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CONTROL DE LECTURA DE “EL ECONOMISTA CALLEJERO”

NOMBRES Y APELLIDOS: Eddy Soto Cabello

1. A partir de la lectura, El Economista Callejero, fundamente su posición respecto a


si los derechos fundamentales como educación, salud, entre otros, deben ser
gratuitos.

Para comenzar, debemos tener en consideración, algunos aspectos relevantes que


explica Axel Kaiser en su obra El Economista Callejero. Él nos expresa que no todo lo
que se demanda como derecho fundamental es gratis y si supuestamente se obtiene
algo gratis, es a cambio de un beneficio personal, lo que él denomina como lucro
unilateral, a lo que en la actualidad nosotros le llamamos derechos sociales
fundamentales, tales como la educación, la salud, entre otros, a los que él los
denomina bienes o servicios económicos, manifestando que esto genera una gran
confusión en una sociedad que tiene recursos escasos y fines múltiples; por ende, se
tiene que decidir cómo se destinan esos recursos.

De esta manera, Kaiser nos da a entender que, no habría toda una discusión,
protestas o movilizaciones a fin de que estos estos bienes económicos o derechos
fundamentales (como la Educación, la salud, entre otros), sean considerados gratuitos
para los usuarios; sin embargo, lo que sustancialmente significa en palabras del autor,
“que no necesariamente es gratis para los que lo pagan, como no es lo mismo los que
se benefician de estos bienes económicos de los que lo pagan”. Todo ello implica que
de algún lado salen los medios financieros o alguien puso el capital para que se
beneficien de estos derechos fundamentales, a modo de gratuidad.

Es por todo esto, que tenemos que reflexionar que la educación necesita de gastos,
como pagar a los docentes, personal de aseo, libros, computadoras, etc.; asimismo,
en cuanto a se refiere a la salud de igual forma se requiere también de gastos para
pagar a médicos, enfermeras, medicamentos, personal de salud, entre otros, por lo
que observamos que estos derechos no son meramente gratuitos.

El argumento de señalar a la educación o a la salud como gratuita, es un fundamento


utópico, puesto que, como percibimos en la práctica y que nos ha hecho comprender
el autor, estos bienes económicos, en la realidad se dan con fines lucro, esto quiere
decir, que todos los que desean una educación gratuita u obtener el derecho a la salud
gratis, es lo que Kaiser denomina, como ya se había mencionado líneas atrás, como
lucro unilateral. Es así que, la gratuidad de los derechos sociales fundamentales, como
la educación y la salud no se dan de manera gratuita, por lo que es completamente
erróneo llamarlos gratis en el plano de la realidad, lo cual significa que no
necesariamente pagan los beneficiarios; no obstante, lo pagan los contribuyentes, por
medio de sus impuestos.

