Está en la página 1de 8

Las imágenes de este texto han sido extraídas del Internet y es muy posible que algunas tengan derechos

de autor, no
consultados. Declaro que el único objeto de su inclusión es la enseñanza y exposición como ejemplo a los estudiantes
universitarios de mi materia. Si me llega algún aviso de origen sobre alguna, la retiraré inmediatamente.
The images in this text have been taken from the Internet and may well be copyrighted, not consulted. I declare that the only
object of its inclusion is the teaching and exposure to university students of my subject. If any origin notice arrives, I will
withdraw them immediately.

CIV 346 – “CONSTRUCCION DE EDIFICIOS I”

TEMA 14-1 – CONSTRUCCION DE COLUMNAS (PARTE 1)

1) GENERALIDADES

Las columnas son estructuras que sirven para soportar otros elementos o
cargas que a través de ellas se transfieren a un apoyo inferior. Las columnas
de los edificios son generalmente de secciones cuadradas o rectangulares,
aunque eventualmente se usan también secciones circulares, elipsoidales y
otras.
Por su forma de trabajo, las columnas de hormigón armado tienen acero en
barras longitudinales en toda su extensión repartidas perimetralmente y
también en el área central de su sección. Tienen también armaduras
transversales o estribos por lo que para su amarre siempre se requerirá alguna
armadura longitudinal en el perímetro (en las esquinas para las secciones
cuadradas o rectangulares.
Existen también columnas metálicas, sean con perfiles metálicos macizos o
con barras armadas en celosía. De madera con piezas simples o compuestas
(varias unidas entre sí).

Imágenes de zapatas ya hormigonadas en las que se observa el acero para el


empalme con el de la columna. A la izquierda una zapata asimétrica y a la
derecha una gigantesca pieza para la pila de un puente.
Normalmente para toda columna de hormigón armado se tiene previamente
espigas exactamente correspondientes a su armadura longitudinal, para
empalmarse en la base de su “canastillo”. Estas espigas, con la longitud de
empalme vertical apropiada para cada diámetro de barra, sobresale del
cimiento o fundación en que se apoyará la columna (zapatas o losas) o también
de las losas de entre-pisos cuando la columna a construirse está en un nivel
superior a la planta baja.

Esquema que muestra el empalme clásico e imagen con un empalme distinto

Al construir una columna en edificios de más de una planta, en el extremo


superior se dejarán prolongaciones o pelos (espigas) para recibir el siguiente
tramo de columna del piso siguiente y así sucesivamente. En los edificios de
muchos pisos las columnas arrancan desde su fundación hasta terminar en el
último piso en el que son utilizadas y van reduciendo gradualmente su sección
y armaduras puesto que las cargas disminuyen mientras más arriba está la
sección.
Aunque no siempre llegan hasta el último piso del edificio (dependerá del
diseño arquitectónico y estructural), si así lo hicieran se supone que las
columnas del nivel más alto soportaran al techo o cubierta o en su caso a la
losa última.
La secuencia constructiva de los edificios es normalmente desde la planta más
baja o sub-suelo más profundo (si lo hubiera) hacia arriba por etapas, las que
se suelen programar piso por piso, de modo que el diseño de las columnas
correspondientes es por tramos y obedece a la carga eventual acumulada en el
nivel correspondiente y la altura del entre-piso en cuestión, en función de lo
cual se determina su sección y refuerzos necesarios de acero.
Las columnas de planta baja, además de recibir toda la carga de los pisos
superiores restantes, son también generalmente de mayor altura por la
funcionalidad que se asigna al ingreso (recepción, áreas públicas, comerciales,
sociales, etc.)
2) ENCOFRADOS

Describiremos principalmente el caso de los encofrados de madera que son los


que más se usan en nuestro medio. Los encofrados metálicos aún no se han
extendido mucho principalmente por su elevado costo y la falta de continuidad
que el constructor tiene en los contratos de construcción para poder afrontar
una recuperación de la inversión a largo plazo.

Imágenes de moldes metálicos para el encofrado de columnas

En el caso de la madera, normalmente resulta económico planificar su uso


durante varias ocasiones a objeto de distribuir su costo por cada vez que se lo
haga, para ello es adecuado organizar bien el trabajo para que todo el proceso
de compra, corte, construcción del encofrado, su colocación, su uso en la
colocación de armaduras y el hormigonado, el desencofrarlo y la conservación
las piezas recuperadas resulte lo más eficiente posible. Se suelen estimar 4
usos como “normales” para una obra común.
Llamaremos encofrado al conjunto de elementos que permiten la colocación
posterior del acero y el hormigón para su moldeo. En general un encofrado está
formado por dos partes: una que sirve para dar forma al concreto fresco que
llamaremos “molde” y la otra que es todo el conjunto de piezas que se utilizan
para mantener la forma y posición del molde fijas e invariables durante todo su
uso, lo que llamaremos “soporte”

2-1) CONSTRUCCION DEL MOLDE


Está formado por un “cajón” que rodeará al hormigón de la columna, es
decir que tendrá interiormente la forma y dimensiones exactas de la
estructura. Se construye mediante la unión de dos pares de “tableros” (dos
tableros interiores y dos exteriores) Son exteriores los que se fijan por fuera
a los interiores formando así la sección cuadrada o rectangular.
Los tableros a su vez, están formados por “tablas”, las cuales son piezas
planas y alargadas de madera, generalmente de 1” de espesor en madera
aserrada y de diversos espesores en madera de tableros prefabricados:
12,14, 16, 18, 20, 25 mm según el caso. Estas tablas se unen con sus
cantos en contacto y coincidencia hasta alcanzar el ancho total deseado del
tablero. La unión de tablas se ejecuta con piezas de madera de 2” de
espesor con anchos y largos variables según la necesidad. Las tablas se
clavan a las estas piezas llamadas “costillas” que tienen una posición
transversal y van espaciadas según se juzgue conveniente.

