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CENTRO DE ESTUDIOS MÍSTICOS CONTEMPORÁNEOS

HINÉNI.

ESTUDIO MONOGRÁFICO.

ZEIR ANPIN O LAS 7 PUERTAS DEL CIELO.

Autora: Viviana “Shamáh” Andrés.

2004.
Índice:

*Introducción
*El Árbol de la Vida.
*Olamót (los mundos)
*Desarrollo Psíquico y Espiritual del Hombre.

*Jésed: La energía del Amor


*Abraham: el profeta generoso.
*Ángeles y Coros.

*Guevuráh: la fuerza interior


*Isaac, el Profeta
*Tiféret: la Belleza y la Armonía
*El patriarca Jacob
*Ejercicio

*Nétzaj
*Moisés
*Ejercicio

*Hod: La energía de la Búsqueda


*Aarón: el paradigma de Hod
*Ejercicio.

*Iesód: el puente estrecho


*José: el maestro perfecto.
*Ejercicio.

*Máljut: la instancia final.

*Magia y espiritualidad del número 7.


*Los Siete cielos
*La estrella de David.
*Conclusión

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Zeir Anpín o las 7 puertas del cielo.

"Y plantó Jehová Dios un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que
había formado. Jehová Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles
atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de
la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Un río salía de Edén para
regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos."

Génesis 2:8-10

Introducción.

Entender el Árbol de la vida y sobre todo experimentarlo es comprender la


creación y su origen. Ponernos a merced del Creador para guíe nuestros pasos
hacia una realidad diferente, hacia un estado de felicidad absoluta, no es tarea
fácil.
El proceso de obtener un estado de conciencia amplificada radica en poner en
prácticas ciertos conceptos que nos llevan al autoconocimiento y sobre todo al
autodominio de las emociones para que fluyan con más fuerzas las energías
cósmicas.
Si bien estamos en un mundo material y físico, descubrimos que la Cábala nos
enseña a transformar el mundo o Cosmos con solo una intención, ya que el
mismo, desea nuestro propio bienestar.
A través de ejercicios básicos, podemos cambiar o modificar aspectos de nuestra
vida, que se han estancado.

Según la Kabaláh, la mente consta de tres energías espirituales en la que media el


cerebro físico, la emoción en cambio, consta de siete energías que se manifiestan
a través del corazón; en total son diez energías que fluyen por todo nuestro cuerpo
físico.
Las primeras tres energías son: Jojmáh , Bináh y Daát. La primera significa
“sabiduría” implicando una fuerte inspiración, ya que nos lleva a buscar la luz en la
región subconsciente y encontrarnos con nuestras potencialidades. Bináh, en
cambio, es el pensamiento conciente, lo que lo hace tangible y le da una dirección
determinada.
Daát, permite la conexión de la mente con las emociones y significa
“conocimiento”, de ahí es que a través del conocimiento se llega al amor y
viceversa. Pues conocer, es unirse a algo, hacerse uno con ello.
En esta monografía tratare de explicar el funcionamiento de las siete esferas que
corresponden a las energías de las emociones. Estas se pueden dividir en
interiores (Jésed, Gevuráh y Tiferet) y exteriores (Netzáj, Hod, Iesód y Máljut),
todas ellas corresponden a lo que la cábala llamo Zeir Anpin. Ésta brota del seno
materno de Bináh y representan los 7 días de la creación.
Pero como mi intención es ayudar al prójimo a poder ingresar al Árbol de la Vida,
selecciono algunos ejercicios de meditación muy simples que llevaran a armonizar
las diversas situaciones de la vida.

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Las Sefirót son esferas que corresponden a los distintos grados de conciencia,
emanaciones de Dios manifestado. Es decir, no son un intermedio entre Dios y el
hombre, sino fases diversas de su manifestación.

El Zohar dice: que las Sefirót les fueron reveladas a Adán en forma del Árbol de la
Vida y del conocimiento trayendo salvación al mundo. Pero Adán las separó y
decidió adorar solo a Maljut, trayendo polaridad y separación.
He de aquí, que nuestra tarea es volver a la Unidad, buscando una mayor
conexión con lo que pensamos, sentimos y hacemos.
Ese es la finalidad de la Kabaláh, no fraccionarnos, buscar siempre una
correlatividad en el pensamiento, en el sentimiento y la acción “aprender a mirar
con el ojo de la razón del corazón”.
De esa forma lograremos una coherencia y nos armonizamos con la Creación
generando un espacio propicio para poder dar y recibir abundancia.

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La palabra Árbol etz en hebreo, esta compuesta por las letras Ain que significa ojo
y tzadeh que significa justicia. Lo cual quiere decir que el simbolismo del Árbol de
la Vida es la visión justa y clara de las cosas.
He aquí a donde apuntaremos, ya que el Árbol se corresponde en analogía al ser
humano con sus raíces sobre la tierra (Maljut) y sus ramas recibiendo los distintos
atributos de la manifestación Divina.
Podemos decir, que el Árbol de la Vida es una escalera de ascensión espiritual,
compuesta de diez esferas donde el hombre puede llegar a Dios y Dios al hombre.
Es el espejo y síntesis del hombre en el Cosmos. Se divide en tres columnas o
pilares: la activa o positiva es masculina y se haya a la derecha, la receptiva o
pasiva es femenina, mientras que la tercera, es el eje central, siendo neutra.
Es una escalera compuesta de principios morales básicos y virtudes que el
hombre debe llevar a cabo en su conducta diaria.
La escalera de la cual hablamos, tiene un recorrido vertical. La primera lectura
serían los mundos (Olamót) y vamos a proceder a explicar solo una parte de ellos
correspondiente al estudio de Zeir Ampin.

OLAMÓT (mundos)
Como bien sabemos, Olamót significa “Mundos” en hebreo. Si tuviera que pensar
en ellos serían como grandes espacios donde la luz de la creación refracta de
manera diferente, a medida que se traspasa los diferentes mundos que identifico
como grandes circunsferencias, llenas de luz Divina, van surgiendo diferentes
criaturas que reinan en cada uno de éstos mundos.
Zeir Anpin es el reino de la emoción y la formación se lo denomina Yetziráh es el
ámbito principal de los ángeles. Donde moramos se denomina Assiáh, es el
mundo del tiempo, el espacio y la conciencia terrestre.
Estos niveles o mundos se hallan alejado de la fuente primordial, pero no son de
menor importancia ya que desde aquí se hallan los moldes de la creación.
Es importante observar como la emoción se halla en el medio del Árbol
correspondiéndose al centro de nuestro cuerpo que es el corazón (ruaj), de allí
provienen las emociones, lo más sutil hasta llegar al cuerpo.
A veces me pregunto si las enfermedades provienen solamente de las emociones,
pues lo más sutil es lo más débil y fácil de poder ingresar. Pero también, podemos
decir, que las enfermedades son también parte de la mente y se originan en los
pensamientos, muchas veces concientes. Si pudiéramos curar nuestro corazón
sería mucho más fácil filtrar cierta información mental consciente y subconsciente.
Como cada Sefiróts se vinculan unas a las otras es difícil solamente sentir y
expresarse sino hay detrás un pensamiento consciente y un conocimiento sobre
las cosas.
Aristóteles decía que hay cuatro causas de las cosas: la causa material (el
problema concreto), la causa formal (el análisis de lo que podría ser la
consecuencia del problema), la causa eficiente (las posibilidades de poder encarar
a ese problema) y la causa Final ( la resolución.
Esto no hace mas que marcar las 4 formas de una realidad y la Kabaláh da
veracidad a éste concepto, ya que donde nos encontramos están todas las
realidades.

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Este tema, se puede desmenuzar desde distintos ángulos, pasando por la
geometría de Pitágoras, hasta la astrología con sus 4 elementos astrológicos:
tierra, fuego, aire y agua.
Y si lo tomamos desde una perspectiva mística, el nombre de Dios conlleva esas
cuatros realidades, pues las letras que la conforman son: iud, hei, vav y hei, en
donde Zeir Anpin se ubica en la Vav y Máljut en la hei, conformando el nombre de
Iehováh.
Cabe advertir que estos 4 mundos no están solos en el Cosmos, sino que la
cantidad de realidades son infinitas, pero tomamos esos cuatros como esenciales.
Veremos que pasamos desde lo denso a lo sutil, desde lo metafísico a lo
manifestado. El mundo de Ietziráh, es el mundo de las almas gemelas o
compañeras. También las almas Guías, que nos indican qué camino tomar, estas
pueden ser Ángeles o Maestros espirituales y son vistos en sueños proféticos o a
un nivel aúrico, que no pertenecen a la dimensión física.
En cambio, en Assiáh, están los Maestros en forma física, los elementos de la
naturaleza y los animales.
Pero ahora bien, ¿cómo logramos acceder a esos mundos? Pienso que a través
de la búsqueda espiritual, desde la meditación, hasta la contemplación de
imágenes, teniendo por bandera la fe constante y sobre todo el ejercicio de la
práctica y la voluntad.

Desarrollo Psicológico y espiritual del Individuo.

“Allí donde te encuentras estarán todas las dimensiones de la realidad” Moshe


Cordovero. Decidí comenzar con ésta cita, por la razón del tema que voy a
desarrollar.
En nuestro cuerpo y en nuestras células se hallan todas las dimensiones y
también nuestras creencias humanas, es decir la historia de lo pasado y lo que
vendrá.
Si hablamos de nuestra historia, podemos dividirlo en tres etapas: el mito, la
religión y el misticismo.
La primera se caracteriza por la participación activa del hombre con los dioses
(fuerzas de la naturaleza) Esto es natural y espontáneo. Esta etapa es sumamente
rica e intensa, ya que el hombre convivía con lo sagrado.
Este estadio es interrumpido por el segundo, la etapa religiosa: en donde nacen
todas las religiones, judaísmo, cristianismo, islamismo, etc.
La etapa religiosa trata de ordenar el caos de lo pagano, buscando purificación.
Para la religión, el marco de encuentro entre Dios y el hombre ya no es natural,
sino de orden moral.
La tercera etapa, es la de producir un encuentro entre el hombre y Dios, con una
búsqueda que intenta salvar los fragmentos quebrados por las religiones.
Recupera el sentido de Unidad, ya la moral y la fe no es solamente una causa
para la realización interior, sino el conocimiento y el orden reparador desarrollan
un papel importante. Aquí se agrega el Conocimiento a través de la Experiencia.
Bien, estas fases se relacionan al desarrollo psicofísico del hombre: la infancia
corresponde a la fase mitológica, pues el YO del niño está imbuido de un

