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UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Y HUMANIDADES

Familia, Imagen de la Santísima Trinidad

TRABAJO ACADÉMICO PARA OPTAR EL TÍTULO DE


SEGUNDA ESPECIALIDAD EN FILOSOFÍA Y RELIGIÓN

AUTOR
Chávez Pacheco Emerson Leonardo

ASESOR
William Jesús Rojas Gutiérrez

Lima, Perú

2022
Capítulo I: Introducción

1.1.Planteamiento del problema

La santa biblia y la tradición apostólica como fuente sobrenatural nos revelan la


unidad trinitaria en el seno familiar. Es decir, la familia es imagen y reflejo mismo de
Dios, que es unidad consubstancial presente en tres personas, llamadas a
santificarse (Papa Francisco,2016, n.11).

https://books.google.es/books?

hl=es&lr=&id=V53oCwAAQBAJ&oi=fnd&pg=PA7&dq=related:7oYtS1C8hRQJ:scholar.google.com

/&ots=1_9PvWON7u&sig=sKcrr5qRJ7vAmhDbIs6TY8tsIiM#v=onepage&q&f=false

La familia es la célula de la sociedad, fuente del amor recíproco entre sus


componentes, instituida por Dios y elevada al grado de sacramento por Jesucristo,
como medio de Santificación, y reflejo del amor reciproco en la presencia misma de
la trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo)

Está sociedad familiar está experimentando ciertos cambios en estos tiempos


modernos en las que el relativismo moral, el egoísmo, la falta de empatía , la falta de
sacrificio a causa de la ignorancia misma sobre el profundo significado que conlleva
una vida en unidad consubstancial y unidad en amor, de igual modo la matización de
valores indispensables para una relación en armonía, amenazada muchas veces por
el deseo de independencia entre los conyugues, así mismo la pérdida de la
autoridad paternal entre los miembros que la conforman, los continuos divorcios, la
“plaga del aborto” , todo como resultado de una mentalidad relativista, siega al
hombre a abrirse a la trascendencia, vocación insertada en su naturaleza misma
como primer fin y fin último sin darse cuenta de la sobrenaturalidad impuesta por la
divina gracia ,llamados a compartir temporal y eternamente del misterio trinitario
(Juan Pablo II,1981, p.18)

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Uno de los principales problemas o causas de la desintegración familiar es que no se


tiene plena conciencia de la importancia del papel que juegan los padres en la
Educación del hijo. En pocas palabras pareciera que los padres ignorasen por
completo que cada acción, cada palabra, cada gesticulación, tendrá un efecto ya sea
positivo o negativo en los hijos, dependiendo de la situación del contexto.

Los adolescentes de igual forma son los entes más vulnerables en la familia, ya que
estos se encuentran aún en una etapa de formación inductivo-deductivo por lo cual
hacen lo que ven partiendo desde su mismo hogar. Por esto de la familia depende
en gran medida que la agresividad, rebeldía, egoísmo a causa de algún tipo de
maltrato dentro del seno familiar termine expandiéndose al exterior del hogar
constituido, por tanto, es importante cambiar esta situación comenzando desde la
sociedad familiar (Quiroz, 2006, p.9)
http://www.scielo.org.mx/pdf/sm/v30n4/0185-3325-sm-30-04-47.pdf

Por tanto los padres y los hijos en el seno familiar deben vivir en completa donación,
respetándose y amándose mutuamente en una danza de convivencia fraterna y
entrega total ya que de faltar estos aspectos en esta pequeña unidad de la sociedad,
la familia se convertiría como célula de la sociedad en la primera causa en la práctica
de actitudes negativas y antivalores que luego poco a poco irán contaminando al
resto de las familias y en consecuencia al mundo entero, perdiendo la familia de
este modo su semejanza en el amor verdadero y pleno que existe en la comunión
trinitaria entre el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (Quiroz, 2006, p.9)

http://www.scielo.org.mx/pdf/sm/v30n4/0185-3325-sm-30-04-47.pdf

Es por esto que, el presente título para mi trabajo de investigación llamado “Familia
imagen de la santísima Trinidad” quiere explicar y al menos humanamente acercarse
bajo la luz de la razón, como Dios que es uno y trino, puede reflejar su inmenso
misterio consubstancial, en la unidad familiar, que al igual que la santísima trinidad,
está compuesta por, dos, tres o más personas distintas, padre, madre e hijo, siendo
al mismo tiempo uno en naturaleza y en amor (Juan Pablo II, 2010, pag.1)
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Conociendo entonces esta afirmación, deba la familia asumir su importante rol en la


sociedad siendo así reflejo de un Dios uno y trino discerniendo su propia vocación,
poniendo todo su esfuerzo con miras a una mayor justicia en el mundo con miras a
vivir según el designio de Dios sobre ellas (Juan Pablo II,1981, pag.13)

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1.2. Preguntas de investigación

1.2.1. Pregunta general

¿Cómo puede la familia ser un reflejo de la Santísima Trinidad?

