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Universidad de Guayaquil

Facultad Piloto de Odontología

Dra. Elsa Aroni

Docente-jefe de área de Psicología aplicada a la Odontología

Tema: Trastorno Esquizotípico de la Personalidad

Estudiante: Alisson Andrea Alban Guijarro

3er semestre Paralelo 4

CI – 2023-2024
Trastorno Esquizotípico de la Personalidad

El Trastorno Esquizotípico de la Personalidad es un trastorno perteneciente al

"Cluster A" de los trastornos de personalidad, que ha sido objeto de investigación durante

mucho tiempo. Se caracteriza por un patrón general de malestar en las relaciones

personales, baja sociabilidad, distorsión cognitiva y perceptiva, así como conductas

excéntricas. Esta condición generalmente se manifiesta desde una edad temprana,

específicamente en la adultez temprana, y se manifiesta con un evidente déficit en la

integración social debido a las ideas de referencia que estos individuos desarrollan. Las

ideas de referencia se refieren a interpretaciones incorrectas e inusuales que toman desde

su subjetividad.

El trastorno esquizotípico implica alteraciones en el pensamiento y desarrollo

cognitivo, lo que lleva a la aparición de ideas delirantes, pensamiento mágico y una

inclinación hacia lo supersticioso, como creer en charlatanería, cartas del tarot o

astrología. Debido a su relación con la esquizofrenia, algunas de sus características se

asemejan a esta enfermedad.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV),

las personas con trastorno esquizotípico de la personalidad suelen presentar

características como ideas delirantes y paranoides, desconfianza en los demás,

habilidades socioafectivas limitadas y dificultades en el desarrollo del pensamiento

abstracto. También pueden experimentar alteraciones perceptivas y presentar un lenguaje

vago. Un aspecto clave es la presencia de alucinaciones tanto visuales como auditivas,

que son percepciones aparentes de objetos externos inexistentes en realidad.


Las alucinaciones pueden ser causadas por daños en las redes corticales

vinculadas a los sistemas sensoriales de la visión y la audición, alteraciones estructurales

del sistema nervioso central o anomalías y lesiones en los sistemas visuales o auditivos.

La importancia de la investigación sobre los trastornos de personalidad del

"Cluster A" radica en que afectan áreas cognitivas, afectivas, de actividad interpersonal y

del control de los impulsos. Por ello, se busca comprender en profundidad el trastorno

esquizotípico, incluyendo los criterios de diagnóstico, la sintomatología, la intervención

y la relación de la biología y neurobiología con el trastorno, entre otros factores. Los

clínicos deben estudiar a fondo estas áreas cerebrales del individuo para una mejor

evaluación y tratamiento del Trastorno Esquizotípico de la Personalidad.

El trastorno esquizotípico se diagnostica según el DSM-IV y V por la presencia

de características como ideas de referencia, creencias extrañas y pensamiento mágico,

pensamiento y lenguaje inusuales, pensamiento paranoide con ideas delirantes,

alteraciones perceptivas, ansiedad en relaciones sociales, comportamiento excéntrico y

falta de amigos íntimos.

El CIE-10 no lo considera un trastorno de personalidad independiente, sino que lo

incluye junto a la esquizofrenia y el trastorno delirante debido a su etiología similar con

la esquizofrenia. Para diagnosticarlo, se observan características como afectividad fría,

comportamientos excéntricos, relaciones sociales nulas o pobres, y comienzo de ideas

paranoides y creencias paranormales.

El trastorno esquizotípico se caracteriza por una serie de síntomas que son

identificados en los manuales de diagnóstico, DSM-IV y DSM-V. Estos síntomas

incluyen:
 Ser solitario y tener pocas o ninguna amistad íntima fuera

de la familia.

 Interpretar erróneamente los acontecimientos y tener

pensamientos, creencias o gestos inusuales y excéntricos.

 Creer en poderes especiales como telepatía o

supersticiones.

 Experimentar ansiedad social persistente y excesiva.

 Además de estos síntomas, también pueden presentarse

estados depresivos y ansiedad, así como pensamientos delirantes y

sospechosos.

El DSM-IV y DSM-V enfatizan la relación de estos síntomas con otros trastornos,

como la asociación de la esquizotipia con estados depresivos mayores y otros trastornos

del CLUSTER A (trastornos de personalidad del grupo A). También se considera la

influencia de factores culturales, religiosos, edad y sexo en la manifestación de los

síntomas.

En el caso del DSM-V, se busca una descripción más precisa de la sintomatología

para lograr un diagnóstico acertado, teniendo en cuenta las diferencias y vertientes entre

las distintas versiones del DSM.

El trastorno esquizotípico de la personalidad presenta diversas características

clínicas que son típicas en las personas afectadas:


Ansiedad de despersonalización, pensamiento mágico, ideas de referencia o

paranoides: Los individuos esquizotípicos pueden experimentar estados de

despersonalización en los cuales se desconectan de su entorno y pueden tener

pensamientos mágicos o interpretar eventos como si tuvieran significados especiales para

ellos, lo que incluye ideas de referencia (sentir que los acontecimientos externos están

relacionados con ellos) o pensamientos paranoides (ideas delirantes).