Además, como el autor expresa, cuando decimos que es inmoral que algunos
derechos como la educación y la salud estén supeditados a una ganancia, lucro o
costo, se termina cayendo en lo que denomina el autor “la trampa del lucro unilateral”,
por ejemplo, cuando nos referimos a que un paciente desee ingresar a un nosocomio
sin pagar, (como podríamos considerar al Seguro Integral de Salud- SIS), porque se
encuentra delicado de salud, esperando que pueda ser atendido por un médico y
además obtenga medicamentos de forma gratuita, esto significa que ellos van a salir
beneficiados, sin dar nada a cambio, creyendo erradamente de que estos centros de
salud y los médicos no lucran, y que se recibe una atención médica gratuita, por lo que
este derecho a la salud es un bien económico, porque implica un capital, a pesar de
ser escasa y demandada, lo que esto significa que alguien debe trabajar para poder
pagar la atención de salud, ya que estos centros de atención médica, las máquinas
que utilizan, los médicos, las enfermeras, los medicamentos, no se generan de
manera natural, como el aire que respiramos (al menos que sea por una máquina de
oxígeno artificial), por lo que estos bienes se deben obtener de forma coercitiva, o
recibir como donación o se tenga que pagar por ellos, lo que quiere decir que se debe
producir algo para intercambiarlo, a cambio del servicio de salud o educación de
manera que quienes producen lo necesario para impartir educación o atender a un
enfermo, reciban a su vez algo a cambio de lo que ofrecen. Ahora bien, si compramos
salud, educación u otros derechos se estaría lucrando. Entonces, exigir educación o
salud gratuita comprende exigir un lucro unilateral, dado que al adquirir un beneficio
sin dar nada a cambio no existe. De ahí que la gratuidad, como lo expresa el autor,
“solo puede ocurrir mediante la confiscación que el Estado hace a través de
impuestos”, lo que quiere decir que se le quita a un tercero o a algunos por coerción,
parte de su arduo trabajo, no siendo beneficiarios directamente, pero proporcionan a
otros que sí se benefician al recibir educación o salud. En suma, lo que debe quedar
claro es que “cada vez que se le pide algo, de manera gratuita al Estado, se exige un
lucro unilateral, mediante la apropiación de la propiedad ajena, o de las labores de los
trabajadores”, volviendo a la realidad de no existen bienes o derechos gratuitos,
debido a que cierta cantidad de empleados que recibe un pecunio por su labor, el
Estado les confisca mediante impuestos; por lo que se origina que la demanda de
estos derechos sociales fundamentales, sea de manera artificial, ya que quienes
reciben directamente el bien, o servicio o el derecho a la educación y a la salud, por
ejemplo, no son necesariamente los que los pagan, De ahí la inflación de médicos,
enfermeros, asistentes de salud, entre otros, sin mayor utilidad, representando un
capital malgastado, los que se ahorrarían según el autor, en un mercado sin
contribuciones o impuestos, es por esto que uno de los derechos más cuestionados,
es el de la salud, ya que producir medicamentos o vacunas (para combatir el virus,
como por ejemplo la vacuna para el COVID), cuestan miles de millones de soles, por
lo que son dispendiosas cuando entran en circulación, evidenciándose que los que
cuentan con mayores recursos pueden ser los primeros en obtener estas medicinas,
observándose una eminente desigualdad. Pero, también los que pueden obtener
primero a dichas medicinas, hacen que estos bienes logren ser más accesibles para
todos, más adelante.

El derecho a la educación de forma gratuita, implica supuestamente que el Estado se


hace cargo, lo que debería permitir que las familias puedan reorientar su capital en
otros bienes; sin embargo, al igual que la salud, la educación también es financiada de
manera coercitiva a través de los impuestos, es decir que la educación de cierta parte
de beneficiarios a la educación, es dada por el trabajo de otros, que quizás ni siquiera
se beneficien con el derecho mencionado. Como el autor señala, suele afirmarse que
el Estado debe proveer gratis estos derechos sociales fundamentales a todas las
personas, mas al contrario, como se ha visto a lo largo de la lectura, en la realidad
esto no es así, ya que el Estado no es un ser milagroso para adquirir recursos de la
nada, por lo que terceros tienen el deber de trabajar para originar esos recursos, por lo
que el Estado, a través de los funcionarios, se vale del trabajo del otro, mediante el
cobro de impuestos, por lo que se concibe que el “Estado redistribuye riqueza, mas no
los origina”; en otras palabras, los derechos sociales fundamentales como la
educación y la salud, que alguien se beneficia por parte del Estado, es en realidad
financiado por el trabajo de otros, a través de los llamados “impuestos o tributos”, por
lo que en sí estos derechos fundamentales no son gratuitos.