1.3. Objetivos de investigación

1.3.1. Objetivo general

Analizar como la familia puede ser un vivo reflejo de la Santísima Trinidad.


1.4. Justificación de la investigación

1.4.1. Justificación teórica

El propósito de esta investigación es la de reflexionar sobre como la familia


constituida por seres imperfectos puede ser un vivo reflejo de la perfección
como lo es la santísima trinidad la cual siendo tres personas comparten la
misma substancia y el mismo amor recíproco. Así mismo con este trabajo de
investigación se quiere identificar y describir los factores que amenazan esta
unidad en familia y el flujo de amor que los une. Ante esta compleja pero no
imposible comprensión del misterio de Dios reflejado en la familia se
formulan las siguientes preguntas: ¿Como la familia siendo tres o más
personas las que la conforman pueden ser uno solo? ¿Y cómo podría
compararse un ser tan imperfecto como lo es el hombre en el seno familiar con
una realidad trinitaria de substancia y esencia completamente diferente a la de
los integrantes de una familia?
Por tanto, para poder comprender estos misterios sagrados recurriremos a
documentos publicados por la iglesia católica los cuales nos guiarán e
iluminarán en la comprensión del mismo.

1.4.2. Justificación social

Las familias no son una realidad aislada e intrascendente a la eternidad como


parte de una invitación divina en el núcleo de cada una de ellas, por el
contrario, son la realidad más próxima a la realidad de la unidad trinitaria en
Dios mismo por lo cual esta se convierte en motivo mismo de alegría al
saberse privilegiados de esta relación existente en su naturaleza consustancial
en unidad de amor familiar como lo es también de manera perfecta en la
unidad consubstancial de la santísima trinidad.
En este sentido la familia cumple un rol trascendental en la sociedad al
esforzarse día a día por demostrar a través de sus obras el amor reciproco entre
los que lo conforman convirtiéndose de este modo en el vivo reflejo de la
unidad consubstancial existente en la santísima trinidad de un modo más
perfecto.

Capítulo II: Aproximación temática

2.1. Bases teóricas

2.1.1. Familia

2.1.1.1 Definición de familia

La familia instituida y animada por el amor, es una sociedad de personas: de un

hombre, mujer e hijos. Su primera misión es la de vivir en fidelidad con la finalidad de

contribuir a una sociedad justa (Juan Pablo II,1981, p.14)

En la familia se da un conjunto de relaciones entre sus miembros, relación de

padres a hijos, de hijos a padres, una comunidad de amor, sin exceptuar por supuesto las

diferencias de cada miembro. Esta realidad los introduce en el concepto o naturaleza

misma de la familia humana y por ende a la realidad existente en la familia de Dios que

es la iglesia con sus virtudes y defectos (Juan Pablo II,1981, p.12)

Es muy importante tomar en cuenta que la familia cumple un rol muy importante

en la sociedad, puesto que esta garantiza la supervivencia de la persona dándole forma a

su personalidad. Esta ha demostrado su gran capacidad para poder adecuarse u adaptarse

a los grandes cambios que se van presentando en la sociedad justamente por la necesidad

de la supervivencia de los que la conforman y en un término más general de toda la

humanidad (Dughi et al, 1995, p.27)

La familia es el ente universal de la sociedad, es el concepto o la idea más básica

que tenemos de la humanidad. Partimos de esta definición básica de familia, pero el


hecho de que tengamos un concepto general de las familias no significa que en esencia

individualmente todos sean o compartan los mismos accidentes o actos segundos en

cuanto a las diferentes capacidades desarrolladas en cada una de ellas ya que cada una de

ellas difiere de la otra primero por los accidentes o características de cada miembro que la

conforma y segundo, el concepto o idea que tengamos de familia cambia de acuerdo a las

sociedades, culturas, cambios políticos y económicos (ONU, 1994, pag.34)

2.1.1.2 La familia como célula de la sociedad

La familia es la primera y principal fuente de conocimiento de la sociedad ya que

en el seno familiar se forjarán un conjunto de valores e ideas del mundo que nos rodea, ya

que ella vendría a ser en términos generales el reflejo de la sociedad misma en cuanto a

los patrones de conducta similar en cada civilización. Es en la familia como núcleo o

célula de la sociedad donde los niños aprenderán a formar sus principales conocimientos

base para prepararse a las demandas y exigencias de la civilización (Quiroz, 2006, p.13)

