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Mayordomía Cristiana

Cual es tu propósito y responsabilidad

La mayordomía cristiana es un concepto fundamental para la fe de todo creyente.


Se basa en la comprensión de que todos los aspectos de nuestra existencia son
un regalo de Dios, y que debemos administrarlos de manera responsable y
consciente. En este artículo, exploraremos las características de la mayordomía
cristiana, los principios bíblicos que la respaldan, la importancia del diezmo y las
ofrendas, cómo ser un buen mayordomo según la Biblia, ejemplos de
mayordomía cristiana y las tentaciones que podemos enfrentar en este ámbito.
Índice()
1. Características de la mayordomía cristiana
2. ¿Cuáles son los principios bíblicos de la mayordomía cristiana?
3. ¿Qué es el diezmo y las ofrendas en la mayordomía cristiana?
4. ¿Qué es ser un buen mayordomo según la Biblia?
1. Ejemplos de mayordomía cristiana
5. ¿Cuáles son las tentaciones en la mayordomía cristiana?

La mayordomía cristiana se caracteriza por varias características fundamentales:


 Reconocimiento de la soberanía de Dios: Los creyentes comprenden que
Dios es el dueño supremo de todas las cosas. Reconocen que todo lo que
tienen y son proviene de Él y, por lo tanto, están dispuestos a utilizar sus
recursos de acuerdo con su voluntad y propósito.
 Responsabilidad y diligencia: Los buenos mayordomos cristianos son
responsables y diligentes en la administración de lo que se les ha confiado.
Son conscientes de que deben rendir cuentas a Dios por el uso que hacen de
sus talentos, tiempo, finanzas y relaciones.
 Generosidad: Los mayordomos cristianos practican la generosidad y la
compasión. Están dispuestos a ayudar a los demás, especialmente a aquellos
que se encuentran en situaciones de necesidad, compartiendo sus recursos y
bendiciones. Entienden que ser generosos es un reflejo del carácter amoroso
de Dios.
 Integridad y honestidad: Los buenos mayordomos cristianos viven con
integridad y honestidad en todas sus transacciones y relaciones. Reconocen
que deben ser buenos administradores tanto en las cosas pequeñas como en
las grandes, y buscan honrar a Dios en todo lo que hacen.
 Administración sabia: La mayordomía cristiana implica una
administración sabia de los recursos. Los creyentes se esfuerzan por tomar
decisiones prudentes y basadas en principios bíblicos en cuanto a sus
finanzas, tiempo y energía. Buscan maximizar el impacto de sus recursos en
la obra de Dios y en el servicio a los demás.

Los principios bíblicos de la mayordomía cristiana

Los principios bíblicos de la mayordomía cristiana se encuentran en las


enseñanzas de la Biblia y proporcionan pautas claras sobre cómo vivir como
buenos mayordomos. Aquí se exponen algunos de los principios básicos, entre
ellos:
 El amor a Dios por encima de todo: Jesús enseñó que el mandato más
importante es amar a Dios con todo nuestro ser (Mateo 22,37). Como
mayordomos cristianos, reconocemos que nuestro amor y devoción a Dios
deben ser la prioridad principal en nuestra vida. Todo lo que hacemos y
poseemos debe estar sujeto a este amor y dedicación a Él.
 Amar al prójimo como a uno mismo: Jesús también nos enseñó a amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22,39). Es necesario que
tratemos a las demás personas con amabilidad, empatía y actitud generosa.
Como mayordomos, debemos estar dispuestos a ayudar y servir a los
demás, reconociendo que todas las personas son amadas y valiosas para
Dios.
 Buscar primero el reino de Dios: Jesús nos animó a buscar primero
el reino de Dios y su justicia, confiando en que Dios suplirá todas nuestras
necesidades (Mateo 6,33). Como mayordomos cristianos, debemos priorizar
nuestra relación con Dios y su obra en el mundo. Esto implica invertir
nuestros recursos, tiempo y energía en actividades y proyectos que
promuevan el crecimiento del reino de Dios.
 Fidelidad en la administración: En Mateo 25,14-30 se encuentra la
parábola de los talentos, que nos muestra la relevancia de ser leales en la
gestión de los talentos y recursos que Dios nos ha otorgado. Como buenos
mayordomos, debemos utilizar sabiamente nuestros talentos, tiempo,
finanzas y oportunidades para glorificar a Dios y servir a los demás.
 Vivir en obediencia a los mandamientos y principios bíblicos: Los
principios y directrices para llevar una vida de mayordomía cristiana están
claramente establecidos en la Palabra de Dios. Esto incluye vivir en
obediencia a los mandamientos de Dios, como amar a nuestro prójimo, ser
honestos, evitar la codicia y buscar la justicia. Demostramos nuestro
compromiso con Dios y su plan para nuestras vidas al vivir de acuerdo con
los principios bíblicos.
Existen diversos principios bíblicos que rigen la mayordomía cristiana. La Biblia
ofrece numerosas enseñanzas acerca de nuestra responsabilidad como
administradores de los dones concedidos por Dios. Al profundizar en el estudio y
la reflexión de la Palabra divina, podemos descubrir aún más principios que nos
orienten en nuestra labor como mayordomos.