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pensamiento mágico y animista, la adolescencia, es la etapa de transición,
poseedora de una visión mas objetiva. Y la última etapa es la de madurez, en
donde encontramos un cierto desarrollo espiritual, una búsqueda más conciente
de Dios, e implica responsabilidad, madurez, participación conciente, elección.
Ahora vemos, que estas etapas se pueden relacionar perfectamente con el Árbol
de la Vida y de la meditación.
Vemos:
1- Yo material niño Maljut Relajación
2- Yo emocional adolescencia Zeir Anpín Respiración
3 - Yo intelectual madurez Jojmah Concentración

La visión Kabalística, es poder diferenciar y a la vez reconocer, que cuando nos


relajamos, estamos tomando conciencia de nosotros en este plano, el físico, el de
la acción, este espacio se ubica durante la mañana, exactamente de 6 a 12hs.
Cuando respiramos, estamos liberando nuestros sentimientos, todas las
emociones que hay en nuestro interior y corresponde al mediodía de 12 a 18hs.
Con la respiración armónica nos ponemos en contacto con nuestros sentimientos
y lo podemos liberar sobre la base de cuatro respiraciones primordiales que
corresponden a los elementos: Fuego, Tierra, Agua y Aire.
Fuego: respiramos por la boca y exhalamos por la nariz (sirve para cuando vamos
a un ambiente muy tenso.
Aire: es en cuatro tiempo. Inhalamos por la boca y exhalamos por la nariz.
Inhalamos por la boca y exhalamos por la nariz. (Esta respiración sirve para
liberarnos de pensamientos que obstruyen la realización de nuestros objetivos.
Agua: expiramos por la nariz y exhalamos por la nariz ( esta respiración la
hacemos cuando nos invaden sentimientos de angustia, depresión, fobia, etc.)
Tierra: inhalamos por la boca y exhalamos por la boca (en esta respiración
podemos fijarnos una intención y tomar la energía directa de la tierra)
Y por último, cuando poseemos un estado de concentración elevada, propio de la
madurez, las Sefiróts correspondientes son Kéter, Jojmah y Bináh, es al atardecer
de 18 a 24hs.
Pero he aquí, que hay una cuarta y última división: la vejez, que se corresponde
al espíritu, se ubica a la noche de 24 a 6hs.
Es decir, que nuestra vida es un ciclo completo de 24hs, que vuelve a comenzar
en completa Unidad.
Desde esta perspectiva tomaremos el Árbol de la Vida, como un volver a la
esencia, al principio de nosotros mismos y volver a comenzar una y otra vez.

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“Advertí que el aro sacro de mi pueblo era uno de los muchos aros que constituían un
círculo, amplio como la luz del día y el resplandor de las estrellas y en el centro había un
poderoso Árbol Florido que cobijaba a todos sus hijos de padre y madre. Y observé que
era Santo.
El poder del universo siempre actúa mediante círculos y todas las cosas siempre tienden
a ser redondas. En los antiguos días, cuando éramos un pueblo feliz y fuerte, recibíamos
nuestro poder del aro de nuestra nación, que era santo y mientras el círculo permanecía
completo nuestro pueblo florecía.
El Árbol Florido era el centro vivo del círculo y la vida del ciclo de las cuatro direcciones lo
alimentaba.
Todo lo que hace el poder del universo, lo hace en forma circular.”
Black Elk
(Sabio indígena de las llanuras norteamericanas.

Jésed: La energía del Amor.

La mente y la emoción son los senderos mediante los cuales entramos en


contacto con el Cosmos.
Mientras los pensamientos hacen posible ver el universo de una forma inteligible,
las emociones o sentimientos expresan la amplitud, la frecuencia y la profundidad
de nuestra relación con el mundo físico y espiritual.
La forma en que sentimos y pensamos nos hace diferentes y únicos, es como una
vasija, adentro entran nuestra forma de pensar y sentir pero la forma no la damos
nosotros, sino el recipiente que la contiene. De aquí, que algunas personas
piensan demasiado y no saben expresarse o no pueden decir lo que piensan y
sienten (también se da en forma inversa), quizás su recipiente es muy estrecho en
su “boca”.
Rabí Lailb Wolf en su libro “La Kabaláh práctica” da cuenta de esto, pensando
que el cuerpo físico es como un recipiente y un conducto para la expresión en el
reino del tiempo y el espacio.
Desde un pensamiento científico, la profesora Candace Pert
Explica que las emociones es parte de un “sistema de comunicación” que desde
el cerebro (donde se halla y se procesa la información), va transmitiendo con un
lenguaje químico a cada célula del cuerpo. Es decir, que la mente y la emoción se
pueden ver como un flujo de información que se mueve entre cada célula y cada
una de ellas posee la información nueva y la vieja como un sistema de
almacenamiento.
En resumen: nosotros podemos recordar sentimientos pasados.
La pregunta es: ¿cómo podemos cambiar esto? Con un simple cambio de
patrón... cambio de pensamiento.
La meditación consciente y tal vez afirmaciones, puede reorientar conductas y
respuestas corporales.

Jésed es la emoción de dar y compartir. Es el flujo Cósmico que impregna la


creación. En la Kabaláh se describe a Jésed con la metáfora del agua. Del mismo
modo que el agua cae hacia abajo desde un terreno mas elevado, Jésed hace el

Una de las mas eminentes profesoras en el campo de la naturaleza fisiológica de la emoción. El libro en el
cual se menciona dicha información es: “Molecules of Emotion: Why you feel the way you feel”.

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mismo trabajo desde la unión con Jojmah y Bináh mediante la acción de Daát. Al
igual que el agua, se relaciona con la pureza y el placer. De aquí deviene el color
azul, se lo asocia con los introvertidos o personalidades reconcentradas o de vida
interior y esta vinculado con la circunspección, la inteligencia y las emociones
profundas. Es el color del infinito, de los sueños y de lo maravilloso, y simboliza la
sabiduría, fidelidad, verdad eterna e inmortalidad. También significa descanso,
lasitud.

Los Maestros jasídicos asociaban a Jésed con el Amor, en hebreo “Ahaváh”, esta
palabra suma trece al igual que Ajád que quiere decir Unidad. Es decir, el amor es
la base de la Unidad y por ende de la armonía.

Si pensamos en Amor, podemos decir, que el ser humano se construye desde la


relación con el otro, es decir que el amor se centra en el servicio y en la
contribución generosa. Es decir, en el Dar sin esperar nada a cambio.
Un ejemplo claro, lo da Rabí Wolf cuando redacta que en el flujo de Jésed, uno
nunca es uno mismo, y aquí se incluye el poder dar consejo a familiares y amigos.
Es muy probable que después para ponernos a prueba nos preguntemos “...¿ qué
es lo que me preocupa en ese momento: Mi orgullo, por el hecho que mi consejo
no ha sido aceptado, o el bienestar de mi amigo?”.
Es una buena pregunta, que quizás podemos hacemos es como revelarnos, pero
debemos recordar que Dios también se reveló en el proceso de la creación.
Cuando nos conectamos verbal y físicamente con el otro, activamos nuestra
Jésed . Lo cierto es que a través del acto de dar, el donante y el receptor se unen.
En una Unidad total y armónica, espiritualmente hablando.
Cuando hablamos de dar al otro, es entregarnos, el hecho de la entrega es
ponernos vulnerables hacia el otro. Por que hay diferentes tipos de entregas, mas
profundas, hasta que esta la entrega total, cuando uno se entrega totalmente a
Dios, no corre peligro su alma. Esto es lo que quiere decir Jésed, si lo tomamos
desde un punto de vista místico el verdadero Amor, esta en entregarse a Dios..
Pero esto hay que plasmarlo en la vida cotidiana y es un desafío importante. Es
desde este punto donde comienza a actuar Gevuráh.

Jésed y Guevurah son las claves de la propia conciencia emocional.

ABRAHAM: el profeta generoso

Cuenta la historia, que Abraham era una persona sumamente generosa y


amorosa. Manifestó su amor por Dios desafiando nada menos que a los líderes y
a la sociedad de una región como la Mesopotamia. Disfrutaba enormemente de
compartir su hogar con extraños y prodigando su generosidad en ellos. Todo lo
que pedía a cambio era que reconocieran que la fuente de esa bondad era el
Cosmos generoso.

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Aquel día, hacía mucho calor y los viajeros no se atrevían a salir afuera por el
temor al sol del mediodía, que hacía del desierto un verdadero horno. Sin
embargo, a pesar del calor y del considerable padecimiento físico que suponía.
Abraham estaba desconsolado por que no tenía huésped alguno. Apiadándose
Dios envió a unos ángeles disfrazados como viajeros del desierto. Abraham les dio
de comer y los confortó.
La gran fortaleza de Abraham era su amoroso corazón, que intentaba
manifestarse en actos de bondad. De ahí que su mayor prueba tuviera lugar
cuando Dios le dijo que sacrificara su hijo más querido Isaac.
Esta fue una prueba durísima, pero obedeció el mandato de Dios aún yendo en
contra del flujo de su Jésed. Sabemos que el sacrificio no tuvo lugar, pues Dios
mandó a un ángel que detuviera su mano en el último momento.
Nuestros antepasados bíblicos no eran perfectos, sino que lucharon con sus
emociones y se elevaron por encima de ellas cuando Dios se lo ordenó. El
genuino influjo de Jésed se centra en los demás, pero si no se tiene la capacidad
para equilibrar la generosidad, se puede agotar o distorsionar es ahí donde entra
la otra fuerza: Guevuráh.

Ángeles y coros.
Como sabemos, las entidades celestiales siempre están presentes en cada esfera.
Aquí Tzadkiel, que significa “caridad de Dios” pertenece al grupo de las
Dominaciones pues manifiestan la Soberanía de Dios y se los puede representar
con cetro y espada, símbolos del Poder Divino sobre la Creación.
Son capaces de despertar en el hombre las fuerzas para vencer a los enemigos
interiores, estableciendo la supremacía de Dios sobre todas las oscuridades.
Siendo las enfermedades una de las manifestaciones de estos enemigos, son las
Dominaciones, los ángeles curadores quienes nos puede ayudar en esos
momentos.

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Guevuráh: la fuerza interior.

La fuerza puede tomar muchas formas. Hay personas que son físicamente fuertes
y su fuerza consiste en la voluntad o tal vez nuestra fortaleza consista en dejar
que nuestros pensamientos fluyan con fuerza. Todas nuestras fuerzas internas,
están conectadas con Gevuráh.

Si bien es una esfera muy polémica, ya que representa la energía roja,


representando el poder divino y simboliza la sangre, el fuego, el calor, la
revolución, la alegría, la acción, la pasión, la fuerza, la disputa, la desconfianza, la
destrucción, el impulso, la crueldad y la rabia; es el color de los maniáticos y de
Marte y también de los generales y emperadores romanos. Evoca la guerra, el
diablo y el mal; si se excede podría ser destructivo.