En la familia al ser la célula de la sociedad la persona aprende a interactuar con

los demás en el espacio circundante, desarrollando de esta forma ciertas capacidades

trasmitidas por los mismos miembros conformantes, las cuales los capacita al menos de

base para poder desempeñarse de manera eficiente en la sociedad desarrollando luego

otras habilidades u aspectos fundamentales adquiridas ya al interrelacionarse con otras

familias de manera individual (Quiroz, 2006, p.14)

Dentro del seno familiar el individuo aprenderá a moldear sus actos, ya que

comprenderá las consecuencias de sus decisiones aun en un ámbito familiar, esto le

ayudará a pensar antes de actuar, estas experiencias vividas dentro de la sociedad familiar
le permitirán decidir con prudencia que acciones le conviene y cuales no pero ya en un

ámbito macro, al interactuar con los demás, con las demás familias cuyos conceptos de

familia sobre los demás tendrán otra forma a causa de las experiencias abstraídas en su

realidad familiar. Por eso las decisiones, acciones tomadas por los padres en el ámbito

familiar tendrá consecuencias o bien positivas o negativas, en los niños y jóvenes tanto en

el presente como en el futuro, pero al tener el individuo una mala formación por parte de

los padres este puede adoptar o demostrar patrones de conductas negativas ante la

sociedad lo cual podría excluirlo progresivamente al no ser aceptado por sus propios

patrones de conducta antisocial (Quiroz, 2006, p.15)

2.1.1.3 La familia unidad de amor

Dios es amor, el padre el hijo y el espíritu santo es una comunidad de amor, y al

crear al hombre a su imagen y semejanza lo llama también a participar activamente de

esta realidad instituida en su naturaleza en el momento de su creación. El amor por tanto

es parte fundamental y sello original de todo ser humano (Juan Pablo II, 1981, p.08)

La familia se realiza de forma verdadera cuando el hombre y la mujer se

involucran totalmente entre sí, por todos los días de su vida hasta la muerte. Esta entrega

reciproca y total, encuentra su cima o trascendencia en la procreación o apertura a la vida

convirtiéndose de este modo en colaboradores de la creación de Dios; ahora si uno de los

conyugues actuara de forma egoísta en el momento de la unión biológica orientada a

engendrar, esta perdería su dimensión trascendente, reduciendo este aspecto universal y

de origen divino a un aspecto meramente mundano.


Por eso Dios en su inmensa sabiduría ha querido perfeccionar esta donación

mutua entre el hombre y la mujer a través del más trascendente pacto de amor entre

ambos; esta donación total es el matrimonio. Su pacto de amor se vuelve en los hombres,

reflejo y representación de la alianza o pacto que une a Dios con su pueblo (Juan Pablo

II,1981, p.09)

El amor es por naturaleza un regalo, una ofrenda y el amor entre los conyugues

los encamina al verdadero conocimiento del sentido de ser “una sola carne”. El amor pues

como don, no encuentra su trascendencia en una pura relación biológica, más parte de

esta como entrega mutua al verdadero don o regalo ofrecido a Dios al convertirse en

cooperadores de Él al abrirse al don de una vida nueva (Juan Pablo II, 1981, p11)

Las familias cristianas constituyen la iglesia de Dios, porque la unión conyugal no

sólo constituye una progresiva inmersión en la comunidad humana, sino que a través del

sacramento del bautismo la persona es también constituida o unida a la familia de Dios

que es la santa madre iglesia católica (Juan Pable II, 1981, p.12)

Por esto la familia toma en si la función de cuidar y dar a conocer el amor como

viva imagen del amor que existen en Dios y la armonía consubstancial entre las tres

personas que conforman su divinidad como también el amor por la humanidad y el amor

de Cristo Jesus por su amada Iglesia (Juan Pable II, 1981, p.14)

Sin el amor la persona y la familia no pueden vivir de manera donativa ya que

cada uno se inclinaría a lo suyo de modo egoísta no contribuyendo al plan de Dios en el

seno de esta célula de la sociedad, mundanizando solamente su unión conyugal sin

trascendencia a una mera existencia sin la gracia de Dios por la apertura a la vida tanto de

la sociedad como para la iglesia luego del bautismo (Juan Pable II, 1981, p.14)
2.1.1.4 La familia trasmisora de valores

Los valores varían según la forma de conceptualización que tenga de ellas.

