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Tema 6. Felipe II
Tema 6. Felipe II
CURSO 2013-14
Monasterio El Escorial
I. Introducción.
Sucede a su padre, Carlos I, en el trono de España. Hereda todos los
territorios de su padre excepto Austria y Alemania (donados por Carlos I a su
hermano Fernando). España sería durante mucho tiempo la primera potencia
europea y los dominios americanos alcanzaron su máxima extensión bajo
Felipe II. Ya que se anexiona Portugal y su imperio, que lo hereda de su madre
(Isabel, princesa portuguesa). También fue, durante cuatro años, rey consorte de
Inglaterra. Todos los monarcas españoles, y en especial Felipe II, mantuvieron
el apelativo de “Rey Católico”.
El mismo resolvía personalmente todos los asuntos con la ayuda de sus
secretarios. Al contrario que su padre, no abandonó prácticamente nunca la
Península y buscó una sede fija para su corte, estableciendo la capital en
Madrid, aunque acabó retirándose en el monasterio de El Escorial desde donde
ejerció el gobierno y donde falleció.
Felipe II pudo concentrar su gobierno en los intereses exclusivos de la
monarquía española pero el predominio en Europa y la defensa del catolicismo
siguieron siendo los objetivos de su política. Invirtió esfuerzo y dinero en
mantener una Europa unida y católica.
Por lo que sus enemigos fueron los mismos que los de padre. En esta época
se desencadenó un fuerte conflicto con Inglaterra, separada del catolicismo,
con la que se inició una gran lucha marítima. También hubo de hacer frente a
una casi continua rebelión en Flandes.
Fue el monarca más importante de la dinastía de los Austrias, con él la
monarquía española alcanzó su apogeo, aunque también se granjeó gran
número de enemigos. Se difundirán en toda Europa escritos denigratorios que
crearon lo que se ha llamado la “leyenda negra”
II.- Desarrollo.
POLITICA INTERIOR
2. Otro de los grandes problemas que tuvo que afrontar el rey en el interior,
fue la revuelta de Aragón o el caso de Antonio Pérez (promotor de la leyenda
negra sobre el rey).
En el complicado entramado de la Corte (enfrentados dos grupos, el de duque de
Alba y el del príncipe de Éboli), Antonio Pérez se vio envuelto en un complot político
y acusado de traición y asesinato. Fue arrestado por el asesinato de Juan de
Escobedo (hombre de confianza de don Juan de Austria) y por abusar de la confianza
real al conspirar contra el rey. Huyó a Aragón, de donde era originario, y
reclamó la protección del Justicia Mayor de Aragón, Juan Lanuza. Éste se negó
a entregarlo a Felipe II cuando el rey lo reclamó, aduciendo que los ciudadanos
de Aragón tenían el derecho a ser juzgados por los tribunales de ese reino. Se
convirtió en el símbolo de la resistencia de las libertades aragonesas frente al
centralismo castellano.
Felipe II acusó de herejía a Antonio Pérez ante la Inquisición, único tribunal
común a todos los reinos. Aún así, el Justicia apoyado por las autoridades de
Zaragoza, enfrentadas al rey por la constante violación de sus leyes, se negó a
entregarlo. Felipe II violando los fueros de Aragón, envió un ejército que puso
fin a la sublevación, ajustició a Juan Lanuza, el Justicia Mayor de Aragón y
procedió a la restricción parcial de los fueros aragoneses. Mientras tanto
Antonio Pérez huyó al extranjero. Pérez consiguió huir a Francia, pasando
antes por Inglaterra. Una vez en territorio galo, Antonio Pérez recibió el apoyo
de Enrique IV, al poner en manos de éste atractivos proyectos
desestabilizadores para España. El fracaso de los intentos de invasión francesa
motivó el traslado de Pérez a Inglaterra donde también contó con importantes
ayudas, ofreciendo interesante información que sirvió para el ataque inglés a
Cádiz en 1596.
Este caso puso de manifiesto el conflicto entre la legalidad foral y la voluntad
centralizadora del monarca.