Tablas aserradas (generalmente de 1” de espesor) para encofrados.


Tableros multilaminados a veces empleados

De esta manera se construyen los tableros que finalmente deben tener el


largo necesario para contener a la columna en toda su altura. Los tableros
interiores deben tener el ancho exacto de la cara correspondiente de la
columna puesto que serán “montados” por los tableros exteriores que a su
vez deben tener un ancho por lo menos igual al de la cara correspondiente
de la columna más los dos espesores de los tableros interiores a los que se
fijarán.
Los tableros exteriores se unen a los cantos de los tableros interiores
mediante clavos generalmente de 2-1/2” dando forma de esta manera al
cajón o molde de la columna. Estos clavos son la fijación provisional del
cajón (se refuerza en la siguiente etapa) por lo que no es necesario
golpearlos para introducirlos hasta la cabeza, mas bien se suelen dejar
unos milímetros sobresaliendo fuera para permitir después su fácil
extracción sin daños a la madera, al desencofrar y para su posible re-
utilización.
También por razones constructivas es conveniente que las costillas de los
tableros interiores sean más largas que el ancho del tablero, con el objeto
de usar después estas partes salientes para la fijación de otros elementos.

Imágenes de encofrados de columnas, a la derecha se observan “cajones”


para ser colocados

Todas las acciones descritas hasta ahora se suelen realizar en banco.


Cuando ya se decide armar el cajón en su sitio se pueden fijar las cuatro
caras o solo tres para permitir el colocado del canastillo de la armadura por
el espacio restante y luego recién “tapar” esa cara completando el cajón.
Rara vez se coloca todo el cajón para después introducir la armadura por la
parte superior (no aconsejable)
Está también la opción de armar el cajón completo en el sitio con la
armadura ya colocada previamente, de modo que se puede introducir el
cajón con tres caras por un costado y completar luego la cara restante. En
cualquier caso, cuando se deja una cara pendiente siempre debe ser la
interior puesto que al colocarla en su sitio, la fijaremos “por fuera” clavando
en ella los tableros exteriores sin dificultad alguna.
Si se desea se pueden colocar “esquineros” en los vértices interiores del
cajón para que éstos resulten oblicuos y no filos en el hormigón moldeado.
Una vez construido y armado el cajón de la manera descrita, se procede a
su reforzamiento que consiste en construir “anillos” perimetrales que rodeen
el cajón respetando ciertos espaciamientos entre ellos. Estos anillos se
forman clavando piezas (“mordazas”) de 1” de espesor en las salientes de
las costillas de los tableros interiores, de modo que forman un marco o
anillo en rededor del cajón, reforzándolo para evitar su apertura por la
presión interna que sufra al recibir el concreto dentro del mismo. Es obvio
que el anillo debe hacer contacto con las cuatro caras del cajón para
trabajar como apoyos del mismo.
Si nos imaginamos la presión sobre las caras interiores del cajón tenderá a
abrir éste separando sus paredes, por lo que el anillo contiene esta
situación impidiéndolo. Los clavos que unen las mordazas con las costillas
salientes se pueden dejar sin introducir totalmente puesto que trabajan al
corte como “pasadores”.

Esquemas que muestran una clásica estructura del cajón y soportes del
encofrado de una columna (los nombres de algunas piezas pueden variar)

La presión que ejerce el hormigón actúa de manera similar que el agua en


un recipiente, es decir que aumenta proporcionalmente con la profundidad,
es cero en el extremo superior y máxima en el inferior, por tanto en el caso
de las columnas dependerá básicamente de la altura de la misma y será de
mayor magnitud en su base.
En una cota cualquiera, la presión perimetral tendrá una magnitud dada y
será uniforme en todas direcciones horizontales. Sin embargo se debe tener
en cuenta que la sección del molde no es circular (a menos que lo sea) sino
que son caras verticales planas y a veces de anchos diferentes en las
secciones rectangulares, por lo que si bien la presión en una sección dada
es la misma, el efecto en cada una de las caras será función de sus
dimensiones y su condición estática.
En conclusión, para el dimensionamiento de las piezas que conforman un
anillo, se deberán tomar en cuenta los dos factores: la altura de la sección
y las dimensiones de las caras de la misma. Puesto que la sección es
uniforme, una vez definida su condición de trabajo estructural, la cota de la
sección será determinante.
Si se dimensionara cada anillo según su posición en la altura del cajón se
tendrían anillos distintos para un mismo espaciamiento. Si más bien se
uniformaran las secciones de las piezas de los anillos para ser totalmente
eficientes se tendrían que espaciar más los anillos a medida que aumenta
su altura relativa en la columna.
Como se puede apreciar si bien ambas soluciones serían apropiadas
matemáticamente hablando, ninguna es apropiada desde el punto de vista
constructivo pues no son prácticas sino más bien complicadas. Por ello en
la práctica se suele elegir una dimensión razonable para una altura media y
fabricar todos los anillos iguales y colocarlos a igual espaciamiento.
Obviamente en este último caso en las secciones por encima de la
adoptada como guía, los anillos estarán relativamente sobredimensionados
lo cual se acepta, y por el contrario los que estén por debajo no tendrán
secciones suficientes, particularmente las del extremo inferior, por lo cual se
los refuerza. Una manera de hacerlo es colocar otro par de mordazas en
cada anillo, clavando aquellas por debajo de las costillas salientes de los
anillos.

Esquemas de formas de refuerzo del cajón


(Continúa….)

También podría gustarte