Por ejemplo, existen dos importantes tipos de valores: Los valores tangibles y los

intangibles. Los primeros están enfocados en la familia, y no en los sentimientos

familiares. Los segundos conceptos son los abstractos, conceptos generales, universales,

como, por ejemplo: el amor, la justicia, respeto etc (López, 2005, p.49)

Los valores intangibles son abstractos, inconmensurables, no pueden medirse

como a la materia, los valores intangibles son intelectuales como, por ejemplo: lo real y

verdadero, lo justo…En cambio los valores tangibles o concretos se centran en las

actitudes positivas, observables en la familia, en la sociedad. Al igual que los valores

artísticos o pintorescos; nadie admira lo bonito o lo gracioso porque exista por sí mismo,

se admira lo tangible lo observable a la persona poniendo en práctica alguno de estos

valores como, por ejemplo: Un hermoso o bello cuadro como una obra de arte, a un

hombre realizando un acto heróico, a una persona expresando un alto grado de amor al

prójimo etc (López, 2005, p.49)

La educación y el aprendizaje no se queda entascada en los valores intangibles, la

finalidad es hacerlos tangibles para cada quien. Entonces en resumen podemos decir que

el valor es un modelo tangible de realización personal el cual tratamos de abstraer a

nuestra propia conducta (López, 2005, p.50)

La familia entonces es la primera sociedad encargada de trasmitir los valores a los

hijos. Trasmitir valores significa garantizar una vida ejercitada de solidaridad y

responsabilidad, lo que capacita a un hombre o a la sociedad llevar una convivencia

agradable y humanizadora (López, 2005, p.71)


La práctica y trasmisión de valores en el seno familiar repercute de manera

positiva no sólo en la familia sino también en la sociedad a nivel macro, puesto que al ser

la familia la célula de la sociedad se convierte esta en la primera fuente de trasmisión de

valores permitiendo en una interacción familiar de diversas procedencias conceptualizar

el nivel de calidad de la persona humana (López, 2005, p.76)

Una familia que tiene como centro o eje de su vida la práctica de valores, podrá

fomentar estos valores en sus hijos garantizando personas de calidad para la sociedad

circundante. La práctica de valores perfecciona a la persona desde su núcleo social en la

familia para luego ampliarse al mundo (López, 2005, p.76)

La trasmisión de valores ha de realizarse todos los días desde los primeros

momentos de la infancia sin caer en el desánimo y enfatizo desde la primera infancia, ya

que es en este momento en que la persona puede asimilar con más facilidad todo aquello

que se le quiera enseñar por estar justamente en una etapa de desarrollo integral (López,

2005, p.86)

2.2.2 Santísima Trinidad

2.2.2.1 La santísima trinidad como dogma de fe

La verdad conocida por revelación sobre la santísima trinidad ha estado presente

desde los inicios de la fe viva de la iglesia, de manera específica en el acto del bautismo

(Fazzari, 2007, p.80).

La Trinidad es una. No se afirma que haya o existan tres dioses distintos, o que

cada persona en la Santísima Trinidad goce de una divinidad distinta del otro, por el

contrario, aceptamos la realidad de que existen tres personas , el Padre, el Hijo y el


Espíritu Santo, pero que siendo tres personas individuales, cada uno distinto del otro,

gozan perfecta y eternamente de la misma substancia, de la misma esencia o naturaleza,

la divina, de ahí nuestra afirmación común al finalizar el rezo del rosario u alguna otra

oración “Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…” mas no damos gloria a cada

persona por separado como si cada una fuera una divinidad diferente ya que los tres

reciben la misma adoración y gloria , cada uno es eterna y enteramente Dios (est Deus

totus) y así con esta última afirmación descartamos con certeza cualquier tipo de

subordinación entre los que conforman esta santísima consubstancialidad divina (Fazzari,

2007,p.82)

Las personas presentes en la Santísima Trinidad son en efecto distintas entre sí,

pero siempre afirmando que Dios, o sea su substancia es igual o lo mismo en los tres. El

Padre no es el Hijo, el Hijo no es el Padre, el Espíritu Santo no es ni el hijo ni el padre

puesto que cada uno es único e irrepetible pero aun siendo tres distintos son uno sólo, el

mismo Dios (non enim ipse est pater qui filius) por esto justamente se afirma que el hijo

es engendrado mas no creado del padre y el espíritu santo procede de los dos como efecto

del amor reciproco y eterno (Fazzari,2007, p.83)

Las tres personas de la santísima trinidad en su singularidad y distinción no

proceden de la unidad de la substancia divina como efecto y causa, si no que ellos

mismos son uno sólo y la misma realidad contenida en dicha substancia. La trinidad es

Dios y Dios es la trinidad, como decir que la substancia de la trinidad es lo mismo que la

trinidad en la substancia divina. (Fazzari, 2007, p.84)

Recordemos que en la santísima trinidad la substancia de esta no es la que

directamente engendra al hijo y al espíritu santo, sino que es el padre en si quien


engendra al hijo y de ambos la procedencia del espíritu santo en un eterno presente.

