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CONTROL POSTURAL Y TEC

El control postural es muy importante para la independencia de todas las tareas de la


vida diaria. Implica controlar la posición del cuerpo en el espacio para lograr dos
propósitos:
● Orientación postural: capacidad para mantener una relación apropiada entre
los segmentos corporales y entre el cuerpo y el entorno en una tarea
determinada.
● Estabilidad: es la habilidad para controlar el centro de masa (CM) corporal en
relación con la base de apoyo (BA).
El control postural, al igual que todos los aspectos del control motor, surge de una
interacción del individuo con la tarea y el entorno

o TAREAS POSTURALES: La vida cotidiana se caracteriza por el desempeño de una


amplia gama de actividades funcionales que requieren tres tipos de control del
equilibrio: equilibrio en estado estable, equilibrio reactivo y equilibrio proactivo.

El equilibrio en estado estable se define como la capacidad de controlar el CM en


relación con la BA en condiciones previsibles y no cambiantes. La sedestación y la
bipedestación estática, así como la marcha a una velocidad constante, son ejemplos
de tareas que requieren este tipo de control del equilibrio.

El control del equilibrio reactivo es la capacidad para recuperar una posición estable
después de una interferencia inesperada. Por ejemplo, caminar y tropezar sobre un
obstáculo o ser empujado por una fuerza externa mientras se encuentra en
sedestación, requiere la activación de múltiples músculos para recuperar una
posición estable del CM en relación con la BA.

El equilibrio proactivo o anticipatorio es la capacidad para activar los músculos que


controlan el equilibrio antes de movimientos voluntarios potencialmente
desestabilizantes (por ej. agarrar un objeto pesado, o subir un escalón)
Cuando la actividad muscular anticipatoria se retrasa o está ausente, el desempeño
de estas tareas puede ocasionar pérdida del equilibrio y caídas.

El control del equilibrio reactivo se basa en mecanismos de retroalimentación


(feedback), mientras que el equilibrio proactivo utiliza sobre todo mecanismos de
control anticipatorio (feedforward). El control por retroalimentación se refiere al
control postural que ocurre en respuesta a la retroalimentación sensorial (visual,
vestibular o somatosensorial) de una interferencia externa. El control anticipatorio,
por otro lado, se refiere a los ajustes posturales anticipatorios (APA´s) realizados
antes de un movimiento voluntario que es potencialmente desestabilizador, con el
objetivo de mantener la estabilidad durante el movimiento.

Casi todas las tareas funcionales requieren los tres aspectos de control del equilibrio
en un momento u otro. Por ejemplo, alcanzar un objeto pesado en bipedestación
requiere equilibrio en estado estable para mantener la posición antes de tratar de
alcanzar el objeto, control anticipatorio del equilibrio para evitar la pérdida de la
estabilidad durante el intento de alcance y elevación, control del equilibrio reactivo
en caso de que el objeto sea más pesado de lo esperado y que levantarlo pueda
producir pérdida del equilibrio y, finalmente, de nuevo equilibrio en estado estable
después haberse concluido la tarea.
o ENTORNO: Las condiciones del entorno repercuten en cómo se organizan los
sistemas sensorial, motor y cognitivo para controlar el equilibrio. Los cambios en las
superficies de apoyo afectan la organización de los músculos y las fuerzas necesarias
para el equilibrio. Las diferencias en las condiciones visuales y de la superficie
afectan la forma en que se utiliza la información sensorial. Por último, la vida
cotidiana suele requerir que se realicen múltiples tareas, lo cual afecta la forma en
la que sistemas cognitivos, como la atención, se utilizan para lograr el equilibrio.
o INDIVIDUO: La habilidad para controlar la posición del cuerpo en el espacio surge de
una interacción compleja de los sistemas musculoesquelético y neural,
denominados en conjunto “sistema de control postural”.
Los componentes musculoesqueléticos comprenden factores como la amplitud de
movimiento de las articulaciones, flexibilidad de la columna, propiedades de los
músculos y las relaciones biomecánicas entre los segmentos corporales conectados.
Los componentes neurales esenciales para el control postural engloban a) procesos
motores, incluida la organización de los músculos de todo el cuerpo para las
sinergias musculares; b) procesos sensoriales, tanto de sistemas individuales (p. ej.,
visual, vestibular y somatosensorial) como el proceso de organización sensorial; y c)
procesos cognitivos de nivel superior, que comprenden tanto recursos cognitivos
como estrategias para el desarrollo de representaciones internas esenciales para el
paso de la percepción a la acción y de mecanismos anticipatorios y adaptativos del
control postural.
El término cognitivo no significa necesariamente control consciente. Los procesos
cognitivos de nivel superior para el control postural son la base para los aspectos
adaptativos y anticipatorios del mismo. El control postural adaptativo implica
modificar los sistemas sensorial y motor en respuesta a las demandas de tareas y
entorno cambiantes. A través de los aspectos anticipatorios del control postural, los
sistemas sensoriales y motores se adaptan a las demandas posturales con base en la
experiencia previa y el aprendizaje. Otros aspectos de la cognición que afectan el
control postural incluyen procesos como las funciones ejecutivas, la velocidad de
procesamiento, inhibición, atención, motivación y la intención.

A continuación observamos un esquema que incluye todos los aspectos a tener en


cuenta al momento de analizar y trabajar el control postural.
Bibliografía
● Control motor Translating Research Into Clinical Practice. Anne Shumway-Cook,
Marjorie H. Woollacott. 5° ed. Wolters Kluwer. 2017.
● Handbook of Clinical Neurology, Vol. 159 (3rd series). Balance, Gait, and Falls.
Chapter 5. Balance perturbations. Mark w. Rogers.

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