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Vladivideo es la denominación que se le dio a una colección de videos peruanos

en formato casero elaborados por Vladimiro Montesinos —asesor presidencial


del Gobierno de Alberto Fujimori— en las instalaciones del Servicio de Inteligencia
Nacional (SIN) de Perú. En estos videos se observa cómo Montesinos sobornaba a
importantes empresarios, directivos de medios de comunicación y políticos nacionales y
locales para que se pusieran a disposición del fujimorismo. Estos videos eran ocultados en
la casa de playa que Montesinos poseía en Playa Arica, balneario en la zona sur de
la provincia de Lima. El descubrimiento tuvo en Perú un impacto comparable al escándalo
Watergate. Su difusión pública desencadenó el final del fujimorato.
Se estima que existen más de 1500 grabaciones que circularon en Lima.

Descubrimiento[editar]
En el año 2000, el periodista y congresista Luis Iberico obtuvo acceso a una de las cintas
en formato VHS, a través de una fuente del SIN. La fuente, que se reunía con Iberico en
forma clandestina en representación de ocho personas, solicitó varias garantías para su
vida, así como el dinero suficiente para que los ocho puedan salir del país. El grupo de
informantes, le pidió a él y el partido político Frente Independiente Moralizador, dirigido
por Fernando Olivera, que el video fuera difundido tres semanas después;2 sin embargo,
los miembros del FIM fueron amenazados de muerte por la inteligencia del gobierno, por lo
cual tuvieron que realizar la transmisión del primer video una semana antes de lo previsto.

La prensa chicha es la denominación a los tabloides de noticieros peruanos surgidos en


la década de 1980, centrado en la crónica policial sensacionalista y posteriormente prensa
rosa.2 Formó parte de la culturación nacional alrededor del año 2000, cuando fue
popularizada por Alberto Fujimori para desacreditar a opositores de su gobierno y para
favorecerlo en las elecciones generales del año 2000.
Durante el gobierno del expresidente Alberto Fujimori, la prensa chicha albergó a
editoriales controladas por Vladimiro Montesinos. Dichos medios escritos realizaron
campañas de desprestigio en contra de sus opositores Alberto Andrade y Luis Castañeda
Lossio. El auge comercial distinguió a los tradicionales por el uso de portadas no
periodísticas, una audiencia masiva en el sector D (clase media baja) y E (extrema
pobreza) y el uso de material provocativo para promocionarlo.2 En 1998 ya se recurría a la
reducida cantidad de páginas, unas 16, para abaratar los costes ante la venta de al menos
50 céntimos de sol por ejemplar.8 Según Felipe Cala Buendía, con el neopopulismo del
2000 ayudó a entenderse mejor, debido a la crisis social que sufrió en el gobierno; lo que
cambió la educación, la cultura y la entidad del país.9

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