(Fazzari, 2007, p.84)

“El misterio de la santísima trinidad es el misterio central de la fe y de la vida

cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como padre, hijo y espíritu

santo” (CCE261)

“La encarnación del hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno y que el Hijo

es consubstancial al Padre, es decir, que es en él y con él el mismo y único Dios (Unum

Deum)”. (CCE262).

2.2.2.2 La Santísima Trinidad unidad consubstancial

El Espíritu Santo que es la tercera persona de la santísima trinidad es Dios uno e

igual al padre y al hijo, de la misma substancia y también de la misma naturaleza. Por eso

no se dice que es sólo el espíritu del padre, sino a la vez el espíritu del padre y del hijo

(Conferencia Episcopal Peruana,2000, n.245)

El padre es lo mismo que el hijo, y el padre y el hijo lo mismo que el espíritu

santo, es decir son lo mismo en cuanto que los tres son de la misma substancia, naturaleza

o esencia divina (Conferencia Episcopal Peruana,2000, n.253).

Las personas de la santísima trinidad son en verdad distintas la una de la otra,

pero siempre conservando su unidad consubstancial, Dios es uno, pero no refiriéndose a

su persona tripartita, o sea el padre no es lo mismo que el hijo, ni el padre y el hijo lo

mismo que el espíritu santo en cuanto a persona, más si lo son en cuanto a substancia o

esencia divina (Conferencia Episcopal Peruana,2000, n.254)


“A los catecúmenos de Constantinopla, San Gregorio Nacianceno, al cual se le

conocía como el teólogo, se le atribuye este resumen sobre la fe y la afirmación sobre la

unidad consubstancial en la trinidad”:

Ante todo, guardadme este buen depósito, por el cual vivo y combato, con
el cual quiero morir, que me hace soportar todos los males y despreciar
todos los placeres: quiero decir la profesión de fe en el Padre y el Hijo y el
Espíritu Santo. Os la confío hoy. Por ella os introduciré dentro de poco en el
agua y os sacaré de ella. Os la doy como compañera y patrona de toda
vuestra vida. Os doy una sola de toda vuestra vida. Os doy una sola
divinidad y poder, que existe una en los tres y contiene los tres de una
manera distinta. Divinidad sin distinción de substancia o de naturaleza, sin
grado superior que eleve o grado inferior que abaje… Es la infinita con
naturalidad de tres infinitos. Cada uno, considerado en sí mismo, es Dios
todo entero…Dios los tres considerados en conjunto…No he comenzado a
pensar en la unidad cuando ya la trinidad me baña con su esplendor. NO he
comenzado a pensar en la Trinidad cuando ya la unidad me posee de
nuevo…” Esta afirmación de San Gregorio Nacianceno enseña una vez más
la glorificación que comparten como una sola divinidad la individualidad
tripartita en Dios, o sea que siendo tres personas distintas reciben una misma
adoración y gloria puesto que cada persona es la misma substancia.
(Conferencia Episcopal Peruana,2000, n.256)

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no se consideran como tres principios por

separado de toda la creación, sino que los tres como unidad consubstancial son el mismo

y único principio de todo y toda la creación comparte su misma substancia o ser (CC. de

Florencia, 1442, DS.1331)

El Espíritu Santo procede en principio del Padre y del Hijo sin intervalo de

tiempo, de igual forma como el Hijo es engendrado del Padre en el mismo y eterno

instante (Conferencia Episcopal Peruana, 2000, n.264).

Las personas de la santísima trinidad son inseparables en su ser, en su substancia

y de igual forma son inseparables en su obrar en cuanto a la acción propia de su

naturaleza divina, pero en esta única operación consubstancial conserva cada uno su obrar
particular como persona, el Padre engendra, el Hijo engendrado y redentor y el Espíritu

Santo consolador (Conferencia Episcopal Peruana, 2000, n.267)

2.2.2.3 Santísima Trinidad reflejada en la familia

Dios ha creado al hombre a imagen y semejanza suya, ante esta afirmación nos

hacemos la siguiente pregunta, ¿Cómo siendo Dios de substancia o naturaleza distinta al

de sus criaturas, de manera específica el hombre, puede este último haber sido creado a

imagen y semejanza de aquel principio perfecto y eterno de todo lo visible e invisible?

Pues se puede afirmar definitivamente que en cuanto a su naturaleza divina, en

cuanto a su substancia, tanto Dios como el hombre difieren inmensa y eternamente, eso

está claro, pero en cuanto a la armonía y unidad que existe en el padre como quien

engendra al Hijo y de estos dos la procedencia del Espíritu Santo, de igual forma esta

armonía se encuentra presente en la creación y en cuanto a perfección jerárquica en el

hombre, por su naturaleza racional ya que estos últimos mencionados gozan o participan

de la substancia de la trinidad como causa primera aunque no de manera perfecta.

