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Mayordomía Cristiana
Mayordomía Cristiana
Tanto el diezmo como las ofrendas son formas prácticas de poner en práctica la
mayordomía cristiana en el área financiera. Son una manera de mostrar gratitud
a Dios, apoyar el ministerio de la iglesia y participar en la obra de Dios en el
mundo. Sin embargo, es importante destacar que la mayordomía cristiana no se
limita solo a los aspectos financieros, sino que abarca todos los aspectos de la
vida y la administración responsable de los recursos que Dios nos ha dado.
Vivir según los principios y enseñanzas de las Escrituras es lo que implica ser
un buen mayordomo según la Biblia. Aquí hay algunos aspectos clave que
definen a un buen mayordomo según la Biblia:
Reconocer a Dios como el dueño: Un buen mayordomo reconoce que todo
lo que tiene y es proviene de Dios. Es necesario adoptar una actitud
humilde y agradecida, reconociendo que tenemos la responsabilidad de
administrar los recursos que se nos han confiado por parte de Dios.
Administrar sabiamente los recursos: Un buen mayordomo es diligente
en la administración de los recursos que ha recibido. Un buen administrador
no solo considera los recursos financieros, sino también el tiempo, las
habilidades, los talentos y las relaciones. Su objetivo es utilizar estos
recursos de manera sabia, teniendo en cuenta los principios y propósitos de
Dios.
Ser fiel y responsable: Un buen mayordomo es fiel y responsable en el
cuidado de lo que se le ha confiado. Esto implica ser confiable y cumplir
con los compromisos asumidos. Además, implica hacer elecciones morales
y equitativas en todos los aspectos de la existencia.
Vivir en obediencia a los mandamientos: Vivir en obediencia a los
mandamientos y principios bíblicos es lo que busca un buen
mayordomo. Esto implica seguir las enseñanzas de Jesús y aplicar los
valores y principios de la Palabra de Dios en todas las áreas de la vida.
Practicar la generosidad: Un buen mayordomo practica la generosidad.
Significa estar dispuesto a compartir y brindar ayuda a aquellos que más lo
necesitan. La generosidad es un reflejo del carácter amoroso y generoso de
Dios, y un buen mayordomo busca imitar ese carácter en su vida.
Buscar el reino de Dios: En su vida, un buen mayordomo da prioridad al
reino de Dios. Esto implica buscar primero el reino de Dios y su justicia, y
estar dispuesto a invertir tiempo, energía y recursos en actividades y
proyectos que promuevan el crecimiento del reino de Dios en la Tierra.