Algunos cabalistas asociaban a Gevuráh con el demonio Samaél, que en realidad


no es solo un demonio, sino un genio o un daimon en el sentido griego de la
palabra. El coro angélico que protege a Guevuráh son los Serafines, aquellos que
manifiestan la Gloria de Dios, son los custodios de lugares sagrados. Se los
representan con tres pares de alas con ojos, con ellas se cubren el rostro y el
cuerpo para protegerse del intenso resplandor de Dios.
En esta esfera se encuentra: la concentración, la disciplina y el enfoque. La
concentración limita el flujo de ideas como por Ej.: la de un profesor que limita su
información para la mejor comprensión de sus alumnos. Creando un canal
estrecho a través del cual puede influir la fuerza interior y la disciplina limitando
temporariamente la dispersión y la actividad.
Si bien la esfera Jésed es dar, la esfera Guevuráh es recibir asociándose la
primera con la mano derecha y la segunda, con la mano izquierda. Entonces
decimos, que si sólo damos no tenemos un equilibrio y si sólo recibimos, somos
egoístas. Por eso debemos tener un equilibrio sano.
Cabe decir que Guevuráh es la capacidad de restringir, hay una enseñanza
espiritual en ésto, cuando uno se entrega a Dios como lo hacíamos en Jésed, hay
un renunciamiento en esa “entrega”. Uno deja de tener deseos y expectativas,
restringe la ilusión, por que confía en Dios, que él guiara su camino.
En resumen, lo que deseo decir es que: no hay entrega si no hay renunciamiento y
viceversa.
Midat quiere decir medida justa, es decir que cuando uno deja de poner
expectativas en las decisiones tomadas y se entrega al sentimiento de lo profundo
comienza a considerar, que todo sucede para bien.
La fuerza de restricción es lo que permite el equilibrio de los dos polos: negativo y
positivo. El de dar y recibir, manteniendo un autocontrol, pues entre dar y recibir,
se aprende a compartir.
Por ejemplo: cuando pienso en este estudio monográfico, no pienso en recibir mi
título de Orientadora Espiritual, pienso en quién podrá leer este escrito. Quien
pasará su vista por estas letras y que forma de comprensión tendrá. Pienso en el
estudiante de Kabaláh y en el que por primera vez toma un escrito, si podrá

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mínimamente aportarle algo, aunque fuera algo pequeño para que pueda cambiar
un poco su vida. En definitiva pienso, en Compartirlo.
Lo mismo hago con mis pinturas, no importa si están bien o mal, si entienden o no
lo que quise decir, sino en poder compartir mi mundo interno. Y realmente me
sorprendo de sus variadas interpretaciones y éstas me sirven para poder darme
cuenta de algunas cosas que antes no veía.
Es decir dar + recibir= compartir.
Algunas veces cuando uno piensa en compartir, lo hace sin restricción, cuando
uno da un consejo a un amigo o a un familiar como lo decíamos antes con la
fuerza de Jésed, pero a veces hay que dar paso a la restricción, es decir crear un
retraimiento como hizo Dios en la Creación (tzimtzum) para que dejemos entrar la
sabiduría en nosotros y en la persona a quien aconsejamos.
Esto siempre contribuye a una necesidad Divina, quizás es un procesamiento de
la información. Ese sería el flujo de Guevuráh.
En esta Sefirót hay un atributo del alma que también es un poder, se lo denomina:
temor.
Este temor, para la Kabaláh no es igual al miedo, sino que representa el profundo
amor y respeto hacia la Divinidad. El miedo es biológico, en cambio el temor tiene
mas que ver con el respeto y la honra, por que la palabra temor en hebreo se
escribe Irá y la palabra espejo Rái.
Esto quiere decir, que cuando uno se mira al espejo y se descubre, cuando uno se
ve a sí mismo, queda impresionado.
Por ejemplo: cuando hice una de las tantas prácticas místicas, quedé
impresionado con mi propia áura, pero creo que es común, me descubrí con
colores y no es poco, ver algo tan brillante en tu cabeza y en tus manos, hasta que
reaccioné que era mi propia energía, paso unos instantes.
Uno siempre relaciona al temor con el miedo, pero son muy diferentes. Le
podemos tener miedo al castigo (Nefésh) que es el alma instintiva y de auto-
preservación.
Pero el temor, puede sobrevenir como recogimiento ante la presencia Divina
(Neshamá) que es el nivel más elevado del alma o temor al Reinado Divino, que
es a un nivel más emocional (Ruáj).
Esto es básico, el miedo es sólo la representación del ego sujeto a determinados
patrones de enseñanzas dados por la sociedad, familiares, etc., esta sujeto al
instinto de conservación, es decir, que cuando tengamos esa voz interior de “no
podés” sabremos que eso es miedo y no debemos dejarnos llevar por él, tratar de
superarlo es nuestro desafío: el CORAJE.

Isaac: es Guevuráh

Isaac es el hijo de Abraham. La Biblia nos dice que al igual que su padre, Isaac
fue un habitante del desierto, pero no se rebeló contra los principales de la
sociedad. La Toráh le describe como un “excavador de pozos” que es en lo que
consistió su contribución.
Isaac fue el gran consolidador. Reexcavó los pozos que su padre había abierto y
que más tarde, los filisteos habrían llenado.

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Trabajó a la sombra de su padre. En silencio, siguió lo que su padre había
iniciado.
Cuenta la historia que las nueras de Isaac eran idólatras, pero él opta por ignorar
esto con el fin de mantener la paz en el hogar, aunque esta postura le causaba un
gran dolor. Dios se apiadó de él y lo dejó ciego para que no presenciara sus
heréticas prácticas. Solo su fuerza interior permitió contemplarlo todo desde una
perspectiva a largo plazo y le permitió tolerar lo intolerable, en lugar de utilizar su
autoridad como patriarca para no echar a sus nueras de la casa.

Cuando Jésed y Guevuráh están equilibrados el resultado es la belleza espiritual,


que brilla en forma de realización interior y armonía.

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Tiféret: La Belleza y la Armonía.

Es la esfera que representa el centro del Árbol de la Vida, por lo tanto simboliza al
corazón y al pecho. Su color es el amarillo y simboliza la luz, la acción, la fuerza,
la voluntad y el estímulo. “Su símbolo por excelencia es el Sol, por el color y por
que es el dador de vida, los cabalistas llaman a Tiféret “Shemesh” o esfera del Sol
por que es interesante notar que todos los dioses solares son dioses que curan y
viceversa.”
Esto tiene en cuenta de que el sol es el punto central de nuestra existencia y que
sin el mismo no habría sistema solar. El sol es el intermediario entre lo
manifestado y la manifestación. Su energía que extrae de lo más oculto de las
posibilidades del cielo, es proyectada sobre el plano de la creación, produciendo
todas las cosas manifestadas, incluso el hombre.
De acuerdo con esto, podemos decir que centrándonos en su energía podemos
sanar espiritualmente.
Es interesante el paralelo que hay entre la Kábalah y la psicología jasídica, esta
coincide en la idea de que disponemos de la fuerza suficiente para intervenir y
alterar concientemente un estado de desequilibrio. Ambos sistemas nos dicen que
la mente tiene una poderosa influencia sobre nuestro equilibrio espiritual y físico.
Esto nos lleva a pensar, que la mente, de la forma que interpretamos nuestra vida
y de los enfoques que tomemos cada situación depende nuestro equilibrio.
Esto es lo que realiza la medicina cuántica. “...Rachel Naomí Remen, en su libro
Kitchen Table Wisdom, rememora un trabajo curativo que llevó a cabo con un
superviviente del Holocausto cuya respuesta a ese inmenso dolor, es cerrar la
puerta de sus emociones y sentimientos.
La doctora Remen cuenta que éste hombre fue con ella después que se le
diagnosticara cáncer. En un principio se mostró belicoso, pero luego con
meditaciones y ejercicios de meditación, tuvo una experiencia transformadora.
Un día, mientras meditaba, sintió una profunda luz rosada que emanaba de su
pecho. Se sintió dentro de una hermosa rosa. Confuso se fue a pasear por la
playa y a hablar con Dios. Le preguntó a Dios si estaba bien amar a los extraños y
la respuesta de Dios fue como una sacudida: Tú, ves extraños, Yo no.
Desde ese momento, los extraños dejaron de ser extraños, para él.
SI tenemos en cuenta el simbolismo, notaremos que la rosa tiene 13 pétalos. En la
Kabaláh, la compasión de Dios se expresa a través de una secuencia de 13
palabras, que forma parte de una oración judía que se recita en los días
sagrados”.
Es una bella experiencia, muy reveladora, por eso decimos que Tiféret es el poder
del alma de reconciliar los opuestos: Jésed y Guevuráh.
Esto quiere decir, que Tiféret es un eje contenedor, generador de paz interior.


Cita de Dion Fortune “La Kabaláh Mistica” Ed. Kier

Extraido de “La Kabaláh Práctica” Rabí Laibl Wolf

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Rajamín significa misericordia, pues el equilibrio entre la justicia y el amor. El
poder sentir que el otro es en esencia una parte de uno, es tener una visión
armónica de las cosas.
La belleza del flujo de Tiféret, también se expresa en la sabia elección de acciones
y palabras. El exceso de efusividad y de fuerza en las palabras puede generar
mas incomodidad que proximidad. Al entusiasmo debe unírsele la precausión.
Por eso decimos:
Jésed busca, Guevuráh oculta y Tiféret encuentra

Como Tiféret es el arquetipo de la sanación, esta representado por el Arcángel


Rafael, que proviene de la palabra “Rofé” que significa sanación y “El “ que es
Dios.
La vida de Rafael parece salpicada de misiones médicas. Curó a Abraham del
dolor de la circuncisión, pues no se había sometido a este procedimiento en su
niñez, luego fue enviado por Dios a curar el muslo al Jacob, maltratado por
Samaél. Y también se asegura que dio a Noé, después del diluvio un
apreciadísimo libro médico.
La energía del corazón es la energía de la sanación. Es el centro de la vida,
desde el corazón se emanan rayos de luz sanadores tal como la imagen de Jesús
Misericordioso.
Pero cabe advertir, que entre curación y sanación hay una diferencia bastante
grande, ya que la curación es la parte agresiva y esa es la tarea de los médicos.
En cambio la sanación es siempre suave y amoroso, Dios sana espiritualmente y
la medicina cura.

El Patriarca Jacob
Jacob es el que engañó a su padre ciego, Isaac, para que le diera la bendición de
la primogenitura, que pertenecía a su hermano mayor, Esaú.
La Biblia nos dice que Jacob llegó a su padre vestido con una prenda especial,
que era transmisión desde el cazador Caín. Quienquiera que la llevara tendría el
dominio sobre el reino animal. Aquella prenda era increíblemente hermosa y
estaba cubierto de escenas con las criaturas salvajes de Dios.
Fue Jacob el que dio origen a las doce tribus de Israel y se convirtió en progenitor
del pueblo judío.

