiempos más recientes se ha descrito como Tipo A.
Se implican constantemente en proyectos que requieren muchísimo de su tiempo,
por lo que viven acuciadas por la presión de las prisas y el rendimiento. Por otra parte,
pueden llegar a ser impetuosos en sus relaciones personales, reaccionando desde la
improvisación sin reservar el tiempo adecuado a pensar en las consecuencias de sus actos.
Además de esta tendencia a volcarse sobre numerosas actividades (que pueden llegar a
desbordarles), pueden mostrarse impacientes y reticentes a tolerar la frustración, por lo
que los obstáculos infligen un impacto negativo sobre su estado emocional y raramente
se embarcan en proyectos por los cuales no se sienten atraídos.
Por otra parte, se trata de personas profundamente implicadas en sus cometidos, muy
responsables, rebosantes de energía y con una gran pericia para resolver problemas que
se expresan con concreción.
4. Apasionado
Las personas apasionadas destacan por su alta emocionalidad y por su capacidad para
volcarse en un mundo de valores y proyectos personales de futuro. En apariencia se trata
de individuos muy independientes, decididos respecto al cumplimiento de sus metas y
con una gran capacidad de concentración cuando emprenden tareas que deben desarrollar
en solitario
En cuanto a su vida socioafectiva, tienden a mantener durante mucho tiempo emociones
difíciles que pudieran haberse desprendido de las interacciones negativas con su entorno,
mostrándose rencorosas y orgullosas, con dificultad para perdonar los agravios sufridos.
Por otra parte, se trata de personas muy productivas, que muestran un alto rendimiento
académico y laboral, y que pueden atisbar con meridiana claridad las consecuencias de
sus actos a medio y largo plazo.
5. Sanguíneo
Las personas con este carácter son optimistas en su modo de afrontar la vida, así
como cariñosas en sus relaciones, lo que a menudo les granjea una amplia red social.
Tienden a concentrarse en los objetivos a corto plazo, de los que se deriva un incentivo
casi inmediato, resultándoles difícil implicarse en proyectos cuyos beneficios se
obtendrán tras un periodo prolongado de esfuerzo activo. Son, por tanto, prácticos en su
manera de vivir y de gestionar las demandas ambientales inmediatas.
La dificultad para proyectarse hacia el futuro también redunda en una tendencia a concluir
prematuramente sus vínculos con los demás, por lo que estos raramente llegan a tener una
profundidad que alcance la intimidad (pese a ser numerosos). En ocasiones pueden
recurrir a la mentira o mostrarse poco solícitos en el supuesto de que una persona de su
entorno manifieste la necesidad de recibir una ayuda de mayor dimensión y compromiso.
6. Flemático
Las personas flemáticas son consideradas las más equilibradas, a tenor de la forma
en que se expresa su carácter. Así, son reflexivas en sus juicios interpersonales y se
muestran tranquilas en casi todo momento. En cuanto a sus propias responsabilidades,
son individuos ordenados y que siguen un plan de acción estructurado que garantiza el
cumplimiento de los tiempos. El estado de ánimo es constante, con pocos altibajos, por
lo que se adaptan con facilidad a entornos cambiantes o exigentes.
En momentos de alta activación emocional resultan poco expresivos, por lo que en
muchas ocasiones se debe inferir aquello que pueden estar sintiendo. Su alta contención,
en muchos ámbitos de la vida, puede conducirles a emitir juicios demasiado duros cuando
se sienten contrariados por la inestabilidad de los demás.
La constancia, el rigor, el orden y la anticipación son algunos de sus puntos más fuertes;
aunque pueden devenir en rigidez si no se aprende a regularlos apropiadamente.
7. Amorfo
Los individuos amorfos destacan por su gran inconsistencia y su notable
despreocupación. Se adhieren con dificultad a las normas de cortesía social; por lo que
con frecuencia son impuntuales en sus compromisos, perezosos en su emprendimiento y
carentes de la necesaria curiosidad para sentirse motivados.
Son caóticos en cuanto a la planificación de su futuro, evitando todo aquello que pudiera
suponer un esfuerzo e incluso delegando las responsabilidades personales en los demás.
Por otra parte, son amables y sinceros, con enorme capacidad para tolerar la diversidad y
valorar su importancia. En general viven la vida centrándose en el momento presente,
disfrutando de las cosas en el mismo instante en el que están sucediendo. Su
improvisación en la vida, así como su despreocupación, les permite tener pocos
problemas; pero también les impele a poseer un discretísimo sentido de la ambición.
8. Apático
Las personas apáticas tienden a sumergirse de forma constante en un estado de gran
melancolía, como si añoraran tiempos que ya no les corresponde vivir.
En su vida cotidiana forjan unos márgenes de acción angostos, por lo que la rutina tiende
a engullirlos. No se sienten suficientemente motivados por innovar en ningún ámbito de
su vida. Su pensamiento es convencional y carente de imaginación, y muestran una
aparente indiferencia ante las contingencias ambientales positivas.
El estilo de vida que se imponen a menudo deriva en el conformismo y la sensación de
estancamiento, pero este no suele resultarles molesto o incómodo. No es fácil que
muestren interés en desarrollar actividades compartidas. Su naturaleza es
extremadamente tranquila, y aunque a veces atraviesan por altibajos en su vida afectiva,
resultan individuos dignos de confianza.

También podría gustarte