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Ética y Medio Ambiente
Ética y Medio Ambiente
Desarrollo:
Ecología, un término muy escuchado estos tiempos proviene del griego "oikós", que
significa "casa", y de allí que el tema nos involucre a todos profundamente. No significa,
como alguna vez se pretendió, de un "regreso a la naturaleza", sino la razón para que los
seres humanos tomemos conciencia de que podemos modificar la realidad de la naturaleza
sin destruirla, transformar la "casa" donde todos vivimos de tal forma que los conceptos de
progreso y bienestar se unan armoniosamente con el de conservación y cuidado del hábitat
tierra.
Junto a este concepto globalizador, debe existir el criterio de que no habrá salud individual
sin salud ambiental y que de poco servirá lo que hagamos por el bienestar de nuestros
pueblos si esta acción no es acompañada del cuidado y conservación del medio ambiente,
de la sociedad en general y de la democracia en particular. Justamente porque es solamente
en justicia y libertad que el hombre alianza en profundidad sus logros.
A su vez, el término "bioética" aparece hace más o menos diez años, para establecer el
nexo entre ética y ciencia en la era tecnológica. El vocablo en sí mismo es una novedad:
ETHIKE = ÉTICA
CIENCIA Y CONCIENCIA
HECHOS Y VALORES
VIDA Y NORMA
Felix Guaira (2) opina que se debe crear en este campo una eco-sofía, una filosofía del
medio ambiente, lo que nosotros llamamos ética del medio ambiente, muy cercana
conceptualmente a nuestro programa nacional de bioética. Este autor opina,
justificadamente que no puede existir una dimensión material en la solución de los
problemas del medio ambiente sin una dimensión moral que le sirva de sustento que, a
nuestro criterio, no solamente están en peligro las especies animales y vegetales y los
paisajes naturales, sino también las especies morales, tales como los valores de solidaridad,
de internacionalismo - el "patriotismo planetario" al que nos referíamos mas arriba -, los
culturales y existenciales tales como la tendencia a la renovación del gusto por la vida, la
iniciativa y la creatividad.
Todo ello sin olvidar el llamado por los griegos "amor de efusión", que no puede
desarrollarse cuando lo que está amenazado es la propia existencia, frente a un ambiente
deteriorado y sin esperanzas.
Mas allá de estas disquisiciones académicas, tres son las posturas que desarrollamos para la
comprensión del problema del medio ambiente a nivel educacional y el análisis ético del
mismo.
Una segunda postura anunció "el hombre en la naturaleza o el hombre como parte de la
naturaleza". Aquí se inscribieron los ambientalistas más radicales y reactivos en una etapa
de la ecología no totalmente superada. Esta concepción afirma : "el hombre no es único,
no pudiendo reclamar para sí la posesión de todo el mundo biótico y abiótico". Aquí
existen dos puntos de vista, uno religioso y uno secular. El primero opina que la naturaleza
es contemplable, como una parte de la creación de Dios, que tiene que ser protegida y
cuidada por buenos administradores; todos los integrantes de la naturaleza pasan a poseer,
pues, autonomía espiritual. En una primera etapa de nuestra formación ecológica adherimos
a este principio, creyendo en la actualidad que sigue siendo válido para un mejor desarrollo
de las formulación de problemas en ecología, y así lo hemos venido propiciando a través de
trabajos y desarrollo docente. La forma secular proponía a la naturaleza y al hombre como
una sola cosa, el ser humano merecía consideración y respeto extremos a la primera. Esta
concepción fue origen de terrorismo de estado y de organizaciones ecologistas que esperan
el juicio de la historia para evaluar su accionar, y que no nos corresponde juzgar ni tratar
aquí.