En conclusión, estoy de acuerdo, con la posición que toma Axel Kaiser, en su libro “El
Economista Callejero”; dado que, el Estado no otorga derechos fundamentales, como
la educación y la salud, de manera gratuita, ya que son los trabajadores los que
solventan dichos derechos o como los define el autor en mención, bienes o servicios
económicos; a través de impuestos, que nos quita el Estado, a través de los
funcionarios, de manera obligatoria o coactiva, haciéndonos creer que son “Derechos
sociales fundamentales gratuitos”. Asimismo, cabe precisar que tampoco es
meramente financiado por otros, sino que, de la misma manera, las Instituciones que
forman parte del Estado, como son los colegios o universidades, cobran matrículas y
uniformes de los estudiantes; del mismo modo, en cuanto a la salud (en los hospitales
o seguro integral de salud-SIS), cuando no hay un medicamento o no tienen los
equipos necesarios para dar una buena atención, el presunto beneficiario, valga la
redundancia, solo se beneficia parcialmente, ya que tiene que acercarse a comprar
sus medicinas en farmacias particulares, o tiene que acudir a una clínica particular y
pagar para ser atendidos con los equipos debidamente necesarios, que no hubiera
encontrado en un establecimiento de salud del Estado. En suma, estos mal llamados
derechos fundamentales de forma gratuita, en la realidad no se observan de esa
manera. Además, añadiendo a todo lo descrito, los funcionarios del Estado son otra
parte que se beneficia de nuestro trabajo, a través de los gravámenes o tributos,
haciéndonos creer nuevamente que ellos formulan que la educación o la salud, entre
otros derechos, sean gratuitos para todos.

2. ¿Cuál es el tratamiento que la Constitución Política del 93, les otorga a estos
derechos fundamentales (educación y salud)

En cuanto al derecho a la Educación, la Constitución Política del Perú, del año 1993,
en el Art. 17° establece que “La educación inicial, primaria y secundaria son
obligatorias. En las instituciones del Estado, la educación es gratuita. En las
universidades públicas el Estado garantiza el derecho a educarse gratuitamente a los
alumnos que mantengan un rendimiento satisfactorio y no cuenten con los recursos
económicos necesarios para cubrir los costos de educación (…)” Como observamos,
el Estado considera que los niveles inicial, primaria y secundaria son obligatorias para
todas las personas, asumiendo que es responsabilidad del Estado que exista una
oferta al alcance de ellas, por lo que, en todas las instituciones estatales, la Educación
debería ser gratuita; así como en las Universidades Públicas, el Estado debería
garantizar el derecho a educarse de manera gratuita siempre y cuando estos
estudiantes tengan un buen rendimiento académico y no cuenten con recursos
económicos para cubrir estos gastos, por lo que supondríamos que no se cobra por la
prestación de este servicio, y que todas las personas tienen el libre acceso a estas
instituciones, pero ya hemos visto que en la práctica esto no es así, ya que esto
genera un costo que indirectamente lo paga el beneficiario o la sociedad a partir de su
trabajo, con el pago de sus tributos.
Por otro lado, el Artículo 7° de la Constitución Política del Estado, prescribe que
“Todos tienen derecho a la protección de su salud, la del medio familiar y la de la
comunidad, así como el deber de contribuir a su promoción y defensa. La persona
incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física o mental tiene
derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, atención,
readaptación y seguridad (…)” De la misma manera el Artículo 11° de la Carta Magna,
establece que, “El Estado garantiza el libre acceso a prestaciones de salud y a
pensiones, a través de entidades públicas, privadas o mixtas. Supervisa asimismo su
eficaz funcionamiento”. Por lo que se puede apreciar, tácitamente, que tener acceso al
derecho a la salud, también es un derecho fundamental y gratuito a su vez; sin
embargo, al igual que el derecho a la educación, este derecho o servicio no es
necesariamente gratis, ya que con las aportaciones de los empleadores se financia las
prestaciones de salud, y cuando nos referimos al SIS gratuito, este se encuentra
dirigido a personas que no cuentan con otro seguro de salud y están en condiciones
de pobreza, o pobreza extremo, y que a pesar de presentarse como gratuito, otros son
los que costean esta prestación de servicios de salud, por medio de sus
contribuciones.

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