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UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

ESCUELA DE POSTGRADO

“EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, UN


NUEVO CONCEPTO”

Presentado por:

SIANCAS QUEZADA, HENRY ROGGER

PIURA – PERÚ
2023
I. Introducción

La internacionalización de los derechos humanos tiene sus raíces en notas


fundamentales de su concepto. Por ser inherentes a la persona humana, existen
sobre la tierra porque la persona humana existe sobre la tierra, y los ha hecho
valer. No dependen de la nacionalidad del individuo ni emanan de la soberanía,
que son las barreras que separan a los Estados como entidades diferenciadas
de la comunidad internacional. Los derechos humanos son doblemente
universales porque, por una parte, emanan de la dignidad universal de la persona
humana y, por la otra, porque los derechos humanos arraigan universalmente y
son el objeto de una amplia gama de obligaciones internacionales de los
Estados.

Si esa es la base conceptual de la internacionalización, en la práctica el régimen


internacional de protección de los derechos humanos encuentra su justificación
en la demostrada insuficiencia de las garantías que ofrece la jurisdicción interna
para asegurar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos. La
internacionalización expresa un punto crítico en la historia, determinado por el
devastador legado criminal de la era Nazi y, en general, de los totalitarismos que
desencadenaron la Segunda Guerra Mundial, que originó una nueva forma de
organización de la comunidad internacional, plasmada en la Carta de las
Naciones Unidas. La aplicación de la Carta en las primeras dos décadas de
existencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tuvo como
prioridades operativas el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales
y el proceso de descolonización. La Declaración Universal de los Derechos
Humanos fue la máxima expresión de ideales que parecieron inalcanzables a la
sombra de la Guerra Fría, que paralizó los esperados avances hacia la
internacionalización.
II. ANÁLISIS - RESUMEN

2.1.- La Soberanía de los Estados y los Derechos Humanos

la soberanía es definida como “el poder absoluto y perpetuo de una república”;


es lo que distingue al Estado, de los demás grupos formados por las familias […]
pero lo que los hace ciudadanos propiamente dichos, es la relación de sujeción
a un soberano común.

Los desarrollos normativos posteriores han contribuido al nacimiento de una


nueva disciplina, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
desarrollado y consolidado progresivamente en diferentes dimensiones. El
reconocimiento implica el respeto y garantía del libre ejercicio de los derechos
humanos.

Si el reconocimiento de los derechos humanos era un asunto reservado a la


exclusiva soberanía de los Estados, actualmente el corpus iuris3 del derecho
internacional de los derechos humanos4 reconoce estos derechos y en algunos
de esos instrumentos se ha creado una jurisdicción internacional (Cortes o
Tribunales de derechos humanos) para su protección, por voluntad soberana de
los Estados, a fin de hacerlo efectivo.

2.1.1.- Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y


de las Libertades Fundamentales, más conocido como la Convención
Europea de Derechos Humanos (Tribunal de Estrasburgo)

Tiene por objeto proteger los Derechos Humanos y las libertades fundamentales
de las personas sometidas a la jurisdicción de los Estados miembros, y permite
un control judicial del respeto de dichos derechos individuales. Se inspira
expresamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre
de 1948.
Entre las libertades y derechos que protege tenemos: Derecho a la vida,
permitiendo la pena de muerte en algunos casos especiales establecidos por la
Ley; prohibición de torturas como las penas y tratos inhumanos degradantes;
prohibición de la esclavitud y el trabajo forzado, derecho a la libertad8 y a la
seguridad, derecho a un proceso equitativo, donde las causas son oídas ante
tribunales imparciales en forma pública y en un plazo razonable, presunción de
inocencia, derecho a la defensa; no hay pena sin ley; derecho al respeto a la vida
privada y familiar; libertad de pensamiento, de conciencia, religión, expresión,
reunión y asociación, entre otros.