El diezmo y las ofrendas en la mayordomía cristiana

En la mayordomía cristiana, el diezmo y las ofrendas son dos aspectos


importantes y distintivos de la forma en que los creyentes administran sus
recursos financieros en respuesta a la generosidad de Dios.
Aquí está una explicación de cada uno:
 Diezmo: El diezmo es el acto de entregar el 10% de los ingresos a la iglesia
o al ministerio como una expresión de gratitud y fidelidad a Dios. La
práctica del diezmo se origina en el Antiguo Testamento, donde se
establece como un mandato para el pueblo de Israel. En Malaquías 3,10.
Dios les insta a traer todos los diezmos a la casa del tesoro, y promete
bendiciones para aquellos que obedecen en esta área. En el Nuevo
Testamento, aunque no se menciona explícitamente la obligación
del diezmo, Jesús y los apóstoles respaldaron la idea de apoyar
financieramente a la obra de Dios (Mateo 23, 23; 1 Corintios 16,2). Honrar
a Dios como proveedor y reconocer que todo lo que tenemos proviene de Él
es el propósito del diezmo.
 Ofrendas: Las ofrendas son donaciones voluntarias que los creyentes
realizan más allá del diezmo. Es posible hacer aportes mediante la entrega
de dinero, objetos materiales o mediante la dedicación de tiempo y
habilidades. Las ofrendas se dan con un espíritu de generosidad y sacrificio,
y se utilizan para apoyar el ministerio de la iglesia, las misiones, el cuidado
de los necesitados y otras obras benéficas. La Biblia enseña que Dios ama
al dador alegre y generoso (2 Corintios 9,7), y que las ofrendas son una
oportunidad para sembrar en el reino de Dios y bendecir a otros.

Tanto el diezmo como las ofrendas son formas prácticas de poner en práctica la
mayordomía cristiana en el área financiera. Son una manera de mostrar gratitud
a Dios, apoyar el ministerio de la iglesia y participar en la obra de Dios en el
mundo. Sin embargo, es importante destacar que la mayordomía cristiana no se
limita solo a los aspectos financieros, sino que abarca todos los aspectos de la
vida y la administración responsable de los recursos que Dios nos ha dado.

Un buen mayordomo según la Biblia

Vivir según los principios y enseñanzas de las Escrituras es lo que implica ser
un buen mayordomo según la Biblia. Aquí hay algunos aspectos clave que
definen a un buen mayordomo según la Biblia:
 Reconocer a Dios como el dueño: Un buen mayordomo reconoce que todo
lo que tiene y es proviene de Dios. Es necesario adoptar una actitud
humilde y agradecida, reconociendo que tenemos la responsabilidad de
administrar los recursos que se nos han confiado por parte de Dios.
 Administrar sabiamente los recursos: Un buen mayordomo es diligente
en la administración de los recursos que ha recibido. Un buen administrador
no solo considera los recursos financieros, sino también el tiempo, las
habilidades, los talentos y las relaciones. Su objetivo es utilizar estos
recursos de manera sabia, teniendo en cuenta los principios y propósitos de
Dios.
 Ser fiel y responsable: Un buen mayordomo es fiel y responsable en el
cuidado de lo que se le ha confiado. Esto implica ser confiable y cumplir
con los compromisos asumidos. Además, implica hacer elecciones morales
y equitativas en todos los aspectos de la existencia.
 Vivir en obediencia a los mandamientos: Vivir en obediencia a los
mandamientos y principios bíblicos es lo que busca un buen
mayordomo. Esto implica seguir las enseñanzas de Jesús y aplicar los
valores y principios de la Palabra de Dios en todas las áreas de la vida.
 Practicar la generosidad: Un buen mayordomo practica la generosidad.
Significa estar dispuesto a compartir y brindar ayuda a aquellos que más lo
necesitan. La generosidad es un reflejo del carácter amoroso y generoso de
Dios, y un buen mayordomo busca imitar ese carácter en su vida.
 Buscar el reino de Dios: En su vida, un buen mayordomo da prioridad al
reino de Dios. Esto implica buscar primero el reino de Dios y su justicia, y
estar dispuesto a invertir tiempo, energía y recursos en actividades y
proyectos que promuevan el crecimiento del reino de Dios en la Tierra.

