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Universidad Pedagógica Nacional

Facultad de educación
Lic. Educación infantil
2022 - 1

Equipo de trabajo: Tatiana Triviño Sánchez - Kaory Poveda Largo


Taller: Fase 2 - Interacciones y relaciones sociales de los niños en Jardín las Mariposas

Siendo las interacciones una relación dada desde diversas dimensiones, como lo puede ser
desde una interacción para con el otro, es decir, con otras personas. Como también, y desde
una etapa muy inicial y mucho antes de interactuar directamente con una persona
comenzamos desde los objetos, incluso nuestro propio cuerpo se convierte en el primer ente
de exploración e interacción el cual experimentamos. Es por ello, que un bebé
progresivamente irá descubriendo nuevas partes de su cuerpo, en un primer momento
viéndolas como una protuberancia ajena, hasta después reconocerlas y apropiarse de ellas
y sentirlas como parte de sí.

Dicho proceso es fundamental para posteriores relaciones que el niño haga con el objeto, el
entorno material y con los sujetos que le rodean. Teniendo claro que las interacciones se
abren puerta desde la etapa inicial; lo primero es reconocer que es la infancia y cómo se
percibe dentro del contexto escolar en el que nos encontramos:

“Periodo de tiempo en donde el ser humano pasa por diferentes etapas tanto de
aprendizaje como físico, que a lo largo del tiempo se ven reflejados en su
temperamento, normas y convivencia social, esta etapa es una de las más importantes
ya que se crean valores, estilos de aprendizaje y pautas de crianza que serán de gran
utilidad para la vida adulta.” (Pág. 4. Proyecto pedagógico MPM, 2022)

Teniendo claro el rol de la infancia, y, sobre todo, de la educación de la misma para la


construcción de sociedad y humanidad es que logramos adentrarnos al contenido de las
interacciones que niños y niñas generan desde su niñez, ya que es a partir de dichas relaciones
que el sujeto en formación se identificará y reconocerá así mismo como parte de una sociedad
y se constituirán las bases de unas sanas relaciones con óptimas habilidades de inteligencia
emocional y resolución de conflictos. En pocas palabras, gracias a dichas interacciones es que
el niño aprende a vivir y convivir en sociedad.

Dejando de lado las acciones egocentristas, y la agresividad que en algunos casos gracias a la
imitación que el niño realiza frente a la cotidianidad de su hogar, lo que ve y vive en casa,
traen al jardín y los consideran “correcto”. Es allí, donde la maestra y el maestro cumplen un
rol fundamental dentro de las interacciones que realizan los individuos, pues éste se convierte
en un(a) mediador(a) para dar diferentes posibilidades a los niños de solucionar altercados
y/o disgustos entre pares. No obstante, y sin perder de vista su saber pedagógico, siendo
consciente de que el egocentrismo es natural en la primera infancia, puesto que él llega al
mundo viendo desde su propia perspectiva, sintiéndose único en el entorno y comprendiendo
los estímulos netamente desde él. Sin tener en cuenta al otro como un sujeto que también
tiene necesidades físicas y afectivas, es por ello por lo que el estudio de la maestra formará a
los niños en la empatía y la comprensión del otro. Creando en el niño valores éticos donde se
manifiesten sus derechos y posibilidades, pero también el reconocimiento de la línea a
respetar, la cual separa sus necesidades y derechos de los de los demás. Básicamente, el niño
comprenderá que donde terminan sus derechos empiezan, los de los demás.