Entonces se afirma como lo mencionado en esta subcategoría de la familia y la trinidad

que la familia como parte de la creación considerando a sus miembros como personas

individuales participan de la substancia trinitaria, en términos sencillos que hemos sido

creados a imagen y semejanza de la substancia trina en cuanto que siendo muchos como

el padre, madre e hijos son al final uno solo por cuanto que estos participan de la misma

substancia o esencia que define a un ser lo que es y me refiero a la naturaleza “hombre”,

así mismo las personas de la trinidad son diferentes la una de la otra en sus funciones

pero la misma substancia en su divinidad.


Por tanto, se afirma que el hombre y la familia han sido creados a imagen y

semejanza y por consiguiente esta es el reflejo mismo de la Santísima Trinidad (Juan

Pablo II, 1981, p.8)

El hombre es creado como imagen de Dios que es amor, por amor, por amor el

hombre y la mujer son como una sóla carne a parte de su unidad por la misma naturaleza

que comparten, por amor estos se donan mutuamente compartiendo el uno del otro las

potencialidades de su ser, de igual forma aunque en un estado eternamente perfecto las

personas de la trinidad son en si mismo uno sólo por el amor que comparten y que son en

su substancia siendo ellos mismos la substancia, o sea el amor, ergo, Dios es Amor (Juan

Pablo II, 1981, p.9)

La trinidad es Padre, Hijo y Espíritu Santo, el Dios trinidad es una comunión de

amor y la familia es su reflejo viviente.

¿Pero cómo pueden nuestras familias con todos sus problemas, imperfecciones y7

desafíos ser un vivo reflejo de la Santísima Trinidad?

Definitivamente una familia no cae del cielo ya completamente formadas, para

conseguirlo deben pasar por una infinidad de problemas y retos diarios. Entonces para

poder entender cómo podría una familia imperfecta ser imagen de esta comunidad

trinitaria pensaremos nuevamente en Dios y su misterio trinitario en cómo siendo tres

personas son a la ves un solo Dios.

A veces, cuando tratamos de comprender a Dios en su unidad y trinidad a la ves

de cómo siendo tres personas son uno, tratamos o concebimos el misterio de Dios como

problema matemático, o ideas abstractas, pero Dios no es ninguna de estas afirmaciones.

Dios es una comunidad de amor en donde el uno se dona total y eternamente al otro sin

secretos, es una continua y eterna donación de amor, por eso centrándonos en la familia
esta es invitada a ser imagen y semejanza de la comunidad de amor divino uno y trino,

esforzándose día tras día por vivir como una sola carne muy aparte de la unidad ya

existente por la misma naturaleza que comparten. El sueño de Dios es que las familias

reflejen esta comunidad de amor, a través del amor que damos y recibimos a pesar de los

obstáculos y problemas. Justamente son estos obstáculos como la indiferencia, el

egoísmo, el rencor entre otros los que se atraviesan en el camino de una fluidez en el

amor recíproco y donativo, son estos detalles los que impiden que la comunidad familiar

se asemeje o refleje el amor presente en la Santísima Trinidad, ya que este amor es

perfecto y no puede haber en Él negación de donación entre las personas de la S. Trinidad

ya que su divinidad, su naturaleza su substancia eterna es Amor, Dios es amor, sin mescla

de imperfección alguna (Papa Francisco, 2006, p.11)

2.2.2.4 Santísima Trinidad fuente de la felicidad.

Dios es amor, verdad y vida, esto podemos encontrarlo leyendo el evangelio de

San Juan.

Podríamos atribuir al padre el valor de la vida puesto que es el padre quien

engendra al hijo, pero como ya lo había mencionado anteriormente, concibamos el verbo

proceder no como sinónimo de creación sino más bien como las potencialidades eternas

en el padre y una de ellas es el engendrar su propio conocimiento en la persona del hijo,

en un eterno presente para que de esta forma no haya o exista un antes y un después en

relación al padre y al hijo. Por ejemplo:

Es como si yo fuese el padre y en el instante en que pienso, en el instante en que

en la eternidad concibo un pensamiento este se vuelve ya una persona más en mi


substancia divina, y esa persona divina sería Dios mismo sólo que en la persona del

verbo, el Verbo del Padre, el Verbo de Dios. (Fazzari, 2007, p.331)

Muy bien, ahora al hijo que es la luz del mundo, el conocimiento del padre, lo

relacionamos con la vedad; ante esta afirmación nace la siguiente pregunta:

¿Por qué se le atribuye al hijo el valor de la verdad? Se le atribuye este valor

puesto que siendo ÉL el conocimiento del Padre de quien todo procede, y al ser la verdad

objeto del conocimiento, al conocer a Jesús (verdad del padre objeto del conocimiento) le

conoceremos a ÉL y al Padre y por ende al que procede del Padre y del Hijo, el Espíritu