Hasta aquí Jésed, Guevurah y Tiféret son las esferas que se dedican a las
emociones internas; solo se pueden expresar en el mundo real a través de las
relaciones con la ayuda de las siguientes esferas: Netzaj, Hod e Iesod.

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EJERCICIO:

Este ejercicio fue tomado de “La Kabaláh Practica” de Rabí Laibl Wolf, en este
caso lo resumí para experimentar la energía de las tres esferas.

Siéntese en un sillón cómodo. Cierre los ojos y cálmese. Todo está bien. Imagine
abrir la puerta de una habitación tenuemente iluminada. Pueden sentir multitud de
emociones todas juntas en ese espacio. Siéntase cómodo en esa habitación y con
esa sensación, no se sienta un extraño ante cada una de esas emociones, pero
tampoco se detenga en ellas.
Deambule por la habitación y diríjase hacia el lado derecho de la misma, note
como le embriaga el sentimiento de generosidad y de amor, de colaboración y de
servicio. Quédese en ese lado de la habitación.
Mire la pared de la derecha. Es de un blanco transparente, muy cristalino. Mire
fijamente la pared y podrá ver a través de ella, letras hebreas con las que se
escribe el nombre de Dios. La primera es la yud, la Voluntad Divina, interna e
inescrutable, la hei, la letra del aliento, se puede escuchar como el sonido del aire
sale y entra por los pulmones. Es el aliento de la existencia. La tercera letra es la
vav, teniendo forma de un gancho, nos permite engancharnos a la voluntad Divina
y obtener dirección. La última letra es, una vez mas la hei, pero en ésta ocasión
representa el mundo físico dimensional, así como la energía que mantiene la
integridad de todos los estados físicos.
Concentrándonos en las cuatro letras sentimos el profundo amor de dar y
compartir a medida que se acerque a la pared. Tome conciencia de cómo podría
hacer tangible su naturaleza de dar en el mundo real.¿Cómo puede actualizar su
amor? ¿Con que modos de acción física y verbal puede expresar su amor?.
Aléjese lentamente de la pared y sienta como el flujo de esa energía se va
disipando y comience a acercarse hacia el lado izquierdo. Permítase cierta
limitación, tendrá una sensación de retraimiento, de contención a medida que se
acerque, la sensación será más intensa.
Dentro suyo hay un fruto vivo: la chispa del alma. Pero el alma esta envuelta por
la piel de la mente y la emoción. Toque la pared de la izquierda y sentirá la
contracción interna del alma, la detención, la contención y la retención.
Recuerde el flujo de Jésed , vuelva a vivir ese momento, pero deje que la
retención interna dirija ese flujo de energía. Conténgase. Deje espacio para que
fluya la sabiduría interna.
Toque nuevamente la pared izquierda y sienta el flujo de Guevuráh. Recuerde en
qué ocasión en la que podría haberse callado no lo hizo y por no hacerlo, provocó
un daño.
Aléjese suavemente de esa pared y diríjase al centro de la habitación, extienda
sus dos manos, la derecha con las palmas hacia arriba y la izquierda con la palma
hacia abajo hacia los dos lados del cuerpo. Sienta el flujo potente de las dos
energías. Experimente nuevamente el flujo de Jésed a su derecha y la suave luz
del arcángel Miguel le empuja dándole toda su generosidad. Sienta como su agua
sanadora limpia su mano y corre por su brazo derecho, refrescante y de una color

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azul pálido. Luego, experimente el flujo de Guevuráh a su izquierda, sienta la
fuerza del Arcángel Gabriel, con su fuego sanador y con el color amarillo naranja.
Note como su interior se sobrecoge. Ahora deje que el fuego y el agua se fundan,
los fuegos de Guevuráh se están apagando y el agua de Jésed se está
calentando. Note como se irradia desde el corazón y se extienden por todo su
cuerpo. Tome unos instantes para disfrutar de la calidez de Tiféret. Traiga a su
mente a alguien a quien haya hablado con dureza recientemente. Sienta el flujo de
Guevuráh , pero diríjase inmediatamente a su centro, al agradable calor de Tiféret.
Busque una razón para la mala conducta o el mal hacer de esa persona. Deje que
esa razón se asiente en su corazón y luego proyecte su calidez como si fueran
ondas de compasión. Irradie compasión por todo su cuerpo y proyéctela en la otra
persona. Vea como su rostro irradia una sonrisa y permítase una sonrisa interior.
Lo puede repetir con otra persona cuantas veces sea necesario.
Prepárese para dejar la habitación. Comience a mover los dedos de las manos y
de los pies ahí donde esta sentado y vuelva al aquí y al ahora.

Esta meditación la realicé en forma completa y meditando las esferas por


separado. Pero pude experimentarlo con otra persona, que tenía un estado de
nerviosismo extremo, pude guiarla con bastante éxito, ya que sin tener ninguna
experiencia pudo concentrarse y calmar su Guevuráh e ingresar a Tiféret sin
ningún problema, pues pude simplificar las tres meditaciones en una sola
agregando algunos contenidos que me parecieron importantes, como extender las
manos para recibir la energía.

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Nétzaj

Nétzaj en hebreo, significa “victoria”, esto quiere decir, que para lograr la victoria,
tengo que enfrentarme ¿ante quién? Ante mí mismo. No hay mayor victoria, que la
librada contra nuestras barreras personales.
Es decir, que Nétzaj, no es sólo la victoria de los enemigos externos, sino de uno
mismo. Para esto debemos recuperar la confianza, dejar atrás los miedos y fijar
los ojos en el otro lado.
Nétzaj es la capacidad de aceptar un desafío, hacer que los sentimientos sigan
moviéndose, tiene que ver con la pareja, el compañerismo, la amistad y la
expresión del amor. Se relaciona, además con la música y la naturaleza, como
una expresión de manifestación de la naturaleza del color verde y del planeta
Venus. El color verde es de un gran equilibrio , porque está compuesto por colores
de la emoción (amarillo = cálido) y del juicio (azul = frío) Como es el color de la
naturaleza, los Ángeles custodios de ésta Sefirót son los Principados, son
Ángeles integradores y manifiestan el DOMINIO DE DIOS sobre la naturaleza, su
principal misión consiste en ocuparse de los 4 elementos: aire, agua, fuego, tierra
dentro del orden natural. Son responsables del reino vegetal y se los representa
con cetros y cruces, son portadores del don del equilibrio.
Y Venus, es conocida como la diosa del Amor, se encarga nada menos de unir
fragmentos del ser y el universo. En su aspecto mas alto se relaciona con los
misterios espirituales y místicos del amor y en su aspecto mas bajo se relaciona
con la personalidad y se expresa por la posesión del otro y la energía genital.
Aquí ya podemos expresar nuestros sentimientos al mundo, es la relación con los
otros. Martín Buber seguidor espiritual de los maestros jasídicos en su obra “I and
You” de dos tipos de relación a una las denomina YO-ELLO y representa una
relación en la cual una persona ve a la otra como el medio para alcanzar un fin, la
relación puede ser amistosa pero está orientada al “usuario”.
Un segundo tipo YO-TU. Ésta es la relación de un respeto mutuo y de aceptación.
Consideramos al otro como un todo infinitamente valioso. La relación YO-TU
sacraliza lo secular y santifica nuestras relaciones.
La idea en general nos dice, que para poder comunicarnos, tenemos que ver a la
otra persona como única en el Cosmos y dentro de ella una chispa divina, un
alma; aceptándola tal cual es y no convertirla en un escalón para nuestro fin.
Nétzaj representa la entrada en el espacio del otro, pero como decíamos
anteriormente, para que esto suceda, tenemos que vencer al miedo. El miedo que
nos produce la comunicación, la valoración del otro tal cual es y por ende
mostrarnos con sinceridad, sin máscaras y eso es también otro desafío en el
mundo de hoy.
Rabí Wolf habla de las relaciones humanas como que tenemos que vencer las
fronteras del ego. Pero a mí parecer, no podemos negar lo que está y nos fue
dado, sino más bien tratar de equilibrar el ego.

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Por eso dice, que Nétzaj es un arma de doble filo. Proporciona el impulso de
activar los sentimientos, pero esa activación desequilibrada nos puede llevar a la
dominación y a la busca del poder y del control.
Este es un desequilibrio a afrontar en el mundo contemporáneo, hay muchas
personas que buscan el poder y el control. Tal vez por una carencia de afecto y de
autoestima, buscan el engrandecimiento material. Si sabemos manejar el flujo que
equilibra a Tiféret con un sentimiento equilibrado de cooperación y respeto hacia
nosotros y hacia el otro, vamos a ir en busca de una conexión armoniosa en
Netzáj.
Un ejemplo práctico es la jardinería “cuando el objetivo de la jardinería es
simplemente, el de crear algo con lo cual impresionar a los demás, habrá menos
ternura y conexión.
En cambio, si uno planta un arbolito y lo siente como su propio hijo y trata de
quitar las malas hierbas o mientras poda. Ese amor unirá al jardín y al jardinero y
las fronteras del árbol albergarán a ambos.”

El mejor modo de relacionarnos con una persona


Es considerándola siempre como un fin
Y nunca como un mero instrumento.
Emmanuel Kant.

Moisés

Moisés personifica la Séfira de Nétzaj. Moisés fue el intermediario en la relación


de los hebreos con Dios. De hecho esta relación fue el liderazgo espiritual y de su
ser personal. Siendo príncipe de Egipto.
Moisés salió en defensa de un hebreo que estaba golpeando a un capataz. Más
tarde superó el poder del faraón y dirigió su rigor a una población de cuatro
millones de hebreos durante 40 años. Moisés fue la personificación de Netzáj.

EJERCICIO.

Hay un ejercicio muy interesante, ya que la Séfirot Netzáj es una esfera de


movimiento, para esto buscaremos un sitio donde podamos caminar y mientras lo
hacemos tomaremos conciencia de nuestros pensamientos y acciones.
Vamos a caminar lentamente, tomando conciencia de sus pies y sus muslos, de
que forman se apoyan en el suelo, como se estiran sus músculos al mover las
piernas.
Elija con la mirada un objeto de su interés y centre su mirada en él. Vaya
caminando lenta y suavemente en su dirección, piense ¿hacia donde se
encamina? ¿Por qué va hacia allí? ¿Cuál es la fuente de atracción que lo impulsa?
¿Le dice algo esto acerca de usted?