2.1.2.- Pacto de San José de Costa Rica de 1969

teniendo como modelo el fijado por el Convenio Europeo para la Protección de


los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (Roma, 1950). Basándose
de igual manera en los pilares del sistema europeo que sustentaban la protección
de los Derechos Humanos, la Comisión Europea de Derechos Humanos y el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Pizzolo, 2007).

La Convención ADH es la piedra fundamental del sistema de garantías de los


Derechos Humanos en América, donde la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (Comisión IDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(Corte IDH) son sus órganos fundamentales. Este sistema consta de un nivel
nacional que consiste en la obligación de cada Estado de garantizar los derechos
y libertades previstos en la Convención y de sancionar las infracciones que se
cometieron, pero si un caso concreto no es solucionado en la etapa interna o
nacional, la Convención prevé un nivel internacional en la que los órganos
principales son la Comisión y la Corte9 (Pizzolo, 2007).

2.1.3.- Derecho de Injerencia

Creado por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas


(ONU) mediante Resolución 688 de 1991 con el criterio de señalar la
determinación “de un derecho-deber de injerencia o, al menos, de asistencia por
razones de humanidad que tuvo su origen en la situación efectuada en Irak con
motivo de la rebelión de las minorías Kurdas y Shii contra el régimen de Sadam
Hussein”.

2.1.4.- Corte Penal Internacional y Estatuto de Roma 1998

El 17 de julio de 1998, 120 Estados firmaron el Estatuto de Roma que crea la


Corte Penal Internacional, con el propósito de juzgar a las personas acusadas
de crímenes internacionales, es decir, crímenes al Derecho Internacional
Humanitario, como el crimen de genocidio, crímenes de lesa humanidad,
crímenes de guerra y crimen de agresión. De esta manera la comunidad
internacional, deja constancia del deseo de poner fin a la impunidad en los países
desgarrados por la violencia y ayudarlos a terminar el ciclo de violación de los
derechos humanos, restableciendo los principios de justicia.

El derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos


humanos (los Derechos Humanos) son complementarios. La finalidad de ambos
es proteger a la persona humana. Pero, la protegen en circunstancias y según
modalidades diferentes. El Derecho Internacional Humanitario se aplica en
situaciones de conflicto armado16 mientras que los Derechos Humanos o, al
menos, algunos de ellos protegen a la persona humana en todo tiempo, haya
guerra o haya paz.

2.1.5.- Sistema Africano de Derechos Humanos

Conforme al artículo 30 de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los


Pueblos, establece la conformación de una Comisión Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos, donde toda persona, sin ser asistida por abogado,
puede someter a su consideración las denuncias para ser admitidas o
rechazadas. El procedimiento se desarrolla parcialmente de manera escrita y
otra parte en audiencia. Al recibir la denuncia, la Secretaría lleva a cabo un
análisis preliminar de las condiciones de admisibilidad y la Comisión se
pronuncia definitivamente sobre este punto
2.2.- Principios del Derecho Internacional de los Derechos Humanos

2.2.1.- La Dignidad Humana: principio máximo

Es un principio arraigado en el ser, valor inherente, intrínseca, una actitud hacia


uno mismo, tal como lo reconocen, con claridad los preámbulos de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos (DUDH, 1948): “considerando que la
libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la
dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana”.

Todos estos instrumentos de orden positivo y fundamental del DIDH, tuvieron


sus raíces en la dignidad humana donde radica lo inherente de lo digno de la
persona, no como predicado a manera de merecimiento que se da y se quita
como un obsequio. La dignidad de la que hablamos y que reconocen nuestros
instrumentos no se pierde en ningún trance, ni es renunciable, porque le basta a
la persona, para ser digna con su sola hominidad, es una condición con la cual
los seres humanos nacen, un patrimonio innato de todos aquellos, de manera
que donde exista vida humana, habrá dignidad humana.