Autismo y disfunción cognitiva: Los esquizotípicos pueden tener dificultades para

relacionarse y estructurar sus pensamientos y lenguaje, lo que resulta en comportamientos

sociales deficientes. También pueden experimentar problemas en el desarrollo de

habilidades sociales.

Emociones depresivo-paranoides: Estas personas pueden tener emociones

variadas, pero tienden a ser predominantemente de tipo depresivo o paranoide.

La biología moderna y la neurobiología del trastorno esquizotípico se relacionan

con áreas cerebrales como el lóbulo frontal, área prefrontal, corteza orbitofrontal y otras,

que están implicadas en aspectos cognitivos, conductuales y emocionales. La genética y

la etiología del trastorno están relacionadas con la esquizofrenia, lo que sugiere una

predisposición a desarrollarla.

En cuanto a la "hipótesis de hiperactividad dopaminérgica", se refiere a los

desequilibrios de dopamina en el cerebro, que están asociados con síntomas psicóticos.


El trastorno esquizotípico se vincula a diversas vías dopaminérgicas, como la

mesolímbica, estriada, mesocortical y tuberoinfundibular, las cuales juegan un papel en

la regulación de las emociones, funciones cognitivas y la secreción de prolactina en el

cerebro.

Presenta características clínicas específicas relacionadas con sus síntomas, así

como una base biológica y neurobiológica que lo vincula con la esquizofrenia y su

sintomatología.

También se asocia con alucinaciones auditivas y visuales, lo que lo relaciona con

la esquizofrenia. Las alucinaciones visuales en el TEP se deben a alteraciones

estructurales del sistema nervioso central (SNC), mientras que las alucinaciones auditivas

se deben a incrementos en la actividad de las redes corticales relacionadas con la audición.

Las alucinaciones visuales son percepciones erróneas de imágenes del entorno que

afectan la percepción visual del individuo. Es crucial identificar las causas de esta

patología y estudiar las afecciones que afectan al SNC, así como los agentes

neuroquímicos y eléctricos implicados en la alteración de los estímulos sensoriales.

Las causas de las alucinaciones visuales pueden estar relacionadas con lesiones

oculares o daños en el SNC, ya sea de forma estructural o cortical. Además, el consumo

de sustancias como alcohol, drogas (como la cocaína) y alucinógenos, así como el uso

excesivo de ciertos fármacos, pueden desencadenar alucinaciones visuales debido a los

daños que provocan en el SNC y el sistema visual.

Las alucinaciones auditivas son percepciones irreales de sonidos que se

experimentan a través del sistema auditivo. En el caso del Trastorno Esquizotípico de la

Personalidad (TEP), las alucinaciones auditivas funcionales se basan en estímulos


externos, y su etiología determina la naturaleza de los sonidos percibidos, pudiendo

incluir pensamientos e ideas negativas.

La presencia de alucinaciones auditivas indica la activación de áreas cerebrales

específicas, como la corteza auditiva primaria, la corteza prefrontal dorsolateral y la

corteza cingulada anterior.

Las causas de las alucinaciones auditivas pueden ser diversas y se relacionan con

trastornos como psicosis, esquizofrenia, esquizotipia, entre otros. Entre las principales

causas se encuentran la epilepsia del lóbulo temporal, el consumo de alucinógenos,

demencias, la abstinencia de alcohol, la presencia de psicosis y depresiones graves,

lesiones cerebrales y eventos isquémicos, entre otros.

Además de las enfermedades mencionadas, otras condiciones físicas, como el

cáncer, la encefalitis, la migraña hemipléjica y los accidentes cardiovasculares, también

pueden causar alucinaciones auditivas, aunque con menor frecuencia.

La importancia de las áreas cerebrales involucradas en el procesamiento de la

información radica en que la alteración de alguna de estas áreas puede resultar en

anomalías en las regiones responsables de la audición, dando lugar a alucinaciones

auditivas.

Por lo tanto, es esencial identificar las áreas del cerebro y del lenguaje que están

implicadas en estas alteraciones de la percepción auditiva para comprender mejor su

origen y tratamiento.

Concluimos que, el TEP se asocia con alucinaciones auditivas y visuales, siendo

estas últimas consecuencias de alteraciones en el SNC y el sistema visual, así como del

consumo de sustancias. Es fundamental comprender las causas de estas alucinaciones

para un adecuado diagnóstico y tratamiento del trastorno. Los trastornos de personalidad


del CLUSTER A, en especial el Trastorno Esquizotípico de la Personalidad (TEP), han

sido objeto de frecuente estudio. Debido a la relación que tiene con la esquizofrenia,

comparte características similares, lo que resalta la importancia de identificar su

sintomatología según los criterios del DSM IV y V.

Es fundamental también comprender la relevancia de las áreas cerebrales

involucradas, como el lóbulo temporal, frontal prefrontal, entre otras, ya que desempeñan

un papel crucial en la esquizotipia y las afectaciones que experimenta el individuo con

TEP. Este conocimiento es clave para lograr un adecuado diagnóstico, evaluación y

tratamiento del trastorno de personalidad, además de considerar la etiología y prevalencia

en los estudios del TEP.

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