Ejemplo tomado del libro de “La Kabaláh Práctica”

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Ahora céntrese en sus sentimientos acerca de ese objeto, ¿qué siente? ¿Cuándo
apareció ese sentimiento? ¿Puedo fortalecerlo?
Céntrese en los pies: ¿qué es lo que hace que se muevan en esa dirección? ¿Por
qué lo están llevando hacia ese objeto en particular?
Mientras camina tome conciencia de cómo una parte de usted se proyecta en ese
objeto. Permita que la conciencia se filtre en su manera de moverse. Exagérela si
hace falta, con el fin de que su conciencia se haga discernible en la forma de
caminar.

Repita el ejercicio con otro objeto y con otras partes de su cuerpo por ejemplo, con
las manos, en la forma de sentir; de tocar, como es la textura, si es áspero, suave,
etc.
Realizando este ejercicio dos veces por día durante 15’, podrá descubrir como
alcanza sus objetivos, y como se relaciona con la gente y con la vida.

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Hod: la energía de la búsqueda

Hod significa Gloria, esplendor, es la energía de la búsqueda. Cuando pienso en


mi búsqueda espiritual, reconozco un camino andado, no precisamente en ésta
vida, sino una evolución interna desde otras vidas, otras encarnaciones. Quizás
hay mucha gente que no tiene esa misma búsqueda, tal vez por que se quedan en
las apariencias o por que deben de llegar por evolución conciente.
Hay muchos que viven desde la ignorancia, que más allá de lo que es
comprobable nada existe. Pero no es así, hay muchas cosas que no tienen
explicación lógica desde la ciencia, pero sí la tiene desde la mística, la metafísica,
la parapsicología, psicología, etc.
El obedecer a un deseo profundo del corazón me lleva a estudiar Kabaláh y no
metafísica, por un re-cordar primero pasé por distintas experiencias hasta
encontrarme con la Kabaláh.
Es decir, Netzáj es la esencia, el eje inmóvil y eterno, mientras que Hod es la
energía que me impulsa a buscar ese cambio profundo.
Así como recordar es volver a acordarse de lo que aprendimos anteriormente,
podemos decir, que acordarse también es reconocer Hodaá.
Y cuando uno reconoce se produce un brillo en el interior y comienza a emanarlo a
través del aura.
Mercurio, tiene que ver en el ámbito mitológico, con el mensajero de los Dioses,
antiguamente era considerado como un planeta lumínico, pues estaba mas cerca
del Sol, por lo tanto transmitía esa energía a los demás planetas. Mercurio en
hebreo se dice Cojáb y significa estrella, es decir, que cuando uno reconoce, brilla
como una estrella. Su color anaranjado simboliza el entusiasmo, ardor y facilita la
digestión. Los Coros angélicos que acompañan a esta esfera son los Arcángeles,
hijos de Dios.
Cuando uno reconoce, es importante la aceptación de aquello que reconoce, es
decir, que reconocer es aceptar y entregarse.
La Kabaláh dice que esta afirmación matutina conocida como Modeh Ani,
proporciona el espacio para entrar en los momentos mágicos característicos de la
transición desde la inocencia del sueño a la luz del día. Modeh Ani, significa
“acepto, me entrego o me inclino ante ti” y está vinculado con la palabra hebrea
gracias (todah).
“Gracias” es la verbalización del flujo de Hod, pues expresa el valor de la humildad
y el reconocimiento de los demás.
Es importante saber, que la autovaloración es indispensable, por que cada uno es
único en esta creación. Esto implica que los fantasmas del ser humano, es sufrir
por no ser reconocidos o por no ser queridos.
Sin embargo, hay personas que sufren y se hunden en ese sufrimiento y otras que
intentan superarse y luchar contra las adversidades.
Cuando el dolor de la vida, se puede filtrar bajo la cara de la fe, el dolor se
experimenta más equilibrado. En vez de sentirnos, defraudados y sentir ira, nos
podemos sentar y pensar desde una esencia mas positiva.
Puedo ejemplificar en una situación reciente: cuando pienso en los años que hace
que pinto, que estudio, que trato de hacer lo que creo modestamente, es mi

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camino, me pregunto: ¿por qué todo tan difícil? ¿Por qué no soy valorada en mi
ciudad?
¿Por qué hay alumnos que ya tienen premios ganados a su corta edad y yo que
estoy luchando hace tanto tiempo, siento que recién comienzo? ¿Por qué no hago
lo que esta de moda? Etc...
Todas estas preguntas tienen un significado en común: el reconocimiento a mi
labor. Desde mi primera exposición hasta hoy, siempre tuve un tema...”la
espiritualidad” y aún sin saberlo, algo del árbol de la vida y sobre todo del AMOR.
Y parece que en estos tiempos, esto no está de moda y rara vez mis trabajos son
comprendidos en el ámbito artístico, pero sí en las personas que se dedican a la
espiritualidad.
Si hacemos historias, ninguno de los pintores más famosos, eran aceptados
socialmente, aún sabiendo que rompían y transgredían algunas normas.
Sin embargo, ellos lucharon y triunfaron, es más podemos decir que
“Trascendieron”. Hacer otra cosa, que no corresponde al intenso deseo de mi
corazón sería como un autoengaño, sería no mostrarme a mi misma. Sólo la fe me
lleva a creer que algún día podrán entender, comprender mínimamente lo que les
entregué desde mi corazón.
Hace un tiempo, una alumna me dijo: “después de ver tus trabajos salí un poco
más buena” y le respondí “ese fue mi objetivo”.
Esas son las cosas que te gratifican y que te hacen seguir luchando, si al menos a
alguien le sirve lo que uno le dice a través de colores y formas, la labor artística
está concluida.
Creo que para eso nace el artista, para servir al otro, por que cuando uno ve arte,
se olvida del autor y lo relaciona con su propia experiencia.
Ahí es cuando el flujo de Hod se equilibra, cuando podemos servir o intentar decir
algo que al otro lo identifica, le da un cierto estado de paz. Entonces, ya
comenzamos a pensar dentro de una esencia mas positiva y significativa.
Hod moldea una profunda aceptación de lo que venimos a hacer en este plano. Y
nos brinda la posibilidad de poder recibir las oportunidades que nos proporcionan
las adversidades. Es decir, que a pesar de que me cueste mucho llegar al
reconocimiento masivo, siempre tendré la oportunidad de que alguien piense o se
identifique con lo que hago, cuatro, cinco, diez, veinte, no importa cuanto sean,
siempre vale el intento.
El secreto de la Sefirá de Hod se halla en la aceptación. Hace falta un sentido
“gracias” y una rendición ante el otro para activar la sumisión ante la sabiduría del
creador, mucho mayor que la nuestra. Y para esto, hace falta Coraje.

Aarón, el paradigma de Hod.

Aarón, el hermano de Moisés, es el gran mediador de la historia judía. La palabra


“paz” que significa literalmente “el estado de totalidad mediante un equilibrio
perfecto” es el saludo hebreo Shalom Aleijem. Este singular saludo refuerza la
principal esencia espiritual de la Kabaláh: el autodominio.
Aarón, tenía la capacidad de escuchar con el corazón lo que su pueblo decía, sino
también fue un hábil comunicador. Es decir, que debemos escuchar lo que se está

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diciendo a cada lado, ya que es imposible que haya paz entre la gente sin no son
capaces de oír y escuchar de verdad. Esa fue la tarea de Aarón, las relaciones
interpersonales.

EJERCICIO:

Tome un libro con el cual este familiarizado, debe ser de su predilección. Ábralo
por la primera página del primer capítulo y lea varios párrafos. Repítalo en voz alta
y lea tan lento una palabra que lleve cinco segundos leer una palabra de mediana
longitud.
*Primero concéntrese en los sonidos.
*Repita el ejercicio y concéntrese en el significado de la misma palabra.
*Repita el ejercicio y concéntrese en el sentido de todo el fragmento a medida que
lee las palabras.
Luego de realizar este ejercicio alrededor de una semana, por diez o quince
minutos. Puede seguir con otro ejercicio, consiguiendo una pareja o un amigo,
dedique 10 minutos para conversar. Pero antes de responder aguante tres
segundos a cualquier comentario. Sólo nosotros debemos responder a esta
consigna, no su pareja.
Deje que Hod fluya libremente y cree un espacio de reflexión, a la hora de
profundizar y comprender mejor a los demás.

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IESÓD :el puente estrecho

Iesód quiere decir base y fundamento, pero dentro de esa palabra está Sod que
significa secreto y misterio, es decir, que el fundamento de la vida es cómo uno se
relaciona con el misterio.
Esta relación posee tres atributos: el de conexión, contacto y comunicación.
A Iesód se lo llamó “el puente estrecho”, ya que para llegar a la liberación se
necesita cruzar el puente, de todos los mitos antiguos y los grandes procesos
iniciáticos en donde Iesód funciona como “embudo” de todas las anteriores
Séfirots, para confluir en Màljut, lo manifiesto.
El color de Iesód es violeta profundo, es el color de la transmutación, en donde
uno tiene que pasar por la oscuridad y crear su propia luz.
Como bien dijimos anteriormente, es importante la comunicación con el otro, por
que nos construimos a nosotros mismos. La Kabaláh nos enseña, que Iesód
denota la intensidad, el vínculo y la fuerza de comunicación que hay entre dos
personas.
En nuestra vida cotidiana, huimos de la inseguridad, de las relaciones pasadas, de
nuestros intereses, de millones de cuestiones que nos distrae la mente, sin poder
establecer relaciones mas profundas y significativas con el otro.
Iesód, propone que nos dejemos fluir, que cuando estamos frente al otro,
podamos ver a la persona más importante del universo.
Cuando el potente impulso de Nétzaj se proyecta desde la soledad hacia una
relación, atemperado por la restricción de Hod, que previene cualquier tipo de
dominio y dependencia es cuando la profundidad de Iesód puede fluir sin
obstáculos.
Iesód es también la cualidad de una comunicación marcada por la determinación o
intención (kavanáh) y por un profundo cariño.
Solo en el verdadero compromiso y en la dedicación al bienestar espiritual,
emocional y material del otro, Iesód fluye y genera verdadero Amor.
El flujo de Iesód abarca tanto a un amigo como a un extraño. La kabaláh nos
enseña a dirigirnos a la gente con todo nuestro ser, con la totalidad de Kavanáh.
También nos enseña, que vivir en el aquí y ahora, estando presentes en cuerpo y
alma, nos expandimos y enriquecemos espiritualmente. Tomamos conciencia en
la absoluta santidad que ese instante posee.
Los maestros jasídicos nos enseñan que todos los instantes son especiales e
irrepetibles.
En el instante presente se encuentran el secreto del pasado y del futuro.

Esta enseñanza nos dice, que este singular instante es, al mismo tiempo una
expresión de la forma en que vivíamos en el pasado y un indicio del futuro. El
modo en que abordemos el presente determinará el resultado futuro.

José: el maestro perfecto.