Ahora bien, en el contexto original y adentrándonos a las dinámicas del “Jardín Las
Mariposas”. Se percibe desde un principio una apuesta por la creación y el mantenimiento de
hábitos y rutinas. Claramente, sin perder de vista la bases que el jardín plantea: Siendo ellos
un 50% y la otra mitad las harán las dinámicas y la responsividad familiar, para lograr la
adaptación de los niños a una rutina en específico. El tema de la familia no es un asunto
menor para el jardín, puesto que le atribuye la mitad de la responsabilidad sobre el desarrollo
y aprendizaje de sus hijos. Puesto que sin ella no sería posible que las habilidades sociales y
el óptimo desempeño de relaciones sociales se consigan construir, ya que para el jardín la
familia es el primer ente de socialización y el puente para los demás entes. Es el primer
propiciador de las primeras experiencias del niño. Por ende, dará valor y será el punto de
referencia que el niño tendrá en cuanto a las normas, valores y ética.
Gracias a la convención de las rutinas, los niños y las niñas aprenderán que hay espacios
determinados para determinadas actividades. Que, si bien existirán momentos en que tendrá
espacios libres de lúdica y movimiento, también entenderá que cuando los espacios no estén
diseñados para un juego libre, sino que trate de seguir algunas indicaciones, el niño sea capaz
de atender y adaptarse a cada uno de los ambientes que en el jardín se vea expuesto, y a los
contextos que en su vida cotidiana se enfrentará.
Por lo tanto, es posible afirmar que las interacciones que el niño ve a la hora de la llegada
entre sus padres y la maestra, como también la de la maestra con él; hacen parte del trabajo
pedagógico rutinario. Además, del tiempo que se le brinda al niño para el juego y la
interacción con sus pares antes de la hora del desayuno abre la sesión con un ritual de
bienvenida, abierto y amplio a las disposiciones de cada niño y niña. Preparándolo para un
segundo momento, donde deberá permanecer sentado y tranquilo mientras consume su
desayuno.

Durante el tiempo de juego libre, entre pares se ve el ánimo de nuevas posibilidades de juego
y objetos. De manera autónoma e independiente el niño busca en qué invertir su tiempo, y
solo pide ayuda del mediador para la facilitación de los objetos que no estén al alcance de él,
o que quizá requiera del adulto para la solución de conflictos con alguno de sus pares. Algunos
deciden un juego aislado, teniendo interacción únicamente con el objeto. Mientras que otros,
deciden agruparse para realizar un mismo juego, o entre todos jugar con un solo objeto. Este
caso lo vemos sobre todo entre los niños un poco más grandes +2 años. Logrando potenciar
sus habilidades empáticas, pues comenzará a ser consciente de la espera de turnos y el
respeto por el otro.

La interacción se convierte entonces en una de las dimensiones más primordiales a


desarrollar, ya que un niño que no sea capaz de crear relaciones sociales se le dificultará en
gran medida adaptarse al mundo social. Es decir, para desarrollarse como sujeto. Es de tener
en cuenta que estos procesos de desarrollo no son lineales, ni se dan de manera esporádica
e inmediata. Requiere de tiempo y paciencia respecto a los tiempos y ritmos de los niños.

Y con el fin de potenciar dicho desarrollo, el jardín consta de un modelo basado en la


exploración del medio, la autonomía y la expresión creativa. El cual denominan modelo
“sentipensante”, haciendo uso de los diferentes escenarios y materiales de los cuales dispone
el jardín para realizar las actividades pedagógicas, las cuales se dan inicio aproximadamente
a las 9:00 am hasta las 11:00 am.
Para las actividades pedagógicas, las maestras titulares ya deberán tener a la mano la
planeación y los objetos a utilizar, mediando siempre por el orden, el cuidado del objeto, del
otro y de sí mismo. No obstante, sin detener la libre expresión (segura) con el otro. Ya que
estos ambientes son diseñados para que la interacción sí o sí se deba dar. Pues no son
actividades individuales ni abandonadas. Sino que la maestra siempre está a disposición del
niño, y éste creando nuevas posibilidades de juego con el otro o incluso corrigiendo las malas
conductas que puede cometer alguno de sus compañeros. Pero, siempre el niño está
interactuando con el adulto, ya que constantemente busca su atención y la mirada del adulto.
No suele ser de su agrado que la maestra se aleje por mucho tiempo, o que los deje en un
aula solos. Así que la interacción con el adulto es muy dinámica, al mismo tiempo que con las
maestras en formación, al ellos sentir una presencia extraña pero nueva, les causa curiosidad
y quieren experimentar y conocer.