Santo, ya que estos tres participan de la misma naturaleza, la divina. (Fazzari, 2007,

p.331)

Por último, atribuiremos el valor del amor al Espíritu Santo como efecto

sempiterno del amor entre el Padre y el Hijo, así como el efecto de amor entre un hombre

y una mujer en la familia, sólo que en Dios este efecto la iglesia lo llama la tercera

persona de la Santísima Trinidad (Fazzari, 2007, p.331)

Ahora habiendo comprendido la explicación de estos tres valores en la santísima

trinidad entendiendo como cada uno está en relación al otro como una donación total,

queda el deseo de la presencia de estos valores en nuestras vidas, tanto familiar, como

célula de la sociedad, como en la familia iglesia en cristo Jesús, ya que si poseemos estos

valores en estado supremo como:

Vida eterna, verdad total y amor infinito ¿Qué más podríamos desear?

Recordemos que al igual que la santísima trinidad ninguno de estos puede existir

sin estar en relación al otro ya que los tres son uno solo en substancia, o sea el Hijo no

puede ser sólo sin el Padre, ni el Padre sólo sin en Hijo, ni el Espíritu Santo sólo sin los
dos, de igual forma para ser felices en nuestras vidas temporales debe estar presente esta

relación:

Si tenemos vida y verdad, pero nos falta el amor no somos felices porque nos falta

lo esencial de la vida en unidad, la donación mutua. Si tenemos vida y amor, pero nos

falta verdad no seremos completamente felices ya que el hombre siempre está en

búsqueda de la verdad, por consiguiente, éste viviría en la obscuridad, de lo

intrascendente, de lo superfluo. Y si nos falta la vida, definitivamente no tendremos

ninguna de las otras dos. (Fazzari,2007, p.332)

Necesitamos de estos valores de manera inseparable, esto tiene y debe ser así, ya

que las tres personas de la santísima trinidad son inseparables y un infinito ejemplo de

amor, verdad y vida.

Si estamos en comunión con la trinidad entonces tendremos vida en el Padre,

verdad en el Hijo y amor en el Espíritu del Padre y el Hijo, de esta forma seremos felices

en Dios.

Y para obtener estos valores en nuestro ser en grado sumo lo lograremos en

cuanto abandonemos el cuerpo y seamos llevados en la gracia de Dios a la vida en

contemplación y perfecta participación en la substancia de Dios por todos los siglos

(Fazzari, 2007, p.332)

2.3. Definición de términos

Trascendencia:

La palabra trascendencia proviene del latín Tracendens que significa aquello que

va más allá del espacio y tiempo, propio de las potencialidades de las realidades
inmateriales como el alma. El ser humano como tal es un ser trascendente ya que en su

hilomorfismo contiene una realidad que permanece, superando los límites de la materia y

el tiempo. En la familia otra realidad trascendental es el concepto universal de amor, ya

que este corresponde con la voluntad del hombre en el aceptar y darse a sí mismo a su

pareja como lo es en la trinidad divina entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, una

comunidad de amor en la eternidad (Muñoz, 2015, p.98)

Inconmensurable:

La palabra o concepto inconmensurable proviene del latín inconmensurables y su

significado hace referencia a toda aquella realidad, verdad o valor que no puede ser

medido por su trascendencia o inmensidad infinita e incalculable. Por ejemplo, el amor

entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo e incluso Dios mismo es inconmensurable,

primero por su mismo ser, imposible de abstraer tanto para los sentidos como para la

razón misma, ya sea que la substancia o la naturaleza de Dios no puede ser medida, no

puede ser cognoscible, lo único que puede ser cognoscible por su valor conmensurable

son la hermosura entre las criaturas como por ejemplo, la belleza que existe entre una flor

y la otra, pudiendo afirmar que una posee más belleza que la otra. Otro ejemplo que

podríamos dar sobre la inconmensurabilidad en las realidades podría ser el amor entre los

miembros de la familia, la donación total entre sus miembros al extremo de dar la vida

por la otra persona tiene un valor que no tiene medida, un valor incalculable,

inconmensurable, un valor que escapa a la razón (Giussani, 2008, p.64)

Consubstancialidad:

El término consubstancial significa que pertenece o participa de la misma

naturaleza, esencia o substancia que el otro ser. En el caso de las personas de la santísima

Trinidad, el Padre es o pertenece a la misma substancia o naturaleza que el Hijo, de igual


forma el Hijo pertenece a la misma naturaleza o substancia que el Padre y el Espíritu

Santo pertenece a la misma naturaleza que el Padre y el Hijo, de aquí la afirmación que

siendo tres personas distintas sean al final el mismo ser o substancia divina al que

definimos como Dios.