José, era el hijo de Jacob. Le llamaban el “maestro perfecto”. La Biblia dice que
Jacob le dio su hijo mas querido a José, en un manto de muchos colores. Este

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manto representa toda la gama de colores de las Sefirót que José estaba
destinado a reunir y canalizar hacia el mundo. La Biblia dice también que José
salvó a su padre y sus hermanos del hambre. La Kabaláh comenta que esto alude
a la manifestación de las otras Sefirót por el intermedio de Iesód.
José además, poseía el don de interpretar los sueños en una conexión conciente e
inconsciente.
Iesód es el punto de conexión entre la mente y las emociones internas y su
expresión final es a través de Máljut.
José, se convirtió en el fundamento de la supervivencia de los hebreos. Y del
mismo modo, Iesód permite que el flujo Sefirótico sobreviva en la realidad
conciente.

EJERCICIO
Como bien hemos dicho, Iesód, es el tomar conciencia del presente, del instante
en cuerpo y alma. Pensar en el momento presente, en el sitio que estamos
ocupando ahora, tomar conciencia de nuestro cuerpo en cada acción. De eso se
trata el ejercicio:
1- Tome conciencia de cada tarea cotidiana, con los cinco sentidos, despierte
el sonido, los aromas, el tacto y el gusto.
2- Tome conciencia de su cuerpo en cada acción, de que forma toma cada
objeto, como camina y como se siente en ese momento.
3- Tome conciencia de las distracciones, pregúntese: ¿por qué me estoy
distrayendo? ¿En qué me distraigo? ¿Por qué ese pensamiento viene a mi
mente, qué lo origina? Etc.
4- ¿Cómo puedo dar vuelta tal situación para que no me rompa la
concentración y la valoración del instante?

Es un ejercicio muy útil, pues descubriremos de que forma nuestra mente se


dispersa y como no le damos importancia a simples acciones que pueden cambiar
cada instante. Vemos que cada segundo es irrepetible y por lo tanto sagrado.

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Máljut: la instancia final

La palabra Máljut significa Reino. Si bien esta Séfira no corresponde a Zeir Anpín,
decidí incluirla por su significado, ya que es el poder final de expresión de un ser
humano y de la creación. Es la liberación.
Y como nos enseña la Kabaláh, al final del Árbol de la vida, nos liberamos, como
un alquimista realiza su Gran Obra Final, el oro alquímico, para el cabalista sería
la Libertad.
Para esto, es necesario atravesar cada Séfira, hasta llegar Máljut, en donde el ser
humano busca expresarse, cambiando y modificándose en el trayecto.
Máljut se relaciona con todas las partes del cuerpo que es expresión, por ejemplo:
desde lo sexual, la corona del órgano masculino y el órgano femenino, la boca por
que es por la cual expresamos palabras, los pies por el cual expresamos a través
del camino y la piel por la cual expresamos nuestra aura sensitiva y realizamos
contacto con el otro.
En Máljut podemos decir, que hay tres vestiduras: en hebreo se llaman Levushim,
que es el habla, expresión final de nosotros, la otra es Majashabáh es lo que
pensamos y Maasé es la acción.
Por eso, el objetivo final de la Kabaláh es lograr una armonía entre los
pensamientos, lo que se dice y lo que se realiza.
Los maestros jasídicos nos dicen que la palabra o la acción mas simple pueden
crear un cambio de inmensas proporciones en los Mundos Superiores. Esto es
maravilloso, ya que nos proporciona una responsabilidad, no sólo de pensar en
forma bondadosa, sino también de actuar.
La Madre Teresa, nos decía, que una pequeña acción es una gota de agua sobre
un ancho mar y sin esa gota, el mar no sería tan ancho. Así deberíamos colaborar
con cada gotita, para que el mar crezca, esa es una hermosa responsabilidad ¿no
te parece?
Máljut es poder despertar al soberano que hay en cada uno de nosotros, mediante
nuestras palabras y nuestros comportamientos, los demás pueden tener un atisbo
del poder soberano que nos gobierna.
Lo que somos se manifiesta en lo que hacemos.

Es importante saber, que a partir de la humildad, uno es libre verdaderamente.


Cuando uno ambiciona se esclaviza a las cosas. Hay que tomar conciencia de
nuestra pequeñez en la Creación, de que nosotros, no somos el centro, que el
centro es Dios, esa energía sabia e inteligente y única.
Mucha gente pasa años errando por el mundo buscando la felicidad y la
realización. Siempre el premio se halla en las cosas más simples y baratas:
Alguien a quien amar, alguien con quien compartir la vida, alguien a quien cuidar,
alguien a quien ayudar en momentos dolorosos y alguien a quien creer.
La libertad tiene que estar unida a la humildad, incluso un camino espiritual tiene
que ser un camino donde lo que busque es lo que esencialmente es.
La humildad para el cabalista, es saber que somos únicos y debemos cumplir con
una tarea asignada. Cada uno de nosotros, estamos para eso, para cumplir con
una misión que se nos ha sido otorgado. Lo importante es tratar de reconocerse,

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en este espacio, en ese lugar donde Dios quiso que desempeñemos esa misión
importante.
Por eso se dice, que Máljut es el reino, pero sin Kéter (corona) nada tendría
sentido. “No hay reino sin corona, ni corona sin reino”
La Sefirá Maljut es el final, pero también el principio.
Hay algunas preguntas que deberíamos hacernos al final del día:
1-¿ He hecho hoy lo que verdaderamente creo que es importante?
2-¿ He estado trabajando para cumplir mis verdaderos objetivos?
3- ¿Estos realizando lo que realmente me gusta?
4- Si la respuesta a alguna de estas pregunta es no. ¿Por qué no aprovecho el
tiempo?
Por eso, mi propuesta es ocupar la silla que nos corresponda, desempeñar
nuestra misión, realizar nuestra verdadera aspiración. Esa es la liberación.
Voy a concluir con una oración de Gandhi:

“Señor: ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras


para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito no me quites la humildad, si me das humildad, no me quites la
dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la moneda, no me dejes inculpar de
traición por no pensar igual que yo. Enséñame a querer a la gente como a mí
mismo y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si
triunfo, ni en la desesperación si fracaso. Mas bien recuérdame que el fracaso es
la experiencia que antecede al triunfo. Enséñame que perdonar es un signo de
grandeza y que la venganza es un signo de bajeza. Si me quitas el éxito dame
fuerzas para aprender del fracaso. Si yo ofendiera a la gente dame valor para
disculparme y si la gente me ofende dame valor para perdonar. ¡Señor si yo me
olvido de ti, nunca te olvides de mí!”

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Magia y espiritualidad del Número 7

El siete es un número misterioso y mágico. Muchos aspectos de la vida del


hombre son regidos por este número. Son siete días los que tiene la semana, los
mismos que ocupó Dios para formar la tierra. Son siete los mares del planeta. El
hinduismo ha descubierto siete chacras o puntos de energía en el cuerpo, siete
maravillas del mundo, siete pecados capitales, siete calamidades. Dante describe
siete infiernos, los metafísicos hablan de siete niveles de conciencia, Blanca
Nieves se acompaña por siete enanos, el arco iris tiene siete colores, son siete las
notas musicales, siete vidas tiene un gato y la serpiente de siete cabezas, entre
otras muchas.

Siete proviene del latín séptem, séptimo. De acuerdo a la Real Academia


Española, es un signo o conjunto de signos con que se presenta el número siete.
Buscando el origen de este número, observamos que los primeros sistemas reales
de numeración que conocemos pertenecen a egipcios y sumerios. Lo egipcios
adoptaron el 10 como base para su numeración, partiendo de que la mano tiene
cinco dedos y las dos manos 10. En tanto que los sumerios se circunscribieron a
un sistema sexagesimal; es decir, de base 60. Sesenta constituía la primera gran
unidad y sesenta veces sesenta (3,600) fue por mucho tiempo el número más allá
del cual no se concebía, pudiera haber más números, y de aquí su nombre de sar
(círculo, totalidad).

De acuerdo a esta interpretación griega de los números, el siete es la unidad


universal. Tiene un parentesco con el cuatro, símbolo de la tierra, que representa
la realización de la unidad del mundo. Esta semejanza hace que al siete se le
atribuyan los siete astros errantes o planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter,
Saturno, luna, sol). Cuando procede del 6+1 se representa por una estrella de seis
puntas con un punto en su centro, es el equilibrio tendiendo a la interioridad,
revelando el misterio de la circulación de las fuerzas de la naturaleza.

Los esotéricos denominan al siete como número del destino. Este denota a
alguien que está solo la mayoría del tiempo, pero a diferencia de otros, a estas
personas les gusta la soledad, porque son soñadores y un poco filósofos. Este
número concierne más al conocimiento y el desarrollo espiritual que con la parte
material de la vida.

En la cultura judía el número siete desempeña un papel


fundamental en la fonética y es el que domina el ciclo del año.
Cada séptimo día es su sabbát; el séptimo mes es sagrado; el
séptimo año es un año sabático. El año del jubileo era
determinado por el número siete, multiplicado por siete. La fiesta
de los Azimos (pan) duraba siete días, lo mismo la festividad de
la Pascua judía. También se habla de los siete frutos de Israel,
siete cielos, siete cámaras del paraíso; siete categorías de las
almas judías, los siete pastores de Israel (Abraham, Isaac, Jacob,
Moisés, Aarón, David y Salomón).

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Mucho de la magia o encanto por el siete, probablemente deviene por el interés
que despertó en los primeros hombres los fenómenos del cielo. Su curiosidad les
permitió observar desde la tierra, los ciclos repetitivos de los objetos celestes. Esta
observación del movimiento de los planetas fue una herramienta ideal para la
medición del paso del tiempo. Así pudieron determinar los meses y los días. Y
aunque algunos atribuyen un origen bíblico a la duración de la semana de siete
días, tiempo según la tradición judeo-cristiana, que le llevó a Dios la creación del
mundo. Sin embargo, parece ser que la observación del cielo fue la que fijó la
duración de las semanas. Y es que son siete los cuerpos celestes –visibles a
simple vista- fácilmente identificables por describir movimientos diferentes a las
estrellas. Estos cuerpos, también llamados Vagabundos, son: el Sol, la Luna,
Marte, Mercurio, Venus, Júpiter y Saturno. Es por ello que sus nombres guardan
relación con los días de la semana. Domingo, dedicado al sol, proviene del latín
dies solis, día del sol. Lunes; dies lunae, día de la Luna. Martes; dies martis, día
de Marte. Miércoles; dies mercurii, día de Mercurio. Jueves; dies jovis, día de
Júpiter. Viernes; dies veneris, día de Venus. Sábado; dies saturni, día de Saturno.