Para dar paso a las interacciones entre pares, generalmente se realizan actividades de tipo
asamblea, talleres o rincones dando paso a sesiones de juego heurístico o también la dinámico
de “el cesto de los tesoros” dese los diferentes espacios especializados, como lo pueden ser
los espacios cerrados: Gimnasio, sala de lectura, casa del árbol, entre otros. O como también
puede ser en lugares abiertos y extensos, la huerta o el parque de arena. Espacios donde los
niños generalmente se sienten más a gusto. Contribuyendo así a la exploración del medio y
el entorno. Poco a poco mientras el niño se apropia del lugar, se sentirá más cómodo y dará
paso a nuevas y mejores interacciones con sus pares.
Los niños, al igual que el adulto necesitan de ese proceso de adaptación, que, si bien algunos
se adaptan con mayor facilidad que otros, todos terminarán apropiándose de su jardín e
interactuando con los pares y los objetos que dispone. De hecho, los niños nuevos que recién
comienzan a separarse de sus padres los objetos del jardín son quienes le dan la bienvenida
y logran consolarlo. Pues él con ellos hallará un lugar seguro, hasta que definitivamente logre
desenvolverse con los demás compañeros de clase.

Por otra parte, el desinterés de los niños en un corto lapso de tiempo es bastante común, por
lo que desde las habilidades sociales e imaginativas que ha venido constituyendo, él mismo
logrará encontrar otro objeto o persona con la cual interactuar. En el caso particular de luna
creciente, los niños si bien poco ocurre un juego grupal (al menos de dos pares), NO se alejan
de los compañeros de clase que ya conocen, a pesar de estar en un juego individual su zona
segura también es el aula que conoce y lo compañeros con las cuales poco o mucho ha
interactuado.

Finalmente, para finalizar las sesiones pedagógicas, todos los niños se unen para organizar y
dejar el salón tal cual lo encontraron. Para posteriormente, poder ir a la zona de alimentos y
consumir si almuerzo. En este último momento, también está la interacción presente. Al
expresar o comunicar su gusto o disgusto frente a la comida con sus pares y con el/la
maestr@. O también, a la hora del juego cuando se percibe que los niños de grupos más
grandes se llaman entre sí para poder jugar todos unidos.

Según su proyecto pedagógico, quedan las siguientes interrogantes ¿Se ve una perspectiva
sociocrítica? y ¿Es notoria la inclusión que firma tener el ICBF?

El jardín apuesta por, y cumple la potencialización de las habilidades sociales de los niños,
para con la familia, los pares, los/ las maestras. Pues en cada uno de los momentos
pedagógicos incluyendo las rutinas de entrada y salida, se percibe una gran y armoniosa
interacción entre cada uno de los niños. Gracias a estos procesos que ha desempeñado el
jardín, se destaca una rápida comprensión y saber del niño para lograr expresarse y
comunicarse con el fin de dar a entender sus necesidades físicas y afectivas. Como lo es el
caso de los gemelos (Martín y Santiago - Luna creciente) con quienes apenas comenzaron a
caminar están logrando un control de esfínteres con palabras y sonidos que ya los gemelos
son capaces de reconocer, y que saben manejar. O, generalizando, la rápida adaptación de
los niños del grupo a nosotras las practicantes, el desenvolvimiento ocurrió casi que de un día
para otro. Por tanto, demuestra unos ágiles proceso de adaptación y comprensión de los
contextos en los que se encuentra.

Afirmamos entonces, que cada uno de los niños, son capaces de, siempre y cuando se le
brinden los medios necesarios y las habilidades expresivas comunicativas para que las
adquiera, bien sea por medio de la interacción cotidiana o la planificación de actividades
lúdicas o literarias.

“Es hora de una educación en la que se comprenda que las niñas y los niños son
seres pensantes, seres humanos que poseen palabras que no debemos ignorar.
Depende de los maestros si esas palabras, en vez de repetirlas, se crean y recrean”.
(2014, Deyby Rodrigo Espinosa-Gómez)

Respecto a los factores de inclusión, si bien integra y media los espacios para dar la misma
educación y formación a todos y de manera igualitaria, tal como lo vuelven afirmar en su
proyecto pedagógico. Los medios brindando en cuenta a las aulas especializadas y el personal
con el que cuenta y frecuenta el jardín se queda corto para las demandas que exige formar niños
con discapacidades, bien sean físicas, cognitivas, motoras, entre otros.

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