2.2.2.- De Igualdad y de Prohibición de toda Discriminación

La DUDH expresa en su artículo 1º: “Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

El principio de igualdad ante la ley es el que establece que todos los seres
humanos son iguales ante la ley, sin que existan privilegios ni prerrogativas de
sangre o títulos nobiliarios. Es un principio esencial de la democracia. El principio
de igualdad ante la ley es incompatible con sistemas legales de dominación
como la esclavitud, la servidumbre, el colonialismo o la desigualdad por sexo o
religión.
La igualdad de las personas, consagradas con claridad en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y en la Declaración Americana, son
fundamentos del derecho internacional de los derechos humanos. De igual
manera, el principio de no discriminación mencionado reiterativamente en la
Carta de las Naciones Unidas y la Carta de la Organización de los Estados
Americanos denota la importancia de este para el derecho internacional de los
derechos humanos. Estos dos conceptos, el de igualdad y no discriminación
estrechamente vinculados, expresan la idea de ser idénticos, pero en realidad
son complementarios, cuando en el primero declaran los documentos
mencionados, que las personas “nacen” iguales en derecho y deberes y en el
segundo que todas las personas “tienen” los derechos y libertades, sin distinción
(DUDH).

Así las cosas, los Estados tienen la obligación y la responsabilidad de proteger


a todas las personas que se encuentren en su territorio ya sean nacionales o
extranjeros, cualquiera sea su situación, a pesar que estos últimos suelen ser
objeto de fuertes discriminaciones, lo cual se agrava mucho más cuando se trata
de mujeres y niños.

2.3.- Fuentes del derecho internacional de los derechos humanos

2.3.1.- La Costumbre Internacional.

Es una de las fuentes nombrada por el Tribunal de Justicia Internacional, el cual


afirma que todo el Derecho Internacional general que rige al Sistema
Internacional está formado por normas consuetudinarias y principios generales
del Derecho.

Siendo las normas consuetudinarias aquellos actos realizados con intención, y


que, al ejecutarlos, se da cumplimiento con una obligación o para el ejercicio de
un derecho, de tal forma que la costumbre es muy diferente, por ser esta la
repetición prolongada y constante de ciertos actos, ahora la costumbre por sí
sola no es la prueba de una práctica, sino que, por el contrario, es el examen de
la práctica, lo que probará o no, la existencia de una norma jurídica nacida de la
costumbre.

2.3.2.- Los Tratados y Convenciones Internacionales

Los dos principios básicos de los tratados y convenios internacionales son: Pacta
Sunt Servanda y el Res Inter Alios Acta, al igual que otros.

• El Pacta Sunt Servanda: Este primer principio significa que los tratados
obligan a las partes y deben ser ejecutados de buena fe. Este principio es
considerado como el principio fundamental del derecho internacional. Es
obligatorio, es decir, que el tratado se convierte en ley para las partes, por
lo tanto, se debe acatar de forma adecuada y completa.

• El res inter alios acta: se refiere a la relación de las partes que se ligan,
es decir, que el tratado vincula exclusivamente a los Estados contratantes;
no a terceros, mientras no se diga lo contrario en el tratado. Puede
suceder que haya consecuencias frente a terceros, lo que implica quedar
también obligados con el tratado o con el convenio internacional, por
tratarse de un “contrato”, dicho en otras palabras, la manifestación de la
voluntad de dos o más personas, sujetos del derecho internacional, con
el fin de regular las relaciones relativas a un determinado asunto
generando derechos y obligaciones de dar, hacer o no-hacer; y por haber
un acuerdo de voluntades entre los Estados, por el hecho de haber
firmado dicho tratado y por obligarse el uno al otro de forma voluntaria y
libre, llevando a producir efectos jurídicos.

2.4.- El derecho internacional y el derecho nacional. La jerarquía de los


tratados de derechos humanos en el orden interno

el derecho internacional es bien claro al expresar su jerarquía frente al


derecho interno y al respecto la Corte Permanente de Justicia Internacional28
en repetidas jurisprudencias (1923-1925) lo ha ratificado cuando expresa que
“un Estado que ha contraído válidamente obligaciones internacionales está
obligado a introducir en su legislación las modificaciones que resultaren
necesarias para asegurar el pleno cumplimiento de dichas obligaciones”, este
principio del derecho internacional aceptado por las relaciones entre los
Estados que son parte de un tratado o tratados no pueden ser desconocidas
ni alegadas frente a las normas constitucionales internas de un Estado, con
la intención de evadir las obligaciones que les corresponde bajo el derecho
internacional o los tratados vigentes.