Existen muchos otros misterios y mitos alrededor del número siete. Las Siete
Trompetas que anuncian el juicio de Dios sobre Roma, las Siete Copas de la Ira,
así como las Siete Plagas Postreras que anuncian el Apocalipsis, son entre otras,
parte de la gracia, misterio, encanto, magia o fascinación que ejerce este número
en nuestras vidas y otras, como los siete colores del arco iris, las siete notas
musicales y los siete mares, tal vez sean coincidencias o parte de los misterios de
la humanidad.

Los Siete Cielos

Abraham, el primer judío, dedicó su vida a vivir con Dios. En mérito de su gran
devoción y autosacrificio, Dios le reveló profundos secretos de la creación,
permitiéndole experimentar lo que él deseaba, estar cercano a Dios. La primera
obra acerca de la Kabaláh, el Sefer Yetzirá, el Libro de la Creación, es atribuida al
patriarca Abraham. Este texto básico de Kabaláh explica los 32 senderos de
sabiduría, todos ellos operativos y funcionales en el proceso de la creación. Los 32
senderos están compuestos por 10 Sefirót o esferas, luces Divinas que actúan
como canales creativos y concientes de creación, y las 22 letras del alfabeto
hebreo. Estos son los bloques básicos llamados recipientes, con los que se
forman todas las combinaciones y permutaciones con los cuales Dios creó el
mundo con palabras. La Kabaláh enseña que esas palabras, permutaciones y
combinaciones de letras son los instrumentos con los cuales el proceso creativo
se lleva a cabo. El principio de comprensión del proceso creativo, es descrito en el
Sefer Yetzirá. Abraham legó su sabiduría a su hijo Isaac, que a su vez la pasó a
su hijo Jacob, y luego a las 12 Tribus. Luego de siete generaciones a partir de
Abraham, por su mérito y el de los Patriarcas que decidieron ser uno con Dios,
fueron meritorios de recibir la Torá en el Monte Sinaí. La Torá que recibieron allí
tiene dos dimensiones: El cuerpo, compuesto por las leyes y la voluntad de Dios.

29
Estas leyes expresan el deseo de Dios para con su pueblo, nuestro completo y
absoluto bien en este y todos los otros mundos. La Kabaláh, la dimensión interior
o alma de la Torá, es la comprensión de los secretos de la creación. La Kabaláh
misma tiene múltiples dimensiones, una dentro de la otra. Hay misterios secretos,
misterios de misterios, y muchas dimensiones del alma dentro del alma. El alma
en si misma posee cinco niveles, uno incluido en el otro. El cuerpo de la Toráh es
la manifestación de la voluntad de Dios hacia nosotros, y el alma de la Toráh es
cómo Dios opera en la creación. Dios nos brinda este conocimiento a través de un
camino muy profundo y específico, porque decidió que seamos parte y socios
Suyos, en el proceso de creación, a través y por cuanto que realizamos su
voluntad en el mundo.
La antigua Kabaláh se conoce como el misticismo del Merkabáh , o Séfer Hejalot
(Libro de los Palacios). El Merkabáh es la carroza divina o el vehículo de luz visto
por el profeta Ezequiel en la Biblia. Poco se sabe de esta escuela fuera de la
Orden de Hermes y del Coro Celestial. Los místicos contemplaron el primer
capitulo del Génesis y la visión de Ezequiel.
Para realizar la ascendencia, el místico tenia que atravesar los siete palacios
dando las palabras correctas, talismanes y signos a los guardianes de cada cielo.
Los místicos del Merkabáh en realidad fueron influenciados obviamente por los
Coro Celestiales.
De esta manera la Kabaláh se sustenta en los misterios de la Merkabáh y el
Maasé Bereshit y las doctrinas de las emanaciones y cualidad del pensamiento
filosófico griego, conjuntamente con el rabinismo. De esta forma, la Kabaláh
comenzó a evolucionar hasta el presente estado. Los libros "Sepher Yetzirah" (El
libro de la Creación o de la Formación) y el Sefer Abahir (Libro de la Claridad) y
otros.
El vehículo espiritual, por el cual uno se eleva es un trabajo interno que desde
hace milenios fue el objetivo de los místicos.
En este caso, veremos los siete cielos desarrollado por Rabí Akiba:

“Cuando ascendí al primer palacio, yo era un devoto (Jasid); en el segundo palacio


era un ser puro (Tahór), en el tercero sincero (Iashár); en el cuarto estaba unido a
Dios (Tamín) en el quinto mostré mi santidad, en el sexto dije la Kedushá
(Trishagión) ante Aquel que habló y creó, a fin de que los ángeles guardianes no
me hiciesen daño. En el séptimo palacio me mantuve erguido con todas mis
fuerzas, mientras todo mi cuerpo temblaba y pronuncié la siguiente plegaria:
“Loado seas Tú, loado sea el sublime en los aposentos de la Grandeza”...

Akiba dice que en el primer palacio se encuentra en un estado de devoción


jasídica. Es la instancia en la que se descorre el velo (Vilón) y se entra en el
espíritu puro. Es un lugar dónde ángeles y humanos pueden comunicarse.
El segundo palacio es Tahór, estado de suma pureza y el cielo es Rakiáh o
firmamento. Aquí es donde reside el arcángel Gabriel. Es el lugar o estado de
conciencia donde los signos de los cielos son revelados a los profetas. Es el lugar
del Espíritu Santo en el hombre, de daát en las Sefirót.

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El primer cielo corresponde al primer día de la creación y pertenece a la Séfirah
Jésed, pues según la Kabaláh, aquí comienza el proceso de la creación , se hace
la luz, Dios quita toda oscuridad, esta oscuridad es de índole metafórica y significa
un vacío y a partir de éste da comienzo al proceso (Tzimtzum)
El segundo palacio, pertenece a la esfera Guevuráh, es donde se pone límites y
Dios demuestra su poderío sobre la creación.
“Y dijo Dios: Haya un firmamento en medio de las aguas y que
separe a unas aguas de otras." 7 Hizo Dios entonces el
firmamento separando a unas aguas de otras, las que estaban
encima del firmamento de las que estaban debajo de él. 8 Y
llamó Dios al firmamento Cielo.
Y así sucedió. Y atardeció y amaneció el día Segundo. “
El Génesis.
Aquí Dios crea el firmamento, después de crear el día y la noche. Es
la esfera de la acción y de la energía roja.
A partir de las emociones es que nos contactamos con las fuerzas espirituales, tal
como Dios creo al mundo a partir del Amor y desde una profunda intención. De
esta forma, el cuerpo constituye un medio en el plano físico, en un espacio real, tal
como las emociones lo son en los diferentes planos espirituales.
El tercer cielo es Shejakim. En él Akiba se encontró en una condición de Iashár o
sinceridad. Es un lugar donde se produce el tiempo.
Este espacio corresponde al la esfera Tiféret es el espacio donde trata de conciliar
y poner orden según el Genesis, entre cielo y tierra, es decir entre las dos fuerzas,
Jésed y Gevuráh.
El cuarto cielo es Zevúl, donde hay plenitud o Tamín. Es un contacto con lo divino.
Corresponde al arcángel Miguel y allí se ubica la Jerusalén Celestial, lugar de
encuentro de muchos Cabalistas.
Este estado de conciencia pertenece a Netzáj significa la Victoria y tal como
venimos estudiando los Cabalistas poseen el don de conseguir la victoria sobre
ellos mismos. Lograr la trascendencia es difícil, tal como ampliar la conciencia y
elevarla.
Según el Génesis aquí, Dios produjo la hierba y los árboles frutales, quizás por el
poder de los ángeles Principados, que mantienen el Dominio de Dios sobre la
tierra.
El quinto cielo es Maón o morada (Hod). Allí Akiba se encontró con los grandes
arcángeles guardianes como Samaél y Zadkiél.
El sexto cielo es Makóm o el omnipresente (Iesód). Es el espacio de seres mas
elevados pertenece al trono Divino o la Gloria (Kavód) y los guardianes aquí son
Domiél y Katspiél.
El séptimo cielo es la presencia del Creador.
Si bien, las esferas tratadas como estados de conciencia elevados a través de la
meditación, no siguen la correlatividad del Árbol de la Vida kabalístico su
significado es trascendente y constituye un camino de liberación espiritual.
También podemos mencionar, otras versiones como la del profeta Moisés, quien
estuvo mas cerca del cielo que cualquier otro. Por esta razón, él llama al cielo que
se halla cerca del él, para que sus palabras sean escuchadas.

31
Cósmicamente hablando, la tierra y el cielo se hallan en balance y dado que cada
ser es un microcosmos, el cielo y la tierra hesitan también dentro de nosotros
equilibrados.
En hebreo el termino cielo es shamain, que es plural, ya que existen 7 cielos y el
equilibro anteriormente hablado se obtiene estableciendo contacto con cada uno
de nuestros cielos internos.
Los siete cielos en orden ascendente son:
Vilon: el ciclo día/noche producido por la rotación de la tierra sobre su eje.
Rakia: el ciclo lunar y el ciclo solar anual.
Shejakim: el depósito de Maná- el terreno de la gravedad.
Zevul: la Jerusalén celestial- el corazón del equilibrio universal.
Maón: el lugar de los coros celestiales- energía cósmica.
Majón: los tesoros de la nieve, el granizo, la humedad, lluvias fuertes, ciclones,
huracanes.
Aravot: el trono celestial, el depósito de la vida, el espacio de las almas de los
justos y de aquellos por nacer- restauración de fuerzas.

Los siete cielos se corresponden con las 7 capas del aura humana constituyendo
el campo energético humano. Estos corresponden, a su vez a los 7 vórtices
energéticos, o centros de energía principales que se hallan en el eje vertical del
cuerpo humano.

Vilon, el cielo más bajo, así como el ciclo día-noche se asocia con el vórtice base,
relacionado a su vez con el elemento tierra y el centro de nuestros sentimientos de
miedo. Miedo por lo desconocido es engendrado por la noche o a la muerte. En
Iom Kipur no hay noche y no hay oscuridad; la luz llena nuestras almas.

Y el miedo se transforma en el temor reverente y consciente ante Dios, en cuyas


manos está el poder de la vida y la muerte.

Rakia, el segundo con los ciclos solares y lunares que regula el ciclo de la vida y
la muerte en la naturaleza, se corresponde con el segundo centro energético, el
lugar en donde se maneja la procreación y se asegura la continuidad de la vida.
En este día somos conscientes de que el espíritu de la vida es eterno.

El ciclo solar anual tiene 365 días de duración. En hebreo “HaSatan” o el


adversario tiene un valor numérico de 364. Ya que son 364 días del año solar
durante los cuales estamos expuestos a las influencias astrológicas.