Felipe II como su padre, fue un rey absolutista, continuó con las instituciones
heredadas de Carlos I, y con la misma estructura de su imperio y autonomía de
sus componentes. Pero gobernó como un rey nacional, España y
especialmente Castilla eran ahora el centro del imperio, con su administración
localizada en Madrid. Felipe II no visitó apenas sus territorios de fuera de la
península y los administró a través de oficiales y virreyes quizá porque temía
caer en el error de su padre (Carlos I, ausente de España durante los años de las
rebeliones comuneras), quizá porque, a diferencia de su padre (que aprendió muy
mayor el castellano) Felipe II se sentía profundamente español .
Convirtió España en el primer reino moderno, realizó reformas hidráulicas y
una reforma de la red de caminos, con posadas, con una administración y
una burocracia desconocida hasta entonces, los administrativos de Felipe II
solían tener estudios universitarios.
Realizó innovaciones militares en todos los sentidos. En el mar,
destacaba la utilización masiva de galeones. Destinó gran cantidad de dinero
para crear la mejor red de espionaje de la época. Es muy conocido el uso de
la tinta invisible y de la escritura microscópica por parte de los servicios
secretos de Felipe II. El comercio con las colonias españolas estaba
fuertemente controlado.
Felipe II se comunicaba casi diariamente con sus embajadores,
virreyes y oficiales repartidos por el imperio mediante un sistema de
mensajeros que tardaba menos de tres días en llegar a cualquier parte de la
península o unos ocho días en llegar a los Países Bajos.
El gobierno mediante Consejos instaurado por su padre seguía siendo la
columna vertebral de su manera de dirigir el estado. El más importante era el
Consejo de Estado del cual el rey era el presidente.
Felipe II y su secretario se encargaban directamente de los asuntos
más importantes, otro grupo de secretarios se dedicaba a asuntos cotidianos.
Durante su reinado, la Hacienda Real se declaró en bancarrota tres
veces.
Política exterior
Hereda también los enemigos de su padre.
Luchó contra la corona inglesa por motivos religiosos, por el apoyo que
ofrecían a los rebeldes flamencos y por los problemas que suponían los
corsarios ingleses que robaban la mercancía americana a los galeones
españoles en la zona del Caribe (a partir de 1560). Así pues, los principales
escenarios de los combates serían el Atlántico y el Caribe.
Empezó la lucha con Isabel I para defender los intereses de María Estuardo.
La ejecución de la reina católica de Escocia, María Estuardo, le decidió a enviar
la llamada Grande y Felicísima Armada (en la Leyenda negra, Armada
Invencible) (en 1588), la cual fracasó. El fracaso posibilitó una mayor libertad al
comercio inglés y holandés, un mayor número de ataques a los puertos
españoles (como el de Cádiz que fue incendiado por una flota inglesa) y, asimismo, la
colonización inglesa de Norteamérica. A partir de estos hechos y hasta el final
de la guerra, España e Inglaterra consiguieron victorias a la par en los
combates navales librados por ambos reinos, tanto en el mar como en tierra.
Con lo que la guerra se mantuvo en un empate de pérdidas de recursos para
los países hasta el final.
(Mientras los ingleses saqueaban las posesiones españolas y no consiguieron nunca el
objetivo de capturar una flota de Indias, la Armada española se preparó sin mucho éxito para
invadir Inglaterra, repelió algún ataque inglés y los corsarios españoles capturaban toneladas
de mercancías de barcos ingleses. Los ataques ingleses, de piratas o corsarios a sueldo,
solían acabar en fracasos con pérdidas nada desdeñables, entre los que destaca el fracaso de
la Armada Inglesa o Contraarmada. La situación se equilibró, hasta que Felipe III firmó el
tratado de Londres en 1604, con Jacobo I, sucesor de Isabel I).
III. Conclusión.
A la ya malparada situación económica en Castilla que recibió de Carlos I,
Felipe II dejó España en una profunda crisis. La vida de los españoles del
tiempo era dura: La población soportaba una inflación brutal, la carga fiscal
tanto en productores como en consumidores era excesiva. Debido a la inflación
y la carga fiscal, cada vez existían menos negocios, mercaderes y empresarios
dejaban sus negocios en cuanto podían adquirir un título nobiliario (con su baja
carga fiscal).
En las últimas Cortes, los diputados protestaron efusivamente ante otra
demanda de más dinero por parte del rey, urgiendo por una retirada de los
ejércitos de Flandes, buscar la paz con Francia e Inglaterra y concentrar su
formidable poder militar y marítimo en la defensa de España y su Imperio.