Para ser más explícito les pongo un ejemplo sencillo:

En el mundo somos muchas personas, al igual que las familias son un grupo de

personas las que lo conforman, pero a pesar de ser muchos somos uno sólo en cuanto que

todos participamos de la misma naturaleza o substancia, la humana, de aquí podría

decirse que José es de la misma naturaleza que Raquel, y que José y Raquel son o

participan de la misma naturaleza que el resto de las personas (Conferencia Episcopal

Peruana,2000, n. 242, 245)

Naturaleza:

Naturaleza es el principio de movimiento existente en cada cosa, un principio

inherente en el mismo ser, pero que a pesar de estar en la materia no puede ser

conceptualizado, más su principio inmaterial sí. Este principio inmaterial inherente en la

materia el cual puede no ser captado por los sentidos mas si inteligible o abstraído por la

razón es a lo que llamamos naturaleza. La naturaleza es lo que hace que una cosa sea lo

que es en cuanto s su acto primero o hilomorfismo, o sea la unión de forma o concepto y

materia, siendo la primera posible de abstracción a la razón (Tomás de Aquino,2006, p.4)

Familia:

La familia es un conjunto de personas con un parentesco cercano considerados

como una pequeña unidad o célula de la sociedad. Esta familia es primera instancia está

conformada por dos personas de sexo opuesto con la finalidad de procrear. Esta familia

también puede estar conformada por uno de los padres con un hijo aun no casado. Y por
último se podría definir a una familia a nivel macro a aquella que congrega a todos los

parientes ya sea tíos, primos, abuelos, pero estos ya entrarían en los parientes desde el

tercer al cuarto grado de consanguinidad (Valdivia, 2008, pp. 17, 21)

Capítulo III: Metodología

3.1. Tipo de estudio

3.2. Estrategias de búsqueda de información

3.3. Criterios de exclusión e inclusión

Capítulo IV: Conclusiones y recomendaciones

4.1. Conclusiones

4.2 Recomendaciones

Referencias bibliográficas:

1.-Papa Juan Pablo II (1981) Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, Librería Editrice

Vaticana.
2.- Papa francisco (2006) Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, Tipografía

Vaticana.

3.-. “Consejo Pontificio para la Familia “Santidad Juan Pablo II- 2010

4.-Jorge Fazzari (2007) La Santísima Trinidad en el catecismo de la Iglesia Católica, Tesis de

Licenciatura en Teología, Facultad de Teología, Biblioteca Digital de la Universidad

Católica Argentina.

5.- Conferencia Episcopal Peruana, (2000) Catecismo de la Iglesia Católica, Editorial San Pablo.

6.- Hortensia López Lorca, (2005) Pautas de Trasmisión de Valores en Ámbito Familiar, Tesis

Doctoral, Universidad de Murcia, Facultad de Educación Departamento de Teoría e

Historia de la Educación, Murcia.

7.- Nieves Quiroz del Valle, (2006) La Familia y el Maltrato como Factores de Riesgo de

Conducta Antisocial, Tesis para Obtener el Grado de Licenciatura, Universidad Nacional

Autónoma de México, Facultad de Psicología.

8.- ONU, (1994) La Familia es el Ente Universal de la Sociedad.

9.-Zavala García Gustavo Waldo, (2012) El Clima Familiar su Relación con los Intereses

Vocacionales y los tipos Caracterológicos de los Alumnos del 5°Año de Secundaria de

los Colegios nacionales del Distritos de Rímac, Universidad San Ignacio de Loyola, Tesis

de Maestría en Educación, Facultad de Educación, Lima, Perú.

10.-Carmen Valdivia Sánchez (2008) La familia: Concepto, Cambios y Nuevos modelos,

Universidad de Deusto.

12.-Luigui Giussani, (2008) El Sentido Religioso, Curso Básico de Cristianismo, Universidad

Católica Sedes Sapientae, Ediciones Encuentro.

13.-Tomás de Aquino, (2006) El ente y la Esencia, Editorial Eunsa.


14.-Enrique Muñoz Pérez, (2015) Trascendencia, Mundo y Libertad en el entorno de Ser y

Tiempo de Martín Heidegger, Universidad Católica del Maule (Chile), Editorial Véritas.

15.- Enrique Denzinger, (1442) DS.1331, Concilio de Florencia.


ASPECTOS ESTÍLISTICOS

Márgenes
Superior, inferior, derecha e izquierdo con una medida de 2.5 cm

 La numeración se señala en la parte superior derecha.

 El interlineado es doble y los párrafos van justificados.

Encabezado

Para los encabezados o título siga el siguiente cuadro


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