2.5.- Interpretación de los Tratados

Todo tratado al igual que los tratados de derecho humanos “deberá ser
interpretado de buena fe, conforme al sentido corriente que haya de atribuirse
en los términos del tratado en el contexto de estos y teniendo en cuenta su
objeto y fin” (art. 31 de la CViena DT).

existen tres pautas de interpretación: la sistemática o universalista, la


evolutiva y la conocida como pro persona o pro homine.

• La interpretación sistemática o universalista concordante con el


principio de la integración sistemática: Se fundamenta en la
fórmula acuñada y reiterada por la Corte IDH, que para interpretar las
normas de un tratado de derechos humanos, se debe tomar en cuenta
el “muy comprensivo corpus iuris internacional” que constituye el
estatuto del ser humano contemporáneo, apoyado en su doble
dimensión que le brinda el orden de los derechos humanos a escala
mundial y en la dimensión continental, todos ellos entendidos como
una cadena entre otras muchas cadenas, todos ellos dan consistencia
a la vasta red que teje día a día el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y por ende, el Derecho Internacional general.

• La Interpretación Evolutiva: Los tratados de derechos humanos y los


textos constitucionales nacionales, están llamados a perdurar en el
tiempo, y habrán de ser interpretados y aplicados a hechos y
circunstancias producidas en contextos histórico-sociales y marcos
jurídicos generales diferentes de los imperantes al momento de su
elaboración y adopción.

Los tratados de derechos humanos son instrumentos vivos, cuya


interpretación evoluciona con el tiempo por el obrar del principio de
progresividad que impulsa permanentemente el diario devenir de la
dignidad de la persona y con ella, el progreso, el aumento de
perfeccionamiento de la tutela originaria, que se encuentra en
evolución constante como instrumento vivo del derecho, que reclaman
las nuevas condiciones de las vidas actuales para su fiel desempeño,
lo que conduce a que un tratado pase a abarcar situaciones nuevas.

• Interpretación pro-persona o pro homine: Emana del objeto y fin de


los tratados de protección de derechos humanos, en razón a que se
tiene que considerar la labor del intérprete.

El principio pro homine es un criterio hermenéutico que informa todo el


derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la
norma más amplia, o a la interpretación más extensiva, cuando se trata
de reconocer derechos protegidos e inversamente, a la norma o a la
interpretación más restringida cuando se trata de establecer restricciones
permanentes al ejercicio de los derechos o su suspensión extraordinaria

III. Conclusiones.

3.1.- El Derecho Internacional de los Derechos Humanos, donde los Derechos


Humanos son el eje central de protección de los Estados y de la comunidad
internacional, fundado en los derechos de cada persona como sujeto con
garantías y deberes y con ello el fundamento principal de la existencia de los
Estados.

3.2.- La dignidad es la esencia de los derechos humanos, se pone de manifiesto


que ella no es un derecho humano, sino la razón de ser de todos estos, donde
proteger en el terreno la existencia, el día a día, la persona, donde no se vea
menoscabado ni impedido su desarrollo en plenitud de todas sus potencialidades
y excelencias, nos permite enunciar los derechos, libertades y garantías que
vendría a ser en el concepto moderno los derechos humanos.

IV. Bibliografía

4.1. Color Vargas, M. (2013). Fuentes del derecho internacional de los derechos
humanos. México

4.2. Convenio Europeo de Derechos Humanos (2002).

4.3.- Pizzolo, C. (2007). El Sistema Interamericano. Instituto de investigaciones


jurídicas

4.4.- Hitters, J. C. & Fappiano, O. L. (2002). Derecho Internacional de los


Derechos Humanos.

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