El tercer cielo, Shejakim, el depósito de Maná se corresponde con el centro


energético del ombligo que regula la función de los órganos digestivos. En Iom
Kipur no comemos ni tomamos, no hay digestión de comida, ya que en este día


Iom Kipur: es el día del perdón La raíz de la palabra Kipur es Kapar, que significa borrar o restregar.
“Removeré la furia de su rostro” (Génesis 32:21). Iom Kipur es el día por el cual las manchas causadas por la
iniquidad son removidas de las almas del pueblo judío.

32
comemos del fruto espiritual del Árbol de la Vida. Todo pensamiento que
asimilamos es puro y sagrado en su contenido.

El cuarto, Zevúl o la Jerusalém Celestial está relacionada con el corazón.


Jerusalém es el centro del Universo, el lugar de encuentro entre el Cielo y la
Tierra, lo espiritual y lo físico. Es el centro del Balance universal. La función de Iom
HaKipurim como el corazón de las festividades del calendario hebreo es restaurar
el balance universal.

Esta no es tarea sencilla ya que el corazón se inclina hacia la izquierda, hay una
tendencia humana natural a desviarse hacia el mal y las equivocaciones
asociadas con la izquierda. El proceso de restauración es Teshuvá, retornando al
punto en donde la suma de bien universal es suficiente para equilibrar la escala
hacia el centro.

El centro del corazón está asociado con el sentido del tacto. La piel es el órgano
del mismo.

El quinto cielo, Maón – en donde los ángeles ministros cantan sus alabanzas a
coro, se corresponde con la garganta, el asiento de la audición. En Iom Kipur la
comunidad de Israel se dedica a la Tefiláh o plegaria, con las gargantas llenas,
estamos colmados de alabanzas a Dios quien atempera sus Juicios con
misericordia y compasión.

Majón, el 6ºcielo, la atmósfera, se corresponde con el denominado tercer ojo, el


centro de la percepción humana. Existen muchas variables para que nuestra
percepción sea siempre la correcta. Nuestro objetivo es ser “tzodek” tener razón,
estar en lo correcto, pero tendemos a perder el rumbo y el objetivo. En Iom Kipur
nos dedicamos a la “Tzedaká” – o actos de intención piadosa. Las acciones de
Tzedká en combinación con nuestra Tefiláh y Teshuvá nos preparan
concientemente para ascender al más alto de los cielos.

El séptimo cielo, Aravot – el espacio de las fuerza espirituales más elevadas y


Neshamót –almas- que trasciende el tiempo. Se corresponde con el punto más
alto de nuestra cabeza, el lugar de recepción de sabiduría divina. A través de la
experiencia de Iom Kipur podemos obtener el nivel más alto de nuestra
espiritualidad. Trascendiendo el tiempo, ingresamos en el Jardín del Edén en
donde nuestra Neshamá, está en comunión con las demás almas.


Neshamá: (alma) se parece a un cordón umbilical espiritual que trasciende los cuatro reinos o mundos con
un extremo conectado a la fuente infinita y el otro al ser físico.

33
La Estrella de David

La estrella de David consta de 2 triángulos superpuestos que forman seis puntas,


desde aquí parten, las meditaciones Merkabáh, pues estas 6 alas simbolizan las
seis Sefirots de la Emoción, el flujo de energía que nos permite dar calidez y
gracia a la actividad cerebral pura.

La Kabaláh nos dice que las 6 puntas representan las dimensiones de los 6 codos
cuadrados de una de las tablas de la ley, donde se inscribieron los diez
mandamientos.

Los triángulos superpuestos forman doce líneas. Simbolizando a las doce tribus de
Israel, cada una de ellas con sus emociones características.

Cada uno de nosotros somos un vórtice, con una energía espiritual. Las diez
Sefirót constituyen un prisma Cósmico. Estas constituyen nuestra personalidad
individual y es el sendero por el cual fluye energía que da vida a nuestro ser.

He aquí un ejercicio práctico para realizar con la dicha estrella, permitiendo que
nuestro que sea un canal para equilibrarnos energéticamente.

Podemos dibujar una estrella en el piso, con crayones y ponernos en el centro.

Inspire. Tome conciencia de sus cinco sentidos. Reconozca sus papilas


gustativas, deje que las fragancias de su habitación penetren en su ser.
Reconozca los sonidos y mire a su alrededor. Cierre los ojos. Deje que los
pensamientos fluyan, pero no se detenga en ninguno de ellos. Visualice una
hermosa zona de césped con la forma de una enorme estrella de David. Usted va
caminando por la hierba y siente la suavidad, hasta llegar a un embarcadero
mirando el azul del mar. Identifíquese con la potencia del océano, con su fuerza y
profundidad, con esa fuerza de determinación. Emplee el tiempo que necesite
para contemplar y sentir su esencia pura y fresca.

De pronto se ve elevado por una brisa suave, posándose sobre un pétalo de una
enorme rosa. Sienta su suavidad y su caricia. La brisa eleva a ese pétalo
suavemente y sienta su relación de éste con la naturaleza. Sienta su fuerza para
crecer, florecer y cerrarse. Sienta la fuerza interna que hay en usted, para crecer y
desarrollarse espiritualmente. Usted es esa flor.

Siga caminando y observe a un león, desde cierta distancia. Observe su majestad


y su porte. Perciba su coraje, identifíquese con él. Tome conciencia de que usted
también puede tener esa misma majestad espiritual y el dominio entre la mente y
el corazón.

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Siga caminando y busque a su amigo mas íntimo que ve que le llama con un
gesto, sonriendo, e inmediatamente siente la calidez y la empatía de su amigo.
Reflexione en sus capacidades para ser un amigo generoso y atento. Tome
conciencia de sus capacidades humanas para fundir su compasión con la
sabiduría de la mente y la energía de la emoción.

Piense en los arcángeles cuando camina. Sienta a Miguel caminando a su


derecha rociándolo de compasión, a Gabriel a su izquierda, dándole dirección y
propósito, Uriel que va delante suyo aportándole iluminación interior y Rafael que
va por detrás potenciando sus capacidades curativas. Dedique un minuto para
poder recibir todas las bondades de estos seres espirituales.

Ahora usted se da vuelta y se da cuenta que usted es esa estrella de David. Que
su alma es el cordón umbilical espiritual que lo conecta con el corazón de la
estrella, con su centro, con su núcleo. Es usted, uno con el todo. Dedique un
minuto a sentir esa sensación.

Conclusión

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En esta pequeña conclusión, podemos decir que todos los caminos conducen a un
mismo destino.
La Kabáláh con el Árbol de la Vida sugiere un modo de pensamiento o una forma
de trascender espiritualmente mas allá de los convencionalismos. Desde una
forma mística, pasando por la psicológica, hasta la filosofica, propone una manera
de cambiar nuestros modelos anteriores armonizando nuestra vida.
Pero también, propone un entrenamiento diario de auto-superación a través de la
Fe.
Sabiendo que a través de las acciones nos cambiamos a nosotros mismo y
nuestro alrededor, que la verdadera magia está dentro de ti y no fuera.
Aquel que estudia, se interesa, practica, aquél que se enfrenta a los cambios, los
resuelve y avanza. No importa cuántas veces debe practicar una acción hasta que
salga bien, el objetivo es ir perfeccionarse lentamente, pero sin pausa. Hay cientos
de maneras de aplicar este sistema, este es solo una manera. Sólo se necesita
voluntad, tesón, conocimiento, amor por lo que se hace, respeto por si mismo y
por los demás y una gran motivación, sabiendo que el éxito acompañará al
trabajo.
Solo se necesita varias cosas a tener en cuenta:
1. En lo que creas, se manifestará. Todo en lo que tu creas...se manifestará
de una u otra manera.
2. Cambiando tu percepción, cambias la realidad. Cuando logras adquirir
mayor conocimiento de alguna cosa en particular, comienzas a cambiar.
Cuando cambias tu, comienzas a entender la realidad de otra manera, de esa
forma cambias tu percepción de todo lo que ocurre y al instante también
estarás cambiando la manera de abordar esa realidad. Por consiguiente si
solo ves problemas a tu alrededor, ellos estarán, si ves desafíos, todo será
diferente.
Donde otros ven inconvenientes, tu ves oportunidades.
Donde otros solo perciben problemas, tu percibes caminos abiertos a recorrer
con entusiasmo y creatividad. Tu percepción interna te hace diferente.
3.El mundo es un reflejo de tus pensamientos...... ya que éstos crean tu
realidad......
Es entonces indispensable que comiences por cambiar tus pensamientos
antes que te esfuerces en cambiar la realidad. Son la clase de pensamientos
que tienes, quienes te hacen ver oportunidades o problemas. tu ruina.
Pensamientos luminosos, claros, amorosos, optimista, te llevarán a avanzar,
o te podrán estacionar, o retroceder según sean la clase de pensamientos
que poseas.
4. La negatividad que ves afuera no es más que la que llevas por dentro......
Si quieres un mundo mejor necesitas purificar tu manera de pensar. Todo lo
que eres se manifiesta afuera de ti. Cambia tu interior y cambiará tu “afuera”.
El mayor trabajo siempre lo tienes que hacer tu mismo.
5. La energía sigue a tu pensamiento. Es una Ley Universal. Allí donde esté
tu pensamiento, allí vas detrás tu también. Por eso es tan importante la clase
de pensamientos que tienes, ellos son los que “imantarán” a la energía para
que luego se manifieste, obteniendo tus objetivos, o tus pesares.

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6.Ten claridad en tu propósito. Necesitas ser específico y saber exactamente
lo que quieres. No camines por la vida cambiando una y otra vez tus deseos
y objetivos mientras tratas de lograrlos, ya que de esta manera interrumpes la
orden de manifestación.
La Kabaláh es práctica y su conocimiento es universal. Sus ideas nos
proporcionan un modelo, que se encuentran tanto en el conocimiento oriental,
como en el occidental, es decir, un mismo saber en distinta vasija.
En la práctica espiritual judía, este saber toma la forma de Sefiráh, pero no
excluye a nadie en su religión, su sendero espiritual y sus creencias.
Lo importante es saber, que desde nuestro “pequeño, gran lugar” podemos hacer
algo por nosotros y por los demás. Desde “mi pequeño, gran lugar” tomo el
compromiso de unir el arte a la Kabaláh, para que se difunda este gran saber.

BIBLIOGRAFÍA.

37
La Kabaláh Practica Rabí Laibl Wolf. Edit Obelisco.

Psicología del Color Viviana Andres

Diccionario de Símbolos Juan Eduardo Cirlot.

La Kabaláh Mistica Dion Fortune. Edit kIER.

Introducción a la Kabaláh Ione Szalay. Edit. Kier

La magia del número 7 (artículo) Prócoro Hernández Oropez.

La Victoria de la Conspiración. Hania Cjawkosky

Jugando con los ángeles Hania Cjawkosky

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