Queda una tercera postura, a nuestro entender mas equilibrada que las anteriores, que es el
punto de vista teleológico - del griego 'teleos, forma final - que afirma que "hay un
propósito y una lógica que se debe encontrar en la naturaleza", y el estudio de esta teoría
puede aportar importantes puntos de vista aplicables a la conducta humana. La diferencia
con los puntos de vista anteriores es que, mientras todavía usamos la naturaleza y la
cambiamos, la finalidad no debe ser subyugarla ni vivir de ella. El sistema ético derivado
de esta teoría establece que los seres humanos deben crear sus propias normas éticas, pero
la naturaleza debe proporcionarles las guías para desarrollar una buena vida moral con y sin
ella. De ello se trata el denominado "desarrollo sostenible", que no se trata de un
desarrollo que no toque o no transforme la naturaleza, sino un tipo de desarrollo que no la
degrade o no la erosione en sus propias bases ambientales de producción y habitabilidad. Es
éste un concepto a la vez filosófico y natural, un camino ético hacia la calidad de vida, en el
que la manipulación de la estructura y función de los ecosistemas no entra en colisión con
ellos, minimizando el conflicto de intereses y maximizando los beneficios a obtener. Es
decir un adecuado balance de la ecuación coste-beneficio, tan cara a la reflexión ética en los
problemas del ambiente y el hombre. Y, como hemos manifestado mas arriba, es
absolutamente compatible con una visión religiosa cristiana - que de eso se trata - del
problema ecológico.
La pregunta de la ética es entonces ¿cómo debemos vivir?, al menos para sobre-vivir, pero
conciliando el imperativo de supervivencia con el de dignidad humana y con el de libertad.
Adaptando un principio ético de Kant podríamos decir :
"Actúa de tal manera que las consecuencias de tu acción sean compatibles con la
permanencia de una vida genuina en la tierra".
Debemos llegar, en definitiva a una ética de la naturaleza, que promocione una relación
armónica de equilibrio entre las necesidades, los deseos y las actividades humanas y
nuestro interés deberá estar centrado, al menos, en tres objetivos inmediatos:
*Ambiente óptimo.
Al óptimo desarrollo individual se debe arribar a través de la salud ideal, a su vez lograda
por la mejora de factores tales como la nutrición, la prevención, la reducción de accidentes
y la creación de un entorno de paz , amor y justicia.
Con respecto al ambiente óptimo, se logrará por la concientización de la población, al
menos en cinco niveles básicos:
Finalizo estas reflexiones insistiendo en el punto de que lo que hoy vemos y oímos quede
en lo más íntimo de nuestro ser y que la inclusión del ecosistema en nuestro pensamiento se
apoye en la preocupación por la "casa", la nave tierra. Que se haga carne en nosotros una
bella frase del Deuteronomio que leímos en Washington:
"Para que no olvides cosas que tus ojos vieron y para que estas cosas no partan de tu
corazón todos los días de tu vida, habrás de hacerlas saber a tus hijos y a los hijos de tus
hijos".
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3. - Una ética ecológica requiere una meditación crítica acerca de las consecuencias de
nuestras acciones y nuestros estilos de vida.
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NOTAS
1. - Una introducción a este tema fue presentado por nosotros en la Segunda Reunión
Nacional de Ecología, Eco Ushuaia 93, Septiembre de 1993 bajo el título " La Urgencia de
la Ecología: Etica y Medio Ambiente", Actas de la reunión, Legislatura de Tierra del
Fuego, Argentina, 1994.
Ambas referencias significaron la base del Grupo de Reflexión Bioética sobre Medio
Ambiente y el desarrollo de la Primera y Segunda Reuniones del Parlamento Ecológico
Nacional , del que revisto en carácter de Miembro fundador, realizadas en las provincias de
Tucumán y Misiones, Argentina, durante los años 1994 y 1995.
3. - Parte de estos principios del "axiograma" para ecología y medio ambiente, han sido
obtenidos de publicaciones de otros autores y adaptados para la confección de la guía de
trabajos prácticos de nuestros estudiantes de Antropología Médica y cursantes del Modulo
de Humanidades Médicas de nuestra Escuela de Medicina de Tucumán, titulada "Bioética y
Medio Ambiente ", ediciones Sophrosyne, Tucumán, Argentina, a partir de 1989 y hasta
1996, mientras me desempeñaba como Profesor de ambas materias.
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