Ejemplos de mayordomía cristiana


Hay muchos ejemplos de mayordomía cristiana que reflejan la responsabilidad
y la dedicación en la administración de los recursos que Dios nos ha dado.
Algunos ejemplos concretos son:
 Dedicar tiempo regularmente a la oración y estudio de la Biblia.

 Participar activamente en el servicio y ministerio de la iglesia.


 Contribuir regularmente con el diezmo y ofrendas para apoyar la obra de
Dios.
 Ser solidario con las personas que necesitan ayuda y mostrar generosidad
hacia aquellos que están atravesando situaciones difíciles.
 Servir a los demás y glorificar a Dios mediante el uso de nuestros talentos y
habilidades.
 Cuidar el cuerpo como un templo de Dios, manteniendo una buena salud
física y mental.
 Ser responsable con las finanzas, evitando deudas innecesarias y viviendo
dentro de los medios económicos.
 Ser un buen administrador del tiempo, asignando tiempo para el descanso,
el trabajo, la familia y las responsabilidades espirituales.
 Es importante tratar nuestro cuerpo con respeto y cuidado, ya que es un
regalo divino. Esto implica mantener una salud óptima tanto física como
mental.
 Vivir una vida de integridad y honradez en todas las áreas de la vida, siendo
testimonio de Cristo en el mundo.
Estos ejemplos ilustran cómo la mayordomía cristiana se aplica en diferentes
aspectos de la vida diaria y cómo podemos vivir de manera consciente y
responsable en relación con los recursos y dones que Dios nos ha confiado.

Las tentaciones en la mayordomía cristiana

En la mayordomía cristiana, existen diversas tentaciones que pueden afectar la


forma en que administramos nuestros recursos y cumplimos con nuestras
responsabilidades como mayordomos.
Algunas de estas tentaciones son:
1. Codicia y avaricia: La tentación de buscar acumular riquezas y bienes
materiales de manera desmedida puede desviar nuestra atención del
propósito de ser buenos administradores de lo que Dios nos ha dado.
2. Egoísmo y falta de generosidad: La tentación de poner nuestros propios
intereses y necesidades por encima de los demás, y de no ser generosos en
compartir nuestros recursos con aquellos que están en necesidad.
3. Falta de diligencia y negligencia: La tentación de descuidar nuestras
responsabilidades y no ser diligentes en la administración de nuestros
recursos, ya sea el tiempo, el dinero o los talentos que Dios nos ha dado.
4. Mal uso de los recursos: La tentación de utilizar nuestros recursos de
manera irresponsable, ya sea gastando en cosas innecesarias o participando
en comportamientos que no honran a Dios.
5. Falta de gratitud: La tentación de no reconocer y valorar adecuadamente
los recursos que Dios nos ha dado, olvidando que todo proviene de Él.
6. Comparación y envidia: La tentación de compararnos con otros y envidiar
lo que tienen, lo que puede llevarnos a una actitud de insatisfacción y
descontento con lo que Dios nos ha dado.
Es crucial tener conciencia de estas tentaciones y permanecer atentos para poder
resistirlas. La oración, el estudio de la Palabra de Dios y el buscar el consejo y
la rendición de cuentas de otros creyentes pueden ayudarnos a mantenernos
firmes en nuestra mayordomía cristiana y superar estas tentaciones.

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